Diseñando tu interior - Ana Inés Recondo - E-Book

Diseñando tu interior E-Book

Ana Inés Recondo

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Beschreibung

¿Te cuesta hacerte del tiempo para ordenar tu casa? Dejame adivinar, siempre encontrás alguna buena excusa para hacerlo más tarde. ¿Querés regalar cosas que no utilizás hace años y cuando estás en condiciones de hacerlo, te das cuenta de que te lo había regalado algún ser querido y entonces vuelve al baúl de los recuerdos? ¿Una y otra vez te encontrás mudando ropa que ya no te sirve o no te entra, pero la guardás igual por las dudas de que en un futuro quieras esas prendas? ¿No podés organizarte con una agenda porque te olvidás de leerla cuando anotás las cosas? ¿Te gustaría ordenar tus espacios para vivir de una manera más tranquila? ¿Querés lograr hábitos de orden y ya probaste todas las técnicas y no las podés mantener en el tiempo? Sabés todo lo que tenés que hacer, pero no lográs hacerlo. Este libro en palabras simples, preguntas para reflexionar y ejercicios para practicar te trae nuevas maneras de mirar el orden y la creación de hábitos sostenibles en el tiempo. Así las cosas, utilizando herramientas del coaching ontológico, recorreremos el camino de las emociones para que, en cada capítulo, puedas detenerte a pensar si son las cosas las que nos provocan el desorden o es la emoción que habitamos la que nos aleja del orden que queremos en nuestra vida. Tus espacios son anfitriones de infinitas posibilidades, y habitarlos ordenadamente nos trae tranquilidad y disfrute. Transitemos juntos cada paso en este libro.

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EPUB
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Seitenzahl: 134

Veröffentlichungsjahr: 2024

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ANA INÉS RECONDO

Diseñando tu interior

Herramientas para crear hábitos de orden en tus espacios, aprendiendo a ordenar tu vida.

Recondo, Ana InésDiseñando tu interior : herramientas para crear hábitos de orden en tus espacios, aprendiendo a ordenar tu vida / Ana Inés Recondo. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-5585-4

1. Autoayuda. I. Título.CDD 158.1

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenido

Agradecimientos

—I– EL ORDEN ES POSIBLE

Las excusas nuestras de cada día

Nuestros espacios reflejan nuestras emociones

¿Para qué distinguimos?

—II– EMOCIONES Y ESTADOS DE ÁNIMO

¿A qué llamamos emoción?

¿A qué llamamos ESTADO DE ÁNIMO?

Cuatro estados de ánimo básicos

¿Qué es EL RESENTIMIENTO?

¿Cómo actúa EL RECLAMO?

¿En qué consiste la aceptación? (sinónimo de PAZ interior en este contexto)

¿Cuándo aparece la resignación?

¿Qué es el espacio de la ambición?

—III– AFIRMACIONES Y JUICIOS

¿Para qué distinguir afirmaciones de juicios?

¿A qué llamamos afirmaciones?

¿A qué llamamos juicios?

¿Cómo fundamentar un juicio?

—IV– DEL DISEÑO DE INTERIORESAL COACHING ONTOLÓGICO

Acción mata conversación

¿Qué te pasa en tu hábitat?

¿Qué entendemos entonces por hogar?

—V– Las reliquias religiosas y otras creencias limitantes

¿Cómo incide la emoción y la espiritualidaden nuestro hogar?

La culpa

Más allá del feng shui

—VI– COLORES, TEXTURAS Y EMOCIONES

¿Qué colores te gustan? ¿para qué usar algunos colores en la casa, en las cosas y en las prendas de vestir que usamos?

—VII– LIMPIEZA Y ORDEN

¿Cómo estás viviendo en tu sistema familiar?

Por donde empezar

El sentido de las cosas

Moviendo energía

—VIII– QUIEN SOY EN MI HOGAR

Tolerancia y aceptación

La caja de pandora

¿En la cocina como andamos?

¿Qué hacemos con el cajón de los cubiertos?

Hablemos de minimalismo

Soy en mi habitación

¿Cómo te sentís en tu habitación?

SOy en mi placard

Espacios compartidos

Habitaciones infantiles

Mi adolescente eterno

Jardines y patios

Mi mascota preferida

—IX– QUIEN SOY EN MI OFICINA

Las oficinas compartidas con otras personas

Home office

—X– MI SER DIGITAL

Puedo sobrevivir sin mi celular

¿Cómo te sentís con estas propuestas?

—XI– HERRAMIENTAS DE IMPLEMENTACIÓN

Hagamoslo hábito

¿Qué es un hábito?

Cómo crear un hábito y mantenerlo en el tiempo

Cómo eliminar un hábito que ya no nos favorece

Cómo gestionar el tiempo

El tiempo: un amigo o un tirano

Amigate con la agenda

Cómo soltar objetos heredados

Aliados del orden

¿Quién querés ser hoy?

ANEXO

Lugares donde donar esos objetos que ya no usas

Donación de muebles y ropa en buen estado

Donación de bicicletas

Donación de libros

Donación de material electronico para reciclary materiales de construcción

BIBLIOGRAFÍA

Dedicado a Santiago,

mi inspiración y camino en cada paso que doy en la vida.

AGRADECIMIENTOS

Agradecer cada día es uno de mis lemas, y hoy en este libro no será la excepción. Miro hacia atrás y veo que este libro es el fruto de la vida misma y entonces me doy cuenta que serían más páginas de agradecimiento que de lectura.

Le agradezco a mi familia que me ha visto y acompañado en aventuras, mutaciones y evoluciones varias. A mis Maestros/as y docentes de todas las formaciones y carreras que realicé tanto en Argentina como en EEUU; a todas esas personas les doy las gracias por haberme mostrado y guiado en diferentes maneras de aprender cosas nuevas.

A mis amigas de la vida, a las deportistas, a las intelectuales y a mi compañero de ruta por tener la paciencia suficiente para respetar mis momentos de escritura y regalarme con tanto amor su silencio y respeto en este tiempo dedicado a mi interior.

A mi hijo, Santiago, mi Gran Maestro, por sus aportes, por su amor y por compartirme su mirada humilde y simple de la vida;

A todas las personas que completaron mis encuestas para sumar datos precisos y a todos aquellos que hicieron silencio para que yo hablara de mis ideas;

A todos los que me escucharon... y hoy me pueden leer

¡MUCHAS GRACIAS!

—I–

EL ORDEN ES POSIBLE

LAS EXCUSAS NUESTRAS DE CADA DÍA

...“Pido Perdón a los niños por haber dedicado este libro a una persona grande. Tengo una seria excusa: esta persona grande es el mejor amigo que tengo en el mundo. Tengo otra excusa: esta persona grande puede comprender todo. Tengo una tercera excusa: esta persona grande vive en Francia, donde tiene hambre y frío. Tiene verdadera necesidad de consuelo. Si todas estas excusas no fueran suficientes, quiero dedicar este libro al niño que esta persona grande fue en otro tiempo. Todas las personas grandes han sido niños antes (pero pocas los recuerdan).”

De esta manera magistral comienza “El Principito”, aquella historia de Antoine De Saint Exupéry publicado por primera vez en 1946 y que aún hoy, leen grandes y chicos. La historia continuó, y recién cuando se le terminaron las excusas...el autor pudo dedicarle a León– cuando era niño– su obra maestra.

¿Cuántas excusas se nos han ocurrido a fin de explicar nuestra forma de estar siendo en la vida? Somos seres muy creativos...

¿Cuántas veces esas excusas me sirvieron en un momento determinado, para acumular cosas por si las necesitaba en algún futuro lejano? También encontré excusas para postergar el orden de mi casa, porque claro, soy una persona muy ocupada, no tengo tiempo para estos detalles que pueden esperar. Excusas que suenan perfectamente racionales, por ejemplo: para cerrar la casilla de mail (total que importa, puede esperar, es casi todo publicidad, cuando tengo tiempo lo miro y lo respondo que ahora se me hace tarde). Y en un abrir y cerrar de ojos, en la bandeja de entrada de mi casilla de mail, aún me quedan 195 mensajes por leer o leídos sin borrar, en espera de darle curso a lo que la información brindada me solicita... ¿Esperando que cosa? El momento perfecto nunca llega. Ni hablar de la aplicación de chat que uses en tu dispositivo móvil, o varias de ellas si no te pudiste decidir por una sola (voy a poner el ejemplo de whatsapp) donde soy parte de grupos donde no hablo; grupos silenciados donde sigo siendo parte sólo por las dudas digan algo interesante; grupos donde estoy sólo para pertenecer; grupos donde pienso: ¿Y si me bajo, que van a pensar?; grupos de trabajo; otros tantos grupos familiares, donde el riesgo a bajarse implica pelea en el almuerzo del domingo, o perderse el próximo cumpleaños; grupos que ni chequeo y se acumulan chats en “archivados”, y yo me pregunto: ¿Prefiero que me eliminen un día y decidan por mí si pertenezco o no? ¡Claro que no! Eso duele, aunque físicamente no me toquen. Abandonar el grupo tampoco sería otra opción... ¿Y si mi pierdo algo importante?

Sin embargo, ¿Cuál es el precio que pagamos cada día por estar donde no queremos estar en nuestra vida digital?

Acumulamos excusas a lo largo de la vida y desde muy temprana edad nos enseñan a poner excusas, para no hacer lo que no queremos (para no ir a jugar a lo de un/a amigo/a; para no ir a visitar a la abuela o pariente; para no ir al colegio o a una fiesta que nos aburre). Una “mentira piadosa” y así de rápido, nos volvemos personas expertas en encontrar razones para dar explicaciones creativas y no hacer lo que no queremos hacer donde -de alguna manera- nos sentimos obligados/as a hacer. ¿Para qué damos esas explicaciones y nos inventamos excusas que parecen tan reales que las terminamos creyendo? ¿Será para no arriesgarnos a tener una conversación incómoda? ¿Para victimizarnos y que la gente nos tenga lástima? ¿Para no fracasar, porque sentimos que no estudiamos lo suficiente para algún examen o no hicimos alguna tarea en el colegio y el costo de no asistir a clase es la mejor opción?

Ya de adultos, tenemos ese ejercicio muy entrenado, somos profesionales en dar excusas, años de práctica y así seguimos contándonos el mismo cuento que nos contábamos de chicos, pero ahora, con las responsabilidades de un ser adulto que no podemos postergar: en la oficina, en el hogar familiar, en los estudios, en la computadora, en el auto, y como olvidar este invento que nos ordena, que nos comunica y nos incomunica, que nos estresa y nos apasiona: el celular.

Excusas razonables y racionales seguramente, muchas de ellas, pero... ¿Para qué? Todos llevamos el niño o la niña de las excusas creativas dentro. Sin embargo, ¿Es esa persona que soy hoy, la que realmente quiero seguir siendo? ¿Esa persona que pone excusas como un hábito incorporado, para no encontrarse con sus sentimientos y hacerse cargo de sus emociones? Y así, pasan los años, y esta persona sigue parada en un lugar donde emocionalmente no quiere estar.

Si pudiéramos declararle hoy al Mundo: ¡Se me terminaron las excusas! ¿Por dónde te gustaría comenzar tu nuevo orden mental?

Hay muchos libros de gran contenido, que luego de leerlos sólo quedan en eso... “contenido”. Te invito a leer este libro de manera que, cuando llegues a la última página, puedas sentir que realmente lo llevaste a la práctica, que “Te lo llevaste puesto” como si fuera una prenda de vestir. Pero tengo una noticia para darte: a la práctica se llega practicando y en mi opinión, es la forma más efectiva de aprender que yo conozco. Por esta razón, te dejo ejercicios entrelazados con la lectura, para que puedas realizar y poner en práctica todo lo que vas leyendo y transformarlo en hábito ¿Comenzamos?

Ejercicio 1

— Buscá algo para escribir. Cuando lo tengas listo dejalo a un costado y regalate el espacio para pensar y sentir. Cerrá los ojos un minuto y respirá profundamente 3 veces.

— Ahora sí, Te invito a encontrarle una respuesta a estas preguntas (Recordá que no hay ni bien ni mal, simplemente escribí lo que se te ocurra, lo que pienses, lo que sientas).

— ¿Qué es una excusa para mí?

— Escribí 5 excusas que te inventaste en los últimos días.

— ¿Cuándo sentís que utilizás más excusas?

— ¿Qué fue lo que más te costó de este ejercicio?

Nuestros espacios reflejan nuestras emociones

Se dice que la sociedad del siglo XXI está comunicada constantemente, también habrás escuchado que, paradójicamente, se habla de que las personas cada vez se aíslan más. Si sos de esas personas que se sienten parte de la globalización por momentos –no queriendo perderse ni una conversación en las redes virtuales, ni en eventos sociales-; pero en otro momento, te sentís un persona abstraída del mundo exterior, disfrutando de un momento de quietud y silencio, sin querer estar con nadie; o en un momento de meditación donde la respiración te regala paz interior; entonces sos parte de esa gran mayoría que hoy en día está buscando un equilibrio mental y espiritual. Pero debemos sumar a esto que, los seres humanos, no vivimos sólo entre personas, vivimos con otros seres vivos, en contextos creados, y en hábitats diseñados a imagen y semejanza de quienes los habitan. Por eso sostengo que cada sociedad es diferente, cada ciudad, cada pueblo, cada hogar y todo lo que hacemos o dejamos de hacer es tan poderoso, que influye en todo lo que nos rodea y en nuestra cultura.

Pero volvamos a tu ciudad, a tu barrio, a tu edificio, departamento o casa, a tu hogar, a tu dormitorio, a tu celular, a tu auto, a tu computadora, a tu oficina, a tu placard. Todo espacio que habites de manera directa o indirecta influirá en tu ser y todo lo que hagas o dejes de hacer también influirá en ese mismo espacio. Porque esa emoción con la que observas el mundo, crea ese mundo y se refleja en tu hábitat, formando un círculo que se retroalimenta constantemente. Por lo tanto, si la persona protagonista cambia su emoción, también transforma sus espacios físicos habituales.

Uno de los Postulados de la Ontología del Lenguaje es el siguiente:

“Las Seres Humanos se crean a sí mismos en el lenguaje y a través de él”1

Este postulado desafía la creencia histórica de que somos como somos: inflexibles, y de una forma preestablecida en nuestros genes, sin posibilidad de adaptación ni evolución. “Es lo que hay”, “yo soy así y nada puedo hacer” son excusas para no hacer diferente, para no aprender una nueva forma de hacer las cosas, ¿Cómo decirle BASTA a esa manera de vivir?

Todos vivimos nuestro sistema de creencias de manera diferente y esa combinación de experiencias y realidades diversas es lo que nos hace únicos e inigualables como seres humanos. Por eso no es mi intención traer recetas mágicas, pero sí me voy a enfocar en las formas de pensar donde tenemos como seres humanos muchas similitudes.

¿Para qué distinguimos?

Distinguimos algo para separarlo de un todo. De esa forma, podemos identificarlo, reconocerlo en nuestra vida y accionar de un modo diferente a como estamos siendo (si es que la manera actual no nos está llevando a los resultados que queremos) ya que si nos concentramos en la transformación de ese SER, modificaremos el HACER.

Venimos distinguiendo lo que es una excusa y cuando las utilizamos; distinguimos que nuestros espacios generan emociones y reflejan las emociones de las personas; también distinguimos lo que nos une como seres humanos y lo que nos hace únicos.

Ahora bien ¿Cómo distinguir las cosas de las personas? No digo que sean lo mismo, pero cuantas veces cargamos de representatividad a los objetos, como si estos fueran un “enviado” de la persona que se declara eternamente presente en tu vida a través de esa cosa.

Necesitamos dejar de cargar a los objetos materiales con tanto simbolismo y con tanta emoción que nos desequilibra. Para lograrlo, una idea es aprender a gestionar nuestros estados emocionales desde adentro, y una vez allí, reflejarlos en el exterior. Ya que, después de todo, lo que nos afecta no son las cosas y no es lo que pasa allí afuera, sino lo que yo hago con esas cosas y lo que me pasa a mí, con eso que pasa allí afuera. En otras palabras, aceptar que los objetos no contienen a ese ser querido que ya no está, y por ende, pensar que soltar ese objeto, no significa olvidar a esa persona o dejar de amarla.

Otra buena excusa para aferrarnos a los objetos es seguir pensando en situaciones que nos producen sufrimiento innecesario pero nos convencimos de que no hay alternativa, por ejemplo: “nunca voy a tener dinero suficiente para reemplazar esa mesa vieja que jamás me gustó, pero era de un pariente cercano”; “tengo que conservar esa silla que le gustaba a mi madre, pero no necesariamente a mí”; “como voy a regalar esa lámpara que hace tres generaciones está en la familia”. Expandir tus posibilidades de interpretación y celebrar que Sí puedo cambiar el color de una pared; Sí puedo cambiar de lugar el sillón aunque haya estado siempre ahí; Sí puedo desprenderme de objetos donde otras generaciones en la familia le encontraban significado y yo ya no. Porque las cosas y los espacios no son inmutables por siempre, Estamos y somos seres en continuo cambio y movimiento.

1 Tercer Postulado del posicionamiento filosófico de la Ontología del Lenguaje. 7CCOP, pág. 34

—II–

EMOCIONES Y ESTADOS DE ÁNIMO

¿A QUÉ LLAMAMOS EMOCIÓN?

Si partimos de una base para definir “emoción” diríamos que “Es una distinción que hacemos desde el lenguaje para referirnos al cambio en nuestro espacio de posibilidades a raíz de determinados acontecimientos (sucesos, eventos o acciones)”2