Derrumbamiento de los mundos - Adrian Ponteprino - E-Book

Derrumbamiento de los mundos E-Book

Adrian Ponteprino

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Beschreibung

En Derumbamiento de los Mundos, sumergete en un viaje a través del tiempo hasta las arenas místicas del antiguo Egipto, donde los dioses gobiernan y los destinos de los hombres se tejen con los hilos de la magia y el poder divino. La novela revela el conflicto milenario que surge cuando Seth, el dios guerrero, desafía el orden establecido por Osiris e Isis, provocando una guerra que amenaza con dividir el reino. Mientras el alto y el bajo Egipto se ven envueltos en la lucha por la unificación, secretos ancestrales enterrados bajo la arena, como la tumba perdida de Osiris y el misterioso Huevo Cósmico, esperan ser descubiertos.

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Seitenzahl: 854

Veröffentlichungsjahr: 2024

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ADRIAN PONTEPRINO"El Caminante"

Derrumbamiento de los mundos

Ponteprino, Adrian Derrumbamiento de los mundos / Adrian Ponteprino. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-5052-1

1. Narrativa. I. Título. CDD A863

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de Contenidos

Cap. I - “LAS MURALLAS RELUCIENTES DE TINITA”

Cap. II - “NECRÓPOLIS DE IMHET”

Cap. III - “EL SACRIFICIO”

Cap. IV - “LAS HORAS DE LA DUAT”

Cap. V - “LA DUAT”

Cap. VII - “LA INSATISFACCIÓN DE SETH”

Cap. VIII - “TRIPLE TEMPLO”

Cap. IX - “ENCUENTRO DE OSIRIS Y URANO”

Cap. X - “EL OJO ROBADO DE SETH”

Cap. XI - “LA MONEDA DE ZEUS”

Cap. XII - “LA ASUNCION DE NEITH”

Cap. XIII - “EL MANIFIESTO DE SETH”

Cap. XIV - “DECRETOS Y CONDENAS”

Cap. XV - “EL BESO DE SETH”

Cap. XVI - “DESCUARTIZAMIENTO DE OSIRIS”

Cap. XVII - “CANAL SINUOSO”

Cap. XVIII - “EL EGO DE SETH”

Cap. XIX - “EL SEPELIO DE LA PAZ”

Cap. XX - “SETH ABRE LAS PUERTAS DEL INFIERNO”

Cap. XXI - “LA ENÉADA EN IUNU”

Cap. XXII - “ISIS REFUGIADA EN SAIS”

Cap. XXIII - “LOS JINETES NEGROS DE DOGON”

Cap. XXIV - “EXILIO DE ISIS”

Cap. XXV - “REVUELTAS EN TEBAS”

Cap. XXVI - “ASAMBLEA EN ON”

Cap. XXVII - “LA MATANZA DE ISIS Y NEFTIS”

Cap. XXVIII - “LA CONGOJA DE AKER”

Cap. XXIX - “LA NOCHE DE LOS MISTERIOS”

Cap. XXX - “LA MARCHA DE LOS CONDENADOS”

Cap. XXXI - “LOS DEGOLLADOS”

Cap. XXXII - “LOS AHOGADOS DE IGERET”

Cap. XXXIII - “LOS POSTES DE USERU”

Cap. XXXIV - “LA CAVERNA DE LA ANIQUILACION”

Cap. XXXV - “CAMINOS MISTERIOSOS DEL AMENTY Y ROSETAU”

Cap. XXXVI - “EL FARO DEL MUNDO”

Cap. XXXVII - “EL SECRETO DE OSIRIS Y LA DUAT”

Cap. XLVII - “BUSQUEDA EN LO PROFUNDO DEL SER”

Prólogo

Durante muchos años de estudios profundos escribí, la novela mitológica más sorprendete sobre Egipto y sus dioses como jamás lo verás en ningún lugar. Porque los detalles, de cada uno de sus personajes son la escencia misma de su propia grandeza. Sus aciertos y desaciertos cotidianos.

Basándome en el Libro de los Muertos del antiguo Egipto, el libro de Anduat, el libro de la Tierra de Aker, el libro de las Horas, el libro de las Cavernas y el Texto de las Pirámides, son la columna vertebral de este conocimiento tan antiguo y maravilloso que te entrego incondicionalmente para que todo sea revelado. Nada quedara de aquí en mas oculto para ti.

Te revelo el gran conflicto de los dioses egipcios ocurrido hace 11.000 años atrás, cuando Osiris e Isis gobernaban y Seth, el gran dios guerrero se subleva a los dioses mayores. Cuando Atlántida comenzaba su invasión por las regiones de Tirrenia, Libia y la antigua Grecia. También te explicaré la gran disputa por unificar bajo un único reino, el Alto y Bajo Egipto. La guerra fue inevitable. Los Ojos de Horus la gran arma que cambió el curso de la historia cuando la gran noche brilló con su luz verde, flagelando a todas las tropas invasoras de Seth la región del Delta del Nilo.

Te revelaré la gran tumba existente bajo las arenas de Egipto que solo yo sé y desenterrare del dios Osiris. El Huevo Cósmico, también llamado templo de Gengen Ur. Tumba maravillosa de cuatro colores bajo las arenas aún permanecen y fue la noche de la sepultura el entierro más opulento que haya existido jamás. Todo te lo enseñaré.

Introducción

Un secreto, celosamente guardado, por Maestros e Iniciados, llevó al hermetismo absoluto de las Ordenes Sacerdotales más Antiguas existentes.

Nunca descansó el lado oscuro del pensamiento, en buscar el Secreto de Osiris tan profundamente atesorado bajo la Cápsula de Tiempo, que son, las arenas maravillosas de Egipto y a la espera de ser redescubierto, Osiris y el Huevo Cósmico.

Un tesoro escondido tan ancestral como sus once mil años que nos separa en el prolongado y extenso tiempo de los hombres y antiguos dioses. Tiempo insignificante para la Mente Infinita y Absoluta del Todo Creador.

La oscuridad y la destrucción amenazaron con una conflagración épica y devastadora, en la materia y en el alma, de tan grandes proporciones, que el paso del tiempo, no borraría, sangrante intolerancia.

La alta tecnología alcanzada por los dioses hace once mil años, superó la nuestra ampliamente.

Una gran guerra liderada por la soberbia, la intolerancia y la apostasía surgió en los más antiguos tiempos y retornará incansablemente como dioses y hombres sigan caminando sobre la faz de la tierra, pues es su naturaleza, violenta y constante de nunca acabar.

Los dioses de entonces, hicieron la guerra trayendo el caos, la miseria y la muerte en la carne y en el espíritu de los seres vivientes. Armas de destrucción masiva, naves que surcaron los cielos y tecnología de punta como fuente infinita el sol, se usaron para esta batalla despiadada y sin tregua.

La violencia y la seducción sobre las masas se expandió para sumergir a los humanos y dioses, en una nueva conflagración, pero el Secreto de Osiris y la Luz de Horus triunfarán sobre la oscuridad desatada por los pensamientos más destructivos de los hombres, príncipes y reyes, de la Antigua Tierra.

Finalmente, los dioses serán presentados a los humanos, por lo que será autor de gran conflicto, cuando la Luna complete su ciclo.

El Secreto de Osiris, escondido, perdido, será encontrado y develado, y el Huevo Cósmico descubierto en su Hora cumplida. Se abrirá la puerta, cuando el sol ilumine en su justa y única hora. La entrada del equinoccio de invierno.

Con el cetro en su lugar, las rocas se elevarán. La llave moverá las estrellas y la Región Silenciosa, “La Duat” iluminada será… por Ra.

El Ojo triunfante de Horus en la Barca Solar, en su séptima Hora, ¡SERÁ!

El inicio

—¿Qué te ocurre Yram?

—¡Maestro! ¡He visto, he leído y he tocado lo que jamás hubiese imaginado! –Si había una noche oscura y tormentosa, era esta.

—Tranquilízate, has tenido un viaje muy largo y agotador.

—Nada de lo que hay en este mundo puede comparase con lo vivido.

—¿A que te refieres?

—He recorrido Egipto, navegué el maravilloso Nilo y llegué a la zona prohibida.

—¡Detente! ¡Muchos espías están recorriendo la comarca, los corazones de los hombres se está nublando! ¡Cálmate y entra! –Ambos ingresaron y una tormenta se sumó para hacer de la noche aun más misteriosa. Yram no podía guardarse el gran secreto que en Egipto descubrió.

—Llegué a los monumentos que yacen bajo las arenas, todos han muerto por una plaga demoníaca y el faraón prohibió llegar al foso. Todo comenzó por la búsqueda de agua y un foso tan antiguo que ninguno sabe quién lo construyó surgió para sorpresa de todos. Es muy profundo, tanto que no puedo medirlo, pero realmente está allí y lo que debajo hay en la profundidad

—Has entrado y vivo arribaste. ¡Es lo que importa Yram!

—¡No! Lo que importa es lo que vi, lo que leí y lo que toqué, supera todo entendimiento.

—¿Y que vistes?

—¡Maestro! He bajado a la tumba de Osiris y he tenido en mis manos elementos tan extraños que jamás he visto. He leído en sus muros la batalla por los reinos de Egipto y lo que han usado no es de este mundo, tienen el poder absoluto de miles de ejércitos y su empleo podría cambiar el rumbo de la historia. ¡Maestro! Lo que digo es cierto, pero las arenas han tapado nuevamente la entrada...

—¡Alto! No sigas más Yram. Lo que has conocido es cierto y no debemos adelantar los tiempos. La fuerza destructiva que se ha levantado una vez en la tierra nos llevaría al exterminio seguro.

Calla y no reveles el Secreto de Osiris, aun no es el tiempo, todo volverá cuando el reloj gire nuevamente. Ahora puedes comprender el pasado porque es lo que será. Calla aunque tu vida esté en juego.

Yram guardó el Secreto de Osiris y jamás lo volvió a repetir.

Cap. I

“LAS MURALLAS RELUCIENTES DE TINITA”

Los dedos temblorosos mostraban su estado de ánimo por más que intentara ocultárselo al barquero que cumplía con la grata tarea de conducirlo por el Nilo río arriba, a las murallas relucientes de Tinita, muros que recobran vida cada mañana, cada vez que el Disco Solar emerge triunfante sobre la oscuridad y comienza el eterno peregrinar, incansable y vital para el pueblo del sol.

Sus manos, no sudaban por el esfuerzo físico sino por el mismo motivo que todo su cuerpo. ¡Nervios! Tan solo nervios y una expectativa única.

Por enésima vez, Aker, el dios guerrero, desenrolló el pequeño y resistente papiro, lo leyó tantas veces como fuera necesario para convencerse que todo era cierto y nada, absolutamente nada era falso. Sus dudas e interrogantes no tenía sentido de ser, sin embargo, la emoción le jugaba una mala pasada, de aquellas tan esperadas y deseadas que cuando llegan, las dudas, temores, cobardía e inseguridades, surgen sin desearlo como potro sin domar; pero era cierto, tan cierto como que su barca continuaba río arriba, pese a sus lógicas y comprensibles inquietudes por lo que acontecería en corto tiempo, desde el preciso momento que sus pies pisen la muralla y transiten por la misteriosa Ciudad Santa de los Iniciados al pie de las pirámides sagradas del nomo Tinita. La isla de los caminos misteriosos del Amenty, su capital. Sería hoy, para Aker, una fecha inolvidable y trascendental para sí mismo, no con espíritu egoísta sino de merecido reconocimiento por su entrega incondicional a la Enéada egipcia y al mismo Osiris y Tum Ra, descendiente directo del dios único Ra.

La Barca continuaba río arriba, su corazón latía más aprisa a cada kilómetro ganado al maravilloso Nilo.

Leyó al derecho y al revés, como si en los jeroglíficos pudiera existir alguna clave secreta, pista oculta para un formidable tesoro o descubrir un engaño hábilmente planificado para jugar con sus sentimientos, que de ser así, los problemas serían muy graves para su autor.

Nada extraño percibía, tan solo extraña era la invitación y su encuentro con Thot, el dios egipcio más ilustres entre los Maestros de maestros. Dios egipcio que sin duda podía ser regente de todo el reino si la unión de los dos Egipto norte y sur se concretara en un futuro cercano.

El barquero lo miraba de vez en cuando, estaba intrigado por el contenido, pero no debía descuidar su tarea primordial de conducir la barca. Un tanto lejos, no comprendía ni una frase del papiro y mucho menos le preguntaría al dios guerrero por el mensaje enigmático. No le estaba permitido hablar con él, ni siquiera tocarlo. Cuando el barquero escuchó el destino que tendría, su corazón reaccionó al instante, no era para menos, Tinita y los caminos del Amenty eran los lugares misteriosos de Egipto. Quien sudaba más de los dos era difícil saberlo y las pirámides ya estaban a la vista, el Disco Solar aun no asomaba.

El cielo despejado, la temperatura un tanto baja pero normal para estos días y un Nilo tranquilo que intentaba con su magia relajar a ambos, que por ahora no lo estaba logrando y era razonable que sucediera así, pues las emociones eran lo que se estaban manifestando, emociones que no debían ser contenidas, por el contrario, debían emerger libremente para no perder el equilibrio interno y necesario.

Enrolló el papiro cuando vio cerca de él, un cocodrilo, una bestia formidable, un destructor y devorador implacable. Causaba en muchas personas terror con solo verlo a lo lejos, pero Aker, con un claro gesto, ordenó al barquero que se aproximara a él sin dejar su rumbo hacia el norte. Así lo hizo y la silueta tempranera recortaba el hermoso río, con su tamaño verdaderamente enorme.

La imagen ante sus ojos perecía sorprendente y extraña, ese era el ánimo del dios y todo cuanto vería en el día sería igual de asombroso, o quizás, sus sentidos estaban más atentos a cada signo de la naturaleza, por la experiencia personal que le tocaba vivir.

Ese cocodrilo que tanto terror causaba a quienes no comprendían su naturaleza salvaje, tenía en su hocico una mariposa comarca, como si fueran la bella y la bestia, compartían un momento en un mismo lugar. La gran bestia y depredadora del Nilo sabía que sobre ella, un delicado e inofensivo insecto viajaba plácido y gratuitamente, nada a cambio pedía la linda bestia que para la mayoría no lo era, sin embargo, la naturaleza daba estos ejemplos, como dos obras del Creador, totalmente contrapuestas podían convivir en armonía y en el mismo lugar sin que una entorpeciera a la otra, lo que dioses y hombres no estaban haciendo, por el contrario, la división y la enemistad estaba ganaba terreno en Egipto.

El cocodrilo con su poderosa cola avanzó con dirección hacia ellos, amagaba sumergirse reiteradamente y no lo hacía pues de hacerlo, la mariposa no tendría donde posarse para descansar, insecto que no temía ser comido, no era suficiente bocado para el propietario del río y como roca flotante seguía dándole sustento a la más pequeña.

Cada vez que el cocodrilo amagaba descender, la mariposa por el contrario, extendía sus alas para emprender su gracioso y siempre llamativo vuelo. Pero ninguno de los dos cumplía con lo suyo, como si fuera un juego inocente, continuaban unidos sin perturbarse en lo absoluto. Cocodrilo y mariposa, como la dualidad de las energías tan contrapuestas en positivo y negativo, como el blanco y negro, sin embargo, ambos coexisten y necesario para la misma existencia. Este era el ejemplo que la naturaleza estaba brindando, este era el ejemplo del Nilo y que el Creador daba a los dioses y a los hombres, pero ellos, demasiado ocupados para comprender algo tan simple y verdadero, cotidiano y al alcance de cualquier ojo mortal.

Así de simple debía de ser la vida, así de unido debían de ser los seres, sin embargo, todo lo estaban complicando para desgracia y condenación de sus propias almas.

La Barca continuó su rumbo. El viaje no terminaba de calmar los ánimos de ambos, por el contrario, aumentaba la incertidumbre por lo desconocido, por no saber con que se iban a encontrar, pese a saber que la isla de Tinita y los caminos misteriosos del Amenty eran dominio de los maestros Iniciados.

Cumpliendo con el pedido de Thot, llegaban al mismísimo puerto de la capital. Lentamente se acercaron al sector de desembarque. Cientos de aves daban la bienvenida y varias personas los estaban aguardando.

Desde el muelle se podía apreciar en lo alto de la verde colina las tres maravillosas pirámides y la mayor de todas con su piramidón único, esperando recibir los rayos solares que acariciaban todas las mañanas su lado oriental. Atracción fabulosa e hipnotizante observada por todos los navegantes madrugadores al momento exacto de la salida del astro solar.

Barcos de todos los tamaños, llegaban a proximidades de la isla para ver el espectáculo de luces, como si se tratara de una isla de llamas, por la muralla reluciente y por la cúspide de la pirámide de iniciación. Los adoradores del sol, aguardaban como todas las mañanas su salida. El pueblo del sol, interrumpía toda actividad, un ritual tan sagrado como la vida misma. Para esta primera hora la muralla y la gran pirámide con su cúspide de oro, eran la atracción cotidiana.

La cúspide debía prevalecer con el paso del tiempo, por eso se la construyó con materiales tan nobles.

Este maravilloso piramidón que aguardaba la salida de Ra por el oriente, fue creado en aleaciones de distintos metales, cobre, bronce y por supuesto, oro puro, regalando así a los ojos de mortales y dioses, luz dorada en el corazón de Egipto.

Debían esperar aun. A minutos del amanecer, los barcos disminuían su velocidad calculada y se agrupaban como todas las mañanas para ver la isla y sus llamas.

Recibido por tres Iniciados y un maestro, juntaron ellos sus manos y las llevaron a los pechos. Inclinaron sus cabezas y parte de su cuerpo no solo para saludarlo sino para reconocer el profundo respeto que sentían hacia el dios guerrero, gemelo de Rehu, con quién compartía la misma devoción hacia las milicias de Egipto.

La claridad de la mañana, la escasees de nubes y una paz absoluta era el preludio de un día fabuloso y enigmático.

Muchas aves, en especial los pelícanos se hacían presentes en el lugar como si ellos también hubiesen sido invitados a la maravillosa isla de Thot, ciudad que es misteriosa incluso para los propios reyes y príncipes egipcios.

Los Iniciados, todos vestidos de blanco como la nieve amarraron la barca de Aker, con prolijidad y movimientos certeros. El maestro se le acercó y lo volvió a saludar con palabras y una delicada sonrisa.

—Que seas bien venido... Aker a la isla de Tinita y los misteriosos caminos del Amenty. –Con su mano tocó suavemente su ante brazo izquierdo, invitándolo a camina hacia el mismo corazón de la isla y no pudo evitar el joven guerrero sentir el calor de la mano del maestro.

—Estoy agradecido que me haya invitado. –Le correspondió el saludo pero su voz demostraba el nerviosismo acumulado. –Solo una vez he pisado esta isla y era tan solo un niño. –Nada iba a detener la conversación en ambos. La relajación que había en el rostro del maestro egipcio era tal que una sonrisa suave se le dibujaba cuando comenzaba a hablar.

—Algunos jamás llegan a pisar estas murallas del puerto, ni mucho menos, alcanzar la Necrópolis de Imhet. –Aker no pudo simular su alegría por ir a visitar la necrópolis, no estaba en sus planes, lo cual, felicidad y nerviosismo se entremezclaban en la boca de su estómago, como miles de mariposas revoloteando sin cesar.

—Será porque la mayoría no tiene intención de una vida sacerdotal como la que llevamos aquí.

—¡Es precisamente eso! –El maestro lo miró dándole un claro gesto de acierto a sus palabras. –Acá los placeres terrenales o carnales para ser más exacto no existen, nuestra vida está más allá aunque muchos no lo comprendan, pero es nuestra elección.

—Cada quién elige.

—Todos los días de nuestras vidas hay que ejercer el poder de la elección, decisión y con sabiduría hacerlo para no padecer errores.

—¡Aaaah! ¡Errores! –Agitó Aker su cabeza. –Se hace difícil no cometerlos.

—Difícil puede ser pero no imposible.

—Seguro.

Se alejaron del puerto, las enormes piedras que hacían de muelle y camino a la vez estaban hábilmente talladas y colocadas con precisión milimétrica, no dejaba espacio libre entre piedra y piedra, como todo lo que se observaba en el lugar. Contrarias a otros puertos, estas rocas eran de distintos tamaños unas de otras como para complicar el trabajo de los cortadores y de quienes las colocaron, sin embargo, ellas eran exactas en medidas y perfecta la distribución a lo largo de todo el muelle.

Más al norte, la muralla de Tinita presentaba una decoración más que única. Las compuertas que separaban el Nilo con las aguas amargas del lago para el paso de todo tipo de embarcaciones, eran formidables. Las colosales puertas, llamadas vulgarmente, “puertas del cielo” referido al mismo Nilo como la representación terrenal de la Vía Láctea en el mundo egipcio, eran dos enormes placas rectas de metal tan exquisitamente trabajada que ni un mínimo de sector acusaba óxido, por el contrario, ambas láminas de bello metal brillaban al salir el sol por el oriente cegando a cualquier navegante inoportuno que por el Nilo fuera río abajo o río arriba y las mirara cuando reflejaran los rayos solares, esos rayos tan adorados por los Iniciados de la isla, una adoración que iba más allá que cualquier otro elemento físico pues conocían que eso, era energía pura y los Iniciados sabían cómo absorberla. Por el contrario, aquellos que surcaban cada día el río por las tempranas horas eran consientes del espectáculo luminoso y aguardaban con debida precaución.

A ambos lados de estas primeras compuertas, pues otras dos había más allá, el muelle estaba cubierto por más placas de reluciente metal y no era plata aquello, sino, una aleación fuerte y brillante a la vez. Estas placas eran bien conocidas por los marineros. Calculadamente curvadas hacia el interior de la isla contenían las crecidas del amado Nilo y por su obvio formato curvo, no solo al salir el sol resplandecía sino también, en pleno mediodía, con el disco solar encima, sus rayos maravillosos caían sobre todo el muro cubierto de placas metálicas. Esto era verdaderamente un espectáculo cegador, como una muralla llameante de vivas llamas blanquecinas. Quienes les miraban durante el día no podían sostener sus miradas por mucho tiempo como si la vista hacia la isla del nomo Tinita estuviese vedada a los ojos de los mortales.

Simplemente, las Murallas de Tinita eran una maravilla.

Todo Egipto era así de formidable y aun faltaba mucho por recorrer. Desde las Columnas de Hércules hasta el Cercano Oriente, todo cuanto se elevaba en la tierra de dioses, los egipcios opacaban cualquier otra civilización organizada y poderosa. Nada era como Egipto.

Los primeros pasos en la isla, mostraba la tarea realizada en el lugar con absoluta conciencia y lo que estaba por ver más adelante superaría lo anterior ampliamente, así de progresivo estaba todo hecho con intención.

El ejemplo mismo de la tarea consciente de los constructores, los elementos visibles y lo que yacía debajo de los campos eran el producto deliberado de quienes meditaban profundamente sus actividades antes de cometerlas para hallar la mejor fórmula y obtener el resultado más formidable y exacto. Eso se lo podía apreciar en la isla de los Iniciados, grandiosas edificaciones y precisas en sus medidas, solo podía ser el desenlace de la perfección absoluta buscada por los constructores de pirámides y templos sagrados.

Tomaron un camino de los muchos que había para dirigirse en forma recta al primer templo o vestíbulo de quién fue el Consejero más sabio del dios Ra padre de los egipcios. El templo estaba rodeado por un muro de contención alto por el cual no iban a traspasar pero Aker no resistió la feroz curiosidad para acercarse lo máximo posible.

—¡Hermoso templo! ¿No te parece? –Afirmó y preguntó el maestro.

—Siempre quise verlo de cerca, a lo lejos, el enorme portón me llamó siempre la atención como ningún otro.

—¿Por los toros?

—¡Sí! –Ambos estaban a escasos metros del templo, pero los límites de este lugar sagrado no les permitían seguir avanzando y tan solo ver a una mínima distancia, las imágenes de los toros desde allí era nítidamente apreciable.

Era el templo o la tumba misma de quién fue el máximo Consejero de Ra en los tiempos que el dios supremo comenzó la construcción de las pirámides y toda la Ciudad Santa de Ikesi entre la esfinge y las tres maravillosas pirámides.

En su interior, en la primera cámara, se encuentra el cuerpo embalsamado de quien exhibe el rostro de la esfinge misma, que en su honor, por haber concluido junto a Hermes Trismegisto la empresa más titánica de la Era Dorada de los dioses. En perfecto estado y con todas las ofrendas de aquella época, decoran la tumba en exceso de riquezas materiales.

La puerta misma del vestíbulo del Consejero, está decorada con dos fornidos toros que a tan gran distancia se los podía ver y tan poderosa atracción ejercía. Estos espléndidos animales estaban dispuestos en una posición desafiante entre ellos, pues ambos toros se miran entre sí, listos para la pelea, símbolo verdadero de fuerza y poder. Mundo antiguo que ejercía dominio sobre muchas otras naciones, tenía al toro, como referente de autoridad y respeto.

Al estar más cerca de las cientos de veces que recorrió el Nilo, Aker puedo apreciar la belleza simbólica de las cerraduras.

Movió su cabeza y agudizó la vista para observar mejor y tuvo éxito. En cada hoja de sus puertas, cerraduras muy especiales, tenían el decorado de los Ojos de Horus, sin duda que era oro lo que brillaba allí y de la mejor calidad que se pudiera encontrar, acorde con el personaje que moraba en su interior. Los toros y los Ojos de Horus hacían de estas puertas del Templo del Consejero una verdadera escultura y en tamaño también.

Aker se sentía un ser pequeño ante semejante construcción y lo que representaba.

—Más allá de la cámara que contiene el cuerpo del Consejero de Ra, tras esos toros hermosos, mi estimado Aker, hay registros tan antiguos como la misma existencia sobre la tierra.

—¡Perdón! ¿Allí están las 32 placas de oro?

—Así es. Esas placas grabadas por los antiguos están allí adentro y tienen un resumen de la aparición misma de los dioses primeros y los hombres en la tierra, no solo el aspecto material sino el espiritual también.

—Dudo que estén en esas 32 placas de oro todo nuestro pasado. –Con un claro gesto de razonamiento.

—¡Por supuesto Aker! –El maestro abrió sus manos y gesticuló su correcta apreciación. –Se necesitarían miles de estas placas para narrar todo lo que las primeras razas hicieron en el pasado, para eso están los templos al pie de las pirámides y otros adyacentes. –Aker se estaba emocionando, la idea de conocer más de lo que ya había en su mente lo ponía más nervioso y ansioso.

—Y esa pirámide –Señaló con su dedo. –¿Está dentro de estos muros? No se lo puede apreciar bien desde el Nilo.

—Sí. Estos muros limitan el templo que es el Vestíbulo de la pirámide y entremedio de ambos está la Gran Sala de los Registros, con mucha información que Hermes guardó al igual que Ra y el Consejero.

—¡Cómo una verdadera biblioteca!

—Por su contenido arcaico es la biblioteca informática más antigua del planeta. Todos los registros están aquí.

—¿Y los de la Atlántida?

—Es lo mismo. Lo que hay allá está acá, por eso, hay que preservar esto más allá del tiempo, más allá de los intereses temporarios de cualquier dios, rey de Egipto o de otros mundos o Sociedades Secretas que abundan hoy en día. Estos solo tienen amor por el dinero y nada por el prójimo.

—Pero... intuyo que estos registros es tan solo información plasmada en lo material, ustedes y cada uno de los Iniciados en la isla son una biblioteca caminante.

—¡Así es mi amigo! Por eso Thot tanto aprecio tiene por ti, puedes darte cuenta de muchas cosas y razonarlo rápidamente. Tu dedicación a las armas no te endurece en pensamientos como a la mayoría de los jefes militares que tan rígidos son de comprender cosas tan simples. A propósito has dicho mí sobre nombre.

—¿Cuál? –Se sorprendió por lo que acababa de escuchar sobre él. Vaciló, trató de recordar sus últimas palabras pero no la halló.

—¡Caminante! Me dicen “El Caminante”

—Su deporte favorito.

—No lo puedo evitar, otros utilizan todo tipo de transporte para movilizarse y sin embargo... –Aker lo interrumpió.

—Prefiere caminar.

—Caminar, caminar y caminar.

—Pero se pierde tiempo. Hasta un burro lo podría llevar más rápido.

—¿Cuál es el apuro? –Le hizo la pregunta mientras lo invitaba a continuar por el camino costeando el muro de contención del Vestíbulo y la pirámide propia.

—No se trata de apuro, simplemente es que llegará antes.

—Desde los comienzos el hombre caminó y subsistió igual, ahora todos están apurados por llegar a cualquier lugar y todos por correr tras el dinero.

—Eso no se lo niego pero...

—...pero mi estimado Aker, para que quiero llegar rápido si nadie me corre, no es negocio lo que me trae por acá, no es la meta de llegar primero al objetivo sino llegar en el tiempo que sea y con el conocimiento necesario. El apuro es para los negocios, para que tu competidor no te devore, nada más que para eso. Acá no se trata de dinero, acá es aprendizaje y la conservación del pasado remoto de la humanidad y comprensión del alma y el cosmos, por eso tan colosales son las construcciones, deben como te dije, sobrevivir en el tiempo, grandes misterios hay y mucha comprensión se necesita. Muchas de ellas, son de cosas que no se ven, solo se sienten.

—¡Sabiduría!

—Sí, puedes llamarlo así. ¡Mira! ¡La pirámide del Consejero! –Habían llegado al otro lado y a su derecha estaba la hermosa pirámide del Consejero, grande pero no tanto como las que verían luego.

Prosiguieron por el camino empedrado que al igual que el muelle, estaban formadas por bloques de piedras de distintos tamaños y variados tonos contrapuestos unos de otros, haciendo a la vista, un agradable juego multicolor bajo sus pies. A ambos lados, pequeños pinos como puntas de flechas señalando a los cielos de Egipto y ni uno mostraba deterioro alguno. La flora recibía tanta dedicación como las mismas actividades personales de los Iniciados, pues el mantenimiento de cada planta y árbol, hacía al cuidado mismo de cada individuo. Dedicación era un buen calificativo para los jóvenes y otros no tanto, que se los podía ver a tan temprana hora trabajando en los jardines y en la primera limpieza del día en los templos, por supuesto, era muy escasa la suciedad ya que todos los días le dispensaban tan armoniosa dedicación y por sobre todo, a conciencia.

No tardó mucho en abrir sus ojos, avanzando por el esplendoroso y colorido camino, llegó a otra de las maravillas de Egipto. Se detuvo para contemplar y ante ellos la gran y colosal Esfinge, cuerpo de león agazapado y la cabeza del mismo Consejero con su nemes en su cabeza como guardián y custodio de los arcanos conocimientos de los registros antiguos.

El templo o vestíbulo del Consejero, la pirámide y la Esfinge comprendían un mismo proyecto.

—La esfinge y su templo, por debajo del campo, están conectados con el vestíbulo del Consejero. –Le indicaba el maestro apodado “el caminante”

—Le haré una pregunta indiscreta aunque creo saber la respuesta. ¿La esfinge así como se comunica con el vestíbulo del Consejero de Ra, se comunica también en forma subterránea con el resto de la Ciudad Santa?

—Esto recuérdalo siempre. Si tú haces una pregunta es porque conoces o tienes indicio de la respuesta, sino, jamás podrías preguntar. En cuanto a tu inquietud, sí, todo se conecta con la Esfinge del Consejero y con el templo de la esfinge que está debajo.

Tenían que alzar la vista para poder ver a la Esfinge ya que descansa sobre un enorme edificio que la sostenía en lo alto, este edificio hacía de colosal pedestal. Este templo aun más grande que el mismo león como enorme torre soportaba tan impresionante peso y no había temor de derrumbe, pues las paredes del templo que la alzaban al cielo, eran bloques de piedra caliza aun más pesadas y grandes que la empleada para la Esfinge.

El decorado en las paredes del templo de la Esfinge con todo el colorido se destacaba claramente. Predominaban los colores rojos, azules, naranja, blanco y sepia. Una obra de arte que dejaba a todos paralizados, con la boca abierta y los ojos en completa apertura. Minutos de contemplación eran necesario para apreciar la belleza sin igual y un verdadero desperdicio no hacerlo.

Aker, quieto, inmovilizado por fascinación y con su cabeza levemente inclinada hacia arriba, no habló, solo miró y grabó en su mente la imagen maravillosa del templo de la Esfinge y la Esfinge del Consejero de Ra. Luego, tras un tiempo con contemplación, avanzó con el caminante.

Al ir acercándose la belleza de la torre o templo y la Esfinge en lo alto eran sobrecogedoras, si pequeño se sentía en el Vestíbulo del Consejero, aquí lo era aun más, como diminuta hormiga tanto Aker y el Caminante se sentían.

La vida en la isla estaba surgiendo a cada paso y algunos ruidos comenzaban a escucharse y todo era, por las distintas actividades que se daban comienzo al alba.

Pasaron por uno de los lados del edificio de la Esfinge y la Ciudad Santa de Ikei estaba enfrente de ellos, ciudad que servía de viviendas para los Iniciados y otras variadas actividades fundamentales para la vida, pues de allí, vivirían para siempre, dejando sus familias y amistades de niños y adolescentes, la tarea sacerdotal era la elegida por todos y con un compromiso que pronto Aker vería con sus propios ojos. Un sacrificio que pocos serían capaz de tomar con tan decidido modo de vida.

Cambiaron de rumbo y giraron hacia la derecha, hacia el norte.

—Mejor será que vallamos por este otro camino. –De cara al norte.

—¡Que hermosas escaleras!

—Puedes ver que estas escaleras, han sido cortadas con dedicación y certeza. Si cada elemento que haces, lo realizas con la plena conciencia que está bien y además empleas el mejor material, el resultado final siempre será el mejor y todos lo apreciarán. Te ganarás tu reputación por tu buena labor.

—He escuchado tantas veces a la gente quejarse por los malos ingresos económicos por sus tareas. –Hacía una apreciación Aker al respecto. –No ven que ellos mismos son lo que provocan eso. –El Caminante gesticuló un “sí” con su cabeza. No detuvieron su caminar y comenzaron a ascender por las escaleras que tanto reconocimiento tenía, no era para menos.

—¡Sí Aker! No te equivocas y déjame decirte algo más. La vida es más simple de lo que parece, el hombre, lo complica más de lo que debería ser. Si realizas tu trabajo con materiales que no son buenos, la dedicación puesta en él tampoco es de lo mejor, ni con su debido tiempo de planificación, el resultado final será lo que deba ser, una porquería y acorde a eso, recibirás una miseria de paga.

—Directamente proporcional.

—Directamente proporcional, tal cual es lo que vas a recibir.

—Eso es, trabajar en forma inconsciente.

—Desde ya, al momento de elegir los malos materiales, para ahorra y la mala planificación porque quizás no sea tu negocio, tu actividad está lejos de ser consciente, por lo tanto la inconsciencia prevalecerá y ya sabes el resultado final.

—Me cuesta pensar o entender por qué el hombre es tan inconsciente en sus actos.

—Porque ser consciente implica, detenerse y re prensar lo que vas a hacer, re formularse la actividad y mejorarla.

—No siempre lo primero que pensamos es la mejor alternativa.

—Nunca.

—¿Entonces?

—La primera vez que una idea surge, es tan solo el boceto. Muchos creen tener de entrada la solución final y no es así.

—Hay que mejorarla. –Agregó Aker mientas los últimos escalones estaban a puntos de ser alcanzados.

—Siempre hay que mejorar la primera idea. Como te dije, es tan solo un boceto y con un análisis detenido se mejora notablemente, eso es ser consciente y no apresurarse, sino... –Aker adivinaba lo que iba a decir.

—Surge el error.

—¡Correcto! El error surge de inmediato y todo se desmorona. El inconsciente parece jugar una carrera, quiere llegar primero a todo razonamiento mental y nos da el peor de los consejos.

—Intuyo que el inconsciente y el Ego son primos. –Con una sonrisa y una mirada graciosa el guerrero Aker había dado una opinión rara, rebuscada pero muy buena para comparar. El maestro de los Iniciados no pudo hacer otra cosa que sonreír también mientras que el último escalón había sido dado.

Una vez arriba de esta pequeña elevación a las afuera de la Ciudad Santa de Ikesi giraron sus cabezas hacia la izquierda, es decir al occidente. Una nueva imagen tuvieron ante sus ojos y era de esperar, si algo superaba a todo era esto. ¿Podía existir en todo el planeta obra maravillosa tan fabulosa y única de la conciencia misma? ¡No! Ciertamente no.

Las tres pirámides de la constelación de Orión estaban ante ellos, detrás de la Ciudad Santa de Ikesi se elevaban hacia el cielo como la obra arquitectónica más colosal y sorprendente de la humanidad y los dioses mismos, una coronación absoluta del máximo exponente de toda una Era. Era que demasiado alto había llegado y el mal empleo de la energía estaba oscureciendo los corazones de muchos.

Un cuarto de hora faltaba para que el Sol saliera por completo, la claridad era cada vez más notable pero las pirámides aun no reflejaban los rayos solares en sus superficies compuestas de los más ricos y pulidos mármoles de Egipto, que de igual manera a las murallas de la ribera radiaban al instante de la salida del astro rey.

La concentración de marineros en el Nilo iba en aumento, la expectativa también.

De menor a mayor, de sur a norte, la primera Pirámide o Templo Blanco, allí todos los conocimientos Herméticos del Macrocosmos que eran revelados a los Iniciados de Egipto, los misterios del espacio celeste habitan en el templo y su pirámide. La pirámide siguiente en el medio de las tres, se levanta la Gran Pirámide Roja o Templo Rojo. En ésta, se instruye a los Iniciados en el Microcosmos, todo lo que relaciona a los seres vivos, tanto físico como espirituales, esta pirámide de mayor tamaño que la primera y alinea con la Esfinge y la pirámide y Vestíbulo del Consejero.

Por último y la más enigmática de todas se yergue la gran Pirámide Negra o Templo Negro. Este templo, guarda los secretos más celosamente custodiados por ellos. Su pirámide a lo lejos parece color negro pero en realidad está cubierta con mármol azul oscuro, lo cual da una sensación de tonalidad negra. Las bendiciones de las iniciaciones se daban en esta pirámide en exclusividad.

—Ves Aker lo que te estaba diciendo. –No hacía falta señalar que se refería a las pirámides.

—Sí. –Ambos se detuvieron para contemplar la gran obra de los primeros dioses.

—Esto es un trabajo hecho a conciencia. ¿Qué hubiese acontecido si los constructores de estas pirámides y sus templos, hubiesen sido deliberadamente inconscientes en tan tremenda obra?

—Un colapso seguramente.

—Nada hubiese quedado en pie. Millones de bloques de piedra caliza perfectamente cortada y pulida han sido colocados. Se hizo un trabajo perfecto que sobrevivirá en milenios, si es que el mismo hombre en el futuro no lo destruye.

—Si es por ese factor. –Reflexionaba Aker. –Dudo que lleguen a los 11.000 años intactos.

—La soberbia no solo en los hombres crece, sino también en los dioses mismos y te diré que peor aun en ellos, pues están para regir los mundos, ordenar y traer prosperidad, sin embargo, muchos son los dioses que han inclinado su corazón al lado oscuro.

—Eso es lo que también he percibido en los últimos años y no creo que se detenga esta oscuridad.

—Como dice Thot, ocurrirá lo que deba ocurrir, los dioses, reyes, príncipes y hombres ya han forjado su destino con cada acto cotidiano.

—Y no creo que sean buenos.

—En cierta manera es esto parte del por qué, Thot quiere verte. Sigamos caminando. –Aker creyó que tomarían el camino que los conduciría a las pirámides mismas, sin embargo, continuaron hacia el norte, hacia los Lagos Amargo de los Campos de Yarú. –Todos los Iniciados que ves y que verás, tienen una educación centradas en las tres pirámides y sus templos, son un triple conocimiento pero no la sabiduría absoluta, por lo tanto, hay otros templos que los ayudan en su formación.

En la educación de los Iniciados no se puede alterar el orden de los secretos gnósticos, se los instruye primero en el Templo Blanco, la más pequeña de todas las pirámides de Orión, pues su estrella era proporcionalmente así, medidas exactas a lo que había hace tiempo en el cielo profundo, es la estrella Mintaka. Luego continúa el siguiente nivel y corresponde al segundo templo o Pirámide Roja de enorme tamaño al igual que la segunda estrella de la constelación de Orión de nombre Alnilam, sin embargo ambos conocimientos, el Macrocosmos de Mintaka y el Microcosmos de Alnilam, de ser necesario se pueden combinar al mismo tiempo si nosotros los maestros lo creemos necesario.

Tanto así es esta superposición de conocimientos de ambos templos mí estimado Aker, que para comprender el origen del saber, es necesario los dos niveles. Origen que se remontan a tiempo muy lejano, mucho antes que los primeros dioses egipcios y atlantes dieran sus primeros pasos, incluso mucho antes que el primer dios egipcio Ra y los mismos Hiperbóreos. Estos conocimientos tienen un pasado muy remoto que nos lleva al origen mismo de la vida terrestre.

—¡Apasionante!

—Apasionante, maravilloso y comprometedor. –Aker lo miró, no por lo que dijo sino, para decir el camino a continuar.

—¿Y ahora? –La pregunta no era extraña, pues en lugar de dirigirse hacia algún templo tomaron rumbo al Lago Amargo, a este lago donde el pelícano llega, nada tan solo un poco y remonta vuelo nuevamente pues sus aguas no son dulces ni agradables para beber, por eso, son las llaman “aguas amargas”

Ejercía este lago una atracción muy particular, se conecta con el Nilo a través de un corto canal pero sus aguas separadas por varias compuertas de pesadas placas metálicas brillantes, se habilitan únicamente con el paso de una importante comitiva.

Llegaron en corto tiempo a la orilla, allí como todo alrededor, hileras de verdosos y grandes palmeras se elevan como guardianes fieles y hogar de miles de pequeñas aves coloridas y juguetonas. Sus bulliciosos cantos hacían notar su inconfundible presencia.

El barquero que estaba en el muelle los vio venir y alistó una barca de mediano tamaño, bella y tradicional para ambos. Estaba claro que querían continuar a través del Lago Amargo para alcanzar el occidente donde el Huevo Cósmico ya se podía ver claramente al igual que toda la Necrópolis de Imhet y los bellos Campos de Yarú. Este era el recorrido que se había hecho en los tiempos de la sepultura de Geb y de Nut, desde el Oriente hasta el Occidente, llegando desde el Nilo, franqueando el canal y penetrando el Lago Amargo para alcanzar la orilla próxima de los campos de Yarú. Eso hicieron el maestro, el guerrero y el barquero.

Navegaron por las extrañas aguas y las jóvenes e inexpertas aves que volaban por encima de ellos al descender, probaron sus aguas y remontaron vuelo, aprendieron que de ellas no se debía beber ni tampoco utilizarlas para refrescarse. Se sumaron al resto de las aves adultas volando en círculos alrededor de la barca. Esto ocurría siempre que un viaje se iniciaba, cuantas aves estaban en los árboles, se lanzaban a gran velocidad como objetivo a atacar, pero nada de eso era, tan solo acompañaban el trayecto de los navegantes en forma circular siendo esta una clara señal en el cielo que alguien navegaba hacia el Huevo Cósmico. Muchos decían que estas, eran las almas de los Iniciados fallecidos del Amenty.

La navegación era muy placentera y sin duda que las aves llamaban la atención de ambos. El maestro que pertenecía a la Orden de Horus miraba hacia atrás de vez en cuando pues quería llegar a tiempo al templo sagrado, el sol al levantarse daría un espectáculo que tan solo una vez al año se producía sin error de cálculo.

Al otro lado, la barca ingresó por un lugar muy especial, tan solo algunos metros metidos hacia dentro, mirando hacia el Huevo Cósmico que se alzaba majestuosamente en el horizonte occidental, como quien hubiese extraído la arena de la orilla, a ambos lados dos rampas permitían que descendieran hacia un lado o hacia el otro.

—Esta orilla arenosa y el campo mismo donde está la hilera de árboles tienen un nombre. –El caminante le señalaba a Aker mientras pasaban a uno de los lados de este muro o rampa tan particular.

—¿Cuál?

—Es la orilla de Urnes y todos los árboles que la rodean son guardianes de esta orilla tan prolijamente cuidada. –Sin duda que lo eran. No se veían plantas ni flores pero sí un extenso pasto por todo Urnes, entre árbol y árbol todo se lo veía tapizado de verde y un delgado camino para aquel que quisiera recorrerlo a pie en lugar de hacerlo a bote. Haciendo un gran semicírculo en Urnes la escultura estaba manifestada con las estatuas más exquisitas de Egipto. Los escultores de mayor renombre tenían sus obras exhibidas de cara al Lago Amargo, para que cualquier visitante que llegara por las aguas, vieran al arribar sus magistrales obras siendo el cuerpo humano el tema preponderante y único en ellos.

Con un tamaño mayor a la medida normal, se alzaban sobre sus pedestales aumentando así su altura notablemente, obligando a todos levantar la vista. Hombres y mujeres casi desnudos, no eran dioses ni diosas, ni reyes ni príncipes, tan solo era el cuerpo humano, con sus perfectas anatomías visibles, daban la fascinante sensación que estos desconocidos en cualquier momento se moverían, pues sus músculos, articulaciones, hasta las arterias y los rasgos de sus rostros, tenían vida propia, es lo que quiere transmitir el frío mármol, mutando una gran piedra como los mejores alquimistas en una figura humana, congelada en el tiempo pero muy ardiente en expresión. Todas las obras doce en total representando los meses del año que de pie se sostienen en la orilla de Urnes, realmente parecen tener vida.

—Veo el orden en todos los lugares por donde he pasado y nada es imperfecto. Ni hablar de las estatuas formidables que mis ojos ven.

—Si hay algo que podría ser imperfecto somos nosotros sin embargo es paradójico, pues fueron los mismos dioses y los hombres artistas que lo han creado, tanto las estatuas como el inmenso campo y todo lo que hay ante nuestros ojos.

—Por lo tanto si lo que veo es perfecto, quien lo hizo lo debe ser también.

—¡Así es! Esto, la orilla de Urnes como el Campo de Yarú que atravesaremos ahora es como un hijo. Si los padres son dos seres con absoluta responsabilidad en todos sus actos, su hijo o sus hijos serán iguales a ellos, sus almas le serán correlativas. Por el contrario, Aker, si los padres, sean dioses o no, conviven en continuo conflicto familiar, enemistad u odio, intolerancia o división ¿qué resultado puedes tener al concebir un hijo?

—Serán iguales de negativos.

—Serán su propio resultado, a no ser que alguien externo a la familia pueda recuperar a estos seres criados en un ambiente hostil, marginado y denigrante en algunos casos.

—Seguramente que lo hay. –Aseguró Aker. Pasaron por una de las esculturas sobre su pedestal y la mirada de este, parecía que seguía su trayecto, si cambiasen de posición para observarlos, esta obra en el mármol continuaría mirándolos como fieles guardianes del campo por atravesar.

Continuaron y la belleza no decaía.

—¡Ante tus ojos está el “Campo de Yarú” ¡Obsérvalo Aker y disfrútalo! –Con sus manos, el maestro de los Iniciados hizo un paneo de todo lo que enfrente había y la maravilla de Yarú satisfizo su presencia.

El camino que tomaron era distinto a los que estaban cerca de la Esfinge y la Ciudad Santa de Ikesi. No era recto sino zigzagueaba como una serpiente y estaba compuesto con bloques de piedra distintas a todas. A ambos lados todo el maravilloso campo de Yarú. No había arena en el lugar, igual que la orilla de Urnes, un extenso campo verdoso del más cuidado pasto que ni la morada de On contaba para sus alrededores.

Nadie pisaba los campos de Yarú, ni animales vegetarianos comían de él. El cuidado era extremo para esta gran manta verde que levemente se inclinaba hacia el occidente hacia donde estaba la Necrópolis de Imhet y el Huevo Cósmico por encima de la Necrópolis, pues era una colina por sobre otra colina, una tierra elevada y extensa que gradualmente ganaba altura, hacia el cielo de Egipto.

Más hacia la izquierda, estaban las pirámides, en la cima de una colina aun mayor que la colina del Huevo Cósmico y la Necrópolis. Hacia la derecha, un tanto alejado, cultivos de cebada y trigo. La cerveza de los dioses, provenía de allí.

—Nunca vi un pasto igual a este.

—El cuidado que se tiene con él es digno de los mejores jardineros.

—Puedo ver la Necrópolis lo bella que es y me emociona estar caminando hacia allí, como una energía que me invade hasta el ombligo.

—Desde arriba tendrás una vista aun más emocionante hasta podrás ver brillar la cúpula del templo de Iunu en la ciudad de On.

—¿Tan lejos se puede observar?

—¿Crees que te miento?

—No, es que me sorprende que sí se pueda. Nosotros estamos acostumbrados a ver todo desde este plano, desde la tierra, como la mayoría de las personas que transitamos los caminos de Egipto y ahora que intento hacer memoria, fueron muy pocas las veces que he subido a la cima de una colina y haber observado a lo lejos alguna morada o paisaje.

—¿Siempre abajo?

—Sí. Siempre en estado muy cerca del suelo y muy poco en la altura.

—¡Ves! La gran mayoría de las personas hasta llegan a sus últimos días de su existencia y jamás escalaron una montaña o ascendieron por una colina. Siempre se mantienen en lo bajo y eso es porque no buscan la libertad del pájaro, la elevación. Te aseguro que una vez que observes y sientas el placer en lo alto no lo olvidarás.

—Eso me hace pensar en aquellos que edifican alto para llegar al cielo.

—¡Querrás decir! ¡Para tocarles los pies al Creador!

—Imposible tan alto.

—Pero lo intentan por soberbia.

—Y se derrumban.

—Se derrumban sí o sí. Mientras más alto los dioses y los hombres construyen, más alta es su soberbia y ambición y no se detienen y sin embargo no comprenden que son una gran estatua de oro con pies de barro.

—¿Y eso como lo comprendo?

—Buscan altura para sentirse poderosos, superiores al resto de los mortales, humillan a las masas, comienzan a discriminar y a excluir a los propios seres de su misma nación, como si esta masa obrera fuera extranjera en su propia tierra. La soberbia los comienza a cegar pero es eso nada más, pues sus bases son muy pobres, más pobres incluso de aquellos que continuamente discriminan.

—Sus cimientos son sólidos, he visto sus construcciones. –Afirmaba Aker.

—En apariencia.

—Pero lo he visto.

—Tus ojos vieron los cimientos materiales, debes ver más allá. Sus pobres bases son el espíritu bondadoso y tolerante, de todas formas, cuando la madre tierra se mueve, tiemblan hasta las cordilleras. –Mientras continuaban acercándose a la Necrópolis de Imhet, Aker lo miró por no comprender. –El soberbio se expande en altura, crece y crece cada vez más, aumenta su espacio hacia arriba pero nunca hacia sus lados. ¿Por qué crees que las pirámides son altas y a su vez, los son también en lo ancho en su base?

—Claro, ya comprendí.

—Si nuestros antepasados crearon esta forma piramidal como la apropiada para llegar al cielo ¿por qué no se lo imita con iguales medidas? Estas son las correctas, estas medidas en las pirámides son el resumen y la fusión de todo lo matemático, astronómico, astrológico, físico y cuanto se te pueda ocurrir. Sin embargo, los poderosos que vierten todo su tiempo y energía vital en los negocios buscan la altura y no la base. Sin base no hay altura. Por eso te digo que son pies de barros, tarde o temprano se derrumbarán pero las pirámides perdurarán en el tiempo. ¡No se desmoronarán! Simplemente permanecen por siempre.

—Y no fueron construidas por soberbia sino por conocimiento.

—Tú lo has dicho Aker. Conocimiento pero más que eso sabiduría. Puedes conocer mucho en lo histórico pero si no lo comprendes con tu corazón y tu emoción el conocimiento es pobre. La compresión da sabiduría al conocimiento.

—¡Vaya día que tendré! Me esperaba algo especial y sin duda lo estoy teniendo.

Cap. II

“NECRÓPOLIS DE IMHET”

Siguiendo por el serpenteante camino, hacia un lado y al otro, los campos de Yarú aumentaban su pendiente progresivamente pero no cansaban en lo absoluto, el color verde relajaba completamente los ánimos. Pequeños arbustos ampliamente separados de todo tipo de familias decoraban la inmensidad verdosa del lugar, algo muy extraño pero cierto, cuando las arenas cubrían muchas regiones, esta por el contrario la vida vegetal prevalecía y era cuidada tanto como la vida humana misma de los Iniciados.

No faltaba mucho y a lo alto se podía apreciar la Necrópolis de Imhet. Varios templos la conforman pero uno se destaca y es el templo que antecede al Huevo Cósmico también llamado, el templo de Gengen Ur. Este templo anterior está alineado a la perfección con las entradas y las salidas del sol en esta exacta fecha. Día inolvidable para Aker.

A la Necrópolis se llega por unas escaleras. Tienen tres niveles y dos descansos intermedios sin contar el último descanso que ya los deja en los límites mismos del hermoso templo.

El total de escalones corresponde al total de nomos o provincias de todo Egipto. Cuarenta y dos escalones para cada nomo, cuarenta y dos escalones para cada dios gobernantes, lo que daba una elevación de más de ocho metros para alcanzar el templo que hace de vestíbulo a Gengen Ur o Huevo Cósmico.

Se veía una cantidad incierta de hombres moviéndose en la amplia entrada del templo saturada de columnas y grabados en ellas. Eran sacerdotes aguardando la salida del Sol como todas las mañanas y unos cantos muy particulares se podían escuchar de aquellos que ya estaban sentados en una posición característica. Sus piernas cruzadas por delante y sus manos juntas pegadas al cuerpo. Sin duda que eran sacerdotes, maestros o Iniciados en los secretos de Gengen Ur y los Gnósticos.

Entre ellos era visible uno que se destacaba por su vestimenta y su altura. No parecía formar parte de estos que se sentaron y hacían sonar cantos llamados Mantras.

—Te haré una pregunta que puede sonar estúpida pero lo hago porque lo ignoro.

—Pregunta lo que quieras.

—A que se debe que el camino por donde estamos transitando tiene esta forma zigzagueante en lugar de ser recto.

—Todo tiene una explicación y un simbolismo. Se relaciona mucho con lo que acabamos de hablar. Este camino tiene la forma de serpiente, pues la serpiente se arrastra por el suelo y se le ha dado esta forma para que la represente, es decir, el animal que más se aferra a la tierra o lo material. Este camino que es verdaderamente misterioso y pronto sabrás por qué, es el Camino Misterioso de Rosetau.

—¿Estoy en Rosetau? –Completamente sorprendido por lo que acababa de escuchar se detuvo en su marcha y lo miró con dagas que salían de sus ojos.

—Este es el camino y misterioso es él. Tanto es así que muchos sueñan con él, no importa en qué tiempo o espacio, muchos lo hacen y desconocen su enorme energía que emite.

—La puedo sentir. Dudaba si era por mi emoción en estar aquí o por algo especial.

—Es por lo especial sin duda y misterioso como te dije, es el mismo camino que ha transitado Geb, Nut, Shu y Tefnut hace tiempo atrás. Rosetau será recordado por los mismos Iniciados incluso tú cuando en próximas vidas reencarnes en otras tierras en futuro lejano. –Se sorprendía Aker por lo que escuchaba. –Verás en sueños el camino misterioso como también todo el Campo de Yarú y el Lago Amargo. Esto será, el recuerdo vivo de tu actividad en Egipto y sentirás el enorme deseo de volver y estar aquí. Esta energía está impregnada en cada una de las rocas que forman el camino, pues cada una de ella es misteriosa como el Camino de Uamenty o Amenty que al otro lado de Gengen Ur está. Ambos caminos tienen la fuerza energética para potenciar tu ser al punto de no poder ser borrado en tu subconsciente. Pasarán los años, los siglos y hasta las eras y no podrás evitar en la noche que estos caminos y los que has transitado surjan esporádicamente, más aun, cuando te encuentres en una exploración espiritual, ya que los caminos son el símbolo de la búsqueda eterna y cotidiana.

Dice Thot para quién en futuro tengan estos recuerdos: “El que conozca esto tendrá un lugar con Su Pastel delante de Su Cara junto con Ra”. –Siguieron caminando por el misterioso camino de Rosetau que con lo escuchado se tornaba aun más oculta su verdad.

Más cerca de la Necrópolis, ese personaje que despuntaba del resto era el siempre sabio y tolerante de Thot que esperaba en la cima de la escalera, justo en la explanada del templo delantero de Gengen Ur.

Los primeros rayos solares ya estaban emergiendo y su luz brillante se podía ver actuar en la fachada del hermoso templo.

—Aker te he dicho el significado de porque el Camino de Rosetau es zigzagueante, pues representa la serpiente que se aferra a la materia de la tierra, esto es lo que hace el hombre y muchos de los dioses lamentablemente. Ahora, esta escalera será lo opuesto, ascenderás por ella como quién busca la elevación espiritual del Ser, te elevarás como el halcón de Horus, el desapego absoluto de la materia para no caer en la avaricia y la soberbia, para ser tan liviano como las plumas de los halcones. Así se pesan las almas. –Aker miró a lo alto de la escalera, Thot, el Dos veces Grande lo aguardaba y la luz del sol aumentaba su extensión sobre ellos y toda la fachada del templo, las sombras se estaban desvaneciendo, como si fueran derrotadas por el sol y padre Ra.

Los Mantras sonaban poderosos en lo alto, animados los Iniciados por la salida del disco solar absorbían una impresiónate energía gratuita para todos, pero que no todos lo comprendían o se ocupaban en asimilarlas para sus actividades cotidianas.

—Así como la justicia pesa los corazones de los dioses y los hombres, así se manifiesta la noche y el día, la serpiente y el halcón. Verás la Serpiente Alada o la Serpiente Emplumada en otras religiones, pero el significado es el mismo. El apego a los placeres materiales innecesarios y el desapego a ellos. Si lo consigues Aker, te elevarás tan alto como sus piernas tan alto te lleven ahora y en el mañana. Desapégate a las tentaciones materiales innecesarias y eleva tu Ser porque eres parte de Egipto, como lo es Osiris y lo es Seth, tú formas una pieza fundamental en ambos reinos, el Alto y el Bajo Egipto.

Te diré por último, el significado metafísico de este camino y entenderás los simbolismos codificados en cada cosa que tus ojos observen en este día.

Es por aquí donde las procesiones de nuestros antiguos ancestros recorrieron para ingresar a la morada final del Huevo Cósmico para morar eternamente.

En el Huevo Cósmico, están las momias más antiguas del reino egipcio y eso, lo sabes bien Aker. –Con un gesto de su cabeza, afimó saberlo. –Las procesiones de los funerales, están encabezados por la Barca Solar. Adelante, bien adelante, luego, el resto de los dioses, semidioses, gobernantes, reyes y príncipes le siguen. Todos se dirigen al Huevo Cósmico, donde la Barca Solar con el difunto ingresará para morar definitivamente en paz. Pero observa como es el significado de este ritual tan antiguo. El difunto rey, entra al Huevo para renacer y este como verás, es un templo, redondo y entiende, esto, la procesión es fina, alargada y zigzagueante, como el esperma humano que busca el ovulo para fecundar.

—¡Increíble! –Lo había comprendido muy bien y aun no terminaba la explicación.

—Este dios difunto, con la Barca Solar y su procesión por detrás, entran al Huevo Cósmico y fecunda su nueva vida. ¿Puedes entender porque existe desde hace tantos milenios el ritual de la proseción?

—¡El dios debe volver a nacer! ¡Y se fecunda a sí mismo! –Contento entendió el gran misterio.