Vivian - Relato erótico - Camille Bech - E-Book

Vivian - Relato erótico E-Book

Camille Bech

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  • Herausgeber: LUST
  • Kategorie: Erotik
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2022
Beschreibung

Vivian es casi veinte años mayor que Alexander, pero siente una gran atracción por el hermoso muchacho de piel oscura. Cuando llega a casa y encuentra un ramo de rosas frente a su puerta, sabe que debe dejarse llevar por su deseo a pesar de la gran diferencia de edad.-

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Seitenzahl: 20

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Camille Bech

Vivian

 

LUST

Vivian

Original title:

LIDENSKAB - Vivian

Translated by: Sif Rose Thaysen Copyright © 2017, 2019 Camille Bech and LUST, an imprint of SAGA, Copenhagen All rights reserved ISBN: 9788726301144

 

E-book edition, 2019 Format: EPUB 2.0

 

All rights reserved. No part of this publication may be reproduced, stored in a retrieval system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

 

Vivian

 

Seguro que no la vio cuando cruzaba la calle. Probablemente desapareció en un punto ciego y él se dirigió directo hacia ella. Por suerte, no iba demasiado rápido y cuando salió del coche para ayudarla, ella ya estaba nuevamente en pie.

—Lo lamento tanto, ¿te has hecho daño?

La miró. Era una mujer que, aparentemente, más allá de sentirse algo irritada e impactada, no había sufrido ningún daño, o por lo menos eso parecía.

—No lo creo, probablemente no sea nada —dijo con un gesto de dolor mientras rengueaba hacia un lado de la calle. El muchacho colocó una brazo amistoso sobre sus hombros.

—¿Te duele?

—Un poco, tal vez... Estoy segura de que no es nada.

Lo miró y, para su sorpresa, sus labios dibujaron una sonrisa.

—¿Quieres que te lleve a casa? —preguntó.

Tenía el codo lastimado y dudaba poder hacer el viaje de regreso a casa. El muchacho parecía amigable, así que pensó que no haría ningún mal.

—Sí, gracias, si tienes tiempo. No vivo muy lejos de aquí... Gracias.

Le abrió la puerta del coche mientras le decía que era lo menos que podía hacer después de atropellarla.

 

—No te vi para nada. No tengo mi licencia desde hace mucho y... bueno, soy un chico de campo, así que no estoy acostumbrado a conducir en la ciudad.

—¿Un chico de campo? ¿Qué haces en el tráfico de la gran ciudad?

—Estoy en la universidad, estudio derecho, pero rara vez conduzco por aquí. Le pedí prestado el coche a mi padre.

No pudo evitar sonreír. Era encantador verlo disculparse mientras luchaba con un mechón de cabello negro que insistía en caer sobre su frente. Era increíblemente guapo y pulcro, de complexión dorada y ojos marrones, y estaba en forma.