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Cuando nace un hijo, también nace una nueva versión de nosotras. Cuando mamá se encuentra es un viaje emocional profundo por los claroscuros de la maternidad. En este relato íntimo, la autora comparte sin filtros su experiencia de ser madre, de sentirse superada, invisible y ansiosa, pero también valiente y resiliente. A través de palabras honestas y poderosas, nos invita a acompañarla en el proceso de sanar, soltar y reencontrarse con su identidad más allá de ser mamá.
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Seitenzahl: 60
Veröffentlichungsjahr: 2025
GISELLE RODRIGUEZ
Rodriguez, GiselleCuando mamá se encuentra / Giselle Rodriguez. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2025.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-6784-0
1. Narrativa. I. Título.CDD A860
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Prólogo
Introducción
Primera parte - Reconocer el peso
Capítulo 1–Cuando nace un bebé y nace otra mujer
Capítulo 2–La culpa que nadie pidió
Capítulo 3–Cuando todo cambia por dentro
Capítulo 4–En pareja, pero a veces solos
Capítulo 5–El arte de cuidarme sin culpa
Capítulo 6–La trampa de la maternidad perfecta
Capítulo 7–Aprender a pedir ayuda
Capítulo 8–Encontrar mi identidad más allá de ser mamá
Capítulo 9–Vivir con ansiedad
Capítulo 10–No todos los días son buenos
Segunda parte - Ciclos y repeticiones
Capítulo 11–El miedo que no se va
Capítulo 12–La culpa que aparece sin avisar
Capítulo 13–Mis hijos, mi equilibrio y mi desafío
Capítulo 14–El cuerpo también habla
Capítulo 15–El tiempo no borra, pero transforma
Capítulo 16–Cuando el miedo se queda
Capítulo 17–El arte de pedir ayuda
Capítulo 18–Pequeñas luces en la oscuridad
Capítulo 19–Soltar lo que no puedo controlar
Capítulo 20–El ciclo de lo repetido
Tercera parte - Cambio lento, pero real
Capítulo 21–El eco del hábito
Capítulo 22–Hablarme bonito
Capítulo 23–¿Quién soy sin ese peso?
Capítulo 24–El descanso como forma de valentía
Capítulo 25–El amor que empieza en mí
Capítulo 26–No soy una tarea pendiente
Capítulo 27–Aprendí a no explicarme tanto
Capítulo 28–Cuando me hablo, me escucho
Capítulo 29–Soy más que todo lo que cargo
Capítulo 30–La mujer que vuelve a sí misma
Reflexión final
Agradecimientos
Y hay momentos en los que quiero caer, en los que quiero apagar mi chip, en los que la rutina pesa.
Pero ahí están ustedes, mis tesoros más grandes, lo mejor que hice, en esas mañanas de juego, de risas y también de retos en los que la paciencia no es mi aliada.
Sus miradas con esos ojos bellos, sus besos y ese “mamá, te quiero” de fondo, repetidas veces, son lo que me da fuerzas y lo que me permite decirme: “No estás tan mal, no lo estás haciendo tan mal”.
Y saber, también, que el amor todo lo puede y que este amor tan real sana. Gracias, mis pequeños Mateo y Nicolás.
Los amo.
Hay una parte de la maternidad que casi nadie te cuenta. Esa parte que aparece en la madrugada, cuando estás sola con un bebé en brazos y el cansancio te arde en los huesos. Esa parte en la que te preguntas si lo estás haciendo bien, si eres suficiente, si algún día volverás a sentirte tú misma.
Yo estuve ahí muchas veces.
Este libro no está escrito desde la perfección. No soy psicóloga ni coach, ni tengo todas las respuestas. Soy mamá, y, como tú, he llorado en silencio en el baño, he dudado de mí misma y también he encontrado fuerza donde creía que ya no había nada.
Escribo esto porque sé lo que es sentirse sola, confundida, agotada, y, aun así, seguir. Descubrí que no estamos solas, aunque a veces lo parezca. Si alguna vez sentiste que se te desborda el alma, este libro es para ti. Quiero compartirte mi historia, sin filtros, para que sepas que lo que sientes es válido, que tu salud mental importa y que hay luz aunque cueste verla.
Este libro no nació de la calma, sino del cansancio, del dolor que se acumuló en el cuerpo, de los silencios que pesaban más que las palabras. Nació de las noches largas en las que parecía que nada iba a cambiar y, sin embargo, algo adentro empezó a moverse.
Este no es un libro de recetas ni de consejos; es un libro de verdades, de esas que duelen, pero también sanan, de esas que una guarda durante años por miedo a que no sean entendidas. Quien lo escribe se cansó de sostenerlo todo en silencio y un día decidió empezar a hablar, no para gritar ni para reclamar, sino para encontrarse.
Cada capítulo de este libro es un reencuentro con la mujer que un día se olvidó de sí misma, con la madre que se exigía demasiado, con la niña que aún temía molestar y con la adulta que un día se atrevió a decir: “Ya no puedo más así”. Este libro está escrito con verdad, con cuerpo, con miedo, con coraje y con amor.
Ojalá que, al leerlo, te sientas acompañada. Ojalá te abrace en los días en que todo pesa, porque sanar no es llegar a ningún lugar, sanar es volver a casa. Este libro es, sobre todo, el testimonio de una mujer que finalmente volvió a sí misma.
Este no es un libro con respuestas; es un libro nacido de preguntas, de silencios largos, de días en los que me sentí agotada de sostener tanto. Es una especie de mapa emocional, imperfecto, pero honesto, escrito mientras yo misma intentaba entender quién era debajo de todo lo que me exigía ser.
Durante mucho tiempo viví en automático, creyendo que ser fuerte era la única forma de sobrevivir. Me ocupé de todo y de todos, mientras adentro algo se iba rompiendo. Pero el cuerpo y el alma siempre encuentran la forma de hablar, aunque no queramos escuchar.
Este libro empezó como una necesidad de poner en palabras lo que dolía, lo que me pesaba, lo que no sabía cómo nombrar. Pero también se convirtió en un espacio de encuentro conmigo misma, y hoy quiero compartirlo, por si alguna parte de estas páginas puede resonar contigo.
Lo escribí con la esperanza de que quien lo lea se sienta menos sola, menos rara, menos exigida; que sepa que no está mal parar, no está mal sentir, no está mal necesitar amor, aunque no sepamos bien cómo dárnoslo. Lo escribí por mí, por todo lo que callé. Lo escribí por Nicolás, que me mostró que algunas heridas se pueden transformar en camino. Lo escribí por ti, que quizás también estás buscando volver a casa, a ti misma.
Ojalá encuentres en estas palabras un espejo, una caricia, una compañía.
Bienvenida a este viaje.
El nacimiento de mi segundo hijo no solo trajo una nueva vida a casa, también trajo una nueva versión de mí que yo no conocía y que, para ser honesta, al principio no entendía.
El posparto fue difícil, no solo por el dolor físico, que muchas veces se minimiza, sino por el caos emocional que me envolvía. Tenía un recién nacido en brazos y un hijo de tres años que también necesitaba de mí; dos personitas exigiendo todo de una mujer que ya sentía que no tenía nada para dar.
