Documentos de la Revolución Cubana. La crisis de octubre - José Bell Lara - E-Book

Documentos de la Revolución Cubana. La crisis de octubre E-Book

José Bell Lara

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Beschreibung

El propósito de esta compilación es brindar un marco referencial de la Crisis de Octubre de 1962, que permita una mejor comprensión por el lector de la dimensión de los acontecimientos. En los antecedentes, se han reunido la cronología de las relaciones Cuba-Estados Unidos 1959-1962 y comunicados y declaraciones del Gobierno Revolucionario y su primer ministro. En la segunda sección, se presentan documentos emitidos, las comunicaciones intercambiadas con el secretario general interino de la ONU y las cartas entre los máximos dirigentes de Cuba y la Unión Soviética durante el desarrollo del conflicto. En la tercera, se incluyen sus intervenciones en el pleno del Comité Central del PCC (celebrado los días 25 y 26 de enero de 1968, documento desclasificado e inédito) y en la Conferencia Tripartita sobre la Crisis de Octubre efectuada en 1992, la entrevista que le concedió a la periodista María Schriver en septiembre de 1992 (trasmitida en video por la NBC en Estados Unidos) y un fragmento de la publicada como Cien horas con Fidel, que le realizara Ignacio Ramonet, relacionado con el suceso.

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Veröffentlichungsjahr: 2024

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Edición: Reinaldo Medina Hernández

Diseño de cubierta: Yisell Llanes Cuellar

Foto de cubierta: Antiaérea emplazada en el Malecón habanero

(tomada de internet)

Corrección: Ricardo Luis Hernández Otero

Emplane digital: Madeline Martí del Sol

© José Bell Lara, Delia Luisa López García y Tania Caram León, 2022

© Sobre la presente edición:

Editorial de Ciencias Sociales, 2022

ISBN 9789590624711

Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones.

INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

Editorial de Ciencias Sociales

Calle 14 no. 4104, entre 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

[email protected]

www.nuevomilenio.cult.cu

 

Table of Contents
Introducción
I
Antecedentes
Presentación
Posición del Gobierno de los Estados Unidos en sus relaciones con el Gobierno Revolucionario de Cuba. Enero de 1959 a octubre de 1962
Farsa de la OEA en Punta del Este
Respuesta a la farsa de la OEA en Punta del Este: la Segunda Declaración de La Habana
DEL PUEBLO DE CUBA A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA y DEL MUNDO
Nota de protesta de Cuba al Gobierno norteamericano
La Base Naval de Guantánamo: punta de lanza de otra agresión armada a nuestro país
Informe del Departamento de Seguridad del Estado
Un pueblo revolucionario y disciplinado debe saber qué hacer en este momento
El peligro de agresión imperialista directa es grande
Los imperialistas se están armando hasta los dientes
Tenemos que estar alertas y no dormirnos en los laureles
Estamos viviendo una hora llena de riesgos
Con la unidad del pueblo saldremos adelante
Denuncia Cuba nueva agresión
Cobarde cañoneo imperialista
Comunicado del Gobierno Revolucionario de 31 de agosto de 1962
Un infundio del Gobierno de los Estados Unidos
Acuerdo entre la República de Cuba y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
Artículo 1
Artículo 2
Artículo 3
Artículo 4
Artículo 5
Artículo 6
Artículo 7
Artículo 8
Artículo 9
Artículo 10
Artículo 11
Artículo 12
Artículo 13
Artículo 14
Comunicado cubano-soviético de 3 de septiembre de 1962
Renacen los peligros de un ataque armado directo
La organización ha ido extrayendo sus cuadros de las propias masas
En la Revolución el auge es el auge de las masas
Renacen los peligros de un ataque armado directo
Tenemos todo el derecho de armarnos
Denunciamos los peligros que se ciernen sobre la patria
Nuestra actitud es vivir en paz
Estamos dispuestos a defender la patria hasta el último aliento
Declaración del Gobierno Revolucionario de Cuba de 29 de septiembre de 1962, sobre la Resolución Conjunta del Gobierno de los Estados Unidos
Denuncia de Cuba en la Asamblea General de la ONU
Cuba derrota moral y políticamente al imperialismo norteamericano en la ONU
La Revolución surgió y creció luchando contra la fuerza de sus enemigos
II
La Crisis
Presentación
Comunicado sobre la orden de alarma de combate dada por el comandante Fidel Castro
Todos somos uno en esta hora de peligro
Carta de Fidel Castro a Nikita Jruschov
Comunicado60
Carta de Fidel Castro a U Thant
Respuesta del primer ministro y comandante en jefe de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias, al mensaje del secretario general interino de las Naciones Unidas
Carta de Nikita Jruschov a Fidel Castro
Declaración del primer ministro Fidel Castro sobre los Cinco Puntos que constituyen las garantías contra la agresión a Cuba
Carta de Fidel Castro a Nikita Jruschov
Carta de Nikita Jruschov a Fidel Castro
Carta de Fidel Castro a Nikita Jruschov
Conversaciones con U Thant
Poseemos proyectiles morales de largo alcance que no se pueden desmantelar y no serán desmantelados jamás
Carta de Fidel Castro a U Thant
Denuncia al secretario general interino de la ONU las provocaciones del imperialismo norteamericano
Carta de Fidel Castro a U Thant
Denuncia al secretario general interino de la ONU las maniobras obstaculizadoras del imperialismo yanqui en relación con la Crisis del Caribe
Respuesta de Cuba al presidente Kennedy
Carta de Carlos M. Lechuga a U Thant
Del representante permanente de Cuba en la ONU al secretario general de la ONU, en relación con la Crisis del Caribe
La Crisis del Caribe no está resuelta
Crónica sobre la Crisis del Caribe
El mensaje de Kennedy
Alarma de combate en Cuba
En las Naciones Unidas
En la OEA
La actualidad internacional
La reunión del Consejo
El Discurso de García Incháustegui
El discurso de Zorin
Las 45 naciones
La reunión de la OEA
La primera comparecencia del Dr. Fidel Castro
Interviene U Thant
La respuesta de las partes
Polémica en el Consejo
Medidas militares
Las gestiones de U Thant
Amenaza de invasión
Los mensajes directos
La carta del 26 de octubre
La respuesta de Kennedy
La aceptación soviética
Los Cinco Puntos de Cuba
La visita del Secretario U Thant
La segunda comparecencia del doctor Castro
U Thant en Nueva York
La visita de MikoyÁn
El debate sobre los Il-28
Protesta ante la ONU
Cuba no será obstáculo
El levantamiento del bloqueo
La proposición del Brasil
La declaración conjunta
El discurso del 2 de enero
Ante el Congreso de Mujeres
III
Valoraciones de Fidel sobre la Crisis de Octubre
Presentación
Información del comandante en jefe Fidel Castro al Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (fragmentos)
25 de enero de 1968
26 de enero de 1968
Conferencia Tripartita sobre la Crisis de Octubre
Nota inicial
Relación de participantes
Primera Sesión: 9 de enero de 1992
Cuarta Sesión: 11 de enero de 1992
Entrevista de María Shriver a Fidel Castro
Primer programa
Segundo programa
Tercer programa
La Crisis de Octubre de 1962
El mundo al borde de una guerra atómica - La “traición” de los soviéticos - Una negociación fallida - Cartas intercambiadas con Jruschov - Jruschov, Gorbachov, Putin - El asesinato de Kennedy
Bibliografía
Datos de los autores

Introducción1

1 La mayoría de los documentos y discursos presentados, por ser muy extensos, fueron objeto de una obligada selección para no exceder un límite de páginas razonable, que se hizo respetando su ubicación en los textos originales. Consideramos útil, para acercar al lector a la temática de cada sección, la incorporación de encabezamientos y subtítulos en algunos casos en que no los tenían en las fuentes de las cuales fueron tomados.

En octubre de 1962, una conflagración nuclear estuvo a las puertas de la humanidad; ningún otro momento del siglo xx fue tan crítico; de ahí que un acercamiento a su desarrollo y al papel de Fidel Castro en ella tenga una importancia singular para conocer la permanente posición de principios de la Revolución cubana.

Si bien en un análisis a corto plazo se afirma que la crisis es hija directa de la derrota del imperialismo en Playa Girón (1961), su verdadera causa radica en la no aceptación por parte de la clase dirigente de los Estados Unidos (EE. UU.) de la existencia de un país soberano e independiente en América Latina, considerado por ellos como su patio trasero y las consecuencias de esto para el continente. La Revolución cubana alteraba, y altera aún hoy, la situación del área más inmediata de su dominación.

El establishment percibió como peligroso el ejemplo de Cuba;2 una muestra de ello fue que en fecha temprana, 30 de marzo de 1959, en comparecencia ante el Congreso de los Estados Unidos, el general Maxwell Taylor, jefe del estado mayor del Ejército, declaró que “La Revolución cubana podría ser el comienzo de una serie de convulsiones en América Latina que darían oportunidades a los comunistas para tomar posiciones”.3

2 Al triunfo de la Revolución se acuñó el lema: “Cuba, primer territorio libre de América”.

3Citado por Tomás Diez Acosta en su libroLa guerra encubierta contra Cuba, p. 190.

De igual manera, la existencia de Cuba revolucionaria constituía una frustración permanente para la aspiración histórica de la élite dominante de que la isla fuera un apéndice de los Estados Unidos e incluso de incorporarla como parte de estos.

Ya en 1805, Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos, expresaba: “La incorporación de Cuba a nuestra confederación es exactamente lo que se necesita para redondear nuestro poder nacional y llevarlo al más alto grado de interés […] confieso que siempre he mirado la Isla de Cuba como la agregación más importante que pudiera hacerse a nuestro sistema de Estado”.4

4Citado por Alicia Céspedes enReferencias necesarias sobre un antiguo conflicto. Cuba-USA, 1959-1960, p. 12.

En 1823, siendo secretario de Estado, John Quincy Adams elaboró la política conocida como de la “fruta madura”, que textualmente se expresa así:

 

… todo se combina para darle a Cuba en el conjunto de intereses nacionales de Estados Unidos, que no hay ningún otro territorio extranjero que pueda comparársele […]. Los vínculos que unen a los Estados Unidos con Cuba —geográficos, comerciales, políticos, etcétera—, son tan fuertes que cuando se echa una mirada hacia el probable rumbo de los acontecimientos en los próximos cincuenta años, es imposible resistir la convicción de que la anexión de Cuba a la república norteamericana será indispensable para la existencia y la integridad de la Unión […]. Existen leyes políticas, así como de gravitación física; y si una manzana separada por la tempestad de su árbol, no puede escoger sino caer al suelo, Cuba, por fuerza, separada de su artificial conexión con España e incapaz de sostenerse por sí misma, solo puede gravitar hacia la Unión Americana, la cual por la misma ley de la naturaleza, no puede rechazarla de su seno.5/6

5Citado por Ángela Grau Imperatori enEl sueño irrealizado del Tío Sam, pp.12-13.

6 La redacción de las citas y documentos que aparecen en este libro ha sido actualizada de acuerdo con la Ortografía de la lengua española (2010), de la Real Academia Española (RAE) y la norma editorial cubana (NRCU01:2015), respetando rigurosamente sus contenidos. Cuando no aparece el nombre del autor, en la nota se asientan todos los elementos bibliográficos; en caso contrario, solo autor(es), título y paginación (el resto de los elementos se recogen en la bibliografía). Excepto si se señala lo contrario, todas las notas son de los autores [N. del E.].

 

Como parte de esa política, durante el sigloxixlos Estados Unidos intentaron seis veces comprarla a España; mas, en 1898, cuando de hecho la guerra de Independencia ya estaba ganada por los cubanos, intervinieron en la contienda como respuesta a la explosión del acorazadoMaineen la bahía de La Habana —sin dudas un oscuro incidente— y en una breve guerra derrotaron a España y ocuparon a Cuba entre 1898 y 1902, además de apoderarse de Puerto Rico, Filipinas y Guam.

Obligados por la resistencia independentista del pueblo cubano, convirtieron a Cuba en un protectorado mediante la imposición de la Enmienda Platt, un anexo a la Constitución de la República de Cuba de 1901, que autorizaba a los Estados Unidos a intervenir en el país cuando lo estimaran conveniente para sus intereses. En 1934 fue abolida dicha enmienda, pero, de hecho, entre 1902 y 1958, el embajador estadounidense era el segundo hombre en importancia del país y en oportunidades lo era más que el presidente, según manifestara un exembajador, ante una comisión del Congreso de los Estados Unidos.7

7 “… Los propios embajadores norteamericanos en Cuba entre 1953 y 1959, Earl T. Smith y Arthur Gardner, admitirían ante comités congresionales su actuación injerencista. En cierta ocasión, el exembajador Gardner llegó a expresar cínicamente que en Cuba antes del triunfo de la Revolución el embajador norteamericano era la segunda figura política ejecutiva, después del presidente. Los hechos prueban que, muchas veces, fue la primera figura ejecutiva”. Revista Política Internacional, año1, 1: 150, Instituto de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREX), La Habana, enero-marzo de 1963 (publicación trimestral).

En 1952, Fulgencio Batista dio un golpe de Estado, instaurando su segunda dictadura con el respaldo imperialista hasta diciembre de 1958. El testimonio de Lyman B. Kirpatrick, en ese entonces inspector general de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) es claro al respecto; en sus memorias expresó: “… la política de Estados Unidos en aquel momento era la de brindar apoyo total al gobierno de Batista, incluyendo asistencia militar”.8

8Citado por Alicia Céspedes: ob. cit., p. 100.

Frente a la lucha insurreccional liderada por Fidel Castro, cuando era inminente la caída del dictador, realizaron diversas maniobras tratando de impedir la victoria del Ejército Rebelde, entre ellas la creación de una junta militar que sucediera a Batista, lo cual comunicaron al dictador a través de un emisario, William D. Pawley, el 9 de diciembre de 1958. Con posterioridad, el embajador estadounidense Earl T. Smith comunicó al tirano que ya no contaba con el apoyo de los Estados Unidos y debía marcharse.9

9Rolando Dávila: “Lucharemos hasta el final”, p. 386.

De forma paralela los Estados Unidos estuvieron trabajando en la creación de una fuerza militar que pudiera ser un contrapeso del Ejército Rebelde; en diciembre de 1958, cuando el colapso de la tiranía era cercano, el oficial de la CIA Jack Stewart le ofreció a Max Lesnik, representante del Segundo Frente Nacional del Escambray, el suministro de armas suficientes para dar un giro a los acontecimientos en favor de esta organización.10 No estuvo ausente el intento de asesinar a Fidel Castro. El 23 de diciembre de 1958 viajó a Cuba con esa misión Allen Robert Niyer, el cual fue interceptado en Santa Rita, antigua provincia de Oriente, por combatientes rebeldes; tiempo después se conoció que era agente de la CIA.11

10Ibídem, p. 403.

11Ibídem, p. 395.

La última maniobra para impedir el triunfo de la Revolución la protagonizó el general Eulogio Cantillo, jefe de Operaciones en la provincia de Oriente, quien se entrevistó con Fidel Castro el 28 de diciembre de 1958 y se comprometió a sublevar la guarnición del cuartel Moncada el 31 de diciembre y apoyar la entrada del Ejército Rebelde en Santiago de Cuba. Fidel estableció tres condiciones: no dar un golpe de Estado, no permitir la fuga del tirano y no negociar con la Embajada norteamericana. Sin embargo, Cantillo traicionó el acuerdo para amparar a Batista y mantener el status quo mediante la creación de una junta cívico-militar apoyada por los Estados Unidos.

Ante la traición, Fidel reaccionó rápidamente. A las 11:30 a. m. del 1.º de enero, en alocución pronunciada por Radio Rebelde, desconoció a la junta y convocó al pueblo a una huelga general, ordenando que prosiguieran las operaciones militares hasta la victoria total. Al mismo tiempo dispuso que los comandantes Camilo Cienfuegos y Che Guevara avanzaran sobre la capital para tomar Columbia y La Cabaña, las dos principales fortalezas que tenía en esa época la ciudad de La Habana.

A partir de ahí, los acontecimientos se desarrollaron con una celeridad extraordinaria. El Ejército Rebelde entró en Santiago de Cuba y en las principales ciudades, mientras una huelga general paralizaba el país.

Con el triunfo de la Revolución la hostilidad del imperialismo no se hizo esperar. Acogieron a los criminales de la dictadura y se negaron a extraditarlos, incluso a los que tenían causas pendientes en los tribunales y desataron una feroz campaña de prensa presentando los juicios y sanciones a los esbirros de la tiranía como un baño de sangre; inmediatamente trabajaron en la búsqueda de una oposición interna e iniciaron el apoyo a las conspiraciones contra la Revolución.

Hasta entonces, a lo largo de más de cincuenta años, la intervención estadounidense había sido decisiva para impedir la existencia de gobiernos que no fueran afines a sus intereses, la omnipresencia imperialista constituía un hecho central de la sociedad cubana; no era meramente un agente externo, sino parte constitutiva del sistema de dominación.Como parte de él, la economía del país funcionaba como una extensión de la estadounidense; su papel dentro de esta puede colegirse por la información que ofrece una publicación oficial de los Estados Unidos dirigida a los hombres de negocios de ese país:

 

Las únicas inversiones extranjeras de importancia son las de Estados Unidos. La participación americana excede 90% de los servicios eléctricos y telefónicos, alrededor de 50% en los ferrocarriles y aproximadamente 40% de la producción azucarera.

Las filiales cubanas de los bancos de Estados Unidos tienen casi la cuarta parte de los depósitos bancarios.

Este relacionamiento económico tan íntimo sobrepasa las posibilidades del sistema de asociación mutuamente beneficiosa, sin tantos de los problemas que han plagado relaciones menos íntimas con otras áreas, los cuales se han evitado durante largo tiempo en Cuba.

[…]. Cuba estaba situada en el tercer lugar en América Latina por el valor de las inversiones directas de Estados Unidos en 1953, solamente superada por Venezuela y Brasil, sin embargo en 1929 ocupaba el primer lugar en América Latina.12 [Traducción de los autores].

12U. S. Department of Commerce:Investment in Cuba, p. 10.

 

Como es conocido, la economía cubana estaba estructurada en torno al azúcar. A partir de aquí se establecía el vínculo neocolonial en una relación particular de asociación-subordinación que imbricaba los intereses de ambos: la oligarquía burguesa nativa y los propietarios del negocio importador azucarero en los Estados Unidos. Este era el máximo consumidor de la producción cubana (aproximadamente 50%) y en la práctica era el principal, cuando no único, suministrador de maquinariay piezas de repuesto. Si a esto se añade el dominio de la transportación y del mercado mundial, con estos elementos se puede entender con más claridad, lo que se afirmó antes: el imperialismo era parte constitutiva del sistema de dominación vigente en la sociedad cubana.13

13 Jorge Ibarra: Cuba: 1898-1958. Estructura y procesos sociales, pp. 7-88.

Cuando el 17 de mayo de 1959 el Gobierno Revolucionario aprobó la Ley de Reforma Agraria, con su promulgación se cumplía un sueño cubano, pero también reforzaba el propósito imperialista de destruir a la Revolución.

La campaña anticubana en los Estados Unidos se acrecentó y los hilos que movían a la contrarrevolución interna desde ese país y desde sus instituciones, se fortalecieron progresivamente. Un informe elaborado por Roy Rubotton tiempo después señaló: “… En junio habíamos tomado la decisión de que no era posible alcanzar nuestros objetivos con Castro en el poder […]. En julio y agosto habíamos estado delineando un programa para reemplazar a Castro”.14

14 Informe de Roy Rubotton, subsecretario para Asuntos Interamericanos del Departamento de Estado, citado por Fabián Escalante en su libro Operación exterminio. 50 años de agresiones contra Cuba, p. 38.

Ese programa que autorizaba a apoyar a los elementos que en Cuba se oponían a la Revolución fue entregado al presidente Eisenhower y este lo aprobó.

En junio, hubo arrestos por actividades contrarrevolucionarias en varias ciudades cubanas y fue capturado un avión con armas procedente de los Estados Unidos. En agosto, fue abortada una conspiración con participación del tirano dominicano Rafael Leónides Trujillo que contemplaba la toma de la ciudad de Trinidad y un alzamiento en la zona de la Sierra del Escambray.

Desde principios de octubre aumentaron las incursiones aéreas procedentes de los Estados Unidos contra objetivos económicos, mientras el Gobierno estadounidense bloqueaba las gestiones de Cuba para adquirir armas en el exterior.

El 16, fue creado el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (MINFAR) bajo la dirección del comandante Raúl Castro; el 21, fue abortada la conspiración de Huber Matos, arrestado junto a sus seguidores. Ese mismo día, un avión procedente de la Florida, pilotado por Pedro Luis Díaz Lanz, quien había fungido como jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria y luego traicionado el proceso revolucionario, ametralló y bombardeó La Habana.

El 26 de octubre, en una gigantesca concentración frente al Palacio Presidencial, Fidel Castro anunció la creación de las Milicias Nacionales Revolucionarias (MNR) y el inicio del entrenamiento del pueblo para la defensa de la Revolución. El antecedente inmediato de las MNR es considerado el pelotón de milicias campesinas conocido como Los Malagones, quienes después de un rápido entrenamiento, desarticularon y capturaron a una banda contrarrevolucionaria que asolaba zonas de la provincia de Pinar del Río.

Estos son solo algunos pocos ejemplos de acciones subversivas contrarrevolucionarias sufridas por nuestro pueblo durante 1959. El Gobierno de los Estados Unidos había tomado la decisión de derrocar a la Revolución y para ello empleó un abanico de instrumentos agresivos: continuaron las campañas propagandísticas desinformadoras, fue utilizada la Organización de Estados Americanos (OEA) para aislar a Cuba revolucionaria de América Latina, se realizaron presiones diplomáticas y económicas y continuaron las operaciones de respaldo a la contrarrevolución externa e interna. Cuando todo lo anterior se mostró insuficiente, sin abandonarlo, fue constituida a fines de 1959 una fuerza de tarea que incluyó entre sus opciones la agresión militar.

En ese complejo contexto, la Revolución no tenía otra alternativa que fortalecer su preparación militar defensiva.

El 17 de marzo de 1960 el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos aprobó dos documentos dirigidos a este fin: el Programa de Acción Encubierta contra Castro y el Programa de Presiones Económicas contra el Régimen de Castro, que contemplaban medidas militares, propagandísticas, creación de una oposición contrarrevolucionaria y acciones destinadas a crear dificultades a la economía y al nivel de vida del pueblo.15 Las maniobras para dejar sin petróleo a Cuba y la supresión de la cuota azucarera fueron parte del arsenal inicial de esa guerra económica.

15 En el citado libro de Tomás Diez Acosta se reproducen 32 documentos que muestran las acciones emprendidas por el Gobierno de los Estados Unidos contra la Revolución cubana entre esa fecha y abril de 1961.

Como la inmensa mayoría del pueblo abrazó la causa revolucionaria, la Revolución se convirtió en la causa de la nación cubana, lo que fue sintetizado por Fidel en la consigna de “Patria o Muerte”, completada posteriormente con la de “Venceremos”.

En resumen, la lucha antimperialista fue una escuela política práctica de afirmación de la nacionalidad y de radicalización ideológica que llevaría progresivamente a la asunción de la ideología socialista; el cumplimiento del programa contenido en La historia me absolverá16 implicó la transformación del país más allá de los limites burgueses y la asunción de las metas contenidas en la Primera Declaración de La Habana, dirigidas a la eliminación de la explotación del hombre por el hombre.

16 Se conoce con ese nombre el documento contentivo de la autodefensa de Fidel Castro, acusado por la dictadura por el ataque a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo.

La creciente agresividad del imperialismo y la necesidad de defender las conquistas revolucionarias pusieron a la orden del día elevar cada vez más la capacidad defensiva de la Revolución, por lo que se intensificó el entrenamiento, preparación y organización de las milicias. Miles de ciudadanos comenzaron a practicar la técnica militar.

Como parte de las agresiones fue concebida desde las agencias imperialistas una acción militar que recibió el nombre de Operación Pluto. A tal fin, fue preparada en el exterior una fuerza militar perfectamente equipada, entrenada y asesorada para ocupar un pedazo del territorio nacional, donde se proclamaría un gobierno provisional de hechura estadounidense; para ello se forzó una precaria unidad de los grupúsculos contrarrevolucionarios con la constitución de un ficticio consejo de gobierno, encargado de representar una supuesta Cuba libre.

Además, en zonas montañosas del país se organizaron bandas contrarrevolucionarias abastecidas desde los Estados Unidos y en zonas urbanas fueron creados grupos encargados de realizar acciones terroristas y sabotajes en instalaciones comerciales e industriales. Lanchas artilladas y avionetas agredían objetivos económicos y a la población. Se pusieron en marcha diversos métodos de propaganda subversiva: Radio Swan17y la operación Peter Pan18son ejemplos de ello. Acciones de bloqueo económico —todavía no oficializado—embargaron diversas mercancías destinadas a Cuba.

17 Estación de radio establecida por la CIA en mayo de 1960 en una isla de la República de Honduras, que trasmitía diariamente desinformación hacia Cuba como parte de la guerra sicológica contra la Revolución cubana. Su establecimiento y uso fue parte del Programa de Acción Encubierta aprobado por la Administración Eisenhower el 17 de marzo de 1960. Ver de Ramón Torreira y José Buajasán: Operación Peter Pan, p. 88.

18 Una de las operaciones más aborrecibles organizada por la CIA y elementos de la jerarquía católica. Aprovechando prejuicios anticomunistas en sectores de la población, se divulgó la burda patraña de que una ley aprobada quitaría la patria potestad a los padres y sus hijos serían enviados a la Unión Soviética,* incluso imprimieron un falso documento con la supuesta ley. A la vez se les facilitaron visas a menores sin sus padres para trasladarse a los Estados Unidos. Unos 14 000 niños fueron enviados a ese país, muchos de ellos nunca volvieron a ver a sus familias, y algunos fueron objeto de diversos abusos. En el citado libro de Torreira y Buajasán hay una amplia información sobre esta operación.

* En el texto, cuando se hace alusión a la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se nombra, indistintamente, por su forma simplificada: Unión Soviética, o por sus siglas: URSS [N. del E.].

En poco tiempo las MNR y el Ejército Rebelde dominaron la técnica militar moderna; los órganos de Seguridad de la Revolución, con el apoyo del pueblo, neutralizaron las acciones contrarrevolucionarias y enfrentaron el bandidismo y así impidieron que se convirtieran en una base de apoyo interno.

La labor esclarecedora de Fidel y la dirección de la Revolución enfrentó y desbarató las campañas ideológicas del enemigo.

El 15 de abril de 1961, preludio de la invasión mercenaria, aviones B-26, con las insignias de la Fuerza Aérea Revolucionaria, bombardearon tres aeropuertos cubanos con el objetivo de destruir en tierra los aviones de combate; en esa coyuntura, durante el entierro de lasvíctimas de los bombardeos, Fidel proclamó el carácter socialista de la Revolución.

La principal operación bélica se realizó al amanecer del 17 de abril: el desembarco en Bahía de Cochinos de una fuerza militar de unos mil quinientos soldados, dotada incluso de cañones, tanques y apoyo aéreo, que la hacía ideal para un enfrentamiento convencional, con el objetivo de ocupar una zona geográfica aislada y con poco acceso para establecer allí una cabeza de playa en la cual se establecería un supuesto gobierno que solicitaría el reconocimiento y ayuda de la OEAy los Estados Unidos. El valeroso enfrentamiento del Ejército Rebelde y las MNR la derrotaron en menos de setenta y dos horas, siendo Playa Girón el punto culminante de la victoria.

Tan estrepitosa fue la derrota de esa brigada mercenaria que el 24 de abril el presidente Kennedy admitió la responsabilidad de su administración en el fracaso y al día siguiente, el 25 de abril, dispuso el embargo total de todas las mercancías destinadas a Cuba. En la práctica fue el primer paso hacia el bloqueo oficializado en 1962 mediante la resolución 3447.

Un análisis detallado de la operación muestra que desde el punto de vista técnico no tenía fisuras, pero no contaron con que se enfrentaban a un pueblo en revolución, con una dirección política, encabezada por Fidel, que con creatividad, coraje y decisión hizo añicos el intento del enemigo imperialista.

Girón fue el más duro revés en la carrera política de Kennedy y rompió el mito del indestructible éxito de las operaciones de la CIA.19Semejante humillación, aunada a otros factores, llevarían a Kennedy a iniciar el más vasto proyecto de subversión contra la Revolución cubana: la Operación Mangosta.

19Ver Jacinto Valdés-Dapena:Operación Mangosta: preludio de la invasión a Cuba, p. 21.

Fue concebida como el preludio de una invasión directa a Cuba.20El propio proyecto general aprobado el 3 de marzo de 1962 por el presidente lo ratificaba en uno de sus párrafos principales:

20El libro de Jacinto Valdés-Dapena lo demuestra ampliamente.

 

… en el empeño para causar el derrocamiento del Gobierno señalado, los Estados Unidos harán uso de los recursos nativos, internos y externos, aunque reconocen que el éxito final, requerirá de una intervención militar decisiva.

Dichos recursos serán utilizados tal y como están desarrollados para preparar y justificar esta intervención y a partir de ese momento apoyar y facilitar la misma.21

21Citado por Fabián Escalante: ob. cit., pp. 129 y 130.

 

Los planes y operaciones subversivas desarrollados por el Gobierno de los Estados Unidos como parte de este programa estuvieron dirigidos por un grupo especial del Consejo Nacional de Seguridad encabezado por el fiscalgeneral Robert Kennedy, hermano del presidente. Este grupo fue creado en noviembre de 1961 y recibió la denominación de Grupo Especial Ampliado (SAG, por sus siglas en inglés).

Para dirigir el vasto operativo contra Cuba, la Estación CIA de Miami fue convertida en la mayor base de operaciones encubiertas hasta entonces, llamada Estación JM/Wave, la cual funcionaba bajo la cobertura de una empresa, la Zenith Technical Enterprise Inc., que ocupaba un terreno de 6.4 km2 en los terrenos de la Universidad de Miami. En ella laboraban unos seiscientos oficiales de la CIA y en su plantilla se hallaban inscritos entre tres mil y cuatro mil colaboradores de origen cubano.

La estación disponía de una compleja estructura para abastecer y asegurar las operaciones contra Cuba: agencias de viaje, armerías, tiendas, firmas de bienes raíces, agencias de detectives privados y otros tipos de entidades ofrecían servicios y cobertura al personal.22

22 Para más detalles sobre la Operación Mangosta se pueden consultar las obras citadas de Jacinto Valdés-Dapena y Fabián Escalante.

Con cuantiosos recursos se emprendió una escalada agresiva contra Cuba que abarcó todos los terrenos. En el plano internacional las acciones estuvieron dirigidas a aislar a Cuba del continente; de ahí su expulsión de la OEA, a la que nos referiremos más adelante, el veto al ingreso de Cuba en la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y la presión a distintos países del hemisferio para que rompieran totalmente sus relaciones comerciales y diplomáticas con nuestro país.

En el plano nacional se dedicaron a organizar y financiar a entidades contrarrevolucionarias existentes dentro y fuera de Cuba, unas cuatrocientas, según diversos cálculos. Fueron diseñados planes de atentados contra dirigentes de la Revolución, principalmente contra Fidel Castro. Entre enero y agosto de 1962 se realizaron más de cinco mil actos terroristas contra objetivos económicos y sociales.23 Se brindó apoyo logístico y de armamentos a bandas que llegaron a operar en todas las provincias del país; para 1962 había un total de 181 con unos 1580 integrantes.24 Desde la base naval de los Estados Unidos en el territorio cubano de Guantánamo se realizaron numerosas provocaciones, muchas de ellas con el saldo de vidas cubanas truncadas.

23 “Como parte de la guerra sicológica más de diez emisoras trasmitían programas subversivos contra Cuba en los que se explicaban diversas formas de realizar sabotajes, actos terroristas, se intentaba desacreditar a los dirigentes revolucionarios y a su obra mediante la técnica de la propagación de rumores falsos y hasta se impartían instrucciones de cómo convertirse en un espía eficiente”. Rubén G. Jiménez Gómez: “Octubre de 1962: La mayor crisis de la era nuclear”, p. 5.

24Jacinto Valdés-Dapena: ob. cit., p. 86.

A lo largo de 1962 tuvieron lugar maniobras militares en el Caribe, cerca de las costas cubanas; por ejemplo, las Phibrugler 1/62, que se realizaron en el área a principios de octubre de 1962. También se incrementaron las acciones de piratería e incursiones armadas contra distintos puntos del territorio nacional junto a la violación del espacio aéreo de Cuba por aviones de los Estados Unidos y desde su territorio.

Utilizaron a la OEA para sus propósitos, para lo cual convocaron a una Conferencia de cancilleres en Uruguay, con el supuesto pretexto de amenazas extracontinentales, pero su único propósito fue tomar acuerdos contra Cuba. El encuentro fue convocado al amparo del Tratado de Río25 y el lugar escogido, el balneario de Punta del Este, un antiguo casino, era ideal para impedir la presencia y la protesta popular contra el engendro. La agenda que llevaban los Estados Unidos tenía entre sus puntos la exigencia de romper relaciones diplomáticas con Cuba, la suspensión del comercio con la Isla y la creación de un comité de vigilancia de la OEA, entre otros puntos.

25 Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), de 1947. Tuvo como objetivo inicial promover la lucha contra del comunismo y crear una coalición de ejércitos en caso de una amenaza extracontinental. Ya en esa época se dirigió también a homologar la doctrina de seguridad nacional de los países de la región para bloquear los movimientos de izquierda en América Latina.

La delegación cubana estuvo presidida por el presidente Osvaldo Dorticós Torrado, quien fijó con claridad la posición de Cuba y sentó en el banquillo de los acusados a la Administración estadounidense al mostrar fehacientemente su papel en la expedición mercenaria derrotada en Playa Girón y denunciar las múltiples agresiones y sabotajes que sufría la Isla a partir de sus programas agresivos, así como la utilización de la base naval que los Estados Unidos tienen en Guantánamo para diversas provocaciones y agresiones. En resumen, afirmó que toda esa situación, incluyendo la conferencia, era debida a que Cuba había hecho una revolución.

Si bien los Estados Unidos no alcanzaron todos sus objetivos, con sus presiones hacia los países de la región lograron el peregrino acuerdo de que la adhesión de cualquier país al marxismo-leninismo como ideología era incompatible con los propósitos y principios del sistema interamericano, así como la autorización al Consejo de la OEA para hacerlo efectivo.

Con ese acuerdo y más presiones a sus lacayos —a pesar de las protestas de las delegaciones de Brasil, México, Chile, Argentina, Ecuador y Bolivia—, los Estados Unidos propusieron, y fue aprobada, la exclusión de Cuba del sistema interamericano y la autorización al Consejo de la OEA para llevarla a cabo.26

26Para una información más completa sobre esta reunión de la OEA y la participación de Cuba en ella ver: José Bell, Delia L. López y Tania Caram:Documentos de la Revolución Cubana 1962, pp. 9-22.

Paralelo a esto, el 3 de febrero de 1962 Kennedy estableció el embargo total (léase bloqueo) del comercio con Cuba mediante la Resolución presidencial 3447, aunque desde 1961, como ya señalamos, se habían dado pasos en ese sentido.

Los días 13 y 14 de marzo de 1962 el secretario de Estado, Dean Rusk, se reunió en secreto con los cancilleres de Guatemala, Nicaragua, Venezuela y Colombia. Se acordó armar una falsa invasión a un país centroamericano, simulando que los agresores eran fuerzas cubanas.27

27José Cantón y Martín Duarte:Cuba: 42 años de Revolución. Cronología 1959-1982, p. 108.

Todo lo anterior estuvo acompañado de una amplia campaña de propaganda para denigrar la realidad de la Revolución, además de presentar a Cuba como una amenaza para la región.

La respuesta cubana a la posición de la OEA fue la Segunda Declaración de La Habana. En ella se recogió el derecho de los pueblos latinoamericanos a la revolución, a su autodeterminación, a su soberanía y a la lucha por su liberación.28

28El texto completo de la Segunda Declaración de La Habana se reproduce en las pp. 92-115 de este libro (Estas referencias a páginas a la propia obra se corresponden solo con las páginas del libro digital en formato Pdf, N. de la Ed.).

Todas estas actividades pueden englobarse dentro de la Operación Mangosta que —según muestran los documentos desclasificados del Gobierno de los Estados Unidos— en el calendario de acciones indicaba a octubre de 1962 como la fecha de su culminación.

Desde principios del año 1962, Fidel prestó atención a la posibilidad de una agresión directa y orientó las medidas para aumentar la capacidad defensiva del país, a la vez que alertó públicamente en varios discursos sobre esa posibilidad y lo que ello significaría también para el imperialismo; por ejemplo, el 26 de julio, en su discurso planteó claramente: “¿Qué peligro queda a nuestra Revolución? Una invasión directa, tenemos que prepararnos contra esa invasión directa, tenemos que organizar las defensas necesarias para rechazar una invasión directa de los imperialistas”.29

29Ver en este libro fragmentos de discursos de Fidel Castro en 1962 y el de enero de 1963.

En este complejísimo contexto de agresionesin crescendollegó la propuesta soviética de instalar en Cuba proyectiles defensivos de alcance medio con portadores nucleares.

El 29 de mayo de 1962 arribó al aeropuerto de La Habana un grupo de 18 especialistas soviéticos en hidrotecnia, presidido por Sharaf Rashidov, miembro suplente del Presidium del Comité Central y secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) en Uzbekistán. Integraban el grupo tres “técnicos”, encabezados por el “ingeniero Petrov”. En realidad, se trataba del mariscal Biriuzov, viceministro de Defensa y jefe de las Fuerzas Coheteriles Estratégicas de la Unión Soviética, el teniente general S. F. Ushakov, subjefe delestado mayor central de la Fuerza Área Soviética y el general mayor P.V. Ageyev, funcionario de la Dirección de Operaciones del estado mayor central de las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética. Ellos traían la misión del secretario general del PCUS, Nikita Serguéyevich Jruschov, de proponer a la alta dirección cubana la instalación de cohetes nucleares en el territorio para frenar las intenciones estadounidenses de una agresión directa.30

30Tomás Diez Acosta:Octubre de 1962: a un paso del holocausto. Una mirada cubana a la Crisis de los Misiles, pp. 87-88.

La propuesta se aceptó, una vez analizada por la dirección revolucionaria, bajo la consideración de que no solo serviría de contención a las intenciones de una invasión militar directa, sino que formaría parte de la defensa del campo socialista, lo que invariablemente Cuba había estado alegando: el campo socialista debía estar dispuesto a una guerra por cualquier país socialista. También se examinó la repercusión negativa que tendría en América Latina en tanto se crearía, de hecho, una base militar soviética en Cuba.

Fidel Castro planteó que el acuerdo se hiciera público, ya que Cuba tenía derecho de disponer de las armas que entendiera necesarias. Sin embargo, ello no se hizo, a instancias de la parte soviética, que propuso postergar el anuncio para una visita programada de Jruschov a Cuba, después de las elecciones intermedias en los Estados Unidos. Esto polarizó dos posiciones divergentes: la cubana, defendiendo su derecho soberano a poseer las armas que considerara necesarias para su defensa, según el Derecho internacional, y la soviética, de mantener encubierta la operación, incluso apelando al engaño.31

31 El diario cubano Noticias de Hoy daba cuenta de una declaración emitida el 11 de septiembre de 1962 por la agencia de prensa soviética TASS en la que se afirmaba: “… Nuestros recursos nucleares son tan potentes […] dispone de cohetes tan potentes para el transporte de esas ojivas nucleares que no tiene necesidad de buscar un lugar para emplazarlos en cualquier otro punto, fuera de los límites de la Unión Soviética”. En Tomás Diez Acosta: Octubre de 1962: a un paso del holocausto…, p. 135.

La Operación Anádyr32 implicó la formación y el traslado a Cuba de una Agrupación de Tropas Soviéticas (ATS), formada por unos 43 000 soldados y oficiales soviéticos, 1 división de cohetería de alcance intermedio con 2 regimientos para operarla y 3 divisiones de alcance medio, las que en total debían disponer de 40 rampas de lanzamiento, una fuerza aérea integrada por 60 aviones MiG-21, 6 aviones MiG-15, 42 bombarderos ligeros Il-28, 1 regimiento de helicópteros Mi-4, 2 divisiones de cohetes antiaéreos SA-75, con 144 rampas de lanzamientos, una fuerza naval formada por 12 lanchas Komar y 1 regimiento de cohetes tierra-mar. Completaban la dotación 7 submarinos encargados de la protección de los barcos. Para ese traslado se emplearon 85 embarcaciones que realizaron 185 travesías. Anotemos, de paso, que ese extraordinario movimiento naval se realizó sin mayores contratiempos y objetivamente no fue detectado el propósito de ese aumento del movimiento de embarcaciones entre la Unión Soviética y Cuba.

32 Así se nombra un río en la región del noreste de Siberia, el nombre tenía como objetivo la desinformación, y se puede decir que lo cumplió.

Hay que señalar que desde principios de 1962 en los Estados Unidos fue subiendo de tono la propaganda sobre el peligro de armas soviéticas en Cuba y la exigencia de una invasión al país, lo cual llegó a dirimirse por determinados congresistas en plena campaña de elecciones parciales. Los gobiernos latinoamericanos se hicieron eco de tales pretensiones.

No obstante, es bueno señalar que Cuba siempre estuvo dispuesta —como lo está hoy— a solucionar su diferendo con los Estados Unidos mediante negociaciones. En septiembre de 1962 el presidente Osvaldo Dorticós participó en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU); en su discurso, junto a la denuncia de la escalada de las agresiones imperialistas, manifestó:

 

Cuba, oídlo bien, señores delegados, ha estado dispuesta y está dispuesta a dar todos los pasos que se estimen útiles para aliviar estatensión en torno a las relacionescubano-norteamericanas que poneen peligro la paz mundial. Y comoCuba está dispuesta a ello, tiene elderecho moral de emplazar desdeesta tribuna a la delegación del Gobierno de los Estados Unidos paraque diga si el Gobierno de los Estados Unidos está también dispuestoa dar los pasos útiles para superaresta situación de tensión internacional en torno a Cuba.

 

La respuesta de los Estados Unidos, por medio de una declaración mimeografiada circulada entre los delegados, fue:

 

El presidente de Cuba —dijoStevenson— pretendió que Cubasiempre ha estado dispuesta a sostener discusiones con los Estados Unidos para mejorar las relaciones yreducir las tensiones. Pero lo que realmente quiere es que nosotroscoloquemos el sello de la aprobacióna la existencia de un régimen comunista en el hemisferio occidental. Elmantenimiento del comunismo enlas Américas no es negociable. Aúnmás, el problema de Cuba no es unsimple problema de las relacionesCuba-Estados Unidos. Es un problema colectivo para todos los Estadosde este hemisferio.33

33 Ambas citas están extraídas de “Denuncia de Cuba en la Asamblea General de la ONU”, reproducida en las pp. 169-184 de este libro.

 

De lo cual puede deducirse la clara posición de la Administración estadounidense: no reconocer el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación y a elegir su régimen social, no negociar y continuar los preparativos militares para la agresión directa.

A mediados de octubre, los vuelos de aviones espías estadounidenses descubrieron la construcción de las rampas de lanzamiento de cohetes de alcance medio. Desde el 20 de octubre comenzaron a circular rumores en los Estados Unidos sobre acontecimientos importantes. El lunes 22 de octubre se anunció que el presidente comparecería por radio y televisión en una cadena nacional para leer un mensaje de urgencia nacional. En esa comparecencia Kennedy manifestó que tenía pruebas inequívocas de que en Cuba se estaban instalando una serie de bases de proyectiles nucleares, los que calificó de ofensivos, lo cual contradecía las repetidas seguridades de portavoces soviéticos de que el fortalecimiento militar de Cuba conservaría su carácter defensivo. En ese discurso anunció lo que llamó una cuarentena para impedir que llegara a Cuba equipamiento militar que ellos consideraban ofensivo; en realidad un despliegue militar dirigido a implantar un bloqueo naval contra Cuba. Ello desató la crisis.

Ese mismo día Fidel Castro, como comandante en jefe, dio la orden de alarma de combate y Cuba entera se puso en pie de guerra. La movilización se efectuó sin tropiezos y, además, hubo miles de personas que se incorporaron a las milicias en ese momento y también un movimiento popular de sustituir a los movilizados en los centros laborales. El pueblo cubano en esas circunstancias, como señaló Che Guevara, fue todo un Maceo.34

34 Una crónica interesante de lo acontecido en esos días se inserta al final de la segunda parte de este libro. Este documento está tomado de la revista Política Internacional, ed. cit., pp. 105-150.

Paralelo a los debates en el Consejo de Seguridad de la ONU, se inició un intercambio de correspondencia entre Kennedy y Jruschov, como resultado del cual se llegó a un acuerdo entre la Unión Soviética y los Estados Unidos, es decir entre las grandes potencias, sin tener en cuenta a Cuba, para la retirada del armamento soviético e incluso que se inspeccionara esa retirada en suelo cubano.

La respuesta de Fidel fue contundente; estableció claramente que Cuba no permitiría ninguna inspección en su territorio, señalando que quien intentara inspeccionar a Cuba tendría que venir en zafarrancho de combate y condensó en los conocidos Cinco Puntos lo que sí constituía una solución definitiva a la crisis y al conflicto Cuba-Estados Unidos.

Es necesario señalar los principales desaciertos de Jruschov en este proceso y durante la Crisis de Octubre (o Crisis de los Misiles o Crisis del Caribe):

 

– En primer lugar, instalar los cohetes en secreto, lo que permitió a Kennedy, el agresor, presentarse como víctima.– En segundo lugar, pensar que cuando el Gobierno de los Estados Unidos descubriera el hecho de los misiles instalados lo iba a aceptar; no tenía en cuenta la sicología estadounidense, que lo consideraría una amenaza inminente a la que había que responder.–En tercer lugar, negociar la conclusión de la crisis al margende Cuba; la amenaza de invasión al país era una de las causas de la instalación de los misiles, por tanto, este no era un conflicto entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, sino que Cuba era la protagonista por haber sido el escenario principal de los hechos.–En cuarto lugar, concertar el retiro del armamento instalado sin informar a Cuba y, además, pretender que esta aceptara la verificación de ese proceso en su territorio por parte de los Estados Unidos lo que era inadmisible, porque violaba la soberanía del país.

 

La conclusión de la crisis, con los desaciertos mencionados, no brindaba efectivas garantías contra una agresión a la Revolución cubana y los años siguientes se encargaron de demostrarlo.

El libro que presentamos comienza con una “Introducción”. En una primera sección titulada “Antecedentes” hemos reunido la cronología de las relaciones Cuba-Estados Unidos entre 1959 y 1962 y comunicados y declaraciones de Fidel Castro y del Gobierno Revolucionario.

En la segunda, (“La crisis”), documentos emitidos, las comunicaciones intercambiadas con el secretario general interino de la ONU y las cartas entre Fidel y Jruschov durante el desarrollo de la crisis.

En una tercera, titulada “Valoraciones de Fidel sobre la crisis”, incluimos un documento desclasificado e inédito que contiene su intervención en el pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) celebrado los días 25 y 26 de enero de 1968 e intervenciones suyas en la Conferencia Tripartita sobre la Crisis de Octubre celebrada en 1992.

Incluimos la entrevista que Fidel Castro concedió a la periodista María Schriver en septiembre de 1992, que fuera trasmitida en video por la NBC en los Estados Unidos. En ella, esta figura destacada de los medios estadounidenses y sobrina del presidente Kennedy, hizo preguntas sobre las causas y consecuencias de la crisis que, aunque habían sido debatidas en la conferencia tripartita realizada en Cuba ese año, no eran conocidas en los Estados Unidos.

Finalmente cerramos esta sección con las respuestas de Fidel al periodista Ignacio Ramonet recogidas en el capítulo 13 del libro Cien horas con Fidel.

No es el propósito de esta “Introducción” historiar la crisis, ya que existe una abundante literatura al respecto, sino brindar un marco referencial de ella que permita una mejor comprensión del conjunto de documentos que se ofrece al lector. 

I

Antecedentes

Presentación

Esta sección se propone brindar al lector una visión de las relacionesentre Cuba y los Estados Unidos desde el triunfo de la Revolución hasta la víspera de la Crisis de Octubre, con énfasis en el año 1962.

El primer documento amplía la información brindada en la “Introducción” al ofrecer una reseña cronológica detallada del comportamiento de las administraciones de Eisenhower y Kennedy con relación a Cuba, ambas caracterizadas por una creciente hostilidad.

Esa política, siempre dirigida a dañar a Cuba, incluyó el sabotaje económico; la difusión de imágenes negativas de la Revolución: presentarla como una horrible dictadura y como un factor desestabilizador en el Caribe y en América Latina; la utilización para sus planes de la OEA, la cual tras un fuerte cabildeo estadounidense expulsó a Cuba de esa organización; medidas de represalia económica directa; la creación y apoyo a bandas contrarrevolucionarias; y el desarrollo de dos operaciones secretas de gran magnitud: primero la Operación Pluto, cuyo punto culminante fue el desembarco en la Bahía de Cochinos y su derrota en Playa Girón, y después la Operación Mangosta, reseñada en la “Introducción”, la cual contemplaba su culminación en octubre de 1962 con la posible intervención del Ejército de los Estados Unidos. En estas circunstancias, como ha señalado Fidel, llegó el ofrecimiento de la Unión Soviética de instalar en Cuba cohetes con cabezas nucleares, lo cual fue aceptado considerándolo como parte de la defensa del entonces campo socialista.

Se realizó así el mayor traslado de equipamiento militar, cohetería y tropas de la Unión Soviética a Cuba, sin que este proceso fuera detectado.

A mediados de octubre de 1962 un avión U-2 fotografió rampas de lanzamiento de los cohetes en el occidente de Cuba; la respuesta de la Administración Kennedy, el 22 de octubre de 1962, dio inicio a la crisis.

Los documentos incluidos en esta sección contribuyen a una comprensión de la dinámica de ese momento de la historia contemporánea.

 

Posición del Gobierno de los Estados Unidos en sus relaciones con el Gobierno Revolucionario de Cuba. Enero de 1959 a octubre de 196235

35Documento elaborado por el MINREX. Tomado de la revistaPolítica Internacional, ed. cit., pp. 151-183.

 

 

 

 

 

La característica general de las relaciones cubano-norteamericanas en el periodo transcurrido desde el triunfo de la Revolución, el 1.º de enero de 1959, hasta el mes de octubre de 1962, ha sido la constante agresión por parte del imperialismo norteamericano a la Revolución cubana. Esta agresión ha adoptado, durante dicho periodo, diversas formas: desde los ataques verbales de distintos funcionarios y congresistas norteamericanos, personalidades políticas y económicas y órganos de prensa, hasta la agresión armada en Playa Girón, en abril de 1961, incluyendo todo tipo de presiones económicas, subversión, hostigamientos militares, agresiones políticas y diplomáticas.

En esta campaña, como se comprobará en el curso de los hechos que se relacionan a continuación, el objetivo estratégico del Gobierno de los Estados Unidos ha sido la destrucción de la Revolución cubana.

1959

ENERO

1.º Al momento mismo del triunfo de la Revolución, se produjo el primer acto de hostilidad por parte del Gobierno de los Estados Unidos, al ofrecer hospitalidad y asilo político en su territorio a los criminales de guerra que en la madrugada del 1.º de enero huyeron hacia ese país. Posteriormente, y a pesar de reiteradas demandas del Gobierno Revolucionario, el Gobierno de los Estados Unidos se negó, en todo momento, a permitir la extradición de estos delincuentes comunes.

7 Tras la victoria de la huelga general que amplió y consolidó el movimiento insurreccional organizado y dirigido por Fidel Castro, el Gobierno de los Estados Unidos reconoció al Gobierno Revolucionario de Cuba. Tres días más tarde, el embajador norteamericano Earl T. Smith fue sustituido. Su complicidad con la tiranía derribada exigía de las autoridades norteamericanas un cambio en la representación diplomática. Sustituyó días después a Smith, el embajador Phillip W. Bonsal.

15El Departamento de Estado aseveró, en un despacho de prensa, que la política norteamericana hacia la Revolución cubana “ha sido estrictamente de no intervención en los asuntos internos de Cuba, y el papel desempeñado por el embajador (Smith) se ha conformado siempre a esta política”.

No obstante esta declaración, meses después los propios embajadores norteamericanos en Cuba entre 1953 y 1959, Arthur Gardner y Earl T. Smith, admitirían ante comités congresionales su actuación injerencista. En cierta ocasión, el exembajador Gardner llegó a expresar cínicamente que en Cuba, antes del triunfo de la Revolución, el embajador norteamericano era la segunda figura política ejecutiva, después del presidente. Los hechos prueban que, muchas veces, fue la primera figura ejecutiva.

En el aludido despacho de prensa se afirmaba que “la acusación de que los Estados Unidos suministró armamentos a las operaciones de Batista contra los rebeldes o que las misiones colaboraron a estas operaciones, es falsa”. A pesar de esta rotunda afirmación, la realidad había sido otra, como lo demostró, con hechos irrefutables, el Gobierno Revolucionario.

21Las sanciones impuestas a los criminales de guerra, autores de crímenes abominables con un saldo de 20 000 muertos, provocaron las primeras reacciones de hostilidad hacia la Revolución cubana en los Estados Unidos, manifestadas a través de numerosas expresiones de hipócrita condena a tan justa medida, exigida y apoyada por el pueblo cubano. Su pleno y militante respaldo a dicha medida quedó reafirmado en la gran concentración efectuada en La Habana este día.

Para ilustrar la actitud norteamericana, basta recordar que un grupo de congresistas solicitó el día 15 la intervención del Departamento de Estado en el asunto. El representante Wayne Hays declaró que debía considerarse el envío de tropas a Cuba, además de sanciones económicas, tales como la rebaja de la cuota azucarera y el embargo comercial.

27El secretario de Estado norteamericano, John Foster Dulles, anunció el retiro, demandado por el Gobierno Revolucionario, de la Misión Militar de los Estados Unidos estacionada en Cuba, asesora del derrotado Ejército de la tiranía, y acusada de participar activamente en la lucha contra el Ejército Rebelde.

FEBRERO

2 Allen Robert Mayer, ciudadano norteamericano, fue arrestado a bordo de una avioneta, en la cual se había introducido ilegalmente en territorio cubano con el fin de atentar contra la vida del comandante Fidel Castro.

MARZO

3 El Gobierno Revolucionario intervino la Cuban Telephone Company, subsidiaria del consorcio norteamericano International Telephone and Telegraph, y dispuso la rebaja de las tarifas por suministro de servicio eléctrico, en manos de una subsidiaria del consorcio norteamericano American Foreign Power. Ambas empresas representaban los más odiados monopolios norteamericanos establecidos en Cuba y sus servicios eran los más caros y deficientes que padecía el pueblo.

30 Desde los primeros momentos, miembros de la CIA del Gobierno de los Estados Unidos, conjuntamente con elementos provocadores de Cuba y de la región del Caribe, se dieron a la tarea de preparar invasiones a otros países, como República Dominicana, Panamá y Nicaragua, con el propósito de involucrar al Gobierno Revolucionario en actividades comprometedoras.

Tratando de cohonestar la burda maniobra, el general Maxwell Taylor, jefe de estado mayor del Ejército de los Estados Unidos, declaró este día ante el Congreso que “la Revolución cubana podría ser el comienzo de una serie de convulsiones en América Latina, que darán oportunidades a los comunistas para tomar posiciones”. No escapó al Gobierno imperialista de los Estados Unidos que el ejemplo de una revolución triunfante en Cuba estimularía a los pueblos de América Latina en la lucha por su liberación nacional y social y, por eso, desde los primeros momentos, intentó presentar a Cuba como un foco de subversión en el hemisferio.

ABRIL

15 Invitado por la Sociedad de Directores de Periódicos, arribó a Washington el primer ministro del Gobierno Revolucionario, Fidel Castro. En el discurso pronunciado en dicha Sociedad, el primer ministro fijó, con precisión y claridad, la posición nacional e internacional de la Revolución cubana. Señaló que solamente buscaba comprensión en los Estados Unidos, a diferencia de otros mandatarios latinoamericanos que visitaban ese país con ánimo de solicitar limosnas de sus gobernantes. En marcado contraste con la frialdad oficial, el primer ministro Castro fue objeto de cálida recepción por el pueblo norteamericano y, particularmente, por los cubanos y latinoamericanos residentes en ese país.

MAYO

2 En la Conferencia del Comité de los 21, auspiciada por la OEA, el primer ministro Fidel Castro planteó que la delegación cubana estimaba que “un préstamo por diez años de 30 000 millones dedólares es preciso para llevar a cabo el desarrollo económico de América Latina”.

La reacción oficial norteamericana fue calificar su propuesta de “demagógica”. Poco menos de dos años después, el 13 de marzo de 1961, el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, anunciaría el plan llamado “Alianza para el Progreso”, en el que se ofrecían, demagógicamente, promesas de préstamos por diez años a América Latina ascendentes a 20 000 millones de dólares.

17 El Gobierno Revolucionario de Cuba promulgó la Ley de Reforma Agraria. El 11 de junio, el Gobierno de los Estados Unidos, en nota entregada por el embajador Bonsal, expresaba:

 

Los Estados Unidos reconocen que, según el Derecho internacional, un Estado tiene la facultad de expropiar dentro de su jurisdicción para propósitos públicos y en ausencia de disposiciones contractuales o cualquier otro acuerdo en sentido contrario; sin embargo, este derecho debe ir acompañado de la obligación correspondiente por parte de un Estado en el sentido de que esa expropiación llevará consigo el pago de una pronta, adecuada y efectiva compensación.

 

En la respuesta del Gobierno cubano a esta nota, se reiteró que

 

es facultad inalienable del Gobierno Revolucionario dictar, en el ejercicio de su soberanía y al amparo de tratados, convenciones y pactos de carácter universal, las medidas que juzgue más adecuadas para impeler y asegurar el desarrollo económico, el progreso social y la estabilidad democrática del pueblo cubano.

En consecuencia, declaraba la nota cubana, el Gobierno Revolucionario “se arroga la facultad de decidir lo que estime más acorde con los intereses vitales del pueblo cubano, y no admite, ni admitirá, ninguna indicación o propuesta que tienda a menoscabar, en lo más mínimo, la soberanía y la dignidad nacionales”.

El Gobierno Revolucionario declaraba la imposibilidad material de las condiciones de pago exigidas en la nota norteamericana y afirmaba que “nunca ha renunciado al diálogo ni desconocido la opinión disidente”.

La promulgación de la Ley de Reforma Agraria señaló el inicio de una nueva etapa en las relaciones cubano-norteamericanas, caracterizada por el tránsito de actitud hostil a la agresión directa por todos los medios al alcance del imperialismo. Esta etapa comienza con las medidas de represalia económica adoptadas por el Gobierno norteamericano; prosigue a través de agresiones políticas, como el rompimiento de relaciones diplomáticas y las presiones sobre los gobiernos latinoamericanos para lograr el rompimiento colectivo con Cuba; adquiere nuevo sesgo con la agresión armada en Playa Girón; y culmina con la crisis provocada en el mes de octubre de 1962, poniendo al mundo al borde de una guerra termonuclear.

JULIO

8 El Congreso norteamericano acordó otorgar mayores facultades al presidente para suspender la ayuda extranjera a todo país que “confiscara propiedades norteamericanas sin justa compensación inmediata”.

14 La Subcomisión de Seguridad Interna del Senado de los Estados Unidos dio inicio a una serie de audiencias a desertores de las fuerzas armadas cubanas y del Gobierno Revolucionario, así como a criminales de guerra de la tiranía derrocada, reclamados como tales por las autoridades cubanas. En el curso de los meses posteriores, comparecieron ante la subcomisión, entre otros, el exjefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria, Pedro Luis Díaz Lanz; el notorio verdugo coronel Manuel Ugalde Carrillo; el general Francisco Tabernilla, jefe del Ejército de la tiranía; Andrés Rivero Agüero; presidente electo en la farsa comicial organizada por la tiranía en 1958; y Rafael Díaz-Balart, conocido paniaguado de Batista.

AGOSTO

8 Las autoridades cubanas detuvieron al sargento Stanley F. Wesson, acreditado como miembro del servicio de seguridad de la Embajada de los Estados Unidos en La Habana, y a otra empleada de aquella, en una reunión de elementos contrarrevolucionarios, en la que se preparaban actos de sabotaje coordinados con los planes de invasión a Cuba fraguados en República Dominica, y destruidos por la acción de las autoridades cubanas.