Cuentos de laboratorio para un despertar de conciencia - Victoria J. Molina - E-Book

Cuentos de laboratorio para un despertar de conciencia E-Book

Victoria J. Molina

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Beschreibung

El libro consta de diez cuentos cortos, cada uno de ellos se desarrolla en uno de los países lideres de la industria farmacéutica. La temática central se desarrolla haciendo foco en los animales que se utilizan para la experimentación de los distintos medicamentos antes de su comercialización. Los protagonistas de cada historia son generalmente dos: uno, un ser humano y el otro un animal no humano, de las especies que lamentablemente se utilizan para estos fines (hámsters, primates, conejos, cerdos, etc.). El hilo conductor de los 10 cuentos son los ojos y la noble mirada de cada animal, cada una de las historias hace un paralelismo entre los momentos más oscuros del ser humano en el desarrollo de la humanidad, desde una mirada piadosa (esclavitud, Holocausto, Hiroshima), con el trato que se les da a los animales utilizándolos como objeto para fines comerciales. Cada protagonista humano, tiene una perspectiva distinta al tomar una decisión en su vida, pero siempre queda una reflexión rondando en su cabeza, al ver a los animales como lo que son: seres sintientes.

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VICTORIA J. MOLINA

Cuentos de laboratorio para un despertar de conciencia

Molina, Victoria J. Cuentos de laboratorio para un despertar de conciencia / Victoria J. Molina. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-4786-6

1. Narrativa. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

[email protected] Corrección – Edición: María Belén Vitello [email protected] / [email protected] / 15–6712–6746 Ilustración de tapa: “Mimetizandose” del pintor Alejandro Costas Diseño de portada: Victoria S. Molina molina–[email protected] Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio mecánico, electrónico y/ u otro, sin autorización escrita del editor.

Tabla de Contenido

PRÓLOGO

I

HIMZ5

II

EL SEÑOR FIRBY

III

MI ÁNGEL SHIO

IV

MI QUERIDA RUSIA

V

AMARILLIS

VI

AMAZONIA

VII

LO QUE NO SE VE

VIII

PAMIIYOK(Cola enroscada)

IX

ELMO Y EL AMOR

X

PLATÓN

Agradezco profundamente al artista, Alejandro Costas, cuya maravillosa pintura: “Mimetizándose” ilustra la tapa de este libro, gracias a su generosidad y a su visión sobre el respeto a la vida en todas sus formas; y a Raúl Cau, quien escribió ese prólogo maravilloso que llenó mi espíritu de satisfacción.

Agradezco a mis padres que de alguna misteriosa forma hicieron que siguiera este camino de bonanza y felicidad, que me lleva a ser un instrumento de cambio en la convivencia humana con los otros seres; y a Eduardo de Lázzari, quien en su momento generó el camino para la concreción de todos mis proyectos.

A todos mis seres queridos, hermanos, amigos; a mi sobrino, Tomi, quien hizo surgir la parte más bondadosa de mí ser, y por último, pero no menos importante, a mi compañero de este sendero de evolución desde hace veintidós años, con el cual logro manifestar lo más profundo de mi alma: mi querido Daniel (Cuchurrumin).

Gracias a todos aquellos que lean este libro. Dios los bendiga en paz, armonía, salud y prosperidad.

Victoria J. Molina

PRÓLOGO

Existe un tipo de laboratorio en donde seres humanos llamados científicos realizan investigaciones. Sobre este tipo de laboratorio tratan los cuentos que vas a leer. Pero también el alma es un laboratorio. Un laboratorio en el que se transmutan las emociones para que sean cada vez más elevadas.

Estos cuentos también pueden ser, si así lo quieres, lector, un insumo para la purificación de tu alma. Y aun si así no lo quieres, encontrarás en ellos una conexión con principios que nunca deben olvidarse, como por ejemplo, que no podemos hacer lo que se nos antoje, o que el fin no justifica los medios.

Historias que parecen la misma historia, pero que no lo son. Historias dentro de historias, e historias dentro de la gran historia humana. La autora nos lleva, sin aparentes sobresaltos, por caminos inesperados. Animales y seres humanos conectados por la abnegación y la crueldad. Muchas preguntas y algunas pocas respuestas, las demás quedan a nuestro cargo. Una invitación a repensar algunas cosas que damos por sentadas.

En estos cuentos, las ideas fuerza abrevan en los principios más sagrados, pero no se nos impone nada, simplemente es la propia historia la que nos lleva por distintos vericuetos, hasta que en algún punto aparecen dilemas morales que obligan a los protagonistas a replantearse sus elecciones de vida. Podremos, o no, compartir sus decisiones. La sensibilidad del lector captará las sutilezas de la escritura, que fluye sin altibajos. Lo que parece simple no lo es tanto.

Todos los cuentos tienen algo que los une entre sí: la mirada. La mirada de la autora y la mirada de los personajes. Por un lado, la mirada de los personajes sirve como lazo de unión emocional entre ellos, y por el otro lado, la mirada de la autora está esperando completarse con la tuya, lector.

¿Podrá el esfuerzo individual modificar la sociedad en que vivimos? La autora piensa que sí, y este libro es prueba de ello. Quizá con solo leerlo podamos ayudarla, si es cierto lo que sostienen quienes creen que un pensamiento puede cambiarlo todo.

Raúl Cau

I

HIMZ5

Como todo los días, Harry se fue a casa satisfecho de su último descubrimiento, pensando en la cantidad de dinero que le iban a pagar, si aquella nueva droga daba resultado; también (y por qué no), ya se veía aceptando el premio Nobel de ese año; y por último, se daba de palmadas en la espalda pensando en la cantidad de seres humanos que se salvarían de sus miserables dolencias.

“¡Hola, mi amor!”, lo recibió su esposa, tan dulce como siempre. María era una de esas mujeres que solo se encuentran en las antiguas novelas (bella, dulce, buena madre y apasionada cónyuge); tras ella fueron corriendo un niño y una niña rebosantes de alegría y salud, Susy y Tom.

—¡Hola, papá! –dijeron los niños al unísono.

—¿Sabes qué? –dijo Tom– hoy en la escuela me preguntaron de qué trabajabas y yo, todo orgulloso, les conté que hacías cosas, medicamentos para que las personas no sufran; es más, dije: “Mi papá es un hombre que jamás haría sufrir a ninguna criatura, gracias a él hoy tengo a Bob, mi perro, tan feo como bueno, lo rescató de la protectora y para que mi mamá no se enojara le prometió que solo él y yo nos encargaríamos de sus necesidades y Bob nos haría feliz a todos”.

Harry, orgulloso de su familia por lo que había dicho su hijo en relación con su trabajo, siguió con más ahínco sus pruebas de laboratorio, ensimismado, seguro que para la época del año que entregarían los premios Nobel ya tendría todo testeado, listo para el mercado de la farmacotecnia; y así pasaron ocho meses.

Al final de un día, como todos los días que llegaba de su trabajo, por primera vez en los veinte años que llevaba de científico, miró a su niño con su perro, jugando con tanta ternura, que se le vinieron a la mente unos ojos dulces marrones, con una expresión que solo había visto en los cuadros de beatos. En ese momento no pudo identificar de quiénes eran; durante toda la noche se quedó pensando en esos ojos y en esa expresión ¿sería de algún miembro de su familia, de alguna abuela de aquellas que murieron cuando él era muy pequeño? ¿En dónde había visto esos ojos?.

A la mañana, en el momento en que se estaba preparando un rico y doble café, porque no había dormido en absoluto, se dio cuenta de a quién pertenecían esos amables ojos, y la taza se le cayó al piso desparramando su contenido......eran los de la “orangutana”, clasificada como HIMZ5, en la que hacía sus pruebas para el nuevo medicamento. En ese momento se arrodilló a recoger los pedazos de la taza que estaban en el piso y explotó en un sollozo incontenible, repitiendo: “Perdón, perdón, perdón, HIMZ5, ni siquiera te dimos un nombre; te provocamos tanto dolor como el que queremos evitar a nuestros pares y vos solo nos mirabas sin emitir ni siquiera un gemido”. Desde ese preciso momento, en el que su alma se desmoronó y se inundó de un profundo dolor, su vida cambió; renunció a la famosa firma, pero como no podía evitar que sigan con esa investigación destruyó todos sus estudios, le dio un beso en la frente a HIMZ5 y le proporcionó una piadosa eutanasia. Todos en el ambiente se preguntaron qué le había sucedido al más brillante científico del equipo, especulaban con algún surménage; a nadie, ni por asomo, se le ocurrió pensar que tuvo un despertar de conciencia.

Hoy día, Harry y su familia viven en Sumatra, en plena armonía con la naturaleza cerca de un centro de protección y rescate, dedicando su vida a salvar Orangutanes. Fue allí, que su hijo, al darse cuenta de lo que le había ocurrido gracias a que ya era adolescente, bautizó nuevamente a su padre con el nombre de Zai Boa, que en el idioma local significa “Nacido para el Bien”.

FIN

II

EL SEÑOR FIRBY

Isaac Shimon estaba totalmente alterado, pues había recibido la noticia de que la mercadería para sus estudios llegaría con un atraso de veinte días. Muy malhumorado reunió a su equipo y le exigió el máximo de rendimiento con los elementos que se encontraban disponibles; Alexander, el miembro más joven de su equipo, replicó:

—Pero, Dr. Isaac, los ratones ya fueron expuestos a pruebas que resultaron negativas y están en período de restablecimiento para poder proseguir, si trabajamos sobre ellos, es muy probable que mueran de estrés antes de comenzar con los experimentos decisivos.

—Es irrelevante, solo son ratones, es más importante llegar al plazo establecido por la Merck Rochad S.A., pues con las ganancias que nos generará el medicamento que nos solicitó podremos proseguir mi investigación que salvará a millones de personas, de una muerte dolorosa, en pocas horas.

Mientras decía esto, muy en lo profundo de su mente se imaginaba agradeciendo a un numeroso público de afamados científicos tras haber recibido el premio Nobel.

Al día siguiente recibió una llamada telefónica. Al atender escuchó una voz familiar dulce y pausada que le decía:

—Querido Isy, tanto tiempo que no hablamos, ¿cómo estás?, ¿siempre trabajando?, ¿algún día tendrás tiempo para contarme la importancia de lo que haces?, siempre presumo con mis amigos hablando de mi nieto, el científico.

—Hola, abuela, qué sorpresa, justo estaba por irme al laboratorio, pero para vos siempre trato de hacerme algo de tiempo, a pesar de tus cariñosos reproches.