Biografía del general Joaquín París - Soledad Acosta de Samper - E-Book

Biografía del general Joaquín París E-Book

Soledad Acosta De Samper

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Beschreibung

«Biografía del general Joaquín París» (1883) es un extenso estudio biográfico escrito por Soledad Acosta de Samper sobre el general Joaquín París Ricaurte, militar y político colombiano que llegó a ser secretario de Guerra y Marina y comandante del Ejército.-

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Soledad Acosta de Samper

Biografía del general Joaquín París

OBRA PREMIADA EN EL CONCURSO HISTÓRICO – LITERARIO ABIERTO EN BOGOTÁ CON OCASIÓN DEL PRIMER CENTENARIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR

Saga

Biografía del general Joaquín París

 

Copyright © 1883, 2021 SAGA Egmont

 

All rights reserved

 

ISBN: 9788726679243

 

1st ebook edition

Format: EPUB 3.0

 

No part of this publication may be reproduced, stored in a retrievial system, or transmitted, in any form or by any means without the prior written permission of the publisher, nor, be otherwise circulated in any form of binding or cover other than in which it is published and without a similar condition being imposed on the subsequent purchaser.

This work is republished as a historical document. It contains contemporary use of language.

 

www.sagaegmont.com

Saga Egmont - a part of Egmont, www.egmont.com

BOLIVAR Y SU SIGLO. 1

El tema propuesto para este concurso histórico-literario es “Bolívar y su siglo.” En las siguientes páginas nos hemos apartado de la letra del tema dado, mas quizá no de su espíritu. Comprendemos que se desea un estudio de la época en que floreció Bolívar, y particularmente para lo que hoy día llamamos Colombia y que entonces era Nueva Granada. Como se ha discutido tánto y con mucho acierto acerca de la persona del Libertador, hemos pensado que en la apoteosis del Héroe era bueno que alguien tratase de alguno de los Jefes que servían á sus órdenes; de uno de aquellos oficiales que le ayudaron á vencer, y sin los cuales y solo no hubiera podido libertarnos. Escogemos, pues, para ilustrar este punto, la vida de uno de nuestros más beneméritos ciudadanos, de quien poco se ha hablado entre nosotros, porque, como lo ha dicho un escritor extranjero, “era modesto hasta rayar en la humildad, y el tipo del patriota, tanto más glorioso cuanto más modesto.” Él no hablaba jamás de sí mismo, y esto ha bastado para que pocos se hayan ocupado en referir sus hazañas de la manera como lo merece.

Hablamos del general Joaquín París.

Así como sucede que los planetas no pueden competir con la luz del sol, pero no por eso dejan de ser espléndidos por sí solos, así el Libertador, — ese sol de nuestro hemisferio político,— aun siendo tan brillante, no eclipsa con su propia gloria la luz de los astros que le rodearon. Al narrar la vida de uno de los oficiales más simpáticos de aquella época, no hay duda que contribuiremos con un ligero contingente al monumento literario que se levanta á la memoria de nuestro Libertador. Unos labrarán la estatua del héroe; otros su pedestal: á nosotros nos toca la tarea más humilde.

____________

BIOGRAFÍA DEL GENERAL JOAQUÍN PARÍS.

I

Hacía algunos años que hervía en todas las colonias hispano-americanas un descontento general con la madre España, y se notaba en todas partes y en todas ocasiones el deseo ardiente, no de independizarse, — que aquella palabra no era aun conocida entre nosotros, — sino de cambiar de gobierno, de respirar con mayor libertad, de sacudir un tanto el yugo que pesaba ya demasiado sobre los colonos que aspiraban á una existencia con menos trabas mentales y mayores facultades para ejercitar su entendimiento. Estas ideas se entiende que no germinaban entre el pueblo, el cual, atrasadísimo y satisfecho con sus gobernantes, porque no aspiraba á más, no ambicionaba nada mejor: no, aquellas ideas se hallaban difundidas en las altas clases de la sociedad, y en Santafé de Bogotá bullían en las almas de los jóvenes mejor educados. Influídos por D. Antonio Nariño, los Lozanos, los Ricaurtes, los Camachos, los Azuolas, los Gutiérrez,—toda esa pléyade de importantes miembros de la juventud santafereña,— se reunían en casa de Doña Manuela Santamaría de Manrique, y de su hija Doña Tomasa, matronas instruídas y amantes de las ciencias como hoy día las hay pocas en nuestra capital.

Al empezar el siglo, y aunque el Gobierno español había perseguido y desterrado á Nariño, las sociedades literarias llamadas del Buen gusto y Eutropélica continuaban su curso, y á su sombra los patriotas preparaban una futura rebelión contra el orden de gobierno establecido. Estas sociedades literarias se enlazaban con otra científica que había establecido y amparaba el Gobierno, llamada “la Expedición Botánica,” bajo la dirección del sabio sacerdote Mutis. Unas y otras se llenaron de júbilo al empezar este siglo, con la llegada á Santafé del Barón de Humboldt, el cual arrojó sobre aquel foco científico y literario deseoso de adelantar, una nueva vida y les llevó ideas, procedimientos y ciencias recientemente descubiertos. Merced á los consejos de Humboldt, el Gobierno español mandó construir un Observatorio, el cual puso á la disposición del maravilloso Caldas, que pasaba su vida entregado á las ciencias y á quien el amor á la Patria llevó al cadalso.

Extraña era, por cierto, la sociedad santafereña en vísperas de la Independencia, y lejos de estar atrasada como la pintan generalmente, era más científica que lo que es hoy día; sus habitantes,— hablo siempre de la clase superior,— se ocupaban en altas cuestiones de ciencias y de filosofía, y como no tenían que dedicarse á la política ratera y de ambiciones y vanidades ruines que después ha reinado entre nosotros, sus ideas eran elevadas, sus miras nobles y su patriotismo acrisolado.

En medio de aquella sociedad nació el héroe de esta relación. Sus padres fueron D. José Martín París, español oriundo de Madrid, y su esposa, Doña Genoveva Ricaurte, hija de familia importante de esta capital. Joaquín era el último de los hijos varones de D. Martín y había nacido el 18 de Agosto de 1795. Siendo el niño mimado de la familia, descuidaron su educación; no se le envió á colegio alguno, y sólo aprendió á leer, escribir y aritmética en una escuela de primeras letras. D. Martín tomó parte en las juntas preparatorias que dieron por resultado la revolución de 1810; así, pues, no es de extrañar que el joven París, que había sentado plaza como cadete en el “Batallón auxiliar,” estuviese presente en todos los acontecimientos ocurridos el 20 de Julio en Santafé.

Con el joven Joaquín París habían tomado las armas sus hermanos Manuel y Antonio, que hicieron la campaña de Venezuela con Bolívar, y Mariano, que murió en 1833 de una manera trágica, de lo cual hablaremos adelante ( 2 ).

Enviado el general Baraya al Cauca á combatir al coronel español D. Miguel Tacón, París le pidió que le incorporase en el batallón que llevaba, compuesto de 300 valientes, entre los cuales se hallaba Atanasio Girardot.

París, como teniente de una compañía, se halló en toda aquella campaña, y, aunque no había cumplido diez y seis años, se portó como un héroe, y fué herido en una rodilla en el puente de Palacé, el 28 de Marzo de 1811. Derrotado Tacón y pacificado el Norte de la Provincia del Cauca, Baraya regresó á Santafé, y con él vino París: allí estuvo presente en la instalación del primer Congreso federal, y en seguida, continuando á órdenes de Baraya, partió para el Norte á combatir á los realistas que amenazaban la Nueva Granada desde Cúcuta. Entre los compañeros de armas de París se hallaban Caldas, Urdaneta y el subteniente Francisco de Paula Santander, con quien trabó una amistad que duró muchos años.

Pero desgraciadamente en aquellos aciagos tiempos, en lugar de unirse para arrojar de su suelo á los españoles, se hallaban divididos los patriotas en dos bandos, unos federalistas, otros centralistas. Baraya era federalista, y armado contra Nariño, que gobernaba en Santafé, le atacó por orden del Congreso federal, el 9 de Junio de 1813; pero fué derrotado y quedaron presos muchos jefes y oficiales. París, que le acompañaba, pudo librarse de la prisión, yéndose para el Norte con Atanasio Girardot. A poco de haber llegado á Tunja, tuvo la satisfacción de conocer al entonces coronel Simón Bolívar, quien, derrotado en Venezuela, había pasado á Cartagena, penetrado al interior de Nueva Granada, y, delirando con volver á libertar á su Patria, pedía desde Cúcuta al Gobierno de Tunja que le diese un auxilio de tropa y oficiales para formar un ejército en Venezuela. D. Camilo Torres le mandó el despacho de Brigadier granadino y un cuadro de oficiales, muchos de los cuales han dejado su nombre gloriosamente esculpido en los anales de la Patria. Eran éstos Girardot, Urdaneta, D’Elhuyar, Vélez, Ortega, Ricaurte y los cuatro hermanos Manuel, Antonio, Mariano y Joaquín. Enviados por Bolívar á atacar al general español Correa, atrincherado en la Angostura de la Grita, los granadinos, comandados por el coronel Manuel Castillo Rada, desalojaron fácilmente al jefe español de sus posiciones, el 13 de Abril de 1813, y la campaña en Venezuela se abrió con ventaja.