Erhalten Sie Zugang zu diesem und mehr als 300000 Büchern ab EUR 5,99 monatlich.
Para el doctor Enrique Santos Jara, prologuista de este libro: Los orígenes teóricos de la economía popular y solidaria (EPS) están en la visión socialista utópica de la democratización de la propiedad, modificada durante casi 200 años por el pensamiento económico marxista, keynesiano y socialdemócrata, así como por los aportes de Polanyi y de la doctrina social de la Iglesia católica. La filosofía política del Buen Vivir estimuló con fuerza este concepto y su aplicación., al punto de que, en el año 2011, en pleno auge de la Revolución ciudadana, la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó la Ley Orgánica de la EPS. En este libro se sistematiza y analiza este proceso desde la perspectiva de la economía política marxista.
Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:
Seitenzahl: 217
Veröffentlichungsjahr: 2024
Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:
Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo la sanción establecida en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo público. Si precisa obtener licencia de reproducción para algún fragmento en formato digital diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org o entre la web www.conlicencia.com EDHASA C/ Diputació, 262, 2º 1ª, 08007 Barcelona. Tel. 93 494 97 20 España.
Premio Editorial UH 2021
Jurado Ciencias Económicas y Contables
Dra. Carola Salas Couse (presidenta)
Dr. Antonio Romero Gómez
Dra. Sarah Rodríguez Torres
Edición:
Alexander Machado Tineo / Luna Companioni Suárez
Diseño de perfil de la colección:
Alexis Manuel Rodríguez Diezcabezas de Armada / Claudio Sotolongo
Diseño:
Maday García Cáceres
Composición:
Dariel León Laffita / Cecilia Sosa Díaz / Héctor Vladimir Potete Muñoz
Control de la calidad:
Marilé Ruiz Prado
Imagen de cubierta:
Isadora Romero
Conversión a ebook:
Grupo Creativo RUTH Casa Editorial
Sobre la presente edición
© Nila Marisol Plaza Macías, 2023
© Lázaro Díaz Fariñas, 2023
© Editorial UH, 2024
Isbn
9789597265764
Editorial UH
Dirección de Publicaciones Académicas,
Facultad de Artes y Letras,
Universidad de La Habana
Edificio Dihigo, Zapata y G,
Plaza de la Revolución,
La Habana, Cuba. CP 10400.
Correo electrónico
Facebook: editorial.uh.98
El presente trabajo –Economía popular y solidaria: ¿el trabajo antes que el capital?– se adentra en una de las novedades del socialismo del sigloxxien Ecuador: la economía social y solidaria. En el transcurso de sus páginas se analizan las posibilidades reales de su desarrollo en los marcos del capitalismo contemporáneo, al tiempo que se estudian las contradicciones que interfieren en la aplicación de ese modelo ya utilizado en el país, con relativo éxito, como forma de organizar la economía popular.Este análisis enriquece el debate sobre el socialismo en el sigloxxi,en especial sobre aquellas experiencias de marcado corte reformista.
Como antecedente para un estudio marxista acerca de cualquier camino reformista que se desarrolle en Nuestra América, valdría la pena recordar los trabajos del doctor Carlos Rafael Rodríguez cuando criticó los caminos reformistas del cepalismo. Dado que las experiencias recientes de la economía popular y solidaria trajeron avances sociales en Ecuador bajo el gobierno de Rafael Correa, y que estos avances comenzaran a ser destruidos por el gobierno de Lenín Moreno, resurge la temprana alerta que Carlos Rafael planteara a los líderes de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) en 1969:
Adviértase que no estamos postulando inexorablemente una concepción socialista del desarrollo. Quienes hagan una verdadera revolución en América Latina encontrarán que su proceso los conducirá de modo inevitable hacia transformaciones cada vez más profundas. Pero para obtener un simple desarrollo con independencia, como el que se postula por [la]Cepal, será necesario acometerlo mediante un proceso de auténtica revolución popular. No hay otra alternativa.
Quienes emprendan la reforma evolutiva de los niveles de ingreso se encontrarán con la resistencia organizada de los sectores sociales privilegiados de América Latina y de sus protectores militares. […] Por ello, tendrán que afrontar […] este dilema: o se deciden a realizar las transformaciones por las vías revolucionarias, o se sufrirá la misma derrota que todos los procesos reformistas experimentaron en las últimas décadas latinoamericanas (Rodríguez 1983, p. 283).
Llama la atención la tremenda vigencia que tienen estas palabras, quizás mucho más hoy que cuando fueron pronunciadas. En este sentido, podemos afirmar que el estudio de las nuevas experiencias históricas de la economía popular y solidaria, vinculadas al llamado socialismo del sigloxxi, exige que la teoría revolucionaria se enriquezca y abra paso a nuevas estrategias revolucionarias.
Los autores de la presente obra –Nila Marisol Plaza Macías y Lázaro Díaz Fariñas– vinculan el interés nacional con el interés clasista y logran hacerlo de una manera acertada, algo que ha sido histórica y prácticamente uno de los problemas más complejos e importantes en la lucha de los pueblos del sur. Cada autor, reformista o revolucionario, incorpora, como regla, una tradición teórica a la propia lógica interna de su concepción, con el fin de dar respuestas a la problemática de su tiempo. Todo autor hereda sus fuentes teóricas, pero, al hacerlo, establece su propia jerarquización y coherencia, desarrolla y perfecciona esos conceptos y, sobre todo, identifica la propia problemática objetiva a la que debe dar respuesta teórica y práctica en ese periodo histórico, en correspondencia con los rasgos culturales de la nación. El problema más urgente y decisivo a resolver en las condiciones concretas de la Revolución ciudadana en Ecuador, tanto en lo teórico como en lo práctico, ha sido, sin dudas, encontrar salida al subdesarrollo, algo que se repite en nuestra región, la más desigual del planeta. El devenir histórico de las naciones de Nuestra América muestra que, para salir del subdesarrollo, nuestros pueblos deben adquirir fortalezas y aprovechar sus oportunidades con mucho mayor riesgo que otros Estados.
La teoría marxista de la lucha de clases ha sido cuestionada por los reformistas a lo largo de toda su historia. Quienes hoy, desde posiciones del socialismo del sigloxxi, rechazan el concepto de «dictadura del proletariado», rechazan algo de lo más esencial de la teoría desarrollada por Marx. Precisamente, parte de lo más novedoso que se aprecia en este libro es el recorrido histórico y teórico que apreciamos, hasta hoy, por el pensamiento socialista pequeñoburgués. Como profesor de Historia del Pensamiento Económico, recibo con satisfacción un trabajo que reconoce la importancia de la crítica marxista a autores como Sismondi, Proudhom y Polanyi, o a la doctrina social de la Iglesia católica, y los aproxima a proyectos reformistas de solución, como es la economía popular y solidaria. Es preciso reconocer en el enfoque de este tipo de economía la importancia que se le concede al camino cooperativo en la transformación socialista, tal comosupo defender Marx –en especial, en su reconocimiento sobrelos aciertos que tuvo la Comuna de París–, cuando nos habla de los«trabajadores libres asociados» en su libroLas luchas de clases en Francia(Marx [1850] 2015), o enEl capital(Marx [1894] 1973, t. III, capítulo 27).
Marx supo reconocer las limitaciones del cooperativismo en lo interno de la sociedad capitalista y, al mismo tiempo, argumentó con solidez científica a favor del cooperativismo dentro de la sociedad socialista. Hay cierta correspondencia entre el presente volumen y la crítica de Marx a la economía política socialista pequeñoburguesa, muy actual desde el punto de vista de las observaciones realizadas por Nila y Lázaro al fenómeno en cuestión del caso ecuatoriano.
Otro valor del libro es que se definen las fuentes teóricas que sustentan la economía popular y solidaria en su devenir histórico, desde inicios del sigloxixhasta la actualidad. Asimismo, se realiza el análisis teórico del proceso de recepción crítica, asimilación e innovación de la teoría económica eurocéntrica, relacionada con la concepción del socialismo pequeñoburgués, muy influyente en el pensamiento económico sobre la economía social y solidaria en los marcos del socialismo del sigloxxi.
La obra devela las contradicciones en las que se inserta este modelo: contradicciones entre el capital y el trabajo, entre la acumulación y el consumo, entre el desarrollo económico y el social. También se resalta la función de la economía popular y solidaria como segmento productor de plusvalía relativa funcional a la acumulación del capital rentista. Por último, se expone una valoración de los principales aciertos y límites de las políticas públicas vinculadas al desarrollo de la economía popular y solidaria. Se resalta cómo esta ha constituido un programa deliberado, orientado a paliar la precariedad social y económica, más que un motor de desarrollo en sí misma.
El inicio del sigloxxisignificó un escenario propicio para la búsqueda de modelos alternativos al neoliberal que, de manera generalizada, se venía aplicando. Algunos países de América Latina, como Venezuela, Ecuador y Bolivia, se propusieron cambios en favor de la sociedad y lograron, incluso, reformar sus respectivas constituciones con el propósito de inducir transformaciones estructurales que condujeran a una ruptura con respecto al modelo neoliberal imperante desde finales de los años 60. Esta trayectoria fue asumida por Ecuador, con sus características propias, a partir del año 2007. Desde una posición multiclasista el país se adentró en un proceso de transformaciones políticas que tuvieron la marca de esa propia realidad, y se lograron importantes transformaciones políticas, económicas y sociales en la denominada Década ganada.
Este libro, sin lugar a dudas, somete a crítica revolucionaria uno de los aspectos más innovadores de la propuesta ecuatoriana: la economía popular y solidaria. En las páginas que siguen se estudian sus aportes y se profundiza en sus límites, a partir de una visión desprejuiciada y propia de quienes sienten el problema desde sus adentros y llegan a importantes conclusiones que debieran ser tomadas en cuenta, desde un bando u otro, por quienes creen en las posibilidades que ofrece este modelo de desarrollo e inclusión social.
Una de las conclusiones más importantes a la que arriban los autores tiene que ver con la autonomía relativa de esta economía. En este sentido, la crítica es aplicable a cualquier punto de partida, tanto a las visiones desde la izquierda como a las de derecha. Según plantean Nila y Lázaro, esta economía «a pesar de su buena intención popular y solidaria, queda “atrapada” en el entramado de leyes y contradicciones del capitalismo y, paradójicamente, le resulta funcional a la acumulación capitalista», además de que «ha constituido indirectamente un medio de explotación de la clase trabajadora que, si bien ha contribuido a incrementar el consumo de las clases bajas fundamentalmente, no resuelve las brechas existentes».
Luchar contra la pobreza no significa que se es revolucionario, ello depende de la forma en que se lleva a cabo esa lucha. Solo emancipando al trabajo del capital se es consecuente con la lucha contra la pobreza de forma revolucionaria. Marx concedió una gran importancia a la emancipación del trabajo por medio del trabajo cooperativo, algo que en la experiencia de la Comuna escandalizó a los portavoces de la sociedad capitalista:
¡La Comuna, exclaman, pretende abolir la propiedad, base de toda civilización! Sí, caballeros, la Comuna aspiraba a abolir esa propiedad de clase que convierte el trabajo de muchos en la riqueza de unos pocos. La Comuna aspiraba a la expropiación de los expropiadores. Quería convertir la propiedad individual en una realidad, transformando los medios de producción, la tierra y el capital, que hoy son fundamentalmente medios de esclavización y de explotación del trabajo, en simples instrumentos de trabajo libre y asociado. ¡Pero eso es el comunismo, el «irrealizable» comunismo! Sin embargo, los individuos de las clases dominantes que son lo bastante inteligentes para darse cuenta de la imposibilidad de que el actual sistema continúe –y no son pocos– se han erigido en los apóstoles molestos y chillones de la producción cooperativa. Ahora bien, si la producción cooperativa ha de ser algo más que una impostura y un engaño; si ha de sustituir al sistema capitalista; si las sociedades cooperativas unidas han de regular la producción nacional con arreglo a un plan común, tomándola bajo su control y poniendo fin a la constante anarquía y a las convulsiones periódicas, consecuencias inevitables de la producción capitalista, ¿qué será entonces, caballeros, más que comunismo «realizable»? (Marx y Engels 1981, p. 130).
Es casi seguro que los pueblos autóctonos de Nuestra América tiendan a buscar en sus propias culturas ancestrales las soluciones de sus problemas. Las experiencias de Fidel Castro y de Hugo Chávez nos dan un buen ejemplo –sin renunciar a Marx–, pues el uno acudió a Martí y el otro acudió a Bolívar. En Rafael Correa apreciamos el sumak kawsay –o buen vivir– que ha subsistido en la memoria histórica de las comunidades indígenas de la región andina como un sentido de vida, una ética, que ordena la vida de la comunidad y que ha sido incorporado como fundamento de las acciones que articulan lo individual y lo comunitario, en relación directa con y desde proyectos políticos de descolonización y despatriarcalización.
Esperamos que la filosofía del socialismo del buen vivir resurja de forma renovada y con fuerza ancestral junto a Marx, Lenin, Mariátegui, Gramsci, Che, Fidel y Chávez, y que en unión con los pueblos de Nuestra América establezca el poder legítimo del pueblo y, aún más, que derrote al «Norte revuelto y brutal que nos desprecia» y a sus obedientes oligarquías locales.
Ernesto Molina Molina
Noviembre, 2020
Marx, C. ([1850] 2015). Las luchas de clases en Francia. Madrid: Fundación Federico Engels. ISBN: 978-84-16285-13-6. Disponible en https://www.fundacionfedericoengels.net/images/PDF/marx_luchas-clases-francia_interior.pdf
Marx, C. ([1894] 1973). El capital. Crítica de la economía política, t. III. La Habana: Ciencias Sociales.
Marx, C.; Federico E.(1981).Obras escogidas, t. II. Moscú: Editorial Progreso.
Rodríguez, C.R. (1983). «Discurso en el decimotercer periodo de sesiones de Cepal», Lima, 10 de abril de 1969. En Letra con filo, p. 281, t. II. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales.
ᵜ
Economía popular y solidaria:
¿el trabajo antes que el capital?
A Dios, mi fuente de paz. A mi familia, especialmente a mis padres, que con su ejemplo de trabajadores incansables han forjado en mí el camino de superación constante. A mis maestros, a la Dra. Zoe Medina Valdés y a la Dra. Sarah Rodríguez Torres, por sus sabias orientaciones en la realización de esta obra. A mis amigos, por su apoyo incondicional. A las autoridades de la Universidad Técnica de Manabí y a las autoridades y docentes de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, por impulsarme en la realización de este trabajo.
Al Dr. C. Lázaro Díaz Fariñas, por su apoyo constante, quien con sus sabias enseñanzas me guió en todo el proceso de esta investigación.
A mis familiares y amigos de siempre.
¡Infinitas gracias!
Nila Marisol Plaza Macías
A mi Zoíta, por el sostén. A Ahmed y Sadán, por el futuro. A los que creen que otro mundo es posible, a los que luchan por lograrlo con la inspiración de que hoy es el momento y no podemos dejarlo para mañana. A los ecuatorianos, gente humilde y bondadosa, a quienes hicieron posible la Revolución ciudadana, faro y guía de las luchas en el Ecuador de estos tiempos.
Lázaro Díaz Fariñas
ᵜ
Me encontraba en la República Bolivariana de Venezuela en cumplimiento de una misión, cuando recibí una llamada de mi esposa para advertirme que revisara el correo, que tenía orientaciones suyas –como jefa del departamento de Desarrollo Económico, donde he laborado durante los últimos 20 años, y como presidenta del comité académico del doctorado en Economía Política– y de la decana, la Dra. Silvia Odriozola Guitar. Esta última me encargaba guiar, a mi regreso en los próximos meses, una tesis sobre economía popular y solidaria en Ecuador, además me advertía que debía «esmerarme» porque se trataba de la vicedecana de la Escuela de Economía de la Universidad Técnica de Manabí, entidad con la que se fomentaban lazos fuertes de colaboración académica. Aquello me activó cierto prejuicio influido por el escenario donde me encontraba, en el que la distinción académica tenía poco valor para los luchadores sociales que compartíamos la misión.
Realmente agradeceré siempre que me hayan tomado en cuenta –a pesar de la distancia– para guiar aquel proceso de investigación, cuyo propósito era la realización de una tesis como parte de nuestro doctorado en Economía Política. Este agradecimiento se encauza en dos sentidos; primero, por el tema en sí mismo, algo que hacía tiempo rondaba mis expectativas, pero sin la posibilidad de realizarlo debido al cúmulo de trabajo que siempre tenemos en nuestro ámbito; segundo, por la persona que me tocó guiar: en el mundo que nos ha tocado vivir no siempre encuentras una personalidad como la de Nila, alejada de toda soberbia, con la mansedumbre propia de su origen campesino, humilde, bondadosa y laboriosa. Le agradezco siempre que nos haya seguido, especialmente por la ruptura que tuvo que experimentar consigo misma, en especial si tenemos en cuenta su propia formación académica, muy influenciada por el pensamiento económico dominante en los últimos 40 años –el neoliberalismo–. Creo que para ella ha sido un desafío aceptar la guía de un pequeño grupo de «locos» que creemos en la pertinencia de la teoría marxista para explicar los problemas de nuestro tiempo, en especial con respecto a la economía política. A lo anterior habría que añadir lo difícil que debe resultar el tratamiento de un tema en muchos casos contradictorio con la fe religiosa para quien, como Nila, es una católica ferviente a toda prueba. Fue muy aleccionador para ambos; en mi caso, por mi condición no solo de marxista, sino también ateo, en un tema donde abundan tantos encuentros y desencuentros entre la teoría marxista y la doctrina social de la Iglesia católica.
Mi conocimiento sobre el tema de la economía popular estaba muy influido por lo observado sobre su desarrollo en México,pero muy especialmente por los discretísimos y aislados resultadosque habían tenido esas experiencias en Venezuela y en Cuba, donde ni siquiera se le reconoce el carácter de popular –y para nada solidario– a los nuevos emprendimientos basados, como regla, en el principio smithiano de guiarse por la oferta y la demanda. En mí rondaba la idea de que se magnificaba elfenómeno y de que, en el caso ecuatoriano, como en el venezolano,segnificaba que estos emprendimientos no solo no contribuían al desarrollo, sino que en todo caso seguían consumiendo renta petrolera. Si algo podía destacarse de ellos era su lugar en la generación de empleo, a partir de la redistribución de la renta petrolera en un escenario de lucha contra la pobreza y la pobreza extrema, y no como elementos esenciales en la producción potencial de nuevos productos que superaran el carácter rentista de la economía del país.
La vida y la investigación demostraron en parte mis suposiciones, pero si algo me quedó claro era que el caso ecuatoriano tenía sus propias especificidades; entre ellas, una rica historia de experiencias de economía popular –algunas surgidas de sus propias entrañas y otras concebidas a la luz de la Guerra Fría, como aquellas iniciativas nacidas en la década del 60 de la mano de la Alianza para el Progreso.
Además de lo descrito hasta aquí, desde la praxis inmediata siempre me resultó muy determinista afirmar que en la cooperativa –forma más extendida de economía social y solidaria– se terminaba con la explotación del hombre por el hombre, algo que en nuestro mundo académico se afirma una y otra vez. En este libro intentamos demostrar que eso no es posible en los marcos del sistema capitalista, donde las relaciones sociales que dibuja el sistema son determinantes en la configuración social. El capitalismo se ha encargado de conectar a millones de trabajadores con el ciclo del capital. Ningún tipo de empresa, por más autárquica y aislada que pueda presentarse, puede vivir y sobrevivir a esta marea de tentáculos que es el pulpo del capital. Pretender crear un sistema de economía popular y solidaria donde haya una real prelación del trabajo sobre el capital es una linda utopía, pero no más que eso. Resolver este dilema, o sea, convertir la utopía en realidad, implica construir «la otra economía», que depende del desarrollo de «la otra sociedad» y viceversa. En ese camino hay que resolver las contradicciones que estudia este libro, sin pretender que esta es la solución o el camino inmediato. En todo caso, son pasos en el devenir histórico para la superación del capitalismo.
Durante el proceso de investigación nos percatamos de lo profuso del tema. Esto nos alertó y alentó a darle una mirada distinta alejada del romanticismo económico imperante en aquel escenario, marcado por un subjetivismoa prioriy por el tratamiento de la economía popular y solidaria en grado superlativo en el ámbito microeconómico, únicamente como vía para la eliminación de la pobreza y la pobreza extrema. Había primeramente que desmitificar el tema, ponerlo en su perspectiva histórica, situarlo en su lugar en la lucha de clases contemporánea, sin lugar a dudas tarea difícil en un escenario donde los principales líderes, incluido Rafael Correa, no aceptan los corolarios de la lucha de clases. Sin descalificar el trabajo de la Revolución ciudadana con relación al tema y los esfuerzos de sus líderes, especialmente de Correa, creímos oportuno darle una mirada desde el marxismo, en especial desde la economía política. La economía popular y solidaria en Ecuador, a pesar de su enorme importancia en la reproducción social de ese país, no está desconectada de la economía capitalista, en todo caso es afín al proceso de acumulación del capital de forma directa e indirecta. Esta lección es la más importante del presente libro.
Los resultados que aquí se presentan tienen como pretensión iluminar los propósitos de los futuros agentes del cambio social en Ecuador, transmitir aquellos aspectos que identificamos como positivos y, lo que creo más importante, develar las contradicciones presentes en aquella sociedad, las cuales deben ser asumidas por un futuro gobierno de izquierda si de economía popular y solidaria se trata.
Nuestra obra tiene también, como propósito secundario, poner en perspectiva revolucionaria los resultados de la izquierda en su gestión de gobierno respecto al tema tratado. Pretende desmitificar la idea de que únicamente los retrocesos se deben al proceso de derechización en curso, sino que obedece, además, a la incapacidad de la izquierda en los marcos del reformismo pequeñoburgués para llevar a cabo transformaciones profundas en el agregado social y hacer una apuesta real, objetiva, por los pobres. Es necesaria una alianza efectiva con estos en un constante proceso de transformación revolucionaria, que nos lleve al desarrollo delsocialismo del sigloxxio, mejor, alsocialismo del buen vivir, donde se juntan la transición al socialismo y los procesos de despatriarcalización y descolonización de los pueblos ancestrales, y de aquellos nacidos al calor de una nación construida por el colonialismo y el neocolonialismo, en un pueblo especialmente explotado. No solo alejándonos de los dogmas del socialismo histórico, aprendiendo de sus errores, como señaló en su momento Correa, sino, sobretodo, mediante el desarrollo innovador de un socialismo que no seacalco ni copia, sino creación heroica, como diría Mariátegui. Ese calco y copia no solo es aplicable al socialismo histórico (denominado «socialismo real»), sino también a las experiencias decorte pequeñoburgués.
Ecuador tiene un pueblo con espíritu de lucha, especialmente sus sectores populares, indígenas, estudiantes, que han demostrado ser los elementos fundamentales del cambio desde los años 90 del pasado siglo hasta la fecha, en su lucha contra el neoliberalismo. Ecuador ha demostrado ser un pueblo capaz de enrumbarse y alcanzar otros objetivos históricos.
El hecho de que escriba sobre una realidad que no es la que vivo, no me exime de la responsabilidad revolucionaria de hacerlo sobre ese país con el que me unen tantos lazos afectivos. En mi nombre y en el de Nila, dedicamos este libro a todos los que creen en la Década ganada, a pesar de sus limitaciones, a los que creen que podemos llegar al socialismo por vías distintas a las del pasado. Ambos creemos que los fundamentos de la sociedad ecuatoriana y de una Latinoamérica futura se encuentran en sus entrañas, en su tierra bañada por las lágrimas, el sufrimiento, el sudor y la sangre de millones de sus hijos, fertilizada por la alegría, el espíritu de lucha y las ricas tradiciones de nuestras naciones que, más temprano que tarde, seguirán una senda distinta de la neoliberal, esa larga noche neoliberal que solo nos ha dejado el dolor y la muerte, la exclusión y la miseria, el hambre y las enfermedades.
Creo fervientemente que otro mundo es posible, mundo al que llegaremos no por una alfombrada senda de pétalos de rosas, sino por la lucha y el sacrificio humano de todos nosotros. En ese camino a recorrer es importante el desarrollo de «la otra economía», que nos conduzca a la nueva sociedad. En ese camino la economía popular y solidaria tiene una agenda propia; tiene que sacudirse, en su proceso liberador, de las contradicciones capitalistas. Esa es la apuesta de lucha que ofrece este libro para el contexto ecuatoriano contemporáneo. Esperamos habernos acercado al menos a ese problema y fertilizar el debate revolucionario en una época dominada por un capitalismo cada vez más depredador, rentista, excluyente y conservador, propio de esta etapa en la época del imperialismo.
Lázaro Díaz Fariñas
La Habana, 6 de octubre de 2020
ᵜ