Depresión E-Book

Emma Cotterill

• Herausgeber: RBA Libros
• Kategorie: Ratgeber
• Sprache: Spanisch
• Veröffentlichungsjahr: 2023

Seitenzahl: 217

Beschreibung

Con este libro sabrás cómo ser una luz para quien se haya atrapado en la oscuridad de la Depresión. Ver a un ser querido sumido en la tristeza, la soledad y el abatimiento de la Depresión también puede causarnos un gran sufrimiento. Y podemos sentirnos desbordados en el intento de comprender en qué consiste esta afección y no saber cómo ayudar ni qué decir a quien la padece. La psicóloga clínica Emma Cotterill te ayudará a entender la naturaleza de la Depresión, y te proporcionará consejos útiles y testimonios esclarecedores sobre la mejor manera de apoyar a alguien que la sufre sin descuidar tu propia salud mental. Con la lectura de este libro lograrás varios objetivos: - Ampliar tu conocimiento sobre la Depresión y comprender cómo se manifiesta. - Desarrollar habilidades, estrategias y enfoques que te ayuden a responder a los retos que plantea la Depresión. - Descubrir cómo conectar con una persona que sufre la experiencia emocional de la Depresión, y el mejor modo de ayudarla. - Saber cuándo solicitar apoyo adicional y dónde acudir. - Preservar tu propia salud mental, teniendo siempre presente tu propio bienestar y autocuidado.

Leseprobe

Portada

DEPRESIÓN

Dra. Emma Cotterill

Traducción de Rosa Arruti

DEPRESIÓN

Cómo ayudar a alguien que lo está pasando mal

Portadilla

Título original inglés: How to Help Someone with Depression.

© del texto: Emma Cotterill, 2021.

© de la traducción: Rosa Arruti Illarramendi, 2023.

© de esta edición: RBA Libros y Publicaciones, S. L. U., 2023.

Avda. Diagonal, 189 - 08018Barcelona.

rbalibros.com

Primera edición: abril de 2023.

ref.: obdo178

isbn: 978-84-1132-377-2

el taller del llibre•realización de la versión digital

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito

del editor cualquier forma de reproducción, distribución,

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Todos los derechos reservados.

Créditos

este libro está dedicado a todas las personas que en la actualidad apoyan a alguien con depresión

Dedicatoria

7

contenido

Introducción 9

parte 1

Entendiendo la depresión

1. ¿Qué es la depresión? 17

2. ¿Por qué la gente sufre depresión? 35

3. ¿Cómo es en realidad la experiencia de la depresión? 51

4. Entender el riesgo de autolesión en la depresión 71

parte 2

CÓMO PUEDES AYUDAR

5. Tu función de apoyo 91

6. Mensajes clave 107

7. Qué decir y cómo decirlo 115

8. Apoyo emocional 137

9. Apoyo práctico 157

Contenido

8

contenido

8

10. Escenarios específicos 177

11. Apoyo profesional 201

12. Tu autocuidado 215

Tu lista de chequeo como ayudante 227

El final... y el principio 229

Agradecimientos 231

Notas 233

Recursos 235

9

introducción

Si estás leyendo esto, es probable que tu vida se haya visto afectada de algún modo por la depresión. Tu deseo de sa-ber más tal vez responda a un interés personal o bien quie-ras ayudar a otras personas. Es posible que conozcas a al-guien que esté sufriendo este problema ahora mismo o que lo haya sufrido en el pasado, o puede que tú mismo estés viviendo esta difícil situación. Quizás estés preocupa-do, triste, estresado, frustrado o agobiado. O te sientas in-seguro, perdido, agotado, confundido, enfadado, culpa-ble, desesperado. Es comprensible experimentar estos sentimientos e incluso otros.

Lo más probable es que estés aquí por tu voluntad de ayudar. Porque quieres entender. Porque necesitas espe-ranza. Porque precisas encontrar la luz no solo para la persona deprimida sino también para ti mismo.

Apoyar a alguien con depresión puede suponer un largo y duro recorrido. Por ello, es muy importante ser benévolo en todo momento con uno mismo. Y aun así no será suficiente.

Introducción

introducción

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Probablemente estás aquí porque necesitas esperanza. Porque necesitas encontrar la luz no solo para la persona deprimida, sino también para ti mismo.

ACERCA DE MÍ

Como psicóloga clínica, me apasiona la psicología y pres-tar servicios terapéuticos que ayuden a la gente. También soy madre, amiga, hija, hermana, pareja y colega. Sé lo difícil que resulta ver a un ser querido lidiar con la oscu-ridad, la soledad y la pesadumbre que implica la depre-sión. Entiendo lo difícil que llega a ser apoyar a alguien en esta situación, cuánto preocupa hacer o decir lo correc-to, y lo agotado o desgastado que puedes llegar a sentirte en ocasiones.

Me siento agradecida por las experiencias que me han ayudado a entender la depresión desde perspectivas muy diversas. Ha sido un honor y un privilegio tener ocasión de sentarme junto a mis clientes, amigos, colegas y seres queridos mientras hablaban de sus vivencias, y ser capaz de apoyarles a lo largo de este recorrido.

CÓMO FUNCIONA ESTE LIBRO

Este libro está escrito para ti. El objetivo es que en-tiendas mejor la depresión y cómo puedes ayudar. Está dividido en dos partes.

En la primera, ampliarás tu noción de esta afección:

introducción

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los signos y síntomas, aquello que puede llevar a una per-sona a experimentarla y cómo puede ser esa vivencia.

La segunda parte se centra en tu papel de apoyo: qué decir, qué hacer y cómo. Y también qué no decir y qué no hacer. Exploraremos las principales habilidades, estrate-gias y enfoques a los que recurrir para ayudar a una persona deprimida, ofreciéndote las herramientas para responder a los desafíos que conlleva la depresión.

Cuando llegues al final del libro hallarás información sobre el apoyo profesional del que dispone la persona afectada, así como maneras de velar por tu propio bie-nestar.

Me gustaría invitarte a crear un kit personal de herramientas a base de conocimiento, comprensión, habilidades, estrategias, conse-jos de autocuidado y recursos, que en conjunto te ayuden a en-tender y apoyar de la mejor manera a la persona con depresión, teniendo a la vez en cuenta tu bienestar y tus propios límites.

El kit de herramientas para brindar apoyo

Me gustaría invitarte a crear —mientras lees este libro— un kit personal de herramientas a base de conocimiento, comprensión, habilidades, estrategias, consejos de auto-cuidado y recursos, que en conjunto te ayuden a entender y apoyar de la mejor manera posible a la persona con de-presión, teniendo a la vez en cuenta tu bienestar y tus pro-pios límites.

Con cada capítulo, añadiremos algo nuevo a tu kit, que incluirá:

introducción

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• Desarrollo del conocimiento sobre la depresión.

• Comprensión de la experiencia vital que supone.

• Comprensión de lo que aportas como persona de apoyo con tus propios pensamientos, sentimientos, experiencias e ideas para afrontar la situación.

• Formas prácticas de ayuda y apoyo: lo que se pue-de decir y hacer.

• Dónde encontrar apoyo para la persona afectada.

• Cómo cuidar de ti mismo para brindar el apoyo más eficaz.

• Una biblioteca de recursos y lecturas adicionales por si quieres explorar algún aspecto más a fondo.

A medida que vayas leyendo y amplíes tu kit de recursos, te animo a subrayar algunos fragmentos del libro para poder destacarlos y encontrar los puntos clave más ade-lante.

Terminología

La persona a la que brindas tu apoyo puede ser una amis-tad, un familiar, tu pareja, tu vecino, un colega, un em-pleado o cualquiera con quien tengas trato. Quizá sea alguien muy cercano o simplemente un conocido por el que te preocupas. Para poder captar la variedad de estas relaciones y la experiencia de vivir con depresión, habla-ré en todo momento a lo largo del texto de «la persona con depresión».

Entre la gente que padece depresión se emplean una serie de palabras para describir la experiencia. Algunos se refieren así a su depresión: como una experiencia. Otras hablan de ella como un problema, una afección de salud

introducción

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mental o bien como una enfermedad o trastorno. A lo lar-go del libro me he decantado por definirla como una afección de salud mental. No obstante, tal vez tú y la per-sona deprimida os sintáis más cómodos con alguna otra descripción en concreto, cosa del todo válida.

Historias compartidas

Para ayudar a comprender a fondo la depresión, he con-tado con palabras e historias compartidas por algunas personas increíbles que la han padecido y han tenido la amabilidad de contribuir a esta obra. Agradezco a todas y cada una de ellas que aportaran sus palabras para ayu-darnos a entender el problema desde su experiencia vital. Confío en que estas historias te resulten tan útiles e ins-piradoras como lo han sido para a mí al escucharlas.

Espero que este libro te resulte útil, positivo, edificante e inspirador, y que te facilite ideas, herramientas y estrate-gias para ayudar a quien esté pasando por un mal momen-to ahora mismo.

PARTE 1

entendiendola depresión

Parte 1. Entendiendo la depresión

1

¿Qué es la depresión?

1. ¿Qué es la depresión?

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Depresión. Es probable que hayas escuchado esta pala-bra, la hayas pronunciado y te haya preocupado muchas veces antes de abrir este libro. Tal vez estés harto de oír-la, de presenciar su impacto en tu vida y en la de gente que conoces, que quieres o por la que te preocupas. Qui-zá te parezca un término atroz, que te asuste de veras. Así pues, de entrada, me gustaría explicarlo para ayu-darte a comprender su significado. Porque entenderlo es el primer paso para ayudar a que alguien deprimido deje la oscuridad y salga a la luz. Espero que también te ayu-de a ti a no sentirte tan a oscuras.

¿QUÉ SE ENTIENDE POR DEPRESIÓN?

La depresión es un cielo plomizo cuando todo el mundo te dice que está soleado. Es sentir demasiado o no sentir nada en absoluto. Es superar cada día a pesar de la pena, los dolores, la fatiga. Es desmoronarse en silencio mien-tras se sonríe por fuera. Es sentirse perdido y solo en me-

entendiendo la depresión

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dio de un mar de gente. Es un visitante no deseado, una compañía invisible y silenciosa que no ha sido invitada.

La depresión es una afección de salud mental extrema-damente común que influye en:

• Cómo piensa, siente y se comporta una persona.

• Cómo duerme, come, se mueve y se comunica.

• Su visión de sí misma y de sus relaciones.

• Su capacidad para involucrarse en actividades y grupos sociales que antes le hacían disfrutar.

• Su capacidad para ver un futuro esperanzador, dis-frutar del presente o superar el pasado.

Cualquiera puede vivir este problema. La depresión no discrimina. Puede afectar a gente de cualquier edad, gé-nero, sexualidad, etnia, cultura, religión, clase social, si-tuación económica y laboral.

La depresión no es solo «tristeza» —este es un error común—, es mucho mucho más que eso. Y no se trata tan solo de un momento pasajero, unas horas o unos días; es un estado permanente, que se cuela lenta y silen-ciosamente en la vida cotidiana.

Esta idea errónea puede verse exacerbada por la gen-te que dice que «se siente deprimida» cuando se encuen-tra un poco decaída o hastiada. Todos nos sentimos de-sanimados o hartos a veces; tal vez nos apetezca llorar o no queramos levantarnos de la cama. Todo esto forma parte de la experiencia humana corriente. Sin embargo, hay una diferencia entre sentirse en baja forma unos días y que eso suceda durante semanas o meses. Cuando una

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persona empieza a sentir cualquiera de los síntomas de la depresión durante dos o más semanas, con un impacto negativo en su calidad de vida, sabremos entonces que dista mucho de «tener sencillamente un mal día».

LOS SÍNTOMAS DE LA DEPRESIÓN

Hay una serie de síntomas comunes. Sin embargo, cada experiencia será individual, no todas las personas pade-cerán todos los síntomas siguientes.

Emociones (estados de ánimo/sentimientos)

• Tristeza.

• Infelicidad.

las estadísticas

En el momento de escribir estas líneas, la Organiza-ción Mundial de la Salud (OMS) constata que la prevalencia de la depresión afecta a más de 264mi-llones de personas en todo el mundo. Imaginemos que cada una de ellas cuenta al menos con un amigo y un familiar para apoyarla: eso supone al menos 528millones de personas adicionales que, como tú, intentan dar lo mejor de sí, tratando de entender qué está pasando y cómo pueden ayudar. Cifras como estas nos ayudan a comprender lo común que llega a ser la depresión.

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• Pena profunda/pérdida.

• Soledad (incluso en compañía).

• Ansiedad/preocupación/pánico.

• Irritabilidad.

• Frustración.

• Enfado.

• Desesperación.

• Culpabilidad.

• Vergüenza.

• Ausencia de placer en las actividades.

• Aturdimiento.

• Desesperanza.

Síntomas cognitivos (pensamientos y procesos mentales)

• Creencias y pensamientos autocríticos: «No soy lo bastante bueno», «Soy un fracaso», «Soy inútil», «Nada me sale bien», «No valgo nada».

• Creencias y pensamientos negativos sobre los demás y el mundo: «El mundo no es seguro», «La gente no es de fiar», «Todos los demás son mejores que yo».

• Perspectivas y conjeturas negativas: catastrofismo, suponer que los demás pensarán lo peor de ti, cen-trarse en el peor de los escenarios, quedar atrapado en planteamientos «y si...» negativos.

• Reglas rígidas sobre cómo vivir la vida; expectati-vas de cómo «debería»/«debe»/«debiera» ser la vida.

• Rumiar sobre recuerdos de fracasos pasados o es-perar fiascos futuros.

• Ideas sobre el futuro centradas en una sensación de desesperanza y futilidad.

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• Pensamientos de autolesión y/o intenciones sui-cidas.

• Dificultad para prestar atención o concentrarse.

• Dificultad para retener información nueva; proble-mas de memoria a corto plazo.

• Dificultad para tomar decisiones o resolver pro-blemas.

• Pensamiento ralentizado; sensación de ofuscación, de que cuesta más procesar información.

Síntomas físicos

• Letargo/fatiga.

• Dolores y malestar corporal, como dolores de cabe-za, tensión en los hombros u opresión en el pecho.

• Pérdida de apetito o glotonería (en especial alimen-tos azucarados), lo que lleva a comer en exceso o a dejar de comer.

• Pérdida de energía y motivación.

• Alteraciones en el sueño: dificultades para conci-liarlo, despertarse durante la noche/insomnio o des-pertarse demasiado temprano.

Síntomas conductuales

• Recluirse y rehuir a los demás, evitar situaciones sociales o laborales, relaciones y actividades de ocio.

• Cavilaciones: centrarse todo el rato en pensamien-tos negativos con preocupaciones recurrentes.

• Aumento del consumo de drogas/alcohol.

• Inquietud/agitación.

• Descuido del cuidado personal.

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• Autolesiones.*

• Planes y conductas suicidas.*

EL ESPECTRO DE LA DEPRESIÓN

Para entender esta amplia gama de experiencias indivi-duales resulta práctico concebir la depresión como un espectro o un continuo, entender que las personas pue-den tener experiencias que abarcan desde «no estar de-primidas» a experimentar algunos síntomas menores, tener algunos síntomas graves o estar gravemente depri-midas. Alguien puede avanzar y retroceder en el espectro de la depresión a lo largo de su trayectoria, y esto puede fluctuar durante horas, días, semanas, con algunos mo-mentos que parecerán más leves y otros mucho mucho más arduos.

La idea del espectro de la depresión puede ser prácti-ca para las personas que se preguntan si están deprimi-das, pero piensan que tal vez no lo estén al tener días o momentos buenos. También puede ser de ayuda para notar y comprender los síntomas fluctuantes en la perso-na que te preocupa, cuando sus síntomas se muestran más suaves y leves un día, y más intensos al siguiente. Dentro del espectro, hay espacio para que cualquier vi-vencia individual encuentre un lugar, permitiéndonos de este modo entenderla como una experiencia de la depre-

* Sé que hablar de autolesiones y suicidio puede resultar muy duro. Respira hondo y concédete una pausa si lo precisas. En el capí-tulo 4hablaremos sobre cómo entender estos temas e intentar ayudar.

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sión. En consecuencia, podremos encontrar maneras de proporcionar ayuda y apoyo, y la propia persona podrá dar con formas de ayudarse a sí misma y recursos para avanzar en el espectro hacia el «no estar deprimido».

IDENTIFICANDO LA DEPRESIÓN

Existen diferentes rutas para identificar la presencia de una depresión. No dudes en animar a la persona que la sufre a considerar cualquiera de las siguientes opciones (o las tres, si así lo decidiera):

1.Buscar un diagnóstico formal:un profesional de la me-dicina o de la salud puede realizar una evaluación para confirmar si sufre depresión. Tal vez lo haga mediante un diagnóstico formal basado en crite-rios establecidos (ver más adelante). Otros pro-fesionales como los psicólogos clínicos emplean también un proceso denominado «formulación», consistente en determinar y comprender de forma conjunta las experiencias personales que han pro-piciado la depresión y que tal vez contribuyan a mantener su presencia. Esto quizá implique reco-nocer si las experiencias de dicha persona encajan en el espectro de la depresión. La Sociedad Británi-ca de Psicología publicó en 2020un informe que explica esto con más detalle.1Asimismo publicaron un documento junto con la División de Psicología Clínica sobre comprensión de los diagnósticos psi-quiátricos que también puede resultar útil.2

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2.Completar un cuestionario de autoinforme:en el mismo se identifican los síntomas comunes de la depre-sión. Hay una serie de cuestionarios de autoinfor-me, algunos de los cuales están disponibles gratui-tamente en internet (consulta la sección de recursos al final de este libro). Un ejemplo es el Cuestiona-rio sobre Salud del Paciente (CSP-9).

3.Psicoeducación:buscar lecturas e información sobre los síntomas y experiencias de la depresión acu-diendo a fuentes fiables para comprobar si coinci-den con las experiencias personales.

¿ES NECESARIO UN DIAGNÓSTICO?

La respuesta es: tal vez. Muchas personas deprimidas bus-can un diagnóstico y se benefician del mismo, y también hay gente que nunca ha recibido un diagnóstico formal pero sigue sufriendo depresión y se beneficia de cualquier apoyo recibido.

La persona a quien estás ayudando ahora a afrontar esta situación tal vez tenga su propio punto de vista so-bre la necesidad de un diagnóstico o si lo quiere. Ni es obligatorio ni siempre es necesario. La depresión no pre-cisa un diagnóstico para existir y hay muchas vías para entenderla y encontrar una escapatoria sin necesidad de esta intervención profesional. Sin diagnóstico también puedes ver con claridad la presencia de síntomas, puedes entender que la depresión de una persona existe a lo lar-go de un continuo, y ser capaz de seguir ayudándola y apoyándola para que se implique en intervenciones y es-

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trategias que contribuyan a superar los síntomas que ex-perimenta.

Por supuesto, buscar un diagnóstico resulta muy útil en ciertas ocasiones. Una posible virtud: que la persona encuentre alivio y se sienta reconfortada al «saber» lo que está experimentando, que sea capaz de darle un nombre y compartirlo con los demás. Un diagnóstico viene bien a nivel práctico para ayudar a que alguien se tome un descanso, obtenga una baja por enfermedad o acceda a terapias y a medicaciones que requieran un diagnóstico previo.

Entender el diagnóstico en la depresión

Desde el punto de vista clínico, existen dos sistemas cla-ve en la clasificación de diagnósticos, ambos utilizados a escala mundial: el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales(DSM-IV, por sus siglas en inglés), publicado por la Asociación Americana de Psiquiatría, y la Clasificación internacional de enfermedades y proble-mas relacionados con la salud(CIE-10), publicado por la Organización Mundial de la Salud.

Cada sistema de clasificación establece diagnósticos que atañen a la depresión (cada uno con más de un diag-nóstico potencial), así como los signos y síntomas nece-sarios para un diagnóstico formal, y habitualmente requie-re que tales síntomas se den de forma continuada durante más de dos semanas.

Un profesional de la medicina o la salud hablará con el paciente y le hará preguntas para averiguar si está ex-perimentando síntomas que cumplen los criterios de diag-nóstico.

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He elaborado un resumen de los diagnósticos comu-nes que solemos incluir bajo el paraguas de la depresión. Por descontado, no es una lista exhaustiva. La CIE-10y el DSM-IV cuentan con varios diagnósticos diferentes que los profesionales clínicos pueden utilizar.

Episodio depresivo mayor:es el diagnóstico de depresión más común, también conocido como depresión clínica. Puede clasificarse como leve, moderado o grave, según la severidad de los síntomas y el impacto en el funciona-miento cotidiano.

Depresión con rasgos psicóticos:la persona puede experi-mentar depresión con psicosis, la cual incluye caracterís-ticas como alucinaciones o delirios.

Distimia:la persona puede experimentar algunos sín-tomas por debajo de la gravedad requerida para un diag-nóstico de depresión clínica, pero los síntomas persisten durante dos años o más.

Depresión posnatal o depresión posparto: la DPN/DPP consiste en experimentar síntomas de depresión tras te-ner un bebé. Las estadísticas apuntan que afecta entre el diez y el quince por ciento de madres, o incluso a tres de cada diez madres al ser cifras que pueden estar por de-bajo de las reales debido a que no se comunican a los profesionales de la salud. También es importante desta-car que este tipo de depresión afecta al diez por ciento de nuevos padres. Añadiremos la depresión perinatal, aquella que se experimenta antes de nacer el bebé, pu-diendo sufrirla durante el embarazo tanto la madre como el padre.

Trastorno afectivo estacional:el TAE sigue una pauta esta-cional, afecta a la gente sobre todo en los meses de invierno.

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Trastorno afectivo bipolar:conocido comúnmente como trastorno bipolar o, en épocas pasadas, depresión ma-níaca. Se considera una enfermedad mental grave y de por vida, que suele diagnosticarse a partir de los dieciocho años. Se caracteriza por periodos de depresión y periodos de manía (niveles elevados de actividad y pensamiento/ánimo). El trastorno bipolar puede y debe entenderse por separado de la depresión, aunque esta, por supuesto, for-ma parte del cuadro general de tal enfermedad.

Al igual que sucede con el espectro de la depresión, resulta eficaz comprender que un diagnóstico de depre-sión no es un estado fijo. Puede cambiar y de hecho lo hará. Una depresión leve puede convertirse en grave, una grave puede pasar a moderada, y una persona puede re-cuperarse del todo.

Nota:por favor, ten en cuenta que en este libro nos centraremos en la depresión como estado general más que en diagnósticos específicos. Si deseas más informa-ción sobre casos específicos, consulta la sección de recur-sos al final del libro.

¿CUÁNTO DURA LA DEPRESIÓN?

La duración de un periodo depresivo difiere en cada per-sona. Puede durar:

• Varias semanas o meses.

• Un único episodio. O quizá dos o varios repetidos a lo largo de la vida, con periodos en los que no se sienta deprimida.

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• Síntomas continuos de depresión durante un perio-do de tiempo mucho más prolongado (años), con tan solo ligeras fluctuaciones.

No existe una duración establecida para un episodio de-presivo. Puede variar por muchas razones y por ello es importante dejar de lado cualquier expectativa sobre cuándo «debería» mejorar una persona.

Aprender a dar más sentido a tu vida —aunque sea con la depre-sión o a pesar de ella— siempre es posible.

Resulta duro aceptar que para algunas personas la de-presión tal vez forme siempre parte de sus vidas, aunque se den periodos (a veces muy prolongados) de respiro en los que la afección sea más llevadera o incluso llegue a desaparecer. Cuesta pensar en ello cuando tienes una re-lación estrecha con alguien. Sin embargo, saber que la depresión quizá persista durante más tiempo del espera-do o deseado no significa que la experiencia de la afec-ción no pueda cambiar, o que no pueda hacerlo la for-ma de abordarla. Aprender a dar más sentido a tu vida —aunque sea con la depresión o a pesar de ella— siem-pre es posible.

DEPRESIÓN Y DIVERSIDAD

La experiencia de la depresión tiene más incidencia o puede manifestarse de diversas maneras según los distin-tos grupos de personas. Por ejemplo:

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• La depresión en jóvenes llega a pasar desapercibi-da al tomarse en ocasiones como un comportamien-to normal o mera confusión emocional propia de la edad. Es posible observar que se niegan a ir a clase, duermen mal y/o pierden concentración, que hablan en negativo de sí mismos y lloran o se eno-jan más de lo habitual.

• Las personas mayores con depresión pueden ex-presar malestar físico más que emociones negati-vas, y tal vez refieran problemas de sueño, irritabi-lidad y falta de concentración. Si han crecido en una sociedad o cultura que no aceptaba hablar de las dificultades relativas a su salud mental, es posi-ble que se muestren reticentes a hablar de sus sen-timientos.

• En los hombres, la depresión se manifiesta a ve-ces como ira, agresividad e irritabilidad. Suelen ser más propensos a hablar de dolor y malestar físico, como problemas de estómago y dolores de cabeza. Tal vez tengan dificultades para dormir e intenten sobrellevarlas recurriendo a drogas o alcohol. En tal caso, el uso de sustancias pasa a ser el centro de aten-ción, enmascarando la depresión subyacente.

• Los hombres con depresión además corren un alto riesgo de pensamientos y conductas suicidas. Un informe de la institución benéfica de salud mental CALM (Campaign Against Living Miserably/Cam-paña contra una vida infeliz) constata que en el Reino Unido el 75por ciento de los suicidas son hombres.3Según la Oficina Nacional de Estadís-ticas de este país, los varones de entre 45y 49años

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son los que corren un mayor riesgo.4Sé que leer esto puede asustar mucho si conoces a alguien de esta fran-ja de edad que en estos momentos se encuentre en esta difícil situación. Recuerda, existe ayuda y apo-yo. Consulta el capítulo 4para saber cómo ayudar en casos de riesgo, y el capítulo 11para acceder a apoyo profesional.

• Se ha constatado una mayor incidencia de la de-presión entre la comunidad LGBTQ+. Las dificul-tades que conlleva la lucha por la aceptación, con-tra el maltrato o la discriminación pueden hallarse entre los motivos por los que esta comunidad es más vulnerable a la depresión.

• El colectivo de personas con problemas de apren-dizaje suele sufrir una mayor incidencia de depre-sión que la población general. Deben luchar para ser escuchados y recibir la debida atención cuando aparecen problemas de salud mental. En algunas personas con discapacidades en el aprendizaje se detecta una conducta más problemática cuando se esfuerzan por expresar sus sentimientos.

• Se ha comprobado que la depresión puede malinter-pretarse o tal vez diagnosticarse de forma errónea en