Depresiones y suicidios - Sergio Rojtenberg - E-Book

Depresiones y suicidios E-Book

Sergio Rojtenberg

0,0

Beschreibung

Un millón de personas se suicidan anualmente (una persona cada 4 segundos). La relación de estos suicidios con la depresión es clara. Hay más de 350 millones de deprimidos en el mundo y que ese número se acrecienta progresivamente por los nuevos casos que aparecen, por los que se repiten y por los que no mejoran y predice que será la mayor causa de enfermedad en el mundo para el 2050 (OMS). Médicamente, la depresión es un factor independiente que agrava y complejiza cualquier enfermedad somática. Este es un libro actualizado y profundo para el público general y los profesionales de la salud que tengan interés en un conocimiento actualizado de esta enfermedad. Esperamos que su lectura contribuya a su detección temprana, a diferenciarla de los duelos y las crisis vitales, y contribuya a que quienes la padecen puedan recuperar la posibilidad de vivir en plenitud, en un contexto complejo y desafiante.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 152

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



Sergio Rojtenberg

DEPRESIONES Y SUICIDIOS LA UNÁNIME NOCHE

La humanidad a la intemperie

PRIMERA EDICIÓN

Índice

CubiertaPortadaAgradecimientosPrefacioI. Depresión. Una introducción a su estudioII. Tratamiento de la Depresión. Bases metodológicas y optimización de resultadosIII. Antidepresivos. Aspectos Farmacológicos. Criterios de ElecciónIV. Las depresiones y las enfermedades médicas. Una bidireccionalidad complejaV. Concepciones psicodinámicas de la depresiónVI. Suicidio, una pandemia silenciada. La muerte como salidaSobre este libroSobre el autorOtros títulos de nuestra editorialCréditos

Agradecimientos

En la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de su sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico…

 

Jorge L. Borges, “El Sur” (Ficciones, 1953)

 

 

Si he llegado a ver más lejos que otros

es porque me subí a hombros de gigantes.

 

Isaac Newton (en una carta a Robert Hooke, 1676)

Siempre tuve la inquietud de la referencia que hace Borges en su cuento “El Sur” cuando se refiere a Juan Dahlmann cuando, en la discordia de sus dos linajes, el germánico y el criollo, no integraba los mismos enriqueciendo su matriz vivencial y experiencial.

Muchos de nosotros integramos raíces, linajes, culturas, saberes, habilidades que constituyen tanto a nuestro desarrollo como a nuestra inserción en las ciencias de la complejidad y nos enriquecen y, así mismo, tenemos compañeros, tutores, maestros, amigos que nos han ayudado a ver más allá de donde nuestra vista llegaba.

Fui muchos años Docente del Departamento de Farmacología de la UBA, acompañando al Profesor Luis María Zieher (con quien publiqué mi primer libro sobre Depresiones) y fundamos las Jornadas de Uso Racional de Psicofármacos con un grupo de colegas estudiosos y dedicados con una convocatoria multitudinaria.

En esos años intenté conocer el mecanismo de acción de los fármacos y como su uso y sus combinaciones curaban o mejoraban la matriz biológica de nuestros padecimientos mentales. Aún lo sigo haciendo, con el saber renovado de infinitas publicaciones.

Posteriormente fui concurrente en el Hospital Israelita de Buenos Aires, en el Servicio de Psicopatología, cuyo jefe era una persona sapiente, buena y generosa: el Dr. Ricardo Avenburg, con quien estudié la obra de Sigmund Freud y compartimos la atención de pacientes, trabajos, estudios y supervisiones durante más de 40 años. Seguro me queda lo aprendido, espero haber podido internalizar su bondad y generosidad y también un grupo de compañeros con los que nos seguimos viendo hoy en día.

Durante 8 años supervisé con mi suegro y maestro, el Dr. Joel Zac, quien tempranamente me ayudó a perfilarme como el psicoanalista que soy en la actualidad, con el estudio microscópico de las sesiones, particularmente los elementos del encuadre psicoanalítico y el trabajo sobre el impacto de la transferencia de los pacientes. Su temprana muerte nos privó de seguir aprendiendo.

Cursé los Seminarios de Formación de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires, en la que subí los arduos escalones de la formación hasta mi nombramiento como miembro titular con función didáctica. Mi infinita gratitud al Dr. Alfredo Painceira, quien me ayudó a explorar el interior de mí mismo y me dio la seguridad de enfrentarme a mis oscuridades y fantasmas, para por lo menos poder interrogarlos.

La posterior creación del Instituto Universitario de Salud Mental me dio la posibilidad de ejercer la docencia en un ámbito de excelencia académica.

Al mismo tiempo, participé en la creación de la creación de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), una alternativa democrática y abierta que se abría paso en la oscuridad saliente de las dictaduras que asolaron a la Argentina y en la que fui docente 25 años.

Escribí 4 libros de Depresión que preceden al actual, con un número de colaboradores generosos e ilustrados y un libro de cuentos: Cuentosciertos en la Espera.

Mi esposa Diana estimuló criteriosa y amorosamente mi producción literaria y científica desde siempre, y mis tres hijos fueron ávidos lectores que me alentaron a seguir escribiendo.

Estos son los linajes que vertebran mi saber y proceder, el psiquiátrico, el farmacológico, el psicoanalítico y el literario y también estos son los gigantes sobre cuyos hombros pude ver más lejos de lo que nunca imaginé.

Gracias a todos ellos.

Prefacio

Nadie lo vio desembarcar en la unánime noche,

nadie vio la canoa de bambú adentrándose en el fango sagrado…

 

Jorge L. Borges, “Las ruinas circulares” (Ficciones, 1940)

Un millón de personas se suicidan anualmente (una persona cada 4 segundos). La relación de estos suicidios con la depresión es clara.

Este es un libro para el público general y los profesionales de la salud que tengan interés en un conocimiento actualizado de esta enfermedad.

La depresión es un padecimiento severo en el mundo actual, que involucra interacciones complejas entre los genes y el medioambiente y es la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Está asociada con un profundo sufrimiento y deficiencias significativas en el funcionamiento psicosocial.

Hay más de 350 millones de deprimidos en el mundo y que ese número se acrecienta progresivamente por los nuevos casos que aparecen, por los que se repiten y por los que no mejoran y predice que será la mayor causa de enfermedad en el mundo para el 2050. (OMS)

La depresión tiene una fuerte tendencia a la cronicidad y a la recurrencia, en la que el diagnóstico, el tratamiento, el seguimiento y sostener la continuidad del tratamiento presentan sus dificultades. En este libro se encontrarán algunas guías sobre estos temas.

La depresión puede comenzar en edades tempranas, como ocurre con la mayoría de las enfermedades mentales y la posibilidad de contraerla se extiende a lo largo del ciclo vital.

La juventud latinoamericana enfrenta los fantasmas de la desocupación, el subempleo, la falta de horizontes, las situaciones de violencia, el también creciente abuso de sustancias, la dependencia de la aceptación de las redes sociales en la que todos aparecen exitosos y sonrientes, y una demanda social de éxito y formación cada vez más exigente, difícil de satisfacer.

Los jóvenes resultan vulnerables a las alteraciones de la autoestima frente a este mundo tan depresógeno, que crea las bases del riesgo suicida.

Además, médicamente la depresión es un factor independiente que duplica el riesgo de enfermedad coronaria, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y duplica, a cualquier edad, la tasa de mortalidad general, una circularidad compleja que se da entre las enfermedades médicas y la depresión.

Son también los profesionales a los que van a consultar los hijos porque el papá esta «bajón» y lo ven abandonado, o aquellos a los que van a consultar los padres, porque el hijo anda mal en la escuela, no se ve con los amigos y se la pasa tirado en la cama.

Esperamos que la lectura de este libro contribuya a su detección temprana para su prevención y contribuir a que quienes la padecen puedan recuperar la posibilidad de vivir en plenitud, en un contexto complejo y desafiante.

En definitiva, inspirado en la cita de Borges del epígrafe (“nadie lo vió…”), poder salir de las ruinas circulares que provoca la depresión.

 

 

Buenos Aires, 2024

I Depresión Una introducción a su estudio

El agujero negro

 

Una estrella se mantiene estable gracias a dos fuerzas contrapuestas: las combustiones nucleares que tienden a expandirla y emitir brillo y calor, y la fuerza de la gravedad que la mantiene unida en su conjunto.

 

Cuando se agota el combustible nuclear, se agota el brillo, la luz y la estrella se retrae y colapsa conformando un núcleo oscuro de extrema gravedad que atrae todo hacía sí.

 

Así se forma un agujero negro.

 

Esta oscura urdimbre de gravedad es tan extrema que ni siquiera un ligero haz de luz puede escapar.

 

En el espacio, un agujero negro distorsionaría la visión de las estrellas, ya que al absorber la luz que emiten, crearía un espacio absolutamente oscuro.

 

La depresión funciona como un agujero negro en nuestra mente que obtura nuestra luminosidad y nos provoca una dolorosa vivencia de vacío e inutilidad, a veces intolerable, que nos puede hacer pensar en la muerte como resolución.

 

Inspirado en Historia del Tiempo. Stephen Hawking.

Una viñeta clínica

Salgo a la sala de espera, está repleta de gente, y llamo al nombre que aparece primero en la lista de la mañana: “Ernesto”.

Se acerca un hombre con paso cansino acompañado por una mujer que se presenta como su esposa, está envejecido y adelgazado.

Pasan al consultorio, se sientan y les pregunto en qué los puedo ayudar. Ernesto me cuenta que se siente muy “bajón”, sin ganas de nada, no tiene hambre, come porque le insisten y perdió varios kilos en los últimos meses.

Se siente débil, la cabeza no le funciona como antes y tiene mucho miedo que lo despidan del trabajo.

Dice que le “tira la cama” y la mujer acota que se la pasa tirado en la cama la mayor parte del día.

Hizo una consulta con su clínico de cabecera, que le pidió análisis clínicos y no le encontró nada significativo, le dijo que podía estar deprimido, que hiciera una consulta con un especialista y le dio mi nombre.

Se siente triste. Si bien perdió a su mamá hace un año, después de una larga agonía, piensa que en el tiempo transcurrido ya debería haber cicatrizado un poco la pérdida y agrega que en algunos momentos tiene pensamientos negros.

Le pregunto cómo son esos pensamientos y me contesta que tiene ganas de morirse, que hasta lo sentiría como una liberación.

La esposa dice que la pone muy nerviosa verlo así, le dice que se levante, que ponga voluntad, que salga de la cama y que lo haga por los hijos que se asustan de lo que le pasa.

Ernesto la mira y le dice: “no puedo, me siento mal”.

La mujer acota que tiene miedo de que tenga cáncer por lo flaco y caído que está. Y Ernesto que tiene miedo de tener lo que tuvo la mamá.

Le digo al paciente que le voy a dar una hoja con una escala de depresión para que la complete y si no puede la hacemos juntos.

Le doy la escala PHQ/9 de depresión y tarda poco en completarla.

El puntaje le da 19. A partir de 15, por esta escala se considera que se padece depresión y que se deben usar antidepresivos, psicoterapia y/o ambos.

Le digo a la pareja que Ernesto tiene todas las características de tener una depresión y que necesita tomar antidepresivos para aliviarse y que mejorará paulatinamente.

Me pregunta en cuánto tiempo se va a poner bien y le digo que va a ir mejorando progresivamente y que va a seguir tomando el antidepresivo un tiempo más prolongado para fijar el buen resultado.

Le digo también que lo de la mamá lo debe haber afectado más de lo que dice.

—Me destruyó —me contesta.

—Va a ser bueno que tenga un lugar para hablar de ello; le pegó duro todo esto, le voy a dar el contacto de un colega para que tenga unas entrevistas para conversar de estas situaciones.

Quedamos en vernos a los pocos días para evaluar el efecto inicial y ver como progresa.

Continuará…

Depresión: Un padecer multisistémico y multidimensional

La depresión es una enfermedad severa y debilitante, que trasciende la concepción de un trastorno del estado del ánimo como se la viene definiendo desde siempre, ya que tenemos que pensarla como una patología multisistémica y multidimensional que afecta muy negativamente todas las áreas del sujeto.

Es la patología más frecuente en Salud Mental y una de las más frecuentes en la medicina en general.

Afecta a más de 350 millones de personas en el mundo, es la segunda causa de carga global de enfermedad entre todas las enfermedades estudiadas y es la primera causa de discapacidad a nivel mundial (OMS 2023).

Las tasas de depresión a lo largo de la vida son del 25% para las mujeres y del 12% para los hombres y su prevalencia ha ido incrementándose a lo largo del tiempo.

Tiene importante impacto sobre el funcionamiento laboral y social, con mayor utilización de los servicios de salud, mayor consumo de psicofármacos, peor salud física y mental, mayores pérdidas de tiempo de trabajo y mayores tasas de intentos de suicidio.

Julia Kristeva, una inspirada filósofa búlgara, en su libro Sol Negro y Melancolía refiere en unos párrafos el universo doloroso que la habitó cuando padeció depresión:

 

Intento hablarles de un abismo de tristeza, de dolor incomunicable que nos absorbe, y muchas veces de manera duradera, hasta hacernos perder el gusto de toda palabra, de todo acto, el gusto mismo por la vida. Esta desesperanza no es un disgusto lo que supondría que no soy capaz de deseo y de creación, negativos es cierto, pero existentes.

¿De dónde viene ese sol negro? ¿De qué galaxia insensata sus rayos invisibles y pesados me clavan al suelo, a la cama, al mutismo, al renunciamiento?

 

Se puede describir a la Depresión como: “un conjunto de síntomas caracterizado por el decaimiento del estado de ánimo, la disminución de la capacidad de experimentar placer y de la autoestima con manifestaciones afectivas, ideativas, conductuales, cognitivas, vegetativas y motoras con serias repercusiones sobre la calidad de vida y el desempeño socio-ocupacional”.

La fuerte tendencia a la recurrencia, entendida como la aparición de un nuevo episodio depresivo después de la recuperación de un episodio previo, es uno de los temas más relevantes de la depresión y es importante reconocer las situaciones de riesgo y los predictores ya que nos permitirán establecer acciones, identificar grupos de riesgo y desarrollar tratamientos para su prevención.

Cada vez es más reconocida su tendencia a la cronicidad y la importancia de su repercusión sistémica que afecta la calidad de vida, así como los riesgos de mortalidad que implica.

La depresión puede llevar al suicidio; cada año se suicidan cerca de 1.000.000 personas, el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo etario de 15 a 29 años y la relación con la depresión es clara sobre todo en países en vías de desarrollo.

Duelo y depresión, algunas notas diferenciales

Sigmund Freud, en “Duelo y melancolía”, compara ambos estados y refiere que los dos comparten la dolorosa sensación de tristeza por una pérdida, la de un objeto investido libidinalmente.

Jaime Lutenberg, refiriéndose al primer momento del duelo, al momento de contacto con la noticia de la pérdida del ser querido o una abstracción equivalente, dice:

La turbulencia emocional caracteriza a este instante y corresponde a la respuesta total del individuo frente al impacto por la noticia recibida.

En ese momento, todas las barreras discriminatorias que el yo posee, se alteran. El diafragma yoico que separa la realidad interna de la externa se abre y se cierra redefiniendo tiempo y espacio; simultáneamente se hace permeable a las evidencias que le llegan de la realidad exterior que le anuncian la muerte como un acontecimiento fáctico irreversible y a las exigencias que le llegan de la realidad del mundo interno que atestiguan la vigencia de la presencia emocional.

En otro párrafo sigue: “Las pautas discriminatorias del yo no están borradas sino redefinidas: tiempo y espacio no son para el yo ordenadores lógicos para discriminar la presencia o la ausencia objetal, sino que forman parte de una totalidad que en ese momento adquiere otra lógica cuyo eje referencial ordenador es el vínculo interno con el objeto de quien el yo se anoticia que falleció. En estos momentos aparece la demanda de una nueva síntesis vincular en función de lo cual todo lo conocido se vuelve un poco extraño y reclama una nueva comprensión elaborativa”.

Podríamos agregar: se trata así de una nueva comprensión elaborativa, en aras de una adecuada elaboración del duelo.

Etimológicamente duelo es lucha

Hay una intensa lucha para desligarse internamente de la persona amada, asimilar sus partes buenas, desechar las malas, y bajo el accionar del juicio de realidad el sujeto no continúa el destino del ser querido y busca revincularse con la vida, el mundo y el futuro, realizando el desprendimiento libidinal de ese objeto para ir estableciendo reconexiones con otros.

 

En el duelo, por el dolor provocado por la pérdida, predominan la inhibición y la retracción del mundo externo, que aparece vacío y empobrecido.

El sujeto sabe a quién perdió y con el trabajo de elaboración se va percatando de lo que con ese objeto perdió. Así, la ilusión va cediendo lugar a la realidad y la desesperación al sentimiento de nostalgia.

A todo este cortejo sintomático: inhibición, retracción, tristeza, etc., se agregan sentimientos de desvalorización, incapacidad de experimentar placer, alteraciones del sueño y del apetito, ideas de muerte y riesgo suicida.

El duelo no tiene tales características.

Depresión está asociada con

Deterioro funcional y estructural en SNCSensibilidad incrementada antes situación estresanteDéficits en tareas cognitivas que requieren esfuerzoSensibilidad anormal a la recompensa y al feedbackSesgo prioriza procesamiento de estímulos negativosGenera impácto somático, factor de riesgo de mortalidad, dolor y otras penas.

 

Rojtenberg, S. 2022

Un padecer poco detectado y mal tratado

Como decíamos, es motivo de consulta muy habitual a los psiquiatras y a los no psiquiatras también, ya que un altísimo porcentaje de los pacientes que consultan al clínico (más del 80%) refiere alguna forma de perturbación depresiva.

Cuando una persona está deprimida, aunque no se dé cuenta, por lo general consulta a su médico clínico o de cabecera, al igual que cuando la Depresión se presenta con su ropaje somático, de manera enmascarada o somatoforme o porque es la indeseable compañera de otra perturbación psiquiátrica o somática.

Los resultados del estudio europeo sobre depresión en la comunidad (Estudio Depress, 2016) dio que alrededor del 70% de los deprimidos no sabe que padece Depresión y no consulta en el momento adecuado, racionalizando el episodio como cansancio, agotamiento, la edad, etc.

Cuando consulta lo hace con un médico de atención primaria y la frecuencia de las consultas se incrementa con la severidad de la depresión.

Los deprimidos son usuarios muy frecuentes de recursos sanitarios, consultan tres veces más a su médico de cabecera que los no deprimidos (4,4 vs 1,5) siendo infrecuente que se les descubra una patología somática, por lo que suelen consultar a otro y otro transformándose en los “pacientes frustradores de especialistas”. El cuerpo habla expresando el dolor mental que padecen.

 

En cuanto a los tratamientos, el mismo estudio reveló datos sorprendentes: a la mayoría de los deprimidos (69%) no se les prescribió ningún tratamiento. Cuando se les prescribió tratamiento farmacológico (31%), sólo el 25% recibió antidepresivos, (7,8%) exponiéndolos a la cronicidad, con las repercusiones que esto tiene, incluidas las fantasías de incurabilidad.

Los resultados confirman la alta prevalencia de depresión en la comunidad y la carga impuesta al paciente en términos de deterioro de la calidad de vida y el déficit de su abordaje en atención primaria.