Cuidemos la memoria - Marlene Marina Gorguet Pi - E-Book

Cuidemos la memoria E-Book

Marlene Marina Gorguet Pi

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  • Herausgeber: RUTH
  • Kategorie: Ratgeber
  • Sprache: Spanisch
  • Veröffentlichungsjahr: 2023
Beschreibung

Definida como "facultad psíquica por medio de la cual se retiene y recuerda el pasado", la memoria es sin duda un proceso vital para cada individuo y para toda nuestra especie. La autora de este libro nos ofrece aspectos conceptuales indispensables para comprender su complejo funcionamiento, introduciéndonos de este modo en el vasto universo que conforma esta capacidad, los múltiples factores que la modifican, las enfermedades en las que se ve implicada, como las demencias, y otros aspectos; se nos sugieren acciones para su cuidado que no desdeñará quien padece, ha padecido o aspira a no sufrir dificultades con su memoria.

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Seitenzahl: 222

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Edición: Roberto Carlos Fournier

Diseño de cubierta: Sergio Rodríguez Caballero

Composición: Abel Sánchez Medina

Conversión a ebook: Idalmis Valdés Herrera

 

© Marlene Marina Gorguet Pi, 2019

© Sobre la presente edición:

Editorial Oriente, 2023

 

ISBN 9789591113207

 

Instituto Cubano del Libro

Editorial Oriente

J. Castillo Duany No. 356

Santiago de Cuba

[email protected]

www.editorialoriente.wordpress.com

www.facebook.com/editorialorienteoficial/

Índice de contenido
Introducción
La memoria. Aspectos generales
De la historia
Definición
Características
Rasgos evolutivos
Función
Capacidad
Importancia
Procesos de la memoria
Fijación o memorización
Conservación, almacenamiento o retención
Factores que influyen en la retención
Reproducción o recuperación
El olvido
Olvidos cotidianos más frecuentes
Siete errores de la memoria
El recuerdo
Sistemas o niveles de la memoria
Clasificación y variación con la edad
Clasificación de la memoria
Mitos o creencias falsas sobre la memoria
Factores que afectan la memoria
La edad
Memoria infantil
Adolescencia y juventud
Envejecimiento
Otros factores que modifican la memoria
Respiración
Alimentación
Siete alimentos que ayudan a la memoria
Oligoelementos y minerales
Percepción
Detalles sensoriales
Observación
Representación mental o visualización
Lenguaje
Asociación
Repetición y repaso (consolidación)
Experiencia práctica
Ejercicio físico, entrenamiento y fatiga
Sueño y descanso
Actividad
Aprendizaje
Atención y distracción
Interés
Motivación
Comprensión
Comunicación
Inteligencia
Imaginación y creatividad
Autoexpresión y concentración
Escritura
Emoción
Particularidades individuales. Personalidad
Genética
Lateralidad
Altura
Hormonas
Sexo y género
Relaciones sexuales
Menopausia y embarazo
Ejercicios para entrenar la mente durante el embarazo
Ruido
Ansiedad
Estrés
Estrés postraumático
Drogas
Alcoholismo
Cafeína
Tabaco o Cigarro
Hipnóticos
Estimulantes
Depresión
Soledad y aislamiento social
Cambios
Humor, risa y diversión
Condiciones socioeconómicas y culturales
Estilo de vida
Trastornos que agravan el déficit cognitivo
Test de autoevaluación de la memoria
Memoria y enfermedades
Hipertensión arterial
Insuficiencia cardíaca
Insuficiencia de oxígeno
Hipotiroidismo
Enfermedad de Cushing
Hipercolesterolemia
Enfermedad de Addison
Obesidad
Tumores cerebrales
Hipoglucemia
Esquizofrenia
Neurastenia
Corea de Huntington
Enfermedad de Pick
Virus de inmunodeficiencia humana (VIH)
Procesos infecciosos (gérmenes)
Encefalitis herpética
Intoxicación por metales pesados
Plomo
Mercurio
Trauma cráneo-cerebral
Encefalopatía traumática
Encefalitis tipo B
Sífilis cerebral (parálisis general)
Neurosífilis parenquimatosa
Psicosis senil
Arterioesclerosis
Arterioesclerosis cerebral
Recomendaciones para prevenir la ateroesclerosis
Demencias
Fase de inicio
Fase de estado
Fase terminal
Clasificación
Otras clasificaciones
Tipologías
Otras demencias
Nutrición en pacientes graves
Prevención de la demencia
Recomendaciones para la atención de la demencia
Enfermedad de Alzheimer y trastornos de la memoria
Los diez signos de alarma de la enfermedad de Alzheimer
Síntomas para preocuparse por su memoria
Tratamiento
Algunas alternativas de tratamiento
Trastornos de la memoria
Alteraciones cualitativas
Alteraciones cuantitativas
Amnesias
Clasificación etiológica de la amnesia
De causa orgánica
De causa psíquica o afectiva
Amnesias por expresión clínica
Amnesia total, general o completa
Amnesia anterógrada o de fijación
Amnesia retrógrada o de evocación
Amnesia retroanterógrada
Amnesia parcial
Otros tipos de amnesia
Amnesia funcional
Amnesia lacunar
Trastornos disociativos
Otros trastornos
Pérdida de memoria
Amnesia transitoria
Amnesia estacionaria
Amnesia progresiva
Amnesia permanente
Interrogatorio ante alteraciones de la memoria
Acciones para optimizar la memoria
I. Ejercicios para la memoria
II. Reglas para mejorar la memoria
III. Consejos para potenciar la capacidad de memorizar
IV. Estrategias mnemotécnicas para el trabajo docente
V. Consejos útiles para la memorización
VI. Ejercicios que debe incluir en la rutina diaria
VII. Consejos prácticos para desarrollar la memoria y la agilidad mental
VIII. Remedios caseros para la memoria
IX. Recomendaciones generales para cuidar la memoria
Bibliografía
Datos de la autora

A mi tía Ofelia Pi Colás, y a todos los que luchan por mantener o recuperar su memoria.

Introducción

La mente humana depende en gran parte de la memoria. El mundo en que nos movemos avanza rápidamente, por lo que es necesario tanto recordar lo que hemos vivido y aprendido como ser capaces de diseñar estrategias que nos permitan enfrentarnos a situaciones nuevas y cambiantes.

El pensador italiano Norberto Bobbio decía que “somos aquello que recordamos”, e Iván Izquierdo, director por más de veinte años del Centro de Memoria de Brasil, expresa que “también somos lo que decidimos olvidar”. La gran cualidad de la memoria humana no radica tanto en evocar con detalle los eventos pasados, como en poder traer al presente las experiencias emocionantes de nuestra vida.

Es a ella a la que mayor atención prestamos y a la que mayor esfuerzo le exigimos pues somos quienes somos gracias a lo que aprendemos y recordamos. Nuestra vida existe gracias a nuestra memoria. La vida está formada por recuerdos. Un ser humano es, fundamentalmente, el conjunto de sus propios recuerdos y esto lo hace único e irrepetible.

Perder la memoria es, en buena medida, perder la conciencia de ser. Sin ella no lograríamos conservar los conocimientos aprendidos, ni tener recuerdos. Es vivir en el presente, sin vínculos mentales con el pasado; es una forma despiadada de enfrentarse al futuro.

El conocimiento, el arte, la ciencia, la vida social y la experiencia humana se basan en el recuerdo, en la capacidad de retener y evocar los distintos hechos tal como sucedieron en la realidad. El progreso humano y el avance científico, la conservación de tradiciones y la construcción de la cultura son solo algunos ejemplos de actividades que no existirían si no estuviéramos dotados de esta facultad.

En este libro se brinda información necesaria y útil para cuidar y mejorar su memoria. Si lo logro he cumplido mi objetivo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La memoria. Aspectos generales

Sin memoria dejamos de ser humanos.

Diane Ackerman

De la historia

Durante muchos años el hombre ha tratado de explicar el proceso de la memoria. Los primeros estudios comenzaron en el campo de la filosofía, e incluían las técnicas para mejorarla. En la época de los griegos se elaboraron libros sobre cómo optimizar la memoria natural, los cuales tienen vigencia en la ctualidad. A partir de estos, muchos filósofos e investigadores han tratado de explicar cómo se realiza este proceso o cómo poder mejorarlo.

A finales del sigloxixy principios delxx, la memoria pasó a ser el paradigma por excelencia de la psicologíacognitiva, y en las últimas décadas, se ha convertido en uno de los pilares de una rama de la ciencia conocida como neurociencia cognitiva, nexo interdisciplinario entre la psicología cognitiva y la neurociencia.

El estudio de la memoria y el aprendizaje se ha visto impulsado por inquietudes filosóficas acerca de cómo se produce la adquisición del conocimiento. El recuerdo tambiénaparece habitualmente en muchas investigaciones, por este motivo, una revisión de los principales estudios realizados sobre la memoria puede proporcionar también una visión histórica del estudio del recuerdo.

En general, se considera que el psicólogo alemán Hermann Ebbinghaus (Sobre la memoria, 1885) fue el pionero en el estudio experimental de la memoria, al haberse utilizado a sí mismo para estudiar fenómenos básicos tales como las curvas de aprendizaje y del olvido, e inventar sílabas sin sentido para dicho propósito.

Descubrió que la pérdida de memoria tenía lugar rápidamente a lo largo de las primeras horas o días, pero este declive se hacía más gradual durante los siguientes días, semanas y meses. Además, que el aprendizaje múltiple, el sobreaprendizaje y el espaciamiento de los períodos de estudio mejoraban la retención de la información adquirida. Estas investigaciones influenciaron gran parte de los estudios realizados sobre memoria y recuerdo a lo largo de todo el siglo xx.

El psicólogo estadounidense William James, por su parte, fue el primero en hacer una distinción formal entre memoria primaria y secundaria (memoria a corto y largo plazo respectivamente).1

Frederic Bartlett, psicólogo experimental británico, centró sus investigaciones en el estudio de los errores a la hora de recordar informaciones nuevas. Una de sus obras más conocidas es Remembering: A Study in Experimental and Social Psychology, publicada en el año 1932. Utilizando cuentos populares, proporcionaba a los participantes de sus estudios un extracto de alguna historia, para después instarles a recordarlo con la mayor exactitud que les fuera posible. Dado que las narraciones incluían elementos sobrenaturales, los participantes tendían a racionalizarlos para hacerlos encajar mejor con su propia cultura.

Finalmente, argumentó que los errores cometidos por los participantes podrían atribuirse a intrusiones esquemáticas: sus propios conocimientos interferían en la información a recordar, dificultando la exactitud en elrecuerdo del cuento popular. Esta distinción reside en el centro del influyente modelo de almacenamiento múltiple de Atkinson y Shiffrin (1968).2

Durante gran parte de la primera mitad del siglo xx la memoria no constituyó un tema respetable para los psicólogos experimentales, lo que refleja el dominio del conductismo. Sin embargo, algunos conductictas —en particular los estadounidenses— estudiaron la llamada conducta verbal utilizando el aprendizaje de pares asociados, en el cual se representan pares de palabras no relacionadas, donde el primer miembro del par representa el estímulo y el segundo la respuesta.

Este enfoque asociacionista hizo que el estudio de la memoria tuviera una posición firme dentro del marco conceptual conductista, y que desde entonces se le observara de manera más clara en la teoría de interferencia, que es una de las principales teorías del olvido. Desde la revolución cognoscitiva que tuvo lugar en la década de 1950 se produjo un cambio en el estudio general de la memoria, se ha vuelto untema integral dentro del enfoque del procesamiento de información, cuyo núcleo es la analogía con la computadora. Hubo dos libros que tuvieron una importante influencia al respecto:Planes y estructura de la conducta(1960), de George Miller, Eugene Galanter y Karl H. Pribram, yPsicología cognitiva(1967), de Ulric Neisser.

Los investigadores Allen Newell y Herbert A. Simon diseñaron programas informáticos que simulaban los procesos de pensamiento que los seres humanos ponen en marcha a la hora de resolver distintas clases de problemas.

En los años sesenta aumentó el interés por el estudio de la memoria a corto plazo (MCP). También se produjo un desarrollo en el análisis de las imágenes visuales y el modo en que se recuerdan. Esta investigación fue llevada a cabo por el profesor de Psicología Allan Paivio, quien halló que, cuanto mayor capacidad de evocación visual tiene una palabra, más fácilmente podrá ser recordada.

El siguiente paso importante en el estudio de la recuperación de los recuerdos fue la propuesta del psicólogo experimental y neurocientífico cognitivo ruso Endel Tulving, en la que señalaba la existencia de dos clases de memoria: episódica y semántica.Tulving describió la memoria episódica como el conjunto de recuerdos acerca de eventos específicos que han tenido lugar en un momento y lugar determinados; por ejemplo, el regalo que se recibió al cumplir los diez años. Por el contrario, los recuerdos semánticos están compuestos por reglas, palabras y conceptos abstractos que se almacenan en la memoria a largo plazo.3

A partir de los años ochenta hubo una importante cantidad de investigaciones acerca del funcionamiento de la memoria, y más concretamente, del recuerdo. Los estudios mencionados previamente han sido desarrollados y mejorados, y en la actualidad siguen desarrollándose nuevas investigaciones al respecto.

Definición

Posee múltiples y variadas definiciones, expondremos aquí algunas de ellas.

Es una función del cerebro y, a la vez, un fenómeno de la mente que permite al organismo codificar, almacenar y evocar la información del pasado. Es la permanencia o retención de la experiencia pasada en el presente. Surge como resultado de las conexiones sinápticas repetitivas entre las neuronas, lo que crea redes neuronales (la llamada potenciación a largo plazo).

La memoria no es un mero reflejo de la realidad, sino que es un proceso; y no es tan solo un gran almacén de información, en él ocurre una transmutación en forma de códigos (codificación) mediada por nuestras experiencias (sociales, culturales, familiares, afectivas, etc.).4Dicha información puede ser recuperada, unas veces de forma voluntaria y consciente, y otras de manera involuntaria.5

La memoria humana es aquella actitud que, puesto que admite el recuerdo, permite en el mismo instante a todo ser humano reconocerse en un presente que es producto de su historia y la raíz de su futuro.6

Octavio Paz expone “que es el presente que no termina de pasar”. Es un regalo de la naturaleza, “un truco que ha inventado la evolución para que sus criaturas puedan comprimir el tiempo físico”, dice E. Tulving. Una canción, un olor, una vieja fotografía, un polvoriento libro escolar, pueden hacer el milagro de revivir, de descomprimir, en milésimas de segundos, fragmentos del pasado y producir una estampida de vívidas imágenes, de sensaciones y emociones que nos conmueven y nos sacuden con la furia de un río desbordado que irrumpe ante nosotros con el niño audaz y temeroso, el adolescente apasionado o el joven emprendedor que fuimos.

La memoria no es un guardián neutral del pasado; detrás de cada recuerdo no solo hay una mente individual, sino todo un mundo colectivo de mentes, porque la memoria no es solo la esencia de nuestra identidad personal, sino también el alma y el motor de la cultura.

Características

Al igual que el ser humano la memoria es compleja y fascinante. El ser humano construye su memoria, la cual es un proceso activo. La persona decide qué desea recordar, a qué dirigir su atención para conservarlo. Se acuerda mejor de lo que le interesa, y la organización de los recuerdos depende de los propósitos del momento.

La memoria es extremadamente falible y es (siempre) imperfecta porque, en esencia, todo acto de memoria es un acto reconstructivo que se lleva siempre a cabo bajo la influencia de múltiples factores, y está sujeto a errores, distorsiones e ilusiones.

No existe un lugar físico único para la memoria en nuestro cerebro, ya que es un proceso que se realiza en diversos lugares del mismo, no involucra todas sus partes por igual ni es una función de toda la corteza, considerada como un todo indivisible. Parámetros como el tipo de material a aprender (verbal o visual), el tiempo de presentación de los estímulos o la clase de aprendizaje (incidental o intencional, explícito o implícito, etc.) determinan las regiones del cerebro que se encargarán de llevar a cabo la memorización y la posterior recuperación de la información.

No tenemos una memoria sino muchas. La memoria está relacionada con la totalidad de los procesos del pensamiento. No es una facultad aislada sino que en ella intervienen la atención, la imaginación y la percepción.

Tiene diversos grados de retención temporal de la información. Datos que la memoria proporciona desaparecen con el paso del tiempo. Necesita de la práctica continua y permanente para su fortalecimiento.

“La memoria se transforma a lo largo de la vida. Acomoda todo la información que posee con los nuevos conocimientos que va adquiriendo a diario. Ella reorganiza el conocimiento”,7acotó el profesor de la Universidad de Costa Rica Luis Ángel Piedra García. Al igual que otras capacidades mentales, se puede potenciar gracias al entrenamiento personal, como en las habilidades físicas y manuales. En numerosas ocasiones lo hacemos casi sin darnos cuenta.

Es común que las acciones de olvidar o recordar información sean relacionadas con la eficiencia de la memoria desde una metáfora computacional, pero un nuevo estudio de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de San José (Costa Rica) le destaca cualidades más humanas, emocionales y corporales. Los seres humanos son sociales en todos los sentidos posibles. Según muchos investigadores constituimos el animal socialmente más complejo. La memoria por consiguiente tiene un fuerte sentido social y las presiones de los otros no solo crean contenidos para esta, sino también acortan sus posibilidades de reconstruir y representar la realidad a lo interno del sujeto y del grupo.

Algunos investigadores plantean las siguientes características:

1. Facilidad de registro: para memorizar datos, no debe ser lenta, sino presentar interés y curiosidad para así facilitar la capacidad de registro.

2.Constancia en evocar:es eficiente cuando logramos revivir con rapidez eventos y datos pasados.

3. Fidelidad de la representación: reproducir los datosde manera clara y precisa se logrará con la capacidad de análisis del sujeto.

4. Fidelidad en reconocer y localizar: no trata solo de memorizar algún evento, sino también la ubicación, lugar y circunstancias en los que fue grabado por nuestra memoria.

Rasgos evolutivos

Todos nacemos con un número de neuronas que disminuirá con los años, aproximadamente el diez por ciento del volumen de neuronas. Los niños tienen una neurogénesis altísima. Su cerebro está en constante crecimiento, desde el nacimiento hasta los tres años dobla su tamaño. Es posible que a partir de ese momento el desarrollo sea más progresivo, más lento, y por eso sean más capaces de empezar a almacenar recuerdos para siempre.

Con el desarrollo, el lapso de tiempo a través del cual el bebé puede retener material aumenta, así como la cantidad y la complejidad del material que puede ser retenido.

La edad promedio para el primer recuerdo según estudios en los Estados Unidos es a los tres años y medio. Pero esa es la media, es decir, habrá personas que tendrán recuerdos de antes de los tres años y habrá que los tengan a partir de los cuatro. De hecho, se ha documentado que uno de cada treinta adultos es capaz de explicar un recuerdo con un año de edad. De igual modo, uno de cada treinta adultos no recuerda nada que le haya sucedido antes de los seis, siete o incluso ocho años.8

En la niñez temprana, las personas no tratan de memorizar a propósito, pero recuerdan sucesos que les causaron una impresión particular. La mayor parte de los recuerdos son de corta duración y no suelen evocarse en etapas posteriores de la vida. Gran parte se mantienen vivos gracias a nuestros padres.

Los niños que han tenido una infancia más bien monótona, aburrida y con pocos eventos a destacar poseen, obviamente, menos sucesos que recordar. Los niños que, además, han tenido una infancia con sucesos que les hacían sentir mal, dolidos por ver injusticias y con problemas que en su momento no se resolvieron, tienden también a tratar de no evocar esos recuerdos. De manera consciente e inconsciente crean un muro que les evite volver a aquellos tiempos, y como consecuencia, tienen primeros recuerdos más tardíos (cuanto menos se recuerda algo y se habla de ello, más fácil es olvidarlo). Por otro lado, vivencias impactantes (por buenas o por malas), puntuales, que llegan a marcar un antes y un después, que impresionaron mucho a los niños, son más fáciles de recordar por el mero hecho de ir evocándolas a medida que pasan los años.

Función

Es la de mantener o conservar una impresión o “huella” durante un tiempo por lo general prolongado. De acuerdo con la neurocientífica francesa Denise G. Albe-Fessard y el psiquiatra irlandés David Healy, el papel de la memoria es favorecer la adaptación del ser vivo al medio.

A.V. Petrovski, eminente psicólogo ruso, señala que su función concreta es fijar, almacenar o actualizar el material. La mayoría de los autores coinciden en que una de sus funciones esenciales es almacenar la información proveniente del mundo externo, para evocarla cuando sea necesario. El sustrato de la memoria es un sistema funcional en el que participan diversas áreas cerebrales, cada una de las cuales hace una contribución relativamente específica a la función normal.

Sirve para orientar el comportamiento presente en función del pasado; guarda todo lo que conocemos sobre el lenguaje, el mundo y nuestra propia historia.

Capacidad

Respecto a su capacidad, según el escritor y científico norteamericano Carl Sagan, podemos almacenar en nuestra memoria información equivalente a la de diez billones de páginas de enciclopedia.

Se plantea que es ilimitada e imperfecta. El cerebro de un individuo adulto estándar contiene unos cien mil millones de neuronas y unos cien billones de interconexiones (sinapsis) entre estas, y aunque a ciencia cierta nadie sabe la capacidad de memoria que contiene, puesto que no se dispone de ningún medio fiable para poder calcularla, las estimaciones varían entre uno y diez terabytes.

La memoria humana tiene en realidad una capacidad mucho más elevada que la del más potente ordenador. Algunos neurocientíficos han calculado que en toda una vida se utiliza solo una diezmilésima parte (0,0001) del potencial del cerebro, planteamiento que hoy no es aceptado por muchos.

Pero la capacidad de la memoria no lo explica todo, pues también somos capaces de reconocer un objeto aunque esté de lado, boca abajo o en posición normal. Por ejemplo, sabemos que un vaso es un vaso aunque esté en posición horizontal o un poco tapado. Y todavía más, sabemos que un objeto era un vaso si encontramos algún fragmento lo suficientemente grande después de que se haya roto. Todo esto se produce en nuestro cerebro sin que sea lógico que nuestra memoria contenga la información sobre todas las posiciones posibles de un vaso y del resto de objetos.

Nuestra memoria tiene la capacidad extraordinaria para obtener información sin que la haya adquirido explícitamente, sino haciendo deducciones rápidas, prácticamente inmediatas. Sabemos reconocer un árbol sin haber visto nunca esa especie concreta, no necesitamos haber visto todos los árboles del mundo para identificarlo como tal.

Importancia

Es difícil encontrar un proceso cognitivo superior que no se relacione con la memoria; por ejemplo: el aprendizaje, la atención y la motivación, íntimamente relacionados con esta. Estudiar alguno de ellos sin tomar en cuenta la memoria es no entender a fondo el complejo fenómeno de las interrelaciones de los procesos cognitivos superiores. La memoria es vital para la supervivencia del individuo como lo ha sido para la supervivencia de la especie.

Quizás muchas personas se han acercado a la lectura del libro Cien años de soledad, del Nobel colombiano Gabriel García Márquez. Una de las tantas pintorescas historias narradas en este libro es la paulatina pérdida de la memoria de uno de sus protagonistas (el 1er Aureliano Buendía), quien descubre que poco a poco olvida los nombres de los objetos que lo rodean y decide llenar su casa con pequeños avisos donde los escribe, como cuadro, ventana, silla, etc., con el fin de luchar para que su memoria no se pierda completamente. Este caso, aunque fantástico e irreal, describe la importancia de la facultad humana de recordar, la cual resulta indispensable en cualquier ámbito.

La memoria es una propiedad de la psiquis. Su importancia consiste en que es constantemente usada por el individuo en su conducta ulterior. Cumple funciones tan elementales como suministrarnos recuerdos para la formación de nuevas ideas y soluciones. Las labores de la vida cotidiana, más que en destreza, se basan en la memoria.

El engranaje y los mecanismos que rigen el funcionamiento de este colosal proceso psicológico funcionan con tal grado de perfección que la persona sana apenas es consciente de que todas sus acciones y todas sus comunicaciones verbales dependen del correcto funcionamiento de su memoria. Sin embargo, cuando la memoria falla, ya sea de manera circunstancial y momentánea, o de forma permanente, el individuo se da cuenta, en medio de la frustración, de su importancia.

La memoria es la función primordial que ha hecho que el ser humano haya evolucionado y por ende haya podido cuestionar su propia humanidad. Por la memoria existe la historia y el hombre tiene una de sus esencias: la historicidad.

La memoria es el respaldo de la propia identidad, en ella se conservan nuestros rasgos más característicos; es una especie de autobiografía gracias a la que podemos decir: “soy el mismo”. Con la edad, incluso matemáticamente, somos otros, ni siquiera las moléculas son las mismas; gracias a ese concepto de identidad basado en la memoria podemos re-conocernos, saber que somos el mismo.

Está estrechamente relacionada con la percepción, la atención, la orientación, el lenguaje, el ánimo y la motivación, entre otras funciones mentales superiores. Comprende sistemas complejos para el análisis, codificación y evocación de la información. La formación de la experiencia sería imposible si las imágenes del mundo exterior que registra la corteza cerebral desaparecieran sin dejar huella. Interrelacionándose, estas imágenes se fijan, almacenan y reproducen de acuerdo con las exigencias de la vida y la actividad.

En resumen, su pérdida puede constituir hoy día un problema importante en la sociedad globalizada en que vivimos, basada precisamente en la información, y en que el treinta por ciento de la población mundial sufre problemas de memoria.

1En su libroPrincipios de psicología(1890), ingente obra en la historia de la ciencia.

2Richard C. Atkinson, profesor estadounidense de Psicología. Richard Shiffrin, profesor de Ciencias Cognitivas nacido en Connecticut.

3Tulving también concibió elprincipio de codificación específica, dadas las similaridades entre los procesos de reconocimiento y de recuerdo. Así como destacó el proceso derecodificacióndentro de la fase de retención.

4Artur Wingfield,et. al.:Psicología y memoria humana, p. 478.

5Soledad Ballesteros:“Memoria humana: investigación y teoría”, p. 705.

6E. Gil: “Diagnostico diferencial de la demencia”, enEnfermedad de Alzheimer y otras demencias, p. 75.

7L. A. Piedra García: “Propuestas de la memoria en psicología: un estado de la cuestión y sus implicaciones en la enseñanza universitaria”, p. 267.

8Esto puede asociarse a la denominada “amnesia infantil”, la cual se caracteriza por la relativa ausencia de memoria antes de los tres o cuatro años por parte de los adultos.

Procesos de la memoria

Ser es, esencialmente ser memoria; es encontrar una forma de coherencia, un vínculo entre lo que somos, lo que queríamos ser y lo que hemos sido.

Emilio Lledó

Los procesos de la memoria se refieren a las actividades mentales que realizamos para procesar la información en ella, y que posteriormente serán utilizadas. El acontecer de estos procesos está determinado por la actividad de la persona, por su orientación al logro de fines propuestos.

Existen diferentes clasificaciones sobre los procesos de la memoria debido a que no hay concenso en cuanto a los mismos. Según una de estas, las fundamentales son: fijación o memorización; conservación, almacenamiento o retención y reproducción o recuperación, para los que el lenguaje tiene gran importancia.

Fijación o memorización