Antología Poética - Alfonsina Storni - Alfonsina Storni - E-Book

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Alfonsina Storni

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Beschreibung

Antología poética,  de Alfonsina Storni,  es una recopilación esencial de la obra de una de las voces más destacadas de la poesía hispanoamericana del siglo XX. A través de sus versos, Storni expresa una intensa exploración de la identidad femenina, el amor, la angustia existencial y la lucha contra las normas impuestas por una sociedad patriarcal. Su poesía transita desde el modernismo inicial hasta una voz más libre y vanguardista, marcada por una profunda introspección y un tono desafiante. Desde su publicación, Antología poética ha sido valorada por su fuerza expresiva y su sensibilidad única. Los poemas seleccionados reflejan la evolución estilística de Storni, así como su constante cuestionamiento del papel de la mujer en la sociedad. Su lirismo apasionado y su tono a veces melancólico, a veces combativo, la consolidan como una de las figuras más influyentes de la literatura en español. La vigencia de su obra radica en su capacidad para transmitir la complejidad de las emociones humanas y la búsqueda de autonomía y autenticidad. Antología poética sigue siendo una lectura imprescindible para quienes desean adentrarse en el universo literario de Alfonsina Storni y en su inquebrantable voz poética.  

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Seitenzahl: 148

Veröffentlichungsjahr: 2025

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Alfonsina Storni

ANTOLOGÍA POÉTICA

Sumario

INTRODUCCIÓN

ANTOLOGÍA POÉTICA

LA INQUIETUD DEL ROSAL [1916]

EL DULCE DAÑO [1918]

LIGEROS

LOS FUERTES MOTIVOS

HIELO

IRREMEDIABLEMENTE [1919]

MOMENTOS HUMILDES, MOMENTOS AMOROSOS, MOMENTOS PASIONALES

MOMENTOS AMARGOS, MOMENTOS SELVÁTICOS MOMENTOS TEMPESTUOSOS

LANGUIDEZ [1920] - MOTIVOS LÍRICOS ÍNTIMOS

EXALTADAS

OCRE [1925]

MUNDO DE SIETE POZOS [1934]

MOTIVOS DE MAR

MOTIVOS DE CIUDAD

MASCARILLA Y TRÉBOL [1938]

POESÍAS NO INCLUIDAS EN LIBRO [1916 -1921]

POSTERIORES A 1934

IRREMEDIABLEMENTE

INTRODUCCIÓN

Alfonsina Storni

1892 – 1938

Alfonsina Storni fue una escritora argentina de origen suizo, ampliamente reconocida como una de las figuras más influyentes de la literatura hispanoamericana del siglo XX. Nacida en Sala Capriasca, Suiza, y criada en Argentina, Storni es conocida por su poesía que aborda temas como la lucha feminista, el amor, el sufrimiento y la condición de la mujer en la sociedad. Su obra, caracterizada por una voz personal y desafiante, le valió un lugar destacado en la literatura de su tiempo.

Infancia y Educación

Alfonsina Storni nació en el seno de una familia de inmigrantes suizos que se estableció en Argentina cuando ella era niña. Desde joven, mostró un gran interés por la literatura y la educación. Debido a dificultades económicas, trabajó como maestra y periodista para mantenerse mientras desarrollaba su carrera literaria. Estudió en la Escuela Normal de Maestros de Coronda, donde se formó como docente, profesión que ejerció durante varios años.

Carrera y Contribuciones

Storni comenzó a publicar poesía en periódicos y revistas antes de lanzar su primer libro, La inquietud del rosal (1916). Su obra poética evolucionó desde un tono modernista inicial hacia una voz más combativa y feminista, como se evidencia en libros como El dulce daño (1918), Mundo de siete pozos (1934) y Mascarilla y trébol (1938). Su poesía desafía los roles tradicionales de género y cuestiona la hipocresía social con una perspectiva innovadora para su época.

En Tú me quieres blanca, uno de sus poemas más emblemáticos, Storni denuncia la doble moral impuesta a las mujeres, exigiendo igualdad en las expectativas de pureza y libertad. A lo largo de su carrera, su estilo se tornó más audaz y directo, alejándose de la retórica modernista para explorar formas más libres y personales de expresión.

Impacto y Legado

Storni fue una de las primeras escritoras latinoamericanas en desafiar abiertamente los ideales patriarcales a través de su obra. Su poesía influyó en generaciones de escritoras y pensadoras feministas, consolidando su lugar como una de las voces más relevantes de la literatura en español. Participó activamente en círculos intelectuales y culturales, colaborando con otros escritores como Gabriela Mistral y Horacio Quiroga.

Su legado se mantiene vigente no solo por la calidad literaria de su obra, sino también por la profundidad de su pensamiento. Su exploración de la identidad femenina y la lucha por la emancipación continúan resonando en la actualidad, convirtiéndola en un referente ineludible de la poesía feminista.

Enfrentando una enfermedad terminal y episodios de depresión, Alfonsina Storni se suicidó en 1938 en Mar del Plata, arrojándose al mar. Su muerte, rodeada de un aura poética y trágica, fue interpretada como un acto de despedida artística, reforzado por el último poema que envió al diario La Nación, titulado Voy a dormir.

A pesar de su trágico final, su influencia literaria sigue creciendo. Su obra continúa siendo estudiada y reinterpretada en el contexto de la literatura feminista y modernista, asegurando su lugar entre los grandes nombres de la poesía en español. Storni dejó un testimonio poético y humano de enorme valor, manteniendo su vigencia como una voz esencial en la literatura universal.

Sobre la obra

Antología poética, de Alfonsina Storni, es una recopilación esencial de la obra de una de las voces más destacadas de la poesía hispanoamericana del siglo XX. A través de sus versos, Storni expresa una intensa exploración de la identidad femenina, el amor, la angustia existencial y la lucha contra las normas impuestas por una sociedad patriarcal. Su poesía transita desde el modernismo inicial hasta una voz más libre y vanguardista, marcada por una profunda introspección y un tono desafiante.

Desde su publicación, Antología poética ha sido valorada por su fuerza expresiva y su sensibilidad única. Los poemas seleccionados reflejan la evolución estilística de Storni, así como su constante cuestionamiento del papel de la mujer en la sociedad. Su lirismo apasionado y su tono a veces melancólico, a veces combativo, la consolidan como una de las figuras más influyentes de la literatura en español.

La vigencia de su obra radica en su capacidad para transmitir la complejidad de las emociones humanas y la búsqueda de autonomía y autenticidad. Antología poética sigue siendo una lectura imprescindible para quienes desean adentrarse en el universo literario de Alfonsina Storni y en su inquebrantable voz poética.

ANTOLOGÍA POÉTICA

LA INQUIETUD DEL ROSAL [1916]

La Inquietud Del Rosal

EL rosal en su inquieto modo de florecer

va quemando la savia que alimenta su ser.

¡Fijaos en las rosas que caen del rosal:

Tantas son que la planta morirá de este mal!

El rosal no es adulto y su vida impaciente

se consume al dar flores precipitadamente.

Vida

MIS nervios están locos, en las venas

la sangre hierve, líquido de fuego

salta a mis labios donde finge luego

la alegría de todas las verbenas.

Tengo deseos de reír; las penas

que de donar a voluntad no alego,

hoy conmigo no juegan y yo juego

con la tristeza azul de que están llenas.

El mundo late; toda su armonía

la siento tan vibrante que hago mía

cuando escancio en su trova de hechicera.

Es que abrí la ventana hace un momento

y en las alas finísimas del viento

me ha traído su sol la primavera.

Lo Inacabable

NO tienes tú la culpa si en tus manos

mi amor se deshojó como una rosa:

Vendrá la primavera y habrá flores…

El tronco seco dará nuevas hojas.

Las lágrimas vertidas se harán perlas

de un collar nuevo; romperá la sombra

un sol precioso que dará a las venas

la savia fresca, loca y bullidora.

Tú seguirás tu ruta; yo la mía

y ambos, libertos, como mariposas

perderemos el polen de las alas

y hallaremos más polen en la flora.

Las palabras se secan como ríos

y los besos se secan como rosas,

pero por cada muerte siete vidas

buscan los labios demandando aurora.

Mas… ¿lo que fue? ¡Jamás se recupera!

¡Y toda primavera que se esboza

es un cadáver más que adquiere vida

y es un capullo más que se deshoja!

Claror Lunar

LIRIOS, lirios, más lirios… llueven lirios…

La noche es blanca como la ilusión

y flota la dulzura del perdón

sobre el llanto de todos los martirios.

Hay una vaga claridad de cirios…

La luna es una hostia en comunión

y el alma se recoge con unción

castigada por todos los delirios.

Y es bajo el claro de la luna suave

cuando el poeta que medita sabe

las tristezas enormes de Pierrot.

Y cuando le asesina la agonía

de las nostalgias blancas de María

y las nostalgias rojas de Margot.

EL DULCE DAÑO [1918]

Así

HICE el libro así:

Gimiendo, llorando, soñando, ay de mí.

Mariposa triste, leona cruel,

Di luces y sombra todo en una vez.

Cuando fui leona nunca recordé

Cómo pude un día mariposa ser.

Cuando mariposa jamás me pensé

Que pudiera un día zarpar o morder.

Encogida a ratos y a saltos después

Sangraron mi vida y a sangre maté.

Sé que, ya paloma, pesado ciprés.

O mata florida, lloré y más lloré.

Ya probando sales, ya probando miel,

Los ojos lloraron a más no poder.

Da entonces lo mismo, que lo he visto bien,

Ser rosa o espina, ser néctar o hiel.

Así voy a curvas con mi mala sed

Podando jardines de todo jaez.

Este Grave Daño

ESTE grave daño que me da la vida,

Es un dulce daño, porque la partida

Que debe alejarme de la misma vida

Más cerca tendré.

Yo llevo las manos brotadas de rosas,

Pero están libando tantas mariposas

Que cuando por secas se acaben mis rosas

Ay, me secaré.

LIGEROS

Sábado

ME LEVANTÉ temprano y anduve descalza

Por los corredores; bajé a los jardines

Y besé las plantas;

Absorbí los vahos limpios de la tierra,

Tirada en la grama;

Me bañé en la fuente que verdes achiras

Circundan. Más tarde, mojados de agua

Peiné mis cabellos. Perfumé las manos

Con zumo oloroso de diamelas. Garzas

Quisquillosas, finas

De mi falda hurtaron doradas migajas.

Luego puse traje de clarín más leve

Que la misma gasa.

De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo

Mi sillón de paja.

Fijos en la verja mis ojos quedaron,

Fijos en la verja.

El reloj me dijo: diez de la mañana.

Adentro un sonido de loza y cristales:

Comedor en sombra; manos que aprestaban

Manteles.

Afuera, sol como no he visto

Sobre el mármol blanco de la escalinata.

Fijos en la verja siguieron mis ojos,

Fijos. Te esperaba.

Primavera

¿VENDRÁS tú? Por mis jardines vuelan

Ya las primeras mariposas

Sobre las rosas.

Velan

De noche los coyuyos

Entre los yuyos.

Sonríen las estrellas

Pálidamente bellas.

¿Y vendrás tú? Se cubren

Alegres, mis floreros

De madreselvas.

Anda por los largos canteros

La risa azul del nomeolvides

Y se cargan las vides.

Selvas

Tengo en el corazón;

Árboles gruesos

Prietos de ramas;

Yuyos, retamas,

Flores de malvón,

Pájaros en las ramas,

Todo eso tengo en el corazón.

¿Y vendrás tú?

Mis manos

Fabricaron panales.

Yendo de rosa en rosa recogí miel;

Hice linos; no recuerdo de males.

El lecho mío es blanco

Y es Primavera. Huele

Bien, el alto barranco

Mojado por la ría.

Desde el mar que diviso

¿Vendrá tu vela?

Vuela,

Primavera es gacela

Fugitiva

Y furtiva,

¡Vuela!

Dime

DIME al oído la palabra dulce;

Camoatí zumbador,

Las letras que se asomen a tus labios

Han de oler a malvón,

Y empacarán insectos en el rojo

Panal del corazón.

Dime al oído la palabra tenue,

Gasa, bruma, vapor…

Fineza de sus signos como leves

Alas de mariposa en la tensión

Del vuelo recto. Peligrosa tela

Urdida en los telares del amor.

Ay, que en los finos hilos de la malla,

Puede morir sin aire el corazón.

Dime al oído de palabras todas

La palabra mejor.

Si puedes, que se escurra de los labios

Modulada sin voz.

Música, de tu boca a mis oídos

Todas palabras son.

Música que adormece bajo el fino,

Rubio vellón,

De los cabellos de la primavera:

Gracia y olor.

Capricho

ESCRÚTAME los ojos, sorpréndeme la boca,

Sujeta entre tus manos esta cabeza loca;

Dame a beber, el malvado veneno

Que te moja los labios a pesar de ser bueno.

Pero no me preguntes, no me preguntes nada

De por qué lloré tanto en la noche pasada;

Las mujeres lloramos sin saber, porque sí:

Es esto de los llantos pasaje baladí.

Bien se ve que tenemos adentro un mar oculto,

Un mar un poco torpe, ligeramente estulto,

Que se asoma a los ojos con bastante frecuencia

Y hasta lo manejamos con una dúctil ciencia.

No preguntes, amado, lo debes sospechar:

En la noche pasada no estaba quieto el mar.

Nada más. Tempestades que las trae y las lleva

Un viento que nos marca cada vez costa nueva.

Sí, vanas mariposas sobre jardín de Enero,

Nuestro interior es todo sin equilibrio y huero.

Luz de cristalería, fruto de carnaval

Decorado en escamas de serpientes del mal.

Así somos, ¿no es cierto? Ya lo dijo el poeta:

Movilidad absurda de inconsciente coqueta.

Deseamos y gustamos la miel de cada copa

Y en el cerebro habernos un poquito de estopa.

Bien; no, no me preguntes, Torpeza de mujer,

Capricho, amado mío, capricho debe ser.

Oh, déjame que ría… ¿No ves qué tarde hermosa?

Espínate las manos y córtame esa rosa.

Tú Y Yo

MI casa está llena de mirtos,

La tuya está llena de rosas;

¿Has visto a mis blancas ventanas

Llegar tus palomas?

Tu casa está llena de lirios,

La mía sonríe amapolas.

¿Has visto rondando en mis patios

Ramas de tus frondas?

De mármoles blancos y negros

Tu casa vetusta se adorna,

Y mármoles blancos y negros

Llevan a mi alcoba.

Si luces enciende tu casa

Mi casa de luz se corona.

¿No sientes llegar de la mía

Sonidos de loza?

De día, de tarde, de noche

Te sigo por selvas y frondas.

¿No hueles que exhalan mis labios

Profundos aromas?

De día, de tarde, de noche

Te sigo por selvas y frondas.

¿No sientes que atrás de tus pasos

Se quiebran las hojas?

¿No has visto regadas tus plantas,

De frutas cargadas las moras,

Sin matas las sendas, las ramas

Henchidas de pomas?

Cuidando tu casa en silencio

Me encuentra despierta la aurora.

Cuidando en silencio tus plantas,

Podando tus rosas.

Tu casa proyecta en mi casa

De tarde, alargada, su sombra,

Y nunca miraste sus muros

Cargados de rosas.

Igual a tus patios mis patios

Que surcan iguales palomas,

Y nunca has mirado mi casa,

Cortado mis rosas.

Igual a tus lirios mis lirios

Que iguales octubres enfloran…

Y nunca has mirado mi casa,

Cortado mis rosas…

Dulce Tortura

POLVO de oro en tus manos fue mi melancolía;

Sobre tus manos largas desparramé mi vida;

Mis dulzuras quedaron a tus manos prendidas;

Ahora soy un ánfora de perfumes vacía.

Cuánta dulce tortura quietamente sufrida,

Cuando, picada el alma de tristeza sombría,

Sabedora de engaños, me pasaba los días

¡Besando las dos manos que me ajaban la vida!

Dos Palabras

ESTA noche al oído me has dicho dos palabras

Comunes. Dos palabras cansadas

De ser dichas. Palabras

Que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba

Filtrando entre las ramas

Se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras

Que una hormiga pasea por mi cuello y no intento

Moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras

— Que digo sin quererlo — oh qué bella, la vida —

Tan dulces y tan mansas

Que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas

Que nerviosos mis dedos,

Se mueven hacia el cielo imitando tijeras.

Oh, mis dedos quisieran

Cortar estrellas.

Tu Dulzura

CAMINO lentamente por la senda de acacias,

Me perfuman las manos sus pétalos de nieve,

Mis cabellos se inquietan bajo céfiro leve

Y el alma es como espuma de las aristocracias.

Genio bueno: este día conmigo te congracias,

Apenas un suspiro me torna eterna y breve…

¿Voy a volar acaso ya que el alma se mueve?

En mis pies cobran alas y danzas las tres Gracias.

Es que anoche tus manos, en mis manos de fuego,

Dieron tantas dulzuras a mi sangre, que luego,

Llenóseme la boca de mieles perfumadas.

Tan frescas que en la limpia madrugada de Estío

Mucho temo volverme corriendo al caserío

Prendidas en mis labios mariposas doradas.

El Llamado

ES noche, tal silencio

Que si Dios parpadeara

Lo oyera. Yo paseo.

En la selva, mis plantas

Pisan la hierba fresca

Que salpica rocío.

Las estrellas me hablan,

Y me beso los dedos,

Finos de luna blanca.

De pronto soy herida…

Y el corazón se para,

Se enroscan mis cabellos,

Mis espaldas se agrandan;

Oh, mis dedos florecen,

Mis miembros echan alas,

Voy a morir ahogada

Por luces y fragancias…

Es que en medio a la selva

Tu voz dulce me llama…

Luna Llena

OH llamas, llamas… Campanillas de oro

Suena tu lengua y en las manos llevas

La miel que no he gustado y en tus ojos

Se desenrosca, alegre, Primavera.

Ya voy… ya voy… aguárdame, que aún tengo

Que poner rosas frescas en las sienes

Y soltar los cabellos y ceñirme

Un cinturón de plata; dulcemente

Caeré a tus pies bajo la luna llena.

Ay, tornaré bajo la fronda oscura

Silenciosa y temblante, con la testa

Desprovista de flores, y en la boca

El murciélago azul de la tristeza.

Ay, nunca más sobre mi frente rosas,

Ni aquella fresca voz de musgo y tierra

que hace sonar las campanillas de oro

A cuyos toques danza Primavera.

¡Cómo estará de triste aquella fronda,

Cómo estará de pálida la luna

Cuando regrese sola,

Cuando te deje y huya!

(Y en tanto estoy ungiendo mis cabellos).

Ya la noche se acerca…

Tu voz suena distante y en el cielo,

Miedo me da mirar la luna llena.

Bajo Tus Miradas

ES bajo tus miradas donde nunca zozobro;

Es bajo tus miradas tranquilas donde cobro

Propiedades de agua; donde río, parlera,

Cubriéndome de flores como la enredadera.

Es bajo tus miradas azules donde sobro

Para el duelo; despierto sueños nuevos y obro

Con tales esperanzas, que parece me hubiera

Un deseo exquisito dictado Primavera:

Tener el alma fresca, limpia; ser como el lino

Que es blanco y huele a hierbas. Poseer el divino

Secreto de la risa; que la boca bermeja

Persista hasta el silencio postrero, bella, fuerte,

¡Y libe en la corola suprema de la Muerte

Con su última abeja!

Oh, Tú!

OH, tú que me subyugas. ¿Por qué has llegado tarde?

¿Por qué has venido ahora cuando el alma no arde,

Cuando rosas no tengo para hacerte con ellas

Una alegre guirnalda salpicada de estrellas?

Oh tú, de la palabra dulce como el murmullo

Del agua de la fuente; dulce como el arrullo

De la torcaza; dulce como besos dormidos

Sobre dos manos pálidas protectoras de nidos.

Oh tú, que con tus manos puedes tomar mi testa

Y hacerle brotar flores como un árbol en fiesta

Y hacer que entre mis labios se arquee la sonrisa

Como un cielo nublado que de pronto se irisa.

¿Por qué has llegado tarde? ¿Por qué has venido ahora

Cuando he sido vencida por llama destructora,

Cuando he sido arrasada por el fuego divino

Y voy, cegada y triste, por un negro camino?

Yo quiero, Dios de dioses, que me hagan nueva toda.

Que me tejan con lirios; me sometan a poda

Las manos del Misterio; que me resten maleza.

Tus labios no se hicieron para curar tristeza.

Para tus labios, agua de una pureza suma.

Para tus labios, copas de cristal y la espuma

Blanquísima de un alma que no sepa de abejas,

Ni de mieles, ni sepa de las flores bermejas.