Criptomonedas al día. La guía sobre Bitcoin y la nueva economía digital - Ben Armstrong - E-Book

Criptomonedas al día. La guía sobre Bitcoin y la nueva economía digital E-Book

Ben Armstrong

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Beschreibung

El bitcoin y otras criptomonedas representan una revolución en la historia y el futuro del dinero y de la política monetaria. A pesar de esto, muy pocas personas entienden la verdadera naturaleza y el potencial del bitcoin. En Criptomonedas al día. La guía sobre bitcoin y la nueva economía digital, el comentarista y experto en criptomonedas Ben Armstrong ofrece un recorrido emocionante y accesible por las criptomonedas, el bitcoin y la economía digital. Explica qué es el bitcoin, cómo funciona y por qué todos estamos haciendo la transición a una economía digital. Analiza las deficiencias de la moneda fiduciaria tradicional, de la forma habitual de manejarla y cómo podemos beneficiarnos de la adopción de nuevos activos digitales. El libro explora la política monetaria y de la propiedad a través del bitcoin, así como la historia de las criptomonedas y cómo han ganado tanto valor durante su corta existencia. Descubrirás cómo funciona en el mundo real durante las interacciones y transacciones diarias la tecnología Blockchain, sobre la que se construyen las criptomonedas. También explica la importancia de la falta de intermediarios y terceros necesarios, al tiempo que demuestra el valor y la naturaleza de los conceptos modernos de propiedad digital. Por último, también verás el origen de bitcoin, cómo casi se extinguió y cómo se apoderó del mundo. Un recurso inestimable para los inversores en activos digitales, así como para los usuarios privados y comerciales de todo tipo de monedas digitales, una guía ideal para los profesionales de las finanzas, empresarios y criptocuriosos que buscan un texto entusiasta y autorizado sobre la historia y el futuro del bitcoin y la moneda digital.

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Seitenzahl: 425

Veröffentlichungsjahr: 2023

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Criptomonedasal día

La guía sobre el bitcoin y lanueva economía digital

BEN ARMSTRONG

Este libro está dedicado al amor de mi vida,mi esposa, Bethany Armstrong.

Agradecimientos

Este libro no habría existido sin la infraestructura que construimos en BitBoy Crypto y Hit Network. Lo que tuvimos que hacer para simplificar y terminar este libro en solo seis meses fue una labor enorme. Todos los integrantes de mi equipo desempeñaron las funciones que les correspondían porque estamos juntos en esto.

Pero algunas personas necesitan un agradecimiento especial por su papel en la creación de este libro.

El mayor agradecimiento va para Nick Dimondi, el jefe de contenido de BitBoy Crypto. Nick nos ha ayudado a transformar la dirección de BitBoy Crypto de forma radical desde que se unió al equipo. Equilibrar todo el contenido que producimos es difícil, pero Nick siempre lo entrega en el momento justo. Y desempeñó el papel más relevante al ayudarnos a definir las ideas y narrativas de la estructura. Organizó reuniones y manejó el proyecto para llevarnos por delante de los cronogramas agresivos. Nick es el pegamento que mantuvo unido este proyecto. No existe ningún tema que juntos Nick y yo no podamos desglosar con una pizarra. ¡Somos peligrosos!

El siguiente enorme agradecimiento es para John Vibes, quien ha sido escritor en BitBoy Crypto durante muchísimo tiempo y fue el verdadero caballo de batalla que permitió que este proyecto funcionara. Ambos llevamos más o menos el mismo tiempo en cripto y hemos experimentado muchas cosas parecidas: reuniones liberadoras, desplomes de moneda, plataformas de intercambio pirateadas, batallas filosóficas sobre la descentralización, etc. Todo esto nos llevó a un proceso de escritura muy fluido para debatir lo que debía o no incluirse en este libro. Es genial trabajar con personas cuyas opiniones y experiencias son completamente diferentes. Sin embargo, hacerlo con John Vibes muestra que es mucho más fácil cuando se está de acuerdo en casi todos los temas.

No puedo olvidarme de dar las gracias a mi asistente, Allison Fiveash. Sin ella, no solo no habría escrito este libro, sino que tampoco habría comido, ni acudido a mis citas con el médico, incluso habría olvidado recoger a mis hijos. Sin ella no soy capaz de cumplir con mi agenda y suelo hacerme un lío con las cosas básicas de la vida. Gracias a Allison llego a mis citas a tiempo y cumplo mis objetivos. No quiero parecer condescendiente, pero Allison es la mejor asistente de la historia de los asistentes.

Gracias a todo el equipo de diseño gráfico de BitBoy Crypto por ayudarnos con la maqueta artística de la cubierta y los gráficos y, en especial, a Ashley Cooper y al líder de diseño gráfico Steven Polizzi. Muchas gracias.

Y, por supuesto, agradezco a mi socio comercial, TJ Shedd, por todo su apoyo. Somos los Shaq y Kobe de las criptomonedas… Ojalá nunca decidieran separarse (claro que yo soy Shaq porque soy el más alto). Ya hemos ganado un montón de campeonatos y nos quedan muchos otros por delante.

Sobre el autor

Ben Armstrong es youtouber, podcaster, entusiasta de Crypto y creador de BitBoyCrypto.com. Educa e informa a la comunidad sobre todo lo relacionado con el espacio «Crypto», incluidas las últimas noticias y la información sobre diferentes tipos de criptomonedas; proporciona consejos comerciales y de inversión. Su canal de YouTube ha rebasado el millón de suscriptores.

Índice

PRÓLOGO

PREFACIO

INTRODUCCIÓN

1. La Gran Devaluación

Los bancos centrales

La Reserva Federal

2. El árbol del dinero digital

La nueva moneda

Nuevas formas de gastar

3. Gigantes de la primera generación

Los «cypherpunks»

La tecnología disruptiva

4. El bloque génesis

El nacimiento de una cultura

El bitcoin se postula a la presidencia

5. Un breve curso de Blockchain

Blockchain 101

Blockchain 201

Blockchain 365

6. Un mal necesario

La Ruta de la seda

El efecto Streisand

7. «Mo’ Money, Mo’ problems»

BitInstant

Los reguladores tomaron nota

8. ¿Qué diablos es la bifurcación?

Acabaron a tiros

ASICBoost

9. Ha nacido el futuro

El equipo de Ethereum

El despegue

Las DAO

10. La transformación del oro digital

El bitcoin se convirtió en oro digital

El «halving»

El CEO de Bitcoin

11. El punto de inflexión

Compra bitcoins

Moonboys y Lambos

12. Una nueva capa para Internet

Las DeFi

Los retadores

13. Un mundo feliz

Las stablecoins

Los oráculos

Los memecoins

Las community coins

14. Prepararse para invertir

Paso uno: Investigación

Paso dos: Selección

Paso tres: Despliegue de capital

15. Consejos del oficio

Trading tokens

Algunas consideraciones y advertencias

Formación como trader

Tipos de trading

La gestión de riesgos

Quien no arriesga, no gana

16. Los tókenes no fungibles (NFT)

Los NFT históricos

La próxima generación

La próxima «próxima generación»

17. La Web3 y el metaverso

El metaverso

No es una idea novedosa

18. Cripto FUD

El largo brazo de la ley

19. Criptoadvertencias

Los hackers

Los estafadores

Contagio

20. El futuro de «cripto»

Crece el mundo «cripto»

Las stablecoins

Las acciones de Blockchain

El flippening

Las finanzas regenerativas

La renta básica universal

21. ¿A dónde vamos ahora?

La comunidad es la clave

Las cosas se toman su tiempo

Acepta el cambio

Apéndice. Recursos e instrumentos esenciales

Notas

Créditos

Prólogo

Criptomonedas al día es un libro que hacía falta escribir, ¡y no hay nadie mejor que Ben para hacerlo! El mundo criptográfico es nuevo para la mayoría de las personas y, además, evoluciona a toda velocidad. Creo que hablo por todos nosotros si digo que es muy desalentador intentar mantenerse al día. Todo suena como si nos hablaran en otro idioma y ponerse al día significa que siempre tienes que hacer preguntas «tontas». Eso nunca es agradable.

Sin embargo, todos estamos aprendiendo juntos. «Crypto» es nuevo para todos y no hay preguntas «tontas». Todos somos principiantes y necesitamos un buen guía y mentor para responder todas las preguntas. Esto es lo que ha hecho Ben con este libro.

Es un gran experto en el espacio «Crypto» y, a la vez, posee la mágica cualidad de ser un comunicador muy eficaz y un campeón a la hora de ayudar a entender las cosas, desde lo más básico hasta lo más complejo. Este libro tiene capacidad para ayudarnos a lo largo del viaje criptográfico mediante la comprensión que necesitamos para invertir y prosperar.

El mundo de las criptomonedas es muy relevante. No es flor de un día ni una estrella fugaz, como dicen muchos en los medios de comunicación, sino uno de los mayores cambios en los modelos de negocios globales que haya existido, por no hablar de todo el sistema financiero... Y se está aplicando a un ritmo superior al de cualquier tecnología en la historia de la humanidad. Cuando algo tan importante está en marcha, surgen enormes oportunidades para quienes dedican algún tiempo a conocerlo, lo mismo si es para invertir en ese espacio como para hacer crecer su propio negocio.

En los medios el mundo de las criptomonedas se ilustra como si se tratara de un universo de juegos de azar sin ley, repleto de estafadores que intentan especular sobre algo sin valor, pero la realidad está muy lejos de eso. Cientos de miles de millones de dólares de los inversores de capital de riesgo más inteligentes han creado un imán para los empresarios, desarrolladores, comercializadores, gestores de fondos de cobertura y los más talentosos gestores de activos. Las personas más inteligentes y sagaces del mundo dedican ahora sus vidas a las criptomonedas y ya se ha creado más de un billón de dólares de valor. Sin embargo, sigue siendo solo el comienzo de esta revolución. Incluso las marcas, empresas e instituciones financieras más grandes del mundo han empezado a desarrollar su propia estrategia criptográfica / Web 3, creando más oportunidades y canalizando aún más talento y capital en este espacio.

Nadie puede permitirse quedarse atrás. Muchas personas han sido defraudadas y marginadas por el sistema y no han tenido la oportunidad de tener éxito. La Web 3.0 y el mundo criptográfico han llegado para nivelar el campo de juego y todos necesitamos conocer cómo son las cosas para poder participar.

Sinceramente, espero que Criptomonedas al día te proporcione la ventaja que necesitas para lograr el éxito.

—Raoul Pal

CEO y cofundador de Real Vision Group

www.realvision.com

@RaoulGMI en Twitter

Prefacio

La gente me pregunta mucho cuál es el secreto de mi éxito. Es simple. Es Bethany. Cuando nos casamos hace 13 años, apenas nos conocíamos. Solo salimos siete meses antes de casarnos. Mirando ahora en retrospectiva, todo fue bastante arriesgado. El matrimonio es un rito de iniciación para muchos y creo que la mayoría lo trata de esa manera. Vives en la búsqueda constante de la persona que al final se convertirá en tu cónyuge. Pero mientras no te cases no podrás comprender el matrimonio. Los matrimonios son notorios por sus altibajos. Y puedo decirles que ciertamente los hemos visto. Tres niños, cinco perros y un millón de negocios fallidos lo han conseguido.

Comencé mi primer negocio en 2011 y fue un gran éxito. Pasé de ganar 25 mil dólares anuales como asistente del jefe de un lavado de coches a 350 mil en dos años. La vida era buena y estábamos cómodos. Pero las cosas cambiaron dramáticamente en los años siguientes y volvimos a vivir de nómina en nómina. Lo cierto es que lo intenté todo para volver a encarrilar nuestras finanzas, todo. Diseño web, diseño gráfico, animación, SEO, un canal de YouTube, administrador de redes sociales, memorabilia, blogs, consultorías, cursos en línea, reventa… Y esos son solo algunos de los tantísimos negocios fallidos que intenté en el transcurso de cinco años.

Sin embargo, sin importar la cantidad de intentos fallidos, me levantaba y volvía a intentarlo, siempre con el mismo celo y fervor que en los anteriores. Me hubiera resultado muy fácil rendirme y volver a la «carrera de ratas» que es la vida viboral en el mundo actual. Pero estaba decidido a seguir adelante. Y no estaba solo. Bethany nunca se dio por vencida, sin importar el número de fallos, ni de conversaciones financieras complicadas, ni de lo pobres que pudiéramos ser. Me estimuló y me animó, me consoló y me motivó. Y cuando fracasaba, ella era la razón por la que conseguía volver a salir adelante. Nunca vaciló en su creencia de que yo lograría hacer algo bueno.

En 2018, cuando comencé el canal de YouTube Bit-Boy Crypto y me dediqué a las criptomonedas a tiempo completo: vendimos nuestra casa para poder sobrevivir. ¡Fue una locura! Nos mudamos por todo el estado y solo sobrevivimos gracias a negocios secundarios y a las ganancias de la venta de nuestra primera casa. El hogar en el que nacieron todos nuestros hijos. Aún no sé cómo pudo volver a creer en mí. Pero lo hizo.

A principios de 2020, nos sentamos a conversar y le expliqué que, aunque apenas podíamos pagar la comida, nuestra vida estaba a punto de cambiar drásticamente. Hice esto porque en enero de 2020, el Señor me habló durante un sueño y me dijo que necesitábamos poner nuestra casa en orden porque nuestras vidas cambiarían de forma dramática para fin de año. Le dije a Bethany que para fin de año seríamos millonarios, dueños de una casa y veríamos la vida con un cariz completamente diferente. Me miró y dijo que no entendía cómo, pero me creyó.

En septiembre de 2020, compramos nuestra segunda casa después de dos años de alquiler. Con dinero en efectivo. Y en la Nochevieja de 2019, a la par de aquel mensaje, mis cuentas criptográficas alcanzaron por primera vez el valor de un millón de dólares. Y sí, la vida ahora es completamente diferente. No me canso de repetir lo agradecido que me siento de tener una esposa tan solidaria. No podría haber hecho nada de esto sin ella.

También quisiera dedicar este libro a mis tres hijos: Madden, Zoe y Blake. No sé cómo pude ser bendecido con hijos virtualmente perfectos después de la forma en que me comporté cuando era niño... En realidad, no me lo merezco. ¡Este es un ejemplo de gracia radical! ¡Lo siento, mamá!

También se lo dedico a todos los que me han acompañado a lo largo del camino: mis padres, mis hermanos, mis abuelos, mi tío Tim y, por supuesto, a mi mejor amigo, Jim, también conocido como «Brooootheeeeerrrrr!».

Y, por supuesto, a la comunidad criptográfica mayor y más grande de todas las interwebs… ¡BitSquad! No habría llegado a ninguna parte sin el apoyo de mi comunidad. Siempre estaré en deuda con los espectadores de mi canal. En las reuniones, suelen darme las gracias por lo que he hecho por el espacio «Crypto». Y yo les doy las gracias de vuelta. Si no fuera por todos los miembros leales de BitSquad que me dieron esta gran oportunidad, mi canal no sería nada. La comunidad es la que lo hace grande.

Este libro es para todos vosotros.

Introducción

Tengo malas y buenas noticias para ti.

Malas noticias: la criptografía es difícil. Aclaremos eso desde el principio. Al igual que lo era construir un sitio web en 1995. Con el tiempo, será más fácil a medida que la adopte más gente y se introduzcan procesos más simples. El espacio criptográfico es grande y complicado. Es tecnología de vanguardia, el siguiente paso de la evolución humana en términos de facilitar nuestras vidas. Todo esto parece un poco paradójico: algo extremadamente difícil de entender que en última instancia hará nuestras vidas más sencillas.

Buenas noticias: se puede aprender. Lo sé porque yo también aprendí. Soy un tipo normal. No soy ningún gurú de la tecnología. No soy un gamer. Para ser honesto, ni siquiera leo con frecuencia. Leo muchos tuits, veo muchos vídeos en YouTube y desgloso noticias. No soy el prototipo de cerebrito tecnológico. Por tanto, aunque no entiendas nada de criptomonedas, inversión, ni tecnología, estoy aquí para decirte: si yo lo hice, tú también puedes. A medida que desglose mi viaje por el criptouniverso, entenderás por qué creo que tú también puedes hacerlo.

La primera vez que oí hablar del bitcoin fue en noviembre de 2012. Entonces dirigía una compañía de venta de entradas para eventos en todo Estados Unidos en Craigslist. Usé un póster publicitario automatizado para Craigslist para generar más de 800 000 anuncios diarios en todo el país. El nombre del software era CLAD Genius y se trataba de una obra de arte que hizo mi vida cien veces mejor. Sin embargo, para hacer esto, tenía que publicar en cada Craigslist local. Y ahí estaba el problema: el uso de software automatizado iba en contra de los términos de servicio de Craigslist.

El creador del software era Yuri, de Ucrania. Craigslist decidió demandar a Yuri por crear el software. Para responder a la demanda, Yuri habría tenido que venir a Estados Unidos, algo que, evidentemente, no pensaba hacer. Y como no lo hizo, el gobierno de Estados Unidos se apoderó del sitio web de Yuri a través de ICANN y canceló todos sus procesadores de pagos.

Para poder usar el servicio de Yuri, teníamos que pagar a Craigslist una tarifa mensual por cada licencia que teníamos. Tenía 12 licencias y el dinero se acumuló rápidamente. Como Yuri no podía mantener su servicio gratuito, detuvo nuestros pagos hasta que pudo encontrar alguna solución. Durante los siguientes seis meses, hasta noviembre de 2012, no hubo ningún progreso. Entonces Yuri me envió un correo electrónico diciendo que comenzaría a aceptar un nuevo tipo de moneda digital llamada bitcoin. No me importaba aprender más al respecto, todo lo que quería era ponerme al día con mis pagos para mantener el software. De inmediato seguí todos los pasos, incluida la creación de un monedero de criptomonedas en el sitio Mt. Gox, así como su envío y recepción a través de una compañía llamada BitInstant. Después de un par de días de aprendizaje, me fui a las carreras y corrí con bitcoin.

A lo largo de 2013 compré más y más criptomonedas. La gente suele pensar que así fue como me hice rico. ¡INCORRECTO! La verdad era que no entendía nada. Si, en vez de tener que pagarle a Yuri (quien ahora DEBE ser multimillonario) todos los meses en bitcoins, me hubiera limitado a invertir ese dinero y acumularlo, habría alcanzado las ocho cifras en 2017. Esta idea me persiguió durante años. Pero fue lo que me llevó a crear mi canal de YouTube, donde en realidad tengo un potencial de ingresos mayor que el que hubiera tenido si me hubiera enriquecido pronto sin que me costara mucho trabajo.

En noviembre de 2013, el precio del bitcoin rebasó los 1000 $. De repente, la cifra de dos dígitos de bitcoins que tenía en mi monedero tenía un valor equivalente a cuatro cifras para realizar pagos. Decidí venderlos. Vendí seis bitcoins por 1700 $. En ese momento pensé que era un gran genio. Llevé a mi esposa e hijos a Florida para unas pequeñas vacaciones y gasté el resto en pagar algunas facturas. En el momento álgido de la carrera alcista, en octubre de 2021, esa calderilla habría valido 420 000 $. Aquel error me llevó a profundizar en el tema.

Sin embargo, vender bitcoins resultó mucho más difícil que comprarlos, porque implicaba el uso de un tercero para realizar la transacción, incluida una cuenta de depósito en garantía en LocalBitcoins.com. Publiqué mi precio y la cantidad de la que disponía y me emparejaron con varios inversores diferentes. Miré todas las opciones y una destacaba sobre las demás, porque me di cuenta de que no me intentaba estafar. Programamos una reunión en un McDonald’s local.

Esta es una parte muy importante de la historia. Se suponía que íbamos a encontrarnos, pero el chico llegó tarde. Así que mientras esperaba pude investigar sobre el tema durante casi una hora. Supongo que una pequeña voz en mi cabeza me decía que debería vender algunos de mis bitcoins, pero no estaba seguro de querer venderlos todos. La idea del bitcoin sonaba tan loca, que apenas podía entender cómo usarlo. La educación disponible sobre el bitcoin en 2012 era horrible. La mayor parte de la información estaba mal escrita, las noticias eran increíblemente malas. Solo había un canal de YouTube, llamado «Bitcoin Unnecessary». Así que durante alrededor de una hora intenté comprender quién era el tal Satoshi Nakamoto, la persona o personas aún no identificadas que inventaron el bitcoin y le dieron su valor. Pero simplemente no podría mantener ninguna conversación sobre blockchains, criptomonedas, trading, inversiones y esas cosas. Entonces, cuando por fin llegó la persona que esperaba (había ido a un McDonald’s equivocado), terminé vendiéndole solo seis bitcoins en vez de todos los que tenía. Le transferí los bitcoins por la wifi, me entregó 1700 $ y se fue.

Insisto, eso fue en noviembre de 2013. En febrero de 2014, Mt. Gox, una plataforma de intercambio (exchange) de bitcoins con sede en Tokio, Japón, que manejaba alrededor del 90 % de toda la actividad comercial de bitcoin, anunció que el sitio había sido pirateado y que había perdido todo el dinero. Y mientras escribo esto en 2022, la saga de Mt. Gox aún no ha terminado; aún hay muchas demandas pendientes.

Es importante tener en cuenta que, aunque no vendí todo mis bitcoins en aquel McDonald’s, no es como si los hubiera conservado a largo plazo. De hecho, no lo había hecho en absoluto. Los intercambios son vulnerables no solo a la piratería, sino también a la insolvencia y la bancarrota. Sin embargo, como todos mis bitcoins estaban en Mt. Gox, habrían desaparecido. Entonces, en realidad, aunque pueda parecer bastante tonto haber vendido seis bitcoins por 1700 $, resultó ser la mejor decisión.

Pero eso no me ayudó a evitar el hondo arrepentimiento cuando el bitcoin subió hasta las nubes en 2017. Nunca pensé que llegaría a ser tan popular y alcanzaría los precios locos que alcanzó en 2017. De hecho y, debido a mi falta de conocimientos y comprensión sobre lo que realmente es el bitcoin, en 2014 cuando se estrelló Mt. Gox, pensé que se trataba un experimento fallido que nunca regresaría. Pero a lo largo de 2015 y 2016 volví a oír a hablar del tema con frecuencia y apenas podía creer que los precios comenzaran a subir nuevamente. Compré y vendí algunos aquí y allá con mi amigo Jim, pero nunca una cantidad significativa.

Durante el día de Acción de Gracias de 2017, vi cómo el precio del bitcoin y otras altcoins se disparaba. Aunque en ese momento tenía cierta exposición al mercado, el dolor de mi arrepentimiento era casi insoportable. Estaba a dos velas y sentía que había dejado pasar mi oportunidad de oro. Me lo habían entregado en bandeja y yo mismo lo había torpedeado. Mal.

Pero debería haberme dado un descanso. Por un lado, como mencioné antes, cuando en 2012 intenté aprender algo sobre el bitcoin no había buenos recursos a los que recurrir, mientras que en 2017 ya eran abundantes. Ese año vio el comienzo de youtubers e influencers sobre criptomonedas. Pude ver Crypto Daily, Doug Polk, Data Dash, Crypto Crow, Crypto Love, Crypto Beadles, Ian Balina, Ivan on Tech y muchos otros y aprendí de todos ellos. Me inspiró su dedicación. Al ver cómo se divertían y cuánto dinero ganaban, decidí que me gustaría hacer algo parecido.

La idea original de mi canal BitBoy Crypto era seguir las travesuras de un superhéroe cripto llamado BitBoy y su leal compañera, la tortuga Hodl; en realidad se llamaba BitBoy and Hodl. Trabajé con personajes, memes, animación y más. Sin embargo, comenzar un canal divertido en enero de 2018, no era una idea duradera capaz de darme el retorno de inversión de tiempo y dinero que necesitaba. Nadie buscaba diversión en un mercado bajista, por lo que mis intentos iniciales fracasaron.

En marzo de 2018, mi amigo Justin Williams, quien ahora es el vicepresidente de desarrollo de NFT (y a quien se le ocurrió el nombre BitBoy), sugirió que en vez de dedicarme hacer dibujos animados debería comenzar a cubrir noticias sobre las criptomonedas. Me dijo que tenía una personalidad entretenida y una habilidad especial para desglosar los temas con facilidad. Tras un par de semanas de insistencia, en marzo de 2018 hice el primer vídeo de criptonoticias y desde entonces he hecho una media de dos a tres diarios. En algún momento de todo este trabajo, me convertí en un experto, tanto en criptomonedas como en creación de contenido.

Pero no siempre fue fácil. Durante mucho tiempo, la gente no parecía interesarse en mi contenido, no recibía visitas ni tenía suscriptores, pero seguí conectándome y trabajando. Avancemos rápidamente hasta hoy cuando tengo más de seis millones de seguidores entre todas las redes sociales, más de 300 millones de visitas en YouTube y millón y medio de suscriptores. Durante dos años nadie me miró, pero seguí adelante. Luego, de 2020 a 2021, pasé de 10 000 a 1,45 millones de suscriptores.

Así que, como puedes ver, comencé con cero conocimiento. El cliché «Roma no se hizo en un día» ha demostrado ser cierto en mi carrera como youtuber de criptomonedas. Para entender lo que es en realidad este mundo, hay que pasar mucho tiempo investigándolo, viendo vídeos, comprobando la temperatura de Crypto Twitter y más. Necesitas sumergirte en el tema. No es posible saberlo todo sobre las criptomonedas, pero puedes comenzar por los conceptos básicos y los segmentos específicos. Eso te ayudará a construir una base.

Te prometo que si lees este libro te «pondrás al día» . Este libro fue diseñado para guiarte a través de su historia y que puedas tener una perspectiva de los principales eventos. La primera sección responderá muchas de las preguntas sobre los primeros días. Luego nos detendremos y disfrutaremos un poco del presente mientras cubrimos algunas de las narrativas y los nichos populares más relevantes de criptomonedas en este momento. Por último, miraremos al futuro para proyectar hacia dónde va todo esto. También encontrarás algunos principios básicos de inversión, pero este no es un libro sobre inversiones. Obtendrás información y perspectiva increíblemente valiosas que te llevarán lejos, en cualquier área del criptouniverso en la que quieras profundizar.

¡Así que disfrútalo y compártelo con otras personas interesadas en ponerse al día!

CAPÍTULO 1

La Gran Devaluación

Dinero antiguo, bancos centrales y la FED

Por todo el mundo, hay un largo rastro de víctimas afectadas por los crímenes que condujeron a la crisis económica de septiembre de 2008, cuando desaparecieron de la economía estadounidense más de diez billones de dólares y millones de personas perdieron sus hogares. La falta de vivienda siempre ha sido un problema en Estados Unidos, pero empeoró mucho después de la crisis de 2008. En la década posterior a la crisis, comenzaron a aparecer grandes aldeas de tiendas de campaña en todas las ciudades importantes, y esta tendencia desgarradora ha seguido creciendo, incluso después de que el mercado de valores se recuperara y se disparara a nuevos máximos.1

Alrededor de una década antes, el gobierno y las grandes instituciones financieras juraron que todo estaba bien, a pesar de que debería haber sido obvio que se vivía una burbuja del mercado inmobiliario. Muchos economistas, como Peter Schiff y Nouriel Roubini, advirtieron sobre ello, pero la Reserva Federal (FED) y los banqueros aseguraron al público que los fundamentos del mercado eran sólidos. Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal en ese momento dijo que los «problemas» en el sector de las «subprimes» eran «limitados» y que «no se esperaban efectos secundarios significativos en el resto de la economía ni en el sistema financiero».2

Los medios de comunicación también fueron cómplices. Jim Cramer aparecía en televisión noche tras noche en «Mad Money» para contarle a los televidentes que mantuvieran su dinero en instituciones como Bear Stearns: «Bear Stearns está bien. No saque su dinero. Si hay que sacar alguna conclusión, Bear Stearns no está en problemas. Quiero decir, en todo caso, es más probable que se hagan cargo. No muevas tu dinero de Bear. Eso sería ser tonto. No lo seas», gritaba Cramer ante las cámaras.3

Por desgracia, estas garantías no podrían haber estado más lejos de la verdad. El mercado era un castillo de naipes y era solo cuestión de tiempo que se derrumbara.

Esta crisis comenzó en los mercados inmobiliarios. A fines de la década de 1990, la Federal National Mortgage Association o FNMA (en español, Asociación Federal Nacional Hipotecaria), una institución financiera patrocinada por el gobierno comúnmente conocida como Fannie Mae, comenzó a experimentar con algo llamado «hipotecas de alto riesgo» (subprimes). Se trataba de hipotecas de alto valor que se otorgaban a personas de clase trabajadora con baja calificación crediticia que, en esencia, no estaban calificadas para recibir el préstamo. En consecuencia, tenían un «alto coeficiente de endeudamiento»: lo cual significa que, en definitiva, habían contraído una deuda mayor que el valor combinado de sus ingresos y su hogar.

Ello se debe a que los bancos cubrieron sus activos implementando términos muy estrictos en este tipo de préstamos. Estos préstamos no solo tenían altas tasas de interés; sino que las tasas también eran ajustables, por tanto, fluctuaban en función de las condiciones del mercado, como los cambios en el balance de la Reserva Federal. A mediados de la década de 2000, la FED comenzó a elevar sus tasas después de años de ofrecer dinero barato y las tasas de interés para los propietarios comenzaron a alcanzar niveles inasequibles. De pronto, la gente resultó incapaz de pagar sus hipotecas y tuvo que renunciar tanto a sus casas como al dinero que había invertido en ellas. Y como los bancos habían firmado demasiados de estos préstamos leoninos, las ejecuciones hipotecarias comenzaron a salirse de control. Numerosas instituciones financieras se enfrentaron a la ruina como resultado del colapso, incluidas muchas con respaldo federal, pero el gobierno intervino con un paquete de rescate masivo de 700 mil millones de dólares para salvarlos y evitar un mayor daño a la economía.4 En otras palabras, a los delincuentes «demasiado grandes para quebrar» se les dio la oportunidad de recuperarse de las consecuencias de sus errores, un beneficio que los contribuyentes y los propietarios de pequeñas empresas nunca tuvieron. Wall Street fue rescatado, pero Main Street se quedó con la bolsa, lo cual hizo muy obvio que nuestro sistema financiero no está diseñado para proteger al ciudadano medio. La mayoría de los estadounidenses estaban furiosos, sin importar su ubicación en el espectro político. Fue una de las pocas veces que la izquierda y la derecha se pusieron de acuerdo en alguna cosa. Sin embargo, ese alto el fuego político no duró mucho, porque las tribus dirigieron sus quejas en direcciones diferentes, a través de movimientos como el conservador Tea Party (que comenzó en 2009) y Occupy Wall Street (iniciado en septiembre de 2011). Pero el colapso de 2008 reveló las grietas del sistema y obligó a personas de todos los ámbitos de la vida a educarse mejor en economía.

Los bancos centrales

Quienes nos dedicamos a investigar acabamos aprendiendo que la mayoría de los problemas financieros que vemos por todo el mundo relacionados con corrupción, inestabilidad y desigualdad, parecen remontarse al sistema global de banca central. Un banco central es esencialmente un banco centrado en el gobierno que tiene la tarea de emitir y administrar la moneda de un país. Estos bancos son las instituciones financieras más poderosas del mundo y en muchos sentidos son incluso más poderosos que los gobiernos para los que se supone que trabajan. En Estados Unidos tenemos la Reserva Federal, que manipula la economía global a través de su control del dólar estadounidense, la moneda de reserva global. Si bien la Reserva Federal y otros bancos centrales operan principalmente con un solo cliente que se trata de gobiernos específicos, en realidad son instituciones independientes. Los bancos centrales no son entidades gubernamentales; son empresas, y los gobiernos son sus clientes.

Esto significa que los bancos centrales no tienen obligaciones reales con los ciudadanos de los países a los que dicen servir y, a menudo, se encuentran en situaciones en las que sus intereses chocan con los de la población general. Lo mismo puede decirse de muchos políticos, pero las organizaciones que controlan nuestro dinero y nuestra economía son mucho más secretas y, como no son funcionarios electos, no necesitan preocuparse por mantener contentos a los votantes para las elecciones siguientes. El presidente y los miembros del Congreso reciben toda la atención, pero existe una extensa red de funcionarios no elegidos y mucho menos visibles que posiblemente tengan más poder e influencia en el gobierno de EE. UU. A este elemento del gobierno a menudo lo llaman el «estado profundo».5 Y teniendo en cuenta que los medios no suelen prestarles mucha atención, logran impulsar sus políticas de manera eficaz y mantenerlas durante un horizonte de tiempo prolongado. Los funcionarios de alto rango de las agencias de inteligencia con frecuencia saben más sobre las operaciones de espionaje que el presidente o el Congreso y, en muchos casos, no tienen que responder ante los funcionarios electos, incluso cuando sus programas son extremadamente impopulares para el público general (ya vimos cómo funciona esto cuando Edward Snowden filtró información altamente clasificada de la Agencia de Seguridad Nacional en 2013). Los jueces de la Corte Suprema también tienen más poder que los legisladores electos y vemos esta tendencia en casi todos los rincones del gobierno. Incluso en sectores inocuos en apariencia como el de la salud, hay figuras como el Dr. Anthony Fauci, con una gran influencia en la política nacional por haber «asesorado a todos los presidentes desde Ronald Reagan».6

La Reserva Federal es una agencia de funcionarios no electos y ni siquiera es técnicamente parte del gobierno, sino un banco privado que juega según sus propias reglas. Esta situación no es exclusiva de Estados Unidos; existe una red de bancos centrales por todo el mundo que desempeñan papeles similares en sus economías locales. Estos bancos suelen tener políticas drásticamente diferentes basadas en la política de la región en la que se encuentran, pero sus estructuras son casi idénticas, con pequeños grupos centralizados de burócratas que tienen control total sobre la oferta monetaria. En mi opinión, este experimento ha sido un fracaso total en todos los lugares donde se ha intentado, ciertas estimaciones sugieren que la vida útil promedio de una moneda fiduciaria es de solo 35 años7 (las «monedas fiduciarias» tienen curso legal y hablaremos más sobre ellas en el capítulo 2). Las monedas suelen ser de corta duración: unas pocas décadas antes del colapso o degradación total del activo. Los gobiernos capaces de sobrevivir a estos colapsos rara vez cambian el nombre de su moneda, sin embargo, para devolver la vida a la economía de su nación, suelen estar obligados a cambiar drásticamente las políticas monetarias de tal modo que cambian los fundamentos de la moneda y la convierten en un activo completamente diferente. Eso es lo que hemos visto en Estados Unidos durante el último siglo de circulación del dólar. Esta moneda ha tomado muchas formas diferentes a lo largo de los años: lentamente primero y luego a toda velocidad, descendió al valor de un trozo de papel debido a las políticas promulgadas por la Reserva Federal y los políticos de ambos partidos. Al cambiar de manera constante las tasas de interés y ajustar otras políticas para controlar la oferta monetaria, mantienen la estabilidad de la economía de un modo temporal, a costa de la estabilidad a largo plazo del dinero.

Este mismo escenario se ha desarrollado muchas veces a lo largo de la historia, con imperios que crecen sin control y luego implosionan porque su moneda se diluye y pierde su valor. Este fue uno de los principales factores que contribuyeron al colapso de los imperios griego y romano, y este ciclo ha continuado repitiéndose a lo largo de los siglos. Incluso ahora, en todo el mundo hay numerosos países como Venezuela, Zimbabwe y Argentina que enfrentan el colapso económico por esta misma razón.8 Se podría pensar que las personas que controlan las grandes economías aprenderían de los errores de quienes lo hicieron antes, pero parece que el poder que conlleva la impresión de dinero es demasiado tentador para que la mayoría de los burócratas lo rechacen.

La Reserva Federal

Los bancos centrales y las monedas fiduciarias no siempre fueron parte de la historia de EE. UU.; sino más bien algunos de los males de los que los fundadores del país intentaban escapar en el Nuevo Mundo. Y, en consecuencia, uno de los muchos ideales que se perdieron por el camino en la política estadounidense, mientras las siguientes generaciones de políticos y banqueros buscaban nuevas formas de financiar sus presupuestos en expansión.

La Reserva Federal tomó el control de la economía estadounidense en 1914, después de muchos años de debate sobre si el banco central pertenecía o no a Estados Unidos. El banco se estableció con el apoyo de una poderosa coalición de políticos y banqueros, liderada por el infame J.P. Morgan, que aún era muy controvertido en ese momento. Una gran crisis económica a principios del siglo XX conocida como el «pánico financiero de 1907» se utilizó como justificación para el nuevo régimen monetario. La Reserva Federal se vendió al público estadounidense como una solución a la volatilidad del mercado que evitaría futuras caídas,9 pero en los primeros años tras su creación, el banco presidiría uno de los momentos más volátiles que haya visto la economía de este país, seguido de un colapso que derribó al resto del mundo con él.

La Gran Depresión trajo cambios extremos a la política monetaria del país. En 1933, menos de 20 años después de que se formara la FED, Estados Unidos dio su primer paso fuera del patrón oro (que definiré más adelante) con la Ley de Emergencia Bancaria de 1933 (el paso real fuera del patrón oro ocurrió el 15 de agosto de 1971, cuando el presidente Nixon anunció por televisión que Estados Unidos ya no cambiaría su moneda por oro). En los primeros años tras la implementación de esta política en la década de los treinta, los ciudadanos estadounidenses fueron obligados legalmente a vender su oro al gobierno muy por debajo del precio de mercado. Como a estos ciudadanos se les reembolsó su oro, los historiadores suelen debatir si esto fue técnicamente una confiscación,10 pero de hecho sí lo fue, teniendo en cuenta que los obligaron a entregar su oro y no les pagaron un precio justo por ello.

Con el patrón oro, todo el papel moneda estaba respaldado por oro en alguna bóveda de alguna parte y se podía canjear por dicho metal. Las propiedades de este papel moneda estaban fuertemente influenciadas por el oro que lo respaldaba. Y, lo que es más importante, como el suministro de oro es limitado, también existe un límite para el dinero que se puede imprimir bajo este patrón. Pero sin el patrón oro, no hay límite para la cantidad de dinero que se puede imprimir. La mayoría de los bancos del mundo, incluidos los bancos centrales, ni siquiera están obligados a mantener todo el papel moneda que tienen en sus libros de contabilidad; solo están obligados a tener a mano una fracción de dichas reservas, en un acuerdo que se denomina con mucho acierto «banca de reserva fraccionaria». La lógica que yace tras este esquema radica en que una oferta monetaria ampliada liberará más dinero para préstamos, y creará negocios que añadirán un valor tangible a la economía.

A primera vista, suena muy bien aumentar la oferta monetaria y tiene algunos efectos positivos a corto plazo. Pero más dinero en circulación no implica que todos sean más ricos; significa que nuestra moneda está devaluada. De hecho (sin entrar demasiado en detalles), con cada nuevo dólar que imprime la Reserva Federal, los dólares que están en circulación se diluyen y pierden un poco de su valor. Esto hace que todos los precios aumenten en el mercado, incluidas los de las necesidades básicas necesarias para sobrevivir: proceso conocido como inflación. En mi opinión, desde que nos sacaron del patrón oro la inflación se ha salido de control y el poder adquisitivo del dólar ha disminuido en más del 90 % en comparación con el del oro.

En comparación con la longevidad y estabilidad de metales preciosos como la plata y el oro, las monedas fiduciarias sin respaldo rara vez soportan la prueba del tiempo. Sin embargo, los gobiernos no parecen haber aprendido la lección, porque continúan desplegando estas monedas sin valor aún después de que cientos de experimentos similares hayan fracasado. Y no lo hacen porque sean estúpidos; sino porque hacer que el dinero sea fiduciario por completo es la única forma de mantener el control total, y por ende, lo consideran la única opción viable, incluso a pesar de que saben que al final se desmoronará y lastimará a muchas personas inocentes.

A pesar de todos estos riesgos, el dólar estadounidense sigue siendo la principal moneda de reserva mundial en la actualidad, lo que significa que es el activo más utilizado en el comercio internacional y está en manos de los bancos centrales de todo el mundo. La mayoría de los bancos centrales tienen una variedad de monedas de reserva, y el dólar estadounidense ha sido el más popular durante mucho tiempo. Tener el control de la moneda de reserva global le da al gobierno de Estados Unidos un increíble poder financiero sobre los demás países porque les permite pedir prestado a un costo mucho menor, con ventaja por valor de más de 100 mil millones de dólares por año.11 Esta ventaja puede estar llegando a su fin, porque el dólar estadounidense está perdiendo poco a poco su dominio en el balance de los bancos centrales.

La proporción de dólares estadounidenses en manos de los bancos centrales se ha reducido desde alrededor del 70 % en 2000 a menos del 60 % en la actualidad.12 Creo que, en algún momento, el dólar estadounidense fracasará y perderá su condición de moneda de reserva global y los ciudadanos medios de este mundo tendrán que recoger las migajas una vez más. Los banqueros y los políticos insistirán en que el sistema se puede reformar, que todo volverá a la normalidad después de algunos pequeños ajustes, sin embargo, como el sistema está roto por diseño, será imposible de arreglar. Necesitamos una forma completamente nueva de hacer negocios, donde el poder esté descentralizado en múltiples manos, en vez de centralizado en las manos de unos pocos.

Algunas de las personas más inteligentes de nuestro tiempo son capaces de ver con claridad la encrucijada a la que nos acercamos y han comenzado a construir puentes hacia un futuro mejor. A medida que el viejo y disfuncional sistema financiero se desmorona y se desvanece en la obsolescencia, tenemos la oportunidad de participar en la creación de un tipo completamente nuevo de red financiera: abierta, transparente y pública (sin necesidad de permisos). Si compraste este libro, es muy probable que sepas que estoy hablando de la tecnología de la cadena de bloques (Blockchain), los activos criptográficos y la aplicaciones Web3. Estas innovaciones cambiarán el mundo en las próximas décadas, del mismo modo que Internet creó un mundo que no se parece en lo más mínimo al mundo en el que nací. Estamos en las primeras etapas de esta transición y no va a ser fácil. Pero la buena noticia es que las herramientas que pueden ayudarnos en estos tiempos de incertidumbre económica ya están disponibles. Para mantenerte a la vanguardia en la nueva economía, querrás aprender todo lo que puedas sobre esta tecnología y descubrir cómo usarla a tu favor. Las inversiones más importantes que se pueden hacer en esta industria son tu tiempo, tu cerebro y tu energía. Pero ten en cuenta que este espacio puede ser un poco abrumador para los recién llegados, y las cosas se mueven tan rápido que puede resultar difícil estar al día, sobre todo si no se conocen los conceptos básicos. En las páginas siguientes, haremos un seguimiento del progreso que esta tecnología ha logrado en su corta existencia y profundizaremos en los fundamentos más importantes de la criptoindustria. Es hora de ponerse al día sobre todo lo que te has estado perdiendo. Vamos a por ello.

CAPÍTULO 2

El árbol del dinero digital

eCash, E-Gold y eBay

El dinero es un elemento permanente en nuestro mundo y en nuestras vidas, pero muy pocas personas realmente entienden cómo funciona y la mayoría tendría dificultades para definirlo de forma correcta. Desglosado en sus términos más simples, el dinero es una representación de valor, tiempo, esfuerzo y escasez. Los economistas generalmente señalan tres principios que diferencian al dinero de otras mercancías. Para ser clasificada como dinero, una mercancía debe operar como (1) medio de pago, (2) depósito o reserva de valor y (3) unidad de cuenta. Un activo como el dinero se considera medio de intercambio cuando se usa y acepta de forma habitual como medio de pago en la economía. El dinero también sirve como depósito o reserva de valor, lo cual significa que retiene su valor a lo largo del tiempo y permite que los ahorradores puedan almacenar su poder adquisitivo para una fecha posterior. En cuanto al tercer principio, las unidades contables se emplean para medir el precio de los bienes y calcular la riqueza. Estos activos son divisibles en unidades más pequeñas y siempre son fungibles, es decir, pueden intercambiarse con uniformidad por otros activos idénticos del mismo tipo y tamaño. Por ejemplo, un gramo de oro siempre tendrá igual valor que otro gramo de oro, un dólar siempre será igual a otro dólar y un bitcoin siempre será igual a otro bitcoin.

Ese es el resumen técnico de la forma en que los expertos definen el dinero, lo cual nos da una buena visión general de cómo funciona a nivel mecánico, pero en realidad, va mucho más allá de eso. Todas las propiedades físicas y tangibles que definen el dinero están respaldadas por la fe. El dinero es en esencia un meme que no funciona a menos que mucha gente crea en él. Esa es la propiedad fundamental del dinero, con frecuencia pasada por alto, que le ha permitido tomar tantas formas diferentes a lo largo de la historia.

El pionero de la criptografía y cofundador de Gemini, Tyler Winklevoss, señaló esta cuestión en un comunicado después de que Gemini anunciara que iba a comenzar a apoyar el «dogecoin»: «Sí, es una criptomoneda meme o «meme coin», pero todo el dinero es un meme. Y todo el dinero es tanto una idea como una cuestión de fe. A lo largo de su historia multimilenaria, la mayoría del dinero (conchas, cuentas, metales preciosos, etc.) ha sido lo que nosotros, las personas, hemos dicho y creído que es».1

Las primeras economías humanas se desarrollaron en torno al trueque y al comercio directo, una forma de comercio a baja velocidad. Esto significa que el valor se mueve muy lentamente a través de la economía, lo que suele conducir a que se produzca un estancamiento del crecimiento económico. Las economías de trueque dependen del fenómeno de la «coincidencia de deseos», algo que ocurre cuando cada una de las partes tiene algo que la otra quiere y esto les permite intercambiar los artículos sin necesidad de ningún medio de intercambio. Por desgracia, los planetas no siempre están alineados y estas coincidencias son demasiado raras para apoyar una economía próspera. Este problema condujo a muchas civilizaciones antiguas a desarrollar los primeros sistemas monetarios, que llevaron a un crecimiento económico no visto antes en el mundo. Artículos como conchas y cuentas fueron las primeras mercancías que surgieron como medios de intercambio del sistema de trueque. Mucho más tarde, con el crecimiento de los imperios, los gobiernos impusieron monedas oficiales para sus reinos.

Los historiadores creen que las primeras monedas reguladas se utilizaron en el antiguo reino de Lidia, que se asentaba en lo que hoy es Turquía, y fueron emitidas bajo el gobierno del rey Aliates (del 610/619 hasta el 560 a. C. aproximadamente). Las monedas estaban hechas de «electrum», una aleación de oro y plata,2 lo que posiblemente inspiró el nombre de uno de los primeras monederos de bitcoin: «electrum» (más adelante abordaremos los monederos de bitcoins). En los años siguientes, los reinos vecinos adoptaron tanto monedas de plata como de oro y se extendieron por todo el continente. La plata y el oro siguieron siendo los medios de intercambio más populares a nivel mundial hasta hace muy poco, pero ha habido varios experimentos con diferentes ideas a lo largo de la historia. El cuero se usó hace siglos en lugares como India y China, algo que tiene sentido si tenemos en cuenta que el cuero era un producto de gran importancia en la historia más temprana de la humanidad. Sin embargo, las monedas no siempre se basaron en materias primas; a veces eran puramente fiduciarias y sin ningún respaldo. Por definición, las «monedas fiduciarias» son aquellas consideradas de curso legal por orden o decreto gubernamental. Las primeras monedas fiduciarias solían estar vinculadas a algún tipo de producto, sin embargo, los gobernantes pronto se dieron cuenta de que estos productos imponían limitaciones a su capacidad para controlar o inflar la moneda. En el Londres medieval, los comerciantes usaban pequeñas tablas llamadas «palos de cómputo» (o palos de conteo) para controlar las deudas y transacciones. Este sistema basado en un libro mayor (o de contabilidad) fue impuesto como moneda por el rey Enrique I alrededor del año 1100. Incluso en aquel entonces esta idea ya no era novedosa. Los arqueólogos han encontrado evidencias de que nuestros antepasados llevaban libros de contabilidad con marcas de registro en huesos de animales desde finales de la Edad de Piedra.3 Hace siglos, la mayoría de estas monedas estaban respaldadas por algún producto, pero al final el papel moneda sin respaldo se convirtió en la forma más popular de moneda fiduciaria y aún mantiene su dominio.

La nueva moneda

A medida que tiene lugar la transición a la era tecnológica, también empieza a cambiar la naturaleza del dinero, pero aún no está del todo claro qué forma tomará. Existe la posibilidad de que veamos un nuevo sistema de dinero digital que asuma la mayoría de las propiedades económicas de las monedas fiduciarias de la actualidad: inflación ilimitada, control estricto por parte de los bancos centrales y vigilancia generalizada.

Este cambio empezó a mediados del siglo XX, cuando los bancos comenzaron a emplear ordenadores para controlar sus cuentas y libros de contabilidad. Los ordenadores y las máquinas también allanaron el camino a las primeras tarjetas de crédito y débito, que permitieron a las personas acceder al crédito y a toda su riqueza con una sencilla tarjeta de plástico. Aparte de hacer nuestra vida mucho más cómoda, esta innovación cambió la naturaleza de la economía, al disminuir la importancia del efectivo que, aunque aún se acepta, su uso ha entrado en un constante declive desde que las tarjetas de débito y crédito entraron en escena.4

Los bancos no fueron los únicos que experimentaron con la tecnología financiera; los cerebritos informáticos también desarrollaron diferentes enfoques para el dinero digital y sus ideas fueron mucho más revolucionarias. Los primeros usuarios de Internet vieron el potencial de esta nueva tecnología y muchos de ellos entendieron lo importante que podría ser para la economía global. Pensaron que si Internet iba a ser una fuerza económica impulsora, entonces debería tener sus propios rieles financieros y tal vez incluso su propia moneda.