San Francisco - Ermilo Abreu Gómez - E-Book

San Francisco E-Book

Ermilo Abreu Gómez

0,0

Beschreibung

Con un estilo literario anecdótico, Ermilo Abreu Gómez presenta una biografía de la vida de San Francisco de Asís, enfatizando los acontecimientos más importantes y emblemáticos de su vida. Algunos de los eventos narrados son los encuentros del Santo con otros discípulos, apariciones divinas y demoniacas, sus intentos por difundir sus creencias, sus estigmas, ceguera y muerte.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 98

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



COLECCIÓN POPULAR

768

SAN FRANCISCO

ERMILO ABREU GÓMEZ

San Francisco

ESCENAS POÉTICAS DE SU VIDA

Primera edición, 1954 Primera edición, FCE, 2019 [Primera edición en libro electrónico, 2020]

Diseño de portada: Teresa Guzmán Romero

D. R. © 2019, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 Ciudad de México

Comentarios: [email protected] Tel. 55-227-4672

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-6797-7 (ePub)ISBN 978-607-16-6634-5 (rústico)

Hecho en México - Made in Mexico

ÍNDICE

Ensayo de prólogo para esta edición, Juan de la Cabada

Prefacio, Alceu Amoroso Lima

  1. San Francisco empieza a predicar

  2. La elocuencia de san Francisco

  3. San Francisco y Bernardo de Quintaval

  4. San Francisco y fray Silvestre

  5. San Francisco habló al papa Inocencio III

  6. San Francisco y santo Domingo

  7. San Francisco habla a sus compañeros

  8. San Francisco y sus discípulos

  9. San Francisco y fray Bernardo

10. San Francisco en Santiago de Galicia

11. San Francisco, fray Elías y el ángel

12. Fray Bernardo y el ángel

13. San Francisco envía a fray Bernardo a Bolonia

14. San Francisco y las tentaciones de fray Bernardo

15. San Francisco y fray Bernardo piden limosna

16. San Francisco en el lago de Perusa

17. San Francisco y la perfecta alegría

18. San Francisco y fray Maseo

19. San Francisco y fray León

20. San Francisco y fray Maseo van a Siena

21. San Francisco y los oficios de fray Maseo

22. San Francisco y la pobreza

23. San Francisco desprecia las glorias

24. San Francisco y santa Clara

25. San Francisco sigue la voluntad de dios

26. San Francisco reúne a sus frailes

27. San Francisco y el lobo de Gubbio

28. San Francisco predica a los pájaros

29. San Francisco y las golondrinas

30. San Francisco y las tórtolas

31. San Francisco y la cigarra

32. San Francisco y el faisán de Siena

33. San Francisco y la avaricia de un pajarito

34. San Francisco y una avecilla marina

35. San Francisco y los demonios

36. San Francisco y el sultán de Babilonia

37. San Francisco y el leproso

38. San Francisco y fray Ángel

39. San Francisco y los ladrones de Monte Casal

40. San Francisco y los jóvenes de Bolonia

41. San Francisco y fray Rufino

42. San Francisco y el gentilhombre

43. San Francisco y fray León

44. San Francisco y fray Juan el Simple

45. San Francisco y la fiesta de Navidad

46. San Francisco y las leyes

47. San Francisco y el hombre perverso de Spoleto

48. San Francisco y el hermano Sol

49. San Francisco en el monte Alverna

50. Fray León desobedece a san Francisco

51. San Francisco y las llagas

52. Milagros de san Francisco

53. San Francisco y los ratones

54. San Francisco y la viña del cura

55. San Francisco y el hermano Fuego

56. San Francisco y los caballeros de Nocera

57. Muerte de san Francisco

Cronología

ENSAYO DE PRÓLOGO PARA ESTA EDICIÓN

JUAN DE LA CABADA

PRIMER INTENTO

A todas luces, me sería menos difícil redactar un voluminoso tomo sobre la vida y obra del extraordinario escritor Ermilo Abreu Gómez que una breve síntesis del tema para el prólogo que se me ha confiado. Indudablemente que a su viuda —Margarita Paz Paredes— y demás familiares les resultaría superior a sus fuerzas una u otra empresa, y no por falta de capacidad literaria, sino porque a mayor cercanía de las contradicciones cotidianas, comunes en el hogar, menos apreciamos las dimensiones de bondad, talento, inteligencia u otras tantas cualidades del sujeto y más propensos nos hallamos a desconocer su grandeza.

En Mérida, Yucatán —ya se sabe—, nació Ermilo Abreu Gómez el 18 de septiembre de 1894; estudió la primaria en el Colegio de San Ildefonso, de su ciudad natal, y la preparatoria en Puebla. Entre los 20 y 21 años de edad comienza a escribir. Participa en el movimiento de teatro regional yucateco. Viene a la capital de la República y pertenece al conocido grupo literario que se denominó Contemporáneos, cuya revista publica sus primeros ensayos críticos sobre José Peón Contreras, Justo Sierra O’Reilly, Sigüenza y Góngora, Ruiz de Alarcón y sor Juana Inés de la Cruz. De aquí parten sus tan agudos como debatidos trabajos, incorporados a trascendentes volúmenes sobre nuestra genial monja. Además de autor teatral, fue poeta, conferencista, periodista, ensayista, cuentista y novelista. Por el verano de 1946, nos encontramos en Norteamérica dando clases de literatura española e iberoamericana en Middlebury, Vermont. Vino a México y volvió a los Estados Unidos, donde permaneció de 1947 a 1960. Residía en Washington y desde ahí, por motivo de su trabajo, recorrió todos los países hispanoamericanos. En 1961 desempeña los cargos de maestro en la Normal Superior y en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En 1963, ocupa su asiento en la Academia Mexicana de la Lengua. Nos conocimos el año de 1930 e intimamos dentro del seno de la LEAR (Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios), de la que fuimos entusiastas militantes. Allí fundó con nosotros la revista Frente a Frente, mientras dirigió por algún tiempo Letras de México y colaboró en El Hijo Pródigo, creada por Octavio Barreda.

Fecundo autor, debido quizás a la observancia de orden y ejemplar disciplina, me limito aquí a referir algunos títulos (a excepción de los ya citados, concernientes a sor Juana) que de paso y por mi preferencia recuerdo: Sala de retratos; Héroes mayas, Zamná, Cocom y Canek; Quetzalcóatl; Naufragio de indios; Cosas de mi pueblo; La conjura de Xinum (prólogo de Miguel Ángel Asturias).

SEGUNDO INTENTO

Aunque el escritor Ermilo Abreu Gómez, miembro laureado de la Academia Mexicana de la Lengua, murió el 14 de julio de 1971, el prólogo va en presente para dar más relieve al homenaje de admiración que rindo a su figura, de físico pequeñito, algo rosáceo, bastante miope —de gruesos quevedos perpetuos—, calvicie de ralos cabellos tocada de boina vasca, generalmente, y a tono por lo común con chamarras de colores oscuros o cuando no suéteres prudentes, trajes discretísimos, calzado muy limpio pero sin brillo, algún impermeable de medio uso para las lluvias y provisto de bufanda cruzadita y cualquier abriguito ligero para el frío, amén de su imprescindible portafolios de maestro, balanceándose a su habitual paso tranquilo, reposado.

Acude puntualmente a dar sus clases, y el resto de su tiempo lo vive, casi todo, en el café, desde donde, gracias a su prodigiosa capacidad de trabajo, este gigante menudito producía millares de artículos para las páginas culturales de los diarios El Nacional y El Día, principalmente, así como para diversas revistas literarias, si es que no estaba en vena de sus mesuradas peroratas pedagógicas sobre todos los tópicos pasados, presentes y futuros, vistos al trasluz de su enfoque revolucionario para deleite y aprendizaje de sus contertulios.

Ya en su casa, como descanso, dedica las horas de la noche, lo que resta del fructífero día de labor, a la niñez, a las pequeñas grandes biografías de nuestros héroes nacionales: Juárez, Morelos, etc., que ahora están en vías de reimprimirse por sus amigos de Ediciones Populares.

Buena parte de la vida de Ermilo Abreu Gómez consta en la magistral serie de relatos autobiográficos que tituló La del alba sería…

TERCER Y ÚLTIMO INTENTO… ¡Y QUE DIOS NOS AMPARE!

Entre los méritos de Ermilo Abreu Gómez para su permanencia en el campo de las letras, no es menos valioso su sentido del humor que transforma el medio tono de su prosa, sin grandilocuencias ni alambicamientos, en grande obra literaria de un minirrealismo trascendente por su limpieza, su increíble sencillez y una claridad tan nítida que adquiere vuelo propio y alcanza por sí un lugar de altura culminante a la luz de la poesía.

Otra característica singular, colateral a estos logros, reside, a mi juicio, en que cada uno de sus libros es lo que su autor quiere que sea. Esta singularidad desemboca en el dominio de un estilo, y éste en la originalidad; es decir, que basta ver unas líneas para saber la pluma de que proceden.

Tales cualidades resaltan sobremanera, de modo prístino, en san Francisco, sujeto primordial de este breve comentario.

Detenido en el plano de las perspectivas, frente al panorama de su trabajo, aprecio una distancia, un alejamiento del suyo al mío, de tal naturaleza que acaban por unirse y coincidir en la intención social para proclamar a la vez que cada individuo es un mundo.

Así, tomada distancia y situados pensamiento y voluntad a paralelo nivel, único método, a mi criterio, para estimar distintivos de valores literarios, creo evidentes en la narrativa de Ermilo Abreu Gómez los que siguen:

Subterráneo lirismo que, como anteriormente se sugirió, comunica un reposo poético, lindante con una épica donde campea el propósito didáctico.Una intención popular que ambiciona un ascenso cultural para los lectores mediante la obra, sin abandono de la simplicidad, pero no rebajándose jamás a conceder bajeza y chabacanería en aras de una mercenaria extensión masiva.Animación, colores, olores, ruidos, gritos y hasta tumulto son discretos y nos llevan más al entendimiento de la mente que a la sensación.Por ello la modalidad de su pensamiento es externo, con la presencia, por lo general, de la tercera persona, bajo un clima o atmósfera donde el autor que comenta o relata se mantiene clásicamente fuera del enredo.Creación fundamentalmente literaria con acciones complementarias donde figura siempre la ideología política, dotada de sinceridad, convicciones y eficacia plausibles.Una fluidez, una presencia de conceptos, un optimismo en la pugna contra los males reinantes y una tenacidad que contagian de estoicismo dentro de la lucha por los más altos designios de la humanidad.

Luego, desde mi propio punto de observación, me dispongo a considerar lo que va de los evangelios de Canek a los de san Francisco, según don Ermilo Abreu Gómez, y declaro la unidad de ambos protagonistas en su creador, por lo cual dejo de inmediato al primero de los mencionados en su espacio de anaquel y penetro a las interioridades sobre las aventuras devotas del segundo.

Saltamos aquí sobre la escena del lobo de Gubbio, que nos trae remembranzas de los versos célebres de Rubén Darío y volamos al tramo 28 del Libro de san Francisco, cuando el Santo bendice a los pájaros y Ermilo comenta: “… y, bulliciosos, tomaron el rumbo de los puntos cardinales, que es la señal de la cruz —la cruz de Palenque, digo yo— que todo lo abarca”. Y el 29 continúa: “… al momento, las golondrinas quedaron quietecitas y en silencio y san Francisco empezó su plática”. ¿Y respecto a las tórtolas enjauladas? —preguntó.

—Tortolitas, hermanas mías, ¿por qué os dejasteis prender? ¿Acaso no conocéis las trampas que arman los hombres? ¿Por ventura no tenéis prueba de sus malos instintos? Pero ya no debéis tener miedo a la muerte. Yo os pondré en libertad y vosotras os multiplicaréis conforme al mandato de Dios.

Que más vale un pájaro volando que cien en jaula —seguramente quiso concluir don Ermilo por sus camaradas y amigos: los presos políticos—.

Y después, mejor dicho antes de las sentencias morales de las fábulas de la cigarra, la del faisán, la de la avaricia, la de una avecilla marina, la de los demonios, la del sultán de Babilonia, la del leproso, la de fray Ángel, la de los ladrones, la de los jóvenes de Bolonia, la de fray Rufino, la del gentilhombre, la de Juan el Simple, la de las leyes, la del hermano Sol, la de los ratones, la del hermano fuego, la de la viña del cura, etc., yo me detuve mucho rato con mi favorita: la perfecta alegría. “Fray León, si los frailes menores conocieran el futuro de la vida y el secreto de las conciencias, advierte que no está en eso la perfecta alegría.”