Corridos tumbados - José Manuel Valenzuela Arce - E-Book

Corridos tumbados E-Book

José Manuel Valenzuela Arce

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Beschreibung

En tiempos recientes, los corridos tumbados han emergido como un fenómeno musical sin parangón. Su extraordinario éxito radica en la ingeniosa fusión de tradiciones que van desde los corridos tradicionales al rap y el trap, con íconos como Peso Pluma, Natanael Cano, Fuerza Regida, Luis R. Conriquez y Eslabón Armado, todos arraigados en las ricas y a menudo polémicas narrativas de la narcocultura. Sin embargo, más allá de su carácter musical, los corridos tumbados son un reflejo del deseo y el anhelo de una generación. Son la voz de millones de jóvenes que buscan, a través de sus melodías y letras, un escape a las aspiraciones frustradas, y que ven en estos ritmos la promesa de un estilo de vida soñado, pero a menudo inalcanzable. Estas canciones hablan un lenguaje coloquial y presentan fusiones musicales que no solo resuenan en los oídos de aquellos familiarizados con el rap o lo regional, sino también en aquellos para quienes la violencia y el universo del narco son paisajes cotidianos. Este libro revela la potente influencia social de la narcocultura, poniendo de manifiesto cómo el narcomundo se ha convertido en un referente esencial en la construcción de la vida, la muerte y, sobre todo, la identidad. Como el reconocido corridista y musicólogo Juan Carlos Ramírez Pimienta menciona en el prólogo: «en México, el corrido es cosa de jóvenes».

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Corridos tumbados

© José Manuel Valenzuela Arce, 2023

© Del prólogo: Juan Carlos Ramírez-Pimienta

© Del epílogo: Christian Fernández Huerta

© Diseño de cubierta: Daniel Bolívar

Primera edición: noviembre, 2023

Segunda edición: marzo, 2024

Derechos reservados para todas las ediciones en castellano

© Ned ediciones, 2023

Preimpresión:

www.editorservice.net

Esta edición ha contado con el apoyo de las siguientes instituciones:

eISBN: 978-84-19407-32-0

Impreso en México

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.

Ned Ediciones

www.nedediciones.com

Agradezco la colaboración de Miriam Rojo Pérez y Nancy G. Utley.

Índice

Prólogo

De belicosidades, violencias y tumbados: en México el corrido es cosa de jóvenes.

Peso pluma y la queso

Narcocorridos tumbados y belicones

Polvo, drogas y cristal

«Qué buena está esa morra»: las mujeres en los corridos tumbados

«No necesita un cabrón para sentirse amada»: las morras tumbadas

Corridos tumbados y mística popular

Pa’ todo el que vive recio se encuentra lista una fosa: presentismo intenso, narcocultura y corridos tumbados

Epílogo

Post scriptum

Glosario tumbado

Bibliografía

Catálogo de música consultada

Semblanzas curriculares

Prólogo

De belicosidades, violencias y tumbados: en México el corrido es cosa de jóvenes.

Juan Carlos Ramírez-Pimienta

El verano del 2023 visité Irlanda; concretamente su capital, Dublín. Al trasladarme del aeropuerto al hotel conversaba con el taxista, un irlandés de unos cincuenta años. Como es mi costumbre cuando viajo a un país con tradición de música narrativa, le pregunté dónde podría escuchar baladas. Las irlandesas son parientes lejanos de nuestros corridos y ambos descienden de la balada europea. Son historias que se contaban y se cantaban en las lenguas regionales desde al menos la Edad Media. El taxista me informó de un par de lugares. Enfatizó el bar Cobblestone, donde, me dijo, se reunían tres veces por semana los músicos mayores, los de la vieja guardia. Se quedó pensando, dubitativo, y luego de un momento agregó que en Irlanda solamente los turistas y las personas mayores escuchaban baladas. Riendo le respondí que yo encajaba sin problema en ambas categorías. Por supuesto que no me ofendí, pero sí reflexioné, o mejor dicho, continué una reflexión sobre la naturaleza del corrido mexicano, del más tradicional y del más contemporáneo.

Yo me dedico, en el sentido más elemental de mi investigación académica, a pensar el corrido. Lo pienso y también lo historizo. Así, puedo confirmar que el caso del mexicano es único entre los descendientes de la balada europea y también en el mundo. En muchas regiones se cantaban baladas, canciones narrativas, las que cuentan una historia que no es de amor (esas son canciones líricas). Entre muchos otros lugares se cantaban en Inglaterra, Escocia, Irlanda, Francia, Italia y, por supuesto, España. De ahí, de España, provienen nuestros corridos, de la balada española o del romance de este país. Los romances llegaron con los conquistadores. Bernal Díaz del Castillo, soldado de Cortes y cronista de la conquista, nos cuenta que, ante la expectativa de su aventura, todavía en el barco, su superior le había dicho: «Denos Dios ventura en armas como al paladín Roldán»; es decir, que habría usado un romance, el Romance de don Gaiferos, como fuente de inspiración ante la aventura en puertas.

Los romances tomaron carta de naturaleza en México y con el tiempo se convirtieron en corridos. Tuvieron su gran auge en la época de la Revolución mexicana. Los corridos de entonces continúan siendo muy estimados. Después, en la posrevolución, los principales estudiosos de este asunto extendieron su certificado de defunción. Empero, el género se negó a morir y continuó su desarrollo, sobre todo (aunque no exclusivamente) en el norte del país.

El corrido mexicano continúa hasta nuestros días. Se ha transformado, ha cambiado como todo organismo vivo. Ahora mismo cientos de personas están subiendo sus composiciones, sus corridos, a internet, a YouTube, a TikTok y a otras plataformas. Es más: en México esto es cosa de jóvenes. En Dublín visité algunos de los bares donde se toca música irlandesa, baladas de ese país. Al platicar con algunos de los tertulianos y con los músicos, se sorprendían les decía precisamente esto, que en México este tipo de canciones están entre las más solicitadas por los jóvenes, entre las más escuchadas por esta franja de edad. Son las que más descargan, de acuerdo con las estadísticas de las plataformas. No son cosa del pasado, como en Europa, como en Irlanda; en México es el presente. Aparecen en las noticias virales, en los memes, en los tiktoks, que se consumen por millones diariamente.

Un tema de discusión frecuente es la influencia del corrido en la sociedad. Para mí, la clave del asunto no es tanto pensar el influjo que tiene en la vida diaria, sino la que ejerce la vida diaria sobre el corrido. En un primer término lo cotidiano se refleja en el corrido; eventualmente también es lo contrario, pero el orden importa: primero hubo Revolución mexicana y luego hubo corridos de la Revolución; primero hubo narcotráfico y luego corridos de narcotráfico; primero hubo violencia y luego corridos bélicos.

Cuando se modifiquen las condiciones de nuestro país, considero que pueden suceder dos cosas: pueden cantarse corridos de otros temas más edificantes, más morales, más éticos; o bien pueden desaparecer como género, porque me parece que el corrido se alimenta de la violencia, de la injusticia, de la rebeldía. No creo que un país donde solo reine la felicidad pueda producir corridos, mucho menos que estos resulten exitosos. Antes se les llamaba tragedias. Ambos conceptos eran sinónimos, se usaban indistintamente. Repito: no creo que un país donde solo reine la felicidad pueda producir corridos, al menos no un corpus significativo. Pueden haber algunos aislados, pero sin eco, sin que a nadie, o a muy pocos, les interese.

Es importante destacar que México no solamente es el único sitio en el mundo que mantiene una tradición baládica viva. En este país este tipo de música tiene mucho éxito. En otros países si acaso se siguen cantando las baladas antiguas o quizás se escriban algunas pocas nuevas, en un intento por mantener viva una tradición; en México (y cuando hablo de México me refiero también al México de afuera) el corrido no es solo una tradición viva, sino que —y esto es muy importante— es también una industria, la principal industria musical del país, incluida en lo que usualmente se conoce como «música regional mexicana», que ahora quizá habría que denominar «música global mexicana». El corrido, o lo que asociamos con él, es el segmento más importante, el más próspero, un sector que genera muchos miles de millones de dólares.

A finales de abril e inicios de mayo del 2023 me comenzaron a llegar muchas peticiones de entrevistas para diversos medios tanto de Estados Unidos y Europa como de México, de la capital del país principalmente. Me pedían ayuda para entender el fenómeno de Peso Pluma, un suceso que había explotado en un lapso de muy pocas semanas. Quienes escuchamos la música regional mexicana, y particularmente el corrido, conocíamos ya un poco de su carrera, sobre todo por el escándalo que había causado su presentación en Culiacán a inicios de octubre del 2022. En ese momento un joven cantante poco conocido se presentó en esa ciudad, en un evento en el que se conmemoraba la fundación de la entidad. Detrás de él, mientras cantaba, se mostraba una imagen gigantesca de Joaquín Guzmán. Peso Pluma ni siquiera había sido anunciado en la publicidad del evento. No estaba programado, sino que había entrado de relevo cuando otro cantante canceló.

La nota salió en muchos diarios del país e incluso en algunos medios europeos. Eso fue a inicios de octubre. Unos pocos duetos después, pasados unos pocos meses, Peso Pluma se volvió muy popular, primero en México y Estados Unidos y luego a nivel mundial. Para finales de abril fue el invitado musical del programa The Tonight Show de Jimmy Fallon tras haber colocado una canción en el primer lugar internacional de la lista Billboard Global; de hecho, en mayo del 2023 tuvo durante algunas semanas al menos siete temas dentro de las treinta canciones más escuchadas. Todas iban en dueto con diversos artistas y estaban incluidas dentro de la etiqueta «corridos tumbados». Lo interesante es que varias de ellas, incluyendo la que llegó a primer lugar, «Ella baila sola», a dueto con el grupo Eslabón Armado, no es en sentido estricto un corrido, sino una canción de amor, de ligue.

Los corridos tumbados van dejando de ser canciones narrativas para ser canciones líricas o simplemente canciones. A partir de este cambio, gracias a una instrumentación novedosa y a tonadas muy bien ejecutadas, resulta el fenómeno musical mundial que es este tipo de música hoy en día. La gran ironía es que para que el corrido mexicano triunfe en todo el planeta pareciera que tiene que descorridoizarse, hacerse menos corridos, menos historia y más música, más tonada, más instrumentación. Los números que estamos viendo hoy demuestran que muchas personas que no hablan ni entienden español están descargando estas canciones.

Por otra parte, los corridos verdaderos, o lo que asociamos con esta idea, van a seguir produciéndose, continuarán siendo populares, pero considero que no van a poder competir en números con los tumbados o, de nuevo, con lo que asociamos con esa etiqueta. Va a ser un proceso similar al del reguetón de principios del milenio, al reguetón duro, que fue muy popular en Puerto Rico pero que no llegó a los números ni a la proyección de un Bad Bunny. Un concepto lo dice todo: se comercializó. Y cuando un género se comercializa, se diluye. Lo mismo está pasando con el corrido. Para usar una analogía, a este le está pasando lo que al tequila: esta bebida siempre fue muy popular en México y ahora lo es en todo el mundo, pero para lograr esto hubo que quitarle lo rasposo.

Corridos tumbados: narcocultura y presentismo juvenil

En este libro, José Manuel Valenzuela Arce regresa de manera formal al estudio del corrido. En realidad, nunca se ha ido, lo que ocurre es que su muy prolífica carrera académica lo ha llevado por otros derroteros culturales en los últimos lustros. Otros tópicos culturales lo tenían trabajando y viajando por todo el continente. De manera regular lo he encontrado en congresos en años recientes y siempre hablamos de nuestro tema en común: los corridos. Sabía que se mantenía al tanto de las nuevas modalidades musicales, pero francamente no me imaginé que estuviera tan adentrado en el asunto como el haber leído este libro me ha revelado.

Pionero de los estudios del narcocorrido con el citado libro seminal, más de veinte años después regresa con este nuevo ensayo: Corridos tumbados: narcocultura y presentismo juvenil. Como sabueso fino, retoma el rastro, mapea en este texto las raíces y las modalidades musicales adyacentes a lo tumbado. Armado con sabios conocimientos y gran agudeza intelectual, José Manuel sabe armar y desmontar el fenómeno tumbado. Su trabajo académico de años recientes, su inmersión en la tragedia de los juvenicidios, lo ha equipado de manera especial para examinar lo tumbado desde una perspectiva en la que otros pensadores del corrido francamente no podemos hacerlo, o al menos no como él.

Con unos pocos pero importantes conceptos como hiperconsumismo neoliberal, presentismo intenso o música regional mexicana, José Manuel nos va llevando a entender este nuevo fenómeno de la mexicanidad global. Porque, si de algo estoy seguro es de que estamos en los umbrales de un nuevo paradigma de la mexicanidad en el mundo, yendo precisamente de la música regional a la música global de este país. Estamos atestiguando el proceso de la transformación del español mexicano en una lengua franca musical mundial a través de los corridos tumbados. Debo confesar que yo veo este fenómeno en una luz más positiva que algunos de mis colegas. Los temas pueden ser poco edificantes para muchos, pero la capacidad de los jóvenes para resignificar el contenido y mensaje de las canciones y corridos no debe escatimarse. Lo tumbado podrá hablar de caminos cerrados a la movilidad social, de la superación a través del crimen, del empoderamiento necro; sin embargo, los jóvenes están resignificando el mensaje. Los psicólogos sociales llaman a este fenómeno «disonancia cognitiva», la desarmonía de dos ideas contrarias y coexistentes.

Consumir corridos bélicos o narcocorridos no es necesariamente vivirlos más allá del alucine que provocan en el momento de escucharlos como una fantasía musical de tres minutos. Se pueden cantar y no vivirse, se pueden reconfigurar. En el verano del 23 una canción nos mostró de manera clara este fenómeno. Si bien no fue tan escuchada como «Ella baila sola» (el tema más escuchado del verano en todo el mundo), «Dijeron que no lo iba a lograr», composición de Chino Pacas y de Jesús Ortiz Páez, explotó en México y sobre todo en Estados Unidos desde el mes de marzo del 2023. Esta canción ha sido un megaéxito de la manera en que lo eran antes de los trancazos de Peso Pluma, que cambiaron la escena musical en el mundo.

Y pa los que dijeron que no la íbamos a lograr, ja, ja.

Dijeron que no la iba a lograr

y ahorita todos tan callados.

Pa que guachen lo que el morro trae.

Y la matita de este lao está dando.

Ya no la bajo y ni pienso bajar,

porque ando chido y ninguno rajamos.

Todos en la cuadra andan bien.

Bien chaca tirando placa en la.

Y andamos bien recio en apa

por todo tj en un rzr.

«Y arriba, Paseo del Alto, Guanajuato»

Pura 4-1-3.

Así es, mi compa, Chinito Pacas.

Pura Fuerza Regida, viejo.

La marca tiene sello sldls.

Con mi carnal Arturo, nunca la bajé.

Por eso es que ahora sí ando al cien.

Se nos dio y ni cómo bajarle.

Y andamos recio pa apostarle.

Yo sé que el Arturo nunca va a rajarse

y pal problema listo pa enfiestarse.

Con su tracatera puesto pal que pase.

A huevo, viejo.

Jálese la greña, carnal.

Arriba la mafia.

Somos de la calle.

Ahorita todos tan callados.

De la letra anterior, durante el verano del 2023, muchos jóvenes mexicanos en México y sobre todo en Estados Unidos sacaron un mensaje muy diferente al del corrido interpretado por el Chino Pacas y Fuerza Regida, que claramente muestra tanto en la letra como en el video promocional el hiperconsumo neoliberal del que nos habla José Manuel. «Dijeron que no lo iba a lograr» es una historia de superación económica y laboral a través del crimen, que, sin embargo, miles de jóvenes mexicanos y latinos resignificaron de forma positiva. A partir de mayo del 2023, al terminar las clases empezaron a surgir videos en TikTok adornados con trozos del corrido. Contrario a lo que pudiera pensarse, este tema se hizo viral en esa red social, que mostró grabaciones de jóvenes mujeres y hombres mexicanos (y de otras nacionalidades), vestidos con su toga y ribete de graduación, verbalizando una circunstancia académica llena de adversidades superadas. En los videítos los versos que se escuchan son aquellos que dicen «Dijeron que no lo iba a lograr» y «Ahora todos tan callados»,

Los videos virales mostraban a estudiantes con sus diplomas de graduación y mensajes como: «Dijeron que no lo iba a lograr y ahora me dicen licenciada» o «Arriba los mexicanos y todos los latinos que sí podemos lograr nuestros sueños». Los había de muchas universidades y de todo tipo de carreras y circunstancias adversas. De entre todo lo que dice el corrido, los jóvenes se enfocaron en que habían trabajado, en que habían triunfado académicamente por encima de las adversidades. Alguien les había dicho que no iban a lograr su sueño de superación escolar y ahí mostraban evidencia de lo contrario, de nuevo, al son de «Dijeron que no lo iba a lograr» y «Ahorita todos tan callados». Este tipo de resignificaciones son las que considero que predominan en los oyentes de los nuevos corridos, que adaptan y adoptan lo que les conviene de acuerdo con su circunstancia, mostrando que los canales tradicionales de movilidad social obstruidos pueden abrirse, que los jóvenes pueden abrirlos a pesar de que les digan que no lo van a lograr. Ahí pa que guachen que los morros traen con queso. Y aquí por queso no me refiero a drogas.

Peso pluma y la queso

José Manuel Valenzuela Arce

Los corridos tumbados y bélicos son expresiones recientes de la tradición corridista que han logrado enorme influencia en amplios sectores juveniles. En sus narrativas destacan el hedonismo, códigos consumistas neoliberales y los entramados del narcotráfico. Las redes sociales y las nuevas tecnologías de la comunicación, son dispositivos centrales para comprender el éxito de este movimiento musical.

Conformados por una mezcla de géneros musicales cuyas diferencias solo son identificadas por seguidores avezados, los corridos tumbados poseen una base trípode montada en elementos del hiphop, el trap y el urbano. Los corridos tumbados exaltan el consumo, el dispendio, las violencias, los desenlaces de la vida (logrados y fallidos), la exaltación inspirada en las drogas o el alcohol, las mujeres como trofeos que refrendan el orden patriarcal y autos fetiche. Los tumbados poseen temáticas y atuendos que rinden culto banal a las marcas famosas acompañadas de onerosos accesorios y se conforman desde un presentismo vacuo.

Tumbado viene de tumbar y refiere a los objetos o cosas que tienen forma de tumba, palabra que denomina al hoyo mortuorio, el poso del reposo final, a la cavidad donde se sepulta a los cadáveres, los cuerpos ateridos, yertos, el hueco donde se entierra a los difuntos, mortaja de mortajas habilitadas para el descanso eterno. Tumbar es derribar, hacer caer, bajar (robar), herir, matar, eliminar. Tumbarse es rendirse, abandonarse, dejarse caer, asumir la inevitabilidad de la muerte, su cercanía, el golpe seco e inclemente de la guadaña, o simplemente tirarse a descansar. La vida tumbada es vida amortajada, vida cercana a la muerte, halo mortuorio que acompaña a las vidas al límite, presentismo intenso, vidas precarizadas tumbadas en necrozonas que destruyen los mundos juveniles.

Al igual que los corridos ondeados (locos o drogados), enfermos o alterados de la década pasada, los tumbados se colocan en peligrosas periferias de la razón. El ondeado o enfermo era el loco, el drogado, el pasado; mientras, el tumbado, además de referir a la muerte, la tumba o el hueco mortuorio, define al loco, el drogado, el extraño, el sujeto colocado del otro lado del espejo de la razón. En los años sesenta y setenta, en el noroeste mexicano se utilizaba la expresión tumbado del burro, imagen de origen bucólico que refería a los efectos visibles en personas tiradas por el jumento, que quedaban afectadas de sus facultades mentales o que vivían una realidad diferente por las drogas u otras causas. Esta expresión posteriormente se redujo a tumbado, tal como se utiliza en la actualidad. Durante los años sesenta, los cholos utilizaban la expresión andar bien tumbado, que probablemente provenga del habla de los pachucos, y que significa andar muy arreglado a la usanza chola, ponerse las garras firmes y quedar bien cholo, bien pachuco, bien tumbado. Desde fuera del cholismo, la gente identificaba cholo como sinónimo de tumbado: un tumbado era un cholo. De esta manera, hablar de alguien «bien tumbado» era hablar de un cholo, identificado por su forma de vestir, su estética, sus tatuajes y su estilo lento, cadencioso, bajito, «bien ranita». De la misma manera, el término se incorporó al habla juvenil como expresión de aliñado, bien vestido, elegante, arreglado. Los jóvenes se esmeraban en arreglarse, quedar muy bien vestidos, ponerse sus mejores ropas para salir bien tumbados. Así, los corridos tumbados recrean cuatro acepciones de la palabra tumbado: como corridos inscritos en los entramados del delirio de las drogas;, como creaciones lentas, bajitas como sinónimo de cholo, y como producciones arregladas, aliñadas, bien hechas, bien tumbadas.

Adláteres de los tumbados, los corridos bélicos, como su nombre indica, son los que recrean enfrentamientos, guerras y conflictos armados, los que refieren a estampas y escenarios más violentos, conspicuos y apologéticos de figuras, personajes, entramados, conflictos y disputas verbales o armadas del narcomundo. Los bélicos son corridos de guerra, de combate, composiciones laudatorias de la lucha armada y, de manera más clara, de la ejecución anticipada, de la violencia, la tortura, la masacre, el objetivo declarado de exterminar a los grupos rivales o caer tumbado en el intento. Estos temas se refieren a eventos pasados, narraciones presentistas o futuros anticipados, definidos por el incidente triunfal donde se cae o se tumba a los enemigos, se muere ante ellos o se les marca calavera. Sin canon conminatorio, visten atuendos norteños o camuflados con pechera y pasamontañas, acompañados de musicalizaciones más próximas a las expresiones de banda, conjunto y campirano.

La sobrecarga informativa que acompaña a la explosiva visibilidad y escucha de corridos tumbados y bélicos, con figuras emblemáticas como Peso Pluma, Natanael Cano, Fuerza Regida, Luis R. Conriquez y Eslabón Armado, soportan el extraordinario éxito de un movimiento sociocultural inscrito en la incorporación y fusión de diversas tradiciones y transiciones musicales reconocibles en los corridos, el rap y el trap, así como narrativas inscritas en los inclementes entramados de la narcocultura.

Los corridos tumbados y bélicos emergieron montados en la enorme capacidad de convocatoria de los dispositivos electrónicos y sus plataformas constitutivas, como TikTok, YouTube, Spotify, Facebook, Instagram… Ahí inició el bombardeo de imágenes, videos, música y otros elementos que les identifican, como el notable trabajo audiovisual, realizado por casas productoras como Rancho Humilde («Ella baila sola»), ubicada en Los Ángeles, California; o Prajin Music Group y Worms Music, productora de «El belicón».

Rancho Humilde y otras empresas productoras han acompañado a varios artistas hasta los sitios encumbrados de Billboard, Spotify, Instagram y YouTube, mediante redes digitales, industrias culturales y del espectáculo, poderes publicitarios, asociaciones directas o indirectas con el narcotráfico a través de algunas de sus figuras emblemáticas y de estrategias mercadotécnicas.

Las canciones más exitosas y populares de este movimiento toman por asalto los espacios encumbrados de las industrias culturales como Billboard y Spotify. En Billboard Global 200 aparece: «Un X100to» de Grupo Frontera y Bad Bunny; «Ella baila sola», de Eslabón Armado y Peso Pluma, y «La bebé», de Yng Lucas y Peso Pluma. En la plataforma Spotify destacan «Pacas de billetes» de Natanael Cano (del álbum Nata Montana), «Se amerita», de Junior H. (del álbum Cruisin´ with Junior H.); «Como es abajo es arriba», de Natanael Cano y Dan Sánchez (del álbum Nata Montana), «Ella baila sola», de Eslabón Armado y Peso Pluma (del álbum Desvelado) y «Morritas», de Natanael Cano (del álbum Morritas).

Entre las figuras de los corridos tumbados con mayor visibilidad se encuentra el jalisinaloense Hassan Emilio Kabande Laija (Peso Pluma), quien convenció a simpatizantes y malquerientes cuando fue invitado al afamado talk show de televisión de Jimmy Fallon Jr: The Tonight Show de nbc. Los corridos tumbados son parte de un fenómeno social mucho más profundo: expresan las aspiraciones frustradas de millones de jóvenes, quienes ven en estas producciones musicales y performances la posibilidad de realizar sus deseos y acceder a productos y estilos de vida inalcanzables para la inmensa mayoría de la población, así como narrativas reconocibles en lenguajes coloquiales y en sugerentes fusiones musicales. Pero no solo eso, también se encuentra su capacidad para interpelar a públicos globales atraídos por el rap o por el llamado regional, para quienes las violencias y