Educación superior y empleo en el Perú: una brecha persistente -  - E-Book

Educación superior y empleo en el Perú: una brecha persistente E-Book

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La brecha entre la educación superior y el empleo puede haber existido desde hace mucho tiempo en el Perú, pues las universidades y los institutos no siempre se conectan con las empresas y organizaciones para captar sus demandas de personal y adecuar sus contenidos formativos. Sin embargo, a pesar del auge reciente experimentado en la oferta de educación superior como respuesta a la creciente demanda, la brecha persiste y hasta parece haberse ampliado. Este libro trata sobre dicha desconexión desde sus múltiples aristas.

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© Gustavo Yamada y Pablo Lavado, editores, 2017

De esta edición:

© Universidad del Pacífico

Jr. Gral. Luis Sánchez Cerro 2141

Lima 15072, Perú

www.up.edu.pe

EDUCACIÓN SUPERIOR Y EMPLEO EN EL PERÚ:

UNA BRECHA PERSISTENTE

Gustavo Yamada y Pablo Lavado (editores)

1.ª edición: octubre 2017

Diseño de la carátula: Ícono Comunicadores

ISBN ebook: 978-9972-57-377-4

BUP

Educación superior y empleo en el Perú : una brecha persistente / Gustavo Yamada y Pablo Lavado, editores. -- 1a edición. -- Lima : Universidad del Pacífico, 2017.

204 p.

1. Subempleo -- Perú

2. Educación superior -- Perú

3. Profesionales -- Trabajo -- Perú

I. Yamada Fukusaki, Gustavo, editor.

II. Lavado, Pablo, editor.

III. Universidad del Pacífico (Lima)

331.13 (SCDD)

Miembro de la asociación Peruana de Editoriales Universitarias y de escuelas Superiores (Apesu) y miembro de la asociación de Editoriales Universitarias de América Latina y el Caribe (Eulac).

La Universidad del Pacífico no se solidariza necesariamente con el contenido de los trabajos que publica. Prohibida la reproducción total o parcial de este texto por cualquier medio sin permiso de la Universidad del Pacífico.

Derechos reservados conforme a Ley.

Índice

Introducción

1. El auge de la educación superior y el riesgo de subempleo profesional: ¿estamos ante una creciente burbuja mundial?

Gustavo Yamada y Nelson Oviedo

2. Rendimiento laboral de la educación superior: evidencia a partir de Ponte en Carrera

Gustavo Yamada, Pablo Lavado y Nelson Oviedo

3. Premio a la calidad universitaria en el mercado laboral peruano

Nelson Oviedo y Gustavo Yamada

4. Los retornos a la sobreeducación en el Perú

Gonzalo Manrique

5. Determinantes y permanencia de la sobreeducación

Gonzalo Manrique y Gustavo Yamada

6. Efectos persistentes del subempleo profesional, 2004-2014. Evolución del subempleo en egresados de universidades e institutos técnicos

Pablo Lavado, Joan Martínez y Gustavo Yamada

Sobre los autores

Introducción

Algún tiempo atrás, propusimos utilizar la letra griega beta (BETA) para denotar un fenómeno persistente entre los campos educativo y laboral: como un acrónimo de la Brecha entre la Educación y el Trabajo Actual, sobre todo a nivel profesional y técnico1. Esta situación puede haber existido desde hace mucho en nuestro país, pues las universidades e institutos no siempre se conectan con las empresas y organizaciones para captar sus demandas de personal y adecuar sus contenidos formativos. Sin embargo, a pesar del auge experimentado en la oferta de educación superior, como respuesta a la creciente demanda, la brecha persiste y hasta parece haberse agudizado en los últimos tiempos.

Algunas razones detrás de esta divergencia son, por un lado, las necesidades de las empresas y organizaciones, que están cambiando mucho más rápido en esta era en la que la única constante es el cambio acelerado, mientras que las ofertas de educación superior a menudo son inerciales y están cada vez más rezagadas. Por otro lado, la cantidad de instituciones y universidades ha crecido enormemente, pero con una alta heterogeneidad en calidad y pertinencia, incrementando la posibilidad de brechas a nivel individual y agregado.

En la literatura académica estos fenómenos se conocen como sobreeducación y subempleo profesional. ¿Son dos caras de la misma moneda? En efecto, estamos hablando de la misma persona que, en el encuentro entre la educación superior recibida y el mercado laboral al que se enfrenta, experimenta este desenlace poco satisfactorio, esta brecha, este desajuste, este desencuentro: desde el lado de la oferta educativa ha resultado sobreeducado, mientras que desde el lado de la demanda laboral ha terminado subempleado.

El presente libro aborda las principales causas y consecuencias de esta situación poco eficiente y equitativa para un país como el Perú, que no debería darse el lujo de desaprovechar todo el capital humano potencial que tiene para acelerar el camino a su desarrollo.

Una breve discusión conceptual

Cuando se apela a prefijos como «sub-» y «sobre-», implícita o explícitamente se está pensando en un nivel de referencia contra el cual realizar la comparación. Estar «sub» significa situarse por debajo de un nivel supuestamente apropiado. Por el contrario, estar «sobre» denota ubicarse por encima de aquel nivel de referencia adecuado.

En el caso del empleo, los valores de referencia «adecuados» que se han considerado en las estadísticas nacionales son el número usual de horas trabajadas en posiciones de tiempo completo, los ingresos mensuales mínimos necesarios para cubrir una canasta básica de consumo, y el nivel educativo generalmente utilizado en una ocupación específica.

De acuerdo con estos tres parámetros, podemos estar refiriéndonos al «subempleo por horas» (llamado también «subempleo visible» por el Instituto Nacional de Estadística e Informática [INEI]), cuando el trabajador labora menos de 35 horas a la semana de manera involuntaria. O también al «subempleo por ingresos» (llamado, análogamente, «subempleo invisible» por el INEI), cuando el trabajador percibe menos que la línea monetaria del subempleo, que se desprende del costo de la canasta básica de consumo dividida entre el número de perceptores por familia.

Por último, la referencia puede ser al «subempleo profesional», cuando un individuo con estudios universitarios completos termina laborando en ocupaciones que pueden y son desempeñadas adecuadamente por trabajadores con menor nivel educativo (el ejemplo más emblemático de esta situación es el profesional taxista: en ninguna parte del mundo, y menos aún en el Perú, se requiere invertir toda una carrera universitaria para poder desempeñarse adecuadamente como taxista, sea formal o informal).

En esta publicación nos estamos centrando en este tipo de subempleo: el subempleo profesional, que, como se señala en el diagrama adjunto, es una situación equivalente a la sobreeducación. De manera análoga al caso del empleo, podemos definir desde el mundo educativo situaciones de sobre- y subeducación cuando se comparan los niveles de educación con los que efectivamente cuentan los individuos con los estándares educativos requeridos para ocupaciones concretas. Retomando nuestro ejemplo anterior, el profesional taxista es, desde este punto de vista, un individuo sobreeducado.

Diagrama 1

Desajustes en empleo y educación

Sobreeducación

Subempleo

Condición en la que un individuo cuenta con un nivel educativo alcanzado superior al que se requiere para ocupar el puesto en el que se encuentra.

Condición en la que un trabajador cuenta con una ocupación en la que subutiliza sus recursos. Este fenómeno puede expresarse a través del número de horas trabajadas, el salario o las capacidades del empleado.

Educación requerida

Empleo adecuado

Número de años requeridos, según la métrica escogida, para alcanzar un desempeño eficiente en el puesto ocupado. Las métricas usadas para la definición van desde la percepción del trabajador hasta el uso de estadísticos (por ejemplo, media o mediana) de la distribución de salarios por ocupación.

Condición en la que un trabajador satisface sus objetivos laborales de acuerdo con la posición que ocupa. Específicamente, en el Perú, se define como el trabajador a tiempo completo que percibe un salario mayor que el ingreso de referencia. También se considera a aquellos que laboran menos de 35 horas semanales y que no desean trabajar más.

Subeducación

Sobreempleo

Condición en la que un individuo cuenta con un nivel educativo alcanzado inferior al que se requiere para ocupar el puesto en el que se encuentra.

Condición en la que un trabajador cuenta con una ocupación para la cual requeriría mayor preparación educativa o experiencia.

Fuente: ILO, Global Statistics; Duncan & Hoffman (1981); Mintra. Elaboración propia.

El contenido de este libro

El primer capítulo de este compendio se titula «El auge de la educación superior y el riesgo de subempleo profesional: ¿estamos ante una creciente burbuja mundial?» y provee el contexto internacional necesario para el desarrollo del mismo. Su información estadística comparable indica que existe una tendencia creciente en la tasa de matrícula en educación superior en todo el mundo desde hace buen tiempo. En este sentido, el texto discute similitudes y posibles diferencias entre lo que está ocurriendo en el Perú y lo acontecido en otras regiones desarrolladas y en desarrollo. Se concluye que la inversión en educación superior puede ser un importante motor para el crecimiento y desarrollo económico de un país, cuando se ofrece en la cantidad y la calidad adecuadas y en sintonía con las necesidades del resto del aparato productivo. De otro modo, si la brecha entre la cantidad y la calidad de la educación brindada respecto de las demandas del país es muy significativa, puede significar tanto una restricción para el crecimiento económico como un uso ineficiente de recursos siempre escasos para cualquier sociedad.

En el mundo actual existe un amplio abanico de posibilidades de regulación de este sector: desde confiar plenamente en la autorregulación del mercado y sus participantes, la provisión de información de empleabilidad laboral por institución y programa y otros índices de calidad, y la acreditación voluntaria de carreras e instituciones, hasta mecanismos obligatorios de autorización de funcionamiento y licenciamiento. El balance entre las ventajas y desventajas de alguna estrategia específica de regulación de educación superior deberá ser realizado considerando el contexto propio del sistema educativo, mercado laboral y dinámica del crecimiento de cada país.

El fenómeno del subempleo profesional en el Perú estaría afectando a más del 40% de la fuerza laboral con estudios superiores y, lejos de aminorarse con el auge económico experimentado por nuestro país en las últimas décadas, habría aumentado. Parte de la explicación de este fenómeno, aparentemente paradójico, residiría en la reducción significativa de la calidad de la formación superior recibida. Los siguientes capítulos del libro tratan de ofrecer pruebas concretas en esta línea.

Por ejemplo, el capítulo 2, titulado «Rendimiento laboral de la educación superior: evidencia a partir de Ponte en Carrera», intenta capturar el impacto de posibles diferencias en la calidad formativa a través de la inclusión del año de creación de la universidad en los modelos estadísticos. Se evalúa un experimento casi natural: en 1996 se flexibilizaron los requisitos para invertir en instituciones de educación superior, lo que devino en una menor calidad promedio de la oferta educativa superior registrada por los censos universitarios.

Este trabajo muestra que los retornos asociados a distintas combinaciones de carreras y universidades se encuentran generalmente correlacionados con el costo de las pensiones. La realidad, sin embargo, es más compleja. Existe un importante número de instituciones que, para un nivel dado de inversión, ofrecen un retorno mucho menor que el esperado. En otras palabras, son universidades o institutos que cobran una pensión alta, pero que no compensan con un mayor retorno salarial al ingresar al mercado laboral.

Mediante un análisis econométrico, se encuentra que el hecho de asistir a una universidad de mayor calidad incrementa el retorno neto de la combinación carrera e institución en 17,3 puntos porcentuales. Este efecto directo de la calidad universitaria sobre el retorno representa el 40% de la brecha existente entre el salario promedio de un egresado de una universidad de mayor calidad en comparación con un egresado de una universidad de menor calidad.

Finalmente, estimamos un elevado valor social para el observatorio laboral Ponte en Carrera, puesto que si solo el 1% de los graduados recientes en combinaciones de rentabilidad negativa hubiese optado por dirigirse al mercado laboral directamente, en conjunto habría percibido S/ 4,5 millones adicionales durante su vida laboral.

El capítulo 3, «Premio a la calidad universitaria en el mercado laboral peruano», aborda el reto metodológico de capturar el impacto de la calidad en las regresiones a partir de otra fuente de exogeneidad de los datos: la oferta relativa de universidades de mayor calidad en la región en la que estudiaron los individuos. Los resultados son consistentes con los obtenidos con el instrumento previo, dado que los posibles valores del premio de calidad fluctúan entre 34% y 49%. Ambos resultados dan cuenta de la importancia de la calidad de la educación en el nivel superior frente a los salarios percibidos en el mercado laboral.

Estos estimados nos indican la alta prioridad que debería de tener la provisión de información adecuada sobre calidad, pertinencia y empleabilidad futura para los próximos egresados de educación básica. En esta etapa de la vida, una buena (o mala) elección puede determinar una calidad de vida futura sustancialmente mayor (o menor), no solo para el individuo sino también para su hogar y el país en su conjunto.

En el capítulo 4, «Los retornos a la sobreeducación en el Perú», se realiza un análisis detallado de esta situación y se cuantifica su impacto en el mercado laboral. La sobreeducación estimada por los resultados de las encuestas de hogares asciende al 35% de la población ocupada total. Los sobreeducados son, en su mayoría, mujeres jóvenes con poca experiencia laboral, sin vivienda de calidad ni acceso completo a servicios básicos, que trabajan en empresas pequeñas sin beneficios laborales. Todos estos resultados se ven reflejados en el ingreso laboral: los trabajadores adecuadamente educados perciben un ingreso por hora 55% superior al de los sobreeducados.

El trabajo encuentra que el retorno laboral a un año de sobreeducación no es ciertamente nulo, pero resulta solo aproximadamente la mitad que el de un año de educación requerido. En otras palabras, la educación no beneficia a todos los trabajadores por igual: si el año de educación no se aprovecha adecuadamente, el incremento en los ingresos será considerablemente menor que el esperado.

El capítulo 5, «Determinantes y permanencia de la sobreeducación», analiza las características socioeconómicas de esta situación y su persistencia en el tiempo. Por un lado, con respecto al primer punto, se encuentra que el hecho de haber estudiado en una universidad de buena calidad reduce la probabilidad de experimentar el fenómeno de la sobreeducación en casi 6 puntos porcentuales. Asimismo, haber estudiado en una universidad pública disminuye dicha posibilidad en más de 8 puntos porcentuales. Por otro lado, con respecto a la persistencia del problema, se encuentra que, en promedio, el 77% de los trabajadores sobreeducados continúan en la misma situación de un año a otro. En general, la persistencia es alta pues más del 50% continúa sobreeducado incluso luego de siete años de permanencia en el mercado laboral.

Precisamente, el capítulo 6, el último, titulado «Efectos persistentes del subempleo profesional, 2004-2014», nos indica que el subempleo en el Perú está tomando dimensiones que llaman la atención: aproximadamente el 45% de las personas que tienen estudios superiores se encuentra trabajando en algo para lo cual no estudió, y la tendencia ha sido creciente en los últimos años. En particular, el subempleo de los sectores Construcción, Agua y Electricidad, Manufactura y Comercio se ha incrementado en más de 12 puntos porcentuales en los últimos siete años y, con respecto a las carreras profesionales, las Ciencias Naturales, las Humanidades, las Ciencias Sociales, los Servicios y Turismo y la Educación, el subempleo ha crecido más de 12 puntos porcentuales en el mismo período.

Finalmente, la condición de subempleo es persistente: que el primer trabajo sea en una ocupación no profesional, trabajar muchas horas en su primer trabajo o que su primer ingreso sea relativamente bajo, incrementa la probabilidad de que su trabajo actual sea en una ocupación no profesional. A su vez, el que una persona se demore más de un mes en conseguir su primer trabajo está correlacionado con ingresos bajos en el trabajo en el que actualmente se encuentra y con estar laborando en una ocupación no profesional.

Esperamos que este libro contribuya a iluminar los esfuerzos actuales por mejorar la calidad y la pertinencia de la educación superior en nuestro país, que empezaron hace tres años con la promulgación de una nueva Ley Universitaria y continuaron hace un año con la aprobación de una nueva Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior. El camino de la reforma para ir reduciendo la gran brecha encontrada entre la educación superior y el mercado laboral será largo y lleno de retos, en vista de las múltiples aristas del problema identificadas en esta investigación. No hay tiempo que perder si el norte es el desarrollo del país y el bienestar de nuestros jóvenes.

Este libro no hubiera sido posible sin el concurso invalorable de jóvenes investigadores y asistentes de investigación que nos apoyaron a lo largo de dos años de esfuerzo editorial. Nos referimos a Joan Martínez, Nelson Oviedo, Gonzalo Manrique, Christian Julca y Daniel Velásquez, a quienes damos las gracias por todos sus grandes esfuerzos. Asimismo, agradecemos a nuestros colegas Hugo Ñopo, Juan Chacaltana, Lorena Masías y Juan Francisco Castro, quienes comentaron versiones previas de varios de estos capítulos y aportaron valiosas sugerencias. Por último, reconocemos el apoyo constante del Centro de Investigación y el Fondo Editorial de la Universidad del Pacífico, por sacar adelante estudios que contribuyen a conocer mejor la realidad peruana y sugieren políticas públicas para mejorarla.

Gustado Yamada y Pablo Lavado

1Véase Yamada, G. (22 de julio de 2015). BETA educativa laboral. El Comercio, p. B9.

1. El auge de la educación superior y el riesgo de subempleo profesional: ¿estamos ante una creciente burbuja mundial?

Gustavo Yamada y Nelson Oviedo1

Conforme la proporción de jóvenes con educación secundaria completa se incrementa en todas partes del mundo, los países enfrentan una fuerte presión para expandir la oferta de educación superior pública y promover el aumento de la oferta provista por organizaciones privadas. Algunos riesgos inherentes a un acelerado crecimiento del sector son la proliferación de programas universitarios y técnicos de baja calidad y el desajuste entre la demanda laboral y la oferta educativa. En un mercado con imperfecciones propias de «bienes experiencia», un desmesurado incremento del número de graduados universitarios y no universitarios podría exacerbar problemas ya existentes, como elevadas tasas de desempleo y subempleo y la sobreeducación de profesionales. Es en este contexto que surge un importante debate acerca del papel regulatorio del Estado sobre la cantidad y calidad de alumnos y egresados de educación superior, que todavía continúa y que se viene resolviendo en función del contexto político y las fortalezas o debilidades institucionales de cada país.

Palabras clave: subempleo, profesionales universitarios, trabajo calificado, sobreeducación, educación superior, descalce educacional.

Clasificación JEL:I20, I21, I23, I28, J23, J24.

1.1 Introducción

El tránsito hacia el sistema de educación superior requiere naturalmente de la culminación de la educación secundaria. La evidencia internacional muestra importantes avances en este requisito durante las últimas décadas. La figura 1.1 indica que la tasa de matrícula en educación secundaria2 ha crecido en todas las regiones en desarrollo, incluyendo a los países de menores ingresos pertenecientes al «África subsahariana». Con excepción de este último grupo, los demás países en desarrollo han convergido hacia tasas de matrícula mayores de 60%.

Figura 1.1

Tasa bruta de matrícula en educación secundaria en países en desarrollo

Nota: EAC: Europa y Asia central. ALC: América Latina y el Caribe. EAP: Asia del este y el Pacífico. OMNA: Medio Oriente y África del norte. ASS: África subsahariana. Fuentes: Banco Mundial, Cuadra y Moreno (2005), Unesco.

Estos logros educativos han traído consigo nuevos desafíos. De manera casi automática, la culminación de la educación secundaria de muchos jóvenes ha generado presiones sobre el sistema educativo superior (en parte por aspiraciones legítimas de progreso y movilidad social, y en parte por la falta de pertinencia de la educación secundaria para una adecuada inserción laboral), que han sido atendidas –o no– de manera heterogénea en el contexto específico de cada país en desarrollo.

La necesidad de formular una respuesta de política pública desde el sistema de educación superior ha generado una creciente discusión en la literatura sobre el nivel adecuado de inversión en educación superior (véase, por ejemplo: Cunha et al., 2006; Cunha & Heckman, 2007). Por un lado, una visión optimista propone desarrollar un sistema de incentivos que conduzca al aumento de inversión en estos niveles educativos, dado que la escasez de capital humano de alto nivel reduciría las ventajas comparativas de cualquier país en esta era del conocimiento. Por otro lado, un enfoque más pesimista argumenta que la inversión involucrada en educación superior puede ser muy alta en términos monetarios, y probablemente ineficiente, debido a que los retornos a la educación en el mercado laboral no permitirían recuperar todos los costos incurridos (González-Velosa et al., 2015).

Para el análisis de este debate y sus consecuencias regulatorias, este capítulo se estructura de la siguiente manera. En la sección 1.2, se presentan los hechos estilizados de la educación superior en el mundo desde la década de 1970 hasta la información más reciente disponible. Además, se discuten las posibles consecuencias de estos desarrollos en el sistema educativo. En la sección 1.3, se introduce el análisis de la extensión necesaria de regulación de la cantidad y calidad en un contexto de creciente demanda y oferta de educación superior. Finalmente, la sección 1.4 ensaya conclusiones y lecciones aprendidas de esta revisión internacional selectiva del tema.

1.2 Hechos estilizados y consecuencias de la educación superior en el mundo

Las tasas de matrícula en educación superior alrededor del mundo se han incrementado sostenidamente desde la década de 1970. De acuerdo a estadísticas comparables de Unesco, en el inicio de aquella década las tasas de matrícula bruta3 en «África subsahariana» y «Asia del este y el Pacífico» se encontraban por debajo del 5%; mientras que en «América Latina y el Caribe» y el «Medio Oriente y África del norte» apenas superaban esta cifra (véase la figura 1.2). En suma, el acceso a una formación universitaria o técnico-profesional durante esos años se encontraba disponible solo para un grupo privilegiado y limitado de la población, en parte por la reducida oferta educativa de nivel superior.

Este escenario sufrió cambios drásticos a lo largo de los últimos cuarenta años. El incremento del acceso a educación superior se produjo de manera generalizada en todas las regiones del mundo. En 2012, las tasas de matrícula se encontraban por encima del 20% –con excepción de «África subsahariana»–. Incluso en Europa y Asia central la tasa superaba el 50%.

Figura 1.2

Tasa bruta de matrícula en educación superior en países en desarrollo

Nota: EAC: Europa y Asia central. ALC: América Latina y el Caribe. EAP: Asia del este y el Pacífico. OMNA: Medio Oriente y África del norte. ASS: África subsahariana. Fuentes: Banco Mundial, Unesco.

Esta dinámica en el mercado educativo se debería de haber reflejado alrededor de una década después en progresivos incrementos en la proporción de la población económicamente activa (PEA) con estudios superiores4. Este hecho por sí mismo favorecería el aumento de la productividad de la fuerza laboral (Becker, 1964). Sin embargo, la condición necesaria para que este proceso se materialice tendría que ser niveles de calidad y pertinencia en la formación superior que se mantienen en el tiempo o, mejor aún, que mejoran.

En caso contrario, un incesante incremento del número de profesionales con una calidad que se deteriora puede traer más consecuencias negativas que positivas para países en desarrollo (e incluso desarrollados), ya que podría exacerbar el subempleo profesional y la sobreeducación (Leuven & Oosterbeek, 2012). La aplicación de cierto grado de regulación estatal podría ser necesaria para reducir estos riesgos, y sus costos en términos de eficiencia y equidad para la sociedad (Dill & Soo, 2004).

Como se observa en la tabla 1.1, las tasas de matrícula en educación superior en países en desarrollo se han multiplicado por más de dos veces desde 1999 hasta 2013, con un crecimiento en puntos porcentuales de 11,5% a 25,6%. Esta tendencia se ha visto en todas las regiones en desarrollo; excepto en Asia central y África del norte, con tasas de crecimiento más moderadas.

Tabla 1.1

Tasa de matrícula superior bruta en el mundo, 1999-2013

 

1999

2013

Variación

(en puntos porcentuales)

Incremento %

Mundo

18,30

32,20

13,90

76,00

Países desarrollados

54,30

75,50

21,20

39,10

Países en desarrollo

11,50

25,60

14,10

123,00

Cáucaso y Asia central

20,00

23,40

3,30

16,70

América Latina y el Caribe

21,20

43,00

21,80

102,90

África del norte

23,00

29,20

6,20

26,90

África subsahariana

4,00

8,20

4,20

103,80

Asia occidental

18,90

40,10

21,20

112,20

Asia oriental

9,50

29,00

19,50

205,10

Sudeste asiático

17,60

29,70

12,10

68,80

Sur de Asia

8,00

22,80

14,80

185,30

Fuente: Unesco, Institute for Statistics.

Este auge de la educación superior en los países en desarrollo se explicaría por dos razones estructurales. Primero, las tasas de culminación de educación secundaria han aumentado en todas las regiones, expandiendo la cantidad de potenciales estudiantes de educación superior. Segundo, el aumento en el ingreso per cápita en las últimas décadas induce también esta mayor demanda por educación superior.

El incremento en el número de jóvenes que aspiran a una educación superior y que ya cuentan con una educación básica completa es innegable. Las posibles consecuencias de esta dinámica del mercado educativo son abordadas en la siguiente sección.

1.2.1 Las consecuencias potenciales del aumento de oferta de profesionales en el mercado laboral

Si la demanda por trabajadores calificados no crece al mismo ritmo que el número de profesionales graduados, se generarían dos resultados extremos. Por un lado, los sueldos de profesionales –y los retornos a la educación relacionados– caerían como reflejo de su mayor abundancia relativa. Por otro lado, se produciría también una mayor tasa de desempleo en los trabajadores calificados. En la práctica, la realidad de los mercados laborales y educativos en el mundo suele producir otras dos situaciones intermedias.

Una de ellas es la sobreeducación, situación en la que un individuo ocupa un puesto de trabajo que requiere menos educación que la que ha acumulado. Este desajuste se suele identificar operativamente mediante encuestas de percepción de años de educación necesitados para puestos de trabajo específicos, análisis de competencias requeridas para cada empleo, y brechas significativas entre el nivel educativo del individuo y el promedio efectivo de años de educación de trabajadores que ocupan dichos puestos.

La segunda variante es el subempleo profesional, el cual es definido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la subutilización de la capacidad productiva de la población empleada (Mata, 1999). Los subempleados tienden a trabajar menos horas de las que quisieran, reciben menos ingresos que el promedio de sus pares profesionales, o usan sus habilidades de manera incompleta. De acuerdo a la definición anterior, se puede deducir que la sobreeducación es una posible fuente de subempleo.

Asimismo, la brecha entre los mercados laboral y educativo puede ampliarse si una gran cantidad de graduados profesionales no cumple con los estándares de calidad y habilidades exigidos por el mercado laboral. En la siguiente sección se discutirá la evidencia empírica acumulada sobre estos posibles resultados, tanto en países en desarrollo como en la economía desarrollada más estudiada: los Estados Unidos.

1.2.1.1 ¿Caída en los retornos a la educación superior? El debate en los Estados Unidos

El debate acerca de la sobreeducación se inició en la década de 1970 con un estudio de Freeman (1976) para los Estados Unidos que alertaba sobre una caída en los retornos a la educación universitaria como consecuencia del aumento acelerado del número de graduados en el mercado laboral. Sin embargo, con una serie más larga de datos, Leuven y Oosterbeek (2011) encontraron que los retornos más bien habían crecido entre la década de 1970 e inicios del nuevo siglo, presumiblemente porque el cambio tecnológico incrementó en mayor proporción la demanda de mano de obra calificada. En este sentido, Acemoglu y Autor (2011) desarrollaron un modelo teórico de determinación de sueldos relativos para interpretar estas tendencias en los retornos laborales. Sus principales resultados son consistentes con una brecha creciente entre la fuerza laboral altamente calificada y la no calificada desde la década de 1980 hasta por lo menos la década pasada.

De hecho, Carnevale y Rose (2011) plantearon que la oferta total de graduados en los Estados Unidos resulta menor que la demanda de mano de obra altamente calificada, lo cual genera una brecha de cerca de 20 millones de trabajadores. Esta sería la razón por la que los retornos a los trabajadores calificados, la polarización salarial y la desigualdad en los ingresos se habrían incrementado fuertemente. Ello ocurriría porque: (i) una mayor producción de profesionales potenciaría la innovación tecnológica y el crecimiento económico; (ii) esta dinámica, a su vez, genera una mayor demanda por trabajadores calificados; (iii) sin embargo, la oferta de trabajadores con las habilidades exigidas por el mercado laboral no crecería al ritmo suficiente; y, (iv) por ende, el porcentaje de graduados con las competencias efectivas requeridas obtiene retornos sustancialmente mayores, es decir, el premio salarial a la educación superior se incrementa.

Por el contrario, Vedder, Denhart y Robe (2013) han argumentado que existe una sobreoferta de graduados profesionales en los Estados Unidos, con un estimado de 5 millones de graduados en situación de subempleo.

En el caso de los países en desarrollo, la incipiente evidencia acumulada muestra que un elevado retorno a la educación superior puede coexistir con un alto porcentaje de subempleo profesional, debido a la gran heterogeneidad en los niveles de calidad y pertinencia formativa, asimetrías de información y notables diferencias en empleabilidad de los graduados.

1.2.1.2 ¿Menores o mayores retornos universitarios en países en desarrollo?

Una importante contribución a la literatura empírica de los retornos a la educación fue el estudio realizado por Psacharopoulos (1994), el cual concluyó que los retornos tenían una forma convexa en la década de 1980, con un promedio de alrededor de 15-18% para la educación primaria, 11-13% para la educación secundaria y 12-20% para la educación superior.

Una actualización de estos hallazgos para países en desarrollo en la década de 2000 halló que el retorno promedio privado de un año adicional de educación es 12% en educación primaria, 5,9% en secundaria y 15% en superior (tabla 1.2). El retorno calculado para la educación superior varía dependiendo de la región en estudio; es así que se estima un retorno de: (i) 21% en África, (ii) 17,3% en el sur de Asia y (iii) 15,9% en América Latina. Asimismo, se halló que en ocho países en desarrollo de Asia y América Latina se produjo un incremento en los salarios para los graduados universitarios entre las décadas de 1970 y 1990 (Goldberg & Pavcnik, 2007). Sin embargo, Lustig (2010) halló que algunos países latinoamericanos han mostrado una reducción en los salarios relativos para graduados universitarios desde la década de 2000.

Tabla 1.2

Retornos privados a la educación por nivel educativo y región, alrededor de 2010

 

Primaria

Secundaria

Superior

Mundo

11,50

6,80

14,60

Altos ingresos

4,90

6,60

11,10

Este asiático

13,60

5,30

14,80

Europa / Asia central

13,90

4,70

10,30

América Latina

7,80

5,40

15,90

Medio Oriente / norte de África

16,00

4,50

10,50

Sur de Asia

6,00

5,00

17,30

África subsahariana

14,40

10,60

21,00

Fuente: Montenegro y Patrinos (2014).

1.2.2 La literatura empírica de la sobreeducación

Una nueva rama de la literatura emergió a partir de una modificación empírica de la ecuación estándar de ingresos de Mincer (1958, 1974), que relaciona los salarios de los trabajadores sobre la base de sus años de educación y experiencia laboral acumulada5. Esta variación permite calcular diferentes retornos para (i) los años requeridos6 de educación en un trabajo específico (b1), (ii) los años potenciales de sobreeducación (b2) y (iii) los años posibles de subeducación (b3) (Duncan & Hoffman, 1981). Así:

Bajo esta definición, un individuo puede encontrarse en tres posibles situaciones. Primero, el trabajador podría haberse educado por el número estándar de años requeridos en el mercado laboral para su puesto de trabajo actual, con lo que los años de sobreeducación y subeducación serían iguales a cero.

Segundo, podría estar sobreeducado si el total de años de educación en los que invirtió es significativamente mayor que los años requeridos efectivamente para dicho puesto. En este caso, el número de años de sobreeducación sería igual a la diferencia entre el número de años que la persona obtuvo y los requeridos en la ocupación. El tercer caso es análogo para los individuos subeeducados7.

Esta metodología también puede ser utilizada para validar la teoría estándar de capital humano de Becker-Schultz, en la cual cada año adicional de educación incrementaría por igual la productividad y ganancias en cualquier trabajo específico. En este caso, los años de educación requerida, subeducación y sobreeducación deberían tener un retorno estadísticamente similar. También es posible probar la teoría alternativa de Thurow (1987) acerca de la productividad fija en un trabajo, la cual afirma que los retornos a la educación solo se definen por los años de educación requeridos para dicha ocupación específica. En ese sentido, los retornos a la sobreeducación y subeducación no deberían ser significativamente distintos de cero.

Para hallar los umbrales de años de educación requeridos para cada ocupación o grandes categorías de ocupación, se recurre a: (i) encuestas laborales que recogen información de percepción de los trabajadores, (ii) análisis especializado de competencias requeridas para trabajos específicos o (iii) definición de los años requeridos como la media o mediana de los datos. Por ejemplo, un número significativo de años por encima de lo establecido como requerido (mayor que una desviación estándar) se considera como años de sobreeducación.

A pesar de que el concepto general de sobreeducación incluye todos los niveles educativos, el debate se ha centrado primordialmente alrededor de la educación superior para enfatizar el rol del subempleo profesional. Por ejemplo, Leuven y Oosterbeek (2011), en una revisión de la literatura, encontraron que la proporción de trabajadores sobreeducados habría caído considerablemente entre las décadas de 1970 y 1990, pero que la tendencia se revirtió en la década de 2000, de modo que la proporción actual se encuentra en un nivel similar al registrado hace cuarenta años.

Para algunos autores, la sobreeducación no sería un problema estructural sino que podría catalogarse como una etapa transitoria en algunas ocupaciones que requieren un aprendizaje inicial en el trabajo. En apoyo a esta hipótesis, Sicherman (1991) encontró para los Estados Unidos que los trabajadores sobreeducados suelen ser los de menor edad y con menor experiencia laboral. Bajo esta óptica, la sobreeducación puede ser entendida como un trade-off entre el nivel educativo y otros aspectos del capital humano. Sin embargo, estudios realizados con datos longitudinales muestran que la sobreeducación incorpora un componente de persistencia para diversos tipos de trabajadores a largo plazo (Green & Zhu, 2010; Lindley & McIntosh, 2010).

Diversos estudios han estimado los retornos específicos a la sobreeducación para países desarrollados y en desarrollo. En la revisión de Leuven y Oosterbeek (2011), se muestra que el retorno promedio de un trabajador con la educación requerida es del 8%, mientras que el correspondiente a la sobreeducación sería del 4% (véase la tabla 1.3). Estos resultados apoyan una versión ligeramente modificada de la teoría de capital humano, ya que demuestran que existe un retorno a la sobreeducación, aunque menor que el otorgado a los años de educación requerida. Sin embargo, los autores concluyen que los resultados no pueden ser considerados causales debido a ausencia de una estrategia de identificación a partir solamente de datos observables (que podrían sufrir de sesgo de selección, errores de medición y omisión de algunas variables). En la mayor parte de las investigaciones hasta la actualidad, estas limitaciones no han logrado ser resueltas.

La literatura postula diversas explicaciones para los menores retornos a la sobreeducación, incluyendo compensación por ausencia de otros componentes del capital humano, como la falta de capacitación laboral específica, escasez de credenciales sobre capacidades ya adquiridas, y un exceso de oferta para determinadas ocupaciones. De manera un poco sorprendente, otras dos posibles explicaciones no son muy mencionadas: (i) diferencias en la calidad de la educación básica y superior recibida y (ii) desajustes entre el sistema educativo y el mercado laboral.

Tabla 1.3

Incidencia de la sobreeducación y retornos laborales a la educación requerida y la sobreeducación

 

Porcentaje de

sobreeducados

Retornos

 

Media

Requerido

Sobreeducación

Todos los estudios

30,00%

0,089

0,043

Por continente

 

 

EE. UU./Canadá

37,00%

0,083

0,046

América Latina

24,00%

0,075

0,041

Europa

30,00%

0,076

0,038

Asia

26,00%

0,135

0,052

Australia

8,00%

0,105

0,050

Por década

 

 

1970

40,00%

0,079

0,043

1980

30,00%

0,084

0,048

1990

24,00%

0,113

0,038

2000

39,00%

0,095

0,046

Fuente: Leuven y Oosterberk (2011).

En un estudio reciente realizado para el caso peruano, se concluye que la calidad educativa es el factor más determinante en la probabilidad de ser sobreeducado (Yamada, Lavado, & Martínez, 2014). Asimismo, Ordine y Rose (2009), para el caso italiano, corroboran que la sobreeducación está fuertemente determinada por la calidad educativa. En esta investigación, se encuentra que poseer un grado de una universidad de alta calidad y orientada a la investigación reduce significativamente la probabilidad de estar sobreeducado. Este hallazgo es consistente con un modelo teórico en el cual los individuos de bajas habilidades utilizan la educación para dar señales a los empleadores. Si se unen a universidades de baja calidad, envían una señal distorsionada y negativa de su productividad.

1.2.2.1 Impacto de la educación superior en el crecimiento económico