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Todos aquellos que están en contacto con seres sufrientes están bajo el constante riesgo de sufrir Desgaste por Compasión; un síndrome que amenaza con hacernos perder el entusiasmo y la energía necesaria para seguir luchando por lo que amamos. ¿En tu trabajo diario con los animales a tu cargo, te has sentido cansado, desilusionado, con ira? No estás solo; en estas páginas encontrarás de la mano de Mindfulness, la ayuda y el acompañamiento para reconocer los síntomas, comprender los sentimientos que nos abruman, aceptar el cansancio y la incertidumbre, recuperando nuestro entusiasmo y energía. Este libro nace como soporte para diferentes workshops realizados en Organizaciones No Gubernamentales y Refugios de animales y posee el sentido propósito de ofrecer conocimientos sobre el Desgaste por Compasión o lo que se conoce como "el costo de cuidar a otros", en nuestro caso, animales traumatizados y en riesgo. Escrito por Renée Roxana Mathez, Técnica en Consultoría Psicológica e Instructora en Mindfulness, ofrece estrategias interactivas y prácticas de Mindfulness, para este viaje hacia la recuperación y la búsqueda de tu bienestar.
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Seitenzahl: 104
Veröffentlichungsjahr: 2022
RENÉE ROXANA MATHEZ
Mathez, Renée Roxana Desgaste por compasión y mindfulness, dedicado a todos quienes cuidan animales traumatizados o en riesgo / Renée Roxana Mathez. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-2524-6
1. Autoayuda. I. Título.CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Para Roberto y Javier, mis hijos, fuente inagotable
de alegría, de altruismo, de amistad y generosidad.
Para Rainbow y Belén, mis amados perros y compañeros,
que me conocieron mejor que nadie
y a quienes extraño día a día.
1. Prólogo
2. Introducción
3. El amor a los animales: nuestra hoja de ruta
4. ¿Qué es Desgaste por Compasión?
5. Síntomas y signos del Desgaste por Compasión
6. Desgaste por Compasión y Mindfulness
7. Mindfulness y el desafío de nuestras emociones
8. Desgaste por Compasión y el Autocuidado
9. Desgaste por Compasión y prácticas formales de Mindfulness
10. Satisfacción por Compasión
11. Palabras finales
12. Bibliografía Lecturas Recomendadas
Si eres una persona dedicada al cuidado de animales traumatizados o en riesgo, encontrarás aquí lo que necesitas para comprender qué es lo que pasa en tu cuerpo, en tu mente y en tu alma cuando terminas el día agotado o agotada física y espiritualmente, con un cúmulo de emociones que van de la pena a la rabia, a la impotencia y, paradójicamente, a la alegría y la satisfacción de un trabajo bien hecho.
Nada se parece a ese torbellino de emociones que vive y experimenta una persona que se dedica al cuidado de animales traumatizados, de seres sufrientes que han llegado a ti de maneras diferentes pero todos ellos con historias de abandono, soledad, violencia, hambre y maltrato.
Al entrar en contacto con ellos, al hacer tuyo ese sufrimiento, pero también esa fuerza y esa energía que solo los animales tienen cuando se les brinda esperanza, es donde comienza tu trabajo. Un trabajo que es más que eso, es un llamado. Un camino que te traerá un sinfín de satisfacciones, pero también te cobrará un peaje. Nadie que se dedica a cuidar a otro ser que sufre queda inmune, porque cuidar con compasión, con empatía, con responsabilidad, duele y duele mucho.
El Desgaste que puedas experimentar por tu compasión es el riesgo que corres y este libro se te ofrece como un medio para reconocerlo y prepararse para que esta vocación tuya pueda ser realizada con la dedicación y la compasión que requiere, sin poner en riesgo tu salud y bienestar. No podemos dar lo que no poseemos. Si deseas sanar debes mantenerte sano, si quieres cuidar, debes cuidarte, si quieres dar con compasión debes ser compasivo primero contigo mismo.
En este libro, tendrás estrategias para transitar tu estrés. Una puerta abierta donde compartir tus dudas, lecturas recomendadas y fundamentadas por científicos y profesionales que vienen estudiando el desgaste compasivo desde hace años. A esto lo complementaremos con prácticas de Mindfulness para que este camino de entrega y coraje que has elegido sea transitado con la misma dignidad que estás recuperando en los animales que cuidas.
Para comenzar con nuestro viaje introductorio, lo más importante que debes saber es que el Desgaste por Compasión no es una enfermedad. Es un estado que te avisa, te advierte que tu cuerpo y tu mente están en riesgo, tan en riesgo como los animales que cuidas y sanas día a día. Un estado que, consciente o inconscientemente, va haciéndose parte de ti, que comienza en tu altruismo, tu empatía, tu compasión, y termina desbordando tu capacidad de dar y todo tu ser.
Charles Figley, referente incuestionable, agrega algo con lo que todos nos sentimos identificados:
“No hemos estado expuestos directamente a la escena del trauma, pero escuchamos la historia contada con tanta intensidad, o escuchamos historias similares con tanta frecuencia, o tenemos el don y la maldición de una empatía extrema que sufrimos como ellos. Sentimos los sentimientos de nuestros clientes. Experimentamos sus miedos. Soñamos sus sueños. Finalmente, perdemos una cierta chispa de optimismo, humor y esperanza. Nos cansamos. No estamos enfermos, pero no somos nosotros mismos” (Figley, 1995).
Cuando se trata de animales traumatizados y en riesgo, no son ellos los que nos cuentan sus historias. Sus historias nos la cuentan sus heridas, su estado famélico, la mirada abatida y triste que perdura luego de haber sido maltratados y humillados. Sus historias nos las muestran seres humanos sin conciencia que no tienen vergüenza en maltratar animales; abusadores que los usan, ultrajan y matan. Somos en esos momentos el dolor de esos animales sufrientes, pero también su voz y de algún modo su esperanza.
No es un trabajo emocional fácil. Nuestra empatía y nuestra compasión se ponen en funcionamiento y, al hacerlo con entrega, sin medir riesgos, a costa de nuestro cansancio y de nuestra propia salud, estamos abriendo la puerta al Desgaste por Compasión.
En este camino irás descubriendo estas dos fortalezas: la compasión y la empatía. Estos son los pilares y la esencia de tu trabajo, pero también tus posibles enemigos: un don y una amenaza. Todos y cada uno de nosotros, quienes hemos experimentado este estado, nos hemos enfrentado a similares emociones y nos hemos preguntado en algún momento, y con dolor: ¿Qué es sentir empatía? ¿Qué es sentir compasión? ¿Cómo hago para vivir con estas dos emociones sin sufrimiento?
La empatía, esa capacidad de ponerte en el lugar del otro, eso que te permite experimentar la misma historia dolorosa, la misma impotencia, los “mismos miedos”, se completa con la compasión que eres capaz de sentir, porque la compasión es la empatía en acción, es el ponerte en marcha para hacer posible la recuperación con hechos concretos.
Nadie logra la recuperación de un ser sufriente solo siendo empático, hace falta la acción, y esa suma de fuerzas es lo que llamamos compasión.
Esta maravillosa combinación que te ha llevado a curar, acompañar, rescatar tantos animales, debe ser armoniosamente administrada, porque se sabe que aquellos que sufren Desgaste por Compasión, no solo están realizando un trabajo, ellos están materializando un don, un don que los hace especiales, únicos, resilientes, y con una capacidad de entrega que muchas veces aumenta su vulnerabilidad, exponiéndolos al precipicio del estrés y la depresión.
Trabajar con el trauma, con el sufrimiento, duele y duele mucho. Esto requiere tomar conciencia de la necesidad de estar fuerte emocional y físicamente. Es por eso por lo que te brindaremos diferentes estrategias de respiración, prácticas de Mindfulness basadas en estudios sobre el control del estrés y el manejo de tus emociones, con el objetivo de poder dar el primer paso al aprendizaje del autocuidado. Un camino impredecible, lleno de desafíos, pero con grandes recompensas cuando lo hacemos con perseverancia y compromiso. A medida que avances y descubras cómo te identificas, qué prácticas son buenas para ti, lo ideal es profundizar en ellas, crear tu propia caja de herramientas, buscar expertos que te acompañen, grupos de apoyo o colegas con quien compartir.
Mindfulness, aunque no tenga una traducción literal al español, se puede también llamar Conciencia Plena o Atención Plena. Esta forma milenaria de meditación nos permite, a través de su práctica formal e informal, aprender a ponernos en contacto con nuestras sensaciones, emociones y pensamientos, relacionarnos con ellos en el momento presente con aceptación, siendo conscientes plenamente de lo que nos decimos y cómo respondemos a ello, aceptando la realidad de lo que es, de lo que pasa y nos pasa. Todo esto lo haremos sostenidos por uno de los pilares de la Atención Plena: la compasión hacia nosotros y hacia los demás, anhelando cumplir con un componente esencial de Mindfulness que es superar el sufrimiento. Esto es fundamental para los cuidadores de animales que desafían un mundo muchas veces cruel y persisten en su vocación a pesar de la falta de colaboración cotidiana de instituciones y gobiernos.
El aprender a vivir con Atención Plena, nos facilitará el dar lo mejor de nosotros mismos a aquellos animales traumatizados y en riesgo que llegan a nuestras manos, a nuestras casas y a nuestras mesas de cirugías, relacionándonos con el inevitable sufrimiento que nos generan estas circunstancias, haciéndonos más conscientes de la importancia que implica el trabajo que estamos realizando. También aprenderemos a aceptar la impermanencia de las cosas, su continuo cambio, dándonos un profundo sentido de libertad, ayudándonos a relacionarnos mejor con el mundo y la realidad que vivimos, confiando en nuestra siembra para un futuro mejor.
Como final, quisiéramos proponerte sumergirte en el concepto de lo que se denomina Satisfacción por Compasión. Te ofrecemos una práctica de meditación sobre la gratitud, que para todos aquellos que trabajan y luchan en distintos ámbitos laborales expuestos a sufrir Desgaste por Compasión, es una fuente de fortaleza y altruismo. Hablamos de veterinarios, rescatistas, enfermeros, médicos, bomberos que se juegan la vida cotidianamente en incendios y catástrofes naturales, aquellos que son los primeros en llegar a tantas traumáticas y complicadas situaciones. Todos ellos encuentran en sus trabajos la satisfacción que da el amor al prójimo, a los animales, a la naturaleza, en el salvar una vida, curar a un sufriente, acompañar el proceso de recuperación y rescatar del dolor y del sometimiento a un semejante. Solo algunos privilegiados pueden llegar a sentir este tipo de satisfacción, lo que se ha llamado Satisfacción por Compasión.
Y uno de ellos eres tú, que ahora lee, porque quiere estar bien, ¿para qué?
Para seguir dando amor, dedicación, experiencia…
Me emociona escribir para ustedes, bienvenidos…
“La expectativa que podemos estar en contacto con el sufrimiento y la pérdida diariamente y no ser tocados por ella, es tan poco realista como esperar ser capaz de caminar sobre el agua y no mojarse”
Dra. Naomi Rachel Remen
Todos los que han llegado al mundo de los animales, ya sean domésticos o no, han llegado con una vocación profunda. Quizás se haya gestado desde la infancia, quizás cuando tuvieron las primeras mascotas, porque vivieron en el campo o en la granja, o simplemente porque les gustan los animales, los aman y tienen un don especial para poder relacionarse con ellos.
No es nuestro fin focalizar en un rol específico como veterinarios, rescatistas, personas que ofrecen tránsitos, voluntarios, directores de refugios, encargados de adopciones, y tantas otras profesiones o actividades dedicadas al cuidado de los animales, sino que consideramos que todos aquellos que están encargados de cuidarlos y sanarlos pueden sufrir Desgaste por Compasión, por eso solo hablaremos de cuidadores, con todo el respeto y la admiración que sentimos por cada una de las tareas que cada uno de vosotros realiza.
Es experiencia de todos los consultados la inmensa ilusión y alegría de iniciar cualquier actividad relacionada con el cuidado de los animales. Frases como: “Nunca he estado más ilusionado”, “Quiero hacer un cambio, marcar una diferencia”, “Sé que puedo aportar mi tiempo y trabajo para mejorar las cosas y crear conciencia”, son frases que se repiten en cada entrevista.
Todos, sin excepción, comenzamos con un entusiasmo cargado de altruismo y buena voluntad que, sin excepción también, va a ir disipándose a medida que topamos con la realidad y con nuestra propia ingenuidad. Somos jóvenes de alma, deseosos de crear algo nuevo, de dar lo mejor. Estamos decididos a dejarnos la piel en el intento, somos pasión, ideales y no hay límites en lo que sentimos podemos lograr.
Doug Fakkema, en su artículo intitulado: “Las Cuatro Fases”, ha sabido describir las etapas de nuestro proceso, de nuestra hoja de ruta, con gran sensibilidad y certeza definiendo a esta primera etapa como la etapa “fanática”.