El pintor de su deshonra - Pedro Calderón de la Barca - E-Book

El pintor de su deshonra E-Book

Pedro Calderón de la Barca

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Beschreibung

"El pintor de su deshonra" es una destacada obra teatral escrita por el dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca. La obra pertenece al género de teatro del Siglo de Oro español y se destaca por su compleja trama y exploración de temas como el honor, la venganza y la justicia.

La historia se centra en la figura de César, un pintor que regresa a España después de una larga ausencia debido a sus viajes artísticos. Al regresar, descubre que su esposa, Marcela, ha sido acusada de adulterio. A pesar de que César ama a su esposa y duda de su culpabilidad, la presión de la sociedad y su propio sentido de honor lo llevan por un camino oscuro. César toma medidas extremas y se involucra en una trama retorcida de venganza para defender su honor y limpiar el nombre de su esposa.

La obra explora temas de celos, desconfianza, obsesión por el honor y los peligros de la venganza. A través de los personajes y sus acciones, Calderón de la Barca plantea preguntas sobre la naturaleza del honor y la justicia, así como las consecuencias devastadoras de ceder a la ira y los celos.

"El pintor de su deshonra" es una obra que ofrece una visión profunda de la psicología humana y los dilemas morales. Calderón de la Barca utiliza su maestría en el lenguaje y el drama para presentar una historia cautivadora que sigue siendo relevante en la actualidad.

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Pedro Calderón de la Barca

EL PINTOR DE SU DESHONRA

Personajes:

DON JUAN ROCA.

JUANETE, su criado.

DON LUIS, viejo.

PORCIA, su hija.

DON ÁLVARO, su hermano.

DON PEDRO, viejo.

SERAFINA, su hija.

EL PRÍNCIPE DE URSINO.

FLORA, criada.

JULIA, criada.

CELIO.

FABIO.

[BELARDO, vejete.]

JORNADA PRIMERA

 

Sale DON JUAN vestido de camino por una puerta y DON LUIS por otra.

DON LUIS

Otra vez, don Juan, me dad,

y otras mil veces los brazos.

DON JUAN

Otra y otras mil sean lazos

de nuestra antigua amistad.

DON LUIS

¿Cómo venís?

DON JUAN

Yo me siento 5

tan alegre, tan ufano,

tan venturoso, tan vano,

que no podrá el pensamiento

encareceros jamás

las venturas que poseo, 10

porque el pensamiento creo

que aun ha de quedarse atrás.

DON LUIS

Mucho me huelgo de que

os haya en Nápoles ido

tan bien.

DON JUAN

Más dichoso he sido 15

de lo que yo imaginé.

DON LUIS

¿Cómo?

DON JUAN

Ya os dije, señor

don Luis, cuando por aquí

pasé, que aunque siempre fui

poco inclinado al amor, 20

de mis deudos persuadido,

de mis amigos forzado,

traté de tomar estado;

siendo así que divertido

en varias curiosidades, 25

dejé pasar la primera

edad de mi primavera.

DON LUIS

Ya sé las dificultades

que hubo en vuestra condición

para esa plática; y que 30

siempre que en ella os hablé,

hallé vuestra inclinación

muy contraria, habiendo sido

de vuestro divertimiento

lo postrero el casamiento, 35

pues en libros suspendido

gastabais noches y días.

Y si para entretener

tal vez fatigas del leer,

con vuestras melancolías 40

treguas tratábades, era

lo prolijo del pincel

su alivio, porque aun en él

parte el ingenio tuviera;

de cuyo noble ejercicio, 45

que en vós es habilidad,

o gala, o curiosidad,

pudiera otro hacer oficio.

Pues es tanta la destreza

con que sus líneas formáis, 50

que parece que le dais

ser a la naturaleza;

cuando vuestro huésped fui,

y en esto ocupado os vía,

me acuerdo lo que os reñía. 55

DON JUAN

Pues siendo todo eso así,

ya rendido a la atención

de mis deudos, o a que fuera

lástima que se perdiera,

faltándome sucesión, 60

un mayorazgo que creo

que es ilustre y principal

y no de poco caudal,

correspondí a su deseo;

y dando, lo que no había 65

hecho en mi menor edad,

lugar a la voluntad

que hasta entonces no tenía,

tomar estado traté

dando a mi prima la mano, 70

que es hija del castellano

de Santelmo.

DON LUIS

Ya lo sé;

y ya os dije, cuando aquí

al pasar mi huésped fuisteis,

la buena elección que hicisteis. 75

DON JUAN

Pues más lo es hoy.

DON LUIS

¿Cómo así?

DON JUAN

Como aunque mi pecho ingrato,

por las noticias que tuvo

desde allá, inclinada estuvo

de Serafina al retrato, 80

después que vio a Serafina,

tan del todo se rindió

que aun yo no sé si soy yo.

DON LUIS

Es su hermosura divina,

es su ingenio singular: 85

de uno y otro soy testigo.

DON JUAN

Hoy, en fin, viene conmigo

a ser Venus deste mar

o Flora de sus riberas,

por no perder la ocasión 90

para nuestra embarcación,

en llegando las galeras.

Su padre con ella viene,

que hasta Gaeta ha querido

acompañarla. Esta ha sido 95

la causa porque previene

mi amistad adelantarme;

porque, como os ofrecí

ser vuestro huésped aquí

cuando volviese a embarcarme, 100

he querido prevenirlos

del forzoso inconveniente

de venir con tanta gente;

y así, me atrevo a pediros...

DON LUIS

¿Qué?

DON JUAN

Que licencia me deis 105

para ir a mi posada,

que estará ya aderezada.

DON LUIS

Notable agravio me hacéis.

¿Soy hombre yo que pudiera,

igual dicha deseando, 110

nada embarazarme1, cuando

todo Nápoles viniera

con vós?

DON JUAN

Ya sé lo que os debo

pero...

DON LUIS

No hay qué responder:

o a mi casa o a no ser 115

más amigos.

DON JUAN

No me atrevo

a aventurar amistad

tan segura y verdadera.

DON LUIS

¿Tan gran desaire pudiera

hacerse a mi voluntad? 120

Más y más, cuando por solo esto,

si os digo verdad, estoy

en el gobierno hasta hoy.

DON JUAN

¿Cómo?

DON LUIS

Como había dispuesto

retirarme a mi hacenduela, 125

postrado a los desengaños

de mis ya prolijos años;

que como no me desvela

en adquirir, desde el día

que a don Álvaro perdí, 130

estoy ya violento aquí.

DON JUAN

Confieso que no querría

hablaros en esto, pero

ya la plática salió:

¿nunca dél supisteis?

DON LUIS

No, 135

sino el aviso primero,

que fue, habiéndose embarcado

a negocios que en España

tuvo, que esa azul campaña

le sepultó derrotado 140

del bajel. Desto tuvimos

aviso porque una nave,

que de la tormenta grave

venir a abrigarse vimos,

contó cómo a pique había 145

visto irse su bajel.

DON JUAN

¿Y cómo supo ser él?

DON LUIS

Como era desdicha mía.

Venía de Barcelona,

donde el viaje había de hacer, 150

y lo confirma el no haber

noticia de su persona;

mas no hablemos más en esto.

¿Cuándo decís que vendrá

vuestra esposa?

DON JUAN

Ya estará 155

cerca de aquí.

DON LUIS

Pues id presto

a esperarla y a decirla

de mi parte que ir no puedo

a servirla, porque quedo

ocupado acá en servirla. 160

DON JUAN

De esa suerte lo diré,

pues vós...

DON LUIS

No me digáis más.

(Vase, y sale PORCIA.)

¿Porcia?

PORCIA

¿Señor?

DON LUIS

Ya sabrás

(mil veces te lo conté) 165

las grandes obligaciones

que a don Juan Roca he tenido.

PORCIA

Que eres su amigo te he oído

decir en mil ocasiones.

DON LUIS

Pues has de saber, que ya 170

con su esposa por aquí

vuelve.

PORCIA

¿Serafina?

DON LUIS

Sí,

y hasta embarcarse, será

mi huésped.

PORCIA

Yo lo agradezco

de mi parte.

DON LUIS

¿Qué te obliga? 175

PORCIA

Ser Serafina mi amiga,

y pensará que la ofrezco

el hospedaje.

DON JUAN

Está bien;

y supuesto, siendo así,

que por ti, Porcia, y por mí 180

agasajarlos es bien,

te ruego que a tus criadas

las mandes aderezar

ese cuarto en que han de estar.

PORCIA

Prevenciones excusadas 185

son: ¿cuándo no está, señor,

uno y otro apercebido

para huéspedes, si has sido

aun más que gobernador,

hostelero?

DON JUAN

Mi contento 190

es festejar a quien pasa.

(Sale JUANETE de camino.)

JUANETE

Paz sea en aquesta casa,

y a ese propósito un cuento.

«Llegando una compañía

de soldados a un lugar, 195

empezó un villano a dar

mil voces en que decía:

'¡Dos soldados para mí!'.

'Lo que excusar quieren todos

-dijo uno-, ¿con tales modos 200

pides?'. Y él respondió: 'Sí,

que aunque molestias me dan

cuando vienen, es muy justo

admitirlos por el gusto

que me hacen cuando se van'». 205

Con esto, pues, y con que

mi amo aquí manda esperar,

dadme los dos a besar,

vós la mano y vós el pie.

DON LUIS

Juanete, seas bien venido, 210

que ya te echaba mi amor

menos viendo a tu señor.

PORCIA

¿Cómo de boda te ha ido?

JUANETE

«Convidole a merendar

un cortesano en el río 215

a un forastero, y muy frío

le dio un pollo al empezar.

Pidió de beber y estaba

tan caliente la bebida

como fría la comida. 220

Viendo, pues, que nada hallaba

a propósito, cogió

el pollo, y con sutil traza,

le echó dentro de la taza.

El amigo que tal vio, 225

'¿Qué hacéis?' dijo. Él impaciente

respondió: 'Así determino

hacer que el pollo enfríe el vino

o el vino al pollo caliente'».

Lo mismo me ha sucedido 230

en la boda, pues me han dado

moza novia y desposado

no mozo; con que habrá sido

fuerza juntarlos fiel,

porque él con ella doncella, 235

o él la refresque a ella

o ella le caliente a él.

PORCIA

Deja locuras y di:

¿cómo Serafina viene?

JUANETE

En coche.

PORCIA

Y eso, ¿qué tiene 240

que ver con lo que yo aquí

te pregunto?

JUANETE

Mucho, puesto

que quien dice en coche, dice

contenta, ufana y felice.

DON LUIS

¿Por qué lo dices?

JUANETE

Por esto: 245

«Murió una dama una noche,

y porque pobre murió,

licencia el vicario dio

para enterrarla en un coche.

Apenas en él la entraban, 250

cuando empezó a rebullir;

y más cuando oyó decir

a los que la acompañaban

'Cochero, a San Sebastián'.

Pues dijo a voces: 'No quiero; 255

da vuelta al Prado, cochero,

que después me enterrarán'».

DON LUIS

¿A quién tu lengua perdona

con aquesos cuentecillos?

JUANETE

«A cuatro o cinco chiquillos 260

daba un día en Barcelona

de comer su padre...»

[VOCES]2

 

(Dentro.)

¡Para!

PORCIA

Ya parece que han llegado.

JUANETE

 

[Aparte.]

De la boca me han quitado

el cuento.

(Sale JULIA.)

[JULIA]

Señor, repara 265

en que ya el huésped que esperas

llega.

DON LUIS

A recibirle vamos.

JUANETE

En los chiquillos quedamos.

PORCIA

Ya suben las escaleras

y llegan hacia esta parte. 270

(Sale DON JUAN, que trae de la mano a SERAFINA vestida de camino, DON PEDRO y FLORA.)

DON LUIS

Dadme, ¡oh bella Serafina,

cuya hermosura divina

rayos con el sol reparte!,

a besar la mano, en muestra

del contento y alegría 275

que hoy tiene esta casa mía

en solo parecer vuestra.

Y perdonad, si no es

capaz esfera, señora,

de las luces del aurora. 280

PORCIA

Eso a mí me toca, pues...

pues mía la obligación

y la vergüenza de ver

que no pueda merecer

dichas que tan grandes son: 285

tú seas muy bien venida.

SERAFINA

Habiendo de responder

a los dos, bien menester

será que partido os pida;

que a dos favores, ¡ay Dios!, 290

estilo no hallo oportuno;

y así, no respondo al uno

por no agraviar a los dos.

DON PEDRO

Mucho me pesa de que

don Juan no os haya excusado, 295

señor don Luis, este enfado.

DON LUIS

No me corráis; pues en fe,

señor don Pedro, de ser

yo tan vuestro servidor,

me hace don Juan este honor. 300

JUANETE

¿Hay paciencia para ver

una plática molesta

de cumplimientos?

FLORA

¿Peor

no es oír a un preguntador?

 

(Disparan dentro.)

DON JUAN

Vamos. Mas, ¿qué salva es esta? 305

(Sale FABIO.)

FABIO

La atalaya ha descubierto

de Nápoles dos galeras

que costeando sus riberas

vienen ya tomando el puerto.

DON LUIS

¡Qué placer me da el oír 310

que vienen!

JUANETE

Es gran placer

al ver los huéspedes, ver

la recua en que se han de ir.

DON LUIS

Junto viene todo el bien,

pues en ellas imagino 315

que el Gran Príncipe de Ursino

vuelve a Nápoles, a quien

es forzoso que reciba,

y aun que en mi casa le hospede,

si quien no es su dueño puede 320

disponer della.

DON JUAN

Así viva

que me hagáis merced de darme

licencia.

DON LUIS

No hay para qué

volver a esto, que yo sé

que sabré desempeñarme: 325

Porcia, lleva a Serafina

bella a su cuarto, y los dos

esperadme en él.

DON PEDRO

Con vós

saldremos a la marina.