Tu verdadera historia - Susan Freese - E-Book

Tu verdadera historia E-Book

Susan Freese

0,0
9,30 €

-100%
Sammeln Sie Punkte in unserem Gutscheinprogramm und kaufen Sie E-Books und Hörbücher mit bis zu 100% Rabatt.
Mehr erfahren.
Beschreibung

Tu vida puede cambiar en 50 días. Esta herramienta de estudio bíblico TODO EN UNO contiene una colección de elementos esenciales de discipulado para los nuevos creyentes de todo el mundo (con ejemplos que aplican para todos). Es difícil tener una relación cercana con Dios y cumplir con tu propósito sin una clara comprensión de su historia y de la parte que te corresponde en ella. 


Estas 50 lecturas diarias revelan una VIDA DE ELEMENTOS ESENCIALES DE LA FE para darle profundidad a tu amistad con Jesús y capacitarte con HABILIDADES PRÁCTICAS para ser su seguidor. 


Aprende lo que los creyentes maduros han sabido por años en 50 días a través de este viaje sencillo pero transformador. 


Semana uno: La historia de Dios 


Semana 2: Tu historia, tu identidad 


Semana 3: Tu historia, tu propósito 


Semana 4: Permanece, conéctate con Dios 


Semana 5: La Palabra de Dios, escucha al autor de la vida 


Semana 6: Oración, habla con el Autor de la vida 


Semana 7: El Espíritu Santo, vive tu historia con la fuerza de Dios 


Cada semana aprenderás más de la narrativa tejida a través de la Biblia 


Descubrirás secretos de la vida cristiana, cómo permanecer en Cristo, superar las dudas, resistir a la tentación y adorar a Dios durante el sufrimiento. 


También aprenderás formas prácticas de estudiar la Biblia, compartir tu fe con otros y orar. Si no has comenzado una relación con Jesús, tendrás la oportunidad de dar ese paso. 


Cada día se cierra con un análisis del gran mandamiento usando las Escrituras, preguntas, la conversación con Dios y los próximos pasos a seguir. 


ESTE LIBRO ES PARA TI, SI: 


Eres un nuevo creyente en Jesús que busca los siguientes pasos para hacer crecer su fe. 


Eres un cristiano que busca ser discipulado o discipular a otros. 


Estás explorando el cristianismo y quieres saber cómo convertirte en un seguidor de Jesús. 


TU VIDA TIENE UNA NUEVA HISTORIA PARA CONTAR: 


Experimenta una fe y una alegría auténticas, y aplica las verdades sagradas para cambiar tu vida. Conocer a Jesús es solo el comienzo. Tu verdadera historia se desenvuelve siguiéndolo a Él. 


Incluye palabras clave, una reflexión personal diaria y preguntas semanales para el diálogo grupal. 


Fue escrito para una audiencia global con ejemplos que aplican para todos. 


Estas 10,000 horas de investigación, más tres revisiones teológicas, más de 1,400 referencias bíblicas, más los 50 lectores beta equivalen a un viaje transformador. 


Las ganancias de cada libro vendido proporcionarán una copia traducida a un creyente con pocos recursos en un país en vías de desarrollo. 

Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:

EPUB
MOBI

Seitenzahl: 518

Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Este libro está dedicado a Jesús, el héroe de nuestra historia.

El 100% de los ingresos netos de este libro se destinarán a ministerios que ayudan a mujeres y niños marginados de todo el mundo.

© 2021 por Susan Freese

Todos los derechos reservados en todo el mundo. Ninguna parte de este libro puede ser reproducida, almacenada en un sistema de recuperación o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación, escaneo u otro), excepto por breves citas en reseñas o artículos críticos, sin el previo permiso por escrito del editor.

Publicado en Jacksonville, Florida, por All In Ministries Books.

Los títulos de All In Ministries Books pueden comprarse al mayoreo para uso educativo, empresarial, de recaudación de fondos o de promoción de ventas. Para obtener información, envíe un correo electrónico a [email protected].

Cualquier dirección de internet, ministerio, compañía o información de producto impresa en este libro se ofrece como un recurso y no pretende, de ninguna manera, ser ni implicar un respaldo de All In Ministries International, así como tampoco da fe de la existencia, contenido o servicios de esos sitios, empresas o productos más allá de la vida útil de este libro.

A menos que se indique lo contrario, todas las citas de las Escrituras están tomadas de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, copyright © 1996, 2004, 2015 por Tyndale House Foundation. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., Carol Stream, Illinois 60188. Todos los derechos reservados.

Las citas bíblicas marcadas con NVI son de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®NVI® Copyright © 1973, 1978, 1984, 2011 por Biblica, Inc.TM Utilizado con permiso de Zondervan. Todos los derechos reservados en todo el mundo. www.zondervan.com. La "NVI" y la "Nueva Versión Internacional" son marcas registradas en la Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos por Biblica, Inc.TM.

Las citas bíblicas marcadas con RVR1960 son de la Biblia Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960® es una marca registrada de Sociedades Bíblicas Unidas, y se puede usar solamente bajo licencia.

Las citas bíblicas marcadas como NBLA son de la Nueva Biblia de las Américas® (NBLA), Copyright © 2005 por The Lockman Foundation. Utilizadas con permiso. www.Lockman.org.

Las citas bíblicas marcadas como RVA son de la Versión Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 por Editorial Mundo Hispano.

Las citas bíblicas marcadas como NBV son de la Nueva Biblia Viva © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.

Las citas bíblicas marcadas como RVC son de la Reina Valera Contemporánea ® © Sociedades Bíblicas Unidas, 2009, 2011.

Las citas bíblicas marcadas como PDT son de La Palabra de Dios para Todos (PDT) Copyright: © 2005, 2008, 2012, 2015 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012, 2015 Bible League International.

Las citas bíblicas marcadas como DHH son de la Biblia Dios Habla Hoy ®, Tercera edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.

Diseño de portada por Danita Brooks.

Número de control de la Biblioteca del Congreso: 2021900138.

ISBNs:

978-1-7358780-9-6 (tapa blanda comercial),

978-1-958535-00-4 (libro electrónico).

Traducido por multitudelanguages.com con la colaboración de Nydia Hernández, David Acosta, Claudia Valdez, Antonio Taboada, Deisy Vásquez, Juan Carlos García, Denisse Esparza, Sinaí Ramírez, Cristina Font, Laura Mareli y Jennifer Govea.

Contenido

Bienvenido

Audiencia global

Navegando por la Biblia

Compromiso

PARTE I: Descubre tu historia con Dios

Semana Uno: La historia de Dios

Día 1:Estás invitado

Día 2:La creación perfecta de Dios muestra su gloria

Día 3:El pecado lo arruina todo

Día 4:Jesús nos rescata, nos perdona y nos guía

Día 5:Dios hace todo nuevo: la nueva creación

Día 6:La vida después de la muerte

Día 7:La historia de Dios: enfoque en Jesús

Recibe a Jesús hoy

Preguntas de conversación para la semana 1

Semana Dos: Tu historia, tu identidad

Día 8:Fuiste elegido

Día 9:Eres un adorador

Día 10:Fuiste perdonado y hecho de nuevo

Día 11:Fuiste adoptado

Día 12:Nunca estás solo

Día 13:Tú eres santo

Día 14:Le perteneces a Dios

Preguntas de conversación para la semana 2

Semana Tres: Tu historia, tu propósito

Día 15: Abraza tu nuevo propósito

Día 16:Representa a Jesucristo como su embajador

Día 17:Mira hacia abajo para discipular generaciones

Día 18:Mira hacia fuera para alcanzar a los vecinos y a las naciones

Día 19:Mira hacia arriba para glorificar a Dios

Día 20:Glorifica a Dios en adoración

Día 21:Adora a Dios cuando pases por dolor

Preguntas de conversación para la semana 3

PARTE II: Vive tu historia con Dios

Semana Cuatro: Permanece, conéctate con Dios

Día 22:Conoce a Dios como tu amigo

Día 23:Descansa, confía, entrega todo a Dios

Día 24:Recibe de Dios: profundiza tus raíces

Día 25:Da fruto mientras permaneces

Día 26:Resiste a la tentación

Día 27:Pelea con la armadura de Dios

Día 28:Entra en el descanso de Dios a través de su Palabra

Preguntas de conversación para la semana 4

Semana Cinco: La Palabra de Dios, escucha al autor de la vida

Día 29:Valora la Palabra de Dios

Día 30:Recibe la Palabra de Dios: la parábola del sembrador

Día 31:Confía en la Palabra de Dios: razones para creer

Día 32:Recorrido por la Biblia, libro por libro

Día 33:Estudia la Biblia, paso a paso

Día 34:Memoriza la Palabra de Dios

Día 35:Repasa y practica la Palabra de Dios

Preguntas de conversación para la semana 5

Semana Siete: Oración, habla con el autor de la vida

Día 36:Habla con Dios, cambia tu corazón

Día 37:Ora y escucha

Día 37:Evita los impedimentos a la oración

Día 38:Ayuna en oración

Día 40:Ora la Palabra de Dios, descubre la voluntad de Dios

Día 41:Ora por otros: el gran alcance de la intercesión

Día 42:Ora primero, ora siempre, ora ahora

Preguntas de conversación para la semana 6

Semana Seis: El Espíritu Santo, vive tu historia con la fuerza de Dios

Día 43:Conoce el poder de Dios en ti

Día 44:Llénate del Espíritu: ríndete

Día 45:Sé purificado para la vida de resurrección: santificación

Día 46:Crece en el Espíritu: sirve

Día 47:Crece en el Espíritu: comparte

Día 48:Crece en el Espíritu: sufre

Día 49:Despiértate, observa, trabaja: Jesucristo viene

Día 50:Celebra tu verdadera historia

Preguntas de conversación para la semana 7

Agradecimientos

Bosquejo de reunions semanales

Apéndice: Herramientas para compartir tu fe

Bibliografía

Notas

Bienvenido

Este libro es para aquellos que desean una relación más cercana con Jesús. Es para quienes desean aplicar verdades sagradas a sus vidas, sin tomarse una vida entera para aprenderlas todas. Es para aquellos que no desean una fe religiosa ordinaria de un día a la semana.

Las páginas de este libro contienen tesoros vivificantes envueltos en palabras que esperan ser abiertas. Me ha llevado casi 50 años recolectar estos tesoros, vivir estas lecciones y ahora compartirlas contigo. Ya sea que estés comenzando tu relación con Jesús o retomándola, te invito a emprender este viaje de fe de 50 días para guiarte en tus próximos pasos con Él. No escucharás historias personales (excepto historias verdaderas de la Palabra de Dios), porque no se trata del viaje de fe de alguien más. Es tu viaje de fe.

Cada semana aprenderás más de la narrativa tejida a través de la Biblia. La primera parte comienza con un amplio enfoque de la historia general de Dios. Luego, limitaremos nuestro enfoque a tu lugar y propósito en la historiade Dios. Este fundamento que cambia vidas permitirá obtener los elementos esenciales de la fe que se cubren en la otra parte del viaje. En este punto, la segunda parte también se convierte en una guía de recursos a la que puedes regresar cuando las circunstancias inesperadas de la vida se presenten. Descubrirás secretos de la vida cristiana, cómo permanecer en Cristo, superar las dudas, resistir a la tentación y adorar a Dios durante el sufrimiento; también aprenderás formas prácticas de estudiar la Biblia, compartir tu fe con otros y orar. Si no has comenzado una relación con Jesús, tendrás la oportunidad de dar ese paso. Mi oración al compartir estas lecciones de vida es que encuentres el amor de Dios, aceptes tu parte en la historia de Dios y aprendas de mis errores.

Al crecer, confié en que Jesús perdona mis pecados, pero no sabía seguirlo como el líder de mi vida. Esa ignorancia me costó buscar cosas de este mundo, tener pensamientos no saludables y una vida egoísta. Aunque amaba a Jesús, mi comprensión incompleta de su papel en mi vida me dejó inquieta y sin gozo. Mi carrera profesional me mantuvo distraída y mi fe superficial me dejó espiritualmente hambrienta.

Pero durante esa temporada de desierto, Dios me sostuvo y me reveló lo que me había estado perdiendo toda mi vida: una relación diaria con Él... pero más que eso, una íntima amistad con Él.

Ojalá pudiera decirte que entonces le entregué todo y le empecé a confiar a Jesús, no solo mi salvación, sino también cada parte de mi vida, pero dudé. Temía lo que les pasaría a mis hijos si le daba a Dios el liderazgo de mi vida. ¿Mis hijos sufrirían por entregarme a Él?, ¿serían alejados de mí si le ofreciera todo a Dios? Entonces, una mujer en la iglesia me compartió gentilmente cómo Dios amaba a mis hijos más de lo que yo podría. Me di cuenta de que mi mayor responsabilidad como madre (o en cualquier otro rol de mi vida) era amar a Dios con todo mi corazón, toda mi alma, toda mi mente y todas mis fuerzas (Marcos 12:30); darle mi todo porque Él me ha dado su todo.

Todo cambió cuando invité a Dios a hacerse cargo de mi vida. Ya no veía la vida a través de un lente oscuro de preocupación o ambición egoísta, sino a través de los ojos de la fe. Esos pasos de obediencia y confianza me acercaron más a Dios. Quería más de Él y quería que Él tuviera más de mí. A través de este viaje, descubrí quién es Dios, por qué fui creada y cómo vivir bien. Encontré mi historia en la verdadera historia de Dios.

A medida que mi historia se desarrollaba, Dios me llevó al ministerio y al seminario de tiempo completo. Me dio la oportunidad de compartir lo que aprendía en varios lugares y países. No importaba dónde sirviera, la necesidad era la misma: una relación auténtica con Jesús. Por la gracia de Dios, los resultados también fueron los mismos: vidas bellamente transformadas. Con el apoyo de mi esposo y mis pastores, nació All In Ministries International, y empezó a crecer. Las iglesias locales y los misioneros pidieron el material en forma escrita. Pero volví a dudar. Dios usó una conversación con el Dr. Henry Blackaby1 para animarme a dar el paso de escribir y plasmar en un libro todo lo que desearía haber sabido cuando comencé mi relación con Jesús. Mis oraciones pidiendo ayuda fueron respondidas en cada paso para crear Tu verdadera historia. Este libro no pretende ser extenso, pero contiene verdades vivificantes que cambiaron mi vida y la de muchos otros.

Ahora es tu turno. Te invito a que me acompañes en este viaje a través de Tu verdadera historia en 50 lecturas diarias, un capítulo cuidadosamente elegido de la Historia de Dios, el cual pido que pronto esté en la tuya. No siempre será fácil ni libre de dolor, pero el trabajo de desarrollar tu verdadera historia vale la pena. El cambio es incómodo y puedes elegir cómo responderás. Confía en Dios en estos próximos pasos o permanece igual.

A medida que elijas confiar en Dios a través de estos breves capítulos, experimentarás un amor apasionado, una alegría increíble y una paz sobrenatural. Esta transformación te ayudará a vivir cada día en unidad con Dios y te preparará para la eternidad. Por fin, conocerás tu verdadera historia como parte de la verdadera historia de Dios.

Entonces, oro para que seas como esa mujer en la iglesia que gentilmente compartió la verdad conmigo. Oro para que invites con gentileza a otra persona, y luego a otra, y luego a otra en un viaje para descubrir el gran amor y el plan de Dios para su creación. Así es como Dios diseñó nuestras vidas: para ser cambiado y para traer un cambio a otros.

La gloria de Dios es nuestra recompensa

Susan Freese

Juan 3:30

Audiencia global

Este recurso de discipulado es para todas las personas dentro de todas las comunidades de fe cristiana en el mundo. Aunque nuestros estilos de adoración son diversos, estamos unidos en nuestra creencia: Jesucristo es el Señor, toda la Biblia es completamente cierta, y cada creyente tiene un papel importante en la historia de Dios. Este estudio complementa los talleres de formación de discípulos ofrecidos por All In Ministries International. Para obtener más información y herramientas gratuitas, visita www.allinmin.org.

Navegando por la Biblia

Este estudio incluirá un recorrido por la Biblia y sobre cómo estudiarla en la Semana 5. Utilizamos varias traducciones confiables de la Biblia para ayudarte ver claramente la verdad de Dios. Te será útil tener una Biblia lista para el estudio de cada día.

Cuando se hace referencia a pasajes bíblicos, se indica primero el libro de la Biblia, seguido por el número de capítulo y, después, el versículo o los versículos dentro del capítulo. Por ejemplo, Juan 3:16 se refiere al evangelio de Juan en el Nuevo Testamento (no confundir con 1 Juan), capítulo 3, versículo 16.

Juan (Libro) 3 (Capítulo): 16 (Versículo)

Compromiso

Tu vida puede cambiar en 50 días, especialmente cuando estás comprometido con el viaje. Antes de comenzar, me gustaría desafiarte a que no te pierdas ni un solo día de lectura. Te preparas muy bien cuando programas una cita en tu calendario. Al firmar tu nombre y designar tu tiempo, demuestras la seriedad de tu compromiso y tus resultados mejoran drásticamente.

Con la ayuda de Dios, me comprometo a dedicar los próximos 50 días de mi vida a descubrir mi historia en la verdadera historia de Dios.

Tu nombre

Establece un tiempo (se recomiendan 30 minutos) y un lugar para leer y responder a un capítulo diario:

Invita a tus amigos

Los viajes son mejores cuando estamos con amigos. Obtendrás el mayor beneficio de este viaje de fe y fortalecerás amistades si otros se unen contigo. El hecho es que seguimos mejor a Dios en compañía de otros. Dios nos da una familia de fe, la iglesia, para caminar con nosotros mientras caminamos con él. Él nunca quiso que estuviéramos solos (Génesis 2:18). Un hombre sabio dijo una vez: “Es mejor ser dos que uno, porque ambos pueden ayudarse mutuamente a lograr el éxito. Si uno cae, el otro puede darle la mano y ayudarle; pero el que cae y está solo, ese sí que está en problemas” (Eclesiastés 4:9-10).No caigamos solos.

Ora y pídele a Dios que te guíe hacia aquellos que puedan unirse a ti a través de este estudio y más allá. Sugiero que se reúnan una vez por semana para comentar lo que aprenden. Puedes utilizar las preguntas de conversación que se encuentran al final de cada semana como guía para tu reunión. A continuación, enumera los nombres de las personas a las que Dios te ha guiado para invitarlas a tu viaje:

Establece un día, una hora y un lugar para reunirse semanalmente en persona o en línea:

Descubre tu historia con Dios

Me viste antes de que naciera.

Cada día de mi vida estaba registrado en tu libro.

Cada momento fue diseñado antes de que un solo día pasara.

Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios.

Salmos 139:16-17

¿Y si te dijera: "Tú eres la razón por la que se escribió este libro"? ¿Y si te dijera que tienes una cita con Dios ahora mismo? Puede que te preguntes si eso es cierto o que te preguntes por qué Dios te tiene en su calendario. Pero mira a tu alrededor: ¿hay alguien más leyendo este libro? Tal vez no; entonces, ¿por qué tú? Porque Dios quiere que sepas que te escribió en su historia. Tal vez tengas un viaje extraordinario para experimentarlo a Él; o tal vez hay otra persona que busca respuestas en ti. De cualquier manera, Dios planeó este momento, en este instante y en este lugar, para que tú descubrieras tu verdadera historia como parte de la verdadera historia de Dios.

No importa quién seas o dónde vivas, el único Dios verdadero te está amando ahora mismo. Él tiene un propósito importante para tu vida. Te preguntarás: ¿Cómo es que Él me ama? ¿Por qué es importante mi vida? ¿Cómo debo responder? Todas estas son buenas preguntas. Te invitamos a realizar este viaje de fe de 50 días para empezar a responderlas. ¿Por qué 50 días? Dios separó 50 días en la Biblia con un propósito especial. Una vez que el pueblo hebreo comenzó a celebrar la Pascua (la estudiaremos en la semana 7), Dios les dio otra fiesta llamada la Fiesta de las semanas, que luego se llamó Pentecostés.2 La celebración de un día tuvo lugar por siete semanas y un día (50 días) después de la Pascua. Pentecostés fue un día de celebración y revelación. Conmemora la entrega de la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia) a Moisés en el monte Sinaí. Después del tiempo de Jesús en la Tierra, dio el don del Espíritu Santo a los discípulos en Jerusalén durante Pentecostés. Hay algo significativo en el hecho de que Dios eligió el mismo día quincuagésimo, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, para dar los dones de Palabra y Espíritu, ya que estos dos se combinan para brindarnos una mayor revelación.

Dios también puede usar estos 50 días en tu vida de una manera especial. ¿Para qué esforzarse? Porque tu vida importa y la historia de tu vida marca la diferencia. Nuestro Creador te hizo a propósito, con un propósito. Él ha escrito una historia para ti, una historia llena de significado que impacta en la eternidad. Pero para comprender tu propósito, tu verdadera historia, necesitas conocer al Autor. Necesitas encontrar al único Dios verdadero.

¿Cómo es Dios? ¿Por qué Dios me creó? ¿Cómo puedo conocer a Dios?

Muchos de nosotros nos hemos hecho estas preguntas. No las ignores por temor a no encontrar las respuestas o por miedo a que no te gusten las respuestas que encuentres. Dios plantó estas preguntas en tu corazón para llevarte en un viaje de fe más cerca de su corazón. Entonces, haz las preguntas.

Encontrarás respuestas en la Biblia, también conocida como la Palabra de Dios o las Escrituras (2 Timoteo 3:16).3 Pero más que respuestas, encontrarás a Dios mismo. Una de mis oraciones es que durante los próximos 50 días experimentes cómo Dios es real y la Biblia es verdadera. Juntos, responderemos a algunas de tus preguntas con la verdad de la Palabra de Dios. Ya sea que la leas por primera vez o que la hayas estudiado durante años, la Palabra de Dios es siempre perfecta y fresca.

Este estudio cita en gran medida las Escrituras y te remite a los versículos de la Biblia (incluyendo más de 1,400 referencias) para que la Palabra de Dios pueda hablar por sí misma. Te sugiero que reserves treinta minutos cada día con una Biblia abierta para reunirte con Dios a medida que avanzas en estos breves capítulos. Ora antes para invitar a Dios a que se revele. Interactúa con lo que descubres. Marca las páginas como desees y escribe tus pensamientos en los márgenes. Lee un capítulo al día para que puedas pensar y actuar de acuerdo con la lectura.

A medida que aprendamos a amar a Dios con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerzas (Marcos 12:30), abordaremos este viaje de fe con el mandato de Jesús en mente. Encontrarás cuatro pasos para completar al final de cada día:

Lee las Escrituras relacionadas con el tema del día en "Permite que la Biblia hable".

Responde a las preguntas para procesar lo que has leído en "Permite que tu mente piense".

Comienza tu conversación con Dios en "Permite que tu alma ore".

Anota los pasos que Dios te está guiando a dar en "Permite que tu corazón obedezca".

4

Por favor, trabaja en estos cuatro pasos para comprender y aplicar la lección de cada día. Esto es importante; conocer nueva información no transformará nuestras vidas, pero la aplicación de la verdad bíblica con la ayuda de Dios sí lo hará.

Veamos el viaje de fe de la parte I:

Primero, en la semana 1, aprenderás acerca de Dios y su verdadera historia general. La historia de Dios afecta a todas las demás historias. No podemos cubrir todo lo que te gustaría saber acerca de Dios en una semana. Aun así, este resumen te ayudará a comprender el contexto de tu existencia, tu eternidad y tu historia dentro de la historia de Dios. Incluso, si has sido un creyente durante algún tiempo, es posible que descubras aspectos que no se enseñan ampliamente. Terminarás con una mejor comprensión de toda la historia de Dios.

Luego, en las semanas 2 y 3 aprenderás sobre tu parte en la historia de Dios. En la segunda semana, descubrirás tu identidad en Cristo (quién eres), y en la tercera semana encontrarás tu propósito en Cristo (lo que haces).

¿Estás listo para comenzar? Primero, haz una pausa para examinar tu corazón. ¿Buscas sinceramente a Dios? En Jeremías 29:13, Dios dice: "Si me buscan de todo corazón, podrán encontrarme". Tómate unos momentos de oración y

decide buscar a Dios con todo tu corazón y alma (Deuteronomio 4:29);

decide aceptar lo que descubres sobre Él, su historia y cómo encajas en ella, incluso si algunas cosas te sorprenden o de alguna manera te molestan;

ora y pídele a Dios que prepare tu corazón para el viaje de fe que tienes por delante y que te provea de amigos que caminen contigo.

5

Juntos, busquen la verdad —busquen a Dios— con un corazón abierto. Y mientras lo persigues, descubrirás que Él siempre, siempre te ha perseguido.

Estás invitado

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 3:16

¿Cómo te sientes cuando recibes una invitación especial? Algo profundo sucede dentro de ti. Saber que alguien te tenía en mente cambia la forma en que te ves a ti mismo. Alguien pensó en ti y necesita tu presencia. La realidad es que Dios está pensando en ti y la Biblia es su invitación escrita. A través de las páginas de las Escrituras, Dios te invita a confiar en Él en cada parte de tu vida. Su invitación atraviesa todos los continentes, todas las culturas, todas las épocas. Y nuestra capacidad para escuchar y responder es la única limitación.6

Aunque fue escrita hace mucho tiempo, la historia de la Biblia es relevante ahora, define y explora nuestro mundo, explica por qué sufrimos el dolor y la injusticia y promete que un día Dios volverá a arreglar todo. La Biblia describe al pueblo de Israel a lo largo del Antiguo Testamento y su relación con Dios. Pero esta historia no es solo para ellos, esta historia de redención y relación es para todo el mundo, incluido tú. Querrás escuchar con atención lo que Dios está diciendo, porque te lo está diciendo a ti.

Cuando leas con atención, descubrirás tu verdadera historia. Sí, tu historia está escrita en la Biblia. Dios te creó para que lo conozcas y seas cambiado por Él como parte de su gran plan (Jeremías 9:23-24). Él tiene un propósito divino para tu vida. Pero solo podrás descubrir el llamado único de Dios para ti estudiando su Palabra y viviéndola en tu vida con su ayuda. En la historia de Dios, encontrarás el significado de tu historia y de todas las historias del mundo, pasadas, presentes y futuras.

Aunque la Biblia está completa, la historia de Dios sigue desarrollándose a nuestro alrededor. El último libro de la Biblia, Apocalipsis, nos muestra lo que ocurrirá al final de los tiempos. Pero también revela que la historia de Dios no tiene fin. Dios nos invita a la vida eterna a través de Jesús, ahora y siempre (Juan 3:16). La vida eterna es la amistad sin fin con Dios y la confianza en que Él escribe nuestra historia como parte de su historia verdadera (Juan 17:3; Hebreos 12:2).

Utiliza el siguiente tiempo para escribir cuál ha sido tu historia hasta ahora. ¿Cómo conoces a Dios?

Así como un libro se compone de muchos capítulos que cuentan una historia, la Biblia es una colección de libros que revelan la historia de Dios para nosotros. Cada libro, con sus capítulos y versículos, funcionan junto con todos los demás para revelar a Dios y su relación con nosotros. La historia de Dios nos lleva a Aquel que nos creó, el que vino a nosotros en la persona de Jesucristo. Toda la historia depende de Él. Toda la Biblia apunta a Él.

Al comenzar nuestro viaje juntos, tú y yo necesitamos tener una mayor visión de la historia de Dios como un todo. Se puede dividir en cuatro partes básicas: (1) la creación, (2) el pecado, (3) Jesús, y (4) la nueva creación; la creación de Dios restaurada. El Antiguo Testamento (los primeros treinta y nueve libros de la Biblia) nos habla de la creación y del pecado (y del Salvador que vendrá). El Nuevo Testamento (los últimos veintisiete libros de la Biblia) nos habla de Jesús (el Salvador) y de la nueva creación. Estas cuatro partes proporcionan un marco para entender todas las historias de la Biblia, y el significado de nuestras vidas.

Primera parte: La creación

Dios nos creó y quiere tener una relación cercana con nosotros.

El Antiguo Testamento comienza con la historia de la creación. Dios hizo todo de la nada y lo llamó "bueno", con una excepción (Génesis 1). Cuando Dios hizo a las personas, nos hizo a su imagen y semejanza y lo llamó todo "muy bueno". Tuvo un cuidado especial al crearnos porque quería tener una relación estrecha con nosotros. La realidad es que Dios no necesitaba crearnos. Ya vivía en una comunión perfecta. La Biblia revela que hay un solo Dios que existe en tres personas: Padre, Hijo (Jesús) y Espíritu Santo. Dios se complació en crearnos. Lo mejor de todo es que tenemos el placer de conocerlo (Colosenses 1:10). Nuestros primeros antepasados, Adán y Eva, vivieron, trabajaron y caminaron con Dios en el perfecto jardín del Edén. La alegría y la paz llenaban sus vidas como hijos de Dios.

Segunda parte: El pecado

Debido a que el pecado nos separa de Dios, necesitamos un Salvador.

Todo cambió cuando la serpiente (Satanás, el enemigo) entra en la historia. Torció las palabras de Dios para engañar a Adán y Eva. El engaño condujo al descontento, que los llevó a la desobediencia. En lugar de confiar en Dios, creyeron la mentira de Satanás y se volvieron contra Dios. Comieron del fruto que Dios les había prohibido. Eso es el pecado: apartarnos de la voluntad de Dios con nuestras actitudes o acciones. El pecado echó a perder la buena creación de Dios y todo se rompió. La rebelión de Adán y Eva los separó de Dios. Introdujo las consecuencias del pecado: muerte, codicia, enfermedad, violencia y dolor en el mundo. La oscuridad ahora llenó sus vidas convirtiéndose en enemigos de Dios (Romanos 5:10). El resto del Antiguo Testamento cuenta la historia de gente que batalla con el pecado, la desobediencia a los mandamientos de Dios y cuando ignoran su presencia, a pesar del llamado de los profetas a arrepentirse y regresar a Él. Más importante aún, predice la historia del plan de rescate de Dios. El mundo necesitaba un Salvador, alguien que lo rescatara.

Pecado:

Alejarnos de la voluntad de Dios con nuestras actitudes o acciones.

Parte tres: Jesús

Jesús nos rescata de nuestro pecado y restaura nuestra relación con Dios.

El Nuevo Testamento nos revela a nuestro salvador Jesucristo, el Hijo de Dios. Vino para liberarnos de las garras del enemigo y para restaurar nuestra relación con nuestro Padre celestial. Su misión es buscar y salvar a los perdidos (Lucas 19:10). El comienzo del Nuevo Testamento nos enseña sobre la vida de Jesús y nos dice cómo nos rescató. Dios es justo y nuestro pecado merece su juicio y la pena de muerte. Por el gran amor de Dios, Jesús tomó nuestro castigo ocupando nuestro lugar, muriendo en una cruz por nosotros. Ese no fue el final, sino el comienzo de una nueva vida. Jesús venció a la muerte y resucitó de la tumba para asegurarse de que el pecado nunca más pudiera separarnos de Él. ¡Él conquistó al pecado y a la muerte de una vez por todas!

Cuarta parte: Nueva creación; la creación de Dios restaurada

Dios hará nuevas todas las cosas, empezando por nosotros.

Un nuevo capítulo de la historia de Dios comenzó con la tumba vacía de Jesús. Nos encontramos hoy en este capítulo: Jesús está preparando un lugar en el Cielo para aquellos que confían en Él. Él les ha dado a los creyentes un nuevo propósito en la Tierra y prometió regresar por nosotros. El resto del Nuevo Testamento enseña sobre el plan de rescate que se extiende a todas las naciones y cambia el corazón y la vida de la gente por toda la eternidad. Incluso ahora, la creación se prepara para el regreso de Jesús. Cuando lo haga, hará nuevas todas las cosas. No habrá más quebrantamiento. Jesús creará un Cielo nuevo y una Tierra nueva, perfectos y sin ser afectados por el pecado. Entonces los creyentes adorarán a Dios y lo disfrutarán para siempre en su nueva creación.

Dios nos invita a confiar en Él en cada parte de su historia. Durante el resto de esta semana, veremos cada parte con más detalle. Descubriremos cómo Dios demuestra su amor por cada nación y cada persona (Juan 3:16). Tú y yo, y todos los demás, fuimos creados por su amor, para su amor y para compartir su amor. La invitación de Dios nos espera.

Permite que la Biblia te hable:

Leer Génesis 1 (Opcional: Romanos 5:12-21)

Permite que tu mente piense:

¿Qué te dice Génesis 1 sobre Dios?

¿Cómo te sientes al saber que tu historia forma parte de la historia de Dios?

¿Cómo cambia tu forma de ver a Dios, a ti mismo y a los demás el hecho de saber que Dios ama a todo el mundo?

Permite que tu alma ore:

Señor, gracias por revelar tu historia a través de la Biblia e invitarme a confiar en ti. Ayúdame a buscarte. Ablanda mi corazón y abre mis ojos a tu verdad mientras comienzo este viaje de fe. Quiero conocerte a ti y mi lugar en tu historia. Te lo pido en el nombre de Jesús, amén.

Permite que tu corazón obedezca:

(¿Qué es lo que Dios te está llevando a conocer, valorar o hacer?)

La creación perfecta de Dios muestra su gloria

Dios, en el principio, creó los cielos y la tierra... Dios miró todo lo que había hecho, y consideró que era muy bueno.

Génesis 1:1, 31 (NVI)

Entre el gran tamaño de la Biblia y sus antiguas lenguas y culturas, su lectura puede parecer intimidante para mucha gente. Algunos piensan que la Biblia es demasiado grande para leerla aunque les tome toda la vida. Pero en realidad, si la leyéramos durante una hora al día, podríamos leerla toda en unos ochenta días. Otros piensan que la Biblia es demasiado complicada y que requiere una formación avanzada para entenderla. Pero la revelación de Dios es solo eso: su revelación. Él quiere ser conocido. Puede que no lo entendamos todo, pero Dios nos ayuda a comprender muchas de sus verdades eternas. A veces, la gente asume que la Palabra de Dios es un libro de reglas, que nos da una lista de lo que se debe y no se debe hacer. Pero cuando la leemos, descubrimos la más magnífica narración de liberación y libertad en la historia del mundo. Es la historia de Dios.

Como aprendimos ayer, la Biblia comienza con la creación de todas las cosas y termina con la nueva creación. Es para todo el mundo, pero también es personal. La historia de Dios celebra la maravilla de la formación de cada persona, incluida la tuya (Salmos 139). Tú no elegiste tu origen, pero la Biblia revela que Dios lo hizo. Es el punto de partida en el camino de Dios hacia tu destino (Hechos 17:26-27). Pero para entender la historia de Dios y el lugar que ocupas en ella, primero tienes que entender que la historia de Dios no se centra en nosotros, sino en Dios y en su gloria. Todas las cosas existen para alabar su grandeza. Pronto descubrirás por qué es así, pero por ahora, empecemos por el principio de los tiempos.

Dios creó todo, cada cosa, para su gloria, incluyéndonos a ti y a mí. Él habló poderosamente para que toda la creación existiera: luz, tierra, mar, plantas y animales. Toda la creación glorifica a Dios al mostrar "su eterno poder y su naturaleza divina" (Romanos 1:20, NVI). Incluso “los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos” (Salmos 19:1, NVI). Desde las estrellas en el cielo hasta las partes más ocultas en nuestro cuerpo, toda la creación habla del resplandor y la bondad de Dios. Hombres, mujeres y niños también declaran la gloria de Dios. Como la luna que refleja la luz del sol, así nosotros reflejamos a Dios en el mundo. Nuestra razón de existir es para su gloria (Isaías 43:7).

Gloria:

Una de las palabras hebreas para gloria (kabod) se traduce literalmente como "pesado" y "de peso", lo que indica que es digno. Nuestra respuesta a alguien cuya presencia se siente fuertemente es el honor y el respeto.

Glorificar a Dios significa pensar, actuar, hablar y servir de manera que refleje la grandeza de Dios. Es el propósito de nuestra vida.

Fuente: Ludwig Koehler et al., El léxico hebreo y arameo del Antiguo Testamento (Leiden: EJ Brill, 1994-2000), 456.

Dios muestra su gloria de la manera más hermosa con su gran amor por nosotros. Él deseaba una relación estrecha con la humanidad, por lo que nos creó con especial cuidado, a su imagen y semejanza; "y dijo: Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza... Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente" (Génesis 1:26; 2:7, NVI). El Dios del universo formó al ser humano del polvo de la tierra. Como un alfarero moldea la arcilla, Dios tuvo un cuidado personal e íntimo en nuestro diseño. Él no mantuvo su distancia cuando creó a Adán y Eva en el principio, y no pone distancia contigo ahora. Quiere estar cerca de ti.

Dios también nos creó para disfrutar de las relaciones entre nosotros. Desde el principio, Dios dijo: "No es bueno que el hombre esté solo" (Génesis 2:18, NVI). Por eso, Dios creó a Eva para que fuera la compañera de Adán.7 En este papel, Dios diseñó a Eva como la contraparte esencial e igual de Adán para cumplir los propósitos de Dios para la humanidad. Este primer matrimonio es un ejemplo de la más estrecha de las relaciones humanas. Y lo que es más importante, sirve como imagen de nuestra relación con Dios. ¿Cómo debe ser el matrimonio? Amor desinteresado; amistad íntima; trabajo compartido; propósito divino; presencia fiel. Así es como debemos enfocar nuestra relación con Dios porque Él se deleita en nosotros. "como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti" (Isaías 62:5, NVI). Independientemente de tu estado civil, recuerda que tu profunda conexión con tu Creador es mucho más valiosa que cualquier matrimonio humano. "Porque el que te hizo es tu esposo" (Isaías 54:5, NVI). Dios te conoce íntimamente y es fiel. Él llama a su pueblo la "novia" de Cristo, plenamente conocida y plenamente amada (Apocalipsis 19:7-9; véase también Efesios 5:25-27). Incluso el mejor matrimonio terrenal es una sombra de la profundidad del amor que Dios vierte en tu relación con Él.

Es posible que comprendamos mejor el amor extravagante y desinteresado de Dios si tenemos nuestros propios hijos. Quizás por eso Dios nos creó para tener una relación cercana con nuestros hijos. Les ordenó a Adán y Eva: “Sean fructíferos y multiplíquense” (Génesis 1:28, NVI) para que pudieran compartir las bendiciones de Dios y sus enseñanzas con sus hijos (Deuteronomio 6:5-7). La crianza de los hijos puede ayudarnos a comprender mejor cómo nosotros, como hijos de Dios, podemos relacionarnos con Él como nuestro Padre celestial. Considera cómo un niño pequeño se sube al regazo de su madre y descansa en sus brazos. Seguro, amado, conectado. Acerquémonos a Dios de esa manera. Descansando en la fe, compartiéndole nuestro día, escuchando su voz, confiando en Él, obedeciéndole. Tengas o no hijos biológicos, Dios te creó para multiplicarte. Cuando transmites tu fe a la siguiente generación, recibes hijos espirituales, relaciones bendecidas que durarán para siempre. Dios nos hizo para ser padres y ser criados por Él.

Nuestras relaciones se extienden al resto de la creación. Desde el principio de Génesis, vemos a Dios obrando, formando la Tierra. Luego nos confía la Tierra "para que lo cultivara y lo cuidara" (Génesis 2:15, NVI). Dios trabajó para crearla, y nosotros trabajamos para mantenerla. Desde el principio de los tiempos, descubrimos los conceptos bíblicos de llamado, vocación y trabajo. Aprendimos que Dios quiere que disfrutemos del mundo natural y nos permite administrarlo para Él mediante nuestro trabajo. Hay muchas vocaciones, y todos tenemos diferentes pasiones y habilidades. Puede que no siempre nos guste el trabajo que hacemos, pero podemos elegir ser agradecidos. No importa lo que hagamos, podemos dar gloria a Dios en nuestro trabajo porque Dios nos diseñó para ello (1 Corintios 10:31).

Los dos primeros capítulos de la Biblia revelan mucho sobre la historia de Dios. Hoy hemos aprendido que (1) la historia de Dios se centra en Dios y su gloria, y (2) Él creó todas las cosas, incluido el trabajo, para mostrar su gloria. Dios nos ama y quiere que tengamos una relación cercana con Él. También nos bendice con la creación, nos ayuda a crear y nos invita a administrarla. Fuimos hechos para reflejar a nuestro Dios creativo.

Permite que la Biblia te hable:

Leer Génesis 2 (Opcional: Salmos 148)

Permite que tu mente piense:

¿Qué puede enseñarte la creación sobre tu Creador?

El único Dios verdadero nos creó para conocerlo. Ninguna otra religión ve a su(s) dios(es) de esa manera. ¿Por qué es importante para nosotros conocer a Dios personalmente?

¿Cómo cambia tu forma de ver a Dios la idea de que es tu cónyuge y tu padre?

Permite que tu alma ore:

Señor, eres digno de “recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:11, NVI). Gracias por tu perfecta creación. Mientras disfruto de tu gloria mostrada en el hermoso mundo que me rodea, recuérdame que tu gloria se muestra aún más hermosamente en tu amor por mí. Por favor, haz crecer mi relación contigo. Oro en el nombre de Jesús, amén.

Permite que tu corazón obedezca:

(¿Qué es lo que Dios te está llevando a conocer, valorar o hacer?)

El pecado lo arruina todo

Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios.

Romanos 3:23 (NVI)

Mientras el viento soplaba, un sonido familiar en el jardín del Edén provocó una sensación desconocida. Los corazones de Adán y Eva palpitaron con un extraño miedo. Dios estaba allí para pasar tiempo con sus preciosos portadores de imagen. Pero en lugar de caminar con Dios, se escondieron de Él en los árboles. Este fue el día en que el pecado lo arruinó todo.

En solo tres capítulos del Génesis vemos cómo se desarrolla esta historia. Dios observó toda la creación, tanto la que se ve como la que no se ve, y era "muy buena" (Génesis 1:31). Las personas y los ángeles tenían una relación perfecta con Dios. Él satisfacía abundantemente todas sus necesidades y deseos. También tenían la opción de amar y confiar en Dios o rebelarse. Eligieron rebelarse.

Pero no fueron los primeros rebeldes. No, había un "querubín ungido... protector" que era "irreprochable" hasta que se encontró maldad en él (Ezequiel 28:14-15, NVI). Satanás, conocido entonces como Lucifer, era hermoso y brillante, y lo sabía. Su corazón estaba tan lleno de orgullo que quería ser igual a Dios (Isaías 14:12-14). Incluso convenció a un tercio de los ángeles para que se unieran a él en su rebelión (Apocalipsis 12:4-9).

En respuesta a este mal, Dios, quien a la vez es amoroso y justo, castigó a Satanás expulsándolo en deshonra del Cielo (Ezequiel 28: 14-18). Satanás odiaba a Dios, por lo que se propuso destruir lo que Dios más amaba: sus preciosos portadores de imagen. Esos somos tú y yo.

Lo que comenzó como rebelión en el mundo invisible condujo al engaño en nuestro mundo visible. Satanás entró al jardín como una serpiente, tentando a Adán y Eva para que se rebelaran contra Dios. Los engañó al cuestionar las palabras de Dios para ellos. Satanás preguntó: “¿Es verdad que Dios les dijo...?” (Génesis 3:1). Luego sugirió que el mandato de Dios acerca de no comer del fruto del árbol en medio del jardín privó a Adán y Eva de algo bueno: “¡No es cierto, no van a morir!... llegarán a ser como Dios” (Génesis 3:4-5, NVI). En lugar de creer en el amor, la bondad y la abundante provisión de Dios para ellos, Adán y Eva comenzaron a cuestionar los mandamientos y las promesas que Dios les había hecho.

Portadores de la imagen:

A diferencia de los ángeles o los animales, las personas, tanto hombres como mujeres, están hechas a la imagen de Dios (Génesis 1:27). Pensamos, inventamos, planificamos, sentimos, creamos, distinguimos el bien del mal, tenemos recuerdos e ideas y damos a luz una nueva vida. Lo más importante es que podemos adorar, conocer y amar a Dios.

Satanás había creado la duda, y esta duda los llevó a la desobediencia. Satanás todavía nos engaña hoy en día, al igual que lo hizo con Adán y Eva. Nos engaña para que cuestionemos la Palabra de Dios y su bondad. Él despierta el descontento en nuestros corazones y nos tienta a desobedecer a Dios, tal como lo hizo al plantar semillas de duda en los corazones de Adán y Eva. Como resultado, ambos desobedecieron a Dios, y el pecado entró en nuestro mundo (Génesis 3:6).

El pecado lo arruinó todo; a causa de esto, toda la creación gime (Romanos 8:22). Junto con el pecado vino la muerte, el dolor, la vergüenza, la enfermedad, la violencia, el miedo, la depresión y toda clase de maldad. Su presencia incluso corrompió el funcionamiento de nuestros cuerpos; el parto se volvió más doloroso; el trabajo se volvió duro; la Tierra sufrió desastres naturales destructivos, animales venenosos y espinas que dificultaron el cultivo de la tierra. El pecado afectó incluso los detalles más pequeños de la creación, así como afecta los detalles más pequeños de nuestra vida. Las relaciones perfectas que Dios había formado a través del matrimonio, la crianza de los hijos y el trabajo, se rompieron. Lo peor de todo es que el pecado destruyó nuestra relación más importante: nuestra relación con Dios.

Creamos una separación dañina hacia Dios cuando hacemos las cosas a nuestra manera en vez de la suya. Como recordarás, eso es el pecado: alejarnos de la voluntad de Dios en nuestras actitudes y acciones. El pecado que cometieron Adán y Eva les hizo sufrir la muerte espiritual inmediatamente y enfrentar la muerte física eventualmente.

Después de comer el fruto prohibido, Adán y Eva se dieron cuenta de que estaban desnudos porque la vergüenza sigue al pecado. Cuando pecamos, nos sentimos sucios y expuestos porque hemos traicionado a nuestro Creador. En nuestro pecado, nos rebelamos contra aquel cuya imagen llevamos. Nos confundimos sobre nuestra identidad. Desorientados y avergonzados, a menudo hacemos lo mismo que Adán y Eva: nos escondemos de Dios (Juan 3:20).

Adán y Eva cosieron hojas tomadas de una higuera para cubrir su vergüenza (Génesis 3:7). Tratamos de encubrir nuestro pecado y vergüenza también, pero no usamos hojas de higuera. En cambio, mentimos para encubrir nuestros errores o hacemos muy buenas obras para compensar nuestros fracasos. Ninguno de esos esfuerzos dura mucho porque nuestros intentos de cubrir nuestros pecados son tan endebles como la ropa de hojas de higuera. Adán y Eva sabían que sus hojas de higuera no cubrían su pecado, sin embargo, de todas formas se escondieron de Dios cuando oyeron que los llamaba en el jardín.

Antes de descubrir cómo respondió Dios al pecado de Adán y Eva, recordemos que no podemos culparlos por nuestro pecado. Todos rompemos las reglas de Dios. “No hay un solo justo, ni siquiera uno” (Romanos 3:10). Los Diez Mandamientos (Éxodo 20:2–17) nos enseñan a amar y servir solo a Dios, respetar el nombre de Dios, honrar a nuestros padres y descansar en Dios. También nos enseñan a no matar, ni cometer adulterio, robar, mentir o querer lo que los demás tienen. Jesús hizo que estas reglas fueran más difíciles de seguir. Enseñó que la ira persistente es tan mala como el asesinato y que la lujuria intencional es tan mala como el adulterio (Mateo 5:21-22, 28). Dios se preocupa por nuestro corazón tanto como por nuestras acciones. Eso significa que incluso cuando hacemos cosas buenas por razones equivocadas, pecamos. Dios nos manda, “Sean, pues, santos, porque yo soy santo” (Levítico 11:44-45, NVI). Es Imposible, pensamos; y entonces pecamos, sentimos vergüenza y nos escondemos de Dios, tal como lo hicieron Adán y Eva.

Pero Dios no abandonó a Adán y Eva, y no nos abandona a nosotros. Dios fue a buscarlos, tal como viene a buscarnos a nosotros. "¿Dónde estás?". Él preguntó (Génesis 3:9). Esta pregunta no se refería a su ubicación física, sino a su ubicación en relación con Dios.8 Todos debemos hacernos la misma pregunta. Adán y Eva admitieron su desobediencia, pero usaron excusas y culpa para racionalizar su comportamiento. Cuando pecamos, a veces ponemos excusas y culpamos a los demás. Pero no hay excusas para el pecado. El engaño no excusa al pecado. Nuestras heridas no nos dan derecho a herir a otros. Adán y Eva podrían haber regresado a Dios con sus preguntas, y nosotros podemos buscarlo con las nuestras también. Dado que las normas de Dios son perfectas y Él mira el corazón, no aceptó las confesiones de culpabilidad de Adán y Eva. El pecado es siempre una ofensa grave. El daño ya estaba hecho. En la perfecta justicia de Dios, era necesario pagar la pena de muerte por ese pecado. La vida está en la sangre (Levítico 17:11), y su sangre ahora estaba contaminada espiritualmente con el pecado.

Dios nunca quiso que sus amados, creados a su imagen, pagaran la pena por su pecado. Por eso, inmediatamente reveló su plan de rescate, un plan que nos quitaría el peso del pecado y lo pondría sobre el único Hijo de Dios, Jesucristo. Dios se apartó de Adán y Eva y se dirigió al verdadero enemigo, Satanás: "Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón" (Génesis. 3:15, NVI). A Satanás se le permitiría golpear al Salvador y causarle dolor; pero al final, Él lograría aplastar al enemigo que busca "robar, matar y destruir" para que podamos "tener vida, y tenerla en abundancia" (Juan 10:10, NVI).

Antes de que Dios expulsara a Adán y Eva del jardín, mató a un animal y reemplazó sus hojas de higuera marchitas con ropa de cuero resistente. Esto presagió los muchos sacrificios que se harían para cubrir el pecado de la humanidad hasta el sacrificio completo y final de Jesús (Levítico 1-7).9

Sí, Jesús moriría para pagar nuestra deuda en lugar de nosotros. Inconcebible, pero cierto. Dios provee una manera de cubrir y expiar nuestro pecado y restaurar nuestra vida espiritual. A través de los sacrificios de sangre, primero de ciertos animales, y finalmente de Jesús, el Cordero de Dios, nuestra relación con Él pudo ser restaurada (Hebreos 9:26; 10:4). Sangre limpia para cubrir la sangre impura. La muerte de Jesús en nuestro lugar fue un sacrificio completo y final que nunca se repetirá.10

Incluso en esta época oscura en la que el pecado entró en el mundo, el tierno amor de Dios brilló aún más. Vino a buscarnos; nos cubrió y prometió rescatarnos. ¡Oh, con cuánta pasión nos ama!

Permite que la Biblia te hable:

Leer Génesis 3 (Opcional: Salmos 51)

Permite que tu mente piense:

Si Dios te preguntara: "¿Dónde estás?", ¿qué le dirías?

¿Te escondes de Dios de alguna manera? Si la respuesta es afirmativa, explícalo.

¿Cómo te sientes al saber que Dios te está buscando (Ezequiel 34:11–16; Lucas 19:10)?

Permite que tu alma ore:

Señor, “Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro” (Salmos 32:7, NVI). Que nunca me esconda de ti, sino que me esconda en ti, sabiendo que tú me perdonarás y me protegerás. En el nombre de Jesús, amén.

Permite que tu corazón obedezca:

(¿Qué es lo que Dios te está llevando a conocer, valorar o hacer?)

Jesús nos rescata, nos perdona y nos guía

Cristo sufrió por nuestros pecados una sóla vez y para siempre. Él nunca pecó, pero murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios.

1 Pedro 3:18

De todos los géneros literarios incluidos en la historia de Dios: historia, poesía, profecía, cartas, el misterio no es uno de ellos. Pero durante miles de años, el pueblo de Dios pudo haber sentido que había demasiadas incógnitas. Dios prometió enviar un Salvador, la “simiente” que aplastaría al enemigo (Génesis 3:15, NVI). Y la Escritura proporcionó cientos de profecías para que el Salvador pudiera ser reconocido y le creyeran. Hubo guerras y arduas caminatas por el desierto para proteger la simiente de Dios. Pero los detalles del plan de rescate de Dios permanecieron ocultos, y esto les planteó muchas preguntas: ¿Quién podrá salvarnos de nuestro quebrantamiento y de este mundo infectado por el pecado? ¿Cómo podría satisfacerse la ira de Dios contra el pecado? ¿Cómo podríamos escapar del castigo que merecemos?

La Biblia advierte que la consecuencia de nuestros pecados, nuestras actitudes o acciones que violan los mandamientos de Dios, es la separación total de Dios, para siempre. Pero Dios nunca tuvo la intención de que nuestra historia terminara de esta manera. La separación de Dios significaría la separación de todo lo bueno, bello, sabio, puro, heroico y verdadero. Todo lo bueno que refleja a Dios desaparecería de nuestra existencia.

Durante mucho tiempo, pareció que las palabras de Dios también se habían ido. El Antiguo Testamento habla del Salvador venidero: el Mesías, el Libertador prometido por Dios. Durante cientos de años, los profetas le dijeron al pueblo de Dios que se preparara para la venida del Salvador arrepintiéndose (alejándose de su pecado y volviéndose a Dios). Pero luego, al parecer, Dios dejó de hablar. El Antiguo Testamento terminó.

Arrepentimiento:

Alejarse del pecado y volverse a Dios.

Silencio... y espera.

Hasta que un día, en el momento perfecto y de la manera perfecta, llegó un Salvador perfecto (Gálatas 4:4). Dios rompió el silencio, reveló el misterio de su voluntad (Efesios 1:9) y nos habló directamente a través de su Hijo, Jesús (Hebreos 1:2). Aquel que imaginó la creación e hizo que existiera, ahora aparece en su creación para hablarnos. Él era completamente humano y completamente Dios. Jesús fue llamado Emanuel, que significa "Dios está con nosotros" (Isaías 7:14; Mateo 1:23). La Palabra de Dios vino, no en forma escrita, sino en forma humana (Juan 1:14). ¿Qué diría la Palabra de Dios?

Nada al principio, porque nació como un bebé, un bebé frágil cuyo nacimiento celebramos en el día que ahora se llama Navidad. En lugar de elegir una partera y preparar cuidadosamente los suministros para el bebé, la madre de Jesús, María, pasó las últimas y agotadoras etapas de su embarazo viajando por caminos difíciles y polvorientos. Cuando ella y su esposo, José, finalmente llegaron a Belén para ser contados en un censo romano, la pequeña ciudad estaba tan llena de gente que no pudieron encontrar un lugar para quedarse. Entonces María dio a luz a su hijo en un establo de animales y lo colocó en un pesebre para que durmiera (Lucas 2).

Es inimaginable, pero Jesús, el Rey del universo, nació pobre por una razón.

El gran amor de Jesús por la creación hizo que dejara de lado voluntariamente los privilegios reales que le correspondían. "Aunque era Dios... renunció a sus privilegios divinos... y nació como un ser humano" (Filipenses 2:6-7). Se hizo pobre para que nosotros fuéramos ricos en la misericordia y la gracia de Dios (2 Corintios 8:9).

En lugar de una publicación de nacimiento real y de espectadores ricos, los ángeles anunciaron la llegada de Jesús como bebé a los pastores, los más pobres de los pobres. Incluso la creación proclamó la gloria de Dios cuando una nueva estrella reveló al Rey de reyes a los magos, los más sabios entre los sabios. Lo sobrenatural y lo natural gritaban su llegada a todo el mundo, grandes y pequeños, ricos y pobres. La Palabra de Dios llegó para todos.

Cristo:

El "ungido de Dios". Es la traducción griega de la palabra hebrea Mesías.

¿Por qué vino el Salvador de esta manera? Jesús se humilló, y se convirtió en uno de nosotros para poder hacer por nosotros lo que nunca podríamos hacer por nosotros mismos. “Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo” (2 Corintios 5:21, NVI). Este es el mensaje del evangelio, buenas noticias, en un solo versículo. Tómate un momento para volver a leerlo.

En la máxima expresión de amor, Dios envió a su único Hijo, Jesús, a vivir una vida perfecta y sufrir el castigo por nuestros pecados. Fue acusado falsamente, golpeado brutalmente y clavado en una cruz. En realidad, nosotros debimos haber estado en esa cruz, “...pero él fue traspasado por nuestras rebeliones y aplastado por nuestros pecados. Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz; fue azotado para que pudiéramos ser sanados... Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros” (Isaías 53:5-6). Jesús sufrió todo el castigo por todos nuestros pecados “y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2, NVI). Él tomó nuestro lugar en esa cruz. Recordamos el máximo sacrificio de Jesús, el Viernes Santo de cada año. Todavía estamos hablando de ese evento, y la gente todavía está martirizada por hablar de Él, más de dos mil años después. Pero gracias a Dios, su historia no terminó ahí.

Evangelio:

"Buenas noticias". Esto se refiere a las buenas nuevas de que la muerte de Jesús proporcionó el pago total por la pena del pecado y cualquiera que se vuelva al Jesús vivo y confíe solo en Él para la salvación es perdonado, es renovado y tiene vida eterna.

Tres días después, todo cambió. ¡La tragedia se convirtió en victoria! La muerte fue derrotada, ¡y Jesucristo se levantó de entre los muertos! Se apareció a más de quinientas personas, instruyó y empoderó a sus seguidores y ascendió al Cielo. No solo reconcilió sus relaciones en la Tierra, sino que también abrió un camino para que estemos con Él en el Cielo para siempre. Podremos perder nuestro cuerpo físico a causa de la muerte y experimentar decadencia como resultado de vivir en un mundo caído; pero nuestro espíritu y alma vivirán para siempre porque Jesús conquistó la muerte y nos da vida eterna a través de la fe en Él.

La victoria de Jesús sobre la muerte nos da la victoria sobre el pecado; esto es lo que celebramos en el Domingo de Pascua o de Resurrección. ¡Dios también lo celebra! Nuestra reconciliación le produce una gran alegría por su gran amor por nosotros. "En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados" (1 Juan 4:10, NVI).

Reconciliación:

Relación reparada o restaurada.

Dios nos ofrece un regalo de valor incalculable en Jesucristo. “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” (Romanos 6:23, NVI). Así como cualquier regalo que solo se puede disfrutar si se recibe y se abre, necesitamos recibir el regalo gratuito de una relación restaurada con Dios. ¿Cómo? Volviéndonos hacia Jesús y apartándonos de nuestros pecados. Le pedimos perdón a Dios y seguimos a Jesús como nuestro líder.

De manera devastadora, mucha gente rechaza este regalo. Algunos no creen que sus pecados merezcan castigo. Algunos trabajan para volverse justos por sí mismos. Pero la Biblia es clara: “Nadie es justo, ni siquiera uno” (Romanos 3:10). Nadie es suficientemente bueno porque “pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23, NVI). Otros rechazan a Jesús porque creen que hay muchos caminos al Cielo. Sin embargo, la Biblia es clara: “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el Cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos” (Hechos 4:12, NVI). Jesús mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre, sino por mí” (Juan 14:6, NVI). Incluso Jesús le preguntó al Padre si había otra forma de rescatarnos que no fuera por su muerte en la cruz (Mateo 26:39–42). Pero no había otra forma. Jesús tuvo que morir. Solo a través de Jesús podemos encontrar el perdón y la reconciliación con Dios.

Justo:

Recto, inocente, impecable, sin culpa.

Cuando le pedimos perdón a Jesús, el pecado que nos separa de Dios desaparece. Ahora tenemos el Espíritu de Dios viviendo en nosotros, ayudándonos a vivir para Jesús cada día. ¡Empezamos a cambiar! El pecado ya no nos controla. Dios nos adopta en su familia y somos suyos. No más separación y no más condenación (Romanos 8). Somos amados para siempre.

Y este es solo el comienzo de nuestra verdadera historia con Dios. Mañana descubriremos qué sucede cuando somos renovados.

Permite que la Biblia te hable:

Isaías 53 (Opcional: Juan 19-20)

Permite que tu mente piense:

Isaías 53 fue escrito siglos antes de Jesús. ¿Conoces a alguien más en la historia que cumpla estas profecías?