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Baloncesto Formativo, la preparación física viene a ocupar un espacio poco explorado en este deporte. La formación, desarrollo y preparación física del jugador de baloncesto en edades infanto – juveniles. Un grupo de profesionales argentinos, españoles y mexicanos, liderados por el Dr. Pablo Esper Di Cesare, exponen los últimos avances en el aprendizaje motor y el desarrollo deportivo del mini al Juniors, sin dejar ninguna temática por analizar. Desde el rol del preparador físico en los cuerpos técnicos modernos, al entrenamiento integrado, desde el trabajo con jugadores altos al desarrollo de la resistencia específica; desde la iniciación al trabajo de fuerza al entrenamiento de la misma, este libro busca ser una guía para el preparador físico de formativas, en un lenguaje sencillo teniendo presente que las formativas son un escalón hacia el alto rendimiento, pero no lo es en sí. Por eso necesitábamos una obra específica para ellas. Les presentamos Baloncesto Formativo- la preparación física, la única obra de habla hispana sólo para categorías infanto – juveniles.
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Seitenzahl: 407
Veröffentlichungsjahr: 2017
PABLO ALBERTO ESPER DI CESARE
BALONCESTO FORMATIVO
LA PREPARACIÓN FÍSICA
Editorial Autores de Argentina
Esper Di Cesare, Pablo Alberto
Baloncesto formativo : la preparación física / Pablo Alberto Esper Di Cesare. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2017.
336 p. ; 22 x 15 cm.
ISBN 978-987-761-052-9
1. Deporte. 2. Balance. I. Título.
CDD 794.86323
Editorial Autores de Argentdg@ina
www.autoresdeargentina.com
Mail: [email protected]
Coordinación de producción: Helena Maso Baldi
Diseño de portada: Justo Echeverría
Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini
Contacto con el autor: [email protected]
Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723
Impreso en Argentina – Printed in Argentina
Índice
Agradecimientos:
Prólogo
Prólogo
Capítulo 1
“El rol del preparador físico en las divisiones formativas del baloncesto”
Capítulo 2
¿Formación, desarrollo o preparación física en divisiones de base?
Capítulo 3
El rol del preparador físico en proceso de selección y torneos internacionales.
Capítulo 4
“Proceso de formación y desarrollo de un jugador de Básquetbol, edades de 13 a 19 años de edad”
Capítulo 5
Baloncesto de Formación: ¿Hacia la especificidad del entrenamiento?
Capítulo 6
“Desarrollo de las cualidades físicas en divisiones formativas”
Capítulo 7
“La planificación del trabajo físico en divisiones formativas”
Capítulo 8
“El proceso de prevención de lesiones en jugadores en formación. Desarrollo de ejercicios con carácter preventivo”
Capítulo 9
“Trabajo de fuerza en etapas infantiles, cómo comenzar el entrenamiento con sobrecarga (período 13 a 15 años)”
Capítulo 10
“Desarrollo de la Fuerza en Jugadores Juniors (período 15 a 19 años)”
Capítulo 11
“El desarrollo del CORE en edades infanto - juveniles”
Capítulo 12
Entrenamiento y Periodización de la Resistencia Especifica en edades juveniles.
Capítulo 13
“El entrenamiento de la saltabilidad en el baloncesto de etapas formativas”
Capítulo 14
“El entrenamiento de la rapidez y la agilidad en las divisiones formativas.”
Capítulo 15
“Trabajos físicos específicos para jugadores altos en formativas”
Agradecimientos:
Luego de mucho trabajo durante más de dos años, finalmente llegamos al puerto, lograr editar un libro en forma independiente en nuestro país, sobre divisiones formativas del básquet, las que menos prensa tiene.
En 1998 presentamos nuestro primer libro “Baloncesto Formativo, una forma diferente de enseñar el básquet”. Hoy casi 20 años después, enriquecidos por el estudio y la experiencia de tantos viajes dentro y fuera del país, presentamos esta nueva obra, de carácter inédito en habla hispana, ya que no hay ninguna obra literaria dedicada en su exclusividad al entrenamiento físico de las formativas.
Para llegar a este logro colectivo fue necesaria la participación de mucha gente que nos apoyó, algunos sin conocernos personalmente, lo cual engrandece aún más su colaboración.
Llegó el momento de los agradecimientos y voy a tratar de no dejar ninguno afuera, aunque el orden de aparición no tenga que ver con un orden de méritos.
En primer lugar, a mi familia, la que hace más de 30 años me da el soporte, en las buenas y en las malas, para poder seguir dedicándome a esta pasión y poder restarle horas al descanso para escribir este libro. A Coqui, que desde hace más de 30 años me sigue en todas mis locuras deportivas; a mi hijo Nicolás, del cual fui su entrenador, jugamos juntos en primera división (algo que pocos han podido) y, luego, fue mi entrenador en primera división, además de dar clínicas juntos; a mi hijo Federico, que en este libro debuta como escritor con uno de sus puntos fuertes, el trabajo de fuerza; a mi hija Julieta, que me ayudó con las imágenes y foto de tapa, buscando tiempo entre sus estudios.
A mis viejos, en especial a mi papá Miguel, gracias al cual fui por primera vez a jugar al básquet a los 6 años siguiendo el mandato familiar.
Al Gobierno del Partido de Pergamino por permitirnos, por medio del Fondo de Promoción Cultural, hacer más accesible a los entrenadores el libro y ponerlo a disposición en forma gratuita de los clubes de básquetbol de la ciudad.
Al Diputado Provincial Fabio Britos, quien creyó en nosotros desde el primer momento y nos dio un soporte para permitirnos entregarle a los clubes de básquetbol, de la ciudad de Chivilcoy un ejemplar en forma gratuita.
A mis entrenadores del Club Sirio Libanes y del Club Gimnasia y Esgrima, ambos de Pergamino.
Al Dr. Néstor Lentini, quien además me ha hecho el honor de prologar el libro, porque cuando la mano venía cambiada no dudo en ayudarme para poder seguir estudiando.
Al Lic. Horacio Anselmi, una personalidad del entrenamiento deportivo mundial, que no dudó en prologar el libro cuando se lo propuse, sabiendo que su nombre es marca registrada de calidad.
A la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en el nombre del coordinador de la carrera Mag. Luis Erdociain por brindarme su apoyo ya hace 12 años como docente de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo y, en la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo.
A los profesionales que aceptaron el reto de escribir un capítulo del libro: Manuel Alvarez, Enrique Orellana, Marco Cerveró Simonet, Libni Morales Lorenzana, Daniel Castillo Díaz, Matías Gizzarelli, Marcelo Magliarella, Pablo Añón, Federico Esper y Diego Rodríguez.
Al David Rodríguez, coach español, que no dudo en ayudarme para hacer los gráficos de mis capítulos.
A los amigos entrañables que el deporte me dio de mi ciudad natal, Pergamino, a los cuales voy a representar a todos, en el nombre de mi amigo de la infancia José Luis Picarelli, un apasionado del básquet que cumplió, al igual que yo, uno de los sueños que solo el deporte puede darnos: ser dirigidos por nuestros hijos como entrenadores y ser nosotros, los padres los jugadores. Si leyó bien, el hijo entrenador, el padre jugador. Los dos lo cumplimos.
A todos los que colaboraron de diferentes formas, alentándonos, criticándonos, marcando nuestros aciertos y nuestros errores. Pasaron casi 20 años, pero acá estamos nuevamente presentando UNLIBRO.
Dr. Pablo A. Esper Di Cesare
Dr. Néstor Lentini
Jefe Médico del Laboratorio de Medicina Deportiva del Centro Nacional de Alto Rendimiento de Argentina
Ex – Médico de las selecciones nacionales de básquetbol CABB
Actualmente a cargo de la medicina deportiva del club Fujeirah de Emiratos Árabes, llevado por Diego Maradona.
Prólogo
El deporte Argentino ya sea de Alto Rendimiento o de competencia adoleció SIEMPRE de un orden en la etapa formativa donde el empirismo superó al conocimiento.
Cuando Pablo me invitó a escribir el prólogo de este libro de pronto al recorrer los capítulos comencé a recordar a aquel joven que venía desde lejos todos los días en bicicleta al CENARD con muchas inquietudes, ganas de aprender, y buscando siempre cómo concretar sus objetivos; ese joven luchador, de grandes ilusiones creció, se capacitó, venció todos los obstáculos que aparecen en el camino de la vida y sus convicciones lo llevaron a concretar entre tantos otros logros este libro tan necesario en la etapa formativa del deporte.
Los autores invitados de los distintos capítulos le dan sin duda el respaldo necesario para que toda la problemática que se presenta en el desarrollo de la evolución deportiva de un joven esté contemplada.
No tengo dudas que este libro marcará el rumbo para el desarrollo pleno del deporte no solo del alto rendimiento sino que dejará a todos los jóvenes una enseñanza y aprendizaje que seguramente hará de todos ellos personas físicamente y mentalmente sanas.
En el deporte se necesitan muchos litros de sudor para alcanzar apenas gotitas de felicidad. Este libro seguro representa para Pablo esas gotitas de felicidad que se merece por tanto esfuerzo dedicado a su formación y al deporte en su vida.
Ojalá cada lector encuentre esas gotitas después de leerlo.
Mi más sincero deseo de éxito en el nuevo desafío
Dr. Néstor A. Lentini
Lic. Horacio Anselmi.
Director Deportivo del Club Atlético Boca Juniors desde 1992 hasta la fecha.
Director Técnico de la Selección Argentina de Pesas 1983 - 1997.
Member of the National Strength Coach Asociation. U.S.A.Director Nacional de Deportes de Alto Rendimiento 1997.
Director de la Junta metodológica de la Secretaria de Deportes de la Nación
Trabajó con los siguientes tenistas profesionales entre otros: Gabriela Sabatini, Mercedes Paz, Alberto Mancini, Franco Davin, Hernán Gumy, Gastón Etlis, Mariano Zabaleta, Gastón Gaudio, Guillermo Coria, Juan Martin Del Potro y Marco Bagdathis.
Preparador Físico del equipo de la Liga Nacional de Básquetbol de Boca Juniors 1998-1999
Analista Técnico Deportivo del Ente Nacional de Alto Rendimiento
Coordinador de Preparación fisica en el Club Atletico Boca Juniors de Enero 2016 a la fecha.
Prólogo
La Republica Argentina, es y será poderosa en los deportes de conjunto, varias son las razones que lo hacen posible, algunas de ellas de índole sociológica y que tienen que ver con nuestra conformación como Nación.
En este libro el Dr, sí... Dr Pablo Esper de Cesare, hace gala de varias de estas razones
En primer lugar estamos hablando de alguien que en su afán de perfección se proyectó a sí mismo a los más altos grados de educación académica, sabiendo de antemano que la mayor parte de su enorme sabiduría basquetbolística la obtuvo picando el mismo la pelota.
Evidentemente este nivel de formación le permite ordenar su sabiduría, organizarla y darle método.
Como buen argentino conductor de equipo, se deshace de posibles vanidades y confía en otros profesionales para darles participación en este libro, por considerarlos más aptos para desarrollar temas específicos.
Por ultimo este libro forma parte de la estrategia que en nuestro país debemos poseer para poder seguir compitiendo con éxito en el más alto nivel internacional.
No podemos copiar, debemos adaptar y crear, proponer ideas superadoras que nos permitan seguir disfrutando de un alto nivel codeándonos con las potencias.
De esto trata este libro, disfrútenlo.
Capítulo 1
Dr. Pablo Esper Di Cesare (Argentina).
Doctor en Ciencias del Deporte
Master en Diseño de Planes de Actividad Física y Salud
Licenciado en Educación Física
Profesor titular de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Teoría y Método del Alto Rendimiento Deportivo.
Profesor titular de la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Deportes de Equipo.
Director del Diplomado de Baloncesto en Etapas Formativas de la Facultad de Cultura Física de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Entrenador Nacional de Básquetbol, acreditación E.N.E.B.A. 3. Acreditación FIBA.
Integrante del cuerpo de preparadores físicos de la C.A.B.B. 2015 a 2017.
Conferencista en Congresos, Campus y Clínicas en USA, Cuba, México, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, Portugal, España e Italia.
“El rol del preparador físico en las divisiones formativas del baloncesto”
Decidimos comenzar el libro con este punto ya que es necesario que nuestro lector tenga claro cuál es la concepción que tenemos de nuestro rol, el de preparador físico en un deporte como el baloncesto y, principalmente, en sus divisiones formativas.
En primer lugar, analicemos a nuestro deporte, el baloncesto: un deporte de resolución de situaciones tácticas, por medio de gestos técnicos, con soporte físico. Este análisis nos muestra que en el baloncesto, lo prioritario y determinante es tener una excelente técnica que le permita al jugador resolver situaciones tácticas (individuales y colectivas), y una vez que su nivel de prestación deportiva es elevado, entonces la preparación física será determinante para poder realizar los movimientos a la mayor intensidad posible, y poder mantener el esfuerzo durante el mayor tiempo de juego.
El baloncesto es un deporte colectivo, acíclico, de cooperación y oposición, ejecutado en un espacio delimitado y con unas normas perfectamente codificadas, pero donde se producen constantemente variables controladas e incontroladas. Debemos programar y pensar ejercicios para conseguir la fuerza específica que, a las velocidades que requiere en cada circunstancia del juego, el jugador pueda ejecutar la técnica eficazmente en tiempo y espacio en pos del logro de lo que él propone, y el adversario permite
Hoy por hoy es impensable pensar que un equipo de formativas con aspiraciones de desarrollo de sus jugadores, no posea un especialista que se dedique única y exclusivamente a la faceta física del jugador, ya que está más que comprobado, que las mejoras técnicas e incluso mejoras tácticas del equipo, vienen precedidas, por supuesto de un gran trabajo del entrenador el cuál va compaginado con un gran trabajo físico, formando una gran equipo técnico que permite un buen desarrollo del conjunto. Un club puede existir sin que pueda resolver estas funciones, pero si este club quiere ser moderno, pionero y el mejor, debe ser capaz de resolver estas demandas.
Me detengo en lo que destaqué en cursiva en el párrafo anterior: equipo técnico. El PF tiene un rol que cumplir dentro del engranaje del equipo técnico, que conformará con el entrenador principal y, en algunos equipos de formativas de mayor prestigio, un asistente. Es fundamental que el PF tenga reuniones semanales con el equipo técnico para planificar las cargas de entrenamiento, para presentarle al entrenador los ejercicios especiales y específicos seleccionados para que éste haga las correcciones técnicas y/o tácticas que considere necesarias, así como, ante los ejercicios propuestos por el conductor, programar las series, repeticiones, pausas, en definitiva la carga de entrenamiento.
Ya no debería existir el clásico PF que llega y hace “su trabajo” al inicio o al final de la práctica, sin tener en claro siquiera el objetivo diario de entrenamiento, menos aún el semanal, y que cuando termina su parte se retira de la práctica. El equipo es un conjunto no una suma de partes, es por ello que el PF debe estar presente toda la práctica apoyando al entrenador, trabajando en las pausas, haciendo trabajos diferenciados para jugadores en recuperación, trabajando en tecnificación con aquellos que necesitan trabajos individualizados, pero siempre presente y activo en el entrenamiento.
Juan Trapero (2017), señala “…creo firmemente en el papel del preparador físico como asesor en la planificación semanal y mensual, ya que tiene la información proveniente de médico y fisioterapeutas, a la vez que obtiene datos del propio entrenamiento físico, pero me cuesta creer que se puedan establecer metas a muy largo plazo. En los equipos de Euroliga y ACB, que llegan a los 85 partidos por temporada, el entrenamiento de fuerza como prevención de lesiones y desequilibrios artromusculares, debe ser un trabajo prioritario. Deberemos controlar los aspectos fisiológicos que cada entrenador aporta a su equipo (manera de entrenar, tiempos de esfuerzo y pausa, o sea, la carga real...), los porcentajes de grasa, niveles de fuerza, etc...”; “…estaríamos hablando de semanas donde a lo sumo tendríamos 3 días para trabajar a alta intensidad. Realmente tenemos que individualizar y trabajar como un EQUIPO, los entrenadores, médicos, fisios y preparadores físicos”.
Como podemos ver, el PF del Real Madrid, equipo superprofesional plantea la necesidad de planificar (acorde a su tipo de competencia) y de relacionarse con los otros integrantes del equipo. ¿Cómo no hacerlo ya, dentro de las posibilidades desde las formativas?
Las divisiones formativas no deberían tener la presión de triunfos de las categorías mayores (al menos hasta la U 15 incluida), lo cual nos debería permitir planificar junto al equipo técnico el año de trabajo sobre la base de los objetivos técnicos, tácticos (individuales y colectivos) y de preparación física que queremos alcanzar (el Lic. Enrique Orellana los desarrolla en su capítulo). El equipo técnico debe tener al menos tres cosas muy claras:
• La planificación mensual, con sus objetivos técnicos, de juego y de PF.
• La planificación semanal, que en el caso de la PF debería tener determinado el objetivo por día, por ejemplo: lunes: fuerza; martes: potencia aeróbica; miércoles: neuromuscular; jueves: fuerza; viernes: velocidad acíclica y gestual.
• La planificación diaria: el PF debe llevar un cuaderno de entrenador donde vaya plasmando los ejercicios que va a utilizar día por día, con sus cargas, necesidades de materiales, diagramación espacial, para poder tener claro el tiempo activo de entrenamiento del jugador que debe ser amplio.
Y detengámonos en este punto: el preparador físico (PF) es un entrenador de individualidades de un juego colectivo. Comprender esto es determinante para la labor del PF que deberá encontrar la forma metodológica de individualizar cargas cuando es necesario, unificar cargas cuando la ejercitación lo requiera, armar grupos de rendimiento similares para los trabajos que impliquen la resistencia específica, la resistencia general o los ejercicios pliométricos.
Juan Trapero (2017), PF del Real Madrid, destaca que “…la individualización la debemos hacer al trabajar sprints repetidos con cambio de dirección, ya que los “pequeños” siempre realizaran mayor distancia que los “grandes”. Tendremos muy en cuenta a la hora de diseñar sesiones de velocidad específicas, qué tipo de trabajo están realizando en los entrenamientos de baloncesto y con qué frecuencia, puesto que muchos de ellos ya llevan un alto número de sprints”. Y para poder hacer esta individualización en el capítulo 5 de este libfo, “Hacia la especificidad del entrenamiento en el baloncesto juvenil”, el PF podrá conocer la cantidad de frenos y en qué dirección los hacen, por posición en cancha, por sexo y por edad. Porque sin datos no existe la individualización de la carga.
Un consejo que siempre les damos a nuestros amigos PF es: recuerden que no entrenan repeticiones sino sistemas energéticos. Qué significa esto? Que si no tienen evaluados a los jugadores para darles planes individuales, por ejemplo en saltos, determinen qué área quieren entrenar, por ejemplo potencia anaeróbica aláctica (esfuerzos de la máxima intensidad que van de 1” a 5-6”) y le piden al jugador que haga la mayor cantidad de repeticiones posibles en ese tiempo, en lugar de pedir 10 repeticiones para todos los jugadores, lo cual es un error metodológico.
Nuevamente nos apoyamos en Juan Trapero (2017), quien destaca que “…los componente técnico-táctica lo diseñarán los entrenadores, pero los preparadores físicos, deberemos realizar un trabajo cuyo fin sea que pongamos al servicio de esos entrenamientos, unas cualidades físicas especificas (fuerza, agilidad, velocidad, etc...)”. Resaltamos, trabajo en equipo.
Cuando comienza la temporada el entrenador va a plantear una forma de trabajar en la cancha y una idea de juego. Vaya por delante que los jugadores que forman parte del equipo son los que realmente condicionan el estilo de juego. Es decir, que si quiero jugar rápido, necesito jugadores con esa cualidad predominante.
No creo que existan 2 entrenadores iguales a la hora de entrenar, realizar ejercicios, tiempos de esfuerzo y pausa, distancia recorrida en cada ejercicio, rotaciones, etc..... Ahí es donde empieza nuestra labor, analizando su forma de trabajar, para saber si está en consonancia con lo que luego querremos plasmar en un estilo de juego. Después diseñaremos un trabajo de fuerza, carrera, de prevención, de recuperación, descansos, etc..., para que cuando llegue el día del partido o el momento de la temporada, seamos capaces de desarrollarlo al 100%.
Sería un error gravísimo trabajar a espaldas de los esfuerzos que realizan los jugadores en la cancha, o sea, que si han realizado ejercicios de contra - ataque, velocidad, etc..., tratemos de repetir el mismo día en la sesión física, esa cualidad. Eso nos lleva a lesiones.
Para Seirul-lo (1987) el PF tiene como única misión reconocida el lograr la forma física óptima de los jugadores, mantenerla el mayor tiempo posible y sobre todo, en los mayores compromisos de la competición sus funciones pueden ser muchas más. Esto supone el seguimiento diario del proceso global de entrenamiento, tanto de las cargas físicas como técnico-tácticas, el control objetivo de las mismas, la elaboración de planes alternativos, de programas individuales y de un sin fin de tareas que el entrenador no puede realizar él solo.
Luca Bechi (2015), afirma que los clubes profesionales y, en general todos aquellos que deciden construir un jugador de calidad han reconocido la necesidad de una construcción física y otra técnica del jugador, sobretodo en el entrenamiento de la rapidez y la agilidad de los jugadores.
Los deportes de equipo se entrenan tácticamente en grupo, pero el resto de aspectos técnico-táctico individuales y de condición física, deben ser entrenados según las necesidades individuales. Esta es la situación con la que se encuentran todos los profesionales de la preparación física, por un lado el trabajo en conjunto y por el otro el desarrollo y/o perfeccionamiento individual a fin de incrementar el trabajo de grupo.
Hoy en día, en aquellos clubes de mayor rendimiento, sus divisiones formativas tienen planes de tecnificación física, y física – técnicas, individualizados fuera del entrenamiento. Ese es el camino que debe recorrer hoy la PF de las formativas, la individualización de los planes de tecnificación, siempre teniendo en claro la premisa de ejercicios generales (motores sin balón), especiales (motores con balón) y específicos (motores con balón y resolviendo situaciones de táctica individual, al principio y, luego, de táctica colectiva.
Dentro de las funciones que le atribuye a un preparador físico Seirul-lo (1987), podemos destacar en trabajo con un equipo las siguientes:
• Planificación y ejecución de los programas de entrenamiento. Supone la responsabilidad del estado de la condición física de los jugadores a lo largo de la temporada. Un elemento esencial de esta tarea es la elaboración de objetivos y planes de trabajo, así como la evaluación posterior.
• Seguimiento y control de los jugadores. El control de la evolución de diversos aspectos a lo largo del ciclo de entrenamiento es fundamental a la hora de mantener o modificar los planes marcados, además nos sirve como herramienta de motivación o explicación de diversas circunstancias.
• Análisis de la eficacia técnico-táctica de los jugadores durante los partidos. Durante los encuentros el entrenador tiene previstas diferentes situaciones tácticas, individuales o colectivas, que precisan de feed-back que el preparador físico desde su posición no principal a lo largo del partido, puede facilitarle, ya sea en los descansos o al finalizar el partido. De igual forma esta información condicionará los contenidos de trabajo de futuros microciclos competitivos.
• Realización de programas para la enseñanza y perfeccionamiento técnico-táctico. El preparador físico puede diseñar métodos de aprendizaje, al objeto de enseñar cualquier acción técnico-táctica individual o colectiva.
• Recuperación de lesiones. Dentro de esta función el preparador físico debe centrarse en el trabajo que le permita al jugador encontrarse dentro del umbral de menor riesgo de lesiones. Si ésta se produce, debe procurar su rápida integración dentro del grupo.
• Formación e higiene deportiva de los jugadores. La motivación interna es la más fuerte y segura para la permanencia y participación interesada en un hecho. El conocimiento teórico de ciertos aspectos es la base para modificar una conducta personal. La cultura deportiva va a mejorar su nivel deportivo y personal.
El preparador físico es la pieza fundamental del trabajo de cada día, del que no se ve, pero del que los jugadores sienten, del que da seguridad en cada acción a lo largo de un partido en el puesto y funciones que el entrenador asigne. El trabajo del preparador físico, no sólo es una acción directa sobre los jugadores, sino que es mucho más polivalente. (Seirul-lo, 1987, pág. 71).
Otra función que tiene el PF es lograr el aumento del tiempo de compromiso motor exitoso por parte de los jugadores contribuye a la optimización del aprendizaje de éstos, entendiendo por tiempo de compromiso motor exitoso aquel que los deportistas emplean en la realización de actividades tendentes a la consecución de unos objetivos prefijados, con un nivel adaptado al nivel de quienes practican deporte, posibilitando gran número de repeticiones correctas, conociendo las y los jugadores lo que se les solicita y obteniendo frecuente información sobre su actuación.
Con la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo, y con la Licenciatura de Alto Rendimiento Deportivo, de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, desde 2007 a la fecha hemos realizado observaciones de más de 1000 entrenamientos de las etapas de iniciación (8 a 12), formación (13 a 15), y desarrollo (17 a 19), en todo tipo de deportes colectivos y tenemos una media de tiempo activo del jugador de 12’ por hora de practica en iniciación, de 13’ por hora en formación y, de 16’ por hora en desarrollo. Muy poco tiempo activo, debido casi exclusivamente a la mala planeación metodológica de los ejercicios (sobre este aspecto no extenderemos en el capítulo 2). Los deportes se aprenden haciendo, por eso como regla general siempre decimos que cada 60’ d’ entrenamiento, no más de 10’ deberían ser de explicaciones.
Otro aspecto importante que debe tener en cuenta el PF, es la necesidad de adaptar el tipo de entrenador a la edad de desarrollo de la persona. Su papel debe evolucionar y cambiar de acuerdo a los cambios experimentados por los deportistas a lo largo de sus años. En los estudios relacionados con el papel de la persona entrenadora en los deportistas más jóvenes (Bloom, 1985; Côté y Hay, 2002) se propone que en las primeras edades de su desarrollo, éste precisa básicamente feedback para desarrollar fundamentalmente los atributos del deporte. Al mismo tiempo, se propone que en estas edades el entrenador necesita entusiasmo y desarrollar un papel fundamentalmente motivador para favorecer su compromiso. El PF será quien motive a los jugadores, si él no está motivado, difícilmente lo haga con sus jugadores.
Esta circunstancia obliga al PF, en esta fase, a preocuparse no solo de modelos técnico-tácticos, sino también tratar de atender a aspectos contextuales que rodeen a la joven persona deportista (como los exámenes, su situación familiar, sus relaciones sociales,…) y que sin duda influyen en su estado de ánimo, en su desarrollo y en la calidad del entrenamiento.
Lorenzo Calvo, A.; Calleja Gonzalez, J. (2010) proponen como medidas concretas para conseguir esta situación se proponen las siguientes:
1. Mantener reuniones durante la pretemporada donde se discutan y acuerden las funciones, las responsabilidades y los objetivos deportivos y de entrenamiento, las competiciones, la implicación en el equipo, etc.
2. Este tipo de encuentros no solo se debe mantener con los y las entrenadoras, sino también con las madres y padres, donde se aclaren las expectativas y el papel de éstos.
3. Tratar de fomentar la responsabilidad y la toma de decisión, la persona que entrena debe implicar en las decisiones a sus deportistas.
4. Se debe observar de forma conjunta y global el resto de la vida de la persona deportista y compatibilizarla con el entrenamiento. Así será preciso conocer sus necesidades sobre el colegio, familia, amistades. Por ejemplo, las competiciones pueden coincidir con los exámenes o con un importante evento familiar. Habrá ocasiones en que la competición requiera ese tipo de sacrificios, pero deben ser conocidos, y será el quien tome la decisión de que grado de implicación asume.
5. Otra forma de asumir dicha responsabilidad sobre las personas deportistas por parte de quien les entrena de las instituciones, es el proporcionar oportunidades para que puedan entrenar en niveles más bajos, introducirlos como entrenadoras y entrenadores, darles alguna función dentro del equipo, etc.
Una cuestión que debe tener siempre presente el PF de divisiones formativas es que es muy importante valorar al comienzo de la temporada, el estado real de articulaciones y sus desequilibrios artromusculares, porque nos ayudarán a elaborar programas individuales. Igualmente debemos de transmitir a los entrenadores el resultado de las valoraciones médicas, que condicionaran si todos pueden entrenar al mismo nivel o no (edad, antecedentes lesionales,...).
Todos estos informes nos ayudaran a saber si podemos entrenar y jugar al estilo que quiere el entrenador. En definitiva, debemos mantener un diálogo permanente con los entrenadores para moldear el entrenamiento y tratar de ser más artesanos que científicos en el día a día. Qué evaluar, cómo evaluar, cuándo evaluar, lo decidirá cada PF de acuerdo a sus posibilidades, materiales, medio en el cual se desempeña, pero siempre se debe evaluar, porque es la forma de determinar si la planificación del equipo va en el sentido deseado o, de no ser así, realizar los ajustes necesarios.
Finalmente, considero que el PF y todo el cuerpo técnico debe tener presente la Regla de los 10 años, que Epstein D. (2017), plantea en su libro “El gen deportivo” quien señala que “…los científicos deben ir más allá de decir que la práctica importa y acometer la difícil tarea de determinar con exactitud cuánto importa la práctica. Con la mentalidad más estricta de las 10.000 horas, la práctica acumulada debería explicar la mayor parte o toda la varianza en la destreza. Pero eso jamás sucede”.
Se plantea que al menos se requieren 10 años de entrenamiento planificado para alcanzar el nivel de deportista experto
Recientemente han demostrado como una especialización temprana y un entrenamiento altamente estructurado en el que el control es desarrollado por un agente externo (entrenador) reduce la motivación intrínseca del niño o de la niña y puede desencadenar en un abandono prematuro del deporte
Los deportistas que llegan a ser expertos toman la decisión de invertir mucho tiempo y esfuerzo en el entrenamiento después de al menos 9 años de entrenamiento o sobre la edad de los 18 años.
Epstein D. (2017), finalmente, señala, respecto a las 10.000 horas, que “…los datos apoyan con bastante claridad un concepto de la destreza (desde el ajedrez a la música, y del béisbol al tenis) que no se basa en un paradigma de hardware, no software, sino en otro tanto de un hardware innato como de un software aprendido”. Y en el desarrollo del software del deportista, el trabajo del PF en sus etapas de formación, desarrollo y entrenamiento deberá ser de calidad respetando las etapas evolutivas infanto – juveniles.
El recorrido de los 5 a los 19 años debe der coherente con los objetivos propuestos definiendo el camino más adecuado para alcanzarlos. Todos los medios, incluyendo el juego, deben estar dirigidas al desarrollo de su calidad física, técnica y cognitiva.
En este largo camino de las 10.000 horas es prioritario comenzar con el desarrollo de los estímulos coordinativos y el conocimiento de la técnica en sintonía con contenidos adaptados a la edad con la cual trabajamos. La propuesta didáctica por lo tanto es la que debe organizar el trabajo teniendo presente las capacidades específicas del sujeto, teniendo en cuenta la maduración física y la experiencia deportiva. No existe un ejercicio para una edad particular, existen en cambio metodologías y requisitos analíticos que comienzan en el Minibasket para llegar al senior, pasando por las categorías juveniles.
Por eso, volvemos al inicio: el PF es un desarrollador de individualidades en un deporte colectivo. Y esa es su principal y más difícil función, en un equipo técnico en divisiones formativas.
Bibliografía:
Bloom, B.S. (1985). Developing talent in young people. New-York: Ballantine.
Epstein D. (2017). El gen deportivo, un atleta excelente ¿nace o se hace? Editorial Indicios.
Lorenzo Calvo, A.; Calleja Gonzalez, J. (2010). Factores condicionantes del desarrollo deportivo. Diputación Foral de Bizkaia. Dirección General de Deportes.
Seirul-lo, F. (1987) Las funciones y competencias del preparador físico en un club deportivo. Revista de entrenamiento deportivo. Volumen 1 nº 1. págs. 70-77. Ideasport.
Trapero, J. (2017). Lo físico y el estilo de juego. http://www.fsbasketball.com/2016/11/la-preparacion-fisica-ha-de-ser-acorde.html
Capítulo 2
Dr. Pablo Esper Di Cesare (Argentina).
Doctor en Ciencias del Deporte
Master en Diseño de Planes de Actividad Física y Salud
Licenciado en Educación Física
Profesor titular de la Licenciatura en Alto Rendimiento Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Teoría y Método del Alto Rendimiento Deportivo.
Profesor titular de la Maestría en Formación y Desarrollo Deportivo de la U.N.L.Z. de la cátedra: Deportes de Equipo.
Director del Diplomado de Baloncesto en Etapas Formativas de la Facultad de Cultura Física de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, México.
Entrenador Nacional de Básquetbol, acreditación E.N.E.B.A. 3. Acreditación FIBA.
Integrante del cuerpo de preparadores físicos de la C.A.B.B. 2015 a 2017.
Conferencista en Congresos, Campus y Clínicas en USA, Cuba, México, Perú, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Venezuela, Argentina, Portugal, España e Italia.
¿Formación, desarrollo o preparación física en divisiones de base?
La pregunta que encabeza el título de este capítulo con el cual les damos la bienvenida a esta obra es la que motivo presentarles un libro dedicado exclusivamente a las divisiones formativas del baloncesto, ya que la bibliografía existente siempre es dedicada al alto rendimiento que es el que tiene mayor impacto publicitario, llevando muchas veces, a confundir el trabajo y presentar entrenamientos en edades infanto – juveniles que no son acordes a las etapas evolutivas de los jugadores.
En primer lugar debemos dar nuestra respuesta a la pregunta. ¿Formación, desarrollo o preparación física? Las tres!!!! Pero cada una a su etapa, en su momento, y teniendo en cuenta que las tres son parte de un proceso, la formación integral del jugador de base.
La etapa de la formación motriz es la que, en el caso del baloncesto se extiende desde los 6/7 años a 11/12 años.
La etapa del desarrollo motor, se extiende desde los 12/13 años a los 15/16 años; para comenzar la preparación física específica a partir de los 16/17 años.
Cuando planteamos estas etapas tenemos en cuenta cuál es la edad del alto rendimiento en el baloncesto. Hoy podemos ver jugadores de la LNB de Argentina, la ACB de España, la NBA, la Lega de Italia, que superan largamente los 30 años de edad, y más de 20 años de edad deportiva. Es por ello que, en el caso del trabajo físico en edades infanto – juveniles, toma siempre relevancia la frase: Vísteme despacio, que tengo prisa!