Discurso Sobre El arte de la guerra - Wu Qi - E-Book

Discurso Sobre El arte de la guerra E-Book

Qi Wu

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La obra de Wu Qi ocupa un lugar significativo entre los manuales militares clásicos de la antigua China imperial. Tanto este tratado como el ya famoso Arte de la guerra de Sun Tzu son conocidos bajo el término común "El arte de la guerra de Sun y Wu". Vale aclarar que no existe un libro con este título, solo se trata de una forma en la que los intelectuales chinos combinan los nombres para referirse a las obras de estos dos magníficos estrategas. El Discurso Sobre El arte de la guerra nos sitúa ante un diálogo entre Wu Qi y Wu Hou, fundador del estado de Wei. El tema es la guerra y la actitud que un combatiente debe abrazar para procurar salir ileso de la prueba. Citando el prólogo de este libro, "los consejos estratégicos y tácticos de Wu Qi son tan universales que podrían haber nacido de la experiencia de generales griegos como Temístocles, Pericles o Laques. Recuerdan a otros grandes pensadores de la guerra como Sun Tzu, Nicolás Maquiavelo y Klaus Von Clausewitz. El pragmatismo de Wu Qi atraviesa siglos y geografías. Entonces, ¿cómo no trasladar sus lecciones a las feroces guerras comerciales que se libran en el mundo de hoy las compañías?". Wu Qi (440-381 a. C.) fue un estratega militar, reformador y estadista. Obtuvo altísimos logros, tanto en los asuntos internos como en los militares. También fue un hombre versado en el pensamiento confuciano. Su tratado sobre estrategia militar –considerado en China como un clásico del género– es su única publicación. Hasta la fecha había permanecido inédito en idioma castellano.

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Sobre este libro

La obra de Wu Qi ocupa un lugar significativo entre los manuales militares clásicos de la antigua China imperial. Tanto este tratado como el ya famoso Arte de la guerra de Sun Tzu son conocidos bajo el término común “El arte de la guerra de Sun y Wu”. Vale aclarar que no existe un libro con este título, solo se trata de una forma en la que los intelectuales chinos combinan los nombres para referirse a las obras de estos dos magníficos estrategas.

El Discurso sobre el arte de la guerra nos sitúa ante un diálogo entre Wu Qi y Wu Hou, fundador del estado de Wei. El tema es la guerra y la actitud que un combatiente debe abrazar para procurar salir ileso de la prueba. Citando el prólogo de este libro, “los consejos estratégicos y técnicos de Wu Qi son tan universales que podrían haber nacido de la experiencia de generales griegos como Temístocles, Pericles o Laques. Recuerdan a otros grandes pensadores de la guerra como Sun Tzu, Nicolás Maquiavelo y Klaus Von Clausewitz. El pragmatismo de Wu Qi atraviesa siglos y geografías. Entonces, ¿cómo no trasladar sus lecciones a las feroces guerras comerciales que se libran en el mundo de hoy las compañías?”.

Wu Qi (440-381 a. C.) fue un estratega militar, reformador y estadista. Obtuvo altísimos logros, tanto en los asuntos internos como en los militares. También fue un hombre versado en el pensamiento confuciano. Su tratado sobre estrategia militar -considerado en China como un clásico del género- es su única publicación. Hasta la fecha había permanecido inédito en idioma castellano.

Discurso sobre el arte de la guerra

Wo Qi

Índice

Sobre este libro

Prefacio

A modo de introducción

Nota bene

Capítulo primero

Administración del Estado

Capítulo segundo

Análisis de la situación del enemigo

Capítulo tercero

Gobierno de las tropas

Capítulo cuarto

Discurso sobre el general

Capítulo quinto

Gestión de los cambios

Capítulo sexto

Estimulación de los oficiales y soldados

Acerca de las nociones de benevolencia y ritual

Las tres estrategias de Huang Shi Gong

Sobre el autor

Qi, Wu

Discurso sobre el arte de la guerra / Wu Qi. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Granica, 2021.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

Traducción de: Rodrigo Cipiliano.

ISBN 978-987-8358-48-2

1. Estrategias Militares. 2. Ensayo Filosófico. I. Cipiliano, Rodrigo, trad. II. Título.

CDD 181.11

Fecha de catalogación: Junio de 2021

© 2021 by Ediciones Granica S.A.

Diseño: Christian Argiz

Conversión a eBook: Daniel Maldonado

www.granicaeditor.com

GRANICA es una marca registrada

ISBN 978-987-8358-48-2

Hecho el depósito que marca la ley 11.723

Impreso en Argentina. Printed in Argentina

Reservados todos los derechos, incluso el de reproducción en todo o en parte, en cualquier forma.

Ediciones Granica

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ESPAÑA

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Tel.: +34 (93) 635 4120

Traducción del chino antiguo y comentarios de Rodrigo Cipiliano

Prefacio de Andrés Hatum y Eugenio Marchiori

Prefacio

por Andrés Hatum y Eugenio Marchiori

Mientras en China Wu Qi (440-381 a. C.) escribía su Discurso sobre el arte de la guerra, en Grecia, espartanos y atenienses libraban la Guerra del Peloponeso, Sócrates (470-399 a. C.) recorría las calles de Atenas predicando y creando así una de las primeras “grietas” de la cultura occidental, y Platón (427-347 a. C.) elaboraba sus diálogos. Los consejos estratégicos y tácticos de Wu Qi son tan universales que podrían haber nacido de la experiencia de generales griegos como Temístocles, Pericles o Laques. Recuerdan a otros grandes pensadores de la guerra como Sun Tzu, Nicolás Maquiavelo y Klaus von Clausewitz. El pragmatismo de Wu Qi atraviesa siglos y geografías. Entonces, ¿cómo no trasladar sus lecciones a las feroces guerras comerciales que libran en el mundo de hoy las compañías? En cada pasaje, nuestro autor invita a reflexionar sobre lo que ocurre en los hipercompetitivos mercados actuales. Las asociaciones bélicas entre los combates militares y los comerciales son inevitables. Repasemos algunos de esos pasajes.

Sobre la capacidad crítica

En función del pasado, puedo deducir el futuro. Rey soberano, ¿por qué sus palabras no son sinceras? Durante todo el año ha matado animales salvajes y les ha quitado la piel.

Luego de que el soberano Wu Hou le manifestara su desagrado por los asuntos de la guerra, lejos de la obsecuencia, Wu Qi lo desafía de manera frontal, honesta y valiente, hasta el extremo de cuestionar la sinceridad de sus palabras. Esa actitud independiente es imprescindible para que en un equipo no se caiga en el groupthink, lo que ocurre cuando ninguno de sus integrantes mantiene una visión crítica de la realidad. Atreverse a desafiar a un superior requiere dos condiciones imprescindibles: coraje de aquel que desafía, y tolerancia y apertura por parte del desafiado. Sin estos requerimientos se podrían cometer errores graves (abundan los ejemplos), y además se interrumpen el crecimiento y el aprendizaje que facilita el diálogo abierto y bien intencionado. Es responsabilidad del líder crear el ambiente para que los miembros del equipo sientan libertad para cuestionar la opinión del grupo en general y la de sus miembros en particular, en especial la del líder.

Sobre la elección de los enemigos

Wu Qi cuestiona la aptitud de la construcción de los carruajes de guerra, y le dice al soberano:

... ¿no entiendo cuál es el uso que les dará? Si desea utilizarlos para hacer la guerra y no ha buscado hombres capaces de manejarlos, esto bien puede compararse con una gallina que, empollando sus huevos, decide trabar pelea con un mapache, o con un cachorro de perro que aún estando en periodo de lactancia ataca a un tigre. Aunque ambos posean una completa determinación de lucha, inevitablemente hallarán la muerte.

Saber elegir a los enemigos es un principio estratégico básico. ¿Para qué combatir a aquellos que sabemos de antemano que no podremos vencer? Antes de lanzarse a la aventura habrá que prepararse con cuidado. Actuar de otra manera sería necio y soberbio. Los líderes deberían seguir el consejo de los griegos y ser prudentes. La desmesura (hybris) que impulsa a algunos a desafiar a los dioses es un pecado que ellos nunca perdonan.

Sobre la justicia y la benevolencia

Por lo tanto, sufrir el ataque del enemigo y no atreverse a entrar en guerra no es justicia; apenarse por los muertos no es benevolencia.

El Dao se utiliza para recuperar los instintos naturales bondadosos de la gente; la “justicia”, para lograr trabajos meritorios; la “estrategia”, para inclinarse hacia lo que es favorable y evitar lo que resulta perjudicial [ventajas y desventajas]; lo “importante” (要) se utiliza para proteger, preservar y consolidar los logros.

El historiador inglés Quentin Skinner explica que Nicolás Maquiavelo estaba interesado por tres de las virtudes que debe tener un príncipe. La primera es la justicia, entendida como la integridad (el mantener las promesas); la segunda es la generosidad o liberalidad, y la tercera, la clemencia.

Para Maquiavelo, la primera obligación del príncipe es hacer todo lo necesario para mantener el Estado, esto es, las instituciones que se le han confiado. Esta obligación suprema lo libera de –si fuera necesario– cumplir con la virtud de la justicia, en especial con los enemigos. A su manera, Wu Qi propone algo similar, aunque en su caso dice que deja de ser justicia algo que queda librado al criterio del soberano.

Sobre la benevolencia, Maquiavelo sostiene que, para preservar el Estado, debe mantener el ejército [listo para ir a la guerra] y debe ser respetado por sus miembros, para lo cual ha de cuidarse de no ser demasiado indulgente. El problema es que el príncipe puede confundir la indulgencia o benevolencia con la clemencia y volverse laxo. Un líder laxo pierde el respeto de sus soldados y prepara el terreno para la insubordinación. El daño no está en la clemencia en sí, sino en la fina línea que la separa de la benevolencia y de la indulgencia. Apenarse de los muertos es no haber actuado con firmeza a tiempo.

El pasaje de Wu Qi plantea varios dilemas éticos para los líderes empresarios de hoy: ¿están justificadas las excepciones en virtud de la justicia cuando se trata de proteger a la organización y a los empleados que viven de esta? ¿Cómo se traza la línea entre la virtud y el vicio? ¿Hasta qué punto se puede ser clemente sin perder el respeto de los colaboradores? Preguntas que mantienen toda su vigencia. Las respuestas deben considerar la obligación suprema de preservar la organización (el Estado de Maquiavelo), y de proteger y consolidar los logros obtenidos.

Sobre la visión y la alineación

Por esto, un soberano sabio, cuando haya tomado la decisión de que su pueblo entre en guerra, en primer lugar debe unirlo para luego iniciar el combate; solo de esta manera podrá atender asuntos de vital importancia.

Ninguna empresa pude triunfar ante la competencia si no existe armonía y alineación entre su “tropa”. Se pueden resumir en tres a las funciones principales de un líder. La primera es establecer la dirección, la segunda alinear a la gente hacia esta y, la última, mantener motivado y comprometido al personal de la organización. Si estas no se dan faltará la imprescindible armonía y ocurrirá lo que dice Wu Qi: no se podrá vencer al enemigo, aunque este sea solo un competidor comercial. Tal vez no estén en juego las vidas de los empleados (tal vez si), pero seguramente en esa guerra está en juego la vida de la organización.

Sobre la cultura organizacional

Con respecto a la administración del país y del ejército, se deberá educar al pueblo por medio del ceremonial (ritual, li, 礼). A través de ejercer la justicia, se lo estimulará y se le dará coraje, y también se le otorgará un claro sentido de la “vergüenza” [criterio de honor y deshonra]. Solo los hombres que posean el sentido de la vergüenza en sus corazones y cuya fuerza física sea plena podrán hacer la guerra.

Wu Qi pone en juego la otra cara de la estrategia: la cultura. La internalización de una estrategia se materializa cuando se ha integrado a la cultura de la organización. Los rituales, los ceremoniales, las tradiciones, las costumbres, los símbolos son las herramientas usadas en la práctica por la dirección para que la estrategia se arraigue de tal manera que no sea necesario el control permanente. La cultura no es más que la estrategia internalizada. En la misma línea, Sun Tzu dice que las palabras no son escuchadas y para eso se hacen los símbolos, banderas, estandartes y tambores, componentes imprescindibles de las ceremonias y rituales militares, y aspectos visibles de la cultura.

La vergüenza y la culpa (su hermana gemela), son los instrumentos de control cultural por excelencia. La vergüenza es hacia afuera: se siente por el juicio de los otros. La cultura establece la moral (recordemos que el origen etimológico de “moral” es el latín “mores”, que significa “costumbre”) de un grupo. Todo aquel que se aparte de las costumbres será excluido de la comunidad, el peor castigo al que se puede someter a una persona. Al mismo tiempo, surge el control interno manifestado en forma de “culpa”. Adam Smith usaba la metáfora de “el hombre del pecho” para mencionar los límites que cada uno se impone a sí mismo para seguir las normas. Tal es el poder de la cultura para mantener alineados a los integrantes de la empresa que, virtualmente, desaparece la necesidad de implementar otros sistemas de control.

Sobre la valentía del líder

Quien posea las habilidades militares y civiles podrá ser general. Si es capaz de combinar lo estricto con lo flexible, podrá guiar para hacer la guerra. Las personas comunes y corrientes, a la hora de evaluar a un general, con frecuencia consideran únicamente su coraje y su valor. En realidad, el coraje para un general es solo una de las condiciones necesarias que debe poseer entre tantas otras. Si solamente se basa en el coraje, sin duda atacará al enemigo con precipitación.

¿Dónde termina la cautela y empieza el coraje? ¿Dónde termina el coraje y empieza la temeridad? Esas son preguntas difíciles de responder. Luego de haber reflexionado y dialogado con sus colaboradores, los líderes las deberán responder por sí mismos ya que de ellos es la responsabilidad. La pregunta de los límites está siempre presente cuando se discute el tema universal del coraje. Es también central en la tradición occidental. Platón dedica el diálogo Laques a su tratamiento. El coraje no es suficiente si el líder no tiene el equilibrio para saber cuándo atacar y cuándo retirarse. La temeridad puede tener un alto costo para su propio ejército. Desde luego, esto es válido para cualquier tipo de organización comercial en medio de la lucha por atraer y mantener a todos sus stakeholders satisfechos.

Hemos recorrido solo algunos de los tantos pasajes del Discurso sobre el arte de la guerra que pueden servir de inspiración y de guía para los líderes empresarios. Sus consejos son grandes disparadores de la reflexión. Sería un buen ejercicio para los equipos de dirección usarlo como herramienta de autoconocimiento. Wu Qi puede ser un consultor ideal para facilitar cualquier taller de estrategia empresarial.

A modo de introducción

por Rodrigo Cipiliano

El Discurso sobre el arte de la guerra de Wu Qi ocupa un lugar significativo entre los manuales militares clásicos de la antigua China imperial. Tanto este tratado como el ya famoso Arte de la guerra de Sun Zi son conocidos bajo el término común: “El arte de la guerra de Sun y Wu”. Vale aclarar que no existe un libro con este título, solo se trata de una forma en la que los intelectuales chinos combinan los nombres para referirse a las obras de estos dos magníficos estrategas.