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En Allá Voy, María Lucía Aguilar comparte su viaje íntimo de lucha contra el cáncer de mama, su proceso de sanación y su transformación espiritual. A través de memorias, cartas y reflexiones, la autora enfrenta el dolor de la enfermedad, la separación de un amor, los lazos familiares y la fe inquebrantable que la sostiene. Es un testimonio de resiliencia, autodescubrimiento y esperanza, donde la autora aprende a reconstruirse sin miedo, a soltar el pasado y a encontrar en el presente la clave para un futuro lleno de luz. Un relato conmovedor y profundamente humano que invita a la introspección y a valorar la vida en cada instante.
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Seitenzahl: 42
Veröffentlichungsjahr: 2025
MARÍA LUCÍA AGUILAR
Aguilar, María Lucía Allá voy! / María Lucía Aguilar. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-6394-1
1. Autobiografías. I. Título. CDD 808.8035
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Abril de 2017
Yo con mi vida
¡Tengo mis dos prótesis!
Dolor que había que liberar
El tratamiento
Moverme en el dolor
Los colores comienzan a cambiar
Las cartas
Me dieron el alta médica
Un año nuevo
La misión
La magia
Un día
Mi bendición
Busco mirarme a mí misma con mis propias circunstancias pero con amorocidad.
Seré hoy y ahora lo que quiero ser.
“Acá estoy”
Reconocer con el tiempo que toda tormenta ha sido una bendición, no es fácil. No solamente cuando la transitamos desde todo nuestro ser sino también cuando nos reconocemos lo que somos.
Un pasado y un presente en un hoy.
Levanté mis manos pidiendo cambiar la realidad, aunque no podía saber cómo. Mis lágrimas fluían sin que les diera permiso, era el alma que tenía mucho dolor, pero estaba convencida que todo era para verme en un futuro mejor con realidades de vida distinta, construidas sin opresión, sin pensar en los costos de cada acción, sin pedir permisos, sin, sin, eternos.
Los para qué, eran bastantes... y allá fui con la esperanza de ser feliz. En ese hoy, era una decisión tomada. Ya tenía mi propósito.
La búsqueda comenzó por pausas en mi andar, donde los dolores físicos y del alma eran secundarios, había remedios y muchos mimos de los que amo; pude verlo y comenzar a mirarme en el silencio que trae estar transitando otro cáncer.
Pero la gloria estaba ahí.
El AMOR fue, es y será mi fortaleza y mi socorro, lo que me sostiene y me invita a seguir porque está como una gran luz dentro de mi ser.
La incoherencia se apoderó de mí ser, mis gritos del alma salieron después de haber guardado tantos silencios, que me despojaban de las pocas ganas de seguir viviendo y tratando de pensar que lo más importante es, SER FELIZ. ¿Cómo? ¿Con qué, ¿Qué hacer? ¡Tantas preguntas! Intento en mí día a día empezar un nuevo camino. Lo voy a lograr. Es lo que me digo y a quién me pregunta: Cómo estoy. Aunque en mi cabeza el pensamiento es: podrías estar mejor.
No reniego de lo que me pasa, mi ser no siente: “¿Por qué, a mí?”, mi búsqueda es otra, tiene que ver con el construir un hoy que me haga aferrarme a la vida con todas mis fuerzas y poder soltar, para no atravesar un nuevo cáncer.
Todo en mi es confusión. Me siento sola de quién fue mi compañero de vida, está muy lejos; por lo tanto, yo tengo que mantenerme callada, apartada y en silencio; poniendo mi torbellino en estar mejor, en buscar, si existe una Lucía que se plante en la vida desde ella. Creo que la búsqueda se plantea en ver lo valioso del ser y que me produzca orgullo, no mi cuerpo que no es atractivo... para nada. ¿Somos reflejos de esto que tenemos? ¿Pensamos que el otro nos mira, como nosotros nos vemos? Conclusión: no sé dónde estoy, ni escribir puedo. ¿Por dónde empezar?
Recuerdo que desde muy chica escribía todo el tiempo, por una necesidad de expresar lo que sentía que por lo general eran situaciones de abandono. En esas escrituras, mis cartas, iban dirigidas a DIOS, a Él le relataba lo que me estaba sucediendo y siempre terminaban en un pedido. Con ellas lloraba y esperaba un futuro mejor. Hoy no tengo ninguna de ellas, eso que eran muchas, todas fueron descartadas, y no por mí.
Es una tontera, pero tengo que hacer confortable el lugar donde vivo cuando tengo ganas de salir corriendo. Pero no debo. Estoy por empezar mi tratamiento oncológico. Situaciones que serán duras. Otra vez más, mi cama, mi cuerpo que no responde, mi alma que extraña el amor cuando estaba cerquita, mi espíritu que busca que los libros me orienten, cómo seguir y mi contacto con lo que me da fuerza, DIOS, Jesús, la Virgen, mi terapia, los consejos de los que amo, a quienes los escucho atentamente y me acarician el alma.
Hoy, me duele todo el cuerpo, sobretodo mi cervical y mi brazo izquierdo, creo que es un cúmulo de tensiones. Ya no quiero decir la palabra: “me duele” y opto por el silencio, mientras me tomo un par de pastillitas relajantes que no le hacen nada bien a mi estómago.