Subordinaciones, 1949 - Carlos Pellicer - E-Book

Subordinaciones, 1949 E-Book

Carlos Pellicer

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Beschreibung

Entre el amor, la soledad y el erotismo, los poemas de Subordinaciones reconstruyen la majestuosidad del trópico para devolvernos de nueva cuenta los valores que fundamentan y abastecen la vida humana, el origen del hombre y los vínculos que lo relacionan con el mundo de las cosas.

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SUBORDINACIONES

TEZONTLE

CARLOS PELLICER

SUBORDINACIONES

1949

FONDO DE CULTURA ECONÓMICAMÉXICO

Primera edición (Jus), 1949 Segunda edición (FCE), 1999 Primera edición electrónica, 2015

D. R. © 1999, Fondo de Cultura Económica Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14738 México, D. F. Empresa certificada ISO 9001:2008

Comentarios:[email protected] Tel. (55) 5227-4672

Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, sea cual fuere el medio. Todos los contenidos que se incluyen tales como características tipográficas y de diagramación, textos, gráficos, logotipos, iconos, imágenes, etc., son propiedad exclusiva del Fondo de Cultura Económica y están protegidos por las leyes mexicanas e internacionales del copyright o derecho de autor.

ISBN 978-607-16-2870-1 (ePub)

Hecho en México - Made in Mexico

AGabriela MistralHOMENAJE

EL VIAJE

Y moví mis enérgicas piernas de caminantey al monte azul tendí.Cargué la noche entera en mi dorso de Atlante.Cantaron los luceros para mí.Amaneció en el río y lo crucé desnudoy chorreando la aurora en todo el monte hendí.Y era el sabor sombrío que da el cacao crudocuando al mascar lo muelen los dientes del tapir.Pidió la luz un hueco para saldar su cuenta(yo llevaba un puñado de amanecer en mí).Apretaron los cedros su distancia, y violentareunió la sombra el rayo de luz que yo partí.Sobre las hojas muertas de cien siglos, acampo.Vengo de la montaña y el azul retoñé.Arqueo en claro círculo la horizontal del campo.Sube, sobre mis piernas, todo el cuerpo que alcé.Rodea el valle. Hablo,y alrededor, la vida, sabe lo que yo sé.

4 de noviembre de 1946

DISCURSO POR LAS FLORES

A Joaquín Romero

 

ENTRE todas las flores, señoras y señores,es el lirio morado la que más me alucina.Andando una mañana solo por Palestina,algo de mi conciencia con morados colorestomó forma de flor y careció de espinas.El aire con un pétalo tocaba las colinasque inaugura la piedra de los alrededores.Ser flor es ser un poco de colores con brisa.Sueño de cada flor la mañana revisacon los dedos mojados y los pómulos durosde ponerse en la cara la humedad de los muros.El reino vegetal es un país lejanoaun cuando nosotros creámoslo a la mano.Difícil es llegar a esbeltas latitudes;mejor que doña Brújula, los jóvenes laúdes.Las palabras con ritmo —camino del poema—  se adhieren a la intacta sospecha de una yema.Algo en mi sangre viaja con voz de clorofila.Cuando a un árbol le doy la rama de mi manosiento la conexión y lo que se destilaen el alma cuando alguien está junto a un hermano.Hace poco, en Tabasco, la gran ceiba de Atastame entregó cinco rumbos de su existencia. Izólas más altas banderas que en su memoria vastael viento de los siglos inútilmente ajó.Estar árbol a veces, es quedarse mirando(sin dejar de crecer) el agua humanidady llenarse de pájaros para poder, cantando,reflejar en las ondas quietud y soledad.Ser flor es ser un poco de colores con brisa;la vida de una flor cabe en una sonrisa.Las orquídeas penumbras mueren de una miradamal puesta de los hombres que no saben ver nada.En los nidos de orquídeas la noche pone un huevoy al otro día nace color de color nuevo.La orquídea es una flor de origen submarino.Una vez a unos hongos, allá por Tepoztlán,los hallé recordando la historia y el destinode esas flores que anidan tan distantes del mar.Cuando el nopal florece hay un ligero aumentode luz. Por fuerza hidráulica el nopal multiplicasu imagen. Y entre espinas con que se da tormento,momento colibrí a la flor califica.El pueblo mexicano tiene dos obsesiones:el gusto por la muerte y el amor a las flores.Antes de que nosotros “habláramos castilla”hubo un día del mes consagrado a la muerte;había extraña guerra que llamaron floriday en sangre los altares chorreaban buena suerte.También el calendario registra un día flor.Día Xóchitl. Xochipilli se desnudó al amorde las flores. Sus piernas, sus hombros, sus rodillastienen flores. Sus dedos en hueco, tienen floresfrescas a cada hora. En su máscara brillala sonrisa profunda de todos los amores.(Por las calles aún vemos cargadas de alcatracesa esas jóvenes indias en que Diego Riverahalló a través de siglos los eternos enlacesde un pueblo en pie que siembra la misma primavera.)A sangre y flor el pueblo mexicano ha vivido.Vive de sangre y flor su recuerdo y su olvido.(Cuando estas cosas digo mi corazón se ahondaen mi lecho de piedra de agua clara y redonda.)Si está herido de rosas un jardín, los gorrionesle romperán con vidrio sonoros corazonesde gorriones de vidrio, y el rosal más heridodeshojará una rosa allá por los rincones,donde los nomeolvides en silencio han sufrido.Nada nos hiere tanto como hallar una florsepultada en las páginas de un libro. La lecturacalla; y en nuestros ojos, lo triste del amorhumedece la flor de una antigua ternura.(Como ustedes han visto, señoras y señores,hay tristeza también en esto de las flores.)Claro que en el clarísimo jardín de abril y mayotodo se ve de frente y nada de soslayo.Es uno tan jardín entonces que la tierramueve gozosamente la negrura que encierra,y el alma vegetal que hay en la vida humanacrea el cielo y las nubes que inventan la mañana.Estos mayos y abriles se alargan hasta octubre.Todo el Valle de México de colores se cubrey hay en su poesía de otoñal primaveraun largo sentimiento de esperanza que espera.Siempre por esos días salgo al campo. (Yo siempresalgo al campo.) La lluvia y el hombre como siemprehacen temblar el campo. Ese último jardín,en el valle de octubre, tiene un profundo fin.Yo quisiera decirle otra frase a la orquídea;esa frase sería una frase lapídea;mas tengo ya las manos tan silvestres que en vanosaldrían las palabras perfectas de mi mano.Que la última flor de esta prosa con floresséala un pensamiento. (De pensar lo que sientoal sentir lo que piensan las flores, los coloresde la cara poética los desvanece el vientoque oculta en jacarandas las palabras mejores.)Quiero que nadie sepa que estoy enamorado.De esto entienden y escuchan solamente las flores.A decir me acompañe cualquier lirio morado:señoras y señores, aquí hemos terminado.

CANTO POR UN RECUERDO GRIEGO

A Benito Coquet

 

DIME, oh Musa, a cuyos pies mis manoshan dejadoolvidadísimas violetas,si antes que amanezcami voz junto al mar lejanotendré las nubes necesariaspara ocultarme cuandomi corazón lo ansíe.Antes