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En este libro te comparto mi experiencia como paciente oncológica y cómo fue la odisea de vivir con un diagnóstico de Cáncer en plena Pandemia por COVID-19. Aquí te cuento todo lo vivido, mis miedos, angustias, las incertidumbres propias de la enfermedad, y la travesía para poder iniciar los tratamientos en un tiempo donde todo era mucho más difícil de realizar, por ese gran monstruo que nos afectaba a todos y al mundo entero. Sin lugar a dudas, era una doble lucha: el Cáncer, y la Pandemia. Aquí, aporto mi granito de arena, con algunas palabras para todas aquellas pacientes que están atravesando un diagnóstico similar y a los familiares que cumplen un rol fundamental en nuestras vidas, pues nos ayudan a sobrellevar los momentos más difíciles. Mi intención es transmitirles esperanza, la que está basada siempre en la fe como eje principal. "Enfrentar esta situación podría hundir a cualquiera en un mar de aguas negras, donde la angustia y desesperación se hacen presentes. Esas turbulencias pueden no permitirnos ver la luz que está al otro lado del camino. Nos podemos sentir derrotadas, sin esperanzas y esto hasta nos puede conducir a la búsqueda de escapes nocivos para nuestra salud física, emocional y mental". Mi deseo es poder llevar un poco de paz y tranquilidad a los pacientes, familiares y amigos, y decirles que no siempre el cáncer es sinónimo de muerte, sino que a veces es sinónimo de lucha y vida. Que no todo está perdido. La prevención juega un papel muy importante y además, salva vidas. Para finalizar, deseo compartirte una frase que me resulta muy significativa, espero te guste tanto como a mí, y dice así: "Serás feliz, dijo la Vida, pero primero te haré fuerte".
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Veröffentlichungsjahr: 2023
Villanueva, Carolina Cáncer : del dolor al valor / Carolina Villanueva. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3971-7
1. Autoayuda. I. Título CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
CLAUDIA CAROLINA VILLANUEVA
PRÓLOGO
DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS
UN POCO DE MÍ
DESPERTANDO MI FE, EN EL CAMINO DE LA VIDA
ESCUCHANDO MI SEXTO SENTIDO
UN TROPEZÓN NO ES CAÍDA
MI FE, MI FORTALEZA
EL MOMENTO MÁS DIFÍCIL:CONTARLE A MI FAMILIA
CUANDO DIOS SE MANIFIESTA…
EL DIFÍCIL MOMENTO DE CONTARLE A MI MADRE
MIS DÍASENTRE LA MASTÓLOGAY LA ONCÓLOGA
CAMBIO RADICAL EN MI VIDA
MI DESEO POR CARGAR LAS PILAS
PRIORIZANDO MI SALUD
COMO SI FUERA POCO…LLEGÓ LA PANDEMIA (COVID–19)
CONOCIENDO UN MUNDO NUEVO
TIEMPO DE RECUERDOSY AÑORANZAS
AÚN EN MI SOLEDAD,NUNCA ME SENTÍ SOLA
VIENDO CON LOS OJOS DEL ALMA
COMPARTIENDO EXPERIENCIAS
TERMINANDO OTRA ETAPA
DE REGRESO A CASA
RECUPERACIÓN Y APRENDIZAJES
Table of Contents
“La fuerza que hay en tu interior,
es mucho más fuerte
que cualquier obstáculo
que te ponga la vida”.
- Confucio -
Cada día que comienza, veo concurrir al Hospital de Día, a decenas de pacientes, de las cuales, muchas son mujeres.
Cuando las miro, puedo ver en sus rostros, la reacción de cada una de ellas al recibir la confirmación del Diagnóstico de Cáncer. El solo hecho de escuchar esas palabras, las deja inmediatamente en PAUSA.
Es como si el reloj de sus vidas se detuviera por un instante.
Y es así como a través de ellas puedo percibir y sentir sus deseos infinitos de retroceder el tiempo, de volver al principio, donde segundos previos a recibir el diagnóstico, se sentían cómodas y seguras.
Diariamente, las veo llegar al consultorio a cada una con sus historias, sus problemas y preocupaciones.
Cuando las miro, siempre me pregunto qué habrá detrás de esas miradas, qué querrán decir sus ojos …
Comenzar un tratamiento de quimioterapia, siempre resulta ser muy duro para las pacientes. Es como vivir constantemente dentro de un torbellino de emociones. Incluso, a veces hasta se manifiesta en sus rostros, un poquito de dolor.
Ese Dolor que también puedo sentirlo cuando las veo llorar frente mí, pero luego de un rato, la empatía nos hace conectar y comenzamos a transitar juntas, un camino desconocido por ellas, hasta ese momento.
Iniciados los tratamientos, las semanas siguientes van pasando mucho más rápido de lo que se pueden imaginar, donde al final del túnel del tiempo pueden ver una LUZ, que marca un Final y un Inicio de un nuevo comienzo, donde hay un reseteo de la vida en la que muchas veces hasta llegan a descubrir valores, que hasta ese entonces les eran desconocidos.
Dra Nora Raquel Mohr
Oncóloga Clínica
Este libro, está dedicado en primer lugar a Dios, por darme la fuerza necesaria y regalarme el don de la Fe. Por amarme tanto, por cuidar de mi familia y de mí, especialmente en los momentos más difíciles.
También lo dedico a mi esposo (Adrián), y a mis hijos (Leonardo, Gisela, Sofía y Maricel), por su infinito e inmenso amor, acompañamiento y paciencia.
A la memoria de mi hermana Natalia, por sus años de lucha contra el cáncer de mama y por ser mi ángel guardián durante todo el tratamiento.
A la memoria de mi padre, Rubén, quien también fue víctima del cáncer.
A Norma, por cuidar de mis hijos como si fueran suyos, durante mi ausencia en casa.
A mis amigas (Laura y Silvia), hermanas del corazón, que siempre estuvieron acompañándome, en todo el proceso de la enfermedad.
A Agustina, por su ayuda desinteresada y gran corazón.
A mi Oncóloga, la Dra Nora Mohr y todo su equipo de trabajo, por el amor, contención y atención recibida desde el primer día. Por su calidad humana, nivel de profesionalismo, y por acepar escribir el Prólogo de este libro.
A mi mastóloga, a los enfermeros y demás personal de salud, que arriesgaron sus vidas para atenderme, no solo a mí, sino también, a todos los enfermos, en plena pandemia por Covid–19.
A mis compañeros de trabajo, que supieron acompañarme a la distancia, siempre atentos y pendientes de mi evolución.
A la profesora de Literatura, Delia (Totó) Alvez, por su tiempo, dedicación y colaboración desinteresada en la revisión del texto de este libro.
A Sandra Aguirre, docente y escritora, quien dibujó la imagen que se encuentra en la tapa, y que también es paciente oncológica.
A todas las personas que se sumaron a las cadenas de oración, familiares y no familiares, que me brindaron su apoyo.
A todos les digo: “Muchas, pero muchas Gracias”.
Y finalmente a la memoria de todos aquellos que ya no están físicamente entre nosotros, pero que estarán por siempre en nuestros corazones dándonos fuerzas para seguir viviendo.
Hoy quiero contarte que un 8 de septiembre de 2.021, luego de una larga espera y toma de decisión personal, dejé de lado mis prejuicios y miedos internos, para empezar a escribir “Mi primer y tan ansiado libro”.
Antes que nada, quiero contarte que no soy escritora. Sin embargo, tomé coraje y me animé a escribir, porque de un tiempo a esta parte, mi corazón me lo venía pidiendo a gritos. Y una vez más, como tantas veces, decidí escucharlo y ponerme en acción.
Dejo todo mi amor en cada una de estas líneas, deseando fervientemente, que llegue a lo más profundo de tu ser, simplemente porque va de corazón a corazón.
Espero, sea de gran utilidad para ti, y para todas aquellas personas que estén atravesando un momento de lucha. Que pueda ser luz en medio de tanta oscuridad, y transmitirte un poco de ánimo, esperanza y mucha FE.
Ahora, sin dar más vueltas, te compartiré parte de mi vida personal, para que puedas conocerme y notar que no soy tan diferente a ti. Tal vez, hasta puedas sentirte identificada con mi historia, o tal vez no, no lo sé.
Pero al margen de eso, quiero empezar contándote que nací en la ciudad de Posadas, Misiones, una hermosa tarde de primavera. Un sábado 28 de septiembre de 1.974.
Provengo de una familia compuesta por 5 integrantes: mi mamá, mi papá, mis dos hermanas, y yo.
Mi madre, siempre fue ama de casa. Eso le permitió cuidar de todas y cada una de nosotras. Además de ocuparse de nuestra formación, y de las tareas del hogar, una tarea más que difícil y ejercida no solo por ella, sino también, por tantas otras mujeres de aquella época y de esta también. Tarea que reconozco como muy compleja, y pocas veces reconocida o valorada. Esas mujeres, incluida mi madre, muchas veces postergadas en lo personal, para atender a la familia, su tesoro más valioso.
Aprovecho esta oportunidad, para agradecer a mi madre, y a través de ella a todas las amas de casa, que ejercen este noble oficio.
Respecto a mi padre te cuento que era mecánico dental, profesión que le permitió darnos una vida digna, como para vivir tranquilos, sin mayores sobresaltos.
Hoy soy lo que soy, gracias a la educación, dedicación y amor que me brindaron mis padres. Por eso y mucho más, siempre les estaré agradecida. Además, por haberme dado la vida, y apoyado en todos mis proyectos.
Luego, estábamos nosotras, tres hijas mujeres, donde yo era la del medio. Mi hermana mayor me llevaba poco más de dos años, y con la más chica, tan solo una diferencia de 11 meses. Eso nos permitió compartir y jugar mucho entre nosotras.
Recuerdo que desde pequeñas, mis hermanas, tenían gran afinidad con mi madre.
Yo, en cambio, siempre buscaba estar cerca de mi padre, acompañándolo a todos lados, cada vez que me lo permitía, claro. Éramos cómplices, también supimos ser muy buenos compañeros, y a pesar de su carácter fuerte, era la que mejor se llevaba con él, pues nunca tenía un no para mí. Eso me hacía sentir especial, siempre lo miraba y escuchaba con mucha atención cada palabra que pronunciaba. Además, lo veía como un hombre muy inteligente y sabio, fue sin duda, un pilar muy importante en mi vida. Aunque él no era una persona muy demostrativa, yo sí intentaba serlo.
Trataba de entenderlo, y no pedía nada a cambio, pues él fue criado de una manera tal vez mucho más fría y no lo juzgaba por eso. Simplemente lo entendía y disfrutaba cada momento que pasábamos juntos.
Mi madre siempre estaba rodeada de mis hermanas, y como lo veía siempre solo, me acercaba a él, para compartir charlas y momentos, los que quedarán grabados por siempre en mi corazón.