El equilibrio emocional - Ramiro Calle - E-Book

El equilibrio emocional E-Book

Ramiro Calle

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Beschreibung

En esta obra, eminentemente práctica, Ramiro Calle incluye nociones sobre los tres estados aflictivos principales —la angustia, el miedo y la depresión—, aportando conocimientos y métodos eficaces para superarlos; entre ellos, el yoga físico, la meditación y la relajación. Desgrana valiosas enseñanzas de la sabiduría oriental para la vida cotidiana, así como conocimientos extraídos de la tradición occidental, pues lo mejor de Oriente y Occidente han de fundirse en un nuevo concepto que trascienda a ambos, para el pleno desarrollo del ser humano.

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EL EQUILIBRIO EMOCIONAL

La paz de la mente

Ramiro Calle

Siglantana

Para esta edición:

© Editorial Siglantana S. L., 2024

© Ramiro Calle, 2024

www.siglantana.com

Instagram: @siglantana_editorial

YouTube: www.youtube.com/siglantanalive

Ilustración de la cubierta: Michael Stiven

Maquetación y preimpresión: José Ramón Viza

Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea este electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (Art. 270 y siguientes del Código Penal).

Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra. Puede contactar a través de la web www.conlicencia.com o por teléfono en el 91 702 19 70 / 93 272 04 47.

ISBN: 978-84-10179-17-2

Para mis buenos y queridos amigos

Silvia Sánchez de Zarca y

Mauro Majano Sánchez de Zarca.

Estoy siempre en deuda de gratitud con mi entrañable y fraterno amigo Jesús

Fonseca, extraordinaria persona, exquisito poeta y alma noble y bella; mi

reconocimiento para Paulino Monje, fenomenal profesor de yoga,

César Vega y Helio Clemente.

Mi agradecimiento es inmenso para mi buen amigo

Javier Ortega, por su confianza en mi trabajo y su apoyo.

ÍNDICE

Prólogo

Introducción

En busca de la paz interior

La paz interior

La salud mental y emocional

La salud física en tanto el cuerpo no decline inexorablemente

La buena relación con las otras criaturas

Cuerpo

Mente

Sistema emocional y afectivo

Energías

Conducta

Condicionamientos

Dispersión mental

Emociones insanas

Contradicciones y conflictos internos

Desequilibrio psicosomático

Incorrecto modo de vivir

Incapacidad para asumir y desenvolverse armónicamente con las vicisitudes vitales

Ausencia de confianza en los propios recursos y potenciales internos

Tendencias insanas de la mente y conductas insanas aprendidas

Ausencia de ecuanimidad, visión clara y acción diestra

Entorno y ambiente desfavorables

Pensamiento neurótico

Debilidad física o desequilibrio somático

Egocentrismo desmesurado

El yoga, método por excelencia de mejoramiento humano

Meditación, viaje hacia el centro

La superación de los estados mentales y emocionales aflictivos

Tristeza, abatimiento y depresión

El miedo

Desasosiego y angustia

El trabajo interior y las cuatro sendas

La senda de la observación de uno mismo y la autovigilancia

La senda del autoconocimiento

La senda de la transformación

La senda de la realización de uno mismo

Impedimentos en la vía hacia la madurez

Las trabas de la mente

La ofuscación

La avidez

La aversión

La malevolencia

La impaciencia

La pereza

La negligencia

La apatía

La falta de voluntad

La duda sistemática

Factores de autorrealización

La energía

La atención consciente

La ecuanimidad

El contento interior

La investigación de lo real

La lucidez

La compasión

El cuerpo como instrumento

Primera tabla

Postura de la pinza

Postura de la cobra

Postura de la torsión

Postura sobre el costado

Postura de inversión

Respiraciones abdominales

Segunda tabla

Postura sobre la pierna

Postura de masaje renal

Postura de torsión variante

Postura lateral

Postura de la vela

Respiración intercostal

Tercera tabla

Media postura de la cobra

Media postura de matyendra

Postura abdominal

Postura de la pinza de pie

Media postura de la rueda

Respiraciones claviculares

Cuarta tabla

La postura de natashira

Postura del saltamontes

Postura del triángulo invertido

Respiración completa

La práctica de la relajación

Técnica

Beneficios generales

Armonía mental y meditación

La atención al movimiento de la respiración

La atención a la sensación táctil del aire

La atención al punto de encuentro de la inhalación con la exhalación y viceversa

La atención a la respiración mentalizando sosiego

La atención al cuerpo

La observación de la mente

La observación del cuerpo y la mente

La atención aquí y ahora

La meditación del silencio interior

Concentración y visualización

Ejercicios de concentración

Concentración en una figura geométrica

Concentración en un color

Concentración en una figura geométrica sobre un color

Concentración en un punto luminoso

Concentración en una esfera de luz

Concentración en un fondo negro

Concentración en un disco de color

Ejercicios de visualización

Visualización de la bóveda celeste

Visualización de un lago

Visualización de la luz blanca

Visualización de la luz dorada

La genuina autovaloración

La sabiduría de lo cotidiano

La salud emocional y la amistad

Guía para la salud mental y emocional

De la neurosis a la libertad interior

Apéndice

PRÓLOGO

Ramiro Calle lleva cuatro décadas llamando nuestra atención sobre la necesidad de un cambio en nuestras prioridades para recuperar nuestra esencia primordial en vez de dejarnos arrastrar por la mecanicidad y el automatismo. Sus muchos libros, conferencias y apariciones en los medios de comunicación son una invitación permanente a que busquemos respuestas en nuestro interior en vez de mirar obsesivamente al exterior, que aunque lleno de pretendidos atractivos y colores, difícilmente nos procurará una vida en armonía. Ramiro insiste y nos da las herramientas para que cultivemos un jardín en nuestra mente en lugar de utilizarla como estercolero; en que meditemos u oremos, para encontrarnos con nuestro verdadero yo; en que vivamos una vida en armonía y en paz, sin la zozobra permanente que vemos a nuestro alrededor como consecuencia de la ofuscación, la avidez y el odio que parecen querer anegarlo todo. Zozobra de la que también nosotros somos parte.

Ramiro Calle es uno de los autores más prolíficos de España, y no hay libro suyo que no sirva de inspiración para querer vivir de otro modo, de una forma más pura y verdadera. Unos son más asequibles que otros, pero todos ellos llaman a la voz de nuestra conciencia, a nuestro yo profundo, con el ruego de que despertemos a nuestra verdadera esencia y al hecho de que somos seres espirituales viviendo una experiencia material en la tierra. Ambos son necesarios, espíritu y materia, pero hay que saber discernir dónde está cada uno.

Ramiro Calle ha constituido en España un puente imprescindible para acercarnos a las milenarias técnicas orientales del desarrollo y el bienestar personal. Sus estudios y prácticas sobre el yoga físico y mental lo convierten en una de las personalidades más destacadas en esa materia a escala mundial. Y, sin embargo, este conocimiento no le impide ser el más cercano de los guías, aquel que siempre está atento a la evolución de su alumno, siempre en disposición de dar y de darse a los demás, de entregarse sin pedir nada a cambio. Y todo ello desde la modestia del que ha hecho suyo el principio de que la voz que hay que seguir es la de nuestro interior, sin dejarse deslumbrar por gurús o pseudogurús. Los que conocen a Ramiro en su quehacer diario en el centro de yoga Shadak, donde imparte sus clases 6 días a la semana, 48 semanas al año, saben bien de su entrega día a día, con la mejor cordialidad y la mayor eficacia.

En las obras más profundas de Ramiro, aquellas en las que habla del purusha y del prakriti, el lector intuye que Ramiro es conocedor por vivencia propia del samadhi al que todo ser en un momento de su evolución tiende a aspirar. Siendo esto así, el tema está presentado siempre con gran elegancia y casi de puntillas, para que el que quiera comprender comprenda, y el que quiera captar capte. Ramiro no impone seguimiento ni método, pero traza muy claramente el camino y afirma, porque lo ha vislumbrado y lo ha vivido y vive, que el Camino puede ser esplendoroso. Unos lo llamaremos Camino del regreso al Padre, otros Camino sin más…, pero todos sabemos de lo que estamos hablando.

A ese esplendor a nuestro alcance nos llama una y otra vez Ramiro Calle sin desfallecer ni un momento, al esplendor que podría rodear nuestras vidas de continuo si pensáramos y actuáramos de otro modo, en las cosas pequeñas y en las grandes. Esplendor que contrasta con la pobre forma de vida que parece que queremos mantener, en la que insistimos en ser zafios en vez de verdaderos príncipes. Aun así, Ramiro habla del esplendor que, estoy convencido, algún día veremos en la tierra porque el Reino de Dios no es algo etéreo e inconcreto más allá de las nubes, sino que debe ser recreado aquí en la tierra, por nosotros, una vez comprendamos y asimilemos nuestra verdadera naturaleza inmortal. Así como es arriba será abajo, dicen los Maestros.

En este libro Ramiro Calle incluye nociones sobre tres estados aflictivos ―angustia, miedo y depresión― y nos procura enseñanzas y métodos para superarlos, entre ellos el yoga físico y la meditación. También ofrece enseñanzas de la sabiduría oriental para la vida cotidiana, y enseñanzas occidentales, pues lo mejor de Oriente y Occidente ha de fundirse en un nuevo concepto que trascienda a ambos.

Contar con Ramiro es un privilegio del que creo que sociedad española no es plenamente consciente. Y para mí lo es también escribir estas líneas a modo de prólogo, en las que quiero, en agradecimiento a Ramiro Calle por su impagable labor, citar estas palabras del Maestro:

«El corcel se estremece bajo el flagelo del látigo

Purusha tiembla ante la injusticia

Benditos sean los valientes y los justos

El único juez es tu espíritu, allí reside Dios».

Joaquín Tamames

INTRODUCCIÓN

La mente es un gran misterio. Es el escenario de los pensamientos y las emociones, las tendencias más subliminales y la voluntad. Tal es su misterio que nadie ha logrado totalmente desentrañarlo, pero de lo que no cabe duda es de que en última instancia todo se percibe, conoce, experimenta y vive con la mente. La mente es como un pozo sin fondo. A veces hacemos diferencia entre las funciones mentales y las emociones, pero unas y otras se corresponden e interpenetran, y así en la sabiduría de la India se nos hace conjunta referencia al denominado órgano psico mental, que tenemos que aprender a conocer, ordenar, ejercitar y armonizar. No es tarea fácil, pero es el único modo de poder sentirnos mejor y, por tanto, mejor relacionarnos y conseguir ir liberándonos de estados aflictivos como la angustia, el abatimiento, el desasosiego, la melancolía, la ansiedad e innumerables temores infundados.

Los estados aflictivos del órgano psicomental son muy numerosos y mortifican y limitan a la persona, sustrayéndole la paz interior y la fuerza vital, y robándole asimismo y, por tanto, la alegría de vivir. Pero toda persona puede poner los medios para seguir con éxito el camino hacia el bienestar y la armonía. Hay para ellos un formidable y milenario cuerpo de enseñanzas, pautas, actitudes y eficientes ejercitamientos, que nos proponemos ir mostrando detalladamente en esta obra para que cada persona pueda trabajar sobre sí misma y conseguir la evolución consciente y el equilibrio psicosomático, logrando que la mente enemiga se convierta en mente amiga y que los estados mentales y emocionales aflictivos vayan cediendo para dar paso a los sanos y constructivos.

A lo largo de cuatro décadas he impartido enseñanzas y técnicas para el mejoramiento humano y he tenido ocasión de comprobar hasta qué punto innumerables personas se han podido beneficiar de las mismas, saneando así su mente y su sistema emocional y liberándose de los estados mentales y emocionales aflictivos que las aquejaban. Estas enseñanzas y técnicas nos vienen dadas desde la noche de los tiempos. A mí mismo, que fui víctima de estados aflictivos muy intensos, me fueron de una ayuda extraordinaria y por ello, agradecido a esas enseñanzas y métodos que entroncan con el yoga, la psicología hindú y la psicología budista, me he dedicado a lo largo de las últimas cuatro décadas a trasladarlos lo más fielmente posible a otras personas, con un carácter eminentemente práctico, aportando también actitudes y pautas de orientación de las psicoterapias occidentales, toda vez que yo mismo me sometí a lo largo de diez años a un tratamiento psicoanalítico parte de ese tiempo, y a un ejercitamiento psicoanalítico el resto de dicho periodo. He tenido así la doble fortuna de poder indagar con la máxima hondura posible tanto en el campo de las psicologías de las profundidades de Oriente como de Occidente y de ir impartiendo enseñanzas para favorecer el equilibrio psicosomático, emocional y espiritual.

La psicología más antigua, pragmática y práctica del mundo es el yoga. Los primeros meditadores fueron los primeros y más grandes psicólogos prácticos y experienciales de la Humanidad. Trabajaron con su mente sin tregua, hasta conocer sus más ignotos mecanismos, a fin de propiciar la evolución consciente, sanear el inconsciente y profundizar en la conquista de una mente de orden superior a la que podría denominarse mente supramundana o supraconsciencia.

Si la mente es causa de abatimiento o angustia, es necesario transformarla; si es fuente de temores infundados y otros estados dolorosos, urge modificarla. No hay por qué resignarse. De acuerdo a aquello que vamos haciendo con nuestra mente de instante en instante, así cosecharemos en la propia mente. Lamente tiene el poder de amplificar o minimizar.

Como es nuestra inseparable compañera a lo largo del viaje de la vida, es de suma importancia cultivarla y abonarla apropiadamente, para que nos ofrezca todos sus frutos. Hay muchos recursos internos que podemos actualizar, aunque de momento algunos puedan estar larvados. La mente dispersa y agitada nos ha producido muchas dificultades y una gran masa de inútil sufrimiento, pero podemos irnos liberando de muchos condicionamientos mentales, cambiar enfoques y actitudes y conquistar el equilibrio psicosomático y la paz interior.

Lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, y contribuir así al bienestar de los otros, es poner las condiciones para sentirnos bien. Durante años probablemente hemos sido muy negligentes en este sentido, y así hemos soportado insatisfacción profunda, descontento, ansiedad o abatimiento. Tenemos que aceptarnos conscientemente, pero no para fatalmente resignarnos, sino para desde esa aceptación lúcida comenzara trabajar sobre nosotros mismos para liberarnos de las ataduras mentales y emocionales y así poder madurar y emprender la verdadera realización de nosotros mismos.

Para poder transformarnos y mejorarnos se requieren:

Método.

Actitud.

Correcto modo de vida.

Tendremos ocasión de abordar todo ello a lo largo de esta obra. Después de la extraordinaria acogida que han tenido por parte del lector mis obras Ante la ansiedad, Las santas moradas y La senda del bienestar (esta última en colaboración con mi hermano Miguel Ángel Calle), pretendo con esta aportar enseñanzas y métodos para poder seguir caminando con certidumbre por la vía hacia la emancipación interna, la dicha interior y la consciencia despierta.

El material didáctico, de naturaleza práctica y con los puntos y pilares más esenciales para la transformación, el conocimiento de uno mismo y la autorrealización, ha sido vertido con profusión, pero con un sentido de síntesis, en esta obra cuyo objetivo directo es poder activar todos nuestros potenciales internos, superar las que podríamos llamar dolencias del alma, madurar emocionalmente y encontrar dentro de nosotros ese tesoro de tesoros que es la anhelada paz interior.

EN BUSCA DE LA PAZ INTERIOR

¿Qué es lo que todos los seres sintientes deseamos? ¿Cuál es nuestro principal anhelo? Sentirnos bien. Cada persona lo puede expresar de uno u otro modo, pero lo que todos estamos buscando es liberarnos de los estados aflictivos mentales y emocionales y sentirnos bien. Unos lo expresan diciendo que buscan la dicha o felicidad; otros, completarse o realizarse; otros, darle un sentido a la vida; otros, poder disfrutar y sentirse a gusto consigo mismo y con los demás; otros, superar sus temores y encontrarse a sí mismos… Hay muchas maneras de expresarlo, pero en el trasfondo de todas ellas lo que toda criatura quiere es sentirse bien y ser feliz.

La palabra «felicidad» es una de las más ambiguas, e incluso induce a error. ¿Qué es la felicidad? Aquí también encontraríamos innumerables respuestas. Es un término manoseado e indefinido, y por eso me inclino más por la denominación «sentirse bien». Pero asimismo podríamos preguntarnos, ¿qué es sentirse bien? Es gozar de la sensación de estar pleno, sosegado, a gusto, libre de angustia y abatimiento, completo interiormente en uno mismo y más emancipado de la insatisfacción y la angustia. Solo el que se siente bien sabe realmente que se siente bien y disfruta de ese bienestar. ¿Y qué es lo que más se aproxima al bienestar, al sentirse bien, a la dicha y al contento? Sin duda, la paz interior, que es la vivencia más rica y enriquecedora a la que se pueda aspirar y no es, pues, por casualidad que Buda declarase: «no hay otra dicha que la paz interior». A menudo recuerdo una de las frases de Lanzarote del Lago en la novela de Steinbeck Los hechos del Rey Arturo y sus nobles caballeros: «No hay nada que pague un instante de paz», aunque él luego se dejase llevar de su amor hacia Ginebra para convertirlo en fuente no de dicha, sino de incertidumbre y tragedia. Pero qué gran instrucción a recordar: «No hay nada que pague un instante de paz». Ciertamente no hay experiencia tan íntima, transformativa y reconfortante como la misma y, sin embargo, ¡qué raramente gozamos de un instante de paz y cuán bien conocemos los instantes de ansiedad, depresión, zozobra y tantos otros afines, sobre el telón de fondo del miedo infundado que tanto nos turba y nos limita!

En la superficie, la mente es un hervidero de tensiones, digresiones incontroladas, parloteo y pensamientos parásitos e intrusos. Por debajo de la mente, en su sustrato, hay una gran anarquía y se acarrean conflictos inconscientes, tensiones, complejos, traumas y todo tipo de condicionamientos psíquicos que contaminan las conductas mentales, verbales y corporales de la persona y le producen agitación y aflicción. Pero en lo más profundo de la mente, más allá de esa franja de caos y confusión que es la del denominado en psicología occidental subconsciente, hay un espacio de claridad, quietud y reconfortante vacío con el que se puede conectar y en el que se puede hallar sosiego, plenitud y una fuerza curativa y transformadora.

El objetivo de toda persona debería ser hallar la paz interior y de ese modo hacer la vida más espiritualmente productiva, sin por eso renunciar en absoluto a los disfrutes sensorial e intelectuales. En la medida precisamente en que va eclosionando la maravillosa energía de la paz interior y la calma mental, va desarrollándose también más capacidad para todo tipo de disfrute, pero uno más sano en cuanto que no es seguido por el afán compulsivo de posesividad ni el apego o aferramiento.

Las primeras cuatro prioridades vitales o existenciales tendrían que ser, para propiciarlas, las siguientes:

LA PAZ INTERIOR

Si no hay paz interior, ¿qué nos puede resultar deleitoso? Deberíamos poner todos los medios para lograr la tranquilidad, la calma mental y la paz interior, valorando esos destellos o vislumbres de verdadero sosiego, que podemos ir acopiando e intensificando en la medida en que vamos trabajando sobre nosotros, liberando la mente de sus ataduras, actualizando los factores de autorrealización y potenciando la sabiduría interna.

Mediante la paz interior, que de verdad va deviniendo cuando nos vamos conociendo, transformando y realizando, o sea, cuando maduramos y resolvemos conflictos internos, podremos darle un sentido más pleno a la vida, afrontar más equilibradamente las vicisitudes inevitables de la existencia, acometer la acción diestra, relacionarnos con una afectividad más consistente y sana, degustar mejor y sin aferramiento el lado amable de la vida, sentirnos bien en nosotros mismos y, como diría el magnífico poeta y místico Amado Nervo, estar a gusto tanto en soledad como en multitud.

A menudo nosotros mismos saboteamos nuestra propia paz interior, ya sea por negligencia, insensatez, inmadurez o incluso tendencias autodestructivas o enfoques turbados y entendimiento incorrecto. Ponemos todos los medios para provocarnos inquietud, en lugar de sosiego. Tenemos que ir modificando enfoques y actitudes, hábitos psíquicos y reacciones emocionales, para lograr que esa maravillosa energía de paz interior se vaya manifestando en nosotros. Del mismo modo que cuando nos callamos y no violentamos el silencio, este se manifiesta, así el espacio de paz interior podremos recuperarlo en la medida en que no violentemos esa quietud interna con inútil parloteo mental, agitación, apego y aversión, emociones y pensamientos insanos.

LA SALUD MENTAL Y EMOCIONAL

Hemos recibido unos instrumentos vitales, unos elementos constitutivos que definen a la persona. Podemos servirnos de ellos en la senda hacia la paz interior y en la medida de lo posible mantenerlos saludables y armonizados. Cada persona puede ir poniendo los medios para mejorar su calidad mental y emocional. Si todo se vive a través de la mente, es esencial que esta sea un órgano fiable. El cultivo y desarrollo de la mente comportan un mejor entendimiento y una sabiduría no solo espiritual, sino también utilizable en la vida cotidiana, permitiéndonos desarrollar la comprensión del objetivo, los medios para aproximarnos al mismo y el sentido de la oportunidad o idoneidad, que siempre será un aliado en la vida diaria.

Sin equilibrio mental y emocional la vida se vuelve un fiasco e incluso una pesadilla. Así como pensamos, así somos, pero también somos como sentimos y nos sentimos. Los pensamientos y emociones juegan un papel fundamental en la vida de una persona. A veces la línea divisoria entre unos y otras es muy débil, pues todo pensamiento puede crear una emoción y una emoción traducirse en pensamientos.

A lo largo de esta obra impartiremos instrucciones y métodos para el saludable dominio de los pensamientos y emociones, aprendiendo a encauzarlas, a promover las constructivas y sanas y debilitando hasta su aniquilación las destructivas e insanas.

LA SALUD FÍSICA EN TANTO EL CUERPO NO DECLINE INEXORABLEMENTE

El cuerpo es constituido y tiende a decaer y finalmente extinguirse. Es uno de nuestros instrumentos vitales y junto con la mente forma la unidad psicosomática u organización psicofísica. Como somos entidades bio-psico-sociales, hay que atender el cuerpo, la psiquis y la relación con las otras criaturas. El cuerpo puede ser un obstáculo o un instrumento de autorrealización, dependiendo de cómo se disponga de él. Los yoguis, desde el primer momento, valoraron mucho el cuerpo, sabiendo que si está débil o enfermo o inarmonizado, puede convertirse en un grave impedimento, pero que si se mantiene, en tanto es posible, bien equilibrado, puede ser una herramienta valiosa en la búsqueda interior. Por ello denominaron al cuerpo «el templo de Dios», porque no solo es el vehículo de la mente, sino que en esta vida es el habitáculo del ser interno y su manifestación más densa. El trabajo sobre el cuerpo se convierte en un trabajo sobre la mente y hay innumerables formas de meditación que utilizan funciones somáticas para el desarrollo interior. Todas las técnicas que trabajan con la corporeidad son de gran ayuda para prevenir estados emocionales aflictivos, y un cuerpo bien armonizado suministra en energías extras que se pueden utilizar para el mejoramiento psicosomático . Este aporte de energías extras es sumamente importante para la superación de conflictos internos y la eliminación de síntomas displacenteros.

La mente y el cuerpo pueden compenetrarse de modo muy preciso y así estos vitales instrumentos, en lugar de representar un obstáculo, se tornan herramientas de gran ayuda en la senda del bienestar y la armonía, refrenando tendencias autodestructivas y activando todos sus potenciales internos. El cuerpo es como una carroza y la mente es el auriga. Los yoguis fueron los primeros en constatar por su propia experiencia la íntima relación de interdependencia de cuerpo y mente, y por eso el yoga es el precursor indiscutible de la ciencia psicosomática. Si el cuerpo opera más armónica y saludablemente, se pondrá al servicio del bienestar total, pues además no debemos olvidar que cuando lo hace incorrectamente y estamos debilitados y estresados, surgen estados de ánimo tintados por el abatimiento, la ansiedad, la tristeza, la angustia y otros. Si el cuerpo funciona equilibradamente y es resistente, ayuda a mantener estados de ánimo más positivos y aporta una vitalidad que también se traduce en plenitud y entusiasmo. Muchos estados de ánimo aflictivos pueden surgir cuando el cuerpo no está bien asistido y atendido, del mismo modo que las emociones perniciosas y los pensamientos nocivos pueden crear graves trastornos psicosomáticos y somáticos.

LA BUENA RELACIÓN CON LAS OTRAS CRIATURAS

Estamos en permanente relación con otros seres. Esa relación puede ser fluida, hermosa y cooperante, o salpicada de fricciones y conflictos. Hay que poner los medios para lograr relaciones estables, saneadas, y en las que sea posible tejer vínculos afectivos sanos, siempre basados en una fecunda interrelación, pero no en conductas afectivas insanas de simbiosis, dominio o dependencia. Muchos estados aflictivos de la mente y el ánimo devienen por causa de relaciones insanas, inapropiadas o neuróticas, que en lugar de cooperar en el bienestar y crecimiento interior de los que se relacionan, no hacen otra cosa que perturbar anímicamente. Hay que ir poniendo lo mejor de uno mismo en el escenario afectivo, con la certeza de que en la medida en que uno ha resuelto conflictos internos, superando ambivalencias y carencias emocionales, en suma, sintiéndose mejor, estará más preparado para establecer lazos afectivos verdaderamente sanos y fértiles. Una de nuestras prioridades vitales debe ser, sin duda, mejorar la relación con los demás, partiendo de mejorarla también con nosotros mismos, pues de otra forma no será posible.

Recordemos cada día las cuatro prioridades referidas, para así no extraviarnos en apegos bobos, banalidades o incluso mezquindades.

Hay que administrar y dosificar bien las energías de las que disponemos, que no son inagotables pero sí generosas, y atender tanto la calidad de vida externa como la calidad de vida interna, puesto que todos nos movemos en el plano exterior y en el plano de nuestra interioridad, caracterizado el primero por situaciones, eventos y circunstancias, y el segundo por estados de ánimo, emociones y pensamientos. Si comprendemos que la vida interior de la persona es la caja de resonancia de las influencias externas, y que es el núcleo psíquico con el que siempre estamos relacionándonos, entenderemos perfectamente que es necesario aprender a abonar adecuadamente la vida psíquica y a desenvolver lo mejor de la misma. No hay mayor sufrimiento que el psíquico; la vida interior de la persona condiciona todos sus actos. No puede haber verdadera paz interior hasta que esa vida psíquica no se armonice, y es ahí donde juega un papel esencial el método o ejercitamiento, que debe extenderse al cuerpo.

CUERPO

El cuerpo se convierte en objeto de atención, desarrollo de la consciencia y actualización de potenciales internos. Hay un antiguo adagio que reza: «Por la conquista del cuerpo a la conquista de la mente». El cuerpo es así herramienta liberadora, y la persona trabaja conscientemente sobre el mismo para sosegar la mente, superar estados emocionales aflictivos, ejercitar la voluntad e intensificar y unir las energías.

Por un lado hay ejercitamientos que inciden directamente sobre el cuerpo y a través de este sobre la mente, siendo el más solvente el hatha-yoga, y, por otro lado, técnicas mentales que se apoyan en la concienciación del cuerpo y sus funciones para el cultivo metódico y progresivo de la atención mental. En cualquier caso, el cuerpo, bien instrumentalizado, es de una grandísima ayuda para prevenir o ayudar a combatir la ansiedad, la angustia, el estrés, la psicastenia, el abatimiento y la depresión.

MENTE

Como cuerpo y mente están estrechamente relacionados, es conveniente aprender a sincronizarlos y a favorecer su más precisa coordinación. Hay que atender a la unidad psicosomática y poner todas las condiciones para que se vaya dando una perfecta armonización de cuerpo, mente y energía.

Para favorecer estados mentales y emocionales constructivos y saludables, superando los insanos y perniciosos, el trabajo sobre la mente es verdaderamente imprescindible, puesto que del mismo van a ir brotando la lucidez, la ecuanimidad, el sosiego, la sabiduría y la compasión. Desde antaño se ha dicho que la mente es una buena sierva, pero muy mala ama. No hay nada tan importante como tener una buena mente, que se convierta en una fiel aliada en nuestro devenir existencial. En principio la mente está llena de ataduras y de velos que falsean la percepción y la cognición y generan mucha ofuscación, con todo lo que de ella se deriva.

La mente agitada crea mucha desdicha y roba todo contento y satisfacción interiores. El común de las personas es víctima de una mente agitada y zozobrante. Mediante el ejercitamiento adecuado hay que ir aprendiendo a estabilizar y unificar la consciencia, a estimular la concentración y superar el pensamiento neurótico. Del mismo modo que se atiende al cuerpo, hay que atender la mente y, por un lado, ir erradicando sus tendencias nocivas y, por otro, ir desplegando sus tendencias constructivas.

La mente en un principio está llena de engaños y distorsiones y todo ello fertiliza en los estados de ansiedad, angustia, melancolía y abulia.

SISTEMA EMOCIONAL Y AFECTIVO

El sistema emocional de una persona es tan rico como polivalente. En el sistema emocional están los afectos, hábitos y reacciones emocionales, sentimientos, pasiones y el humor o tono afectivo. Toda persona experimenta emociones sanas e insanas, constructivas y destructivas, agresivas y cooperantes. Como explico en mi libro Los afectos