Atrévete a emprender: La visión para alcanzar el éxito de uno de los mayores incubadores de negocios de Internet de las dos últimas décadas. - Rodolfo Carpintier - E-Book

Atrévete a emprender: La visión para alcanzar el éxito de uno de los mayores incubadores de negocios de Internet de las dos últimas décadas. E-Book

Rodolfo Carpintier

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Beschreibung

El emprendedor extraordinario no es solo el título de un libro, sino el resumen de la trayectoria de Rodolfo Carpintier, cuyo nombre es referencia obligada en el sector emprendedor español y mundial. Su éxito y reconocimiento no se respaldan solo por una brillante preparación académica —que incluye Filología Alemana y másteres en Dirección Internacional (CESEM) y Dirección General (CESEM)—. La verdadera base de su nombre es una trayectoria de más de tres décadas como emprendedor e inversor. Quienes han avanzado con su mentoría dan testimonio de su calidad como consejero, conector e inversor. En su camino, ha trabajado con más de un millar de planes de negocio e invertido en más de cincuenta empresas alrededor del mundo. Después de ser presidente del Commerce Net (España, 1994-1996), socio fundador y vicepresidente en Netjuice (2004) y ocupar cargos directivos en Servicom, SMM, Krone y Telefónica Sistemas, actualmente preside la incubadora de negocios de internet y tecnología líder en España, Digital Assets Deployment, a través de la cual participa en veinticinco empresas. Aportar valor al mundo a los emprendedores es una de las misiones de Rodolfo Carpintier. Las páginas de este libro lo demuestran.

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Rodolfo CarpIntier

Atrévete a emprender

La visión para alcanzar el éxito de uno de los mayores incubadores de negocios de Internet de las dos últimas décadas

© Rodolfo Carpintier

© Atrévete a emprender

Agosto de 2021

ISBN papel: 978-84-685-5977-3

ISBN epub: 978-84-685-6066-3

Impreso en España

Editado por Bubok Publishing S.L.

[email protected]

Tel: 912904490

C/Vizcaya, 6

28045 Madrid

Reservados todos los derechos. Salvo excepción prevista por la ley, no se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. La infracción de dichos derechos conlleva sanciones legales y puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

Índice

Prólogo

1. Introducción. ¿El emprendedor nace o se hace?

2. Diferencias entre emprendedor e intraemprendedor

3. Las oportunidades

4. La idea

5. El equipo

6. El mercado

7. Los inversores ángeles (business angels)

8. Los inversores profesionales (VC)

9. La escalabilidad del negocio

10. Los unicornios

11. Los errores más frecuentes de las start-ups

12. Las salidas (exits)

13. ¿Y ahora qué?

14. Resumiendo

15. ¿Por qué puedo opinar? Querido lector, esta es mi trayectoria

Prólogo

Emprender proviene del latín in (hacia dentro) y prehendere (atrapar). La mayoría de las interpretaciones lo asemejan a «empezar a hacer algo difícil». También el emprendedor tiene algo de aventurero, de quien acomete una empresa con cierto riesgo. En los textos hablan también de decisión, del compromiso con una obra y de vocación por conseguir un objetivo.

En cualquiera de los casos, existe una componente de pasión, determinación personal y tenacidad asociados a la acción de emprender. Pero este aspecto más asociado a la voluntad, el deseo o la ambición, debe complementarse con las técnicas, metodologías y herramientas que apoyen y faciliten una ejecución precisa, efectiva y sostenible en el tiempo.

En este libro encontraréis pistas, ideas, reflexiones, experiencias y consejos quienes decidáis, hayáis optado o simplemente tengáis curiosidad por el emprendimiento. Pero, sobre todo, Rodolfo os ofrece la posibilidad de pensar, reflexionar y crear vuestra propia guía de acciones, planes y tareas en esta apasionante aventura. Este libro no es un final de un camino, es una oportunidad de mejorar el ya iniciado, de desarrollar una hoja de ruta y crear vuestro propio plan.

Conozco a Rodolfo desde hace más años de los confesables y he asistido a sus aventuras, éxitos y experiencias más duras como admirador, alumno e incluso compañero de inversión en algunos proyectos. He tenido el lujo de tenerlo como mentor en algunas situaciones de encrucijada en mi carrera y fue uno de los inspiradores y lectores iniciales de mi libro Becoming a 3DCEO. Él fue también mi primer entrevistado en el programa de Radio Capital Conversaciones con los CEO.

Por ello considero un honor que me haya ofrecido compartir este prólogo con sus lectores. Al mismo tiempo, ese conocimiento es el que me induce a recomendar intensamente la lectura de este libro y su uso como cuaderno de cabecera y consulta por quienes navegáis por el apasionante mundo del emprendimiento. Pocas veces un libro tiene vida propia y es merecedor de ser releído en diversos momentos de la vida personal y profesional de alguien. Este la tiene. Porque cada frase, idea o sugerencia aplica de forma diferente a cada persona en base a la fase del ciclo vital o empresarial en que se encuentre.

Las fases de la vida del emprendedor se ilustran con anécdotas, ejemplos y mejores prácticas.

La fase del preemprendimiento, en búsqueda de la idea de éxito, del proyecto triunfador o del vellocino de oro en forma de negocio se describe con detalle y con acierto. No toda idea es adecuada para emprender, pero incluso las que sugieren un gran potencial no serán nada sin una ejecución incomparable.

Entender el mercado, buscar esos huecos no cubiertos en solución o calidad de servicio, o, tal vez, descubrir una demanda latente en el cliente objetivo son tareas del emprendedor en los primeros pasos de nacimiento de su proyecto.

Ya sea como emprendedor independiente o dentro de una empresa como creador de algo inexistente, la misma reflexión aplica. Para quienes se enfrentan al intraempredimiento, me permito completar las reflexiones del autor con el texto de Hewlin y Snyder Goliath’s Revenge. Una profunda reflexión sobre la disrupción en empresas consolidadas.

La fase de creación, lanzamiento y desarrollo se narra a través del contrapunto entre un brillante futuro consecuencia de un sueño que quiere ser realidad y las tozudas estadísticas que nos indican que es un porcentaje de un solo dígito el que recoge a quienes alcanzan el Olimpo. Las alternativas de quedarse con un digno papel de pequeña o mediana empresa, o, en el más aciago destino, concluir el proyecto y verse abocado a su cierre, se incluyen con pistas y sugerencias a tener en cuenta para prevenir esas menos deseadas opciones.

En esta fase, el papel del equipo es fundamental. Jim Collins, en su From Good to Great, habla del núcleo que va a liderar la organización como una pieza básica para asegurar el liderazgo. Ese mismo grupo de personas irá evolucionando con el proyecto y nutriéndose de más talento que lo complemente. La propia idea inicial, plasmada en el renombrado «mínimo producto viable» se reconfigurará con la realimentación de los propios usuarios y clientes. El equipo es quien debe ejecutar cada paso equilibrando su conocimiento y experiencia en aspectos técnicos, económico-financieros, de recursos, de marketing, y una lista de áreas que depende del tipo de negocio acometido.

Al mismo tiempo, el crecimiento requerirá fondos adicionales tanto para acelerar su presencia en el mercado como para añadir funcionalidad a las soluciones ofrecidas. Reconozco que es un arte, más que una ciencia, atraer inversores de calidad a cualquier proyecto. En las fases iniciales, el dinero se puede convertir en una necesidad imperiosa que confunda al propio emprendedor, lo haga renunciar a sus creencias y limite el potencial éxito del proyecto. Los propios inversores, sean un reducido grupo de amigos y familiares o los denominados business angels, deben jugar con las reglas del riesgo sin tratar de condicionar la labor del «aventurero». Es un momento difícil en el que la confianza es el mayor valor que pueden aportar conjuntamente con su inversión. Los más experimentados en estas fases como inversores de proyectos que nacen saben que identificar su papel en este periodo no es sencillo. Por un lado tendrán la tentación de influir y por otro de cuestionar. Una mezcla entre mentoring y coaching puede acabar siendo más efectiva. Rodolfo nos incita a valorar y definir esos roles.

Me ha llamado poderosamente la atención la detallada explicación y recomendación del autor sobre cómo invertir las posibles ganancias de una salida con éxito como culminación del negocio emprendido, algo de los que no suele hablar tan abiertamente.

He tenido la suerte de conocer a varios emprendedores que, incluso tras varios intentos con sonoros fracasos, han finalizado brillantemente su contribución a un proyecto con la venta de su compañía para permitir a su negocio dar un salto o integrarse en otro proyecto preexistente donde la economía de escala, la innovación o la expansión internacional podían potenciar más allá de lo realizado hasta el momento. Muchos de ellos han disfrutado de pingües ganancias y no siempre he visto emplearlas con la sensatez y buen criterio que Rodolfo propone. De sus principios destaco, sin duda, el de emplear parte de lo obtenido aplicándolo al propio ecosistema de emprendimiento invirtiendo en empresas en diversas fases de desarrollo.

Los mejores libros de negocios son aquellos que, al releerlos, nos descubren nuevos aspectos o nos liberan pensamientos inesperados. En una segunda lectura de este texto me he encontrado identificando áreas de mejora y reflexión diferentes a las iniciales.

Recomiendo también tomar notas, hacer esquemas, asociar las propuestas a nuestra situación personal si se está viviendo la experiencia del emprendedor. A quienes acuden a esta lectura con la curiosidad de descubrir qué se esconde tras el sugerente título, los invito simplemente a disfrutar unas páginas llenas de sabiduría basada en la experiencia personal de Rodolfo compartida con líderes del sector en este apasionante mundo del emprendimiento.

Aprovechen también la ocasión para mantener la conexión e interacción con el autor. Me atrevo desde aquí a incitar a que la conversación siga más allá de estas páginas.

Luis AlvarezCEO SIA Group A cybersecurity company

Author of Amazon Best Seller: Becoming a 3DCEOIntrapreneur, Entrepreneur and Business Angel

1. Introducción. ¿El emprendedor nace o se hace?

Me lo habéis preguntado cientos de veces. Voy a un evento y después de mi presentación, en los ruegos y consultas, siempre hay alguien que me lo pregunta.

La respuesta es que, en primer lugar, los que creen que son emprendedores natos porque en el colegio ya vendían cromos u otras chucherías a sus amigos, se equivocan. Eso los hace tener alma de comerciante, lo que puede ser un buen primer paso, pero ni es el único, ni garantiza el alma de emprendedor.

David Ceballos es un emprendedor que ha creado Astroland Agency, un proyecto que replica la vida en Marte en su Cantabria natal. Este proyecto se le ocurrió con tan solo doce años. Eso sí es ser emprendedor nato. Sobre todo, por conseguir —con la ayuda de un socio y antes de salir al mercado de capitales— una financiación importante para un proyecto que se anticipa global y que quiere arrasar.

A diferencia de David, mi experiencia comienza contándoos mi historia en Alemania, donde tenía que llegar a compradores de productos inmobiliarios dispuestos a invertir en España. Era director general de Meliá Inmobiliarias y teníamos dos grandes proyectos de apartoteles: uno de ciudad, el Meliá Castilla, y otro de playa, el Meliá Alicante.

Recordad que no existían ni redes sociales ni Internet —mejor dicho, el Internet de entonces era solo para los militares americanos y tenía muy pocas prestaciones—. Es decir, tenía que idear una forma de llegar a mi público objetivo. Para ello, primero tenía que saber quién era mi cliente ideal. En el caso de Alemania, hace ya más de cuarenta años, los dentistas manejaban grandes cantidades de dinero y buscaban oportunidades de inversión fuera de Alemania y decidí considerarlos mis clientes favoritos.

Para llegar hasta ellos, me inventé un sistema de celebrar eventos: «¿Por qué invertir en España hoy?». Y me hice con una base de datos de dentistas en toda Alemania. Los eventos eran en ciudades y pueblos en los que podría conseguir suficiente audiencia. Para daros una idea de la extensión del modelo, viajaba cien mil kilómetros al año visitando pueblos grandes y ciudades para dar una conferencia e invitar a los asistentes a un viaje a Madrid y/o Alicante a ver los apartoteles. El que viajaba pagaba su billete y, si le convencía la inversión y compraba, le devolvíamos el importe del viaje.

Llegué a cerrar ventas por doscientos millones de pesetas durante un fin de semana en Madrid. Esto es un caso de intraemprendedor. Yo era un empleado de Meliá Inmobiliarias, pero me inventé un nuevo formato de venta y lo llevé a cabo con éxito. Es decir, hasta entonces siempre había trabajado para terceros, pero demostré espíritu emprendedor dentro de una gran empresa. Tenía treinta años y, de repente, empecé a sentir que podía hacer más cosas que cobrar un sueldo siguiendo instrucciones de la matriz.

Hay personas que se consideran nacidas para emprender. En muchos casos se trata de quienes creen que su raíz de venta de cromos en el colegio es ya una gran indicación de su predisposición a emprender. Y eso puede dar la base para ser un buen comercial, pero no necesariamente para emprender.

Otro buen ejemplo lo vemos con Julián Fernández (La Línea de la Concepción, 2002). Con apenas quince años diseña —todavía estudiando el bachillerato— un minisatélite espacial de muy poco peso. A él sí se lo puede denominar emprendedor nato. Ha leído mucho, le fascina el mundo de los satélites y en general del espacio y, no solo se ha documentado, sino que se ha puesto manos a la obra y ha creado un satélite que ya se puede lanzar al espacio.

Si no eres de esos, no te preocupes. Cada vez veo más gente que, como yo, le picó el gusanillo a los treinta, cuarenta e incluso a los sesenta años, ya con mucha experiencia en un sector y la necesidad de aportar en algo que consideran especial.

Lo importante es sentir pasión por cualquier cosa que quieras hacer. Emprender, en contra de lo que muchos creen, no es un camino de rosas, y la probabilidad de fracasar es muy superior a la de tener éxito.

Por ello, hay que hacerlo solo si estamos verdaderamente convencidos de que tenemos la capacidad necesaria de sufrir y de generar equipos ganadores; algo que, si eres joven y no lo has hecho nunca, tienes que aprender primero y para esto es fundamental que tengas quince o veinte años de experiencia llevando equipos y ayudándolos a tener éxito.

Leopoldo Cano, CEO de Brainlang.com, otra participada mía, se puso en contacto conmigo para decirme: «Voy a montar una empresa milmillonaria y quiero que sea usted mi presidente».