Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
"Viviendo con Estilo" fue más que un programa radial; fue un espacio donde la voz de Joel Fonseca Silva resonó en miles de corazones, inspirando a vivir con propósito y espiritualidad. Este libro recoge sus enseñanzas y reflexiones, preservando la esencia de un mensaje que transformó vidas. Cada capítulo combina relatos cotidianos con verdades universales, explorando temas como la naturaleza, la Biblia y la vida diaria, siempre con el carisma y pasión del autor. Más que transmitir conocimientos, esta obra invita a la reflexión y al crecimiento personal, guiando al lector con empatía y sabiduría. A través de historias sencillas y profundas, nos recuerda la belleza de lo simple y el poder de la fe. Agradecemos a los oyentes que enriquecieron este proyecto con sus cartas y comentarios, así como al equipo que convirtió un programa de radio en un legado literario. Este libro es una invitación a vivir con propósito, amor y una fe inquebrantable, confiando en que cada día es una oportunidad para crecer y servir.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 152
Veröffentlichungsjahr: 2025
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Cualquiera que sea la manera en que surja la oportunidad, deberíamos estar listos y dispuestos a hablar acerca de lo que Dios hizo por nosotros. Presentamos Viviendo con estilo con Joel Fonseca Silva.
Dios nos ofrece esperanza y también se la ofrece a los demás. Hemos presentado Viviendo con estilo. Siga junto a nosotros.
“Viviendo con estilo” no fue simplemente un programa radial; fue una ventana al alma, un espacio donde las palabras de Joel Fonseca Silva encontraron eco en los corazones de miles de oyentes. Este libro, que reúne las reflexiones y enseñanzas compartidas a lo largo de los episodios, busca preservar la esencia de un proyecto que inspiró a vivir con propósito y espiritualidad.
Cada capítulo de este libro nos invita a explorar temas profundamente humanos desde una perspectiva única, combinando relatos cotidianos con verdades universales. Las historias sobre la naturaleza, los animales, la Biblia y la vida diaria, compartidas con el carisma y la pasión del conductor, nos recuerdan la belleza de lo simple y el poder transformador de la fe.
“Viviendo con estilo” no solo transmite conocimientos; nos desafía a reflexionar sobre nuestra propia vida y nuestras elecciones. El autor nos guía con empatía y sabiduría, ayudándonos a encontrar inspiración en las pequeñas cosas y a fortalecer nuestra conexión con Dios.
Agradecemos profundamente a todos los oyentes que, con sus cartas y comentarios, enriquecieron este proyecto y motivaron la creación de este manuscrito. También reconocemos el esfuerzo del equipo que convirtió un programa de radio en un legado literario.
Este libro es una invitación a redescubrir el significado de vivir con estilo: con propósito, con amor y con una fe inquebrantable en que cada día es una oportunidad para crecer y servir. A través de sus páginas, deseamos que encuentren consuelo, esperanza y motivación para caminar de la mano con Dios.
1 Distancia individual
2 Raíces
3 Oxígeno
4 Monos
5 Orugas
6 El águila
7 Humberto el hipopótamo
8 Tortugas marinas
9 Los patos
10 Las antenas
11 Cucarachas
12 El pájaro campana
13 Las olas
14 El cometa Kohoutek
15 Eugen Sandow
16 Espinas
17 Arañas
18 El ante
19 La roca
20 El buey almizclero
21 El oso negro
22 Las nubes
23 Las Pulgas
24 Marsupiales
25 Los buitres
26 La musaraña acuática
27 Bisos
28 La Luz
29 Droseras
30 Ratas Silvestres
31 Pez Espada
32 Serpientes
33 Agujeros negros
34 El calamar
35 Árbol campeón
36 Arenas movedizas
37 Camellos
38 El carpincho
39 El cangrejo ermitaño
40 Los pingüinos
41 El bosque
42 El búho gris
43 La nutria
44 El cerebro
45 El Bulbul
46 Elefantes
47 El cormorán
48 El sapo termómetro
49 Los alimentos
50 La zarigüeya
51 La tela araña
52 El oso negro
53 Los pájaros
54 El sueño
55 La luna
56 Pirámide alimenticia
57 El mar
58 Parejas
59 Las Perlas
60 Búhos
61 Vizcachas
62 Peces trepadores
63 Salamandra
64 El sapo
65 Perros esquimales
66 Gorriones
67 Coyotes
La próxima vez que veas un grupo de pájaros parados en un alambre telefónico o de electricidad, estúdialos detenidamente. Podrás observar que están más o menos a la misma distancia unos de otros. Si alguno vuela y se posa entre dos que ya estaban en los alambres, estos hacen una de dos cosas: si hay suficiente espacio a cada lado para mantener la distancia, sencillamente se mueven. Sin embargo, si ese movimiento va a incomodar a los demás, salen volando. Los hombres de ciencia llaman a eso “distancia individual”. Todos los animales, ya sean mamíferos, peces, aves, reptiles o insectos, guardan distancia con los miembros de su especie. Hay diferencias también en ese sentido entre los machos y las hembras. El macho mantiene siempre una distancia mayor entre él y los demás machos que la hembra con respecto a las otras. La costumbre de mantener cierta distancia con las otras personas parece ser tan común entre los humanos como entre los animales. Se relaciona con la necesidad de conservar la intimidad. Nos sentimos bastante incómodos, por ejemplo, cuando vamos apiñados con extraños en un ascensor. Si tenemos que sentarnos en la estación, por lo general vamos a ocupar el asiento que esté más lejos de la gente.
Los seres humanos necesitamos espacio. Demasiada gente en el mismo lugar nos pone nerviosos, aunque se trate de amigos. De vez en cuando es bueno estar solos para pensar o descansar sin tener que hablar con otros o escucharlos. Apreciados amigos, Jesús es nuestro mejor ejemplo. Él a menudo encontraba tiempo para estar a solas. Se iba sin compañía alguna y pasaba toda la noche en comunión con su Padre Celestial; le resultaba reparador como el sueño mismo. El descanso y el salir de entre la multitud es tan importante para nuestra salud y nuestro bienestar espiritual como la oración y el estudio de la Biblia, porque le da a nuestra mente la oportunidad de pensar con más claridad acerca de lo que Dios está tratando de decirnos.
¿Cuánto te ama Jesús? Él vino para buscarnos, para llevarnos con él al Reino de los Cielos. Hemos estado solos en esta tierra, solamente protegidos por él y acompañados por sus ángeles. Pero él quisiera vernos mirarlo, permitirnos a nosotros también contemplarlo. Ese es nuestro Dios, él quiere estar a nuestro lado. Quiero invitarte a que aceptes su invitación y puedas estar con él por toda la eternidad en la patria celestial. En ese buen propósito, que Dios te bendiga.
Cuando se nos habla de raíces, por lo general nos imaginamos esas especies de cuerdas más o menos leñosas que crecen bajo tierra y les proporcionan alimento a las plantas. ¿Pero saben ustedes cuán largas y fuertes pueden ser las raíces? Una planta de alfalfa de unos 30 centímetros de alto puede tener raíces de hasta diez metros de longitud. Si pudiéramos poner las raíces de una planta de maíz una detrás de la otra en una sola fila, formaríamos un hilo de 30 o 40 metros de largo. Las raíces del quebracho californiano pueden ocupar hasta 2500 metros cúbicos de subsuelo. La raíz más profunda fue descubierta en África. Era de un árbol de acacia y llegó a 50 metros de profundidad. Las raíces tienen que abrirse paso a través del suelo compacto, sortear piedras y otras sustancias duras para afirmarse y continuar creciendo. La fuerza de cualquier raíz es prácticamente inconmensurable y la más pequeña de ellas puede desplazar pequeños obstáculos y perforar el duro suelo. Algunas raíces producen una sustancia química que se encuentra en su extremo y que disuelve el suelo frente a ellas. Cuando las raíces tropiezan con granito, por ejemplo, este se parte mientras las raíces, que parecen suaves y frágiles en comparación, continúan creciendo persistentemente. Lo que más busca la raíz es agua, porque cuando hay abundancia de ella, la planta está en condiciones de fabricar buen alimento y dispone de medios para transportarlo a través del tronco, las ramas y las hojas.
Apreciados amigos, tenemos en Jesús una provisión constante de agua. Y se nos ha dado su Espíritu para ayudarnos a introducir profundamente nuestras raíces en busca del agua verdadera y viviente. Ahora mismo, por ejemplo, deberías decidirte a estar arraigado y fundado en el Señor Jesús. Ese fundamento te va a proporcionar gran fe. Una fe tan fuerte que será capaz de mover montañas tal como la frágil raíz puede mover peñascos.
¿Cuánto te ama Jesús? Él dio su vida por nosotros en la cruz del Calvario para que tú y yo podamos permitir su morada en nuestro corazón. En la medida en que permitamos que Él profundice su presencia en nuestro corazón, nuestra experiencia con Él será diferente. Miraremos a este mundo, pero anhelaremos estar con Él en el cielo. Raíces profundas son las que Dios nos ofrece.
En el libro de Génesis 2:7 dice: “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra. Y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”. Se necesita más que oxígeno para conservar a un ser humano con vida. El oxígeno es un ingrediente sumamente importante para el sostén de la vida; nuestro organismo emplea el oxígeno para liberar energía de una forma muy semejante a como se emplea en una chimenea para liberar calor. Al correr, consumimos energía e incluso nos sentimos acalorados; se está usando oxígeno. En efecto, cuando corremos o hacemos algún ejercicio al cual nuestro organismo no está acostumbrado, quedamos sin aliento. Esto significa que el organismo está empleando más oxígeno del que llega por medio de los pulmones y tiene que pedirlo prestado a otros órganos del cuerpo por algún tiempo. El organismo siente que le falta oxígeno y la persona también lo siente, por lo que respira aceleradamente para devolver el oxígeno que sus músculos pidieron prestado a otros órganos del cuerpo. Esta falta de oxígeno, debido al hecho de que se ha pedido prestado para emplearlo en un consumo extraordinario, recibe el nombre de deuda de oxígeno. En esta condición, el hombre no está listo para soportar por mucho tiempo este tipo de deuda. Pero, a diferencia, la ballena puede solicitar en préstamo litros y litros de oxígeno de los diferentes órganos de su enorme cuerpo sin mayores dificultades. De ese modo, puede permanecer bajo el agua por largos periodos. Cuando sale a la superficie, lanza al aire una columna de vapor al exhalar el dióxido de carbono e inhala grandes cantidades de oxígeno para pagar su deuda. Mientras más tiempo permanezca debajo del agua, más durará su columna de vapor.
Apreciados amigos, a menudo se ha llamado a la oración el aliento del alma y la forma mediante la cual liberamos la energía espiritual que Dios nos concede. Pero nos preguntamos: ¿cuánto tiempo podrías vivir con oxígeno prestado? Solo unos pocos minutos. No obstante, muchas veces tratamos de vivir con oraciones prestadas durante mucho tiempo. Es fundamental que continuemos respirando y también es esencial que continuemos orando. Cuando nos sintamos tan incómodos sin oración como cuando nos quedamos sin oxígeno, nos daremos cuenta de la clase de deuda que tenemos y vamos a desear inhalar grandes cantidades del amor de Dios.
¿Cuánto te ama Jesús? Él hizo al ser humano y le puso hálito de vida, y fue entonces el hombre un ser viviente. Vivimos en esta tierra, pero sin embargo hay lugar para nosotros en la patria celestial. Es por eso que Jesús vino para dar su vida, poner dentro de nosotros su espíritu, su oxígeno, para prepararnos para el Reino de los Cielos. Apreciados, mientras esperamos el momento en que Él venga, permitamos que el oxígeno del cielo pueda estar en nuestros corazones.
En la India, algunos de los monos que normalmente viven en la selva han cambiado por completo su forma de vivir. Su nueva selva está constituida por los techos de los viejos edificios, de las aldeas, los pueblos y las ciudades. Los monos que viven en las ciudades son, por cierto, muy diferentes de sus primos que viven en la selva. Los monos de la ciudad han aprendido a comer los alimentos cocinados que consumen los humanos, mientras que los de la selva viven de las frutas y las hojas que crecen naturalmente en su entorno. Un hombre de ciencia que quería determinar hasta qué punto se encontraban arraigadas esas diferencias ofreció alimentos naturales y alimentos cocinados tanto a los monos de la ciudad como a los de la selva. Los resultados pusieron de manifiesto que los monos de la ciudad estaban totalmente adaptados a su forma de vida ciudadana, porque comieron el pan, los maníes tostados y los alimentos condimentados; todo se lo comieron. En cambio, los monos de la selva rechazaron sistemáticamente los alimentos cocinados, eligiendo la fruta fresca, los vegetales crudos y todo lo que se les presentaba.
Podríamos creer que los monos de la ciudad preferirían ir a la selva, donde la alimentación es abundante. ¿Saben?, no es así; cuando se los captura y se los lleva a la selva, inmediatamente regresan a la ciudad, a pesar de todos los problemas que encuentran allí. Otro hombre de ciencia puso monos de las dos clases en una jaula, siendo la conducta de esos monos hacia sus compañeros de jaula muy diferente. Los de la selva se sentaron tranquilamente y permanecieron impasibles, mientras que los de la ciudad comenzaron casi inmediatamente a pelear entre ellos; en algunos casos, incluso se produjeron graves heridas y muertes.
Apreciados amigos, Dios puso originalmente al hombre en un jardín y, a través de su historia, cuando el hombre se apartó del Señor, lo primero que hizo fue edificar una ciudad. Eso fue lo que hicieron los hijos de Caín, eso fue lo que ocurrió después del diluvio, eso fue lo que impulsó a Lot a abandonar a Abraham en las colinas de Palestina para ir a vivir a la ciudad, lo que con el tiempo le causó la ruina.
¿Cuánto te ama Jesús? Hay lugar para nosotros en el Reino de los Cielos, el Maestro lo repitió: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Permitamos que el Espíritu de Dios pueda ayudarnos a prepararnos para el Reino de los Cielos. No dejemos que nuestra vida se acostumbre a esta tierra; en esta tierra hay muerte, pero en el cielo hay vida eterna.
En los tiempos bíblicos, la gente dependía del cultivo de la tierra para su sustento, y la persona que trabajaba persistentemente y confiaba en Dios siempre vivía satisfecha. Pero entonces, como ahora, había quienes pensaban que habían descubierto la manera de hacerse ricos a corto plazo. Generalmente, esas personas confiaban demasiado en sí mismas y habitualmente fracasaban, pero el fracaso no las detenía; estaban seguras de ser lo suficientemente hábiles para descubrir la manera de vivir mejor, pero con menos trabajo. Posiblemente hablaban mucho acerca de su instinto.
Un naturalista francés llamado Jean-Henri Casimir Fabre observó cierta vez la conducta de unas orugas, las cuales nos servirán de ilustración para lo que queremos enseñar. Se trata de unas orugas que siempre van una detrás de la otra en procesión, siendo su alimento favorito las hojas de pino. Cierta vez, Fabre puso una fila de estas orugas en el borde de un macetero y, al mismo tiempo, colocó una rama de pino en la mesa junto al macetero. Hubiera sido muy sencillo para las orugas deslizarse por el costado del macetero y llegar a la rama de pino; lo hubieran hecho fácilmente si se hubiera tratado de algún otro vegetal, pero evidentemente, estas orugas no saben comportarse cuando se encuentran con una superficie circular. Además, su instinto les dice que tienen que dejar una estela de seda por donde pasan; esa estela de seda tiene un aditamento que deben seguir, incluso cuando vuelven a encontrarse en el inicio del borde de ese macetero. La oruga capitana exploró su camino en todo el contorno mientras las demás la seguían religiosamente, guiadas por el hilo de seda. Llegó el momento en que la capitana se encontró con su propio rastro y su instinto le indicó que lo siguiera, y no solamente el suyo, sino el de todas las otras orugas que iban detrás de ella. Esas orugas dieron vueltas sin parar durante siete días seguidos, incapaces de quebrantar el hábito que habían contraído y que no las llevaba a ninguna parte.
Apreciados amigos, allí también llegaremos nosotros si seguimos a alguien que no tiene buen juicio. El apóstol Pablo dijo: “Examinadlo todo; retened lo bueno”.
¿Cuánto te ama Jesús? En la Biblia, en uno de los Proverbios, dice: “El que labra su tierra se saciará de pan, más el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”. Permitamos que las enseñanzas de Jesús y la sabiduría que nos ofrece nos ayuden a caminar en el camino correcto. Porque Jesús dijo: “Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la vida”.
El águila es conocida en todo el mundo como símbolo de varios países. Entre ellos se encuentran Austria, Alemania y los Estados Unidos. Sin embargo, algunos han tratado de desacreditar al águila, calificándola de depredadora, a veces de fanfarrona e incluso de ladrona. Pues bien, ¿no somos todos a veces lo que no deberíamos ser? No hay nadie perfecto; por lo tanto, meditemos un momento en algunas de las buenas cualidades del águila.
Las águilas se aparean de por vida y nada puede separar a la pareja, con excepción de la muerte. El águila solitaria lamenta la muerte de su compañera o compañero por meses enteros, volviendo cada vez al nido donde ésta solía estar. Las águilas construyen un hogar permanente y moran en él por toda la vida, a menos que una tormenta o algún desastre lo destruya. El águila es sumamente aficionada a su hogar y nunca lo abandona a menos que falte el alimento o tenga que buscar otra pareja. Las águilas emigran a veces por problemas de alimentación, pero regresan una y otra vez a sus nidos. Cada vez que lo hacen, lo remodelan, añaden más varitas, más musgo, más pasto, líquenes y hojas para que sus polluelos puedan nacer.
Las águilas emprenden las tareas hogareñas con tanta paciencia y devoción como la que manifiestan una por la otra. Un águila puede sentarse sobre el nido sin moverse por tres días seguidos. Se turnan, por supuesto, y al cabo de 35 días los polluelos salen de sus huevos. Entonces comienza el trabajo de verdad durante semanas enteras. Los padres les traen peces a sus polluelos, con toda paciencia, y les enseñan a trozar los peces para poder comerlos. Con el tiempo, se incita a los polluelos a salir del nido mediante el ofrecimiento de una recompensa en alimento que los padres no quieren darles hasta que no se animen a realizar su primer vuelo, por torpe que sea. Pronto, sin embargo, los jóvenes aprenden a volar como sus padres.
Apreciados amigos, creo que el águila es un ave soberbia, sin desconocer que tiene faltas, debemos concordar que responde a los mandamientos de Dios como nosotros deberíamos hacerlo, y manifiesta un amor y una devoción por su hogar y su familia que Dios desea que nosotros también podamos manifestar.