Ser cristiano - Hans Küng - E-Book

Ser cristiano E-Book

Hans Küng

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Beschreibung

Con el rigor y sistematicidad que le caracterizan, Hans Küng fundamenta en este libro por qué y cómo el cristianismo de convicciones críticas puede responder de su fe ante su propia razón y su entorno social. Y lo hace a través de una presentación de la totalidad del mensaje cristiano, trazada desde el trasfondo de las ideologías y religiones actuales. Practicando una teología verdaderamente ecuménica, Küng avanza hasta el núcleo de la fe cristiana. De este modo lo humano, lo religioso general y lo extraeclesial son, más que nunca, tomados en serio, pero de forma que lo específicamente cristiano emerge con la mayor nitidez, separando lo esencial de lo que no lo es.

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Ser cristiano

Ser cristiano

Hans Küng

Traducción de José María Bravo Navalpotro

 

Proyecto financiado por la Dirección General del Libro y Fomento de la LecturaMinisterio de Cultura y Deporte

 

COLECCIÓN ESTRUCTURAS Y PROCESOSSerie Religión

Primera edición: 1996

Segunda edición: 2003

Tercera edición: 2005

Cuarta edición: 2008

Quinta edición: 2012

Sexta edición: 2019

Título original: Christ sein

© Editorial Trotta, S.A., 1996, 2003, 2005, 2008, 2012, 2019, 2023www.trotta.es

© Hans Küng, 1974, 1996

© José María Bravo Navalpotro, para la traducción, 1996

DiseñoJoaquín Gallego

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.

ISBN (edición digital e-pub): 978-84-1364-159-1

CONTENIDO

Prólogo a esta edición

Para quiénes se escribió este libro

A. EL HORIZONTE

I. El reto de los modernos humanismos

II. La otra dimensión

III. El reto de las grandes religiones

B. LO DISTINTIVO

I. Lo peculiar del cristianismo

II. El Cristo real

III. El cristianismo y el judaísmo

C. EL PROGRAMA

I. El contexto social

II. La causa de Dios

III. La causa del hombre

IV. El conflicto

V. La nueva vida

VI. Interpretaciones

VII. Comunidad de fe

D. LA PRAXIS

I. La praxis de la Iglesia

II. Ser hombre y ser cristiano

III. Ser cristiano significa ser radicalmente hombre

Notas

Índice general

PRÓLOGO PARA ESTA EDICIÓN

Este libro, cuya primera edición vio la luz en 1974, ha ayudado a innumerables personas a cobrar ánimo para ser cristianas. Sabe esto el autor por numerosas recensiones, cartas y conversaciones. Porque muchos que están defraudados por la praxis y por la predicación de algunas grandes Iglesias cristianas buscaron y buscan caminos para seguir siendo cristianos de forma creíble, buscaron y buscan una teología que les diga, no de forma abstracta y distante del mundo, sino de manera concreta y cercana a la vida, en qué consiste objetivamente ser cristiano. Este libro ha sido una ayuda importante para ello. Y ha sido comprendido también fuera del ámbito de la lengua alemana. En efecto, entre tanto ha sido traducido este libro al holandés, italiano, portugués, español, inglés, americano, francés, ruso, croata y chino. Además han aparecido ediciones breves con el título Die christliche Herausforderung (El desafío cristiano) en alemán, inglés, español, sueco, noruego, coreano y árabe. Y, por último, las 20 tesis sobre ser cristiano, en finlandés, checo, húngaro y español, etc.

Este libro no pretendía «seducir» a las personas mediante la retórica o abrumarlas con un tono de prédica. No quería simplemente proclamar, declamar y declarar de manera teológica. Pretendía fundamentar por qué y cómo también una persona crítica de hoy puede responder ante su razón y ante su entorno social del hecho de ser cristiano. No se trataba simplemente de una adecuación a la mentalidad actual. Cierto: hubo que formular críticas sobre cuestiones discutidas tales como milagros, parto virginal, tumba vacía, ascensión al cielo y bajada a los infiernos, praxis eclesial y papado. Pero eso no por seguir una barata tendencia de hostilidad a la Iglesia o de pancriticismo, sino para purificar de todas las ideologías religiosas, midiendo con el Nuevo Testamento mismo, el asunto del ser cristiano y para presentarlo de forma creíble. La originalidad de este libro está, pues, no en los pasajes críticos. Está en otra parte.

En este libro se intentó:

— no sólo abordar cuestiones y sectores concretos de la teología, sino presentar la totalidad del mensaje cristiano sobre el horizonte de las ideologías y religiones actuales: en una síntesis amplia, plural, delineada de forma unitaria hasta el detalle en la medida en que esto, dada la especialización de las disciplinas teológicas, resulta posible a un individuo solo;

— sin consideraciones político-eclesiásticas y ajeno a la formación de frentes teológicos y a las tendencias en boga, decir la verdad de manera proba: partiendo del estado más reciente de la investigación científica y basándonos en una argumentación intelectual honrada, hacer una crítica teológica sin prejuicio, unida a una confianza inquebrantable en la causa cristiana;

— por consiguiente, arrancar no de planteamientos teológicos del pasado, sino de las cuestiones pluriestráticas y extensas del hombre actual, y desde ahí, con toda la plétora de la información, avanzar en una concentración siempre nueva al centro de la fe cristiana: de manera que lo humano, lo religioso general, lo extraeclesial sea tomado en serio más que nunca, pero de modo que lo específicamente cristiano emerja con más nitidez que nunca y separemos lo esencial de lo no esencial;

— hablar sin arcaísmos bíblicos y sin dogmatismos escolásticos, pero también sin la jerga teológica de moda, en el lenguaje del hombre actual: haciendo el mayor esfuerzo posible para formular de manera sencilla y comprensible para los contemporáneos carentes de formación previa, pero, al mismo tiempo, de forma precisa, diferenciada y sugestiva;

— en virtud de un trabajo personal de investigación que va desde la doctrina de la justificación hasta la cristología y la eclesiología, integrar también las diferencias confesionales y destacar así lo común a las confesiones cristianas como renovado llamamiento, finalmente, también al entendimiento prácticoorganizativo: no una nueva teoría junto a otras, sino el consenso básico posible hoy no sólo entre las Iglesias cristianas, sino también entre las corrientes teológicas más importantes;

— sobre la base de la investigación exegética e histórica desde la teología fundamental, pasando por la dogmática y la ética, hasta la teología práctica, expresar de tal modo la a veces apenas constatable unidad de la teología que, desde la cuestión de Dios hasta la cuestión de la Iglesia, no se pueda pasar ya por alto la conexión inviolable entre teoría creíble y praxis vivible, entre lo individual y lo social, entre la crítica a nuestro tiempo y la crítica a la Iglesia, entre la piedad personal y la reforma de las instituciones.

Este libro habría sido una oportunidad también para las Iglesias. Pero la jerarquía alemana y la romana hicieron todo lo posible para frustrar esa oportunidad. Ante el éxito que este libro tuvo hasta en el clero, la jerarquía no vaciló en poner públicamente en duda la ortodoxia del autor de Ser cristiano, incluso en difamarlo. De nada sirvió al autor dilucidar del todo su fe en Cristo, una vez más, en el libro ¿Existe Dios?: Respuesta al problema de Dios en nuestro tiempo, publicado cuatro años después de Ser cristiano. Más bien, la jerarquía alemana y romana tomó la cristología expuesta aquí como motivo para apoyar teológicamente en 1979 la retirada de la Missio canonica al autor, a pesar de que nunca tuvo lugar un proceso magisterial contra Ser cristiano ni contra ¿Existe Dios? De ese modo se intentaba —no en último término para ganarse a los cristianos evangélicos— desplazar la discusión desde la penosa cuestión de la infalibilidad a la cuestión cristológica. Además, a los jerarcas renuentes a las reformas les resultaban molestas las demandas de reforma intraeclesial formuladas también en este libro.

Aunque, entre tanto, la jerarquía alemana tuvo que pagar cara su testarudez: una pérdida de credibilidad en la opinión pública y una clara animosidad antieclesial entre el gran público: un tercio de las parroquias católicas de Alemania están ya ahora sin párroco (con tendencia ascendente) y se puede observar una disminución dramática de la aceptación de los artículos de fe tradicionales también en el pueblo fiel... No, no puedo prescindir lisa y llanamente (en contraposición a muchos pastores de almas en plaza) de mis amargas experiencias personales con la jerarquía al confiar de nuevo a la opinión pública el libro Ser cristiano, tan amado y caro para mí y que se ha convertido para mí mismo en punto de partida de una nueva evolución teológica.

Y, esto es lo decisivo: el libro Ser cristiano sigue siendo para mí la ba-se teológica permanente para la exploración de mayores campos de trabajo teológico, a los que durante los últimos 20 años me he dedicado con toda la pasión teológica. Se ha llevado adelante lo que en este libro sólo está apuntado: el diálogo con las religiones universales, que en Ser cristiano constituyen aún el «horizonte»; la discusión con la crítica recien-te de la religión, que en Ser cristiano quedó muy constreñida por razones de espacio; el diálogo con la literatura moderna, que fue tomado en este libro para la cuestión de Jesús; así como un análisis teológico de la situación actual, que he podido llevar a cabo mucho más a fondo con la ayuda de la teoría de los paradigmas. En un «Libro de trabajo», publicado en marzo de 1993 con motivo de mi 65 cumpleaños con el título Hans Küng. Nuevos horizontes de la fe y del pensamiento, editado por mis colegas Hermann Häring y Karl-Josef Kuschel, se destacan, se clasifican analíticamente y se comentan de forma crítica las diversas dimensiones de mi teología, así como sus repercusiones internacionales, interconfesionales e intrarreligiosas. Al que como lector de este libro interese seguir ocupándose de mi teología le recomiendo ese «Libro de Trabajo».

Para entender Ser cristiano es también importante lo siguiente: aquí no se debía practicar ya una teología confesional, sino una teología para todos los cristianos, una teología verdaderamente ecuménica. Al autor debía notársele aún su origen católico y su vinculación a la comunidad de fe católica, pero de forma que su manera de ser cristiano se pueda entender y comprender como propia de uno. Así, este libro es para mí, en el mejor sentido del término, un trozo de teología ecuménica aplicada, tal como pude esbozarla en mis estudios de los años sesenta sobre cuestiones de la eclesiología. Se ha elaborado aquí lo común a todos los cristianos: Jesús como el Cristo mismo. Y con esta base cristiana sólidamente fundada, que a mí como cristiano me comunicaba una identidad espiritual, pude osar lanzarme a la aventura del diálogo con no creyentes y seguidores de otras creencias; es decir, con no cristianos de todo tipo.

Posiblemente no hay idioma en el mundo que, para decir que un ser humano se retira de su trabajo, disponga de una palabra más bella que la española «jubilación». En mi caso, el año de mi jubilación coincide con la reedición española de mi obra Ser cristiano. Las dos cosas son realmente motivo de júbilo: La primera porque, después de 35 años de enseñanza en la Universidad de Tubinga como director del Instituto para la Investigación Ecuménica, me alegra poder liberarme de la obligación de impartir clases y seminarios para concentrarme con energía plena en mi trabajo teológico. No menos me alegra poder identificarme totalmente con un libro escrito hace ya más de veinte años, en el que, por su carácter global, trato de tantas cuestiones importantes.

Sé que precisamente en España el libro ha tenido muchos lectores y he lamentado profundamente que durante tanto tiempo no estuviera disponible. Por ello estoy muy agradecido a Editorial Trotta por su decisión de incorporar esta obra a su catálogo que ya cuenta con varios títulos míos.

Desearía que muchos lectores tanto de España como, ojalá, de América latina recibieran de aquí inspiración para su «ser cristiano» individual. En un tiempo en el que las instituciones eclesiásticas repelen a tanta gente es preciso saber que, en el fondo, para ser cristiano no importan tanto las estructuras visibles, sino el espíritu de Jesucristo. La fórmula de base con la que termina este libro me ha acompañado a lo largo de todas las décadas y todavía hoy expresa con toda su brevedad mi «Credo»:

En el seguimiento de Jesucristo,

el hombre puede vivir, actuar, sufrir y morir

de forma verdaderamente humana en el mundo actual:

en dicha y desdicha, vida y muerte,

sostenido por Dios y útil a los hombres.

Tubinga, enero de 1996

HANS KÜNG

PARA QUIÉNES SE ESCRIBIÓ ESTE LIBRO

Este libro ha sido escrito para aquellos que por una u otra razón quieren, honrada y sinceramente, informarse de lo que es el cristianismo, saber en qué consiste propiamente ser cristiano.

También ha sido escrito para aquellos que no creen, pero preguntan seriamente;

que han creído, pero están insatisfechos de su incredulidad;

que creen, pero no se sienten seguros en su fe;

que andan indecisos entre la fe y la incredulidad;

que son escépticos tanto frente a sus convicciones como frente a sus dudas en la fe.

Ha sido escrito, pues, para cristianos y ateos, gnósticos y agnósticos, pietistas y positivistas, católicos tibios y católicos fervientes, protestantes y ortodoxos.

¿No hay acaso fuera de las Iglesias muchas personas que en respuesta a las cuestiones fundamentales del ser humano de ninguna manera se contentan, y mucho menos para toda la vida, con sentimientos vagos, prejuicios personales o explicaciones aparentes?

Y en todas y cada una de las Iglesias ¿acaso no es también crecido el número de los que no quieren permanecer en una fe infantil;

que esperan algo más que un mero repertorio de frases bíblicas o un nuevo catecismo confesional;

que en las fórmulas infalibles de la Escritura (protestantes), de la Tradición (ortodoxos) o del Magisterio (católicos) ya no encuentran el último apoyo?

Personas todas ellas, no obstante,

que detestan un cristianismo a precios de rebaja;

que no se avienen a reemplazar el tradicionalismo eclesiástico por una simple cosmética acomodaticia y conformista,

que, muy al contrario, sin dejarse influir por presiones del magisterio eclesiástico hacia la derecha ni de ideologías arbitrarias hacia la izquierda, tantean un nuevo camino hacia un cristianismo sin recortes, hacia el íntegro y verdadero ser cristiano.

No se trata aquí de ofrecer una readaptación de la tradicional profesión de fe, ni una minidogmática que dé respuesta a todas las viejas y nuevas cuestiones disputadas; tampoco se trata, por supuesto, de propagar un nuevo cristianismo. Quien pueda, mejor que el autor, hacer inteligibles al hombre de hoy las proposiciones tradicionales de la fe, que lo haga: siempre será bienvenido. Nada susceptible de buen entendimiento será aquí rechazado. En este sentido, para una mayor verdad, quedan todas las puertas abiertas. Aquí se trata únicamente de que alguien, que está convencido del cristianismo, va a ensayar, sin triunfalismos ni lirismos teológicos, sin caer en escolasticismos de vieja factura ni hablar el chino de los modernos teólogos, una introducción fiel a la materia y acorde con los tiempos. Una introducción:

al ser cristiano, esto es, no sólo a la enseñanza y doctrina cristiana, sino al ser cristiano, al obrar cristiano y conducirse en cristiano;

sólo introducción, pues ser cristiano o no serlo es asunto personal de cada uno;

una introducción, o sea, que no queda excomulgada ninguna otra distinta; por lo que, como contrapartida, también se espera un poco de tolerancia con ésta.

¿Qué pretensiones tiene entonces este libro que, de hecho, ha venido a convertirse en algo así como una pequeña «suma» de la fe cristiana?

Pretende, dentro de la brusca transformación que han sufrido en esta época la doctrina, la moral y la disciplina de la Iglesia, detectar lo permanente: lo que distingue a la Iglesia de las otras religiones del mundo y de los modernos humanismos y lo que ella tiene en común con las demás Iglesias cristianas.

Pretende también, y a ello tiene el lector pleno derecho, poner de relieve con exactitud histórica y plena actualidad, de acuerdo con los resultados de las últimas investigaciones y, a la vez, en forma inteligible, lo decisivo y característico del programa cristiano para la praxis cristiana:

lo que este programa significó originariamente, sin la capa de polvo y el lastre de dos mil años, y

lo que este programa puede significar hoy, sacado a nueva luz, para quien quiera dar sentido y plenitud a su vida.

No un evangelio distinto, sino el mismo viejo evangelio, redescubierto hoy y para hoy.

El autor no ha escrito este libro porque se tenga él mismo por buen cristiano, sino porque considera que ser cristiano es algo muy importante. En un libro como éste se podría y, realmente, se debería trabajar hasta el fin de la vida. Y ni siquiera entonces podría darse por terminada la tarea. Sin embargo, dado que el libro puede, presumiblemente, desempeñar una función orientadora en la difícil situación actual de la Iglesia y la sociedad y entenderse a la vez como contrapunto positivo de otro escrito mío sobre la infalibilidad, es ahora, y no dentro de tres o treinta años, cuando debe aparecer.

A.EL HORIZONTE