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Amor, honor y poderes la primera comedia atribuida con certeza a Calderón de la Barca.Se estrenó en Madrid, en el viejo Alcázar, el 29 de junio de 1623, por la compañía de Juan Acacio Bernal. La obra contiene en el título los tres ejes fundamentales de la acción, y se basa en la historia ejemplar titulada "Cómo Eduardo III, rey de Inglaterra, se enamoró de la condesa Salveric y cómo después de haberla seguido por muchas vías, se vino a casar con ella".
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Seitenzahl: 81
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Pedro Calderón de la Barca
Amor, honor y poder
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: Amor, honor y poder.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño cubierta: Michel Mallard
ISBN rústica: 978-84-9816-395-7.
ISBN ebook: 978-84-9816-925-6.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Jornada primera 9
Jornada segunda 49
Jornada tercera 89
Libros a la carta 121
Pedro Calderón de la Barca. (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.
Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.
Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621, se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.
Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.
Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.
Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.
Esta es la primera comedia atribuida con certeza a Calderón de la Barca. Se estrenó en Madrid, en el viejo Alcázar, el 29 de junio de 1623, por la compañía de Juan Acacio Bernal. La obra contiene en el título los tres ejes fundamentales de la acción, y se basa en la historia ejemplar titulada Cómo Eduardo III, rey de Inglaterra, se enamoró de la condesa Salveric y cómo después de haberla seguido por muchas vías, se vino a casar con ella.
El Conde
El Rey
Enrico
Estela
Infanta
Ludovico
Teobaldo
Tosco, villan
Un Cazador
Salen Enrico y Estela
Enrico No salgas, Estela, al monte,
vuélvete al castillo, hermana,
que por estos campos hoy
ha salido el Rey a caza.
No te vea de la suerte 5
que en las soledades andas,
causando a Venus desprecio,
dando envidias a Diana,
cuando Diosa destos montes,
que miden veloz tus plantas, 10
o son las cumbres de Chipre
o son las selvas de Arcadia.
Por tu gusto, Estela, vives
en Salveric retirada
del aplauso de la corte, 15
del adorno de sus galas.
Aquí un hermano te sirva,
aquí un padre te acompaña
y aquí un monte te obedece,
que reina suya te llama. 20
No te vea el Rey y piense,
viendo la humildad que tratas,
que lo que es sobra del gusto,
viene a ser del honor falta.
Por tu vida que te quedes 25
en Salveric y no salgas
hoy al monte.
Estela No saldré,
que ser gusto tuyo basta.
Desde aquí al castillo vuelvo
a obedecer lo que mandas. 30
Enrico Yo, hermana, te lo suplico,
queda a Dios.
Una voz (Dentro.) ¡Aparta, aparta!
Enrico ¿Qué voz es esta?
Una voz (Dentro.) Poned
delante dellas espadas.
Tente indómito caballo. 35
Estela Desde aquellas cumbres altas
un caballo se despeña
con una mujer.
Enrico Hoy baja
despeñado otro Faetonte.
Poco le debo, si aguarda 40
más ocasión mi valor,
para mostrarse, pues basta
el ser mujer.
(Vase.)
Estela En el viento
apenas pone las plantas,
porque un volante que al Sol 45
le vuelve otro Sol de plata,
lleno del viento que deja
le va sirviendo de alas.
Tan igualmente ligeros
los pies y manos levanta, 50
que parece que a los cielos
tira la yerba que arranca,
tan bañado en sus espumas,
que parece que un mar pasa
y que pegado en los pechos 55
el mar a pedazos saca.
Firme la dama le oprime
y aunque sean tan contrarias
la de un bruto y la de un Sol,
son dos cuerpos con un alma. 60
Ella cobarde se anima
y animosa se desmaya,
que es el peligro forzoso,
donde la fuerza es tan flaca.
Pero ya Enrico, mi hermano, 65
saliendo al paso le aguarda,
aunque un monte es imposible
esperarle cara a cara.
Atravesado se arroja
y el tiro al bocado agarra 70
y asiendo el freno en la mano,
se le opuso a su arrogancia.
Con la izquierda en un sujeto
el viento y el fuego para,
y con la derecha a un punto 75
por el arzón mismo saca
a la dama, que en los brazos
sin aliento y desmayada,
el sobresalto al peligro,
lo que le debe le paga. 80
Y tirando el freno, cuando
a la silla el brazo alarga,
volvió el caballo, parece
que a mirar lo que llevaba,
porque envidioso de verse 85
dueño de gloria tan alta,
quiso con bárbaro intento,
sino perderla, robarla.
Mas ya con ella en los brazos
al valle mi hermano baja, 90
que parece que del Sol
harto su esplendor la llama.
(Sale Enrico con la Infanta en los brazos.)
Enrico ¡Hermana, Estrella! Volando
trae de aquesa fuente agua
o entra por ella al castillo. 95
Estela Yo voy presto; aquí me aguarda.
(Vase.)
Enrico Trae el agua, que mis ojos
no me darán la que basta,
porque será breve el mar
para vencer fuerza tanta. 100
¡Qué mucho, si el mismo Sol,
aunque con luz eclipsada,
hoy en sus rayos me quema,
hoy en sus rayos me abrasa!
¿Quién ha visto, quién ha visto, 105
aunque por suertes contrarias,
desgraciada la ventura,
venturosa la desgracia?
¡Señora, señora! Apenas
oye mi voz y turbada 110
la color, en un compuesto
mezcló la nieve y el nácar.
Y dichosamente unida,
nieve roja o rosas blancas,
se vio purpúrea la nieve 115
y la púrpura nevada.
No sé qué deidad oculta
a su adoración me llama,
que de tan forzoso efeto
no determino la causa. 120
¡Señora!
Infanta ¡Válgame el cielo!
Enrico ¡Albricias, cielos, que habla!
¡Alma, albricias!
Infanta ¿Dónde estoy?
Enrico ¡Ah señora!
Infanta ¿Quién me llama?
Enrico Quien del alma la mitad, 125
hoy a tu vida consagra
y por no dejar de verte,
no te ofrece toda el alma.
Aquel caballo, sin duda,
es el Júpiter que anda 130
enamorado y tomó
forma en apariencia rara,
para que tú fueras, cuando
le oprimieras las espaldas,
Europa de Inglaterra, 135
y él el caballo de España.
¿Cómo te sientes?
Infanta Mejor.
Mas ¿quién eres tú, que amparas
mi vida?
Enrico Soy quien la tuya
también ofrece a tus plantas. 140
Infanta ¿La vida te debo?
Enrico Es cierto;
mas procedes tan tirana,
que cuando te doy la vida,
en satisfación me matas.
Infanta [Aparte.] (Agradecida le escucho, 145
que del honor fuera falta
la ingratitud a quien debo
la vida.) ¿Cómo te llamas?
Enrico Enrico de Salveric,
que vivo en estas montañas, 150
en el castillo famoso
que es mi apellido y mi casa.
Aquí podrás descansar.
Yo quisiera que el alcázar
fuera del Sol. Mas ¿quién eres? 155
Infanta Yo soy...
(Sale el Rey, Ludovico, Teobaldo y acompañamiento.)
Ludovico Aquí está la Infanta.
Rey Hermana, dame tus brazos.
¿Cómo te sientes?
Infanta No es nada
el dolor, aunque no puedo
estar en pie.
Rey Pues llevadla 160
a ese castillo y en él
descanse lo que le falta
al día, que ya con sombras
negras la noche amenaza.
Teobaldo ¡Dichoso quien llega a verte 165
con vida, porque presaga
el alma de tus desdichas,
temió tu muerte temprana!
¡Vida te dio mi deseo!
Infanta Yo procuraré pagarla, 170
que a quien me ha dado la vida,
no es mucho que le dé el alma.
(Vase.)
Enrico [Aparte.] (¡Ay arrogantes deseos!
¡Ay humildes confianzas!
¡Ay cobardes presunciones! 175
¡Ay satisfaciones falsas!
¡Ay esperanzas perdidas!
La Infanta, ¡cielos!, la Infanta
es a la que di la vida
y la que me quita el alma.) 180
Vuestra Majestad me dé
a besar sus Reales plantas,
si de la tierra que piso
merezco tocar la estampa.
Rey ¿Quién eres?
Enrico Enrico soy. 185
de Salveric, que mi casa
es hoy, pues a honrarla vienes,
venturosa en tal desgracia.
Rey ¿Cómo retirado vives
de la corte?
Enrico Porque halla 190
mi padre en la soledad
más quietud a su edad larga.
Rey ¿Vive todavía el Conde?
Enrico Sí señor.
Rey Fue la privanza
de mi padre. ¿Y solo tú 195
su soledad acompañas
o vive también Estela
con vosotros?
Enrico[Aparte.] ¡Cosa extraña
que no pudiese encubrirlo!
Aquí está, señor, mi hermana, 200
que también del campo gusta.
Rey Mucho le debe a la fama.
¿Qué dicen, que es muy hermosa?
Enrico Siempre la opinión se alarga,
que no es muy hermosa Estela, 205
el no ser fea le basta.
Rey Dícenme que es muy discreta.
Enrico Sabe, señor, cosa es clara,
lo que tiene obligación
una mujer en su casa. 210
Rey Mucho me holgara de verla.
Enrico