Apóstol Animado y Trabajador - Marcelo Eduardo Grecco - E-Book

Apóstol Animado y Trabajador E-Book

Marcelo Eduardo Grecco

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Beschreibung

¡Oh Jesús! Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes, por tus sacerdotes tibios e infieles, por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones, por tus sacerdotes que sufren tentación, por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación, por tus jóvenes sacerdotes, por tus sacerdotes ancianos, por tus sacerdotes enfermos, por tus sacerdotes agonizantes por los que padecen en el purgatorio. Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes que me son más queridos, al sacerdote que me bautizó, al que me absolvió de mis pecados, a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión, a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron, a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud, especialmente a... ¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón y concédeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad! Amén.

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LIC. MARCELO EDUARDO GRECCO

Apóstol Animado y Trabajador

Reflexiones a la luz de la vida y testimonio de Monseñor Emilio Povse

Grecco, Marcelo EduardoApóstol animado y trabajador : reflexiones a la luz de la vida y testimonio de Monseñor Emilio Povse / Marcelo Eduardo Grecco. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4358-5

1. Biografías. I. Título.CDD 230.092

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

Introducción

Primera Parte: Su Historia

Las Raíces

Eslovenia

Los Primeros Años

Su familia e infancia

La Infancia

Liujbliana: Estudio y el Advenimiento del Horror

Testigo del Horror

Soldado Anticomunista

El fin de la Guerra

La Conciencia del Amor de Dios y la Entrega Radical

¡Emilio Vive!

Hacia el otro lado del Océano

Emilio Sacerdote

Primera Misión

“Dejad que los niños vengan a mí”

Un colegio en la “nada misma”

Huellas de un apostolado

El Milagro del Reencuentro

Apacienta a mis Ovejas

Entrada al nuevo Curato

Llegar a todos

Regreso a la Patria y Últimos Años

Últimos Años, últimas obras

Las últimas Misas

Segunda Parte: Emilio Povse

Su Persona

Barreras Comunicacionales

Amor al pecador, desprecio por el pecado

Sensibilidad exquisita, Profunda generosidad

El humor del padre Emilio

Humildad

Sacerdote y Pastor

Consciente del enorme don

Sacerdote celoso

Pastor

Sacerdote de Oración

Sacerdote de la Iglesia

Sacerdote de los Sacramentos

Sacerdote Mariano

Testamento del Padre Emilio

Anexo: Testimonio de la Señora Fanny Agüerode Negretti

A la memoria de Amalia, mi madre.

A Domingo, mi padre, que me acompaña en el peregrinar.

A todos mis formadores, en especial los sacerdotes

Introducción

Antes de empezar con el tema que nos ocupa, quiero dedicar este primer libro a la memoria de mi madre y a mi querido padre que, por gracia de Dios, camina junto a mí en esta vida. Ellos me permitieron conocer a este noble pastor, pero fundamentalmente me legaron la fe, con su ejemplo y testimonio.

La primera razón que me motiva a escribir este trabajo, es el convencimiento que tengo que la vida y la obra del padre Emilio, que ciertamente lo trasciende, puede servir de inspiración en el crecimiento espiritual y apostolado de laicos y sacerdotes, con la firme la esperanza que puede ayudar a quienes sienten ese “run run”1 en su corazón, que los lleva a plantearse seriamente la posibilidad de seguir y servir al Señor en la vida sacerdotal, convencido que su testimonio ayudará en el discernimiento y quizás inspire el “Sí” tan hermoso, como el dado por el padre Emilio cuando entregó su vida a las almas y a la Iglesia, cuando se fundió con Cristo en el sacramento del sacerdocio.

La segunda razón es su testimonio de vida que nos interpela a todos, sobre nuestro caminar a la santidad y nos llama a “triunfar” en Cristo. Por eso, siguiendo la enseñanza de la Iglesia sobre la “santidad ordinaria”, santidad común a todos los hombres que aceptan el llamado y se unen a Cristo, viviendo abandonados a su santa Voluntad y que celebramos el primero de noviembre en la Fiesta de Todos los Santos, somos muchos los que creemos con firmeza, que el padre Emilio dio testimonio de esa santidad ordinaria y que reflexionar a la luz de su vida y testimonio nos ayudará en nuestra vida espiritual y para alcanzar nuestra propia santidad, a la que hemos sido llamados.

Considero importante aclarar acá que no quiero dar ningún juicio que corresponde a la Iglesia y a su jerarquía, simplemente reconozco en el padre Emilio a uno de esos “santos de la puerta de al lado”, que Francisco nos invita a contemplar.2

La tercera razón es la huella que ha dejado en mí corazón y en mí alma su testimonio de vida y de fe. Con apenas dos años comencé a ir a Mar de Ajó y para esa fecha que llegaba el padre Emilio a atender la comunidad parroquial de Santa Margarita. En aquella infancia era el sacerdote que hablaba raro y fuerte. En la adolescencia, más cerca ya de la vida eclesial, conocí algo más de su obra que veía crecer. En esa época comencé a ayudarlo en las celebraciones y de alguna manera conocer un poco más, aunque seguía siendo el “cura polaco”. Reconocí la profundidad de su discurso que movía a la oración y a abrirse a la gracia de los sacramentos. En paralelo comencé a escuchar algo más sobre su vida, aunque no fue hasta la primera juventud que descubrí lo apasionante que ella había sido, a partir de su propio relato. Relato que me sentados en el primer banco de Santa Margarita, luego de finalizar las actividades pastorales de un día de semana. De esa entrevista nació: “Mi Vida no es Mía”,3 una especie de biografía,4 que por su generosidad queda luego inmortalizada en la estampa recordatorio de los noventa años.

Aquel artículo me pareció con gusto a poco y es por eso por lo que luego de su muerte, surgió la idea de ampliar la biografía incorporando todos los testimonios que había ido conociendo durante esos años, con el firme propósito hacer un trabajo más arduo y serio, que ayudará a la vida espiritual de todos los que se acercarán a la figura, para mí, ejemplar del padre Emilio.

Cuando puse manos a la obra, contaba con aquella entrevista y algunos testimonios recogidos, se sumaban algunas cosas más, como la hermosa entrevista que me compartiera mi amigo Carlos Tantucci y que le realizará para su programa “Compartiendo vida”. Pronto busqué todo lo que había en internet y me encontré con varias entrevistas que contenían testimonios de laicos, sacerdotes y del Obispo de Chascomús, Monseñor Malfa, realizadas en sus noventa años y en las horas que sucedieron a su fallecimiento. Encontré también, alguna entrevista al padre en sus noventa cumpleaños y con ocasión de las últimas obras encaradas en la parroquia. Tenía también las notas y la crónica que redacte en ocasión de haber participado en la Misa de Acción de Gracias de sus noventa años, que publicará oportunamente en El Caballero de Nuestra Señora, boletín digital que tengo el honor de dirigir.

Por esas cosas que tiene la Providencia, un día estando en mi Parroquia de Versailles, colaborando en la Misa vespertina de los Domingos, tome contacto con Teresa Dalesandro y su marido, Julio. En la charla surgió que coincidíamos en el conocimiento del padre Emilio, ellos eran más que simples feligreses, eran sus amigos. Ella quien me acercó al más completo documento que tuve a mi alcance. El video de la entrevista que realizó Guillermo Favale para el ciclo “El Reloj de Arena”, que se trasmitió en el canal 5 de la Costa. El profesionalismo del entrevistador ayudó a que el padre se abriera y nos contará sus pesares, sus alegrías y sus obras de esta fascinante vida. Cada uno de sus dichos pudo ser corroborado en la historia que figura de su pueblo y en los documentos a los que he tenido acceso. Permítanme que agradezca con la oración a Teresa que ya se nos adelantó a la Casa del Padre.

A lo largo de los años he recogido testimonios de las comunidades de Mar de Ajó y también de las comunidades de Santa Rosa y María Reina. En este sentido, debo destacar y agradecer la generosidad de Susana Sanuto, quien fuera directora por cuarenta y dos años en María Reina y también de Horacio, monaguillo en Santa Rosa, quienes me honraron con sendas y jugosas entrevistas. Debo agradecer especialmente al párroco de Trebjne, ciudad natal del padre, que envió su certificado de Bautismo, del cual pude extraer algunos datos importantes en la vida de la familia Povse. Mención especial merecen Marcelo, del Arzobispado de La Plata, que hizo de intermediario con la Dra. Maruca Cabrera, encargada del archivo Arquidiocesano, que me permitió hacerme de valiosa documentación para este trabajo y monseñor Malfa, Obispo de Chascomús, que me envió a través del P. Lisandro Rodríguez un breve escrito con los antecedentes que ayudaron muchísimo en el trabajo.

Tienen también mi agradecimiento, Fanny Agüero de Negretti, su hijo Ignacio, Cristina Correa y Susana Pelusso que enviarán sus testimonios.

Otra fuente fue Internet, donde recogí historias y testimonios de publicaciones, entre las se destacan la de la asociación Eslovenia Libre, a la que estuvo ligado el padre, de la Diócesis de Novo Mesto y de los testimonios de ex alumnos del Santa Rosa en La Plata y de feligreses de la Costa, a quienes también les agradezco el envío de algunas de las fotos que ilustran el libro.

Sin todo esto no hubiese podido realizar este trabajo, que estoy seguro está incompleto y que seguro tendrá algún error, que es solo mío. Mi anhelo es que sea un puntapié inicial para que pueda ampliarse a través de más testimonios.

Nuestro mayor agradecimiento es al Espíritu Santo, a quien invocamos una y otra vez y tengan por cierto que,

si algo hay bueno y bello en el trabajo, Él es el responsable, el resto es mío. A Él y a la Purísima le pido para todos los que accedamos a esta obra, referida a este apóstol animado por la gracia y trabajador por las almas, nos sea de provecho para nuestra vida espiritual y el bien de nuestra alma.

Supla la gracia, las deficiencias de la pluma.

Marcelo Eduardo Grecco

13 de diciembre de 2021

Centenario del Natalicio del Padre Emilio

1 Cardenal Mario Poli, saludo final del primer Corpus Christi en la Arquidiócesis de Buenos Aires, 2013.

2 S.S. Francisco “Esa es muchas veces la santidad de la puerta de al lado, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios”, Gaudete et Exsultate 7.

3 Tomando sus propias palabras con las que nos explicó su decisión de entregarse radicalmente al servicio del Señor en el sacerdocio.

4 Digamos que ya habíamos realizado un primer artículo titulado “Mi Párroco de Veraneo” en ocasión de un homenaje al Cardenal Quarracino, pero que no recogía su vida.

Primera Parte: Su Historia

Las Raíces

No se puede conocer y comprender la vida de un hombre sin conocer la historia de su pueblo, sus raíces, la cultura donde creció y vivió con su familia.

El padre Emilio nos dio testimonio de que amó profundamente su Patria hasta el último día, aunque tuvo siempre presente que la primera Patria era la del Cielo, de la que fue ciudadano desde el día de su Bautismo y a la que anhelaba retornar luego del último suspiro. A Eslovenia, tierra de sus padres, la amó profundamente como manda el Señor en el cuarto mandamiento. La defendió, sufrió y se alegró con ella en el destierro, estuvo siempre atento a sus devenires históricos. Preservó una parte de su gran corazón para la Argentina, tierra que lo abrazó y recibió cuando nadie quiso recibirlos, al ser desterrados por la impiedad. Le estuvo agradecido hasta el último día y nos exhortaba a amar a nuestra Patria con gran devoción, sufriendo por nuestro desamor a esta tierra inmensa y grandiosa.

eslovenia

Al momento de nacer Emilio Eslovenia formaba parte de la Yugoslavia Monárquica que se crea entre Eslovenia, Croacia y Serbia al término de la Primera Guerra Mundial. Esta tierra se ubica en el corazón de los Alpes julianos, entre Europa central y sudoriental. Refieren las crónicas encontradas que el origen está ubicado en la edad de Bronce con pobladores dedicados a la agricultura y que hacia el año 400 a. C. se establecieron los Celtas, invadidos por los Romanos se fundaron algunas ciudades, entre ellas la hoy capital de Liubliana. Hacia el siglo VI de la era cristiana se instalaron los eslavos, que eran un pueblo esencialmente de agricultores y artesanos sedentarios, a esta inmigración eslava debe su nombre Eslovenia (Tierra de Eslavos). En este sentido, el estudio de López Serrano sobre este pueblo observa que “el desplazamiento de los eslavos hacia el oeste no fue propiamente una conquista, sino una ocupación de espacios que quedaron relativamente vacíos por el desplazamiento de los germanos en los últimos siglos del Imperio romano, así como después de su caída”5. Las tres grandes clasificaciones de las migraciones eslovenos:

“Occidentales (polacos, checos, eslovacos, moravos, polabos, lusacianos, casubios, sorbios, eslovincios), que recibieron influencias de los celtas, mientras rechazaron las influencias germánicas, con las que siempre tuvieron una gran rivalidad.

Meridionales (búlgaro, macedonios, serbios, croatas, eslovenos, montenegrinos, bosnios), que se fundieron con elementos culturales búlgaros y bizantinos, aunque lo bizantino influyó en la mayoría de los eslavos, sobre todo en aspectos religiosos y culturales.

Orientales (rusos, bielorrusos y ucranianos), de influencia inicial nórdica y, posteriormente, bizantina.”6

En el siglo X los eslavos aceptaron el catolicismo. En lo político, estuvieron bajo el poder de los Romanos y luego de los germanos hasta el siglo XIV en que fueron controlados por los Hadsburgos, quedando bajo el imperio Austro-Húngaro hasta 1918, cuando al final de la Primera Guerra Mundial y la desintegración del Imperio, se unieron croatas, serbios y eslovenos para formar, el 1 de Diciembre de 1918, el “Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos”, gobernada por el rey serbio Pedro I hasta su muerte en 1921, sucedido por su hijo Alejandro, quien el 3 de octubre de 1929 establece el Reino de Yugoslavia. En 1941, las fuerzas del eje toman Yugoslavia y dividiéndose el territorio, Eslovenia queda entonces bajo la ocupación italiana.

Hasta este momento, si bien pertenecían todos a un mismo reino, se había conservado los lineamientos culturales de cada nación. Con la invasión italiana, se promueve la italianización de la población, introduciéndose el italiano como lengua oficial, con la consiguiente y lógica oposición del pueblo, originándose que aquellos que se oponían a esta invasión cultural fueron detenidos y trasladados a lugares de concentración en el norte de Italia.

En 1943 le sucedió la ocupación alemana, donde el idioma esloveno fue prohibido y se establece el alemán como la lengua oficial. En paralelo se formaron los partisanos, que eran el brazo armado del comunismo, que buscaban la Revolución; sumiendo a los eslovenos a una serie de sufrimientos, en el terror y muerte con la excusa de ser los grandes libertadores.

En la historia que nos ha llegado por medio de películas y demás, nos han planteado a los Aliados como los grandes liberadores de la dominación Nazi, viendo a este como el único mal que hubo en el siglo XX, sin embargo, no fue así. Los “salvadores” se aliaron al régimen comunista entregándoles un vasto territorio y dejando a pueblos y naciones bajo el oscuro y satánico mando de los comunistas. Un régimen que, con la complicidad de los aliados, en especial Inglaterra, sembró rápidamente la sombra de muerte que en poco tiempo –ya a fines de 1945– eliminó a más de ocho millones de personas, según el testimonio que da el mismo padre Emilio.

Eslovenia permanecerá bajo la Yugoslavia Comunista hasta finales de la década del ochenta, del siglo pasado, en que comenzará a desmembrarse, luego de la muerte de Tito. En 1989 surge la “Declaración de Mayo” que exige la Independencia y en diciembre de 1990 se realiza un referéndum que con abrumador triunfo reclama la independencia, la cual es declarada el 25 de junio de 1991 por el parlamento esloveno, hubo un levantamiento del ejército Yugoslavo, que se enfrenta a la resistencia de las fuerzas eslovenas, este enfrentamiento se lo conoce como “La guerra de los diez días”, culminando el 7 de julio con un alto al fuego.

En 1991 Eslovenia obtuvo una constitución y en 1992 fue reconocida por la Unión Europea. Estos hechos permitieron que el nombre de Emilio Povse, como el de tantos otros, fuera borrado de la lista de “traidores a la Patria” en la que fue inscripto en 1945.

Eslovenia con su idioma y su cultura ha forjado una identidad que les permitió sobrevivir incluso a la falta de un estado o instituciones políticas propias. El idioma esloveno, basado en el alfabeto latino, queda plasmado en los primeros escritos que datan hacia finales del primer milenio. El primer libro escrito data del año 1550 de Primož Trubar.

En religión destaca la influencia del mazdeísmo persa (derivado de la predicación de Zaratustra, antiguo líder espiritual persa), pues creían en la dualidad y eterna lucha entre el bien y el mal, cercana al maniqueísmo, por eso los eslavos no tendrán inconveniente en aceptar el cristianismo, compatible con la lucha entre el bien y el mal que proponía el mazdeísmo. Hacia el siglo VIII llega la fe a esta zona y comienza la evangelización que permite a los eslovenos el encuentro con Cristo, esta evangelización generó un arraigo fundamental a la fe y cuando la falsa reforma luterana quiso sembrar su error protestante, fue rápidamente reevangelizada hasta nuestros días. Hoy se calcula que el 60 % de la población es católica, a pesar de los años de persecución, cárcel y muerte de muchos.

Eslovenia tiene una red de instituciones, organizaciones y asociaciones culturales muy bien desarrollada equiparable a los países culturalmente más desarrollados. Hay dos casas de ópera y ballet profesionales, en Liubliana y Maribor, y muchos teatros profesionales. La vida cultural en los museos, galerías y centros culturales es muy variada y rica. En esta sociedad de fe católica y con gran acervo cultural, se formó el padre Emilio y en ella permaneció a través de sus años7.

5 Dr. D. Alfredo López Serrano, “Grandes Ámbitos Culturales de la Historia Europea”, Universidad Carlos III de Madrid.

6 Ídem

7 Según nos contó Teresa Dalesandro, tenía una gran cantidad de libros escritos en su idioma natal.

Los Primeros Años

Su familia e infancia

En la fe de su pueblo, Leopold Povse y Jozefa Kotnik fundaron las bases para sustentar la familia que formaron el 7 de septiembre de 1914.

El 15 de agosto de 1915 en Zuzemberk nacerá su primer hijo, que llevaría el nombre del padre. Almas generosas y abiertas a los designios de Dios en la constitución de su familia, no dudaron a abrirle la puerta a la providencia que los bendecía con nueve hijos, a pesar de su condición humilde. Nacerán primero seis varones: Leopold, José, Félix, Francisco, nuestro padre Emilio y Florian, luego nacerían las mujeres: Teresa, Margarita y María. Sabemos que Leopold era el mayor y que fue sacerdote y poeta y que Florian, menor que Emilio, seminarista asesinado por el régimen comunista. La generosidad, el amor y el abandono a la providencia es parte sustancial de la educación de Emilio.

Antes de nacer Emilio, los padres se ubicaron en Trebnje, una ciudad que se encuentra a unos veintiún kilómetros de Novo Mesto, y a unos cuarenta y ocho kilómetros de Ljubliana, principal ciudad y capital de Eslovenia. Este terruño se encuentra habitado desde la edad de piedra, mencionada como ciudad comercial en el siglo XIV y desde finales del siglo XVIII era sede del comisario de distrito y luego fue sede político - judicial.

Se levanta allí un castillo, ubicado en una meseta a la orilla del río Temenica, construido alrededor del año 1000. Entre sus distintos propietarios, tuvo a quien sería un gran misionero Frederick Baraga y hoy declarado Venerable por el Papa Benedicto XVI, por su gran misión en L’Anse, Michigan, donde trabajo para proteger a los indios de ser obligados a trasladarse, publicó un diccionario y gramática del idioma Ojibway, idioma nativo. Sus crónicas misioneras hicieron conocer a los eslovenos la cultura indígena de Estados Unidos e inspiraron a sacerdotes como John Newman a la misión en los Estados Unidos.

Volvamos al castillo y a la familia Povse quienes habitaban en esas dependencias por el hecho que Leopold era “sirviente de la corte” y que este se había convertido, luego de la primera guerra, en un Tribunal. Esta es la razón por la que Emilio nace en las dependencias del emblemático edificio. Entra al mundo, como le gustaba decir al padre, el 13 de diciembre de 1921. Me parece muy significativo que el padre Emilio naciera nada más y nada menos en aquel castillo, donde vivió un gran misionero esloveno.

En aquel entonces, se conservaba la sana costumbre de los católicos de bautizar a sus hijos inmediatamente después el nacimiento, por eso Emilio nace a la gracia, el 15 de diciembre de 1921.

Recibe este gran y principal sacramento en la Parroquia de Asunción de la Virgen en Trebjne de manos del padre Iván Kaplan, siendo sus padrinos Alojzij Povse (alcalde de Mirna Pec) y Marija Franke (maestra en Dobrnic).8

Será una fecha que Emilio tendrá siempre presente. Queda en mi memoria aquella broma que realiza el día de su cumpleaños número noventa, cuando en plena Misa presidida por el Obispo, Monseñor Malfa, y con la Iglesia colmada de fieles que le acompañaban, dio comienzo a su acción de gracias, diciendo que nos habíamos equivocado y que su cumpleaños era el jueves 15. Hubo algo de incomodidad en quienes estábamos allí, sin embargo, enseguida sonrió, con esa sonrisa tan característica, explicó que el 13 había entrado al mundo, pero verdaderamente había nacido el 15 de diciembre, aquel día el Señor le abrió la puerta a la Gracia y obtuvo la filiación Divina. Valoramos mucho este gesto de recordar su Bautismo como algo más importante que el mismo nacimiento, de hecho, la Iglesia solo celebra tres nacimientos, el de Cristo, el de la Virgen, concebida sin pecado original y el de San Juan Bautista que recibió la gracia en el seno de Isabel cuando reconoció y “saltó de gozo por el Hijo de Dios, que estaba en el seno de María.

El Bautismo es el “pórtico de la vida en el espíritu [‘vitae spiritualis ianua’] y la puerta que abre el acceso a los otros sacramentos”9, tiene, por tanto, un gran efecto en la vida del cristiano, ya que por él se borra aquel pecado original y se abren las vías de acceso a la gracia, dándonos por amor inmenso e inmerecido la dignidad de hijos en el Hijo, Jesucristo. Recibimos desde aquel momento la filiación divina, infinitamente más importante que el Documento de Identidad. “Por el Bautismo somos liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión: ‘Baptismus est sacramentum regenerationis per aquam in verbo’ [‘El Bautismo es el sacramento del nuevo nacimiento por el agua y la palabra’].”10

Es “el Bautismo, puerta de los sacramentos, cuya recepción de hecho o al menos de deseo es necesaria para la salvación, por el cual los hombres son liberados de los pecados, regenerados como hijos de Dios e incorporados a la Iglesia, quedando configurados con Cristo por el carácter indeleble”.11

Este es el regalo que Dios le ha hecho a Emilio y por el que nunca dejará de ser agradecido. Es un don que no guardó ni escondió, sino que sembró y cultivó sin descanso. Recibió la Luz de Cristo y fue verdadero candelero donde se posa la lámpara, pues “no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa” (Mt. 5, 15). Somos testigos, hemos visto brillar la luz de Cristo en la figura y en las obras del padre Emilio y por eso damos gracias y Glorificamos al Padre que está en el Cielo.

El sacramento lo ha marcado de tal manera, que será una de las mayores vocaciones de su vida sacerdotal, trabajar para que prontamente los niños reciban este sacramento y era feliz cada vez que, como dicen los paisanos, “cristianizaba” a un pequeño.

Quiero destacar otro hecho de este acontecimiento, a la luz de la vida del padre, la advocación de la Parroquia donde reside la Pila santa en la que fue cristianizado, está dedicada a la Madre de Dios. Nacer a la vida de la gracia es un don, cuanto más hacerlo de la mano de María. A nadie que lo conozca se le escapa su devoción y su amor por la Santa Madre de Dios, esto lo ha manifestado en sus obras pastorales.

Aquel Templo dedicado a la Madre de Dios data del siglo XII y el edificio actual es del siglo XV y siendo ampliado en el siglo XVIII, como verán un testimonio viviente de la fe aquel pueblo, de su cultura, de su fe.

La Infancia

La familia Povse quedó en Trebnje dos años y medio más luego de su nacimiento, pasado ese tiempo se estableció en Novo Mesto, ciudad que se encuentra a unos veintiún kilómetros de la ciudad natal. Fundada hacia el siglo XIV, aunque toma el nombre oficial y definitivamente luego de la primera guerra mundial, un aspecto particular le confiere el río Krka, además está situada sobre siete colinas, tiene edificios históricos como la hoy catedral de San Nicolás y hay una hermosa capilla dedicada al Santo Sepulcro que se sitúa en la parte superior de la colina GM, como parte del castillo GM, construido en el siglo XVIII. En el 2006 fue creada la diócesis de Novo Mesto, a la cual el padre Emilio siempre estuvo cercano y atento, como lo menciona el Vicario General de la Diócesis al rendirle homenaje en el boletín diocesano a poco de morir: “Siempre estuvo al tanto de lo que estaba sucediendo en Eslovenia, especialmente de todo lo que había estado sucediendo en la nueva diócesis de Novo Mesto en los últimos años”12.

En este terruño vivirá su infancia, según sus propios dichos, en un contexto de escasez, lo que lo prepara para los grandes sufrimientos que han de venir. Allí culminará sus estudios primarios.

Liujbliana: Estudio y el Advenimiento del Horror

A los catorce años se traslada a la cuidad principal de Liujbliana, hoy capital de Eslovenia, para iniciar sus estudios secundarios y técnicos en ámbito de la construcción y luego, según sus propios dichos, comenzará la carrera de Ingeniería. El resultado de estos estudios será puesto al servicio de su sacerdocio y de su vida pastoral, no por nada se lo llamó “el cura constructor”.

Andando en estos estudios, se produce el ingreso de Yugoslavia a la guerra en 1941 y la invasión del 6 de junio por las fuerzas del Eje. Las fuerzas se dividen los territorios y Eslovenia bajo el mandato de los italianos de Mussolini, con la consabida “italianización forzada”. Esta italianización es resistida por los eslovenos, poseedores de una cultura tan rica, de un lenguaje propio. A consecuencia de esa resistencia, “por amor a la Patria” -según sus dichos-, son encarcelado una gran cantidad de hombres y llevados a campos de detención en Italia.

Estos hechos ocurren a partir de febrero de 1942, veamos una crónica de unos de los estudios consultados, sobre una noche de encierros: “En la noche entre el 22 y el 23 de febrero de 1942, la ciudad de Liubliana fue completamente rodeada de alambre de púas, todos los hombres adultos arrestados, sometidos a controles y la mayoría de ellos destinados al internamiento”. Según el relato del padre, su encarcelamiento o por lo menos su llegada al campo de concentración se habría producido aproximadamente en julio de 1942.

Cuando Favale, en el programa “Reloj de Arena” le pregunta el porqué de su encarcelamiento y el de sus hermanos, respondió el padre, por “patriotismo, amor a nuestro país, la gran mayoría no tenía que ver con la política”.

En aquellos hombres se manifestó el cumplimiento del cuarto mandamiento que se extiende al amor a la Patria que, como dice el Catecismo de la Iglesia Católica, “forma parte del deber de gratitud y del orden de la caridad”13.

Este patriotismo se hizo carne y vida en aquellos eslovenos que vieron atacados su cultura y en ella la Patria y por ella dieron sus sufrimientos en la tortura del destierro y de la mismísima muerte. Nuestro gran padre Leonardo Castellani expresa, en versos magníficos, lo que implica este amor a la Patria:

“Amar la patria es el amor primeroy es el postrero amor después de Dios;y si es crucificado y verdadero,ya son un solo amor, ya no son dos.

Amar la patria hasta jugarse entero,del puro patrio Bien Común en pos,y afrontar marejada y viento fiero:eso se inscribe al crédito de Dios”.

Testigo del Horror

Los detenidos fueron trasladados a territorio italiano, a campos de detención. Aquí, para ser rigurosos, debemos mencionar que en la documentación se menciona a Palmanova, aunque el grueso de los prisioneros eslovenos de Loubliana fue trasladado, en un principio, al campo de concentración de Gonars, en la misma zona que Palmanova y luego de una fuga, fueron dispersados por los otros campos que estaban destinados a los Yugoslavos. En algún momento me contó, que estuvo en dos campos. Palmanova, según pudimos averiguar, comienza a funcionar en enero del 43 y al padre lo habrían llevado a los campos en julio del 42. También se menciona Monigo, lugar donde el padre volvería cuando ya fuera convertido en campo de refugiados y él dice que en su vuelta a Italia volvió a los lugares donde estuvo detenido, no he podido verificar con exactitud este dato, me hubiese gustado hacerlo para ser más riguroso con el dato histórico del lugar concreto. Sin embargo, me parece que a los efectos de los objetivos de este trabajo no es el nombre del lugar, sino más bien la historia vivida por los prisioneros y en particular por el padre Emilio, la que nos interesa. Estoy seguro de que en cada uno de ellos se repitió el odio humano del que fue testigo y objeto el padre y sus compatriotas. Sus relatos son lo suficientemente estremecedores para ver lo que aquella generación y aquellas naciones han sufrido.

En el Reloj de Arena describe, sin mencionar el nombre del campo donde estuvo detenido, las angustias vividas. Historias que se repiten, según los testimonios recogidos, en todos y cada uno de los lugares de detención. El campo descripto tenía tres sectores donde había unas cinco mil personas en cada uno, rodeado por alambres de púas de más de dos metros de alto y equipado con torres de vigilancia cada 10 metros con personal armado con metralletas, dispuestos a disparar a mansalva a la menor sospecha de que alguien quisiera escapar.

Cuenta el padre, que la alimentación era escasa, apenas una porción diaria de pan de no más de 80 gramos. Lo establecido era 150 gr., pero los jerarcas hacían negocio con la diferencia. Sopa con un poco papa y cada tanto unos macarrones en porciones mínimas: “bailaban dos o tres macarrones”, afirma. Dos veces por semana un poquito de carne, que no era suficiente para la sobrevivencia.

En estas terribles condiciones muchos enfermaron y debido a la superpoblación se multiplicaron las enfermedades contagiosas, provocando la muerte de los más “débiles”.