Cinco interpretaciones al Cantar de los Cantares - Juan Antonio Monroy Martínez - E-Book

Cinco interpretaciones al Cantar de los Cantares E-Book

Juan Antonio Monroy Martínez

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"El Cantar de los Cantares es el libro más lírico de toda la literatura bíblica judía. Interpretado textualmente, los episodios se suceden en el Cantar como en un sueño o una visión. Una voz masculina cortejante; otra voz femenina virginal y triunfante; un coro de doncellas que unas veces le cantan a él y otras a ella. Un final abrupto que reclama la presencia inmediata del amado. El problema más importante que ha despertado este libro ha sido su significado. Ningún otro libro en la Biblia ha suscitado tanta disparidad de juicios en el campo literario y en el religioso, como este pequeño poema de 117 versículos. Innumerables opiniones han tratado de determinar el sentido y la intención del libro escrito por Salomón. Se ha dicho que el Cantar de los Cantares es el libro más desconcertante de la Biblia porque en sus ocho capítulos no aparece el nombre de Dios."

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CINCO INTERPRETACIONES AL CANTAR DE LOS CANTARES

Juan Antonio Monroy

EDITORIAL CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS

(Barcelona) ESPAÑA

E-mail: [email protected]

http://www.clie.es

© 2023 por Juan Antonio Monroy.

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

© 2023 Editorial CLIE, para esta edición en castellano.

CINCO INTERPRETACIONES AL CANTAR DE LOS CANTARES

ISBN: 978-84-19779-24-3

Comentario bíblico / Antiguo Testamento

Poesía y literatura sapiencial

Referencia: 225055

El plan por el que yo me he decidido, es el resultado del trabajo de muchas generaciones de intérpretes.

Ernesto Renán

ÍNDICE

A modo de explicación

Introducción

Capítulo I. Opiniones sobre el Cantar de los Cantares

Capítulo II. Generalidades

Capítulo III. Interpretaciones al Cantar

Capítulo IV. Interpretación literal. El amor en el Cantar de los Cantares

Capítulo V. Interpretación judía

Capítulo VI. Una interpretación católica. La virgen María en el Cantar de los Cantares

CAPÍTULO VII. Interpretación espiritual. La iglesia

CAPÍTULO VIII. La crítica racionalista de Ernesto Renán

Obras consultadas

Navegación estructural

Cubierta

Portada

Créditos

Epígrafe

Índice

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Sobre el autor

Otros libros de Juan Antonio Monroy

A MODO DE EXPLICACIÓN

Con este libro cumplo un proyecto con el que vengo soñando y trabajando desde que tenía unos 27 años. Sin dedicarle tiempo específico, a lo largo de estos años he estado reuniendo libros, recopilando documentación y escribiendo algunas páginas. En los seis primeros meses de 2020 me dediqué totalmente a trabajar en el proyecto. Me vino muy bien el confinamiento que ordenaron las autoridades a causa del coronavirus entre los meses de marzo y mayo. En tanto que la mayoría de españoles se quejaban por no poder salir de sus casas, según decían la televisión y los periódicos, yo daba gracias a Dios por la lluvia de tiempo que me enviaba para poder dedicarme a lo que más amaba.

Como lo digo en otro lugar de mis letras, El Cantar de los Cantares es el libro más literario de toda la literatura bíblica y judía. Interpretado literalmente, los episodios se suceden en el Cantar como en un sueño o una visión. Una voz masculina cortejante. Otra voz femenina virginal y triunfante. Un coro de doncellas que unas veces cantan a él y a ella otras veces. Un final abrupto que reclama la presencia inmediata del amado.

El problema más importante que ha despertado este libro ha sido su significación. Ningún otro libro en la Biblia has suscitado tanta disparidad de juicios, en el campo literario y en el religioso, como este pequeño poema de 117 versículos. Innumerables opiniones han tratado de determinar el sentido y la intención del libro escrito por Salomón. Al no mencionar a Dios ni una sola vez en sus ocho capítulos lo han calificado, como hizo Ernesto Renán, de libro profano.

El judaísmo interpreta el Cantar de los Cantares como un diálogo entre Jehová e Israel. Los primeros padres de la Iglesia, entre ellos Orígenes, Ambrosio, Ireneo y otros ven en el mismo libro un diálogo entre Cristo y la Iglesia. En la Edad Media parte de la interpretación católica se inclinaba por un diálogo entre Cristo y la Virgen María.

El escritor religioso norteamericano, P. Haupt, en un libro titulado The book of Canticles, publicado en Chicago en 1902, dice que al Cantar de los Cantares se habían dado a finales el siglo XIX, unas 40 interpretaciones diferentes.

En este libro, escrito sin ninguna pretensión, trato de cinco interpretaciones distintas: La literal, la judía, la mariana, la primitiva interpretación de Cristo y la Iglesia y la interpretación racionalista. También escribí un capítulo sobre los intérpretes que ven en el Cantar un diálogo entre Cristo y el alma, como San Bernardo y San Juan de la Cruz principalmente. Pero opté por no incluirlo en este libro a fin de no aumentar sus páginas.

Como cualquier otro escritor pendiente de la reacción del público, deseo y confío que este nuevo libro mío, el número 53 en la lista de escritos y publicados, aporte nuevos conocimientos a los lectores amantes de los Cantares.

Sanchinarro, Madrid, verano 2023

INTRODUCCIÓN

Tánger, Marruecos, año 1954. Leo la noticia en el Diario España, fundado por Gregorio Corrochano, cuyos talleres están cerca de la casa que habito. Decía: “El 28 de diciembre, y en el local de los antiguos alumnos de la Alianza Israelita de Tánger, Carlos Nesry dará una conferencia sobre Filosofía del Cantar de los Cantares”.

Nesry era abogado y teólogo judío. Acudí con tiempo suficiente para un asiento en primera fila. La conferencia, que duró hora y media, me tuvo embobado. La sala exaltó de emoción, el conferenciante alzó la voz cuando comentó el versículo ocho del segundo capítulo: “¡La voz de mi amado! He aquí el viene saltando sobre los montes, brincando sobre los collados”.

Sabido es que para el pueblo judío Cristo no era el Mesías. Aún esperan que llegue. Nesry se recreó en el texto alegando que el Mesías de Israel llegaría pronto saltando sobre los montes. La concurrencia estalló en aplausos. También yo aplaudí.

Por aquel entonces yo dirigía en Tánger la revista Luz y Verdad. En ella escribí un largo artículo sobre la conferencia. Envié copia al señor Nesry. Respondió con una carta de agradecimiento que aún conservo después de sesenta y cinco años y que tengo ante mí cuando esto escribo.

Aquella conferencia, como un sentimiento primaveral y hasta entonces desconocido, hizo que me enamorara del libro escrito por Salomón. Prometí a mi alma escribir algún día una obra que presentara las diferentes interpretaciones al Cantar. El tiempo, que según Martín Fierro es sólo tardanza de lo que está por venir, fue pasando en el calendario de mis años, pero no en mi mente. Escribí una conferencia de 25 folios sobre el Cantar de los Cantares que he expuesto ante auditorios de Madrid, Barcelona, Tenerife, Sevilla, Valencia, Málaga, México, Colombia, Cuba, El Salvador, Honduras y no recuerdo si en otros países de la América hispana.

Pero el libro nunca llegaba. Hasta ahora. Con menos responsabilidades y con muchas ganas doy cumplimiento a lo que prometí a mi alma.

Dice el primer libro de los Reyes 4:32 que Salomón compuso cinco mil cantares. De estos, el que figura después de los Proverbios y de Eclesiastés está considerado, según el autor chino Watchman Nee, como el más excelente.

A ello se debe el que la crítica bíblica le haya concedido una atención desmesurada. En su abultado libro sobre El Cantar de los Cantares, el norteamericano Marvin H. Pope incluye una bibliografía que ocupa 55 páginas, en las que da los nombres y demás datos de quinientos sesenta autores que han escrito sobre el Cantar de los Cantares. La lista se cierra en 1977, cuando el libro de Pope se publicó por vez primera. Desde esa fecha al día de hoy la aparición de comentarios sobre el Cantar no ha cesado.

A lo largo de los años he ido acumulando libros en torno al Cantar de Salomón. Libros que ahora estoy utilizando. La cantidad de datos disponibles me obligan a un ejercicio no fácil de síntesis con el fin de transmitir al lector lo que mi corazón y mi mente albergan, sin llegar a cansarlo.

Si lo he conseguido o no serán ella o él quienes lo decidan.

CAPÍTULO IOpiniones sobre el Cantar de los Cantares

Los escritores somos, más o menos, esclavos de las opiniones de quienes leen y se pronuncian sobre nuestro trabajo. Decía Shakespeare que había comprado opiniones de oro. No menos valiosas son las opiniones vertidas sobre El Cantar de los Cantares, de las que aquí ofrezco una pequeña nuestra, obviando a los llamados padres de la Iglesia, que casi todos ellos escribieron sobre este libro.

Fray Luis de León, siglo XVI, máximo exponente del Cantar de los Cantares en España: “La canción suavísima de Salomón … ruega y llora y pide celos; vase como desesperado, y vuelve luego; y, variando entre esperanza y temor, alegría y tristeza, ya canta de contento, ya publica sus quejas, haciendo testigos a los montes y a los árboles de ellas, a los animales y a las fuentes, de la pena grande que padece. Aquí se ven pintados a lo vivo los amorosos fuegos de los demás amantes… La lección de este libro es dificultosa a todos, y peligrosa a los mancebos y a los que no están muy adelantados y muy firmes en la virtud; porque en ninguna Escritura se exprimió la pasión del amor con más fuerza y sentido que en esta”.

Cipriano de la Huerga León, religioso cisterciense, siglo XVI: “El contenido de este poema rebasa la frontera de lo corpóreo y no tiene nada que ver con el cuerpo ni con el comercio carnal… excede en cierto modo el ámbito del cuerpo y de las cosas humanas. El lector inteligente comprenderá esto inmediatamente por muchas razones, pero sobre todo porque en este opúsculo el tema del amor es tratado de tal manera que no tiene nada que ver con el cuerpo ni con la materia ni con la disolución y corrupción del comercio carnal”.

Juan González Arintero, fraile dominico, finales del siglo XIX y principios del XX: “El sentido espiritual y místico de este admirable Cantar, toda la tradición cristiana y judía está perfectamente de acuerdo en reconocerlo, viendo allí siempre el más elocuente testimonio del tierno amor y de la íntima alianza de Dios con su pueblo escogido y muy particularmente con aquellas almas dichosas y privilegiadas que aciertan a saber corresponderle”.

Amerio Sancho Blanco, doctor en sagrada teología y comendador de la Merced de Sevilla. Siglo XX: “A este preciosísimo libro que los Setenta Intérpretes llamaron Asma asnaton, como si dijéramos la canción más hermosa, el mejor cantar. La Canción del Amor. Cancionero divino que por su excelencia es llamado el Cantar de los Cantares”.

Robert Tournay, profesor de la Escuela Bíblica de Jerusalén. Siglo XX. Traduzco de su libro en francés Le Cantique des Cantiques: “La variedad de opiniones es tal que podemos concluir acertadamente que la facultad principal de la exégesis no procede de la razón, como debería ser, sino de la imaginación”.

Mercedes Novarro Puerto, escritora, en el prólogo al libro de Nicolás de la Carrera, teólogo, psicólogo y poeta, siglo XX, titulado Amor y Erotismo en el Cantar de los Cantares: “He descubierto que, en lo que se refiere a los símbolos e imágenes de la Alianza que propone el Antiguo Testamento para hablar de las relaciones entre Dios y la humanidad, el símbolo que más se acerca a Jesús es el de los amantes de estos poemas”.

Félix Asencio, jesuita, profesor en la Universidad de Roma: “En el Cantar de los Cantares el amor natural entre amado y amada da paso al amor espiritual entre Dios y el hombre”.

Maximiliano García Cordero, O.P., profesor de exégesis y teología bíblica: “Por su contenido material apenas podríamos deducir que se trata de un libro religioso, ya que no menciona a Dios, y, por otra parte, los diversos poemas no versan sino sobre las relaciones amorosas de dos corazones que se buscan para unirse en matrimonio”.

Samuel Vila, pastor, escritor y líder protestante español: “El Cantar de los Cantares, ese libro extraordinario que aparece en el corazón de la Biblia, tiene sin duda algún sentido místico y espiritual, como lo sintieron nuestros sencillos hermanos de siglos pasados, y no podemos limitarnos a interpretarlo en un sentido material y obsceno, como es la tendencia de los expositores modernos”.

José Grau, escritor y teólogo protestante: “No tenemos base para decir que el libro es un tipo de Cristo. Eso no parece defendible desde un punto de vista exegético. Pero el libro vuelve nuestros ojos hacia Cristo. Podríamos considerarlo como una parábola tácita. Los ojos de la fe, al contemplar este cuadro de amor humano exaltado, discernirán aquel amor que está por encima de todos los afectos terrenales y humanos, el amor del Hijo de Dios hacia la humanidad perdida”.

José Manuel González Campa. Escritor, médico psiquiatra y teólogo protestante: “El Cantar de los Cantares es una de las tres obras magistrales que tenemos del rey Salomón, y constituye una verdadera joya de la literatura universal. Según muchos eruditos, en el campo literario y poético El Cantar de los Cantares es la obra más extraordinaria que jamás se haya escrito…El amor no podemos limitarlo a la experiencia emocional que deviene de las relaciones sexuales de una pareja. El amor es mucho más. En el Cantar de los Cantares se muestra que el amor se vive y se habla en las relaciones sexuales de una manera muy sutil y delicada”.

Antonio Gala, escritor, poeta, dramaturgo, ensayista, novelista: “El Cantar de los Cantares es un canto a la vida y al amor. El argumento es muy simple: Una pareja de jóvenes que expresa, con gran ternura y en voz alta, la maravillosa experiencia de vivir profundamente la gran aventura de un amor correspondido. Las palabras que primordialmente utilizan para designarse mutuamente son amado y amada. El y Ella, sin un verdadero nombre, son la historia de todas las parejas que mantienen vivo el milagro del amor”.

Jorge Guillén. Filósofo, escritor, poeta: “Adorable, prodigioso cántico”.

Capítulo IIGeneralidades

A los efectos de este capítulo entiendo por generalidades los temas que voy a tratar en él, destacando lo que tienen todos ellos en común y contraerlos todos al estudio que vengo realizando sobre el libro de Salomón.

Título

En la Biblia que estoy utilizando el título en español figura como Cantar de los Cantares. Encierra la idea de un superlativo, Cantar por excelencia, cantar bellísimo.

Bernardo de Claraval, primer abad de Clairvaux, en Francia, uno de los doctores de la Iglesia católica, conocido como San Bernardo, entre los años 1135 y 1153 pronunció 86 sermones basados en el Cantar de los Cantares. El primero trata sobre el título del Cantar. Dice: “No creas que no haya muy poderosos motivos para que la inscripción del título no diga meramente el Cantar, sino el Cantar de los Cantares. Pues muchos cantos he leído en la Escritura; mas no recuerdo que este nombre se de a ningún otro”.

Hago constar aquí que el título dado al libro aparece, en el idioma hebreo, en todos sus códigos.

Autor

Algunos comentaristas del Cantar de los Cantares, y no son poco, han atribuido la paternidad literaria del libro a otros autores, entre ellos Ezequías e Isaías. Marvin H. Pope, en su abultado y bien documentado comentario sostiene sin duda alguna que el libro fue escrito por Salomón. A favor de su teoría presenta un par de ejemplos: La referencia en 6:8 a sesenta reinas y ochenta concubinas forman un paralelo con las setecientas reinas y trescientas concubinas mencionadas en el primer libro de los Reyes, capítulo 11.

Por otro lado, la intensa producción literaria de Salomón, tres mil proverbios y cinco mil cantares (1º de Reyes 4:32) lo capacitaba sobradamente para componer un libro de ocho pequeños capítulos.

Está, además, la evidencia interna. El propio libro afirma haber sido escrito por Salomón, cuyo nombre aparece en varios pasajes del mismo. Puede verse 1:1; 3:7; 3:9; 3:11 y 8:11.

Fecha

Todo el contenido del libro respira los tiempos salomónicos. Los viñedos, los pastores (1:6-8), las tiendas de Cedar (1:5 y 17), la costumbre femenina de lavarse los pies antes de irse a la cama (5:3), los ornamentos de las muchachas vírgenes (1:10-11), palacio en la ciudad, donde vigilaban los guardas (3:2-3), la constante referencia a los perfumes, propio de una persona que habita en lugar de lujo (1:12-14; 3:6; 5:5).

Todo esto juega a favor de que el Cantar de los Cantares fue escrito en tiempos de Salomón y no en época posterior como algunos han querido ver. La presencia de elementos geográficos, botánicos y zoológicos, dice Félix Asencio, afirman a Salomón como autor de El Cantar. El distinguido hebraísta Chaim Rabin, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, también afirma que el Cantar de los Cantares fue escrito por Salomón en torno al siglo X antes de Cristo.

Género literario

¿Qué es el Cantar de los Cantares? ¿Prosa? ¿Comedia? ¿Drama? ¿Poesía?

Ha quedado establecido que el Cantar pertenece, sin discusión, al género lírico. Un poema en el sentido más absoluto del término, pero un poema oriental donde los autores se suceden sin orden lógico. Un poema que no busca la rima, sino la acción, contado en un estilo narrativo descriptivo y admirable. Pío Tragan, colaborador en Barcelona de la Biblia de Montserrat, dice que “su procedencia literaria remota permanece siendo una cuestión importante. A pesar de que actualmente no se admite que el Cantar pertenezca al género dramático propiamente dicho, se reconoce en él una acción progresiva de carácter rudimentario”.

Orígenes, en el tercer siglo cristiano, consideraba el Cantar como libro dramático. Así lo dijo: “La Escritura nos ofrece también un Divino drama pastoral en el Cantar de los Cantares”.

Esta teoría fue tratada con gran imaginación en el curso del siglo XIX. Entre los autores que dramatizaron el Cantar, presentándolo como obra de teatro, uno de los más recientes es Arturo Capdevila. Este autor, nacido en la Córdoba argentina en 1899, convirtió el Cantar de los Cantares en un drama teatral. La obra fue publicada por primera vez en 1916 con el título La Sulamita y posteriormente representada en un teatro de Buenos Aires.

Si el drama “es un género literario donde prevalecen las acciones tensas y pasiones conflictivas”, el Cantar de los Cantares es todo lo contrario: Un salto de felicidad y de alegría. Un canto exultante de gozo, una expresión de júbilo a la vida y al amor.

Lenguaje

Al estudiar el sentido del lenguaje en una obra determinada se suele distinguir entre el lenguaje propio y el lenguaje figurado. No puede tener uno y otro sentido a la vez. No puede ser propio y al mismo tiempo figurado. En el Cantar de los Cantares ocurre que el lenguaje figurado va desde la simple metáfora a la parábola y comprende varias especies de figuras.

El lenguaje de Cantares es único en la Sagrada Escritura. No se encuentra en ninguno de los otros libros que la componen. En poco más de cien versos se encuentran palabras, figuras, conceptos que son únicos en la literatura bíblica. En ciertas Iglesias se ha llegado a prohibir a los jóvenes la lectura de El Cantar de los Cantares por ser considerada sexual y erótica.

Una experiencia propia

En 1988 recibí una invitación de Ricardo Sóuto, entonces pastor de la Iglesia Bautista en Santa Cruz de Tenerife. Quería tres conferencias sobre el Cantar de los Cantares. Otro pastor de la ciudad, el norteamericano Jaime Carder, un gran hombre, gran misionero, amigo mío, al enterarse hizo este comentario en su Iglesia: “Monroy es muy joven para entender el Cantar de los Cantares”. No tan joven.

La idea de Carder era que el Cantar de Salomón, por su lenguaje, no era apto para menores.

El Cantar de los Cantares no es un libro erótico. En absoluto. Para evitar sustos la persona que se acerca al Cantar debe tener en cuenta algunas circunstancias.

Quién lo escribió: Salomón no era el marqués de Sade, autor francés especializado en todas las variantes del sexo. Era un moralista, como se refleja en los Proverbios, un filósofo, autor del Eclesiastés, un poeta divinamente inspirado.

También es preciso tener en cuenta quiénes eran los destinatarios del libro y las costumbres de la época, a tres mil años de nosotros en la lejanía del tiempo.

En la lectura del Cantar influye también la disposición mental del lector o de la lectora. Si lo busca, encontrará erotismo en lo que es una historia sublime de amor. También verá manchas en el cielo. El ya citado excelente poeta Antonio Gala, explica: “El Cantar de los Cantares es un mundo de sensaciones infinitas. Todos los sentidos beben en él y se buscan y se corresponden y obtienen sus delicias”.

Libro desconcertante

Así lo define Maximiliano García Cordero, profesor de exégesis bíblica. Dice: “El Cantar de los Cantares es el libro más desconcertante de la Biblia”. ¿Por qué cree esto? Responde: “Porque en sus páginas no aparece ni una sola vez el nombre de Dios; ni siquiera aparentemente se ve el sentido religioso”.

David podría preguntar al hijo lo que sus enemigos preguntaron a él: “¿Dónde está tu Dios?” (Salmo 42:3).

El asturiano Víctor García de la Concha, Doctor en Filología Española y licenciado en Teología, escribe 73 páginas como introducción a la reciente edición del Cantar de los Cantares comentado por Fray Luis de León y publicado por Vaso Roto Ediciones el 2018. Dice este erudito que el primer cristiano que escribió sobre el Cantar fue Hipólito de Roma a principios del tercer siglo. Por esta época también lo hizo Orígenes.

Tanto Hipólito como Orígenes mantienen que aun cuando el nombre de Dios no aparece en el libro, en los ocho capítulos de los que consta El Cantar de los Cantares Dios y el sentido religioso están presentes. Está presente en las imágenes que simbolizan las relaciones entre Dios y la humanidad. De esta tendencia abunda la doctrina y el contenido espiritual. Toda la tradición cristiana está perfectamente de acuerdo en verlo como libro que no ignora la presencia de Dios. “Puede Salomón no mencionar a Dios –escribe Marvin Pope– pero Dios está presente en todas las páginas del libro”.

Unidad

No pocos autores alejados del cristianismo han dicho que El Cantar de los Cantares es una colección de historias eróticas sin más unidad que la del tema amoroso.

No es cierto.

A pesar de la diversidad de lugares y situaciones que se dan en el libro, existe una ordenación de los poemas destinada a describir el desarrollo de los argumentos en perfecta unidad de estilo.

El libro de Salomón se compone esencialmente de siete poemas, con unidad propia entre ellos. Estos poemas repiten siempre el mismo tema de un hombre y una mujer que se aman con las mismas alternativas: Encuentro mutuo, anhelo de unión entre alabanzas. García Cordero observa que “la división en siete poemas parece obedecer al número simbólico sinónimo de perfección y quizá a la duración de siete días de las fiestas nupciales judías”.

Francisco Javier Maruri responde a quienes niegan la unidad del Cantar de los Cantares con una serie de argumentos incuestionables, irrebatibles: Unos mismos personajes en los ocho capítulos. Una constante alusión a las viñas. Un solo coro de doncellas hijas de Jerusalén. El mismo lenguaje amoroso del amado y de la amada de principio a fin. Los mismos elogios. La forma de interrogar, igual siempre. El Cantar de los Cantares, concluye Maruri, “demuestra hasta la saciedad su absoluta unidad; pero entiéndase bien, una unidad al estilo oriental. Una unidad que hay que buscarla no tanto en la ejecución clásica de la obra cuanto en la inspiración de la idea”.

El Cantar en el Canon

Entre otras, el adverbio Canon define la “regla establecida por un concilio de la Iglesia sobre el dogma o la disciplina eclesiástica”.

Durante siglos el judaísmo discutía si el Cantar de los Cantares era un libro inspirado y si debía figurar entre los demás del Antiguo Testamento. La Biblia hebrea que tengo ante mí, versión en inglés de 1985, escribiendo desde el punto de vista judío, dice en la introducción al Cantar que la historia y el origen del Cantar de los Cantares fue siempre materia de debate. Este debate se inclinó definitivamente hacia la inspiración del libro cuando en el primer siglo el prestigioso rabino Aquibá, de quien trataré cuando llegue a la interpretación judía, dijo por escrito que el mundo entero no vale lo que vale el Cantar de los Cantares. A partir de entonces asistimos a una verdadera revolución en la interpretación de Cantares.

En la Biblia hebrea el Cantar figura entre Job y el libro de Rut.

La aceptación del Cantar por la sinagoga judía abrió el camino a la Iglesia primitiva. García Cordero, en su introducción al libro de Salomón, escribe: “En los siglos I y II de la era cristiana surgieron dudas sobre la canonicidad del Cantar de los Cantares, que ya había sido recibido en la lista de las escrituras sagradas, pero pronto desaparecieron las dudas, según las declaraciones de los más renombrados rabinos. En la Iglesia cristiana no surgieron dificultades sobre su admisión en el canon bíblico”.

El francés Alfredo Loisy, profesor de hebreo y de Sagrada Escritura, publicó en 1890 un libro titulado Historia del Canon del Antiguo Testamento. En la página 52 dice: “Si en el primer siglo el Eclesiastés y el Cantar no hubieran formado parte del Canon, jamás habrían entrado”.

Capítulo IIIInterpretaciones al Cantar

A través de siglos el Cantar de los Cantares ha sido objeto de numerosas interpretaciones. Me esforzaré en presentar un cuadro de las más conocidas y citadas.

Alegórica

Propuesta por la tradición judía. Las relaciones amorosas del amado y la amada serían las relaciones históricas entre Jehová e Israel. Insistiré en esto cuando trate de la interpretación judía al libro.

Naturalista

Ve el desahogo amoroso entre dos jóvenes que quieren unirse en matrimonio.

Típica

Según esta interpretación el Cantar celebraría en sentido literal los amores entre Salomón y la hija de Faraón.

Parabólica

Como sostiene la interpretación alegórica, esta otra cree que el Cantar de los Cantares es una parábola que abunda en las relaciones entre Jehová e Israel.

Espiritual