7,99 €
Mehr erfahren.
- Herausgeber: La Pollera Ediciones
- Kategorie: Sachliteratur, Reportagen, Biografien
- Sprache: Spanisch
- Veröffentlichungsjahr: 2023
A mediados del siglo XX, con la consolidación de las revistas y especialmente las de cine, se comenzó a difundir un estereotipo norteamericano de la cultura femenina frívolo, dedicado al chisme y al hogar. Es dentro de este contexto que Marta Brunet, Premio Nacional de Literatura en 1961, contra la corriente, desarrolló una columna semanal donde perfiló a mujeres de la época que destacaron por su oficio, su trabajo o su aporte a la sociedad.
Este libro contiene la columna que Marta Brunet tituló “Alrededor de una mujer” y que publicó en la revista
Ecran entre 1935 y 1936. María Luisa Bombal, Gabriela Mistral, Amanda Labarca, Rebeca Matte y María Monvel, son solo algunos nombres entre las más de cuarenta mujeres de las que escribió.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Ähnliche
A mediados del siglo XX, con la consolidación de las revistas y especialmente las de cine, se comenzó a difundir un estereotipo norteamericano de la cultura femenina frívolo, dedicado al chisme y al hogar. Es dentro de este contexto que Marta Brunet, Premio Nacional de Literatura en 1961, contra la corriente, desarrolló una columna semanal donde perfiló a mujeres de la época que destacaron por su oficio, su trabajo o su aporte a la sociedad.
Este libro contiene la columna que Marta Brunet tituló “Alrededor de una mujer” y que publicó en la revista Ecran entre 1935 y 1936. María Luisa Bombal, Gabriela Mistral, Amanda Labarca, Rebeca Matte y María Monvel, son solo algunos nombres entre las más de cuarenta mujeres de las que escribió.
Marta Brunet
Alrededor de una mujer
Oficios, artistas y activistas
Edición de Catalina Concha y Consuelo Díaz
La Pollera Ediciones
www.lapollera.cl
De mujeres y oficios a personajes de Brunet
Prólogo por Consuelo Díaz
Los cambios sociales en los que la mujer se transformaba en una sujeto política reconocida como ciudadana, fueron una lucha de años que se concretaron con el derecho a votar por primera vez en las elecciones municipales de 1935.
En ese mismo año de visibilización y conquistas, Marta Brunet Cáraves (1897–1967) participó en la revista Ecran escribiendo la columna “Alrededor de una mujer”, cuyo objetivo era realizar reseñas sobre la vida y obra de mujeres contemporáneas, principalmente latinoamericanas e hispanohablantes, que se dedicaban a diferentes profesiones y oficios.
Ecran
La revista Ecran se conoce como una de las primeras publicaciones especializadas en cine del período. Surge en un contexto de modernización del país y consolidación de una cultura de masas con una gran influencia norteamericana. Esta revista dedicada al cine y sus estrellas, se encargaba de hablar sobre las vidas personales de actrices y exhibir sus fotografías, enfatizando en las aparentes maravillas del mundo de Hollywood. A cargo de la editorial Zig-Zag, Ecran vio la luz por primera vez el 7 de abril de 1930 y se mantuvo en circulación hasta 1969.
Ecran, en sus inicios, se estructuraba como un híbrido entre el magazine cinematográfico y las revistas femeninas. Gracias a segmentos como concursos literarios, “páginas de la mujer” y temas orientados especialmente al público femenino, la revista alcanzó un gran nivel de ventas, lo que era un reflejo directo de la características socioculturales de la época.
Las revistas dedicadas al público femenino se formulan a partir de una serie de elementos socioculturales que surgieron en Chile durante las primeras décadas del siglo XX: además del agenciamiento político de la mujer, el avance del mercado extranjero comenzó a tomar diferentes formas y apuntar hacia nuevos públicos de consumo; asimismo, la implementación de nuevas tecnologías en las áreas de edición y publicación, facilitaron la inclusión de fotografías, portadas a colores y publicidades que hacían de las revistas un producto más llamativo. En esta línea, dichas publicaciones también se encargaban de consolidar estereotipos de género, tomando como referentes a las actrices –también denominadas “estrellas”– del cine estadounidense, de esta forma se establecieron ideales de belleza y feminidad.
La configuración y cambios de la revista Ecran muestra cómo el proceso de norteamericanización de los valores culturales chilenos marcó pauta en las representaciones de género. Durante sus primeros años la revista dedicó gran porcentaje de su temario editorial a alternar secciones como “últimos estrenos” con “chismografía”, “página de la mujer” y “bellezas chilenas”, esta última incluía una serie de fotografías de mujeres chilenas de renombre, buen parecer y, por lo general, pertenecientes a la elite; en el fondo, quienes cumplían con los cánones divulgados por las revistas femeninas.
Con el pasar de los años, la revista Ecran fue cambiando de directores y líneas editoriales hasta volcar todo su contenido en el mundo del cine, dejando fuera aquellos segmentos que no respondieran directamente a ello. Bajo la dirección de María Romero, durante los años 1939 a 1960, y gracias al prolijo desarrollo de temáticas cinematográficas, ya no fue necesario recurrir al uso y publicación estereotipos femeninos para asegurar la venta de la revista.
Alrededor de una mujer
Si bien las revistas femeninas del siglo XX pueden ser objeto de disgusto por los truncados ideales de género que exponen, también es importante entender estas publicaciones como espacios editoriales de gran riqueza histórica, donde es posible observar y estudiar transformaciones sociales, culturales, políticas, económicas y, así, una serie de elementos de distinta índole.
En este mismo espacio de configuraciones de la identidad femenina de la primera mitad del siglo XX, Marta Brunet durante 1935 desarrolló sus habilidades como periodista literaria a través de la escritura de la sección “Alrededor de una mujer”. Esta columna se configuró como un texto que, en pocos párrafos, describió a diferentes mujeres y sus respectivos oficios, profesiones y quehaceres sociopolíticos. Cada semana una nueva protagonista era reseñada, como si se tratara de un personaje de novela, por la pluma de Brunet.
Mujeres ejemplares recorrían las páginas de la revista Ecran hasta llegar a la sección en que la categoría de estrella de cine no era un requisito para ser mencionada . La primera columna fue dedicada al personaje de María Luisa Bombal, quien poco tiempo antes había publicado La última niebla (1934), novela que la consagró como una de las escritoras chilenas más importantes del siglo XX. Con un caluroso saludo, Brunet se encarga de revelar a Bombal en la prensa dedicada al público femenino: “Con un libro llegado de repente, para sorpresa de muchos, María Luisa Bombal se sitúa lado a lado, en primer término, entre los escritores nuestros. ¡Bienvenida!”.
Poetas, dramaturgas, bailarinas, escultoras, docentes y médicas eran dadas a conocer en cada nuevo número de Ecran. Mujeres de rostros conocidos y compleja caracterización fueron narradas por la hábil escritura de Brunet: “Con su rostro de fina greda, firmes los rasgos, caída de amargura la boca, claros los cuencos límpidos de los ojos”, son las palabras que la autora propone para hablar sobre el trabajo poético y político de Gabriela Mistral, quien aquel mismo año fue declarada la primera mujer cónsul de Chile.
Dentro de esta selección de profesoras, escritoras y feministas, Brunet también destaca la figura de Amanda Labarca, sobre quien comenta: “Ha tenido una dura vida de lucha, que cuando ella empezó a destacarse, la mujer no encontraba caminos fáciles. Había que tener una voluntad de prora, sentirse arrastrada de certidumbres, estar fija en el puerto de las esperanzas feministas”. Sin dudas resulta interesante el uso del concepto “feminista” en un contexto social donde la mujer chilena, gracias al activismo político, había recién logrado el derecho a voto. No obstante, este vínculo con el feminismo también puede dar una vuelta de tuerca al momento de realizar una lectura contemporánea, un ejemplo es la reseña que habla de Isabel Morel: “Fundó la Unión Femenina de Chile, perfecta institución que agrupaba a mujeres de toda tendencia, de toda cultura, de todo medio, con el vínculo único de hacer feminismo, no el agresivo y negativo que por obra de unas cuantas exaltadas se ha hecho inherente al epíteto, sino que feminismo nacido de una tranquila inteligencia, estructurado y dentro de un plan que lenta y seguramente lo llevaría al éxito”. Estas últimas palabras pueden despertar múltiples resquemores en quienes leemos a Brunet; aun así, la curiosidad por saber cómo se caracterizan y describen diferentes personajes femeninos, cómo se entendía el feminismo y cómo ello dialoga con nuestra actualidad y/o con diferentes momentos históricos, forman parte de los diversos elementos que nos aportan las facetas de la escritora de “Alrededor de una mujer”.
En esta línea, la columna de Brunet también puede abordarse como una invitación a expandir horizontes personales por parte de las mujeres, para salir del espacio íntimo al mundo social a través de diferentes labores. Asimismo, este texto no solo retrataba a chilenas, sino que trascendía hacia el resto de Latinoamérica y países hispanohablantes; como el caso de la española Pilar Millán Astray, quien además de escritora fue una activa política: “Y no solo se quedó en esto de escribir parapetada tras la máquina y especulando con ideas: se echó por los barrios bajos en busca de la llaga viva que padece el pueblo madrileño, que era el suyo y allí mismo, desde un balcón, sobre una silla, se dio a exponer simplemente sus ideas (…). Fue un líder. La adoraron. Y cuando la monarquía, en un gesto magnánimo, dio a la mujer cabida en los municipios, la primera mayoría la obtuvo Pilar Millán Astray”.
Incluso, en una osada ocasión Marta Brunet incursionó un poco más allá, hacia el oriente y decidió presentar a la Baronesa Shidzue Ishimoto de Japón, a quien destacó por su “responsabilidad de acción social, organizando cursos primarios y de especializaciones para la obrera, policlínicos y asistencia para la niñez; preconizado a través de campañas de prensa y orales que la mujer no debe ser la criatura de pasividad en el fondo de la casa y supeditada al hombre, sino un espíritu consciente y activo, participando en toda cosa, en idénticas condiciones que aquel”. El activismo que describe de Ishimoto, así como de las demás participantes de estos textos, es la brújula que guía las decisiones editoriales y escriturales de Brunet; pues, con el pasar de las semanas, “Alrededor de una mujer” demostraba su objetivo en tanto artículo partícipe de una revista femenina: cuestionar a la sociedad y la desigualdad de género que desobedece a cualquier frontera internacional pues se trata un punto en común que todas estas mujeres padecen.
En esta línea, si bien valoramos esta suerte de denuncia que desarrolla Marta Brunet, resulta inevitable realizar una lectura de clases en estos escritos. El relato de los esfuerzos y ardua labor de un segmento de mujeres que se dedicó, principalmente, a la cultura y las artes, nos lleva a preguntarnos: ¿qué mujeres leerán esta columna?, ¿cuáles son las características de estas personajes visibles?, ¿quiénes las cumplen?, ¿qué ocurre de con aquellas mujeres que se mantienen relegadas a lo doméstico y no gozan de la vida pública? En un escenario social en que las tasas de analfabetismo en Chile alcanzaban el 44% es importante contemplar que las protagonistas de Brunet alcanzaron la visibilidad del espacio público gracias a sus oficios y profesiones, antes de realizar observaciones que puedan generalizar el status quo de la mujer en dicha época.
La invitación de “Alrededor de una mujer” contrasta con las temáticas de la revista Ecran en tanto esta última se encarga de proponer estereotipos que buscan la realización personal a través de la belleza, el amor y la familia; mientras que la columna de Brunet busca ampliar la mirada no solo hacia la importancia de desarrollarnos laboralmente más allá del espacio doméstico, también a considerar el valor de la cultura, el arte y la política, perspectiva que aún se mantiene vigente.
Trabajo de recuperación
Este libro se compone de una serie de textos producidos por Marta Brunet durante 1935, cuya producción dentro de la revista Ecran ha sido recuperada por diferentes entidades. El trabajo de compilación en una sola obra pretende realizar un aporte y visibilización de una labor escritural que se mantiene vigente.
El acceso a este material fue posible gracias al trabajo de conservación, digitalización y difusión de la Biblioteca Nacional y la plataforma web Memoria Chilena, quienes ponen a disposición del público los ejemplares digitalizados de todos los años en que circuló la publicación de “Alrededor de una mujer”, sección de Ecran que se mantuvo durante un par de números más, a cargo de Isabel Morel, hasta que llegó el fin del segmento por parte de la actualización de lineamientos editoriales de la revista.
