El equipo definitivo - Daniel Arrien Strelli - E-Book

El equipo definitivo E-Book

Daniel Arrien Strelli

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Beschreibung

El fútbol es, sin duda alguna, el deporte rey y a lo largo de su historia ha tenido verdaderos maestros como Maradona y Messi, en Argentina; Pelé y Ronaldo, en Brasil; Nasazzi y Forlán, en Uruguay, y muchísimos más. Pero… ¿qué pasaría si una máquina del tiempo pudiese juntarlos a todos sin importar la época?, ¿cómo se conformaría cada selección y quién dirigiría cada equipo? Estos y otros interrogantes serán respondidos a lo largo de este apasionante libro, con información de cada uno de los grandes maestros del fútbol y de los equipos armados, con oncenos titulares, suplentes y directores técnicos. Obviamente nadie es dueño de la verdad absoluta y es labor de cada lector plantear los cambios que crea oportunos en cada uno de los seleccionados repasados en este libro. ¿Te atrevés a armar tu equipo definitivo?

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Producción editorial: Tinta Libre Ediciones

Córdoba, Argentina

Coordinación editorial: Gastón Barrionuevo

Diseño de tapa: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Diseño de interior: Departamento de Arte Tinta Libre Ediciones.

Arrien Strelli, Carlos Daniel

El equipo definitivo : todas las leyendas en un viaje / Carlos Daniel Arrien Strelli. - 1a ed. - Córdoba : Tinta Libre, 2023.

460 p. ; 21 x 15 cm.

ISBN 978-987-824-559-1

1. Fútbol. 2. Clubes de Fútbol. 3. Mundiales de Fútbol. I. Título.

CDD 306.483

Prohibida su reproducción, almacenamiento, y distribución por cualquier medio,total o parcial sin el permiso previo y por escrito de los autores y/o editor.

Está también totalmente prohibido su tratamiento informático y distribución por internet o por cualquier otra red.

La recopilación de fotografías y los contenidos son de absoluta responsabilidadde/l los autor/es. La Editorial no se responsabiliza por la información de este libro.

Hecho el depósito que marca la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

© 2023. Arrien Strelli, Carlos Daniel

© 2023. Tinta Libre Ediciones

Agradecimientos

Este libro no habría podido ser escrito sin el apoyo de mi esposa, Fernanda, a quien agradezco con todo mi corazón haberme bancado durante este hermoso proceso de escritura y también en el día a día, en las buenas y en las malas, de manera incondicional, además de haberme animado a publicarlo. A ella y a mis amadas hijas, Isabella y Jazmín, les agradezco por iluminar mi vida y darme la fuerza para seguir adelante pese a todas las adversidades. Este libro va dedicado a ellas con todo mi amor.

También agradezco a mis amados padres, Carlos y Patricia, por haberme criado con todo su amor y seguir apoyándome a la distancia; son mis ejemplos de vida. A mis amados hermanos: Diego (con quien compartí mi infancia más tiempo), Mariana (mi hermanita más pequeña) y Alfredo, quienes me acompañaron a lo largo de mi vida, cada uno con su forma de demostrarme su cariño. A mi cuñada, Noelia, que ha sido una hermana más para mí y me ha apoyado con todo su cariño. También, a mi concuñado, Mauro, que nos acompaña siempre a mí y a mi familia. Finalmente, a mis queridos suegros, Juan y María, por acogerme en su familia. Sin el apoyo de todos ustedes, no habría sido posible publicar este libro. Siempre los tendré en mi corazón.

También aprovecho de agradecer al equipo de Tinta Libre, por su excelente trabajo en la corrección y edición de este libro.

Para el hombre que nos devolvió la gloria

Mendoza, 20 de diciembre de 2022

A Lionel Messi:

Lío, esta es una carta que hace mucho tiempo quise escribir, pero siempre me detuvieron algunos detalles. Vos tuviste la suerte de haber nacido en esta hermosa tierra que es la República Argentina; sin duda, el mejor país de todos, una tierra donde se vive y respira el fútbol. Pero también ese mismo hecho fue tu cruz por momentos, ya que el corazón de esta nación ya había sido entregado a Maradona. Ese fanatismo enceguecido por mucho tiempo no le permitió a tu gente valorar lo que vos sos pese al hecho de que elegiste representar tus colores. Aun cuando en España te rogaban que lucieras su casaca, no dudaste ni un minuto en defender la celeste y blanca. Al poco tiempo, levantaste la gloria mundial en la categoría sub-20 en 2005 y te colgaste el oro olímpico en 2008.

Sin embargo, recibiste desde siempre críticas y una injusta comparación con el Diego. A mí siempre me daba mucha bronca escuchar como los medios y algunos viejos que se quedaron en el 86 decían que vos no jugabas con ganas para la selección. Incluso parecía que algunos disfrutaban de tus derrotas, que las aprovechaban para invocar a su ídolo del pasado, y se llenaban la boca con un: “Como Diego no habrá otro”. Sobre todo, en el 2014, cuando el árbitro les robó, a vos y a tus compañeros, la final del Mundial. Pero yo siempre supe que no te irías sin llenar de gloria a tu pueblo, y así fue como, aun perdiendo finales, ya habías superado a muchas leyendas del fútbol. Solo era cuestión de tiempo para que la gloria se te diera, y haber salido de Barcelona, que era tu hogar tóxico a donde siempre te mandaban las malas lenguas, fue lo mejor que le pasó a tu carrera.

En el 2021 por fin llegó tu primera gran hazaña: esa Copa América, tras veintiocho años de sequía que alimentaban aún más el fantasma de que ya no habría buenas épocas para la selección. Tu arenga antes de la final ante Brasil, a quien despojaste de un título que ya daba por seguro, en pleno Maracaná, fue inolvidable. Después vino la Finalissima, donde callaste más bocas y junto a la Scaloneta les dieron un baile a los reyes de Europa. Pero faltaba lo mejor, y es que en Qatar le demostraste al mundo que sos el mejor de todos. Con un equipo grandioso, paseaste tu mejor fútbol vistiendo la albiceleste. En una final donde les estaban dando un baile a los vigentes campeones del mundo y que no debió llegar al alargue, conquistaste la gloria máxima que te habías merecido ocho años antes y que enterró al fantasma del 90. Así te coronaste como el mejor de todos los tiempos (GOAT, para abreviar) y puedo decirte ahora, sin dudarlo ni un segundo, lo que siempre quise decirte: ¡sos más grande que Maradona!

Espero que algún día leas estas líneas. ¡Gracias por haber llenado de gloria este suelo!

ÍNDICE

PARA EL HOMBRE QUE NOS DEVOLVIÓ LA GLORIA - 7

LAS REGLAS DEL JUEGO - 13

ARGENTINA - 15

BRASIL - 29

ALEMANIA - 43

ITALIA - 57

URUGUAY - 71

FRANCIA - 85

INGLATERRA - 99

ESPAÑA - 113

HOLANDA - 127

CROACIA - 141

PORTUGAL - 155

COLOMBIA - 169

BÉLGICA - 183

MÉXICO - 197

CHILE - 211

HUNGRÍA - 225

PARAGUAY - 237

SUECIA - 249

PERÚ - 261

REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA - 273

BOLIVIA - 285

ESTADOS UNIDOS - 299

RUSIA - 313

ECUADOR - 325

SERBIA - 337

VENEZUELA - 349

CAMERÚN Y NIGERIA - 361

RESTO DE ÁFRICA - 375

CENTROAMÉRICA, CARIBE Y CANADÁ - 389

ASIA Y OCEANÍA - 401

RESTO DE EUROPA - 415

LA SCALONETA - 431

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS - 455

EL EQUIPO DEFINITIVO

Las reglas del juego

A lo largo de la historia del fútbol internacional, desde aquel primer partido oficial entre Inglaterra y Escocia del 30 de noviembre de 1872, a lo largo y ancho del mundo, han pasado figuras excepcionales por cada una de las selecciones afiliadas a la FIFA. El recorrido es interminable: desde el primer torneo continental jugado en 1916, donde los uruguayos Isabelino Gradín y José Piendibene destacaron, pasando por los temibles Héctor Scarone, José Nasazzi y Leandro Andrade (también uruguayos), que brillaron en el primer Mundial; siguiendo con grandes estrellas como Giuseppe Meazza, primer bicampeón mundial con Italia; el gran Alcides Ghiggia, que vistiendo de celeste silenció el Maracaná en 1950, y el genio Didí que, junto a un adolescente O Rei Pelé y un fuera de serie Garrincha, le dieron a Brasil su primera y su segunda estrellas mundiales (Pelé, además, coronó la tercera en el 70).

Cabe, además, recordar a sir Bobby Charlton, que lideró a Inglaterra para devolver a casa el tan ansiado trofeo mundial, o al matador Kempes, quien, envuelto en banderas, trajo a la Argentina la ansiada primera en 1978. Esta volvió de la mano de Maradona tan solo ocho años después, pero en 1990 fue ganada por Beckenbauer como técnico, quien ya la había conseguido como jugador en 1974. A estos ilustres nombres se suman Zidane, que le dio a Francia su primer título; la Brasil del 2002, que contaba con Ronaldo, Roberto Carlos, Ronaldinho y otros; la inesperada Italia, que en medio de escándalos pudo salir a flote gracias a varios históricos; la España del tiquitaca, que se coronó con un gol del Cerebro Iniesta; la Francia de Griezmann, Lloris, Mbappé, Kanté y otros, que les dieron a los galos su segunda estrella. Cerramos con broche de oro con Lionel Messi, que en el 2022 se coronó como el mejor de todos al liderar la genial Scaloneta para conseguir la tercera estrella, tan esperada para la Argentina.

Pero también hay que mencionar a los grandes reyes sin corona, como Guillermo Stábile, primer goleador en un Mundial con la camiseta argentina; el legendario Ferenc Puskás, a quien un error arbitral le negó el empate en la final de 1954 y que dejó a los Magiares Mágicos sin título; el querido Uwe Seeler, que no pudo ser parte de aquel Milagro de Berna con su Alemania y que para 1974 ya había dejado el fútbol internacional (casualmente, los años en que los teutones se alzaron con la copa); el artillero Just Fontaine, que en su único Mundial rompió las redes trece veces; el brillante Johan Cruyff, que lideró la Naranja Mecánica y no pudo ganar su partido más importante, o el elegante Paolo Maldini, que no se dio el gusto de conquistar la máxima gloria con su querida Azzurra. Emulando al Flaco Cruyff, Arjen Robben también se ahogó en la orilla en el 2010. Finalizamos con otra leyenda como el gran Luka Modric, que se quedó con la plata en 2018 y el bronce en 2022, junto a su aguerrida Croacia, que nunca se dio por vencida.

Sin embargo, hubo leyendas que no pudieron siquiera jugar la máxima cita mundialista, como los míticos George Weah (Liberia), Paulino Alcántara (Filipinas/España), Alberto Spencer (Ecuador), Bruce Grobbelaar (Zimbabue), Friedenreich (Brasil), Claudio Pizarro (Perú), Marcelo Martins (Bolivia), entre muchos otros. A todos ellos este libro pretende rendir homenaje, armando hipotéticas selecciones en donde se junte lo mejor de lo mejor de cada una de las naciones citadas en estas páginas. Y, para ser lo más justo posible, incluí tanto un onceno titular como una banca de suplentes, así como también a sus correspondientes entrenadores, quienes son, de igual manera, artífices de las glorias de sus equipos. No obstante, obviamente hay naciones en las cuales, al haber pasado tantos futbolistas de élite por sus filas, habrá algunos ausentes. También, en la medida de lo posible, se excluirán jugadores nacionalizados, a menos, claro, que su relevancia para la selección que defendieron fuese inobjetable. De corazón, espero que todos los lectores de este libro lo disfruten tanto como yo disfruté de escribirlo.

ARGENTINA

Arrancamos con los vigentes campeones mundiales: Argentina, un país con una cultura futbolística muy rica. Acá el fútbol es más que solo un deporte, es una pasión que desborda a la mayor parte de sus habitantes, independientemente del sexo o la edad, y que posee, por tanto, una de las selecciones más exitosas del mundo. Por sus filas pasaron algunos de los mejores jugadores de la historia, que llevaron en varias ocasiones a la Albiceleste a lo más alto, tanto a nivel América como mundial.

Once titular

Emiliano “Dibu” Martínez

Algunos de los mejores arqueros del mundo han defendido el arco argentino; sin embargo, ninguno fue tan determinante como el Dibu Martínez, quien, desde su debut en 2021, se convirtió en una pieza clave para la Albiceleste. Su aporte fue vital en la ruptura de una sequía de veintiocho años sin títulos para Argentina, y fue la tanda de penales ante Colombia en semifinales su momento más destacado. También fue titular en la Finalissima ante Italia en 2022. Pero tuvo su punto más alto en la final del Mundial del 2022 ante Francia, donde realizó una atajada espectacular en el último minuto de la prórroga. Llevó así la definición a la tanda de penales, instancia en la que ya se había convertido en especialista. Atajando un penal (a Coman) y desconcentrando a un rival para que tirara la pelota afuera, se convirtió en el héroe de la noche qatarí, con lo que le dio a la Argentina su tercer Mundial y ganó el Guante de Oro del torneo.

Daniel Alberto Passarella

Capitán de la selección argentina en la consecución de su primera Copa del Mundo en 1978, Daniel Passarella fue sin duda alguna uno de los mejores defensores de la historia. Su capacidad de liderazgo y su potencia le daban a la línea defensiva gran seguridad. Pero, además, era muy eficaz en el área rival, por lo que convirtió numerosos goles que lo posicionaron por mucho tiempo como el defensor más goleador del mundo. Si bien una gastroenteritis hizo que no tuviera minutos en el Mundial 86, fue parte del plantel campeón del mundo, lo que lo convirtió en el primer futbolista argentino en ganar dos Mundiales.

Óscar Ruggeri

El Cabezón fue uno de los defensores más rudos que hayan pisado las canchas. La rigurosidad con la que marcaba a sus rivales, sumada a su eficacia en el juego aéreo, lo hizo casi impasable. Fue una pieza clave para la consecución de la Copa del Mundo de 1986, donde dejó su impronta en cada juego que disputó. Su temperamento no le jugaba en contra cuando vestía de celeste y blanco; aquel carácter le permitió capitanear a la selección tras la salida de un ícono como Maradona en los títulos de Copa América de 1991 y 1993, además de la Copa Rey Fahd (primera edición de la Copa FIFA Confederaciones) en 1992.

Alberto Tarantini

Ocupando el lateral izquierdo, uno de los mejores en dicha posición fue Tarantini. Participó de todos los partidos de la selección argentina en el Mundial de 1978, con veintidós años, siendo el más joven del plantel. Además, marcó un gol en la goleada 6-0 sobre Perú, que le permitió a la Albiceleste jugar la final del Mundial. Allí se consagró campeón ante Holanda y fue elegido dentro del equipo ideal del torneo. Tarantini también podía jugar como defensa central con total solvencia. Jugó además el Mundial de España 1982.

Javier Zanetti

El Pupi fue, sin duda, uno de los mejores laterales derechos de la historia, no solo en Argentina, sino también en el mundo. Ídolo total en el Inter de Milán, fue mucho tiempo el jugador con más presencias en la selección argentina, con la que lamentablemente no pudo consagrarse en ningún torneo a nivel mayor, pese a disputar varias finales. Zanetti fue, además, el primer argentino en disputar más de mil partidos a nivel profesional. Su juego elegante y su entrega, tanto para la defensa como para el ataque, hacen del Pupi el mejor jugador en su posición que dio la Argentina.

Diego Pablo Simeone

La definición de jugador versátil, fuerte y batallador le queda perfecta al Cholo Simeone, un futbolista que se destacó por todo el centro del campo. Pese a tener como posición predilecta la de volante de contención, muchas veces se lanzaba al ataque creando situaciones de gol y también convirtiéndolos. Tras los retiros de Ruggeri y Maradona de la selección, su personalidad y su liderazgo le hicieron heredar la cinta de capitán de la Albiceleste, que no le pesó para nada. Es uno de los jugadores con más presencias con el combinado argentino, con ciento ocho. Cuenta en su palmarés con dos Copas América (1991 y 1993), la Copa Conmebol-UEFA de 1993 y una Copa Confederaciones en 1992, además de haber jugado los Mundiales de 1994, 1998 y 2002, llegando a cuartos en el segundo.

Rodrigo de Paul

En lo que fue la renovación de la selección argentina, tras el fracaso del Mundial de 2018, el mediocampo tuvo en De Paul a un hombre totalmente entregado, tanto en la recuperación de pelotas como en la distribución de juego. El ritmo incansable que tiene le valió el apodo del Motorcito. Su presencia en la cancha fue de vital importancia en todos los torneos que jugó: consiguió la Copa América 2021, en Brasil, la Finalissima del 2022 y el Mundial de Qatar 2022. Argentina tiene en De Paul presente y futuro. Es un jugador que ya se consagró en lo más alto y que aún tiene mucho para darle a la Albiceleste.

Diego Armando Maradona

Para muchos, el mejor jugador de la historia a nivel mundial. Sin duda, el Pelusa marcó época con la selección argentina: desde su desilusión por haber sido cortado a último minuto de la lista final para el Mundial de 1978, hasta tocar el cielo con las manos en el Mundial de México 1986, en el que fue la figura indiscutible. Allí marcó el gol más hermoso de los Mundiales gambeteando a medio seleccionado inglés. Previo a ese gol, ya les había dejado el ojo en tinta a los británicos con una avivada, que fue bautizada como la mano de Dios, un gol ilícito con la mano. En la final su aporte también fue decisivo: dio una genial asistencia a Burruchaga en el 3-2 definitivo con el que derrotaron a los alemanes, para poner al escudo de la AFA su segunda estrella. Esa habilidad para marcar goles de antología y su faceta asistidora lo hacen el perfecto creador de juego, que inflará de goles a la delantera definitiva de la Albiceleste.

Mario Alberto Kempes

El Matador fue un letal nueve de área, pero su versatilidad hizo que pudiera jugar en todo el frente de ataque e incluso como mediocampista ofensivo. En la selección, su aporte más notorio fue en el Mundial de Argentina de 1978, en el que fue el alma del equipo. Allí se consagró como mejor jugador y goleador de dicho torneo con seis goles, incluyendo dos en la final. En este equipo definitivo, él ocuparía la delantera por el sector izquierdo, pudiendo moverse por todo el frente de ataque. Famoso por su técnica, su efectividad y su juego limpio, es definitivamente uno de los mejores futbolistas de la historia de Argentina.

Lionel Messi Cuccittini

Después de la consecución del Mundial de Qatar 2022, se posicionó como el mejor jugador de la historia para la gran mayoría de la gente. Y razones no faltan: es el mejor dribleador en el mundo y uno de los mejores pasadores. Pese a eso, su habilidad goleadora es impresionante (actualmente, uno de los máximos goleadores de la historia del fútbol mundial), aún sin ser su función principal dentro de la cancha, ya que su posición es principalmente la de falso nueve, extremo derecho o incluso la de mediocampista ofensivo, lo que le da todavía más mérito a la cantidad de goles que anota. Debutó con solo dieciocho años en la selección mayor de Argentina, en donde su increíble velocidad con el balón en los pies, su potencia y su impresionante habilidad de regate le hicieron ganarse un lugar en la lista final del Mundial de Alemania 2006, en el cual mereció más participación, pero le alcanzó para marcar un gol.

Campeón Mundial Sub-20 en 2005 y oro olímpico en 2008, el éxito a nivel mayor le fue esquivo. Llevó a su selección a varias finales, incluidas la del Mundial 2014 y las Copas América de 2015 y 2016. Hasta que por fin en 2021 pudo ganar la Copa América ante Brasil en el Maracaná, seguida de la Finalissima en Wembley ante Italia, para luego triunfar en el máximo torneo de todos en Qatar: se quedó con su primer Mundial absoluto en 2022, ganó por segunda vez el premio a mejor jugador del Mundial y rompió el récord de Batistuta de más goles en Mundiales. En este equipo definitivo, él ocuparía el sector derecho del ataque, su banda favorita, en donde seguramente seguiría repartiendo juego y marcando goles para la Albiceleste, tanto de jugada como de pelota parada, en donde con el paso del tiempo se convirtió en uno de los mejores pateadores de tiros libres de toda la historia. Es el jugador con más presencias y goles con la camiseta de la Argentina, a la que siempre defendió con alma, vida y corazón.

Gabriel Omar Batistuta

Uno de los mejores nueves del mundo, en especial durante la década de los noventa y principios de los 2000. Batigol fue mucho tiempo el máximo goleador de la selección argentina, su eficacia en el área es admirable. Vistiendo la albiceleste, Batistuta conquistó dos ediciones de la Copa América en 1991 y 1993, además de la Copa Confederaciones de 1992. Si bien le faltó ganar un Mundial, en las tres ediciones en las que participó logró convertir diez goles, récord que recién pudo ser roto por Messi el 2022. En el equipo definitivo, el Bati sería el nueve titular, desde donde llevaría peligro constante al centro del área rival.

Banca de suplentes

Ubaldo Matildo Fillol

Como portero suplente, el Pato Fillol sería el indicado: uno de los mejores porteros en la historia del fútbol, dueño de excelentes reflejos y una gran habilidad de posicionamiento en su área. Fue por muchos años el arquero más determinante en la selección argentina, con la que se consagró campeón del Mundial de 1978, donde ganó la titularidad en el arco albiceleste a otros grandes arqueros de su época, como Daniel Carnevali y Pepe Santoro. Jugó, además, los Mundiales de 1974 (un partido) y 1982, ya como titular indiscutido.

José Luis Brown

Un defensor que llegaba como recambio en el Mundial de 1986 fue el Tata Brown. Sin embargo, la garra que mostró durante todo el torneo hizo que no se sintiera la ausencia del mismísimo Passarella. Este fue un marcador central que le dio a la defensa argentina mucha seguridad y que incluso marcó un gol en la final de la Copa del Mundo ante los alemanes. En aquel partido, se dislocó el hombro y se negó a ser sustituido; en cambio, agujereó su camiseta para usarla de cabestrillo. Fuerte en el juego aéreo, tanto en el área propia como en la rival, el Tata no podía faltar en este equipo definitivo.

Nicolás Tagliafico

En 2017, como parte de la renovación de la Albiceleste, destacó Nico, quien rápidamente se convirtió en una pieza clave de la selección argentina. Llegó a capitanear el equipo en ausencia de Lionel Messi. Si bien hubo momentos en los que perdió la titularidad por el Huevo Acuña, lo cierto es que siempre ingresaba en los partidos. Su destacada actuación en la semifinal del Mundial de Qatar 2022 hizo que fuera titular en la final, en donde, junto a Di María, causó destrozos en la defensa francesa por la izquierda, en un partido que terminó coronando a la Argentina por penales. Su carácter, su garra y su entrega, tanto en defensa como en ataque, sumados a sus títulos en la Copa América 2021 y la Finalissima 2022, no podían dejarlo al margen de este equipo definitivo.

Javier Mascherano

En el puesto de centrocampista defensivo, el Jefecito es sin duda uno de los mejores de la historia. Nacido para la selección, debutó en la mayor de Argentina, antes incluso que en la primera de River (club en el que terminó de formarse). Pese a no tener una gran estatura, la garra que demostraba hacía que pudiera desempeñarse en la posición de defensa central, tal y como lo hizo en el Barça. Esa entrega hizo que Mascherano fuera uno de los pilares de la Albiceleste en el Mundial del 2014, en el que su equipo alcanzó la final del torneo, pero que, por desgracia, no pudo ganar. Si bien el Jefecito con la selección mayor no pudo coronarse en ningún campeonato, sí que lo hizo con la olímpica, con la cual fue bicampeón el 2004 y 2008.

Alexis Mac Allister

Presente y futuro de la selección, al igual que su padre Carlos, Alexis llegó a formar parte del combinado mayor de Argentina, cuyo debut fue en 2019. Sin embargo, pese a formar parte del plantel que ganó la Finalissima 2022, era siempre pieza de recambio. Hasta que, por la lesión de un jugador clave como Giovani Lo Celso, se consolidó como mediocampista titular durante el Mundial de Qatar 2022. Allí hizo un papel magnífico y fue clave en la final, donde participó del gol inmortal para el 2-0 ante Francia dando la asistencia para que Di María anotara dicho tanto. Mac Allister es un jugador ideal para el juego de contraataque por su velocidad y su visión de pase, además de poder posicionarse para convertir goles. Sin duda, es un jugador que tiene mucho para dar en la selección de Argentina, donde demostró de qué está hecho.

Ángel Di María

El hombre de las finales. Fue autor del 1-0 con el que Argentina se impuso a Nigeria en los Olímpicos de Beijing 2008, el 1-0 definitivo de Argentina sobre Brasil en la Copa América 2021, uno de los goles de la Finalissima que Argentina le ganó a Italia por 3-0 y culminó el contraataque inmortal que puso el 2-0 sobre Francia en la final del Mundial Qatar 2022, tras la asistencia de Alexis Mac Allister. Su velocidad, versatilidad y técnica lo hicieron un jugador muy completo, capaz de desempeñarse en todo el frente de ataque e incluso como mediocampista ofensivo. Sin embargo, su posición predilecta fue la de extremo, donde generó peligro por las bandas. Un jugador inolvidable en el mundo del fútbol.

Guillermo Stábile

El primer killer del área en Mundiales. En la edición de 1930, marcó ocho goles en los cuatro partidos que disputó su selección, incluido un gol en la final, que la Albiceleste terminó perdiendo 2-4 ante Uruguay. Lamentablemente, no participó de las ediciones de 1934 (ya que un combinado amateur representó a la Argentina), ni de la de 1938 (por el boicot americano a dicha edición). Pese a eso, su legado quedó marcado por siempre como uno de los más efectivos goleadores en Copas del Mundo.

Julián Álvarez

Ya muy joven, demostró que cada vez que se le dio la oportunidad no defraudó en la selección. A Julián el fútbol en los grandes escenarios nunca le quedó grande y lo demostró desde su debut en River marcando goles muy importantes. Ya con la selección mayor, ante el bajón de nivel del goleador titular Lautaro Martínez, no desentonó para nada y marcó cuatro goles durante el Mundial de Qatar 2022, en el que fue vital en la semifinal ante Croacia, lo que le valió ser titular en la final, con una gran actuación. Su capacidad para presionar a la defensa rival y provocar el error, junto con su capacidad goleadora, su velocidad y su potencia, lo hacen ideal para jugar de punta. Además, puede adaptarse muy bien a la posición de extremo e incluso de segundo delantero. Un jugador que es presente y futuro para el combinado argentino.

DT, Lionel Scaloni

Argentina es cuna de una larga lista de entrenadores, incluyendo a leyendas como el Flaco César Luis Menotti, el Dr. Salvador Bilardo o Alejandro Sabella. Pero, si me tengo que decantar por uno, ese es Scaloni. Ya que entró como un interino tras el fracaso argentino de 2018, desde un principio los medios lo desacreditaron, tildándolo de improvisado y otros calificativos peores. Pero, fiel a su estilo y encabezando una muy necesaria renovación, fue callando bocas poco a poco. Empezó con el título de la Copa América de 2021, que rompió una sequía de 28 años sin títulos para la Albiceleste. Luego, la Finalissima ante Italia. Y finalmente, el Mundial de Qatar 2022, con el que se posicionó como el mejor DT que tuvo la selección. Además, con treinta y seis partidos invictos, estableció un nuevo récord mundial.

En conclusión, este plantel definitivo le daría a la Argentina fácilmente un nuevo Mundial en sus vitrinas. De igual manera, dejé fuera a muchos grandes jugadores, como Alfredo Di Stéfano, Carlos Peucelle, Luis Monti, Ángel Labruna, Antonio Rattín, Jacinto Leopoldo Luque, Ricardo Bochini, Jorge Valdano, José Luis Cuciuffo, Nery Pumpido, Sergio Goycochea, Fernando Redondo, Claudio Caniggia, Ariel “Burrito” Ortega, Walter Samuel, Roberto Carlos Abbondanzieri, Roberto Ayala, Juan Pablo Sorín, Martín Palermo, Esteban Cambiasso, Carlos Tévez, Juan Sebastián Verón, Pablo Aimar, Fernando Gago, Gonzalo Higuaín, Enzo Pérez, Sergio “Kun” Agüero, entre muchos otros grandes futbolistas que, con su entrega y talento, nutrieron a una de las más grandes selecciones del mundo.

BANCA DE SUPLENTES

BRASIL

Qué se puede decir de Brasil. Los pentacampeones mundiales tienen una rica historia llena de éxito. Por sus filas han pasado algunos de los mejores jugadores y técnicos del mundo. La tierra del jogo bonito tiene al fútbol como algo más que el deporte rey; para algunas personas, directamente es una religión.

Once titular

Gylmar

Para cuidar el arco de la Canarinha, el indicado es el mejor arquero de Brasil, elegido por la IFFHS. Gylmar dos Santos Neves fue el arquero titular en las dos primeras conquistas mundiales para su selección, en 1958 y 1962. Sus grandes reflejos y buenas salidas le dieron la seguridad necesaria a su equipo para alzarse con la victoria. Jugó en uno de los mejores Corinthians en el principio de su carrera, donde es ídolo, para luego pasar al legendario Santos de Pelé, con el que se alzó con dos Copas Libertadores y dos Intercontinentales, como logros más sobresalientes a nivel clubes.

Lúcio

Lucimar Da Silva fue uno de los mejores defensores que lució la elástica Verdeamarela. Dueño de un duro y buen juego aéreo, un potente estilo de marca, una fuerza física y un buen control del balón, siempre fue un defensor completo. Pero también podía correr y unirse al ataque en busca del gol, y volver a su área rápidamente durante todo el partido, lo que le valió el apodo de Cavalo. Titular en el último título mundial conseguido por Brasil en 2002, Lúcio fue la seguridad que un equipo estelar como ese necesitaba, el liderazgo que impartió desde atrás lo llevó a portar la cinta de capitán de su selección en varios partidos.

Djalma Santos

Un férreo defensor. Si bien su posición predilecta fue la de lateral derecho (elegido como el mejor de dicho puesto por la FIFA), podía desempeñarse también como central, posición que ocupa en este equipo definitivo. Jugador de gran técnica, podía unirse al ataque en el momento indicado, para generar situaciones de riesgo en el campo rival. Jugó cuatro Mundiales con la Canarinha desde 1954 y se consagró en 1958 y 1962. Además, fue el primer brasileño en llegar a los cien partidos disputados con su selección y único jugador de su país en integrar el equipo ideal de tres Mundiales (1954, 1958 y 1962).

Roberto Carlos

En la tierra de los laterales por excelencia, elegir al mejor es una tarea difícil. Pero por la banda izquierda nadie ha marcado tanto la historia como Roberto Carlos. Su nombre es un homenaje al famoso cantautor brasilero y, si bien el defensor no cantaba, sí desplegaba una melodía cuando tenía la pelota en sus pies, que parecían bailar. Pero, en el momento de atacar, estos disparaban a toda velocidad el cuerpo de Roberto Carlos, creando chances de gol que él también podía finalizar. Además de esa velocidad y la estabilidad que le daba su baja estatura, tenía una habilidad de regate pocas veces vista. Y, por si todo eso fuera poco, también tenía un arma secreta: sus piernas parecían bazucas al momento de disparar. Ya cuando empezaba a zapatear, antes de emprender carrera hacia la pelota, era sabido que la potencia y el efecto del tiro libre que estaba por patear lo harían impredecible y terminaba muchas veces en gol. Ganador del último Mundial de Brasil en 2002, también fue campeón de Copa América en 1997 y 1999, además de la Copa Confederaciones en 1997.

Cafú

Si Roberto Carlos fue el mejor lateral izquierdo en la historia de Brasil, Marcos Evangelista de Moraes fue el mejor por la banda derecha. Dueño de una temible gambeta, velocidad, gran inteligencia, liderazgo, una habilidad de marca limpia, pases impredecibles, además de ser prácticamente incansable, Cafú fue un jugador excelente en ataque y defensa. Posee el récord de ser el primer futbolista en jugar tres finales de Copa Mundial, en las ediciones de 1994, 1998 y 2002, de las que ganó la primera y la última. Además, cuenta con la Copa Confederaciones de 1997 y dos Copas América (1997 y 1999). Es también el jugador con más presencias en la selección brasileña (ciento cuarenta y dos), por lo que claramente es el titular en este equipo definitivo.

Didí

Como mediocampista de contención, no podemos dejar de lado al gran genio Didí. Su elegancia para salir jugando con pases precisos, además de su destreza para romper ataques rivales de manera limpia, lo hicieron una pieza clave en la Brasil de 1958 y 1962 (elegido como el mejor jugador en 1958), que consiguió el bicampeonato mundial. Waldyr Pereira era el cerebro de un equipo plagado de talento. Allí, su función era clara: romper el juego rival y crear desde atrás las ocasiones de gol. Didí, además, fue el inventor de la folha seca, un estilo para patear los tiros libres en el que la pelota tomaba altura y súbitamente bajaba para meterse al fondo de las redes rivales. Su inteligencia y su visión de fútbol hicieron que, después de su retiro, consiguiera un hecho histórico: llevar a la selección de Perú a un Mundial tras cuarenta años (1970) bajo su dirección técnica.

Roberto Rivelino

En el auge del jogo bonito, Rivelino fue clave en la Canarinha que ganó el Mundial de México 70. Como mediocampista ofensivo cuyo sector predilecto de la cancha era la izquierda, fue un maestro en la distribución de juego. También podía jugar como extremo izquierdo, con una gran capacidad goleadora y mucha potencia en sus remates, lo que le valió el apodo de Patada Atómica durante 1970 por parte de los mexicanos que se deleitaron con su juego. Incluso el mismo Diego Maradona tomó al Bigote como inspiración para su juego. Rivelino tiene sin duda un merecido lugar en el equipo definitivo.

Ronaldinho

Si a la alegría se le pudiera poner un nombre, ese sería Ronaldo de Assis Moreira. Y es que pocos futbolistas disfrutaban tanto de su profesión como él. Contaba con un estilo de juego único, caracterizado por su gran habilidad de regate, sus pases sin mirar que engañaban a sus rivales (como si tuviese la cancha y la posición de sus compañeros memorizada), además de un tiro libre magnífico y una gran capacidad de resolver jugadas, que le permitía marcar goles de todo estilo. Con una sonrisa en el rostro, Ronaldinho Gaúcho fue letal en el campo de juego. Fue clave en la obtención del último Mundial para Brasil en 2002, además de ser el primer jugador en ganar la Copa América (1999), la Copa Confederaciones (2005), la Champions League (2006), la Copa Libertadores (2013), el Balón de Oro (2005), entre otros logros que lo posicionan como uno de los mejores de la historia.

Ronaldo

Considerado por muchos como el mejor centrodelantero de la historia, en definitiva, Ronaldo Nazário marcó época en el fútbol mundial, dotado de gran velocidad, fuerza, gambeta y definición. Muy joven se consagró campeón del Mundial de 1994, aunque no tuvo minutos en Estados Unidos. Sin embargo, en Francia 98, su actuación fue magnífica y llegó a la final, que no lo tuvo al cien por ciento, lo que le dio a Francia una notable ventaja para derrotar a Brasil. Pese a duras lesiones, en 2002, se desató por completo y guio a Brasil con sus goles a su último Mundial. En el siguiente Mundial (2006), rompió el récord de Müller de goles en Mundiales. Muy criticado por su sobrepeso en gran parte de su carrera, guardó en secreto que padecía de hipotiroidismo. El Fenómeno es el elegido para ocupar el centro del ataque de este equipo definitivo; un goleador implacable.

Pelé

Muchos lo consideran el mejor jugador de todos los tiempos, y es que Edson Arantes do Nascimento tiene bien merecido el apodo de O Rei. Siendo un adolescente de solo diecisiete años, se convirtió en el jugador más joven en anotar en una Copa del Mundo. Marcó, además, por duplicado en la final de 1958, cumpliendo así la promesa que le había hecho a su padre de llevarle la copa a Brasil, cuando este lloraba desconsolado por el Maracanazo en el 50. En 1962, se perdió casi todo el Mundial, pero se colgó la medalla de todas formas, cosa que no repitió en 1966. En 1970, con un gol suyo en la final, pudo consagrarse como el primer futbolista tricampeón del mundo. Su estilo de juego se caracterizó por mucha velocidad, potencia y enganche, además de un gran salto que le permitía ganar en el aire hasta a los más altos (a pesar de su baja estatura), dando cabezazos letales.

Su capacidad goleadora fue impresionante y, pese a que se presume que marcó más de mil goles en su carrera, lo cierto es que no todos fueron oficiales. Aun así, sus 757 goles oficiales no son una marca nada despreciable. Su dominio del fútbol era tal que incluso podía jugar de arquero. Así lo hizo en la Copa do Brasil de 1963 en un partido contra Gremio, en el que, luego de marcar tres goles, se puso los guantes, tras la expulsión de Gylmar, y se desenvolvió con total naturaleza (llegando a salvar dos claras opciones de gol). Un jugador de la talla de Pelé no puede faltar en este equipo definitivo.

Garrincha

Mucho antes de Ronaldinho, la alegría del fútbol se hacía llamar Mané Garrincha. Su apodo se lo pusieron sus hermanos a modo de burla, por un ave de las selvas de Mato Grosso, la cual es muy veloz pero torpe. De muy pequeño, Manuel Francisco dos Santos sufrió de poliomielitis y desnutrición por su pobre situación económica. Pese a que los médicos intentaron operarlo, quedo con los pies girados en ochenta grados y con la pierna derecha más corta que la izquierda por seis centímetros. Pero eso no era todo: desde los diez años era adicto al tabaco. Además, el psicólogo de la selección brasilera dijo que era un débil mental, no apto para el juego. En pocas palabras, no pudieron presagiarle un futuro más tórpido al pobre Garrincha.

Dentro de la cancha, la historia fue otra. La deformidad de sus piernas hizo de Garrincha un endiablado gambeteador. Su gran velocidad y su gran visión para los pases lo hicieron vital para la consagración de Brasil en 1958. Y, ante la pérdida de O Rei Pelé, para la copa de 1962, los brasileños contaron con la protección del Ángel Torcido, quien se vistió de goleador y estrella para que Brasil consiguiera su segunda estrella. Por desgracia, sus problemas con la bebida no le dejaron desarrollar su carrera al máximo, que, según presagiaban algunos expertos, pudo ser mejor que la del propio Pelé. En el equipo definitivo, ocuparía la posición de extremo derecho, su favorita en el campo.

Banca de suplentes

Cláudio Taffarel

En una época donde el jogo bonito se había perdido en Brasil y en una deslucida final del Mundial de 1994 (la peor de todas), el hombre llamado a salvar las papas fue el arquero Taffarel; en la definición por penales, logró tapar un penal ante los italianos, dándole a Brasil su cuarto Mundial. En este equipo definitivo, sería el arquero suplente.

Nilton Santos

Jugador de gran conocimiento sobre fútbol, era apodado Enciclopedia. Su posición fue la de lateral izquierdo, y fue de los primeros en explotar la facción ofensiva en su puesto. También podía jugar como defensa central. Fue, además, el único integrante del plantel que sufrió el Maracanazo (aunque no contó con minutos en dicho torneo) y luego se pudo consagrar como campeón en 1958 y 1962. Fue uno de los mejores defensores en la historia de Brasil. Dentro de este equipo definitivo, sería una pieza de recambio en cualquier parte de la defensa.

Daniel Alves

Fue uno de los mejores laterales derechos en la historia de Brasil, que también podía desempeñarse como interior o extremo derecho. Tuvo el récord de futbolista con más títulos en el mundo, con cuarenta y seis. Su gran técnica, velocidad y stamina lo hicieron un socio perfecto para los atacantes. Tal es así que, en su etapa en el FC Barcelona, fue el principal asistidor de Lionel Messi. En la tierra de los laterales por excelencia, Dani Alves supo brillar y ser medallista olímpico (2021), campeón de América y de Copa Confederaciones, ambos en dos ocasiones.

Dunga

Centrocampista defensivo de gran carácter, fue capitán de la Canarinha en 1994, un Mundial que no tuvo el jogo bonito característico de la Verdeamarela, pero que, en su lugar, tuvo un gran despliegue defensivo, del que Dunga era el director. Fue también DT de Brasil, imprimiéndole su estilo de fútbol de otra época, pero que también supo cosechar éxitos, como la Copa América de 2007 y la Confederaciones de 2009.

Sócrates

Un jugador muy elegante, cuya visión de juego, precisión para los pases y certero disparo lo catalogaron como un centrocampista completo. El Doctor, apodo que se le dio debido a que también era médico (titulado en 1977), es recordado como uno de los mejores jugadores que vistió la Canarinha, junto a otros grandes como Toninho Cerezo, Zico, etc. Conformaron un equipo inolvidable por su estilo de juego, que, lamentablemente, no pudo consagrase con ningún título mayor. Aun así, Sócrates no puede faltar en el equipo definitivo de Brasil.

Jairzinho

Fue uno de los jugadores más versátiles en vestir la casaca brasilera. Su posición original era la de delantero, pero también podía desenvolverse con solvencia como mediocampista. Fue esta última la posición que ocupó en el Mundial de 1970, el cual la Canarinha ganó con un equipo considerado como el mejor de la historia por muchos expertos. Ídolo indiscutible en Botafogo, donde pasó gran parte de su carrera, proclamándose campeón del Brasileirao en 1968, también jugó en Cruzeiro, en donde ganó la Copa Libertadores en 1976. En 1980 con 36 años, sorpresivamente llegó al Wilstermann de Bolivia, donde su nivel no bajó; se consagró campeón nacional y llevó al conjunto aviador a una semifinal de Copa Libertadores, hecho inédito para un equipo boliviano. Tal fue el nivel que demostró que volvió a jugar en la Serie A del campeonato brasilero.

Romário

En un equipo brasileño menos vistoso que los vistos desde los cincuenta a los ochenta, el jugador distinto fue Romário. Él fue quien llevó los pases mágicos al Mundial de 1994, en donde fue elegido mejor jugador y se proclamó campeón. El Chapulín, con sus 167 cm de estatura, era letal en el área. Se llevó el título en las ediciones de Copa América 1989 y 1997 y la Confederaciones de 1997. Inesperadamente, no fue tomado en cuenta para el Mundial de 1998, donde hubiese aportado mucho. Y, pese a haber sido parte de las eliminatorias a Corea-Japón 2002, tampoco fue citado al Mundial, donde Brasil se consagró por última vez. Su dilatada carrera le dejó, entre otros, el reconocimiento de ser máximo goleador de torneos nacionales en catorce oportunidades. También presume de haber convertido mil dos goles a lo largo de su dilatada carrera; eso contabiliza goles en categorías juveniles, partidos amistosos, a beneficio y muchos otros, pero eso no le quita el mérito de ser uno de los grandes históricos.

Neymar Jr.

Es uno de los mejores futbolistas del mundo en la actualidad. Su gran habilidad de regate, capacidad goleadora, velocidad, claridad para los pases y posicionamiento hacen de Ney uno de los delanteros más completos, pudiendo tomar cualquier posición de ataque e incluso el mediocampo ofensivo. En 2011, lideró al Santos a su tercera Libertadores, donde se consagró como la gran promesa del fútbol brasileño. Luego formó parte del FC Barcelona, donde, junto al argentino Messi y al uruguayo Luis Suárez, conformó la temible MSN, el tridente ofensivo más letal en la historia del fútbol español y europeo. Con la selección consiguió la Confederaciones 2013 y el oro olímpico en 2016. En el Mundial de Qatar 2022, anotó su gol setenta y siete en la mayor, igualando el récord de O Rei Pelé como máximo goleador Canarinho.

DT, Mário Zagallo

Como jugador, desplegó su gran talento y visión en los Mundiales de 1958 y 1962, y consiguió el título en ambas citas. Esa visión dentro del campo de juego la traslado a su faceta de técnico, y se convirtió en 1970 en el primer hombre en consagrase campeón mundial, tanto como jugador como entrenador, confeccionando el mejor equipo de la historia, según muchos expertos. Estuvo a punto de igualar el récord de Pozzo, en 1998, al guiar a Brasil a la final del mundial de Francia, en la que cayeron ante los locales. También consiguió la Copa América Bolivia 1997. El Viejo Lobo también fue coordinador técnico de Parreira en 1994, logrando el título del Mundial de ese año. Es por eso que el entrenador de ascendencia libanesa es el indicado para estar al mando del equipo definitivo.

Con todas esas figuras, el equipo definitivo de Brasil podría conseguir un nuevo título mundial, aunque faltaron nombres importantes, como Moacir Barbosa (uno de los mejores arqueros brasileros, que sufrió la injusta tortura de ser culpado por el Maracanazo), Leónidas, Vavá, Friedenreich, Zito, Carlos Alberto, Clodoaldo, Gerson, Tostao, Zico, Toninho Cerezo, Bebeto, Rivaldo, Edmundo, Roque Junior, Juan, Gilberto Silva, Robinho, Marquinhos, entre muchos otros, debido a la cantidad de grandes cracs que el país sudamericano ha producido.

BANCA DE SUPLENTES

ALEMANIA

Se trata de una de las grandes potencias de la historia. En este equipo definitivo, incluiremos a la selección alemana unificada y a la de Alemania Occidental, su exitosa predecesora (no así a Alemania Oriental, de papel menor). Aunque hoy atraviesa un momento delicado, las tierras teutonas han sido la cuna de algunos de los mejores futbolistas a lo largo de la historia.

Once titular

Sepp Maier

Bajo los tres palos, Josef Dieter Maier es la mejor opción para armar este equipo definitivo. Dentro del área chica, siempre estaba alerta pero calmado, esperando el momento para actuar de manera efectiva. Su velocidad, agilidad y reflejos le dieron el apodo de el Gato. Contrario al estereotipo del alemán serio y flemático, Maier era un arquero que tenía un gran sentido del humor y que disfrutaba de ocupar el arco, donde hacía atajadas acrobáticas. Fue ídolo del Bayern de Múnich, equipo en el que jugó toda su carrera y con el que ganó todos los títulos posibles. Ese éxito lo trasladó a la selección alemana, donde ganó la Eurocopa de 1972 y el Mundial de 1974.

Guido Buchwald

Fue uno de los grandes defensores alemanes en la historia, y no es para menos. En el Mundial de Italia 90, inició como titular en todos los partidos, mostrando una soberbia actuación. En la final, le tocó bailar con la más fea, pues su tarea fue la de marcar a Diego Maradona, cosa que pudo hacer de manera impecable. De otro modo, el tercer título mundial para los alemanes no hubiera sido posible. Férreo en la marca y muy seguro, Guido demostró estar a la altura en los partidos más difíciles, por lo que merece un lugar en el equipo definitivo.

Franz Beckenbauer

Si de defensores se habla, en Alemania no hubo ninguno más completo que el Káiser. Fue el inventor del rol de líbero, en el cual un jugador se posicionaba detrás de la línea defensiva para barrer con los ataques de los rivales. Además, se unía de manera inesperada al ataque, convirtiendo goles o dando asistencias a sus compañeros. Caracterizado por una tenacidad admirable, buena técnica, liderazgo y buen juego aéreo, Franz lideró a su selección a la conquista de la Eurocopa 1972 y del Mundial de 1974 como capitán. También ganó la plata en el Mundial de 1966 y el bronce en 1970. Sus dotes natos de líder lo llevaron a la dirección técnica de la Mannschaft, a la que llevó a la final del Mundial de 1986 y, posteriormente, a la de 1990, perdiendo la primera y ganando la segunda. Beckenbauer es también el único defensor en ganar dos balones de oro a la fecha. Así, es considerado uno de los mejores futbolistas de la historia, por lo que es inamovible en el equipo definitivo.

Paul Breitner

Lateral izquierdo con vocación ofensiva, Breitner tenía la técnica, la velocidad y la resistencia necesarias para subir al ataque y bajar a defender durante todo el partido. Considerado como uno de los mejores de todos los tiempos en su puesto, también podía desempeñarse como líbero o mediocampista. Anotó goles en dos finales de Copa del Mundo. La primera vez, en la conquista del Mundial de 1974, ante la Naranja Mecánica, y también en la caída ante los italianos en la final de 1982, convirtiéndose en el único alemán en lograr tal hito. De espíritu rebelde, jamás escondió su orientación política de izquierda.

Philipp Lahm

Capitán de la última consagración alemana en el Mundial de 2014, lució dicho cintillo desde 2010, en el torneo realizado en Sudáfrica. Su pierna hábil es la derecha, por lo que siempre ocupó el lateral derecho, aunque podía desempeñarse en ambas bandas. Su agilidad y precisión para los pases y los cambios de frente lo hicieron una pieza clave tanto para el Bayern de Múnich (donde es leyenda absoluta) como en la selección, con la que, aparte del oro en Brasil, consiguió el bronce en los Mundiales del 2006 y 2010. Fue apodado Enano Mágico por su pequeño tamaño, su fuerza y su magnífica técnica que deslumbraba a propios y extraños. Era un jugador que cumplía de manera sobresaliente las facetas de ataque y defensa. Sin duda, Lahm es uno de los mejores en su posición, y su prematuro retiro de la selección alemana caló hondo en el combinado germano, que tuvo actuaciones mediocres en los posteriores Mundiales.

Bastian Schweinsteiger

Heredero de la cinta de capitán tras el retiro de Lahm, Bastian fue el jugador que marcó el centro de la cancha con su admirable juego. En un principio, se desarrolló como volante central, con una capacidad de creación de jugadas más que admirable. Pero su versatilidad hizo que se adaptara a cualquier sector del mediocampo, asumiendo roles defensivos, e incluso fue usado como defensa central en el final de su carrera. En este equipo definitivo, tendría la posición de mediocampista defensivo, desde donde sería la conexión de defensa y ataque, tal como lo fue en el último Mundial ganado por Alemania en 2014, donde se ganó el apodo de la Mente Maestra debido al papel que desempeñó como eje del seleccionado teutón.

Fritz Walter

El primer gran capitán alemán. Un jugador que arrancó su carrera como delantero de punta, con una gran imaginación para generar y definir jugadas. Era un goleador nato, con un buen dominio del balón. Sin embargo, también ayudaba a sus compañeros en la defensa, lo que hacía del Viejo Fritz un guerrero de la cancha. Debutó en la selección alemana en 1940. Por obvias razones, la Segunda Guerra Mundial privó al mundo de las copas de 1942 y 1946. Aquello, sumado al baneo que sufrió la Mannschaft del Mundial de 1950, hizo que Walter disputara su primer Mundial en Suiza 1954 a sus 33 años. Ahí ocupó el rol de mediocampista de contención, mismo rol que se le daría en el equipo definitivo. Durante la cita mundialista en tierras helvéticas, el veterano Fritz (junto a su hermano Ottmar y otros de sus compañeros del Kaiserslautern que lo hicieron sentir como en familia) desplegó su mejor fútbol y guio a la ahora Alemania Occidental (partida tras la guerra) a su primer título mundial. Aquello impulsaría el renacimiento del país no solo en lo deportivo, sino que también en todo ámbito.

Lothar Matthäus

El mediocampo de este equipo definitivo no estaría completo sin la presencia de Lothar, uno de los más completos mediocampistas creativos, con una claridad para ver posibles jugadas de ataque, pases muy precisos a cualquier distancia y un certero disparo de larga distancia. Pero también podía colaborar en tareas defensivas, de acuerdo a como se desarrollaba el juego. Incluso, tras varias lesiones fue reconvertido en líbero, en sus últimos años como profesional, rol que desempeñó de manera sobresaliente. Con la selección alemana ganó la Euro de 1980, pero su punto más alto fue el Mundial de 1990, donde fue la figura del torneo, lo que le valió el premio del Balón de Oro. Lothar también participó en los Mundiales de 1982, 1986, 1994 y 1998, igualando el récord del mexicano Carbajal, y consiguió el récord de más partidos en Mundiales (25), hasta que Messi lo superó en 2022. Alcanzó su partido 150 como internacional en la Euro del 2000, récord para el combinado teutón.

Uwe Seeler

Como extremo izquierdo, el ídolo Uwe Seeler. A diferencia del estereotipo de futbolista alemán, él era retacón, de 170 cm y con un pie más grande que el otro. Tenía una potencia pocas veces vista, acompañada de gran velocidad y letal juego aéreo. Oriundo de Hamburgo, pasó toda su carrera en el club de su ciudad, el Hamburger SV, en donde es ídolo absoluto. Rechazó ofertas de varios grandes de Europa para hacerse con sus servicios, por lo que, sumado a su temperamento alegre que contagiaba a su hinchada, se ganó el apodo de Uns Uwe, que traducido al español significa Nuestro Uwe, gracias al gran cariño que le tiene el pueblo alemán. Su debut en la Mannschaft se produjo poco después del Mundial de Suiza 1954 y jugó en la mayor hasta México 70. Desgraciadamente, no pudo alcanzar la cima en una Copa del Mundo, pero participó de cuatro, siendo plata en 1966 y bronce en 1970 (ambas como capitán). Además, consiguió el hito de marcar por lo menos dos goles en cada Mundial que disputó, para un total de nueve goles en veintiún partidos. El querido Uwe es una leyenda mundial e indiscutible titular de este equipo definitivo.

Gerd Müller

Uno de los más prolíficos goleadores en la historia del fútbol. Apodado el Bombardero (der Bomber), él no era un jugador alto (176 cm), tampoco era veloz en las carreras, pero sí tenía una aceleración tremenda en cortas distancias, potentes saltos que le daban un buen juego aéreo y un gran balance debido a sus piernas cortas que hacían que no se cayera y aguantara las entradas de sus rivales. A esto se suma su letal instinto dentro del área, que lo colocaba en el lugar y momento justos para definir las jugadas. Sus números fueron impresionantes en su carrera, sobre todo a nivel internacional: anotó sesenta y ocho goles en sesenta y dos partidos. Entre ellos, se destacan sus diez goles en el Mundial de México 70 y los cuatro tantos en Alemania 74, incluyendo el gol del triunfo en la final ante los holandeses. Gerd sería el delantero por derecha de este equipo definitivo, moviéndose al área para anotar.

Miroslav Klose

Como centrodelantero de este equipo definitivo, Klose es el elegido. Pese a ser polaco (evitaré poner a jugadores nacionalizados en estos equipos), no se puede obviar al máximo goleador histórico de la Mannschaft, con setenta y un goles. Si bien a nivel clubes no era de los más destacados, cuando se ponía la casaca alemana era implacable. Para compensar el hecho de no ser veloz, tenía un oportunismo especial, sabía medir los tiempos para colarse entre los defensores como un fantasma y aprovechaba sus 184 cm para el juego aéreo acompañados de mucha fuerza. En todos los Mundiales en los que participó, no bajó del bronce (2006 y 2010), pasando por el subcampeonato del 2002 y la gloria máxima en 2014, donde en el histórico Mineirazo Alemania aplastó a Brasil 7-1, y anotó su gol número dieciséis en Mundiales, rompiendo el récord de Ronaldo.

Banca de suplentes

Manuel Neuer

Un arquero que supo brillar en la campaña del último título alemán en 2014 fue Neuer. Internacional desde 2009, heredó la cinta de capitán de la Mannschaft tras el retiro de Schweinsteiger. Pero sus prioridades políticas por sobre las futbolísticas hicieron que perdiera el norte y fuera parte de la debacle del fútbol alemán, con dos eliminaciones en primera ronda de un Mundial, en las ediciones 2018 y 2022.

Mats Hummels

Un seguro defensor de 191 cm de altura, era muy bueno en el juego aéreo. Además, siempre estaba muy atento a los balones sueltos para interceptarlos o a las escapadas de los rivales, a los que frenaba con entradas limpias. Sus buenos pases y su gran técnica hacían que, aparte de central, pudiera desempeñarse como mediocampista defensivo. Muchos decían que emulaba al gran Beckenbauer y no es para menos, ya que fue parte de la escuadra campeona del Mundial de 2014.

Andreas Brehme

Lateral izquierdo de mucha técnica, certeros pases y buen remate, debutó con la selección absoluta en 1984. Fue fundamental en el Mundial de Italia 90, en donde fue vital para el combinado teutón; anotó un gol de tiro libre ante los ingleses en semifinales y también convirtió el controvertido penal ante Argentina, que le dio a su equipo su tercer Mundial. Versátil en su juego, podía ocupar cualquier sitio en la banda izquierda o incluso hacer de mediocampista defensivo.

Toni Kroos

Uno de los mejores mediocampistas ofensivos de su país. Kroos tenía un gran instinto ofensivo y creaba jugadas de peligro de manera constante, con pases certeros al vacío o centros precisos. Su buen ojo para las situaciones de gol hacía que también pudiera convertirlos. Al ser un jugador muy colaborativo, también puede ocupar el puesto de mediocampista defensivo o volante central. En la selección alemana, su punto más alto fue el Mundial de Brasil 2014, en donde anotó por duplicado a los locales en el histórico 7-1 y fue de los mejores del torneo. Es el único jugador nacido en la todavía Alemania Oriental en ganar un Mundial de mayores.

Thomas Müller

Surgido en el Bayern de Múnich, deslumbró desde joven con su gran manejo de la pelota, precisión en los pases, colocación en el área, buen remate, pero sobre todo con su fuerza mental y frialdad para definir. De juego poco ortodoxo, podía jugar de mediocampista ofensivo o delantero de cualquier tipo, moviéndose por todo el campo rival tanto para asistir a sus compañeros como para convertir goles. Su gran Mundial en 2010 le valió el premio a mejor jugador joven del torneo, al convertir cinco goles, misma cantidad que convirtió en el Mundial de 2014, en el que su selección terminó quedándose con el trofeo. Muchas veces infravalorado, Thomas es de los mejores jugadores alemanes de toda la historia.

Rudi Völler

Uno de los grandes delanteros que pasó por la Mannschaft. En su exitoso paso por la Roma, fue apodado Il Tedesco Volante (el alemán volador) por la velocidad que tenía para entrar en el área rival y convertir goles sorprendentes. Como internacional absoluto para Alemania, convirtió el 2-2 parcial en la final del Mundial de 1986, que finalmente los germanos perdieron 2-3 con Argentina. Cuatro años después, Völler y los suyos se consagraron campeones en 1990. Ahí demostró sus dotes de líder que lo llevaron a dirigir su seleccionado, al que condujo a la final del Mundial de 2002, que perdió con Brasil.

Jürgen Klinsmann

Uno de los mejores delanteros en la historia del fútbol teutón. Goleador nato, su instinto ofensivo lo llevaba frecuentemente a la portería rival, en donde podía definir de manera elegante. Pero también tenía un fuerte y preciso remate que lo ayudaba a resolver las jugadas de forma eficaz. Con su selección, participó en seis torneos mayores, desde la Eurocopa de 1988 hasta el Mundial de Francia 1998, y anotó en cada uno de ellos. Levantó el título en el Mundial de Italia 1990 y la Eurocopa de Inglaterra 1996.

Karl-Heinz Rummenigge

En materia de ataque, uno de los más habilidosos y versátiles jugadores ofensivos. Un delantero muy completo que podía desempeñarse en cualquier rol de ataque. Su gran control de la pelota, su fuerza, su regate, su potente remate y sus pases eran algunas de sus cualidades. Pero su gran fortaleza era su capacidad goleadora: podía convertir tanto de cabeza como con los pies. Muchos de sus goles los hacía desde posiciones incómodas, demostrando su ingenio para resolver esas jugadas. Debutó en la selección mayor en 1976, capitaneando en el Mundial de 1986, donde cayó en la final. Al igual que Seeler, no pudo gritar campeón en ningún Mundial, ya que se retiró de la selección antes del de 1990, pero tuvo el consuelo de ganar la Eurocopa de 1980.

DT, Helmut Schön