El Egoísmo de los Moribundos - Ruben Daniel Cabrera Robinson - E-Book

El Egoísmo de los Moribundos E-Book

Ruben Daniel Cabrera Robinson

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Beschreibung

Pienso que el miedo es físico, se instala en el cerebro a través de algunos pigmentos y lo vamos desarrollando a lo largo de la vida. El amor o el odio son parte de los síntomas más frecuentes, tal vez depende de qué tipo de miedo nos inculquen de niños, qué tipo de amor sentiremos de grandes...!! El amor salva vidas que el odio destruye, eso es lo que intento con estas letras... Salvar vidas…!!

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RUBEN DANIEL CABRERA ROBINSON

El Egoísmo de los Moribundos

Cabrera Robinson, Ruben Daniel El egoísmo de los moribundos / Ruben Daniel Cabrera Robinson. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-3143-8

1. Ensayo. I. Título. CDD A864

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

La luz que buscas está dentro de ti

La conciencia demagoga es peor que la inconsciencia

Barbarie

Del campo somos y al campo volvemos

Cuento conciencia

Una historia más

El egoísmo

Miedo creído

Pensándolo mal

Animalicemos

La mirada

De celulares

Las ideas y los afectos

La metáfora

Ni premios ni castigos, consecuencias

Realidad objetiva

El efecto del afecto

Autoeducación

Cerca de Pan de Azúcar

Consciente, subconsciente e inconsciente

Soledad

¿Volveré?

De ti

Revés

Hogar, dulce, hogar

Adiós

Una tarde de primavera

Historia

De a dos

¡¡¡Quizás…!!!

¡¡Vida…!!

A todes mis chiques..!!

La luz que buscas está dentro de ti

Pienso que, cuando hablamos de la vida, hablamos de un regalo de la naturaleza…, de algo que se merece o se honra, como dice la canción…

Pero cuando hablamos de la vida de un niño, el tema se debe poner más profundo, no debe ser un tema común cuando se habla de un niño y de su vida.

Si hablamos de alguien que destroza la vida de un niño estamos hablando de lo peor de la raza humana.

Si hablamos de una inmundicia humana, o lo peor de la raza, ¿de qué hablamos? Solo un niño puede decir lo que siente un niño, pero a los 8 o 9 años no puede escribir un libro, por eso tengo que ser tan gráfico.

Un niño que se cruzó con lo peor de la raza humana, y sigue vivo; parece estúpido tener que agradecer que no te hayan matado del todo… cuando fuiste un niño.

Pero por respeto a los que no sobrevivieron, creo que hay que ver los casos un poco de ese modo, o sea, agradeciendo la vida…

Los niños no son nuestra semilla, ni nuestras raíces, ni el tallo que imaginamos que será flor, son algo análogo, y sus propias raíces están adheridas únicamente a nuestro amor.

Para empezar, creo que siempre que hacemos algo buscamos respuestas y para eso tiene que haber preguntas.

¿Qué nos preguntamos cuando somos niños?: ¿cómo será ser grandes?, al menos yo me preguntaba eso, sin embargo, cuando somos grandes no nos preocupamos tanto por los pensamientos de un niño, hasta que somos padres. Claro que este es un pensamiento en general. Habrá quienes piensen o se pregunten qué piensan los niños, pero lo difícil es representarse la pregunta intrínsecamente o al niño en sí.

Émile Planchard dice que los niños no son adultos en miniatura, y tiene razón, pero es lo que nos representamos habitualmente. Piensa que eso se debe a una expresión de deseo, sobre lo que queremos que sea el niño, más que sobre lo que es el niño en sí mismo.

Por otra parte, no es erróneo pensar que hay muchas personas que han sufrido situaciones límites o de violencia durante la etapa de la niñez, y de ahí surge la idea de hacer este libro.

Sería lógico creer que a partir de aquí comience a describir los hechos de mi terrible pasado, pero no es exactamente el mensaje que me gustaría dar, sino exactamente todo lo contrario.

Por respeto a quienes no sobrevivieron debemos ver las cosas con buen ánimo y en estado inspirativo. Inspirativo, me refiero a que despierta en el lector la inspiración para salir adelante, pase lo que pase. Cada experiencia, por mala que haya sido, sin duda deja un aprendizaje, lo difícil es que ese aprendizaje sea para bien. Victor Frankl inventó la logoterapia, después de las situaciones límites que le tocó vivir, sin embargo, a veces me cuesta mucho entender cómo alguien puede seguir y pensar con tanta inspiración, después de haber pasado por todo lo que tuvo que vivir. Si bien no es comparable su vida con la mía, me gustaría rescatar su voluntad y la valentía de no rendirse. Siempre me pregunto por lo que se perdió, con el tiempo que no se pudo ser feliz por culpa de los demás. Victor Frankl fue un neurólogo y psicólogo, que estuvo 3 años preso en un campo de concentración en Auschwitz y Dachau. Al salir libre recuerda sus penurias en varios libros, El hombre en búsqueda de sentido, La presencia ignorada de Dios. Y también crea una novedosa técnica de terapia alternativa llamada Logoterapia. Consiste en una terapia orientada a personas de la tercera edad, pero también es aplicada a otras edades. Y aquí debemos iniciar un paréntesis por varios factores, primero porque la culpa de los demás no la podemos analizar, respecto al daño que nos causaron, pero sí la responsabilidad sociopolítica. Los oligarcas que nos causaron el daño (por lo menos en los casos como el mío) y aquí me refiero a oligarca, a las acciones de varias personas sobre mi persona además de varios países y sociedades con la única intención de someterme o esclavizarme, tanto física como mentalmente y además gozar en la acción. Acá debo aclarar que sobre el motivo del goce, sobre la acción en sí, se necesita un análisis aparte. También creo que es de un ámbito profesional, así que en adelante lo vamos a ver. La responsabilidad sociopolítica está referida a la política y en función de la sociedad. Hecho que tiene cientos y miles de años, pero que se va modificando con la evolución de las sociedades. Para empezar, un hecho de esa índole, que me llama la atención es que en las escuelas cantamos himnos o idolatramos, sin asumir que se han cometido los peores vejámenes a la humanidad, en guerras y dictaduras sangrientas. Es verdad que mucho de lo que hoy vivimos como una sociedad pacífica tiene o es consecuencia directa de todas esas atrocidades, e incluso podríamos pensar que, si no hubiera pasado todo como pasó, hoy estaríamos peor, pero la realidad objetiva dice que no lo podemos saber efectivamente, claro que sabemos que otras sociedades han hecho las mismas cosas y hoy están peor que nuestra sociedad, lo que me lleva a pensar que quienes se han opuesto a las matanzas son los verdaderos protagonistas de este bienestar social.

Y que la perversidad con que han actuado los sectores más pudientes es visible y cuestionable.

En primer lugar debemos separar el valor de la vida, del valor de la vida sociopolítica, porque uno puede valorar por mucho su vida pero si la sociedad no te la valora, hay muy poco que uno puede hacer para valorarse, y ese es el punto que me gustaría tratar en el libro. Lograr que la sociedad se valore un poco a sí misma y cuestionar los terribles hechos que han sucedido dentro de esta misma sociedad. También me pregunto, cuando se cometen los vejámenes, los asesinatos, las violaciones y todos los hechos aberrantes que vemos día a día, ¿se trata de seres humanos realmente? Las víctimas sí son humanas y para ellos van estas letras, pero ¿los otros? ¿La lacra perversa que mata por placer y solo por matar? Es lógico pensar en que no todas las muertes son violentas, pero me quiero referir y escribir a esos que matan por matar. ¿son realmente seres humanos?, gente que tortura a niños, adultos, o a quien sea, tipos que electrocutan a seres humanos, o los tiran vivos al mar, o dentro del cemento en una viga, ¿son realmente seres humanos?, ¿o son una raza diferente a la nuestra?, a los que no matamos, a los que vemos a la sociedad como hermanos o como una gran familia. También podría ser que dejen de ser humanos en el momento en que eligen matar, no sé… pensemos en los que matan a los aborígenes, como si fueran alimañas o insectos, y que (paradójicamente) lo hacen en nombre de la paz social, también hay dentro de las comunidades indígenas, quienes matan por placer y al respecto pienso lo mismo.

Obviamente no podemos confundir la raza con la etnia, cuando hablo de que podrían ser de otra raza me refiero a que dentro de la misma especie humana, hay una raza que en su cerebro tiene cierta predisposición a matar y a gozar con el hecho en sí. Aunque el punto para discutir es cómo utilizan la mentira (a sí mismos) para justificar las muertes de los otros ante el resto de la sociedad. Sucedió que cuando yo tenía ocho o nueve años, intentaron violarme y asesinarme, paradójicamente no fue un descendente charrúa ni chaná (obviamente ni quechua o toba). Fue en Uruguay, y más allá de que desconozco su origen, tenía aspecto europeo, además blanco y de condiciones económicas de clase de media (como yo, valga la redundancia), por lo que los fantasmas de los que piensan que solo los negros o los pobres cometen aberraciones no existen, los hechos más horribles de ver son en las sociedades más altas también. Y todos estos comentarios se deben a que describo mi realidad sociopolítica.

Ahora cambio un poco el eje de la cuestión y te cuento que manejo un taxi en buenos aires capital, y como se sabe, los taxistas somos un poco psicólogos, sexólogos, etc. Y además de hacer un análisis sobre los cosas malas que me sucedieron de niño, quiero reflexionar profundamente sobre la vida, y el valor de la vida sociopolíticamente. Al mismo tiempo me pregunto si, en algún momento, dejamos de ser humanos o si en realidad no lo somos, sino que nos vamos convirtiendo en seres humanos a medida que evolucionamos, también la lógica pregunta de cuándo dejamos de ser humanos (si es que lo hacemos).

Erich Fromm habla de separatismo, que sería como separarnos de nosotros mismos, para mirar las cosas más objetivamente, y claro, lo comparto. Pero, por ejemplo, si Cristina Fernández o Néstor Kirchner (a quienes considero como dos de las personas más inteligentes del mundo) tomaran eso en el sentido lato de la palabra, se habrían puesto del lado de los conquistadores y listo. Sin embargo, (como es sabido) se dedicaron entre otras cosas, a construir políticas sociales contemplando el contexto de toda la sociedad en su conjunto. Respecto de la fama que le hace clarín y la corrupción de la que la acusan, a mí no me consta y no es compatible con el tema de este libro porque el enfoque que quiero darle no es desde la visión del gobernante, sino que soy un taxista y ciudadano, a quien los gobernantes deberían contemplar.

Es decir, parece como si la sociedad tomara el mensaje de Fromm, pero en el sentido opuesto a él (lo que habla de la inteligencia de la reflexión) más allá de que se interprete erróneamente (o no) el hecho de que tenga relación demuestra lo inteligente. ¿Por qué menciono a los Kirchner y comparo con el separatismo de Fromm? Porque veo como factor determinante la esquizofrenia social de este país, y las posturas opuestas a los Kirchner. Reconozco que es una comparación antojadiza, pero es un ejemplo que uso para definir una comparación específica. También debo aclarar que no intento hacer una crítica a Erich, sino que solo utilizo su visión de la vida para compararla con la posible visión de los asesinos de lesa humanidad. ¿Y cuál es el antagonismo del separatismo de Fromm, con la actitud de algunos gobernantes? Él se refiere a la forma de ver la vida más desde lo emocional que desde lo político, pero lo que me despierta el interés de hacer la comparación es que si alguien de manera demagógica y paranoica usara esa forma de ver las cosas apuntaría a la sectorización y la discriminación acérrima y falaz, y casualmente es lo que sucede con parte de la sociedad, y a su vez, esa sería la manera en la que pensaban y piensan los asesinos, violadores y dictadores de la época en que me torturaron junto a mi papá. Ese paralelismo al que apelo es el que interpreto que hacían ellos para poder lavar su conciencia, y eso mismo es lo que hace que un ser humano pueda ser tan malo con otro ser humano.

La conciencia demagoga es peor que la inconsciencia