Tomada por su historia - Marylena Cambarieri - E-Book

Tomada por su historia E-Book

Marylena Cambarieri

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Beschreibung

La verdad, la ficción y la escritura son parte del juego de la vida. Los juegos a los que jugamos resignifican nuestra propia historia. Desde su mundo interior y sus recuerdos, Luciana nos invita a jugar y a vivir. ¿Tomada por su historia o por la historia que escribe? ¿Cuándo comienza el juego? ¿Cuándo termina?

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Seitenzahl: 84

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Marylena Cambarieri

Tomada por su historia

Cambarieri, Marylena Tomada por su historia / Marylena Cambarieri. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2578-9

1. Narrativa Argentina. 2. Novelas. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Índice

PRIMERA PARTE - Verdad o consecuencia

Capítulo I: La botellita

Capítulo II: Roba montón

Capítulo III: La escoba del quince

Capítulo IV: El solitario

Capítulo V: Antón Pirulero

Capítulo VI: La escondida

Capítulo VII: Huevo podrido

Capítulo VIII: La mancha

Capítulo IX: Teléfono descompuesto

Capítulo X: Verdad o consecuencia

SEGUNDA PARTE - Refutación de los juegos

Capítulo I: Infancia

Capítulo II: Los veinte

Capítulo III: Los treinta y más

TERCERA PARTE - Juguemos otra vez

Capítulo I: Martín pescador

Capítulo II: El chancho

Capítulo III: Tutti frutti

CUARTA PARTE - No juego más

Capítulo I: Escribo esta novela

Capítulo II: Raíces

QUINTA PARTE

Tomada por su historia

SEXTA PARTE

Historia

AGRADECIMIENTOS

SOBRE LA AUTORA

A Ornella Delfino, mi hija. A Rosita y Chichito, mis padres, y a toda mi familia.A los amigos.A los lectores y escritores.A todos los compañeros de la vida, el juego y la palabra.

Primera parte

Verdad o consecuencia

Capítulo I

La botellita

Mamá siempre hacía tortas fritas cuando llovía. Éramos chicos y sabíamos que la lluvia significaba que nos juntábamos a comer esas tortas calientes con azúcar y tomábamos mate o la leche.

Mamá sigue haciendo tortas fritas a pesar de que a mí a veces se me atraganta el paso del tiempo.

Jugábamos. Ya somos grandes y el juego continúa.

Yo creo que recién empieza.

Hoy también Gasti me despertó a las cinco de la mañana para mimarme conversar mordisquear y poner su lengua en mis dedos piernas manos brazos. Amasarme las tetas y la panza con sus dos patas delanteras clavarme sus uñas y sus dientes que apenas se sienten como una caricia más aunque un poco agresiva además de juguetona. Duerme conmigo y solamente cuando me levanto a hacer mi desayuno hace sus cosas caga toma agua come. Después intento leer mirar una serie que estoy siguiendo ver los correos las redes. Pero él insiste en sus tentativas libidinosas de pequeño marido gatito bebé o no sé, compañero.

Maridos tengo muchos. Uno es el gato porque duerme conmigo, porque es el que maúlla cuando llego a casa, porque tenemos una convivencia y con nadie más convivo.

Pero tengo otros: los libros las redes sociales la televisión los videos las películas y audios por internet.

No tengo marido.

Gasti tiene tres meses. Es alguien por quien volver cuando salgo cuando voy al río al mar a caminar a visitar amigas hermanos. Por supuesto es un gato, lo tengo claro.

Un novio no tengo.

Tampoco amantes.

A veces me imagino cómo hubiera sido mi vida si me casaba con mi primer novio. O con el que estudiaba medicina y quería que yo fuera abogada como todas las mujeres de su familia. O si en vez de separarme me hubiera quedado casada.

La imaginación se me dispara muchas veces.

El gato está tranquilo. Ya jugamos. Después me concentré en mis cosas mi almuerzo la novela que estoy leyendo el clima para planificar el día entonces el tipo se bancó su independencia y ahora simplemente está a mi lado en un momento de paz y acepta mi vida sin ronronear ni decir ni miau. Cuando quiere tiene arrebatos y me busca pero valora también su vida solitaria por momentos como la mía.

Es una bendición todo esto. Voy al río al mar leo escribo miro series o películas me meto en las redes escucho audios miro videos. Estoy sola con amigos con mi familia y mi marido hijo gato permanece y acepta esta yo que soy tal cual soy. Tratándose de autoestima y mascotas todo es sin conflictos, una poligamia perfecta en la que estar sola o con alguien son dos buenas cosas. O una pareja abierta.

Es deprimente todo esto. Pero las “bendiciones” son a veces deprimentes. Y hay que seguir adelante.

En realidad ni siquiera son bendiciones. Ni maldiciones. Es mi vida que pinta bastante bien o bastante mal. A lo mejor me quejo de llena.

Por suerte puedo decir que me había casado con un buen tipo. La pareja no anduvo, eso es todo.

Mi hija ya está grande.

Cuando camino por la costanera de Viedma siento el sol los árboles el río como los únicos que pueden sanarme si el pasado fastidia que no tiene por qué o aparecen preocupaciones con respecto a mañana mi próximo viaje proyectos ansiedad para nada para perderme lo que está pasando. Y a veces lo que está pasando es que me baño en el mar camino me baño en el río tomo mate con una amiga converso. Caminar es la constante. Tener ganas de avanzar en una dirección. Caminar para oxigenarme y hacer ejercicio. Caminar también para dejar de pensar, liberarme de mi cabeza por un rato y ponerla a tomar aire. Aunque a veces camino en redondo.

El sábado pasado me angustié un poco, quería tener resuelta mi vida para siempre, me quedé mirando la luna y se me dio por llorar y acelerar el paso. Pero duró poco. Ya esos miedos irracionales son cada vez más efímeros y los tengo tan conscientes que es como si los viera pasar por la ventana y después nada. Ni siquiera existen. Son parte de una película que vi tantas veces que ya no me importa el final si cada vez es distinto o es el mismo. Si me distraigo de la escena trágica regreso a mí y resulta que está todo bien.

En el mar casi me come el culo un perro. Yo estaba agachada intentando encontrar en el canasto la yerba el mate el termo todo para el operativo “tomar unos mates”. Me di vuelta y me encontré con la cara de un perro. Igual parecía tranquilo pero me vino la imagen del culo mordido.

Sí, ayer fui al mar.

No era el mejor de los días pero dio para un baño un poco de sol mates al reparo. Volaba arena. El viento fastidiaba. El sol fuerte. Un poco fresco. En realidad el día era una cagada pero yo tenía ganas de mar. Y fui. Si hubiera escuchado el pronóstico capaz que me quedaba en casa. Pero nunca les hago caso a los pronósticos. Si hay algo en lo que no creo es en los pronósticos. No los escucho ni por casualidad. O capaz que sí.

No siempre voy sola. A veces voy con alguna amiga o con mi hija, Valeria.

El perro de la playa era parecido al del vecino. Un perro bueno viejo amigo de Vale. No es muy probable que en estos días Valeria venga a casa. Me acordé de su amigo cuando vi que la imagen de mi culo mordido con genitales y todo no tenía mucho que ver con la paz del perro, que me miró y se quedó como si nada. Como si yo no hubiera estado culo para arriba cerca de su hocico.

Mi auto anda bien. Hace poco lo llevé al taller para arreglar la caja de cambios y soñé que estallaba. En esos días que estuvo trabajando el mecánico llamé con mucha insistencia porque supuse que me quedaba sin auto. No creo en pronósticos, diagnósticos ni muertes. Pero sí en mis sueños. Mis sueños son más reales que mi vida, me parece.

Cada vez que al auto le pasa algo pienso en cambiarlo pero no me dan los números. No es buen momento para semejante gasto.

A fin de año le dieron de alta a mamá de un cáncer. Me estoy tomando vacaciones de su oncólogo y de los estragos de su quimioterapia. Mi mamá es eterna y siempre va a hacer tortas fritas si llueve. Claro que lo mismo pensábamos de mi abuela y hace tres años que falleció. Lo que yo digo es que sueño con mi abuela y son tan verdaderos nuestros encuentros que prefiero seguir creyendo en mis sueños.

Papá riega siempre el jardín. Le gustan mucho las plantas, su huerto, su tierra.

Una de mis amigas dice que podemos ir al mar mañana que va a hacer calor según el pronóstico. Capaz que vamos cuando mañana se convierta en hoy porque soy incapaz de planificar con anticipación. Y no voy a empezar a creer en el futuro y en los pronósticos así como así. Será por eso que nunca logré conocer Italia, porque tendría que planificarlo. Siempre quise ir. No pretendo tanto: conocer el pueblo de mis bisabuelos un paseo por Roma subirme a una góndola en Venecia cruzar a París y muy poco más. Quién sabe. Capaz que voy.

Amo la Patagonia. La extensión el horizonte el tiempo para el silencio.

Hace unos meses murió una amiga muy querida pero no murió. Yo decreté un “no” a la muerte.

Llegué del río me bañé y me pinté las uñas. No parece el gran programa pero ya guardé el auto y me quedé en casa. Pensaba en otra amiga mientras me ponía el esmalte.

Hoy llevé el auto a lavar. Así como pienso en cambiarlo a veces me imagino que podría convertirme en peatona. Pero no creo que lo haga. También llevé a vacunar al gato y lo estoy desparasitando. Hicimos un crecimiento los dos: dormíamos juntos y a las siete de la mañana me despertaba con mimos. Todo bien. Conversación, caricias y cada uno a hacer su vida. También estar juntos en otros momentos. Segundo paso: dos veces seguidas me despertó a las cinco de la mañana y un día a las cuatro. Conclusión: para no odiarlo le expliqué que yo necesitaba seguir durmiendo y lo mandé a hacer sus cosas con cariño fuera de mi habitación. Cerré la puerta. Descansé.

Quiero a mis amigas hija padres gatos familia relaciones actividades. Y digo gatos en plural porque tuvimos otros. Amados.

Ayer invité a María al mar. No la encontré. Fui sola. Hoy me invitó ella. No podía. Fue sola. Pasamos lindas tardes en el río y ya vamos a coincidir seguramente.

Con Bianca ya nos vamos a encontrar.

De Mariela no sé nada.

Enero viene con sol y baños de río y mar. Los encuentros cuando se puede.

Truenos: se viene una lluviecita. Cuando llueve es como si nos lloraran encima.