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- Herausgeber: Editorial Autores de Argentina
- Kategorie: Ratgeber
- Sprache: Spanisch
111 motivos para ser feliz por 111 días es un diario íntimo y profundamente sincero donde la autora nos invita a ser parte de su travesía personal hacia la felicidad. A lo largo de 111 días, nos guía a través de reflexiones cotidianas que revelan cómo hallar los motivos en los detalles más simples de la vida. Con una perspectiva orientada al crecimiento personal, sus pensamientos exploran desde los desafíos diarios hasta los momentos de calma, gratitud y plenitud, inspirándonos a encontrar nuestra propia versión de la felicidad en lo ordinario y lo extraordinario.
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Seitenzahl: 168
Veröffentlichungsjahr: 2024
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NANCY FERNANDEZ
111 motivos para ser feliz por 111 días
Fernandez, Nancy 111 motivos para ser feliz por 111 días / Nancy Fernandez. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5576-2
1. Narrativa. I. Título. CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Tabla de contenido
Agradecimientos
Prólogo
21 de agosto de 2020
22 de agosto de 2020
23 de agosto de 2020
24 de agosto de 2020
25 de agosto de 2020
26 de agosto de 2020
27 de agosto de 2020
28 de agosto de 2020
29 de agosto de 2020
30 de agosto de 2020
31 de agosto de 2020
1 de setiembre de 2020
2 de setiembre de 2020
3 de setiembre de 2020
4 de setiembre de 2020
5 de setiembre de 2020
6 de setiembre de 2020
7 de setiembre de 2020
8 de setiembre de 2020
9 de setiembre de 2020
10 de setiembre de 2020
11 de setiembre de 2020
12 de setiembre de 2020
13 de setiembre de 2020
14 de setiembre de 2020
15 de setiembre de 2020
16 de setiembre de 2020
17 de setiembre de 2020
18 de setiembre de 2020
19 de setiembre de 2020
20 de setiembre de 2020
21 de setiembre de 2020
22 de setiembre de 2020
23 de setiembre de 2020
24 de setiembre de 2020
25 de setiembre de 2020
26 de setiembre de 2020
27 de setiembre de 2020
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30 de setiembre de 2020
1 de octubre de 2020
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18 de octubre de 2020
19 de octubre de 2020
20 de octubre de 2020
21 de octubre de 2020
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23 de octubre de 2020
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25 de octubre de 2020
26 de octubre de 2020
27 de octubre de 2020
28 de octubre de 2020
29 de octubre de 2020
30 de octubre de 2020
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1 de noviembre de 2020
2 de noviembre de 2020
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21 de noviembre de 2020
22 de noviembre de 2020
23 de noviembre de 2020
24 de noviembre de 2020
25 de noviembre de 2020
26 de noviembre de 2020
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1 de diciembre de 2020
2 de diciembre de 2020
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6 de diciembre de 2020
7 de diciembre de 2020
8 de diciembre de 2020
9 de diciembre de 2020
10 de diciembre de 2020
“A los motivos, a sus colores, sonidos y música propia.
A los sentidos que hacen de cada motivo algo único e irrepetible
y, sin embargo, eterno.”
Agradecimientos
A mi principesco que me dio las herramientas, motivos, inspiración y comprensión para que pueda escribir. A mi hija que me apoyó siempre. A mis seres queridos que formaron parte de mis motivos. A la belleza de Trevelin, a sus montañas, a los tulipanes, a su puente, sus caminos, su té galés, sus dulces, su aroma, sus sonidos...
A los motivos, protagonistas de esta historia, tan sentidos como la vida misma.
Prólogo
Miré el resultado de mi trabajo práctico de estilos rústicos, rústico elegante e industrial de Diseño de Interiores y me sorprendí, 100/100. Estudiar me había resultado un poco difícil. Sonreí y encontré un motivo para ser feliz. Fue cuando pensé... voy a procurar ser feliz por 111 días. Se lo comenté a mi amiga por WhatsApp y me dio su ok. También le dije que podría hacerlo, pero solo me incentivo para que yo lo haga. Me dio su visto bueno. Por supuesto a mi principesco.
Así que iré desarrollando lo que acontece día a día durante los próximos 111 días. Pero no a modo descriptivo, sino a modo sentido. Con consciencia, mirando hacia adelante, haciendo uso de mis herramientas de coach. Utilizando la emocionalidad, la corporalidad y el lenguaje en un modo sutil, simple y sincero. Solamente quiero compartir esta experiencia de cómo ser feliz por 111 días. Este es mi propósito, mi meta. Sin reglas, solo con consciencia y compromiso.
21 de agosto de 2020
El día había transcurrido bien, con las cosas de todos los días. Acompañar a mi principesco al local y hacer las compras necesarias. Lo bueno de las compras, es que nunca es lo mismo. Siempre hay variedad. Almorzar y después ese momento donde vuela mi imaginación. Selección de palabras, búsqueda. Y vuelvo a lo mismo... no quiero algo descriptivo, sino algo sentido.
Estaba en una situación en la cual me causaba angustia, y había perdido la esperanza de que resultara bien. Y al caer la tarde, tuve mi motivo para ser feliz. Lo que esperaba, dio resultado. Era algo que no dependía de mí. Si hubiera dependido de mí, no me hubiera causado angustia. Estaría segura de los resultados, porque haría lo mejor. Y por un millón de veces más, comprobé que uno puede ser causa y efecto de lo que proyecta. ¿Eso es hacer que las cosas pasen... y si no pasan? ¿Por qué no pasan? ¡Algo pasará! Siempre pasa algo. Quizá para ver lo que no vimos, para estar atentos, para prepararnos, para ser flexibles y salir de la rigidez. Para tener visión, claridad, alcance.
Vuelvo a tener la maravillosa vista ante mis ojos y me doy cuenta de que todo es posible y este es mi motivo para ser feliz.
22 de agosto de 2020
Si bien hace un poco de frío, el día soleado aportó todo su esplendor y fue un día de pícnic. Familias y jóvenes se juntan para disfrutar del sol y del aire. A pesar de la incertidumbre, del no saber, del no entender, pero con cuidados y distanciamiento, se van reuniendo. Sentados en el pasto, apoyados sobre viejos manteles, mirando con cuidado, algunos preguntándose ¿qué está pasando? Otros ignorando la realidad. Me quedo con esta imagen... los manteles viejos en el pasto, el mate y el termo. Una brisa tenue que despeina, el lago y las montañas. Sin saber cuándo volveré a ver esta imagen... y este es mi motivo de ser feliz. Solo basta sentir y llenarse los pulmones de aire, reconocerse y saber que esta experiencia en este momento en la vida es única e irrepetible.
23 de agosto de 2020
Estoy descubriendo que sobran motivos para ser feliz. Cuando uno hace y ve los resultados, ve el cambio, ve la transformación y es cuando comprende. Desde lo más simple a lo más complicado. Se puede hacer una simple torta, como pintar una pared de otro color. Solo se necesitan los elementos. Y uno, aunque no sepa... va haciendo y hacer en la vida cotidiana puede resultar no tan sencillo. Solo hay que tener ganas de hacer y buscar ese momento oportuno. Eso se llama accionar, poner en movimiento. Y es muy satisfactorio cuando uno ve los resultados. En cualquier cosa que uno haga, ve los resultados. Hacer la cama, ordenar el cuarto, secar los platos, no es necesario hacer grandes cosas. El hacer no requiere requisitos, el hacer requiere voluntad, ganas de hacer. Y este es mi motivo de ser feliz, por mis ganas de todos los días, de hacer las cosas simples.
24 de agosto de 2020
Es un aprendizaje de todos los días, uno se olvida de los recursos que tiene al alcance de la mano y cómo un simple hecho de escuchar un tema musical puede tener el poder de transportarte por segundos al pasado. Algún recuerdo guardado sale a la luz. Por suerte, grato. Y montones de flashes vuelven al presente como con una varita mágica. Es encantador escuchar viejos temas musicales, esas baladas eternas que de algún modo acompañó nuestra adolescencia, vuelvo a tener este motivo para ser feliz. Por tener la tecnología y la conexión debida que hacen que este momento sea realmente maravilloso. No se puede pedir más. Una rica cena con muy buena compañía y de telón esos temas que hacen brillar mis ojos.
25 de agosto de 2020
A veces pienso que cuando uno quiere que las cosas sucedan y no suceden es por algo... siempre vienen a mí, recuerdos de situaciones vividas y recuerdo personas muy queridas. Y a pesar de quererlas decido tomar distancia. Tomar distancia no quiere decir no te quiero, no me importas, no quiero saber nada de ti. Tomar distancia quiere decir que respeto mi voluntad de no acercarme para no sufrir, para no sentir dolor. No es cuestión de perdonar. Es cuestión de que esa o esas personas que fueron parte de mi vida estaban por algún motivo. Aprendí algo...
Y en vez de restar, mejor sumar. Siempre queda un bello recuerdo cuando quiero recordar a alguien y en mi pensamiento deseo que esté bien. Solo eso, que esté en paz y armonía. Y si es posible feliz.
Hoy mi motivo es dar un abrazo silencioso a las personas que alguna vez fueron importantes para mí, y desearles lo mejor. Y siento felicidad al cerrar los ojos... y una sonrisa se dibuja en mi rostro.
26 de agosto de 2020
El aprendizaje es continuo. Un árbol puede tapar el bosque... pero si doy unos cuantos pasos más adelante puedo ver ese bosque que antes no podía. Es solo dar unos cuantos pasos hacia adelante, no hacia atrás, no hacia el costado. Hacia adelante.
Si amplío mi visión puedo ver más que el bosque. La cuestión es ver. A veces uno ve lo que quiere ver... y no ve nada. Pero cuando pongo mi mente en sintonía con mi corazón, puedo lo que no podía. Entonces el dilema es: siempre que vea con el corazón voy a ver más que el bosque, con la razón y el sentimiento. Y este es mi motivo para ser feliz.
27 de agosto de 2020
Sin duda la belleza de la vida la podemos encontrar en pequeñas cosas. También en las grandes cosas. No hay nada más bello que tener una puesta de sol en el mar, o un amanecer en las montañas. Las montañas tienen su encanto, cuando están cubiertas de nieve o cuando el sol ya derritió su manto blanco y se ven sus magníficos colores. Cuánta belleza. Como la risa de un bebé o escuchar esas vocecitas tratando de hablar. La belleza puede estar en un abrazo sentido. Es abrazar con el alma a quien uno quiere. Mirar a quien amas y recorrer cada punto del rostro con las yemas de los dedos, saber que estamos juntos en este presente, tomar el riesgo y quedarse, habitar las palabras resumidas en un beso. Ha sido una buena elección. Saber que mi mano tiene otra mano para acompañar. Podemos caminar juntos... y este es mi motivo emotivo para ser feliz.
28 de agosto de 2020
A veces las cosas se tornan difíciles. Pero no es algún motivo en especial. Generalmente, uno teme lo desconocido. Creemos que no tenemos la capacidad de comprender lo que no sabemos. Explorar sería la palabra, para saber, hay que animarse a explorar. Aún más, no es necesario saber. Solo es suficiente con entender el proceso. Nuestra mente no es limitada. Al contrario, somos ilimitados. Nosotros nos ponemos los límites pensando que no podemos. Es hacer una vez más, prueba y error, cuantas veces sea necesario. Y después, sale solo. Como por arte de magia. Es ahí donde todo se puede, y en realidad no es mágico. Es, simplemente. La magia existe en el momento que tomamos la decisión de hacer algo que no sabemos y lo hacemos para aprender. Nadie nació sabiendo. Y el saber es un proceso. Es salir del puntito de limitaciones a explorar otros puntitos. Cuántas veces dijimos: “eso no, ni loca, antes muerta” y así nos limitamos. El tema es hacer, lo que sea, como sea y hacer lo mejor posible, con voluntad, con esmero, con amor. Todo lo que se hace con amor y con sentido, va a tener buenos resultados a pesar de que no sea como queremos. Los resultados se verán. No es un exceso de optimismo, estoy convencida de que es así. De cada cosa que pasa en la vida, buena y mala, nos prepara para algo mejor. En ese mientras tanto, nos pulimos, nos afilamos, sacamos lo mejor y lo peor de nosotros. Podemos engañar a distintas personas, pero no nos podemos engañar a nosotros. Así que hoy, mi motivo de ser feliz es que no hay límites, solo lo que nosotros nos ponemos. Y si bien las rosas tienen espinas, son hermosas y siempre van a dar su aroma, aunque no nos acerquemos a ellas. Solamente regalan su perfume.
29 de agosto de 2020
Lo lindo de los sábados es que uno se relaja más, una semana que vuelve a pasar y... ¿será mi edad? El sentirme como me siento que el tiempo va muy rápido. Pienso... recién ayer fue lunes, pero no, fue lunes, martes, miércoles, jueves y viernes. Llegando al sábado, así sin darme cuenta, los días pasan. Aunque recuerdo algún momento de la vida que los días no pasaban. Las horas se hacían largas y el tiempo parecía quieto y estático. Momentos de la vida, cada cual ha pasado su momento de la vida. Como pudo, quizá como quiso, o como no quiso. Una vez escuché que la felicidad no existe, solo momentos que te han hecho feliz. Y la suma de esos momentos podría llegar a llamarse felicidad. Cosa que no coincido. En mi entender ser feliz, no depende de un momento. Ser feliz es tomar la decisión y a pesar de lo que pase mi consciencia me predispone para ser feliz. No es un absurdo lo que pienso, uno puede ser feliz estando triste, ¿por qué no? No hay nadie que ponga las reglas más que nosotros mismos. Mi propuesta es ser feliz por 111 días y tengo que convivir con eso, con mi objetivo, así que, si pasan cosas en estos momentos de mi vida, lo que puedo hacer es encausar esa corriente para el lado que me permita cumplir mi objetivo. Que no es solo sentirse bien, es ser feliz, a conciencia. Y siempre surge algo, que lo tomo como enseñanza, que quiere impedir que logre mi propósito. Y soy solo yo, que puede permitir o no, que eso pase. Es mi relación con los acontecimientos, lo que determina si algo me afecta o no. Y es mi aceptación que las cosas pasen, además no puedo hacer nada, lo que deba pasar pasara por más que lo niegue. Lo cierto es que sigo en pie con mi propósito y siempre encuentro algún motivo creíble para ser feliz. Ahora es disfrutar de este sábado más relajada, con ánimo para estar en este presente, con los acontecimientos que acepte o no. Pero feliz de estar, feliz de mi consciencia, feliz de mi vida actual y de cada cosa que me pasa.
30 de agosto de 2020
Hoy me desperté triste, por un sueño con gente tóxica y eso sirvió para que me cueste remarla y no poder cumplir con mi propósito. Por suerte pequeñas cosas pasan para que pueda revertir ese malestar. Los niños son el mejor remedio cuando un día no es tan bueno. Tres y seis años, perfecta para levantar cualquier estado de ánimo decaído. Jugar al “veoveo” entre los tres, resultó. Esos abrazos que te cargan de energía no se comparan con nada, y el retumbar de esas risas... te llena el alma. Y a pesar de que mi tristeza persiste, llené de alegría esos huecos que estaban abiertos. Sí, no es fácil ser feliz todos los días. Pero nadie dijo que sería fácil. Igual en la misma línea puede estar la tristeza y la felicidad. No son enemigos. ¿Uno puede ser tristemente feliz? O ¿feliz tristemente? Suena absurdo, pero sí. Ser feliz no depende de nada. Solo de mi decisión de serlo. Así que estoy tristemente feliz. Y me enojo conmigo por darle tanto poder a un sueño que hizo que mi tristeza continuara todo el día. Me resulta difícil salir de este estado, así que cuando los pequeños se fueron, mi alegría caducó. Pero quien tendría que caducar era mi tristeza. No fue así. Me esforcé en encontrar mi motivo para ser feliz. Y lo encontré. Rememorando me sentí feliz. Solo por estar, por sentirme segura de mis convicciones, por creer en mí, por el buen gusto que tengo, por animarme a cortarme el pelo, por sonreírme. Por darme cuenta de que nada es perfecto y que todo cambia. Y que los cambios son buenos, te ayudan a mejorar. Me rio suspicazmente de mí. Y me vuelvo a reconocer felizmente imperfecta.
31 de agosto de 2020
Los lunes tienen esa particularidad tan especial. Para mí la semana empieza por el lunes. Me gustan los lunes. Es sinónimo de comienzo, de empuje, de posibilidad, de empezar a... y ya tengo un motivo para ser feliz. Me encanta cuando comienzo a tener visión. ¿Qué nos depara esta semana? Estamos en un momento donde nada es como antes. Como nos cuesta a todos cumplir las reglas. Hacer lo que se dice, no importa la edad, la raza, la inclinación política, religiosa, filosófica. Ahora todo eso no cuenta. Ahora hay que cuidarse, lavarse las manos, usar barbijo, mantener distancia social. Nada es como antes, como nos cuesta obedecer “estamos en peligro”. Y a pesar de todo, los días empiezan y terminan, con estadística desfavorable. Y volviendo al lunes, post fin de semana, la balanza se inclina hacia abajo. Pero es lunes, sinónimo de comienzo, de que algo puede cambiar, y mirando positivamente, siempre hay que mantener la esperanza viva. Y este es mi motivo de ser feliz, que a pesar de las estadísticas desfavorables nadie me quita mi mirada esperanzadora.
1 de setiembre de 2020
Comienza setiembre el mes de la primavera y uno ve cómo va cambiando todo lo que nos rodea. Los árboles empiezan a tener sus brotes, va cambiando sus colores. El cielo parece estar más celeste. Si pudiéramos hacer como hace la naturaleza, todos los años un comienzo y un fin. El ciclo de la vida. Si pudiéramos no cuestionar y hacer solo lo que se debe hacer. Producir lo que se necesita, sin explotar nada ni a nadie. Utilizar los recursos de la tierra, cuidarlos y mantenerlos. Cuidar el agua y no contaminar. Parece que, como seres humanos, no podemos vivir sin destruir. No podemos ver más allá. ¿Qué cosa no? La tecnología nos lleva a un punto de excelencia y no sabemos dónde tirar la basura. En fin, hasta ahora no estoy diciendo cosas que puedan hacer feliz a alguien. Pero setiembre trae la primavera y las flores. Trae vida. Y ese, si es un motivo para ser feliz. Y me queda la esperanza que en algún momento la humanidad tomará conciencia y pondrá todo en orden, aunque falten muchos, muchos años para eso. No lo veré yo, pero sí mi descendencia. Sí, eso me pone feliz. Hay tanto que hacer.
