Cómo Sobrevivir los Años de la Adolescencia - Raymond S. Goodman - E-Book

Cómo Sobrevivir los Años de la Adolescencia E-Book

Raymond S. Goodman

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Beschreibung

¿Alguna vez te has preguntado si estás haciendo lo correcto cuando estás tratando con tus hijos adolescentes? ¿Qué errores podrías estar cometiendo durante esta etapa que podrían tener un gran impacto en el futuro? ¿Deseas comprender mejor los cambios de humor de tus hijos y cómo ser un mejor apoyo durante este periodo crítico? Entonces sigue leyendo…

"La juventud es una etapa efímera, pero sus lecciones perduran para toda la vida". - B.B. King

Como tutor de una persona que está pasando por la locura que puede llegar a ser la adolescencia seguramente has experimentado momentos de mucha tensión, incomodidad, desilusión, por decir algunas. 

Tenga la seguridad de que no ha fallado como padre, simplemente quizás lo único que necesita es un poco de ayuda. El mundo del conocimiento paternal está en constante crecimiento y sus propios saberes deben adaptarse a este cambio; nunca es tarde para mejorar sus habilidades. Sin embargo, seguro te preguntas una y otra vez “¿cómo asegurarme de que estoy haciendo lo correcto?”

Los años de adolescencia son de las etapas más difíciles de la paternidad, sin importar qué tan bien se haya portado su hijo o hija durante la infancia. Se comportará de manera terca, grosera y será imposible razonar con él o ella, sin importar cuánto lo intente.

Además, durante la adolescencia, es más propenso a sufrir cambios de humor inexplicables que tomarán desprevenidos incluso al padre o madre más experimentado.

En este libro, descubrirás: 

  • Herramientas poderosas para realizar cambios positivos y significativos en tu relación padre e hijo que podrá llevarla a mejorar a largo plazo. 
  • Los secretos detrás de los comportamientos más enigmáticos de los adolescentes.
  • Las estrategias de crianza más modernas para mejorar sus habilidades de comunicación y establecer límites positivos. 
  • Aprende a cómo instruir a través del consejo y el trabajo en equipo más que el control total. 
  • Y mucho más…

Varios estudios han demostrado que los adolescente que reportan tener una buena comunicación con sus padres tienden a experimentar menos estrés y tienen mejor rendimiento académico.

La adolescencia es una fase de cambios cerebrales significativos, lo que puede explicar la tendencia hacia comportamientos impulsivos y la búsqueda de emociones. 

Investigaciones respaldan que el apoyo emocional y la comprensión de los padres son claves para el desarrollo del autoestima en los adolescentes.

¡Conviértete en el guía que tu hijo necesita! Aprendan juntos a navegar su adolescencia de la mejor manera ¡Desplaza hacia arriba y añade al carrito de compra!

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Veröffentlichungsjahr: 2024

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CÓMO SOBREVIVIR LOS AÑOS DE LA ADOLESCENCIA

Una Guía para Padres para Afrontar una de las Etapas más Difíciles en la Crianza de Hijos

RAYMOND S. GOODMAN

© Copyright 2024 – Raymond S. Goodman - Todos los derechos reservados.

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- Tomado de una Declaración de Principios que fue aceptada y aprobada por unanimidad por un Comité del Colegio de Abogados de Estados Unidos y un Comité de Editores y Asociaciones.

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Todas las marcas comerciales dentro de este libro se usan solo para fines de aclaración y pertenecen a sus propietarios, quienes no están relacionados con este documento.

Índice

Introducción

1. Una recorrido por el cerebro adolescente

2. El lado positivo de la adolescencia

3. El lado frustrante de la adolescencia

4. Cómo comunicarse efectivamente

5. Cómo mejorar la relación con el adolescente

Conclusión

Introducción

Todos hemos pasado por ello: una reunión familiar a la que asisten parientes que solo vemos un par de veces al año; tal vez sea para celebrar algún día festivo o alguna otra ocasión especial, por lo que es un evento que se lleva anticipando con tiempo. Todos están disfrutando de alguna comida hecha en casa o se encontraron en otro lugar para una cena más formal. De cualquier modo, el ambiente es cálido y reconfortante. Todos ríen, comen y disfrutan sus conversaciones, excepto una persona.

Cuando voltea a ver a su hijo o hija adolescente, se encuentra con una vista desafortunadamente típica: aquel niño o niña que antes era feliz y entusiasta está aburrido, desanimado y viendo a sus familiares con mala cara.

Cuando varios de los adultos intentaron sacarle conversación, no recibieron más que respuestas cortas u ojos en blanco. Y, peor aún, el joven está tan sumido o sumida en su teléfono que ignora todo lo que sucede a su alrededor. Usted siente frustración al mismo tiempo que vergüenza por no saber cómo controlar la actitud desafiante.

Los años de adolescencia son de las etapas más difíciles de la paternidad, sin importar qué tan bien se haya portado su hijo o hija durante la infancia. Aquel niño inocente se ve reemplazado por un alguien que, manejado por las hormonas, buscará independizarse a través de cualquier medio posible. Se comportará de manera terca, grosera y será imposible razonar con él o ella, sin importar cuánto lo intente. Además, durante la adolescencia, es más propenso a sufrir cambios de humor inexplicables que tomarán desprevenidos incluso al padre o madre más experimentado.

Por otra parte, los berrinches de bebés son nada en comparación a los conflictos de poder que suceden durante esta etapa, y es fácil que los padres se sientan abrumados e incapaces de lidiar con un adolescente que está empeñado en que cualquier situación se lleve a cabo a su manera.

Parece que su energía para desafiarlos no tiene fin. Estos conflictos pueden llevarle a dudar de sí mismo y a sentirse desesperanzado, pues tiene la sensación de que le falló al momento de criarle.

Tenga la seguridad de que no ha fallado como padre, simplemente necesita un poco de ayuda. Ya sea que haya criado a un adolescente antes, o esta sea su primera experiencia, usted se verá beneficiado al explorar nuevas maneras de comunicarse con su adolescente.

El mundo del conocimiento paternal está en constante crecimiento y sus propios saberes deben adaptarse a este cambio; nunca es tarde para mejorar sus habilidades.

Criar a un hijo o hija durante sus años de adolescencia puede ser una experiencia aislante para muchos, así que es importante recordar que no está solo o sola. La gran mayoría de los padres están pasando por las mismas pruebas y retos que usted está experimentando ahora mismo. El hecho de que haya decidido acudir a este libro demuestra que su adolescente le importa lo suficiente como para ser el mejor padre o madre posible, y la motivación es uno de los ingredientes esenciales para el éxito de cualquier aventura.

Este libro le ayudará a expandir su conocimiento sobre los mecanismos internos de la mente juvenil, lo que le permitirá ver el mundo desde la perspectiva de su hijo o hija. Se dará cuenta de que su comportamiento es más biológico de lo que piensa, y no tan intencional como cree. Asimismo, aprenderá sobre las etapas del desarrollo cerebral y qué conductas esperar de esta en específico. Dicho conocimiento científico le ayudará a realizar cambios positivos y significativos en su relación padre e hijo que le otorgarán resultados a largo plazo, pues, durante la adolescencia, una relación sana y bien balanceada se transformará hacia la adultez en una relación cálida y amigable; será un lazo profundo que durará por el resto de su vida.

Además, este libro le ofrecerá nuevas herramientas de crianza que podrá implementar inmediatamente para mejorar sus habilidades de comunicación y establecer límites positivos. Aprenderá cómo instruir a través del consejo y el trabajo en equipo más que del control total. Como resultado, podrá formarse y ser el balance perfecto entre amigo y mentor, lo que le llevará a fomentar un sentido de respeto y confianza mutuo.

El éxito parental, más allá del conocimiento, depende de la fe que se tenga en usted mismo. Crea firmemente en que usted es la persona indicada para criar a su adolescente, pues le conoce mejor que nadie: estuvo a su lado durante toda su niñez. Usando las herramientas sobre las que aprenderá en este libro, será capaz de ayudarle a atravesar esta etapa también. Todo es posible con esfuerzo y consistencia.

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Una recorrido por el cerebro adolescente

¿Alguna vez se ha preguntado por qué su adolescente puede estar feliz en un momento y triste al siguiente sin explicación aparente? ¿Alguna vez se ha sentido dolido y confundido por algo que su adolescente le dijo en un súbito ataque de ira? Es posible encontrar la respuesta en el interior de su cabeza: la naturaleza volátil del comportamiento adolescente se debe a los radicales cambios en el cerebro que se llevarán a cabo por casi una década.

Luego de la infancia, la adolescencia es el segundo periodo de cambio más prominente y significativo para el desarrollo del cerebro humano. Durante esta etapa, casi toda parte de este órgano atraviesa un cambio, lo que influencia la manera en que el joven procesa y autorregula sus emociones y toma decisiones. Además, el cerebro desecha las conexiones obsoletas y fortalece aquellas que se mantienen.

Estos cambios ocurren en una serie de pasos, y cada uno afecta la manera en que su hijo o hija se aproxima y se comporta en cualquier tipo de relación. También, impactará sus prioridades internas, lo que se refleja en sus procesos de pensamiento y en sus motivaciones. En consecuencia, la actividad cerebral dejará al adolescente malhumorado, emocional y a veces será difícil razonar con él o ella. Sin embargo, estos hábitos temperamentales se resolverán por su cuenta hacia el final de esta etapa.

Ciertos sinsentidos juveniles adquirirán claridad una vez que descubra lo que yace en sus núcleos; aprender sobre su desarrollo cerebral le dará una mejor idea sobre qué esperar de su hijo o hija sin importar en dónde se encuentre dentro este largo viaje. La preparación es su mejor defensa en contra de los retos impredecibles durante los años de la adolescencia.

Los complejos procesos que dominan el cerebro juvenil pueden resultar en decisiones precipitadas y patrones extraños de comportamiento. De cualquier manera, usted puede usar sus nuevos conocimientos para adoptar hábitos que le ayudarán a navegar su tumultuosa manera de pensar.

Por ahora, se recorrerá lo básico.

El cerebro humano adquiere el 90% de su tamaño adulto antes de la pubertad, por lo que la adolescencia no conlleva ningún cambio significativo en cuanto a su tamaño. La diferencia física más notable en el cerebro es el aumento del número de pliegues visibles en su superficie, lo que ocasiona que se actualicen las conexiones de su red neural; mientras estas uniones se refinan cada vez más, se establecen bases más fuertes para el pensamiento crítico avanzado y la capacidad de razonamiento que surgirá en la adultez.

El cerebro atraviesa esta etapa empezando desde la parte de atrás hacia la de adelante; esto implica que la primera mitad de la adolescencia será más impulsiva que la final, porque las partes del cerebro localizadas en lo profundo de la zona trasera son las responsables de las emociones primitivas. Los jóvenes que empiezan a atravesar esta etapa son más descontrolados que sus contrapartes mayores, pues las zonas más activas de su cerebro están en el sistema límbico que controla los comportamientos a los que se acuden para sobrevivir. Dicho sistema es susceptible a estímulos emocionales y las interacciones sociales lo mantienen alerta, lo que puede ser tan bueno como malo.

Una parte fundamental del sistema límbico es el hipotálamo, que se encuentra constantemente activo durante la pubertad. Es el responsable de varias de nuestras respuestas a sucesos que se llevan a cabo en nuestro ambiente y también controla las manifestaciones físicas de emociones básicas como el miedo y el enojo.

El aumento de actividad en esta región llega a su cúspide en la adolescencia temprana, lo que explica por qué su hijo o hija, durante los doce a los catorce años, empieza a ser más sensible a la ansiedad y la frustración, pues es más susceptible a responder a estas intensas olas de emociones que desatan fuertes reacciones físicas que a los pensamientos lógicos.

Las interacciones sociales adquieren un profundo significado para el adolescente al inicio de esta etapa y continúan siendo la base para su autoestima durante toda su duración.

Nuevamente, esto se debe a la tendencia del sistema límbico de acudir a tácticas de supervivencia primitivas. Como resultado de este cambio de prioridades, el cerebro del adolescente consolida el significado de su presencia dentro de la esfera social y profundiza su entendimiento de las relaciones que mantiene con las personas a su alrededor. Por lo tanto, las partes del cerebro que se encargan de recompensar y castigar responden de manera positiva a interacciones sociales sanas, lo que estimula el deseo de buscarlas y recrearlas.

Debido al incremento de este interés por socializar, su hijo o hija demostrará significantes reacciones adversas al rechazo y la frustración, por lo que hará lo que sea para evitarlas.

Un repunte agudo acompaña los años de la adolescencia temprana, particularmente de la sensibilidad hacia la presión social. De manera similar, mientras su habilidad para crear planes y tomar decisiones se refina cada vez más, los jóvenes empezarán a pulir sus habilidades sociales, tales como el entendimiento de su lugar en un grupo social y la navegación de las jerarquías en este. Encontrar un espacio dentro de la sociedad era una cuestión vital para los humanos primitivos, por lo que tiene sentido que el joven se preocupe tanto de mantener el estatus quo con sus similares.

Más allá de la expansión de las habilidades sociales, otra cuestión que se desarrolla drásticamente es el razonamiento abstracto. Varios estudios demuestran que una vez que el adolescente llega a los quince años, los patrones que siguen al momento de tomar decisiones de situaciones hipotéticas no son tan diferentes como los que utilizan los adultos. Esta comparación demuestra que desde antes de que lleguen a la adultez, ya son capaces de tomar decisiones lógicas al momento de hacer planes. Mientras más se acercan al final de esta etapa, dicho tipo de pensamiento reemplaza a la manera de pensar más impulsiva que predominó durante el inicio.

El comienzo de la pubertad crea un cambio en cómo el adolescente aprende y procesa las memorias.

Esto se debe al incremento de la cantidad de células que se encuentran dentro del hipocampo, una parte diminuta del sistema límbico que afecta la manera en que se asimila y retiene nueva información. Existen estudios que sugieren que este súbito aumento de producción de células ocasiona que el cerebro juvenil sea mucho más apto al aprendizaje que uno adulto, lo que no hace más que enfatizar la importancia de la educación durante este marco de tiempo. Mientras más se adentra a la adolescencia, la habilidad de aprendizaje de su hijo o hija aumentará junto con la capacidad de crear nuevas memorias. Dicho desarrollo puede que haya ayudado a los humanos primitivos jóvenes a adaptarse rápidamente a la vida sin la protección de sus padres.

Sin embargo, este incremento no es permanente. Estudios más avanzados sugieren que estas nuevas células dentro del hipocampo solo sobrevivirán si el individuo tiene un firme enfoque en aprender durante la pubertad y si retiene una gran variedad de material nuevo. Como padre o madre, usted puede ayudar a su hijo o hija a tomar ventaja de este aumento de la habilidad para aprender, animándole a estudiar y a leer sobre cualquier tema. Claro está, algunos jóvenes son mejores en retener información que otros, pero todo joven es capaz de intentarlo.

Los años de la adolescencia tardía vienen con una significante solidificación de la identidad y un aumento gradual en los cambios de humor.

Este desequilibrio de emociones se debe al aumento de la actividad del lóbulo frontal y su consecuente maduración, lo que con el tiempo le lleva a estabilizar sus rasgos de personalidad y sus motivaciones internas. Dicha estabilización se lleva a cabo lentamente y puede que no se termine de consolidar hasta una edad más avanzada. No obstante, lo más probable es que usted logre notar una mejora en el comportamiento de su hijo o hija una vez que alcance los diecisiete o dieciocho años. Estos avances tienen más oportunidad de llevarse a cabo si usted toma un rol activo en ayudarle a controlar sus impulsos y a tomar decisiones sensatas.

Aunque esta etapa traiga consigo avances emocionantes en el desarrollo cerebral, hay un obstáculo significante. Basándonos en investigaciones más recientes, existe un alto riesgo de que el adolescente desarrolle problemas de salud mental; riesgo que se mantiene constante hasta la adultez temprana.