Cómo ser padre o madre con facilidad - Ulrike Gillert - E-Book

Cómo ser padre o madre con facilidad E-Book

Ulrike Gillert

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Beschreibung

Ser padres - a lo largo de nuestra vida no se nos prepara en lo más mínimo para tan importante tarea. Este libro surgió con el ropósito de que no tengas que esperar a que tus hij os ya no vivan contigo, para que te des cuenta de cómo hubieras podido acompañarlos de la mejor manera. La Dr. med. Ulrike Gillert te ofrece consejos sencillos, y que funcionan en la práctica, sobre cómo guiar a tu hij o a lo largo del día con una postura interior clara, amorosa y orientada a sus necesidades, incluso en los momentos de inseguridad, miedo o sobrecarga. Aprenderás a prevenir rabietas, a evitar situaciones de lucha de poder, y a mantener la calma, incluso en situaciones difíciles. Además, encontrarás sugerencias sobre cómo cuidar mejor de ti mismo y de tu pareja a pesar de las difi cultades de la vida cotidiana. Para así poder crecer fortalecidos como familia y crear una atmósfera basada en el amor. A todas las madres y padres de este mundo: ¡Este libro fue escrito para ustedes! Para que puedan ser los padres que siempre han sido de corazón: ¡cariñosos, afectuosos y llenos de confi anza en sus hij os! Para una relación entre padres e hij os, de la que ambas partes podrán benefi ciarse durante toda su vida.

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Seitenzahl: 276

Veröffentlichungsjahr: 2023

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Cómo traer más felicidad y alegría a tu familia con pequeños cambios.

ÍNDICE

Acerca de la autora

Apoyo holístico a los padres

Prólogo

Introducción

La realidad: cuando el sueño de tener hijos se convierte en una pesadilla

»Instrucciones de uso« del libro

1 EN NUESTROS CORAZONES SABEMOS QUÉ ES LO CORRECTO

1.1 La idea del amor

1.2 ¿Cómo hemos llegado a esto?

1.3 ¡Ayuda!, soy como mis padres

1.4 Nuestro pasado

1 Del ático al sótano, ordena tu vida

2 El pasado nazi

3 Nuestros padres como niños de cinco años

1.5 Pídele perdón a tu hijo

1.6 La seguridad del aquí y el ahora

2 EL ÉXITO DE LAS RELACIONES FAMILIARES

2.1 La relación con uno mismo

1 ¡Yo siempre estoy primero!

2 Todos los tanques están llenos

3 Acéptate tal y como eres: ¡eres lo suficientemente bueno!

4 Tres frases mágicas para vivir con confianza en uno mismo

5 Veo, pienso, siento

6 Deja el papel de víctima, asume tu responsabilidad personal y tu papel creativo

7 Detrás del miedo está la libertad

8 Tu subconsciente es tu compañero más fiel, bríndale las instrucciones correctas

2.2 La relación con tu pareja

1 Cuando el tanque del amor está lleno, la vida sexual cambia

2 Tiempo para los padres

3 15 minutos de “respiro” para la persona que llega a casa y viceversa

4 Ábrete y sé radicalmente honesto

2.3 La relación con tu hijo: cómo mantener una actitud cariñosa incluso en situaciones difíciles

1 Ni siquiera »Papá, ¿cuándo vas a morir?« va dirigido en tu contra

2 Nuestros hijos son nuestros mejores maestros

3 Tiempo en familia

4 Solo ustedes dos

5 ¡Confía en tu hijo! (Parte 1

)

6 Los abrazos son un remedio para el alma

7 Cómo los niños vuelven a ser felices

2.4 Cómo darle lo mejor a tu hijo

1 El juego no es un juego

2 Permite que tu hijo sea quien es

3 Preserva tu integridad y la de tu hijo

4 Permite que tu hijo participe

5 Nunca critiques a tu hijo y apóyalo en todos sus proyectos

6 Bueno o malo / Correcto o Incorrecto

7 Alumbra con tu linterna interior hacia todo lo positivo

8 Dile a tu hijo cuáles son sus puntos fuertes

9 Mejor habla y pregunta mucho en vez de muy poco

10 Trasmíteles a tus hijos autoestima, serenidad y fortaleza

11 ¡Toma las riendas cuando sea necesario!

12 Con cinco preguntas para fomentar la empatía y la compasión en tu hijo

2.5 Nosotros como familia: ¿Cómo puedo hacer las cosas bien?

1 Para criar a un niño, se necesita un pueblo entero

2 La manera en que evalúas una situación es como la evalúa tu hijo

3 Existen solo dos tipos de mensajes de amor

4 Los padres también pueden cometer errores

5 Todos los seres humanos somos iguales

6 De »¡yo, tú no!« a »Yo contigo«

7 Rap familiar

8 El mínimo de normas posibles; solo normas de seguridad

9 Muéstrate y expresa tus necesidades

10 Desviar la atención de mí y enfocarla en otra persona

11 Ser mejor, más fuerte y más amable: el círculo de la seguridad

12 Todo está interrelacionado

3 LO QUE DESEAN LOS NIÑOS DE SUS PADRES

3.1. Las necesidades de los niños

4 ¿QUÉ SE PUEDE HACER CUANDO TU H I JO ESTÁ ENFADADO?

4.1 ¿Cómo surge la rabia?

1 Fase de autonomía / fase de desafío: Cuando los sistemas de adaptación colapsan

2 Aún no puedo decir lo que quiero

3 Necesidades no satisfechas

4 Sólo hay dos tipos de mensajes: gritos de ayuda y respuestas amorosas

5 El »tener que« o el »debería« en tu cabeza provoca la ira en tu interior

6 Cuando las cosas son diferentes a lo que tu hijo quiere

7 Mentalmente, tu hijo ya sabe hacer mucho

8 Trato injusto

4.2 El ascensor cerebral

4.3 Qué hacer cuando la ira está presente

1 Nueve pasos para liberarse de la ira

2 Aprende magia

3 Ignora los comportamientos »negativos«

4 Protegerte a ti mismo, a un hermano o a otros

4.4 ¿Cómo puedo prevenir la ira?: la disciplina maestra

1 Cuídate mucho

2 Disfruta de la naturaleza y del ejercicio con toda tu familia

3 Pasar el día junto a otras familias

4 Anuncia los cambios

5 No preguntes, ¡Dílo!

6 ¡Di lo que quieres, no lo que no quieres!

7 Reestructura la peor hora del día: la hora antes de la cena

8 Prestar atención a las necesidades básicas

9 Los castigos no ayudan a nadie

10 Cambiar de perspectiva, hace lo tedioso más agradable

11 Apreciación y reconocimiento en los momentos más difíciles

12 Respeto al poder ser del niñoa través del lenguaje personal

13 Las rutinas y los rituales previenen el estrés y las rabietas

14 Establece tus límites en lugar de limitar a tu hijo

15 Nombra o indaga los sentimientos y las necesidades que se esconden detrás de las emociones

16 No te subas al ring

4.5 Situaciones cotidianas difíciles

1 ¡Confía en tu hijo! (parte 2

)

2 Lo importante lo hacemos sin siquiera notarlo

3 Rivalidad entre hermanos

4 Conflicto entre hermanos

5 Comunícate de una forma en que tu hijo escuche

6 Cómo convertir las situaciones negativas en positivas

7 Con el camino de ropa, vestirse es más sencillo

8 Jugar con la comida

9 Cómo ordenar de manera rápida y divertida: ocho consejos simples

10 »Solo«: tu hijo quiere hacer todo por sí mismo

11 Cómo ayudar a tu hijo a conciliar el sueño

12 Tu hijo moja la cama, y la ingeniosa pregunta: ¿»Cómo has conseguido que dejara de hacerlo?

«

5 CELEBRAR LOS ÉXITOS, CELEBRAR LA VIDA

6 RUMBO A NUEVAS TIERRAS: ACOMPAÑA A UNA NUEVA GENERACIÓN CON LÍMITES Y AMOR

Bibliografía

Lista de citas

La primera capacitación básica para padres

Servicio para padres

¡Gracias!

ACERCA DE LA AUTORA

Ulrike Gillert trabaja como pediatra en Berlín desde 1991 y como psicoterapeuta de niños y adolescentes desde el año 2007. Además, se formó con Jesper Juul, Marshall Rosenberg, Gerald Hüther y Thích Nhât Hạnh, entre otros.

En este manual de crianza conocerás la quintaesencia de todas sus experiencias y las respuestas a las innumerables preguntas que los padres suelen hacerle durante la consulta. Mediante actitudes básicas acreditadas, patrones de habla y acción, así como pequeños consejos, aprenderás a transmitir más alegría de vida a tu familia y a ayudar a tus hijos a aumentar su autoestima.

APOYO HOLÍSTICO A LOS PADRES

Eres madre o padre dedicado y tienes hij os de entre 1 y 10 años. Realmente sabes cómo quieres tratar a tus hij os, pero luego llega el día a día: las puertas se cierran con golpes, escuchas a tus hij os gritar y las dudas rondan por tu cabeza. A veces, deseas que tus hij os se vayan a la luna, al menos por un rato, o ser tú quien se vaya a una isla tropical y estar tumbado en una hamaca siendo atendido por un mayordomo personal.

Si ya has probado muchas opciones y sigues viendo que, en el ajetreo de la vida cotidiana, las situaciones con tus hij os no se desarrollan como te gustaría, te invitamos a acudir al grupo de apoyo para padres. Se trata de un grupo exclusivo de padres en el que responderé a todas sus preguntas y juntos crecerán más allá de sus límites de manera increíblemente rápida. Contiene un kit de emergencia para cada ocasión, que te ayudará a aprender y practicar cómo actuar incluso en situaciones de estrés.

CAPACÍTATE AHORA PARA TENER MÁS ALEGRÍA EN CASA y una relación amorosa que permita apoyar a tu hij o hasta después de tu muerte. Para que pronto tu propia casa se sienta como unas vacaciones en una isla tropical.

INVIERTE AHORA EN LAS RELACIONES MÁS IMPORTANTES DE TU VIDA: a que tienes contigo mismo, con tu pareja y con tus hij os y reserva una vacante en el programa de entrenamiento para padres. Más información al final del libro, página 220.

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PRÓLOGO

Este libro fue escrito con el propósito de enmendar, poco a poco, todos los “errores” que hemos ido transmitiendo de generación en generación durante siglos.

Cuando mi padre decía: “¡Bájense los pantalones!” con enojo, nos daba una nalgada y luego nos gritaba, porque habíamos hecho algo que a sus ojos era malo y debíamos aprender de una vez por todas a no volver a hacerlo, yo solía sentir un torbellino de emociones a la vez: rabia, miedo por sus palabras mordaces, vergüenza, culpa, humillación y una gran sensación de injusticia. Siempre lo sentí así de terrible, sin importar si era hacia mí, hacia uno de mis hermanos o a mi madre, a quien “solo” le gritaba y no le pegaba.

Posteriormente, cuando me convertí en madre, me di cuenta de que lo que hacía que mi padre nos gritara y golpeara era la impotencia.

Querida mamá, querido papá, tienen este libro en su poder: hablen entre ustedes para que sus hijos no tengan que sufrir actos de violencia, ni verbal ni física; traten a sus hijos con la misma dignidad que a los adultos. Diríjanse a ellos con respeto díganles cuáles son sus límites, de forma clara, sin ambigüedades y con mucho amor.

También le estoy muy agradecida a mi padre por las muchas cosas que me mostró con su manera de vivir, y que gracias a eso pude vivir yo misma: su espíritu curioso, el cantar juntos, cuando me miraba con orgullo, la forma en que con su mano me apretaba a su muslo cuando me sentaba a su lado, y mucho más.

INTRODUCCIÓN

Recuerdo perfectamente una situación junto a mis dos hijas (quienes tenían alrededor de dos años) y mi hijo (de cuatro). Salí a jugar con ellos y se paseaban alegremente en sus cochecitos y bicicleta respectivamente. En ese momento, tuve un pensamiento vergonzoso: »Espero que nadie se percate de que no soy una madre de verdad, sino que solo estoy fingiendo serlo«.

Por favor, no me malinterpreten: amo a mis hijos y también los amaba en ese entonces, de pies a cabeza y por completo. Sin embargo, me avergonzaba no poder ser mejor: no ser una verdadera madre. Me sentía como si no fuera en absoluto una madre »real«. Como si mi comportamiento hacia mis hijos fuera de alguna manera falso, fingido y carente de certeza intuitiva. Me sentía avergonzada porque no sabía por instinto lo que era »correcto« en relación con su crianza. ¿Cómo debo guiar a mis hijos a lo largo de su vida y cómo debo proceder para que lleguen a la edad adulta como personas felices y seguras de sí mismas? ¿Qué actitud básica debo adoptar con ellos?

Desde el punto de vista que tenía en ese momento, me parecía que no estaba haciendo una buena labor como madre, aunque la relación con mis hijos era muy buena. Desde la perspectiva actual, creo que gestioné bastante bien mis tareas como madre, en su mayor parte, incluso en la situación que acabo de describir. Los niños jugaban y estaban felices, sin embargo, yo tenía la sensación de no estar en lo correcto. »No soy suficiente. No soy la madre perfecta«. ¡Qué exigencia! ¡Qué presión!

Ahora bien, ¿a qué se debía esta preocupación por cometer alguna equivocación desde mi rol de madre? Todo animal sabe instintivamente cómo cuidar de sus crías. De igual manera, yo había experimentado en diversas oportunidades de mi vida lo bien que se sentía el saber que quería hacer algo de una forma y no de otra. No obstante, en aquel momento me resultaba difícil confiar en mis instintos. A menudo, me cuestionaba si mis decisiones eran por intuición propia o tal vez un pensamiento heredado, una idea aprendida.

¿Acaso estaba repitiendo con mis hijos lo que mis padres habían hecho conmigo?

En el transcurso del desarrollo humano, hemos acumulado una gran cantidad de basura educativa. Sin embargo, ¿qué es lo que realmente es basura y qué es lo que deberíamos conservar por su calidad? ¿Por qué algunas personas se sienten felices y otras sienten una sensación de penuria en cualquier situación?

Preguntas y más preguntas: ¿Cómo estás? ¿Qué piensas de ti mismo como padre o madre? ¿Qué es lo »bueno« o »correcto« en la crianza de los hijos? ¿Quién lo decide? ¿Por qué estás a menudo tan agotado, mientras que muchos otros parecen gestionar la paternidad con bastante facilidad? ¿Imaginabas que tu vida familiar sería muy diferente antes del nacimiento de tu primer hijo? Como madre o padre, ¿te sientes a veces impotente y confundido al escuchar las contradictorias y numerosas recomendaciones de quienes te rodean?, o, ¿siempre tienes la sensación de que las interminables tareas diarias te superan y no has conseguido hacer nada hoy?

En mi opinión, no nos preparan ni nos capacitan en los colegios ni en ningún otro lugar para lo que considero la tarea más importante de nuestras vidas: acompañar a nuestros hijos hasta la adultez. De repente, nos encontramos en medio de todo esto y, por si fuera poco, nuestros hijos parecen conocer cada una de nuestras heridas, nos desafían constantemente, nos llevan hasta nuestros límites, y a veces más allá. No es de extrañar que empecemos a dudar.

La buena noticia es que la capacidad de ser madre o padre es innata en todos nosotros. Tan solo que, como ocurre con todas las aptitudes que están latentes en uno, no nos convertimos en padres maduros de la noche a la mañana, sino que ser padre también hay que aprenderlo, practicarlo y experimentarlo poco a poco.

Este libro te muestra en pequeños y sencillos pasos cómo puedes mejorar constantemente el ambiente en casa y permitirte ser más tú mismo. También te enseña a aceptar y alentar la generosidad de tu hijo para que al final todos sean más felices.

LA REALIDAD: CUANDO EL SUEÑO DE TENER HIJOS SE CONVIERTE EN UNA PESADILLA

Diariamente, en el fondo de nuestra mente, pasan sin parar varios pensamientos, y aproximadamente el 95 % de ellos son los mismos que en el día anterior. Para la mayoría de las personas, estos pensamientos no son muy amables y positivos, sino que, por el contrario, son degradantes e hirientes, tanto para ellos como para sus hijos. Es posible que a veces te escuches diciéndote frases o palabras negativas como »¡Idiota!« o »¡Típico de ti otra vez! Nunca puedes mantener la boca cerrada«. Así también, frases negativas con las que reprochas a tus hijos, como »¿No puedes tener cuidado?« o »¡Siempre lo estropeas todo!«.

Estas frases negativas nos hacen tanto daño a nosotros como a nuestros hijos. Ante tal actitud de desprecio, por favor, hazte las siguientes preguntas: ¿Qué pasará si sigues así? ¿Cómo crecerán tus hijos y con qué autoestima entrarán a la adultez? ¿Qué amigos elegirán? ¿Qué profesión ejercerán? ¿Tendrán éxito en lo que hacen? ¿Cómo se enfrentarán a los desafíos? ¿Cómo se relajan en casa? ¿Qué deportes practican? ¿Hacen algún tipo de deporte? ¿Les gusta escuchar o hacer música? ¿Cómo se alimentan? ¿Qué pareja escogerán? ¿Qué habilidades de pareja han adquirido que tú o ustedes como pareja les han enseñado?

Este libro ha sido escrito con el propósito de que todo el cuestionamiento mental que acabas de hacerte se quede solo en eso y pronto puedas sustituirlo por pensamientos claros que enriquezcan constructivamente tu realidad familiar. Este libro debería ayudarte a alcanzar y disfrutar un poco más cada día de la vida que quieres para ti, tu pareja y tus hijos.

Afortunadamente, esto es mucho más fácil de lo que se piensa en este momento. Porque, aunque no lo creas, actuando de forma diferente, el ambiente en casa mejorará rápidamente. ¿No sería maravilloso levantarse por la mañana y saltar de la cama lleno de entusiasmo por iniciar un día destinado a disfrutar de tu alegría de vivir y la de tus hijos? ¿Cómo se pueden dar cada vez más situaciones cómicas y permitir que algunas cosas salgan mal? ¿Cómo se puede acceder mejor a la flexibilidad y a la creatividad? ¿Qué significarán estos cambios para sus hijos? Entonces, ¿cómo te recibirían? ¿Cuánta confianza tendrán en sí mismos? ¿Cómo de diferentes serían sus vidas? ¿Seguirían conservando como adultos la alegría de vivir propia de los niños? ¿Cómo recordarán su infancia más adelante, y qué significará eso para sus propios hijos?

Este libro, que contiene instrucciones paso a paso, ha sido creado para que todas las ideas positivas que acaban de surgir en ti al pensar en estos interrogantes puedan hacerse realidad. Porque sí es posible que todos ustedes (tú, tu pareja y cada uno de tus hijos) sean felices, a pesar de que las circunstancias de tu pasado y tu presente no sean las ideales.

En las generaciones pasadas, muy a menudo, los padres se comportaban como dictadores (por lo general, el padre, aunque no pocas veces también la madre). Los niños recibían órdenes que debían obedecer en todo momento, mientras que los padres determinaban e imponían su voluntad en todos los aspectos. Actualmente, cada vez con más frecuencia, los niños se convierten en dictadores. El hecho más destacado que presencié al respecto fue el de una familia en la que la hija de apenas nueve años hablaba de su padre únicamente en tercera persona. Por ejemplo, le preguntó a su madre: »¿Qué hace él aquí otra vez? Que se vaya, no quiero verlo«.

En este libro aprenderás de qué manera padres e hijos pueden encontrar un término medio ideal en este aspecto, porque, así como no queremos que nuestros hijos se conviertan en dictadores, tampoco queremos serlo nosotros. Después de todo, muchos de nosotros hemos sufrido las consecuencias de padres o profesores dominantes. Exploremos juntos esta vía intermedia de amor y liderazgo, una vía que establece límites claros sin ser abusiva, violenta ni viciosa.

En primer lugar, describiré lo más importante, para que quede grabado en tu corazón mientras sigues leyendo lo demás. Desde mi punto de vista, ser padre significa: cuidarse bien y observarse con ojos bondadosos, ser un buen modelo para los hijos, prestarles atención y cuidados e interesarse por lo que hacen.

»INSTRUCCIONES DE USO« DEL LIBRO

Este libro es una propuesta: tú deberás elegir lo que necesitas, cuestionar y comprobar cuidadosamente si lo que lees se ajusta a ti, a tu hijo y a tu familia. Cada niño, cada persona es diferente. Aquello que funciona para un niño puede no funcionar en absoluto para otro. Así que no me escuches a mí, no escuches a nadie más, más bien escucha tu corazón de madre o padre. Por encima de todo, quiero animarte a que te conviertas en la madre o el padre que llevas en tu corazón, en el mejor que puedas ser para tu hijo, alguien que esté lleno de amor hasta los huesos.

Antes tenía la costumbre de pedirles a mis hijos hacer algo que yo deseaba que hicieran, tardé dos o tres años en perder esa costumbre y ahora les digo directamente: »¡Por favor, vayan a lavarse las manos ahora!«. Te garantizo que conseguirás lo que quieres más rápido. No aprenderás a nadar o un nuevo idioma si solo practicas tres veces.

Así que sé amable contigo mismo, permítete cometer errores e imagínate a los 95 años en un sillón mirando con bondad esa situación.

Lo maravilloso de este libro es que: yo no horneo pan por ti, ¡te enseño a hornear pan! Me refiero a que, en este libro, te describo una y otra vez cómo funciona nuestro cerebro o cuál es el significado que hay detrás de un determinado comportamiento, para que al final tú mismo sepas qué es lo mejor para ti y para tus hijos en cualquier situación crítica. Lo hago en pasos sencillos, pequeños y desde diferentes perspectivas para que puedas recordar el contenido. Debido a que algunos cambios, como por ejemplo la forma de dirigirte con tu propio lenguaje (utilizar »a mí« en vez de »a uno«) influyen en diferentes ámbitos de la convivencia, estos se mencionan reiteradamente en el libro, por ejemplo. Se aborda la pregunta “¿Cómo puedo acompañar a mi hijo hasta la adultez?” desde diferentes perspectivas, con el objetivo de que tengas una idea más clara de lo que es necesario para que se desarrolle una relación entre tú y tus hijos que beneficie a la familia durante toda la vida.

Me he asegurado de que cada capítulo sea independiente, de modo que se puedan leer los capítulos en diferente orden. En función del tiempo que tengas, te será posible leer el libro de principio a fin o pasar directamente a las situaciones cotidianas complejas (o al capítulo sobre la ira en la parte final del libro) para poner en práctica primero los consejos más concretos. Guíate por el índice para leer lo que más te llame la atención. Asimismo, encontrarás en cada capítulo una serie de frases destacadas que te ayudarán a integrar en tu vida cotidiana lo que has leído. Es posible que notes una u otra frase que te suene familiar. Con este mismo propósito, al final del libro se incluye una lista de todas las frases mencionadas en el mismo, de esta manera, podrás encontrarlas fácilmente y también tener la oportunidad de reconocer el capítulo correspondiente y releerlo.

El primer capítulo está compuesto por dos partes. La primera parte trata acerca del comportamiento básico de aceptación y, la segunda, sobre conocer de dónde venimos, de qué cultura familiar, de qué cultura nacional, de qué generación, entre otros aspectos; con el fin de lograr una mayor comprensión tanto de nosotros mismos como de nuestros padres, aunque hayan sido o sean »imposibles« desde nuestro punto de vista.

El segundo capítulo consiste en las diferentes relaciones dentro de la familia; con uno mismo, con la pareja y con los hijos. Una vez que seamos conscientes de que todas estas relaciones son importantes, la convivencia en familia será mucho más exitosa.

El tercer capítulo es especial, porque en él expongo los resultados de una recopilación realizada por investigadores de los deseos que tienen los niños con respecto a sus padres, Resume de manera clara y concisa el punto de vista de los niños, por eso he querido colocarlo en el centro de mi libro, para que puedas leerlo una y otra vez.

El cuarto capítulo es el más concreto, con consejos prácticos y de uso inmediato para situaciones cotidianas. Allí también explico los fundamentos del funcionamiento del cerebro, ya que en muchas situaciones la forma en la que este funciona define de manera automática cuál comportamiento tiene más sentido en un momento determinado y cuál no. Al final del capítulo, hay una explicación detallada de las situaciones cotidianas que resultan complejas para la mayoría de los padres.

El capítulo cinco consiste en celebrarnos a nosotros mismos y a nuestros hijos tan a menudo como sea posible, aunque los éxitos sean muy pequeños. Cuando leas sus páginas, podrás descubrir por qué esto es importante.

El capítulo seis es mi razón, mi impulso para todo lo que hago: en el consultorio, para la academia y en mi tiempo libre. Tengo la profunda convicción de que los seres humanos somos capaces de llevarnos cada día mejor entre nosotros, con más paz, aprecio y calidez. La familia es el »núcleo principal« de toda sociedad, es la base de cualquier cambio, la base de la que partimos y el refugio al que idealmente podemos volver en cualquier momento.

Un comentario sobre el género gramatical utilizado: para la escritura de este libro decidí utilizar algunas veces el género femenino y otras el masculino, o mencionar explícitamente a ambos padres. Sin embargo, en muchas ocasiones terminé utilizando el género gramatical masculino porque algunos lectores consideraron que permitía una lectura más fluida. Por eso, les pido, desde el fondo de mi corazón, que todos se sientan representados e incluidos, porque es lo que pretendo.

»Creo que el mayor regalo que puedo recibir de alguien es que me vea, me escuche, me comprenda y me conmueva. El mayor regalo que puedo dar es ver, oír, comprender y conmover a la otra persona. Cuando esto ocurre, se crea una relación«.

Virginia Satir 1

1 EN NUESTROS CORAZONES SABEMOS QUÉ ES LO CORRECTOT

¿Cómo podemos evitar los métodos de crianza negativos de nuestros antepasados para encontrar nuestros sueños y nuestro verdadero hogar, el »aquí y ahora«?

1.1LA IDEA DEL AMOR

Las personas que en su infancia no recibieron un buen trato por parte de sus padres suelen albergar el deseo de actuar de manera completamente distinta con sus propios hijos. Ante esta idea, piensan que »por supuesto, así debe ser. Cuando sea madre o padre, haré todo de manera diferente«. Sentimos en el fondo de nuestro corazón, el cual repercute en nuestro ejercicio diario de ser padres. En nuestros corazones sabemos qué es lo correcto.

No obstante, cuando la realidad cotidiana nos atrapa, nos damos cuenta de que no podemos ser lo que realmente somos en nuestro corazón: los mejores y más cariñosos padres del mundo. Y, cuando no lo somos, con frecuencia, nos sentimos insatisfechos con nosotros mismos. De ahí que, luego, impulsados por nuestra frustración, regañamos a nuestros hijos, somos groseros o nos comportamos de forma injusta para, posteriormente, arrepentirnos de nuestro comportamiento o sumirnos en la vergüenza: ¿Cómo pudo ocurrir eso? ¿Por qué no pude demostrar una actitud amorosa? A veces concluimos que es porque nuestros hijos son muy problemáticos; en otras ocasiones, nos crucificamos innecesariamente. Caer en esto no nos ayuda ni a nosotros ni a nuestros hijos.

La solución a este problema reside en cambiarla idea que tenemos del amor. Al principio, suele ocurrir que nos amamos mucho como pareja y deseamos tener un hijo juntos que nazca de este amor y crezca en él. Imaginamos que nuestra paternidad y nuestra vida familiar son ideales y maravillosas. ¡Debería ser como en nuestra imaginación! Sin embargo, la realidad es muy diferente a nuestros sueños románticos. Por ejemplo, son muchos los padres que no consiguen querer a sus hijos o que no los quieren al principio; es un tema tabú del que apenas se habla. Algunos padres primerizos afrontan con bastante facilidad la transición de una pareja sin hijos a una familia, otros tienen menos éxito o no lo afrontan en absoluto. Cualquiera que sea el caso, el primer año de vida de un niño supone, para la mayoría de los padres, un cambio de perspectiva drástico, cuyo alcance nunca habrían creído posible antes del nacimiento del niño. No es de extrañar que muchos padres afirmen en retrospectiva que tienen dos vidas, una antes y otra después de tener hijos.

Aunque, no importa con qué esperanzas y expectativas comience la vida familiar, la mayoría de los padres cuidan de sus hijos sin condiciones, atienden sus necesidades y se sienten tan cómodos como sea posible. Dado que los bebés aún no pueden decir lo que necesitan, los padres observan a su hijo muy de cerca y hacen todo lo posible para satisfacer sus necesidades.

Sin embargo, de manera repentina, cuando se acerca el primer cumpleaños del niño, ocurren varias situaciones al mismo tiempo, tanto por parte del niño como del adulto: dejamos de ser capaces y de querer centrarnos exclusivamente en las necesidades de nuestro hijo, y eso es algo positivo. Nuestros hijos desarrollan su propia autonomía y la expresan con claridad. ¡Las peleas se vuelven inevitables!

Con frecuencia sobrepasamos nuestros límites, a veces demasiado, para mantener la paz, y es así como, antes de darnos cuenta, estamos comportándonos como nuestros propios padres, ¡aunque, en su momento, juramos que nunca seríamos así con nuestros hijos!

La reincorporación de los padres al mundo laboral supone un estrés adicional para la familia. Repentinamente, mamá tiene que salir puntualmente de casa por la mañana y se molesta cuando su hija no quiere vestirse. Además, ya no hay tanto tiempo de descanso como antes, y las numerosas tareas cotidianas como cocinar, lavar, hacer compras, completar la declaración de impuestos o llevar el auto al mecánico, ahora deben realizarse con los hijos y el trabajo. Todo aquello que antes nos complicaba, ahora hay que hacerlo de forma aún más eficiente. Si los hijos no »colaboran« debidamente, es posible que nos impacientemos o nos enfademos, y a menudo nada funciona.

En torno al primer año, tu hijo ya puede hacer mucho: gatea, empieza a caminar y a decir algunas palabras. Además, busca experimentar estas habilidades a su manera.

Mediante las pocas palabras y sus expresiones faciales y gestuales puede »decir« con mucha precisión lo que quiere y lo que no quiere. Puede moverse por sí mismo y decidir en qué dirección quiere hacerlo. A la edad de un año comienzan las rabietas, porque no todo sale como la princesa o el príncipe quiere.

Para los niños, esta época supone una gran adaptación. Desde que nacieron, todos sus deseos han sido solventados y ahora, de repente, tiene que seguir a sus padres porque ambos vuelven a trabajar y hay estructuras diarias establecidas. ¡No es justo! No es de extrañar que muchos niños se enfaden ante estos cambios.

1.2¿CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTO?

Durante esta crítica fase de cambio, muchos padres se encuentran deseando que su amado hijo se vaya a la luna por horas, días o semanas, o preguntándose cuándo podrán dejarlo en manos de los abuelos por una tarde. La realidad nos ha atrapado. El trabajo empieza temprano, tu hijo tiene que estar en la guardería a tiempo, pero ahora, precisamente, tu amado hijo tiene una rabieta porque algo no va como lo había imaginado. En ese momento, es posible que le grites o te escuches a ti mismo diciendo las malas palabras que tu madre o tu padre te dijeron algún día.

Además, hay más discusiones con tu pareja ideal, por pequeñeces que de repente dejan de serlo: falta de sueño, mala alimentación, pocos descansos, conversaciones infantiles en lugar de conversaciones maduras. ¿Cuándo fue la última vez que tuviste tiempo para ti? ¿Tiempo con tu pareja? ¿Cuándo fue la última vez que estuvieron juntos? Además, hace años que no te reúnes con tus amigos. Simplemente, hay muy poco de TODO. Sin olvidar la tan necesaria tranquilidad. Pero, ¿cómo obtenerla?

1.3¡AYUDA!, SOY COMO MIS PADRES

¿Cómo nos convertimos en las personas que somos actualmente? En los primeros años de nuestra vida, somos »moldeados« por nuestros padres, nuestro entorno y la sociedad. Hasta los seis o siete años casi todo lo que escuchamos o vemos entra en el subconsciente más o menos sin filtrar. »Entra por una oreja, se queda en la cabeza«.

Así que, con la leche materna, por así decirlo, absorbemos los hábitos y las opiniones de nuestros padres, el entorno cercano y la sociedad. Copiamos los movimientos corporales, las expresiones faciales, los gestos, la elección de palabras, las frases y las formas de actuar de nuestros padres y los incorporamos en nuestro subconsciente. A partir de los seis años, o antes, según el desarrollo del niño, con la ayuda de nuestra conciencia, podemos filtrar parte de este contenido y rechazarlo si pensamos »no, eso no está bien«.

Sin embargo, nuestro subconsciente no puede hacer eso, sino que absorbe todo el contenido entrante sin cuestionarlo. De este modo, adoptamos de manera inconsciente el modo de vida de nuestros padres: nos acostumbramos a la comida que nos dan y, por lo general, nos acaba gustando más que el resto. Puede que también, como ellos, nos acostumbremos a llegar siempre tarde o a hacer deporte con regularidad. Por ejemplo, con el paso de los años adquirimos sus puntos de vista, su forma de afrontar las enfermedades o sus creencias, tales como »nunca tendremos dinero« o »si te comportas así, fracasarás en la vida«. Las creencias de nuestros padres se convierten en propias: »Esfuérzate más« gradualmente se convierte en »No soy lo suficientemente bueno«.

Cuando nos preguntamos cómo tratamos a nuestros hijos, nos avergonzamos al darnos cuenta de que hacemos algunas cosas como nuestros padres. Incluso, es más incómodo cuando nuestra pareja nos lo hace saber. Preferimos silenciar este tipo de críticas. Al fin y al cabo, ninguno de los dos quiere que nuestros hijos hereden un peso en forma de hábitos familiares.