Soledades de diván - María Eugenia Chagra - E-Book

Soledades de diván E-Book

María Eugenia Chagra

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Beschreibung

"Maju desapareció… ¿Qué?, ¡¿cómo decís?!, ¿desapareció?, ¿qué significa eso?, no jodás con boludeces. No son boludeces, te digo que desapareció… Mirá, yo siempre supe que Maju engordaba hasta reventar y que después adelgazaba tanto que hasta hacía dudar sobre sus métodos, pero, ¿desaparecer…?, nunca supe que Maju desapareciera. Bueno, qué querés… cuando una desaparece es así, simplemente un día desaparece, pero… ahora que lo pienso… mirá que hablás tonteras, ¿qué tiene que ver la gordura de Maju o su flacura?, solamente te cuento que desapareció, decime, en qué relacionás los problemas alimentarios de Maju con su desaparición… Y…, quién te dice, en una de esas… de tanto adelgazar… Solo se trata de vivir esa es la historia…". Novela desafiante, agresiva, de estilo descarnado y duro, sin atenuantes, que enfoca las historias de tres mujeres que, con sus conflictos personales, inquietudes, ambiciones, deseos ocultos y declarados, muestran un recorte de la realidad contemporánea, en donde aparecen evidentes la soledad y la incomunicación a pesar de todas las búsquedas.

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Seitenzahl: 177

Veröffentlichungsjahr: 2023

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MARÍA EUGENIA CHAGRA

María Eugenia (Quena) nació un lejano 24 de marzo. Ariana. Lectora obsesiva. psicoanalista. Docente. Amante de los encuentros, l a comida, el buen vino y la familia.

Hablar, hablar, seguir hablando, ¿para escuchar?, ¿para ser escuchado? ¿para comunicar?… Quizás, tan solo, para transcurrir sin darnos cuenta, calmar los miedos, la soledad.

MECh

Maju desapareció…

¿Qué?, ¡¿cómo decís?!, ¿desapareció?, ¿qué significa eso?, no jodás con boludeces.

No son boludeces, te digo que desapareció…

Mirá, yo siempre supe que Maju engordaba hasta reventar y que después adelgazaba tanto que hasta hacía dudar sobre sus métodos, pero, ¿desaparecer…?, nunca supe que Maju desapareciera.

Bueno, qué querés… cuando una desaparece es así, simplemente un día desaparece, pero… ahora que lo pienso… mirá que hablás tonteras, ¿qué tiene que ver la gordura de Maju o su flacura?, solamente te cuento que desapareció, decime, en qué relacionás los problemas alimentarios de Maju con su desaparición…

Y…, quién te dice, en una de esas… de tanto adelgazar…

Solo se trata de vivir

esa es la historia…

Novela desafiante, agresiva, de estilo descarnado y duro, sin atenuantes, que enfoca las historias de tres mujeres que, con sus conflictos personales, inquietudes, ambiciones, deseos ocultos y declarados, muestran un recorte de la realidad contemporánea, en donde aparecen evidentes la soledad y la incomunicación a pesar de todas las búsquedas.

SOLEDADES DE DIVÁN

SOLEDADES DE DIVÁN

MARÍA EUGENIA CHAGRA

Chagra, María Eugenia

Soledades de diván / María Eugenia Chagra. - 2a ed. - Salta : Biblioteca de Textos Universitarios, 2023.

Libro digital, EPUB - (Colección Quena, 9)

Archivo Digital: online

ISBN 978-950-851-137-9

1. Psicodrama. 2. Novelas de la Vida. I. Título.

CDD A863

© 2023, por BTU (BIBLIOTECA DE TEXTOS UNIVERSITARIOS)

Colección Quena, vol. 9

ISBN: 978-950-851-137-9

Depósito Ley 11.723

1a. ed.: 2014 (Col. La otra cara de la moneda)

Dibujo de tapa: Martín Aibar

Arte de tapa de la colección y adaptación

para cada título: D.G. Carolina Ísola ([email protected])

[email protected]

@edicionesbtu

Teléfono: (+54) 387 4450231

Todos los derechos reservados.

Digitalización: Proyecto451

Índice de contenidos

Portada

Comienzo de lectura

Agradecimientos

Con este libro, el último de esta colección, quiero agradecer a Rosanna Caramella y Mariana Remaggi por acompañarme y hacer posible la concreción de este sueño.

A Iride Rossi, recordada Nenet, que allá por 1995 acogió mi primer libro y me alentó a continuar. A todas la mujeres que bajo su dirección, conformaban entonces la Biblioteca de Textos Universitarios, dedicadas arduamente a la investigacion y la crítica literaria.

Entre ellas a Soledad Martínez Saravia, Elena Fiori, Mabel Ovejero quien, además, trabajó junto a Rosanna sobre este libro en particular.

No sé si para todos será igual, para mí escribir es un placer, ¿un alivio?, una liberación, tal vez porque ese fue el real propósito de mi escritura, sacar de mí aquello que perturba, lo demás es un plus. Plus que suele ser de gran dificultad para la mayoría de los que  transitamos este camino. Encontrar quienes elijan publicarnos y que lo hagan con responsabilidaed, profesionalismo, profunda dedicación.

Es lo que generosamente me brindó BTU, desde aquella lejana editorial hasta esta, renovada, pero siempre con el mismo amor por la investigación y por los libros. De este modo fue fácil escribir y dejar en sus manos y en su saber la parte ardua y anónima, sintiéndome cuidada y respaldada.

Maju desapareció…

¿Qué?, ¡¿cómo decís?!, ¿desapareció?, ¿qué significa eso?, no jodás con boludeces.

No son boludeces, te digo que desapareció…

Mirá, yo siempre supe que Maju engordaba hasta reventar y que después adelgazaba tanto que hasta hacía dudar sobre sus métodos, pero, ¿desaparecer…?, nunca supe que Maju desapareciera.

Bueno, qué querés… cuando una desaparece es así, simplemente un día desaparece, pero… ahora que lo pienso… mirá que hablás tonteras, ¿qué tiene que ver la gordura de Maju o su flacura?, solamente te cuento que desapareció, decime, en qué relacionás los problemas alimentarios de Maju con su desaparición…

Y…, quién te dice, en una de esas… de tanto adel­gazar…

¿En una de esas?, ¿de tanto adelgazar?, ¿quééé?, no se puede hablar con vos, es imposible, yo re­pre­ocupada por Maju y vos con ese tema del engorde… o del enflaque.

Entonces no sé, si no fue que desapareció por adelgazamiento violento, mmm, quizás se fue a una clínica, ¿ves? esa podía ser la causa.

Pero no, qué clínica, si no lo tenía previsto y vos viste que Maju y sus rutinas…

¿Sus rutinas?

Sí, Maju era totalmente previsible, de la casa al trabajo…

Por qué decís era, como si hubiera desaparecido.

¿Que no escuchás?, es justamente lo que te dije, DESAPARECIÓ.

Dale con eso, ¿y hace cuánto que desapareció?

Seis horas exactas.

Bueno, lo que se llama desaparecer… podría estar en la peluquería…

No, no es su día de peluquería…

¿Y qué si se le ocurrió cambiarlo?

¿Maju?, nooo, si fueras vos entonces podría considerarlo y no me preocuparía.

Ah, claro, por mí…, un carajo ¿no?

No, lo que te digo es que vos sos capaz de hacer cualquier cosa a cualquier hora en cualquier día.

Ahora me queda claro la clase de amiga que sos, te importo nada, una mierda, que no se me dé por desaparecer porque entonces a quién le va a inte­resar.

A mí, ufa… a mí, pero es distinto con Maju, ella no variaba para nada sus hábitos, mientras que vos…

Yo, qué.

No sé, podés ir al trabajo en horas de descanso o dormir cuando todo el mundo trabaja.

Qué sabrás vos que nunca trabajaste.

¡Ay mi Dios!, no mezclés las cosas, no estamos hablando acerca de quién trabaja y quién no, y te aclaro que sí trabajo, aunque para vos lo mío no sea trabajar, solo te cuento que Maju desapareció.

¿Y a mí qué?, que haga lo que quiera con su vida.

Pero podría haberle pasado algo serio.

¿Como qué?, a lo mejor está durmiendo una siesta.

No, Maju no desperdicia el tiempo durmiendo.

Claro, yo sí, a mí me encanta dormir, así que si desa­parezco, que me joda, ¿no?

Te pido por favor que no entreverés todo, ¡no se puede hablar!, yo preocupada por Maju y vos haciéndote la ofendida por cualquier cuestión, no tiene sentido, me voy a ver si encuentro a Maju…

Ahora te vas y me dejás sola, lo que es peor, con la incertidumbre de lo que pueda haberle pasado, esa es la clase de amiga que sos.

¿Yo?, qué amiga sos vos que te importa un cuerno de Maju y de mi preocupación, que es seria, no como la artisteada de cuarta que te estás man­dando.

¡Ja! ahora vos sos la víctima, la pobrecita…, por eso te va como te va en la vida.

¿Sí? y ¿cómo me va?

Como la mierda, frustrada, preocupándote por una boluda que se mandó a cambiar hace solo seis horas, como si eso fuera desaparecer, sabés qué, andá a hacerte tratar, tenés un pire descomunal.

¡Mi Dios!, hablás así porque solo podés pensar en vos.

¿Ves?, ¡¿ves?!, eso fue lo que pasó, la puta ocurrencia de que nos analizáramos, y yo que te seguí la corriente, seguro que a Maju se le derrumbó una pared encima, como en su sueño.

No puedo más, ya no te escucho, qué tendrá que ver el análisis y mucho menos el sueño de Maju.

Bueno, con eso de que debiéramos revisar nuestro «mundo interior», todas al psicólogo y lo que logramos fue revolvernos hasta las tripas, encima con las sesiones «post análisis» y tu ocurrencia de contarnos todo y compartir nuestras experiencias inconscientes, incluidos los sueños…

Bien contenta que estabas enterándote de todos nuestros secretos.

¡Ja!, ¡pelotudeces!, porque los verdaderos secretos nunca los compartieron ni vos ni Maju, en cambio yo, abriéndoles mis entrañas a las dos boludas para que se regocijaran con mis dolores.

Para qué hablabas entonces, y quiero recordarte que jamás te empujé para que te analizaras, más bien diría que en cuanto te enteraste de que Maju y yo lo íbamos a hacer saliste disparada a pedir hora, incluso antes que nosotras.

¿Y eso qué?, soy una persona diligente que no anda perdiendo el tiempo en la vida de los otros, y si me sobra, el tiempo, duermo, sí, ¡duermo!

Diligente las pelotas, lo que sucede es que no podés soportar que los demás hagan algo que vos no, o tengan algo, o… en fin, a todo esto, qué tiene que ver con la desaparición de Maju.

No, no, no, Maju las pelotas, lo que importa es el concepto que tenés de mí, pero sabés qué, es envidia, pura envidia de mis logros, de que siempre les lleve la delantera.

Perdoname pero, si no te diste cuenta, la envidiosa sos vos, que andás por la vida queriendo ganarle a todo el mundo, a las carreras para adelantarte a cualquiera, pisando al que sea para obtener lo que su­ponés va a ser la meta de tu felicidad.

¡Ja!, ahora te transformaste en la analista sin título, sí, como no tenés vida propia qué otra cosa te queda que ocuparte de la de los demás.

Interés por los otros, así se llama, interés verdadero, y no necesidad de apropiación de la felicidad ajena que, por serlo, JAMÁS va a ser la tuya, aunque te la pasés tramando cómo robar las ideas, los puestos, los amores, es más, aunque lo logrés, ¡¿sabés?!, porque siempre vas a querer más y más y más.

Ya te salió el veneno, hasta te olvidaste de tu querida amiga a la que seguro que con tus ideas de terapia la terminaste de joder, ¡metida de mierda!

Qué tiene que ver la terapia con todo lo que está pasando ¿¡me querés decir!?

Clarísimo, ella soñó que la enterraba un muro que se le desmoronaba encima ¿no?, quizás se le des­moronó.

Pero eso es solo una metáfora de su vida aplastándola, no una realidad.

Ay… metáfora de su vida, de qué te las das, sabihonda, pseudo psicóloga, la realidad ¿sabés cuál es la realidad? que se estaba enterrando viva con el tema del fulano ese con el que se metió, harta de su ma­rido.

Pero si no se metió nada de nada, solo fue un flechazo, un amor platónico.

¿Vos qué sabés si solo quedó en eso?

Estoy segura, si nos contamos todo.

Mmm, todo, ¿te la creés?

Yo sí, porque es lo que hice, no como vos que de­clamás que abrís tu alma y te guardás las mejores partes.

¿Mejores partes?, ¿ves?, ese es el comentario de una chismosa, mejores partes para quién, para ustedes dos que querían verme desgarrada, mejores partes sería que todo me fuera de diez.

Ya no puedo escucharte más, sos una loca enferma que necesita atención permanente, que te miren, que te escuchen, te comprendan, claro, según el momento y la ocasión y lo que te venga en ganas.

Si nunca me escucharon ni vos ni Maju, siempre con algo más importante cada una, que si el marido, que si el amante de turno de Maju.

¡Qué amante!

Y, ese tipo con el que se enredó.

Solo alguien que le llamó la atención a la pobre, nunca antes tuvo nada, desde que lo conoció vivió para su marido hasta que descubrió que andaba saliendo con alguna trola.

¿Por qué le decís trola?, a lo mejor es una flor de mina…

¿Flor de mina?, ¿metida con un tipo casado, padre de familia?

Bueno, eso de padre de familia, si nunca para en su casa, por eso debe haber desaparecido Maju, si es que desapareció, porque salir por seis horas…

Seis y media ya, pasó media hora más sin saber de Maju mientras me enloquecés con tu delirio.

¿Mi delirio?, delirio el tuyo, que Maju desapareció, que pobre Majucita que se flechó con un tipo, que Majucitita que nunca miró a otro, ¡que se vaya a freír buñuelos y se deje de joder!

Sos una insensible de mierda, no quiero seguir hablando con vos sin saber de Maju.

Ojalá que la haya aplastado la pared como en su sueño, en una de esas deja libre al bombón de su marido que lleva aguantándola semejante punta de años.

¡Ah!, con que esa te traías, te gusta el marido de Maju, ya me había parecido que lo mirabas de un modo especial y que, además, te la pasabas metiéndole púas a la pobre en contra de él, como siempre querés lo que es de alguien más… ahora el marido de Maju, cómo es que se te ocurrió pensar en algún momento que a él se le hubiera pasado por la cabeza darte bola a vos, pero mirate.

¿Que mire qué?, si soy mejor que Maju por donde quieras, físico, cultura general, laburo y, sobre todo… en la cama.

¿Qué sabés cómo era Maju en la cama?, ¿te metiste con ella?, ¿la espiaste?; porque, que yo sepa, Maju de ese tema no hablaba, si algo la destacaba a Maju era su discreción.

Discreción, un carajo, mosquita muerta haciéndose la boluda todo el tiempo, pero lo más seguro es que no tenía mucho para contar y… pregunto, ¿por qué hablamos en pasado de Maju?, como si hubiera desaparecido…

Desapareció, loca de mierda, si de eso se trata, es por eso que vine aquí a contarte mi angustia, porque Maju DE-SA-PA-RE-CIÓ, a ver si lo entendés.

Por mí no hubieras venido; para tirarme tus pálidas sin interesarte por mis cosas, ¿sabés acaso que me ascendieron en el laburo?

Pues me alegro mucho pero ahora solo me interesa saber de Maju… ¿te ascendieron?, ¿cómo?, ¿qué hiciste para lograrlo?

Por qué tengo que haber hecho algo especial, lo que hice fue romperme el alma trabajando, romperme el culo, eso hice.

Sí, seguramente te rompiste el culo, o…

¿Qué estás insinuando? Salí de acá pendeja de mierda, no te lo voy a permitir, inútil, vaga de porquería, buena para nada, salí de acá que no te quiero ver y, si aparece Majucita, pueden perderse las dos donde más les plazca, pero conmigo no cuenten nunca más, jamás de los jamases.

Dalo por sentado porque, lo que es yo, no te quiero ver por una temporada bastante larga, amiga, flor de amiga que resultaste, a esta altura a la pobre de Maju puede haberle pasado algo terrible y vos, pavoneándote igual que siempre, con tu nuevo cargo y tu jefecito.

Buenas taaardes¿me recuesto?

—…

Usted no dice mucho, bueno, me recuesto.

Mmm, no sé qué decir, me pone nerviosa su silencio, ¿importa si la miro? Ya sé que no se puede.

Bueno, a ver…, por dónde empiezo…, no sé qué decirle, ¿está bien si le cuento un sueño? Perdón, perdón por darme vuelta, ya me quedo quieta, es que necesito mirarla ¿sabe?, me pone nerviosa no verla, no saber qué cara pone…, es difícil esto de hablar para alguien que uno no ve, me da miedo que piense que digo estupideces, qué sé yo, que se aburra y, sí, cómo no se va a aburrir si no le cuento nada ¿no? Ay… bueno, ¿está bien si le cuento el sueño?; anoche tuve un sueño horrible, una pesadilla ¿será?, me desperté con un grito en la garganta… ¿Está bien que le diga todo esto? Me siento como una… qué sé yo, esto de hablar sola… tirada acá… pero usted me pidió que exprese libremente lo que me venga a la mente, y me viene el sueño que desde que lo tuve no me lo puedo sacar de la cabeza.

Por supuesto que no lo recuerdo todo, solo un pedacito pero, bueno… es lo que recuerdo y tampoco estoy segura de que fuera exactamente así.

Me cuesta recordar los sueños, y eso cuando registro algo… porque la mayoría de las veces ni sueño, ya sé que dicen que se sueña todas las noches, pero para mí que conmigo no funciona, yo creo que sueño muy de vez en cuando y cuando sucede me acuerdo muy poco, será que no todos soñamos siempre o solo que no recordamos, la realidad es que prefiero no soñar, porque para soñar lo que sueño y terminar despertándome y no poder volver a dormir… Debe estar pensando que doy muchas vueltas, ¿no?

—¿Lo piensa usted?

Y sí, todo el tiempo doy vueltas con las cosas, me cuesta concretar, mi vida es como un repaso permanente de lo que tengo que hacer, que decir, para no equivocarme, ¿sabe?, por eso trato de ordenar mi vida milímetro a milímetro, todo previamente calculado y bien dispuesto, eso cuando puedo, porque no siempre puedo, hay veces que me quedo trabada, casi inmóvil, sin saber para dónde ir ni qué hacer, a veces me cuesta tanto…, hasta las cosas más insignificantes, las acciones más pequeñas, en tantos momentos me termino perdiendo en mis vueltas, o colgada en la nada.

La verdad, aunque trate de ordenarlo todo, es lo mismo, termino perdida.

Mmm, desde vestirme, saber qué ponerme, lo que es adecuado para cada ocasión, hacer un trabajo, no se imagina lo que me cuesta con el trabajo, la cantidad de veces que reviso las cosas y, aún así, siempre me quedan dudas, hasta cuando estoy en el baño, siento que son tantas cuestiones por resolver y ordenar que no termino más, me demoro y me distraigo, porque en el medio de tanto esfuerzo por hacer lo que debo, termino distraída, colgada en la nada, como me dice una de mis amigas.

No sé cómo se las arregla el resto del mundo, por ejemplo, esa amiga que le nombré, es como un rayo, tiene la idea y ya la está concretando, en cambio a mí todo se me dificulta, ¿por qué?, no sé.

Es que temo equivocarme, eso es cierto, tengo terror a equivocarme, quizás por eso no concreto jamás.

Como con el sueño, mmm, tengo miedo de...

—¿Lo que pueda aparecer si lo pone en palabras?

¡No! Solo es un sueño, ¿no le parece?

—Que no se puede sacar de la cabeza.

Bueno, dejo de dar vueltas y se lo cuento, el tema es más o menos así, más o menos, porque como le dije, no lo recuerdo muy bien… mmm, cómo me cuesta, a ver, ¿sabe? se me hace difícil poner las imágenes en palabras, o las sensaciones, eso, las sensaciones, no sé cómo transmitírselas para no equivocarme y confundirla, ja, pensará que la confundida soy yo, y sí, claro que soy la confundida, recontra confundida, si no ya le habría contado el sueño, ¿no? en lugar de seguir con mis vueltas, a ver, a ver… ya sé, o creo, bueno, ahí va, yo estaba parada en algún lugar, podría ser mi casa, no estoy muy segura, creo que también tenía algo de la casa de mis padres, por lo menos es mi impresión, porque es más una impresión que lo que veía, ¿vio que pasa así?, a veces más que las imágenes lo que quedan son… sensaciones pero, qué se lo voy a aclarar a usted que es la que sabe ¿no?, bueno, sigo, le decía que era como estar en la casa de mis padres donde yo vivía de chica porque, justamente, la sensación no era agradable, más bien era triste, deprimente era, exactamente como me sentía entonces y ahí pero, como le dije, también tenía algo de mi casa de ahora, no sé, el muro del fondo, qué sé yo, la verdad es que poco me acuerdo, pero… entonces qué quiere decir, si el sueño me recuerda a ambos lugares y la sensación… mi Dios, qué es lo que significa ¿que ahora también, aunque haya cambiado toda mi situación, me siento igual? No, no lo quiero ni pensar, seguro es otra cosa, mejor le dejo la interpretación a usted porque si eso significa mi sueño, ay no, prefiero ni saberlo, yo he venido a mejorar mi vida, no a destruirla, no, para nada, si mi marido es un amor y mis hijos unos soles que le dan alegría y calor a mis días, no, esto no puede ser…

—Entonces ¿por qué se alarma tanto?

Porque no quiero ni pensar…

Mejor sigo con el sueño y le dejo las interpretaciones a usted…

Sí, sí, mejor voy a continuar, a ver, dónde estaba, ah, ya sé, el muro y…

Sí, yo estaba sola, aunque ahora que lo digo, mmm, tengo la impresión… de que una mujer miraba, no sé quién era, solo miraba, me parece que se sonreía, no comprendo cómo lo puedo saber si estaba bastante oscuro, o brumoso, o en penumbras, en fin, creo que se sonreía, pero no con amabilidad ni con complicidad, se sonreía… mmm, como si disfrutara lo que estaba pasando y lo que pasaba es que, sin que yo me percatara, la pared que tenía a mi lado se me venía encima.

Qué horror, lo recuerdo y me estremece, cuando me daba cuenta de lo que pasaba, ya la tenía cayéndome encima, sí, podría ser el muro del fondo, pero también, por el color, la pared del frente de la casa de mis padres, ahí donde vivía de chica, pintada de un rosa descascarado, diluido, medio… como esas casuchas viejas de antes ¿vio?, caía y levantaba polvillo por todas partes, yo ponía mis dos manos para sostenerla sin lograr nada.

¡Trataba de sostener la pared con estas manos!, ¡qué locura! se imagina, qué horror, claro, a pesar de mis esfuerzos todo se desmoronaba, seguía cayendo y cayendo hasta que solo me rodeaba la oscuridad y me asfixiaba… me asfixiaba, mi Dios, es horrible… espantoso….

Aaaah, me estoy quedando sin aire, me ahogo, me a-ho-go….

Aaah, igual que en el sueño…

Aaaahhhh….