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Este ebook presenta Amor, honor y poder (Edición completa), con un sumario dinámico y detallado. Amor, honor y poder es una comedia de Calderón de la Barca, estrenada en 1623. La comedia cuenta la historia del rey Eduardo de Inglaterra y de sus amores con la condesa de Salveric. La Infanta Flérida, hermana del Rey Eduardo III de Inglaterra, está a punto de morir despeñada a causa de su desbocado caballo pero es rescatada por Enrico, hijo del Conde de Salverie. El joven se prenda de ella y, ya en el castillo del Conde, el Rey se congratula de la salvación de la Infanta y se siente atraído a su vez por Estela, hermana de Enrico. Pedro Calderón de la Barca (1600 - 1681) fue un escritor barroco español del Siglo de Oro, fundamentalmente conocido por su teatro. La obra teatral de Calderón de la Barca significa la culminación barroca del modelo teatral creado a finales del siglo XVI y comienzos del XVII por Lope de Vega.
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Seitenzahl: 77
Veröffentlichungsjahr: 2013
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Salen Enrico y Estela
EnricoNo salgas, Estela, al monte,
que por estos campos hoy
ha salido el Rey a caza.
No te vea de la suerte5
que en las soledades andas,
causando a Venus desprecio,
dando envidias a Diana,
cuando Diosa destos montes,
que miden veloz tus plantas,10
o son las cumbres de Chipre
o son las selvas de Arcadia.
Por tu gusto, Estela, vives
en Salveric retirada
del aplauso de la corte,15
del adorno de sus galas.
Aquí un hermano te sirva,
aquí un padre te acompaña
y aquí un monte te obedece,
que reina suya te llama.20
No te vea el Rey y piense,
viendo la humildad que tratas,
que lo que es sobra del gusto,
viene a ser del honor falta.
Por tu vida que te quedes25
en Salveric y no salgas
hoy al monte.
EstelaNo saldré,
Desde aquí al castillo vuelvo
a obedecer lo que mandas.30
EnricoYo, hermana, te lo suplico,
Una voz (Dentro.)¡Aparta, aparta!
Enrico¿Qué voz es esta?
Una voz (Dentro.)Poned delante dellas espadas.
Tente indómito caballo.35
EstelaDesde aquellas cumbres altasun caballo se despeña con una mujer.
EnricoHoy baja
Poco le debo, si aguarda40
más ocasión mi valor,
para mostrarse, pues basta
el ser mujer.
EstelaEn el viento
porque un volante que al Sol45
le vuelve otro Sol de plata,
lleno del viento que deja
le va sirviendo de alas.
Tan igualmente ligeros
los pies y manos levanta,50
que parece que a los cielos
tira la yerba que arranca,
tan bañado en sus espumas,
que parece que un mar pasa
y que pegado en los pechos55
el mar a pedazos saca.
Firme la dama le oprime
y aunque sean tan contrarias
la de un bruto y la de un Sol,
son dos cuerpos con un alma.60
Ella cobarde se anima
y animosa se desmaya,
que es el peligro forzoso,
donde la fuerza es tan flaca.
Pero ya Enrico, mi hermano,65
saliendo al paso le aguarda,
aunque un monte es imposible
esperarle cara a cara.
Atravesado se arroja
y el tiro al bocado agarra70
y asiendo el freno en la mano,
se le opuso a su arrogancia.
Con la izquierda en un sujeto
el viento y el fuego para,
y con la derecha a un punto75
por el arzón mismo saca
a la dama, que en los brazos
sin aliento y desmayada,
el sobresalto al peligro,
lo que le debe le paga.80
Y tirando el freno, cuando
a la silla el brazo alarga,
volvió el caballo, parece
que a mirar lo que llevaba,
porque envidioso de verse85
dueño de gloria tan alta,
quiso con bárbaro intento,
sino perderla, robarla.
Mas ya con ella en los brazos
al valle mi hermano baja,90
que parece que del Sol
harto su esplendor la llama.
(Sale Enrico con la Infanta en los brazos.)
Enrico¡Hermana, Estrella! Volando
o entra por ella al castillo.95
EstelaYo voy presto; aquí me aguarda.
(Vase.)
EnricoTrae el agua, que mis ojosno me darán la que basta, porque será breve el mar
para vencer fuerza tanta.100
¡Qué mucho, si el mismo Sol,
aunque con luz eclipsada,
hoy en sus rayos me quema,
hoy en sus rayos me abrasa!
¿Quién ha visto, quién ha visto,105
aunque por suertes contrarias,
desgraciada la ventura,
venturosa la desgracia?
¡Señora, señora! Apenas
oye mi voz y turbada110
la color, en un compuesto
mezcló la nieve y el nácar.
Y dichosamente unida,
nieve roja o rosas blancas,
se vio purpúrea la nieve115
y la púrpura nevada.
No sé qué deidad oculta
a su adoración me llama,
que de tan forzoso efeto
no determino la causa.120
¡Señora!
Infanta¡Válgame el cielo!
Enrico¡Albricias, cielos, que habla!
¡Alma, albricias!
Infanta¿Dónde estoy?
Enrico¡Ah señora!
Infanta¿Quién me llama?
EnricoQuien del alma la mitad,125
hoy a tu vida consagra
y por no dejar de verte,
no te ofrece toda el alma.
Aquel caballo, sin duda,
es el Júpiter que anda130
enamorado y tomó
forma en apariencia rara,
para que tú fueras, cuando
le oprimieras las espaldas,
Europa de Inglaterra,135
y él el caballo de España.
¿Cómo te sientes?
InfantaMejor.
Mas ¿quién eres tú, que amparas
mi vida?
EnricoSoy quien la tuya
Infanta¿La vida te debo?
EnricoEs cierto;
que cuando te doy la vida,
en satisfación me matas.
Infanta [Aparte.](Agradecida le escucho,145
que del honor fuera falta
la ingratitud a quien debo
la vida.) ¿Cómo te llamas?
EnricoEnrico de Salveric,
en el castillo famoso
que es mi apellido y mi casa.
Aquí podrás descansar.
Yo quisiera que el alcázar
fuera del Sol. Mas ¿quién eres?155
InfantaYo soy…
(Sale el Rey, Ludovico, Teobaldo y acompañamiento.)
LudovicoAquí está la Infanta.
ReyHermana, dame tus brazos.
¿Cómo te sientes?
InfantaNo es nada
estar en pie.
ReyPues llevadla160
a ese castillo y en él
descanse lo que le falta
al día, que ya con sombras
negras la noche amenaza.
Teobaldo¡Dichoso quien llega a verte165
con vida, porque presaga
el alma de tus desdichas,
temió tu muerte temprana!
¡Vida te dio mi deseo!
InfantaYo procuraré pagarla,170
que a quien me ha dado la vida,
no es mucho que le dé el alma.
(Vase.)
Enrico [Aparte.](¡Ay arrogantes deseos!
¡Ay humildes confianzas!
¡Ay cobardes presunciones!175
¡Ay satisfaciones falsas!
¡Ay esperanzas perdidas!
La Infanta, ¡cielos!, la Infanta
es a la que di la vida
y la que me quita el alma.)180
Vuestra Majestad me dé
a besar sus Reales plantas,
si de la tierra que piso
merezco tocar la estampa.
Rey¿Quién eres?
EnricoEnrico soy.185
de Salveric, que mi casa
es hoy, pues a honrarla vienes,
venturosa en tal desgracia.
Rey¿Cómo retirado vivesde la corte?
EnricoPorque halla190
mi padre en la soledad
más quietud a su edad larga.
Rey¿Vive todavía el Conde?
EnricoSí señor.
ReyFue la privanzade mi padre. ¿Y solo tú195
su soledad acompañas
o vive también Estela
con vosotros?
Enrico[Aparte.]¡Cosa extrañaque no pudiese encubrirlo!
Aquí está, señor, mi hermana,200
que también del campo gusta.
ReyMucho le debe a la fama.
¿Qué dicen, que es muy hermosa?
EnricoSiempre la opinión se alarga,
el no ser fea le basta.
ReyDícenme que es muy discreta.
EnricoSabe, señor, cosa es clara,lo que tiene obligaciónuna mujer en su casa.210
ReyMucho me holgara de verla.
EnricoNo es el traje en que ella anda,digno, señor, de tus ojos; y esta sola fue la causa
para excusar de que tú215
la vieras.
(Sale Estela.)
EstelaAquí está el agua.
Mas ¡qué miro!
EnricoEstela es esta,que cuando cayó la Infanta fue por agua y viene agora.
ReyMejor dijeras que el alba,220
vestida de resplandores
o de rayos coronada,
otra vez al campo sale
y que entre sus manos blancas
trae congelado el rocío,225
que por lágrimas derrama.
EstelaVuestra Majestad, señor,disculpando la ignorancia que me permite este traje,
me dé sus manos.
ReyLevanta,230
no me acuse la soberbia
que tuve un cielo a mis plantas
porque si otras hermosuras
un mundo pequeño llaman,
tú eres un cielo pequeño.235
Enrico¡Qué bien la humildad ensalzas!
El cielo aumente tu vida.
Rey [Aparte.](¡Oh lo que este hermano habla!)¡Ah Ludovico!
LudovicoSeñor.
ReyNo sé qué siento en el alma,240
que con decirme que es mía,
ya como ajena me trata.
Ludovico [Aparte.](¡Ay Estela! ¡Quién creyera,que cuando a verte llegara,vencieran celos de un rey245
el contento que me causas!)
¿Qué sientes?
ReySiento temor,con el amor en batalla y cuanto el amor me anima
tanto el amor me acobarda.250
Estela me da contento
y aqueste hermano me cansa.
LudovicoÉchale de aquí, que todoes invenciones quien ama.
ReyBien me aconsejas.
Ludovico [Aparte.]¡Ay cielos!255
¡Oh mal haya, amor, mal haya
el que contra sí aconseja!
EnricoSu Alteza, Estela, está en casay pues ha sido venturanuestra, tan gran desgracia,260
aunque como en monte sea
ve a servilla y regalarla.
Vuestra Majestad, señor,
dé licencia. Vete hermana,
que la agua no es menester.265
ReyMejor será que tú vayas,que aunque yo no haya caído aquí es menester el agua.
El cansancio y el calor,
pensión propia de la caza,270
me tienen con sed y quiero
beber. Vete, pues, ¿qué aguardas?
Enrico [Aparte.]Mi muerte decir pudiera,pues voy, por suertes contrarias,de tu hermana enamorado275
y celoso de mi hermana.
(Vase.)
ReyTurbado a tu vista llego,que cuando amor me provoca, teniendo el agua en la boca,
bebo por los ojos fuego.280
Si entre sus rayos me anego,
como en sus ondas me abraso
de un extremo al otro paso.
¿Quién ha visto efecto igual,