Educar sin miedo a escuchar - Yolanda Gónzalez Vara - E-Book

Educar sin miedo a escuchar E-Book

Yolanda Gónzalez Vara

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Beschreibung

Cada niño tiene su propio ritmo para madurar y superar las diferentes fases de crecimiento. Sin embargo, en nuestra sociedad este proceso natural se ve limitado por la estructura rígida de la escolarización. El resultado son algunas de las disfunciones y problemas que hoy alertan sobre el fracaso de este modelo, y que van más allá de los malos resultados en conocimientos o la supuesta incapacidad de nuestros hijos para concentrarse o para mantener la atención. Yolanda González se dirige a los padres y profesores para proponer un modelo de educación respetuoso con los niños, que tenga en cuenta los complejos procesos emocionales de los pequeños y que facilite el proceso de adaptación-integración, en línea con la teoría del apego y del modelo de prevención reichiano. El objetivo es una educación integral y no compartimentada, que ponga fin a la escisión entre familia y escuela y que transforme la delegación paterna y materna en una colaboración real con los educadores. De esta manera los niños podrán desarrollar su deseo natural de aprender, explorar y vivir en un ambiente de seguridad y confianza.

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Seitenzahl: 433

Veröffentlichungsjahr: 2020

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YOLANDA GONZÁLEZ VARA

EDUCAR SIN MIEDO A ESCUCHAR

Claves del acompañamiento respetuoso en la escuela y la familia

© Yolanda González Vara, 2015.

© del prólogo: Susana Volosín, 2015.

© de esta edición: RBA Libros, S.A. 2020.

Avda. Diagonal, 189 - 08018 Barcelona

rbalibros.com

Primera edición: marzo de 2015.

Primera edición en esta colección: enero de 2020.

REF.: ODBO650

ISBN: 9788491876144

AURA DIGIT • COMPOSICIÓN DIGITAL

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47). Todos los derechos reservados.

CONTENIDO

Prólogo, por Susana VolosínAgradecimientosIntroducción. La aventura de acompañar a padres y educadores1. EL CONTINUUM INFANCIA-ADOLESCENCIAInforme PISA en adolescentes. ¿Solo cabezas?Formación humana o carrera rentableAprender o aprobarFracaso escolar: profesores y alumnosEl TDAH y la patologización de la infanciaLa infancia aterriza en la adolescenciaOtro paradigma educativo es posible: adolescenciaConflictos en la adolescenciaAlgunas claves como plataforma inicial2. LAS EMOCIONES INFANTILES Y SU PROCESO MADURATIVODesarrollo emocional: de cero a tres añosLa dependenciaLa constancia objetal. Mamá está-no está3. CRIAR Y ACOMPAÑAR CON APEGO SEGUROLa teoría del apegoLa respuesta sensibleTipos de apegoEn la escuelaEl llanto4. LA ESCUELA INFANTIL EN LA ETAPA BEBÉLa escuela de cero a dos añosCriterios preventivos y saludablesEducadores y bebésLos acuerdos y las alternativas5. LA ESCOLARIZACIÓN TEMPRANA: DATOS Y CLAVESMaternidad y escolarizaciónEducadores infantiles y escolarizaciónPeríodo de adaptación en bebés6. CONCEPTOS FUNDAMENTALES: ACOMPAÑAR, EDUCAR, SOCIALIZAR O ESCOLARIZAR. CONTEXTOS EDUCATIVOS¿Educar o acompañar?¿Escolarizar o socializar?¿Educar o escolarizar? Dos contextos educativos7. EL PORQUÉ Y EL CUÁNDO DE LA ESCOLARIZACIÓN INFANTIL¿Por qué?¿Cuándo? Escuchemos la voz infantilLa necesidad de socialización8. El GRAN SALTO: EL PRIMER DÍA DE ESCUELA. «MAMÁ, ¿DÓNDE ESTÁS?»La escolarización desde el adultoLa escolarización desde la vivencia infantilLa pseudoadaptaciónLos cuatro añosMi experiencia infantil en el inicio de la escolarización9. CÓMO ESCOLARIZAR: INTEGRACIÓN FAMILIA-ESCUELAEscuela-familia: contextos separados, niños divididosReflexiones y consecuencias del modelo escindido10. EL PERÍODO DE ADAPTACIÓN-INTEGRACIÓN CRITERIOS PREVENTIVOSObjetivos del proceso de adaptación-integraciónMes de junio. Primer contacto niños-padres-profesoradoMes de septiembre. La vinculación¿Y si no quiere quedarse? Elemento de diagnósticoY mis necesidades, ¿cuándo?La participación familiar continúa11. FUNCIÓN DE LOS PADRES Y LOS EDUCADORESFunción de los padresFunción de la educadoraComedor y autobús12. ALGUNAS INQUIETUDES DEL EDUCADOR: NIÑOS APEGADOS, INHIBIDOS Y MARGINADOSNiños apegadosNiños inhibidosNiños marginadosAlgunas referencias orientativas de integración13. DEBERES, CASTIGOS Y PREMIOSLos deberes y las fichasEl castigoLos castigos en la familiaLos castigos en la escuelaConsecuencias o castigosLos juegos cooperativos14. LA AGRESIVIDAD INFANTIL Y LA ADULTA. FAMILIA Y ESCUELASociedad y violenciaOpciones ante la agresividadComprender la agresividadLa agresividad. Ira funcional y disfuncionalConflictos entre igualesDestructividadFalsas reparacionesClaves y recursos15. LA SEXUALIDAD INFANTIL Y LA ADULTA. EN LA FAMILIA Y LA ESCUELABreve aproximaciónFases sexualesEdades diferentes16. LAS ESCUELAS ALTERNATIVAS, LIBRES, RESPETUOSAS, CON APEGOOtra forma de acompañar a la infancia es posibleMadres de díaImportancia de la calidad del educador/acompañanteAlgunos modelos pedagógicos17. LA EXPERIENCIA FORMATIVA CON GRUPOS DE MADRES-PADRESLa función de los grupos de madres-padresEstilos parentales en los gruposGrupos de madres-padres18. LA EXPERIENCIA FORMATIVA CON EDUCADORESLa miradaObedienciaCambios operados en los educadores19. TESTIMONIOS DE MADRESEpílogoBibliografía

PRÓLOGOporSUSANA VOLOSÍN

Es una alegría y un privilegio escribir este prólogo para este libro. Como colega y amiga, puedo afirmar la calidad profesional y humana de su autora, Yolanda González.

Esta, su segunda obra, sigue reflejando como en la primera, sus conocimientos, su experiencia, su amor y respeto a los niños. Pero sobre todo, como escritora, refleja su brillante capacidad para comunicar. No es extraño que Amar sin miedo a malcriar haya tenido tanto éxito editorial.

Sus reflexiones son como un holograma: en él cada parte reproduce la imagen total del objeto. Como apunta el poema de William Blake:

ver el mundo en un grano de arenay el cielo en una flor silvestre…

Así, ella puede traducir en palabras sencillas los conceptos más complejos de la psicología, la pedagogía, la filosofía, las ciencias sociales, etc.

Los temas preocupantes actuales sobre la adolescencia, la hiperactividad, la depresión, la agresividad y, fundamentalmente, los problemas de adaptación del pequeño en la escuela, los conduce hacia orientaciones operativas, concretas y cotidianas. De esta forma acompaña a los padres y a los maestros que necesitan ese apoyo y ese consejo, ya que hoy en día están desorientados y solos frente a instituciones rígidas que solo estimulan cerebros, cuando las prioridades de los niños son ser reconocidos como personas completas, con afectividad, sexualidad y espiritualidad, además de intelecto.

Las palabras de Yolanda, próximas y cercanas, muchas veces involucrando a los lectores con un «tú», alientan a la esperanza.

A mi parecer, el leitmotiv de su libro es el pasaje respetuoso a la integración de todo lo que está separado, fragmentado o aislado, a una integración reflexionada y elaborada para permitir el acercamiento de la familia a la escuela y de la escuela a la familia, para lograr finalmente el desarrollo integral de la niña y el niño, condición indispensable para convertirse en un adulto «íntegro».

En nuestra civilización hemos perdido el valor de los tiempos y espacios transicionales. En cambio, muchas comunidades indígenas originarias dan mucha relevancia a los ritos de pasaje. La autora tiene el don de recuperar en esta época y circunstancias estos ritos de pasaje, proponiendo «pasos» adecuados al ritmo madurativo de los pequeños. Pasos que permitan reunir en la frontera a profesores y docentes, para crear un espacio en común que yo llamo «transfrontera». Allí, por empatía y sensibilidad a sus hijos y alumnos, surgirá un área especial de acuerdos que manifestarán la urgente conciencia de que estos seres necesitan, a edades tempranas, de un apego seguro para configurar un psiquismo sólido, condición esencial para una buena separación y una apertura a nuevos vínculos.

Yolanda González enfatiza el acompañamiento, pero también la pasión vocacional docente, énfasis de la que es muy coherente también en sus propios gestos.

No olvido un día, hace varios años, en el que, en un restaurante de Alicante, no pudo soportar el sufrimiento de un bebé que lloraba en su cochecito mientras su mamá, distraída, comía y charlaba con sus amigos. Ella se acercó respetuosamente y le aconsejó que tomara en sus brazos a su pequeña y la acunase. Lo hizo sin culpabilizarla, actitud que mantiene permanentemente en su texto, buscando la comprensión y las causas, como en el tema de la agresión infantil.

Como Yolanda, en mi trabajo de psicoterapeuta o en mis clases de expresión corporal, insisto en ayudar a captar y canalizar adecuadamente esta agresión en los pequeños y los adultos antes que involucione en violencia destructiva. De esta manera, se crean las condiciones para transmutar dicha agresión en fuerza y energía para luchar por sus proyectos y valores. Ya que esta fuerza alimentará la confianza de los niños para elevar su voz en la defensa de sus derechos.

Hace unos días, en la fiesta de entrega de los premios de Onda Cero Radio, en Palma, un locutor contó un episodio con su peque de cuatro años: el padre le avisó de que el siguiente lunes empezaría a ir también a la escuela por las tardes, y su niño le contestó: «Oye, papá, eso no lo tratamos tú y yo».

F. Tonucci, el prestigioso educador italiano, tiene un escrito cuyo título es Cuando los niños dicen ¡BASTA! En él habla de la emergencia de los Consejos de niños en Italia, Argentina y en Reus (España). No solo es importante la creación de dichos Consejos, sino que los niños sean escuchados por los adultos. No solo son privilegiados los niños escuchados, sino también los adultos que los escuchan, ya que gracias a ellos han podido mejorar muchos aspectos de la vida de sus pueblos.

En la Escuela de O’Pelouro, en Galicia, cada día se comienza con una asamblea, donde intervienen niños y adolescentes, para planificar el programa del día.

Formo parte de un posgrado para maestros de la Universidad de Baleares. El objetivo de mi módulo es desarrollar «los primeros lenguajes del niño: el cuerpo y la emoción», como base fundamental para adquirir el lenguaje oral, y luego el lenguaje escrito y la lectura.

Desde lo corporal, pido a los docentes de la escuela infantil conectar con su niño interior, porque solo así podrán aplicarlo a sus alumnitos. Entre el programa de ejercicios incluyo el exteriorizar el ¡basta!, y el ¡sí!, y el ¡no!, expresados desde sus entrañas, para afirmarse ante todo lo que quieran o rechacen en sus vidas y en su profesión. Solo desde esa autenticidad podrán conseguir la expresión auténtica de dichos ejercicios en sus alumnos. Así lo pude verificar en algunos vídeos, que mostraban como los pequeños conseguían manifestar esas exclamaciones en las aulas, comunicando sus emociones con sus bracitos y sus voces.

D. Winnicott, el pediatra y psicoanalista inglés, diferencia entre el sí mismo auténtico del falso. El self auténtico es el que permite la espontaneidad y la creatividad, mientras que el falso, de tanto adaptarse a los otros o al sistema social, pierde su «yo soy», su mismidad.

El libro Educar sin miedo a escuchar es uno de esos textos que no solo defiende la autenticidad, sino que da la mano para lograrla.

Y la autenticidad es el camino para la dignidad.

W. Reich dijo: «Los niños auténticos de hoy son el futuro del mañana». Lo que se podría completar así: «Los niños auténticos de hoy, son el futuro para la humanidad digna del mañana».

Que esta obra sea una contribución para ese futuro.

SUSANA VOLOSÍN

Psicóloga y psicoterapeuta, directora del centro Cor Endins de Mallorca

AGRADECIMIENTOS

Sin los grupos de madres y padres, antorcha viva y permanente de la confianza en el cambio de mirada a la infancia, sin la apertura de sus corazones dispuestos a superar los obstáculos en el camino… este libro no habría podido ver la luz.

Sin los grupos de educadores, luchadores incansables ante murallas invisibles que impiden la proximidad a la infancia, este libro no sería el espejo de mi interacción con su práctica.

Pero sin el contacto con las pequeñas criaturas, sedientas de amor y empatía, hambrientas de comprensión y de respeto, jamás habría osado escribir por ellas.

Dedico este libro a los peques, con todo el respeto, agradecimiento y amor que me despierta el contacto directo con la primera infancia.

Mi gratitud a mis queridas amigas, que me han apoyado y animado en la realización de este libro, especialmente a Isabel y Arantxa por sus sugerencias.

Y te agradezco a ti, apreciado lector, por dejarte acompañar en la senda de la reflexión y la comprensión de esta etapa crucial del desarrollo infantil.

Ayer y hoy, gracias a mi hija. Mi gran maestra.

INTRODUCCIÓNLA AVENTURA DE ACOMPAÑAR A PADRES Y EDUCADORES

Escribir el libro que tienes en tus manos ha sido realmente una labor apasionante. Apasionante, porque cada letra emana del corazón y se desliza y sustenta en las directas y enriquecedoras experiencias con los niños, los padres y los educadores. Experiencias intensas, que a su vez refuerzan y consolidan los conocimientos teóricos adquiridos sobre el maravilloso universo infantil.

Apasionante, sí. Compleja labor, también.

¿Por qué?

Es un reto tratar este tema enfocado a dos colectivos que, en ocasiones, se encuentran con ciertas dificultades o conflictos para alcanzar la necesaria colaboración activa desde sus diferentes funciones. Entre otras causas de índole institucional, los conflictos más frecuentes entre escuela y familia se deben a la diferente percepción que presentan en relación a la infancia y la educación. Sin embargo, es imprescindible caminar hacia la integración de estos contextos educativos si queremos realmente abrir nuevos caminos a favor del bienestar infantil.

El abordaje de la función de la escuela desde una perspectiva saludable que respete a sus verdaderos protagonistas, los pequeños, requiere, por un lado, una reflexión profunda sobre los modelos de crianza actuales y, por otro, un análisis sobre la necesidad de realizar importantes cambios estructurales a nivel institucional y social. En definitiva, tanto la familia como la institución escolar y la sociedad deben unificar criterios saludables que favorezcan una ampliación de la mirada y de la empatía hacia la primera infancia.

¿Cuál es la realidad de estos dos contextos educativos?

Cada mes de septiembre, año tras año, recibo decenas de correos electrónicos de madres, y algunos padres, que se preguntan angustiadas qué hacer ante el llanto desconsolado de su peque al inicio de la escolarización. Madres que narran sus dudas e inquietudes y que se sienten sometidas a una intensa presión social que no repara en la escucha de las emociones infantiles, sino al contrario, ignora y/o normaliza cualquier reacción «adversa» individual, considerada como molesta para el funcionamiento estandarizado.

Además del inicio de la escolarización y las dudas que suscita, hay que sumar las muchas y variadas inquietudes ante las diversas situaciones que se presentan durante el curso escolar en edades tempranas, tanto para padres como para educadores, como veremos en capítulos posteriores.

El otro contexto que interactúa con la primera infancia tampoco lo tiene fácil. Como formadora de educadores infantiles, he tenido la oportunidad de comprobar la necesidad formativa y de reciclaje permanente que presentan, afortunadamente y cada vez más, algunos centros educativos.

Los propios educadores reconocen que son preparados en la universidad para «educar» y enseñar a los pequeños diversos contenidos y conocimientos, pero que experimentan muchas lagunas en otras áreas imprescindibles para interactuar adecuadamente en la primera infancia. Estos profesionales demandan una mayor comprensión de las necesidades emocionales infantiles para no repetir modelos educativos poco saludables como los actuales. Es decir, modelos que potencian en primer lugar cabezas sin corazón, autómatas sin capacidad crítica y tantos otros problemas que acarrea una educación basada en la razón y escindida de la emoción.

Desde 1993, y durante más de diez años en el programa de Bienestar e Infancia del Ayuntamiento de San Sebastián, he sido formadora de educadores infantiles, más tarde del profesorado de la ESO y por último de profesores de bachillerato y monitores de tiempo libre. Paralelamente, formaba y supervisaba a equipos de profesionales que interactuaban en las denominadas escuelas de padres.

Nuestro objetivo central ha sido unificar criterios que posibilitaran un mayor grado de salud y bienestar tanto en la escuela como en la familia, con el foco de atención centrado en preservar y atender las necesidades emocionales en la primera infancia.

Este gran abanico de experiencias formativas me ha permitido comprobar en vivo y en directo las aspiraciones y limitaciones de estos colectivos que buscaban, y buscan, un mayor conocimiento de los procesos emocionales infantiles (en el caso que nos ocupa) y sus intentos de cambio dentro de una estructura rígida, que constantemente limita las necesarias y profundas transformaciones educativas para garantizar un desarrollo saludable y preventivo en esta etapa crucial del desarrollo.

Ante estas dos necesidades y realidades complejas (padres y educadores), y sin olvidar el mencionado foco de atención central y prioritario que es la primera infancia, tomé la delicada decisión de escribir para ambos colectivos, buscando esencialmente unificar e integrar ambos contextos educativos.

En este sentido, soy consciente de que una lectura empática del presente y complejo tema debe superar ciertas dificultades. Confío en que la lectura y el abordaje conjunto para padres y educadores ayude a sortear cualquier obstáculo que hallemos en el camino, por el bienestar de los más pequeños.

¿Cuáles son los obstáculos o aspectos que hay que valorar?

Se concretan en los tres siguientes:

El primero: cada contexto familiar o educativo es único, como único es el caso particular de cada pequeño. No se puede generalizar ni realizar afirmaciones globales cuando hablamos de procesos de maduración infantil, debido a que estos procesos no son independientes en sí mismos, sino que responden a la interacción con los dos contextos citados (familia y escuela), de los cuales las criaturas dependen totalmente para su desarrollo y bienestar emocional.El segundo: tratar sobre la escolarización temprana conlleva el análisis de muchos factores interrelacionados, que exigen evitar respuestas normativas y simples que pretenden de algún modo y como objetivo final la adaptación infantil a esta sociedad estresada, cambiante y neurótica al precio que sea. Es decir, no deberíamos ignorar las respuestas de resignación o de pseudoadaptación al inicio de la escolarización. Ninguna justificación social o laboral es suficiente cuando se genera sufrimiento innecesario en etapas tempranas. La consciencia de esta situación nos permitirá ir modificando las leyes laborales en lugar de continuar ignorando las necesidades emocionales de la primera infancia.El tercero y más importante, el objetivo de este libro, es favorecer una comprensión profunda del proceso madurativo infantil, que favorezca mejorar el acompañamiento a la etapa delicada de edad comprendida entre el nacimiento y los 6 añitos, período de formación del carácter.

Para ello, es fundamental crear nuevos espacios de encuentro real, y no solo teórico, de los dos contextos educativos citados: padres y educadores.

A veces, y aquí estriba la dificultad, padres y educadores interpretan la realidad desde posiciones diferentes, incluso antagónicas, más allá de la probable intención de hacerlo «bien». En esta disparidad de percepción, similar a un divorcio sin acuerdos, el pequeño es el perjudicado.

En definitiva, se trata de superar los obstáculos, caminando hacia la integración de los dos contextos educativos, padres y educadores, estableciendo bases de cooperación, diálogo y objetivos comunes en beneficio de los más pequeños.

Solo desde esa posición y con esa mirada vamos a reflexionar juntos sobre este tema controvertido en nuestra sociedad y de crucial importancia para los peques en edad de «escolarizarse» según los requerimientos sociales y laborales.

Te invito a ir más allá de los propios intereses individuales, personales o profesionales, a abandonar en la medida de lo posible cualquier percepción distorsionada fruto de nuestra propia educación e historia personal, para mirar directamente y escuchar con empatía las necesidades y emociones de las criaturas en formación.

En última instancia, cada lector tomará las decisiones que considere oportunas según sus propias posibilidades, asumiendo la responsabilidad de las mismas en torno al período de educación infantil.

Finalmente, y como en mi anterior libro y en todas las conferencias y formaciones que imparto, señalo un aviso preventivo antes de iniciar la lectura: el sentimiento de culpa.

La culpa casi siempre omnipresente («si lo hubiera sabido antes») es una mala compañía, pues no existe padre/madre perfecto ni educador ni profesional que pueda presumir de ello. Afortunadamente.

Desde la psicología clínica, sabemos que el sentimiento de culpabilidad se estructura en la primera infancia, fruto de la educación recibida. El superyó es una instancia psíquica que se instala progresivamente cuando se interioriza la moral, las leyes y las normas de la autoridad que provienen de los adultos. Cuando este superyó es rígido, nos exige un funcionamiento que choca frontalmente con nuestros deseos y necesidades más íntimas, generando un conflicto que si no es resuelto, recrea un círculo infernal con sentimientos de arrepentimiento, más tarde rebelión, nueva sumisión y así sucesivamente. Las afirmaciones reiterativas de «esto está muy mal», cumplen la función poco educativa de lograr sumisión y obediencia a la autoridad, y dificultan el desarrollo de la actitud crítica y reflexiva que emerge en etapas posteriores.

Como afirmaba el pedagogo escocés Alexander Neill, «la culpa no es una reacción ante la voz de la conciencia, sino saberse desobediente a la autoridad y tener miedo a las represalias».

La culpa engendra miedo, y el miedo, hostilidad a la autoridad. Para sobrellevarlo, se inicia el aprendizaje de la hipocresía, pues pronto aprendemos a quedar «bien» ocultando nuestros propios criterios y nuestra voz interior. Para no ser recriminado, aprendemos a quedar «bien», y pagamos un alto precio al ignorar y reprimir nuestras más genuinas necesidades y emociones por miedo.

El miedo es el polo opuesto del amor.

¿Acaso hay algo de educativo en el miedo y la culpa?

Hay que cambiar la mirada hacia nuestros pensamientos, emociones y actos. En lugar de la culpa, por lo que no hicimos en el pasado o hacemos en la actualidad, tomemos conciencia de nuestra responsabilidad. Es una oportunidad para aprender, reflexionar y evolucionar junto a los grandes maestros: tus hijos o alumnos.

Para acabar, ahora sí, me gustaría hacer unas breves aclaraciones antes de que te sumerjas en el presente libro.

Observarás que indistintamente nombro niño, niña, peque o criatura para referirme a la primera infancia sin hacer distinción intencional de género.

Por otro lado, cito a la «madre» como referente de cuidadora principal, aunque en muchas ocasiones es el padre u otra figura de apego quien sustenta esta representación de atención a las criaturas.

Otro aspecto importante que quiero resaltar especialmente es que este libro está orientado a favorecer la búsqueda de la vía del medio. Adoptar esta saludable posición intermedia es un auténtico arte en las diferentes áreas de nuestra vida y, por tanto, no es nada sencillo: ni el autoritarismo tradicional ni la permisividad absoluta en la crianza y la educación. Ambas posturas son extremos que excluyen cualquier respeto a la primera infancia.

Y, en la misma línea, una apreciación muy importante:

Este libro es inclusivo: va destinado tanto a educadores convencionales como aquellos que acompañan en escuelitas alternativas o libres. De igual forma, está dirigido a los padres-madres que optan por un tipo de escuela u otra.

Pues el objetivo fundamental en la educación y crianza es el conocimiento, la conciencia y el respeto de los procesos madurativos infantiles.

Considero que este amplio y diverso abanico de ópticas educativas puede beneficiarse de las reflexiones conjuntas extraídas de su lectura, posibilitando una mejora en la calidad de la comunidad educativa así como en la función de la paternidad/maternidad.

Se trata de mejorar juntos las diferentes opciones que se presentan en el vasto mundo del acompañamiento y la educación.

En última instancia, soy consciente de la insistencia en algunos conceptos, que, sin ánimo de reiterarlos arbitrariamente, cumplen la función de reforzar gota a gota la comprensión del universo emocional infantil.

Espero que, aunque en algunos momentos te remueva, disfrutes de su lectura como yo de su escritura, y confío en que estas líneas que siguen te permitan potenciar tu amor sin miedo a malcriar, favoreciendo la empatía, durante la crianza y la educación.

Por su bienestar y salud.