7,49 €
Nuestra vida y cómo la vivimos es una elección porque cuando comenzamos a hacer consciente todas esas creencias inconscientes que nos limitan a confiar en nosotros mismos, es que solo dándole luz a la oscuridad podemos trascender creencias que nos hacen sufrir para dejarlas atrás, creando nuevas redes neuronales y nuevas creencias ajustadas mas a la persona que nos gustaría ser y no a la persona condicionada que nuestro inconsciente nos dicta en el día a día. Todo lo que creemos hoy, cómo pensamos o nuestra manera de comportarnos en nuestra vida está definida por nuestra forma de autopercibirnos en el mundo; solo es necesario dar un paso grande y confiar en la incertidumbre durante un tiempo para poder crecer y sentirnos más a gusto y plenos con quienes somos, y esto se traduce en más calidad de vida y menos sentimientos frustrantes. Creo que en mi vida intenté siempre resistirme. Aunque sufría constantemente por cosas que no eran importantes, siempre fui muy racional y hasta hace unos años era muy absolutista blanco o negro: hasta que tuve el mayor aprendizaje de mi vida, a partir del mayor dolor que viví, trasmuté ese dolor en consciencia para transmitir a la gente que es posible vivir con mejor calidad de vida a través de cambiar nuestras creencias y percepciones. Este es un libro autobiográfico que de alguna manera intenta ayudar a las personas a llegar a amarse en su autenticidad, de ninguna manera es una verdad absoluta, solo describo lo que me ayudó a salir de lugares en los que mi alma y mi cuerpo no se sentían a gusto y me dio libertad para elegir en la vida y por sobre todo libertad de pensamiento y paz.
Das E-Book können Sie in Legimi-Apps oder einer beliebigen App lesen, die das folgende Format unterstützen:
Seitenzahl: 185
Veröffentlichungsjahr: 2024
LUCIANA BELBEY (LULA)
Belbey, Luciana El camino hacia la autenticidad : un recorrido por los colores de la vida integrando todos nuestros procesos y estados / Luciana Belbey. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2024.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-5326-3
1. Autoayuda. I. Título. CDD 158.1
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Dedicatoria
Prólogo
Identificarnos nos limita
El éxito
Los absolutos
La somatización
Crisis existenciales
Las polaridades
El Ego
La negociación con el pesimismo
La arrogancia
Parar para observar
El dolor como maestro
Las sombras
La risa
La espiritualidad
Los culpables
La introspección
La autoexigencia y sus consecuencias
Los vínculos
El apego
El camino del alma
El altruismo
El hoy
Como decía Spinetta: “las almas repudian todo encierro”.
Este libro es una suma de cuestionamientos, autosabotajes internos, creencias de otros, dolor y sufrimiento por circunstancias de la vida, pero por sobre todas las cosas, es un libro para valorar la importancia de ser fiel a uno mismo, independientemente de lo que nos puedan enseñar las múltiples doctrinas existentes en este mundo. Y de cuestionar todo aquello que no resuene con nosotros, aunque sea lo más normalizado por esta sociedad.
Si siempre te sentiste abrumado, diferente, si te cuesta encontrarle valor a la vida superficial como nos la venden, si no encontrás placer en esta vida vivida desde el miedo y para los demás, donde somos un número más que necesita cumplir con mandatos o parámetros establecidos por otros, este libro es para vos. Si te sentís perdido te cuento que es el primer paso para dejar de identificarte con quien creíste ser y empezar a descubrir quién realmente sos.
Está dedicado a todos aquellos que sienten miedo, que viven en piloto automático, que les cuesta encajar, que sienten que la sociedad se ha vuelto un sinfín de objetivos vacíos de humanismo. Dedicado a todos aquellos que se sienten perdidos en su camino y que les cuesta encajar en los estereotipos de normalidad que establece esta sociedad. A todos aquellos que se han castigado durante años por no sentirse igual a los demás, a los que se sacrifican día a día por encajar y a todos aquellos que se sienten ovejas negras dentro de un sistema patológico.
Agradezco cada cuestionamiento que me hice para llegar a la integridad con la que me habito hoy, aceptándome en cada momento, sin exigirme de más, dándome el espacio para cambiar de proyecto cada vez que así lo elija, dándome el espacio para estar sola y disfrutar de mi presencia que es una de las cosas que más me gustan hoy en día. Y a todos aquellos que piensan que la plenitud se puede sentir en vida sin tener que llegar a lo extraordinario, simplemente viviendo y disfrutando lo que hoy somos, solo siendo uno mismo, con los matices que de ella se despliegan y amando cada proceso de crecimiento como si fuera el último día de nuestras vidas.
Quiero decirles que yo también estuve ahí y que hoy me siento plena siendo quien soy, me respeto, sé que soy diferente, sé que elijo y que amo ser diferente y que ese proceso me costó mucho, pero fue muy necesario para darme la seguridad de hoy estar escribiendo un libro, no lo puedo creer, jamás fue un objetivo mío, solo salieron palabras de mi alma y todo mi aprendizaje quiero dedicarlo para que puedan experimentarlo desde su cuerpo, y tal vez no sea exactamente como el mío porque todos los caminos son diferentes, pero la sensación de paz es única, que ayude a entender que somos seres completos siendo quienes somos hoy y que no necesitamos alcanzar ningún estado perfecto o compararnos con ideales para amarnos, solamente escucharnos a nosotros mismos y callar el murmullo externo, pero por sobre todo vivir el momento presente con la confianza de que algo superior nos sostiene siempre, y esa es la única verdad que existe, pues nuestro paso por esta vida es sumamente transitorio.
Así como este libro salió directamente de mi alma porque jamás fue un objetivo de mi ego, así es la vida, nos va dando libertad de elegir luchar por aquello que jamás fue para vos, o de fluir con naturalidad con lo que la vida si te da y es para vos. La Paz es la consecuencia de elegir el camino del alma y dejar de luchar obsesionadamente por encajar en estereotipos que no son nuestros sino impuestos.
Quiero agradecer al universo por darme esta oportunidad y por darme la alegría de reconocerme como alguien que vino a esta tierra a traer un mensaje de ayuda entre tanto caos y que la calma en mi sistema nervioso de hoy es mi guía constante en esta vida.
Antes de empezar a leer este libro te invito a hacer una meditación para reconectar con tu niño interior y darte el amor que mereces pero que la sociedad y sus creencias hicieron que te alejes. SOS uno con el todo, no te olvides de ello jamás, es la razón principal por la que estás acá.
Quiero citar una frase de Erich Fromm del libro “el mito de la normalidad” del Dr. Gabor Maté que dice: el hecho de que millones de personas compartan los mismos vicios no convierte esos vicios en virtudes; el hecho de que compartan muchos errores no convierte los errores en verdades, y el hecho de que millones de personas compartan las mismas formas de patología mental no hace que esas personas estén cuerdas.
Erich Fromm, hacia una sociedad sana.
Por muchos años me definí o identifiqué por definiciones externas, por experiencias traumáticas de mi vida, me definí por mis títulos, por mis amigos, por mi posición económica, y los encasillamientos en los que me ponía no acababan más porque siempre acechaba ese miedo a ser insuficiente, a no encajar en los parámetros establecidos, porque esta sociedad siempre te pide más, nunca nada es suficiente, pareciera como que la culpa es de la sociedad, pero a su vez la sociedad somos nosotros, entonces ¿qué es lo que está pasando, que aceptamos sin cuestionar todo aquello que se considera normal? La vida se convierte en una check list interminable, con sentimientos de frustración constante. ¿Cómo es que estamos definidos por pertenencias externas transitorias y no nos hemos preguntado realmente quiénes somos?
La verdad es que creo que podría ser mejor, pero también creo en la sabiduría de cada ser humano para darse cuenta y preguntarse cada vez que no se siente cómodo en su vida, estamos aquí para aprender, para ser y para disfrutar, no para demostrarle nada a nadie. Por otro lado también tengo la confianza que por alguna razón mucho más sabia que mi propia mente cada uno de nosotros transitamos un camino único y que el tiempo nos ayuda a aprender. Si bien el tiempo es relativo científicamente hablando, nosotros lo experimentamos de una manera lineal justamente para que cada día de nuestras vidas sea mejor si aprendemos a controlar lo que si tenemos control, de adentro para afuera, si nos conocemos y disfrutamos de nuestra presencia y autenticidad.
Es importante que nos demos cuenta que sin espiritualidad, no somos nada y que ser espiritual no se trata de ir a meditar al Tíbet, sino con el compromiso con uno mismo y con el amor y la compasión con la que puedo verme en situaciones ya sean pasadas, presentes o futuras difíciles para reencontrarnos con nuestra verdadera esencia, nuestra consciencia o supraconsciencia, esa parte de la mente que nos conecta con nuestra divinidad y nos ayuda a ser felices, ya que la felicidad se experimenta solo en el momento presente, en el disfrute de lo simple, de lo compartido con otros seres humanos o simplemente con la presencia divina dentro de nosotros mismos, lo único que sentimos desde el ego es placer y confundimos mucho placer con felicidad, por eso este mundo está lleno de ansiedad, de miedos, de depresión.
Entiendo que cierta responsabilidad le corresponde a una sociedad que se maneja de una forma incorrecta, y que prioriza las ganancias externas, pero no tiene en cuenta al ser humano, sus emociones, sus traumas, nadie nos enseña cómo sobrellevar momentos de frustración, pero si se premia siempre el éxito académico, nadie nos enseña educación financiera, pero se premia la abundancia económica, nadie nos enseña inteligencia emocional, pero se nos pide “ser buenas personas y sanas”, tantos mandatos para un ser humano que no se entiende a el mismo, tantas exigencias para alguien que realmente no sabe lo que quiere, pierden al “ser” humano que habita dentro del cuerpo entre tanto consumo. Existe una parte muy grande de nuestra sociedad supeditada por creencias obsoletas, pero por sobre todo superficiales, sufriendo porque creen que todo eso es una verdad irrefutable y que si no alcanzan tal o cual estado o renombre no pueden definirse como seres humanos suficientes y felices.
Cada día avanzamos más en tecnología pero retrocedemos en amor propio y autoconocimiento, nuestro ego se va haciendo cada vez más grande y rígido, mientras que seguimos tratando de alcanzar la zanahoria, la vida se nos va de las manos porque hemos perdido nuestras prioridades entre tanto consumo. Escuchar nuestra consciencia o la voz del alma cada día se hace más difícil ya que tenemos una mente que no para y además ese miedo interno a quedar afuera, a no ser parte que se apodera de nosotros y hace que busquemos siempre ser iguales a los demás, cuando la verdad es que somos todos diferentes y no necesitamos lo mismo.
Vivimos en una sociedad inmersa en el victimismo donde se tiende a luchar para lograr títulos, jefaturas, tanta cantidad de seguidores o likes, y no nos damos cuenta que la sociedad nos crea la necesidad (porque juega con nuestro miedo a no encajar) y nos vende la cura, entre otras cosas para cubrir las falencias internas, nos llenamos de ropa, de autos, de casas, de modas, de gente, para no escuchar lo que nos pasa interiormente, porque hemos perdido conexión con el amor que somos y todo lo que ocurre en nuestro entorno nos afecta constantemente porque no sabemos usar la mente como instrumento, y sobre todo hemos aprendido y heredado que si las cosas no son como nos gustaría debemos quejarnos y culpar, como si solucionaría algo, pero la culpa nos somete a un estado de victimismo acerca de un pasado que no podemos cambiar; creo que el paradigma actual es centrarnos en la responsabilidad que tenemos de conocer cómo funciona nuestra mente y nuestras emociones para entender lo que somos y dejar de identificarnos con nuestros pensamientos (que la mayoría vienen de creencias limitantes inconscientes) que muchas veces por no poder controlarlos nos llevan a estados de ansiedad crónica y depresión, sin hablar de todas las posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares, autoinmunes y de entrar en el mundo de la medicación psiquiátrica que no tiene fin si no encontramos un terapeuta que trabaje de raíz nuestros problemas y que nos enseñe que la medicación y la medicina tradicional en la mayoría de las patologías solo reduce síntomas y no trata de raíz lo que nos llevó a enfermar. Deberíamos comenzar por cuestionarnos si somos todos iguales, si todos necesitamos no consumir carne, si todos necesitamos tener pareja o hijos, si todos necesitamos dejar de consumir completamente harinas, si todos necesitamos tener el último iPhone para encajar dentro de una sociedad superficial y ausente en seguridad. Nos venden de todo porque nos creemos carentes de sentido si no tenemos lo que se usa, lo que está de moda. Y no estoy en contra de tenerlos, sino que creo que hemos perdido la prioridad en esta vida que es ser felices eligiendo quienes queremos ser en vez de definirnos con cosas materiales transitorias que no nos va a importar cuando estemos en los últimos momentos de nuestra vida.
Creo y lo he experimentado en mi vida y en mis pacientes que la mente necesita controlar, pero estamos haciendo mal el foco en el afuera, cuando lo que nos va a brindar seguridad más auténtica es poder controlar lo que pensamos, elegir nuestros pensamientos y dejar de autoboicotearnos por miedo a ser diferentes. El famoso “libre albedrío” que tenemos nosotros es poder elegir qué pensamientos nos dan paz y cuáles generan una guerra dentro nuestro y la integridad que es pensar, sentir y hacer con coherencia solo se logra cuando puedo a través de la consciencia observar los pensamientos que vienen del ego y elegir un diálogo interno que pueda ser más amoroso y no esté a la defensiva.
¿No les parece loco que aunque tengamos las necesidades básicas satisfechas sigamos luchando por nuestra supervivencia (porque vivimos luchando o con miedo) como animales en vez de ser humanos que se aceptan completamente? Esto sucede porque nuestro cerebro está intentando sobrevivir como primera medida y nosotros al no saber cómo funciona la mente vamos cambiando el miedo que antes teníamos a morir por miedos superficiales como no poder viajar, no poder tener el crecimiento profesional que tienen algunas personas, no sentirte suficiente haciendo lo que estás haciendo básicamente, eso crea una sensación de miedo casi constante que nos hace movernos hacia lugares y personas que ni siquiera sabemos si realmente suman en nuestra vida.
Sabiendo esto creo menester darnos cuenta de que somos responsables de lo que sentimos, pensamos y hacemos con eso, y la responsabilidad sí nos habla de un momento presente, no así la culpa que escarba en un pasado sin poder hacer nada para cambiarlo y además nos lastima por dentro.
El despertar de nuestra conciencia es fundamental para darnos cuenta de todo lo que podemos hacer por nosotros mismos para sentirnos mejor como reducir el sufrimiento (o estrés) y controlar nuestras emociones. Cuestionarnos nuestro estilo de vida es súper necesario, necesitamos tomarnos un espacio entre tanto caos para darnos cuenta cuántas veces vivimos más en interpretaciones mentales, discutimos con personas que amamos por tener razón, vivimos especulando, hacemos futurologia para intentar controlar lo incontrolable, conociendo solo una parte de cómo funciona nuestra mente (ya que la mente funciona solo en momento presente) y vivimos compitiendo y sintiéndonos muchas veces mejor y otras muchas tanto peor que los demás por no poder tener o ser lo que nos gustaría, porque hay un modelo a seguir, porque en nuestra sociedad seguimos hablando de ideales totales cuando deberíamos comenzar a hablar de parcialidad, ya que los ideales no existen y jamás se cumplieron, la pareja perfecta, el vivieron felices para siempre, la idea del la salud perfecta, la idea del cuerpo perfecto, no existen como conceptos absolutos, sino como ideales a seguir a los que nunca vamos a llegar porque somos seres humanos errantes, diferentes y contradictorios, pero solo lo entenderemos cuando podamos integrar nuestras sombras y dejemos de resistirnos a ser solo “buenas” personas, ya que la bondad o la maldad son puramente conceptos, mientras podamos ver con compasión los límites del otro, debemos entender que en esta vida nos vamos a equivocar para aprender y eso no nos define como malas personas, sino como inconscientes que estamos intentando crecer. Eso creo es la verdadera humildad.
Podemos elegir cómo ver nuestra vida, dándonos cuenta de que siendo inconscientes solo copiamos y creemos en las verdades que nos venden sin ponernos a pensar si realmente es lo que elegimos.
Si en tu camino luchaste por la perfección como yo, porque pensaste que así podría ser, sufriste el triple de lo que deberías, ya que la perfección no existe y lo que puede ser perfecto para vos, para otra persona no lo es. Entonces, cuestionarnos es fundamental, y es la herramienta más útil que podemos utilizar para comenzar a despertar la conciencia y desde allí crear nuevas redes neuronales para poder mejorar nuestra calidad de vida.
Los invito a cuestionar su vida y dirigirla hacia lo que su intuición y cuerpo necesita, para encontrar La Paz es necesario ser uno mismo siempre.
Gracias
Viví muchas experiencias en mi vida que fueron tan dolorosas que empezaron a crear preguntas en mi interior, ¿quién soy?, ¿a qué vengo a la tierra?, ¿por qué todo es transitorio, pero lo creemos permanente?, ¿quién es Dios?, ¿qué hay de verdad en las religiones?, y hoy por hoy entiendo las patologías mentales y las psicosomáticas de una manera diferente.
Estudie medicina en Corrientes capital, el primer año fue tan duro y yo era tan exigente conmigo misma que dormía unas pocas horas por día para llegar a ser “alguien”, primera creencia errónea que logré borrar de mi inconsciente, y cuando digo ser alguien hablo de tener una carrera universitaria, no nos podemos definir por un título y nadie es más que nadie por tenerlo o no, simplemente son elecciones y no por eso te hace ser mejor persona. Mi personalidad perfeccionista fue algo que me acompañó en el sufrimiento muchísimo tiempo, pero hablaré de ello más adelante.
El primer año de medicina fue súper exigente y el filtro en el ingreso hace que por lo menos 60 % de las personas que quieren estudiar la carrera queden afuera, nose si está bien o mal, pero es lo que sucede. Decidí estudiar medicina porque siempre supe en mi interior que tenía que ayudar a la gente de alguna manera. Ese mismo año cuando estaba estudiando para rendir anatomía, había sacado las materias de 1 er año y solo me quedaba anatomía para marzo.
Estaba yendo con el que era mi pareja en ese momento a su casa y comencé a sentir hormigueo en la pierna derecha que se fue extendiendo hasta el brazo y luego a la cara, no podía hablar, se me caía el agua por el lado derecho de la boca, se me paralizo la mitad del cuerpo por más o menos una hora, vino toda mi familia, desesperados por entender que me estaba pasando, siempre fui una persona muy sana, me hablaban, yo no respondía, básicamente es como que me fui un toque de este mundo, hasta que volvió mi conciencia, luego me internaron 2 semanas para descartar toda patología orgánica que podría haberme llevado a ese estado. Vomité muchísimo, tuve fiebre, migraña que no cedía con nada, se me trababa la lengua para hablar a veces, tuvieron que descartar ACV, meningitis, encefalitis y alguna que otra enfermedad autoinmune. Esto duró más o menos un mes, hasta sentirme dentro de todo mejor. No encontraron nada en ningún estudio, hoy les puedo decir del poder que tiene la mente, en ese momento no entendía nada de la vida, necesitaba pasar por varias cosas para romper mi ego y buscar en lo más profundo de mi.
Quiero aclarar que cuando hablo de conciencia con C hablo de estar atento con los sentidos, básicamente despierto, mientras que cuando hablo de consciencia con SC hablo de nuestra capacidad de observar sin juicios nuestros pensamientos, de no identificarnos con los pensamientos, de entender que la mente produce 70 mil pensamientos al día y que si nos identificamos 100 % con ella podemos llegar a sentirnos emocionalmente agotados día a día; la mente y la consciencia son dos cosas diferentes, la mente es sumamente condicionada con experiencias de nuestro pasado, la utiliza para poder darnos seguridad en este momento presente; por ello es que cuando hacemos algo que jamás hemos hecho antes en general experimentamos miedo o ansiedad, justamente porque la mente no tiene experiencia comparativa para poder darnos seguridad. La consciencia es la parte de la mente que se desarrolla a partir de la meditación, a partir de la observación de nuestros pensamientos y de no identificarnos con ellos, ni con nuestras emociones, es lo que nos lleva a simplemente ser, es lo que perdura luego de la muerte. Se identifica cuando estamos en estados de flow o absortos en algo y nos volvemos uno y el tiempo se borra de nuestra mente. Es importante tener este tipo de estados en el día a día, es una práctica diaria, el mindfulness o meditación nos permite llegar a ella, como el gimnasio es para el cuerpo, el mindfulness es para la mente. Básicamente la consciencia es una habilidad que todos tenemos ya que depende del desarrollo de la corteza prefrontal del cerebro y de educar a nuestra mente.
Cuando logré salir de ese estado de estrés agotador por la carrera que me llevó a generarme síntomas en mi cuerpo empecé psicoterapia, pero como solo quería resolver el problema para seguir estudiando, porque entendía en ese momento que solo sacrificándome podría alcanzar lo que deseaba, no fue muy profunda mi conexión con la terapeuta, en ese momento solo quería seguir, no me iba a tomar el tiempo para frenar, mi personalidad competitiva y perfeccionista no podría tolerar dejar un año de la facultad o alguna otra materia, así que seguí, no aprendí nada de todo lo sucedido. Además en ese momento nadie buscaba autoconocerse, era una entre mil personas más que estaban estudiando la carrera de sus sueños, una persona que necesitaba demostrar constantemente que era buena en algo. Hoy entiendo que toda necesidad esconde una falta, y esa falta era mi mirada, necesitaba y buscaba desmedidamente que me vean porque yo no me veía.
Y hoy siendo la médica que soy, ¿creen que algún médico me preguntó cómo me sentía emocionalmente?, estaba destruida por hacer y hacer para llegar a un resultado que ni siquiera iba a darme felicidad toda la vida, hoy después de haber pasado todo eso y con el diario del día después me pregunto ¿era necesario tanto sacrificio? Hoy siendo mucho más compasiva y amorosa conmigo misma quiero compartir con Uds. lo que fue para mí el camino a la autenticidad y la importancia de confiar en uno mismo, y aunque hoy sientas que no hay nada en que puedas confiar de vos, te aseguro que la energía que te sostiene vino a cambiar un poquito el mundo, no estás acá en vano, y sos tan importante y especial como esas personas que admiras o envidias,(2 sentimientos muy cercanos pero a la vez contradictorios), ya vamos a entrar a conocer la dualidad de la vida y la capacidad de alquimizar que tenemos desde nuestra mente. .