El guerrero de la eternidad - Sergio Omar Bossio - E-Book

El guerrero de la eternidad E-Book

Sergio Omar Bossio

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Beschreibung

- "No me dejes caer en la tentación. Amén." Terminó la oración persignándose y miró hacia abajo. - Disculpe, Señor, no quise interrumpir su oración, solo que prestando atención, pienso que nos separa una diferencia de interpretación religiosa. - Encantado, Borbarán es mi apellido - pronunció su nombre extendiendo su brazo. - Frener- respondió el orador queriendo también estrechar aquella mano. - Discrepo con usted- continuó el interceptor. - Es que desde la evangelización hasta hoy. Frener no dejó expresarse aquel hombre al que con tanto fulgor se lo veía. Además en todo el día no vio ningún indicio de que esa noche surgiría algún brote de violencia verbal, y cuando se tratan de defender ideologías cualquier ser entra en un estado confuso.

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Seitenzahl: 48

Veröffentlichungsjahr: 2016

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SERGIO OMAR BOSSIO

EL GUERRERO DE LA ETERNIDAD

EDITORIAL AUTORES DE ARGENTINA

Bossio, Sergio Omar

El guerrero de la eternidad / Sergio Omar Bossio. - 1a ed . - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2016.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-711-608-3

1. Novelas Fantásticas. I. Título.

CDD A863

Editorial Autores de Argentina

www.autoresdeargentina.com

Mail:[email protected]

Diseño de portada: Justo Echeverría

Diseño de maquetado: Maximiliano Nuttini

Queda hecho el depósito que establece la LEY 11.723.

Índice

PRIMERA PARTE

Frener y aquel asesinato

SEGUNDA PARTE

El invento

TERCERA PARTE

La expedición

PRIMERA PARTE

Frener y aquel asesinato

I

- “No me dejes caer en la tentación. Amén.”

Terminó la oración persignándose y miró hacia abajo.

- Disculpe, Señor, no quise interrumpir su oración, solo que prestando atención, pienso que nos separa una diferencia de interpretación religiosa.

- Encantado, Borbarán es mi apellido - pronunció su nombre extendiendo su brazo.

- Frener- respondió el orador queriendo también estrechar aquella mano.

- Discrepo con usted- continuó el interceptor.

- Es que desde la evangelización hasta hoy�.

Frener no dejó expresarse aquel hombre al que con tanto fulgor se lo veía.

Además en todo el día no vio ningún indicio de que esa noche surgiría algún brote de violencia verbal, y cuando se tratan de defender ideologías cualquier ser entra en un estado confuso.

Entonces interrumpió:

En otros momentos discutiremos los aspectos políticos culturales y religiosos, hoy ya es tarde - expresó pretendiendo de esta forma sosegar toda cordialidad - Desde el comienzo, al final.

Pero Borbarán continuó, esta vez alzando la voz:

- Esos aspectos políticos culturales y religiosos no son los mismos dilemas que tenemos hoy’?

Con esta imputación directa Frener se irritó.

- Conquistas y persecuciones… Siempre padecieron conflictos todos los credos, pero creo que desde hoy en adelante nuestra lucha pasará por la verdadera justicia social.

Y continúo Frener, reflexionando en voz alta:

- Por ejemplo, ¿para qué tanta riqueza de unos pocos si no es para ser compartida entre muchos?, Tenemos muchas cosas para solucionar en este mundo que con el tiempo creo que lo lograremos.

- Sino piense� ¿A quiénes les interesa los mercaderes de la muerte?, ¿A quiénes les interesa la sociedad comandada por los poderosos?, ¿A quiénes les interesa la inmigración creciente?.

Deberíamos tener mayor compromiso con la humanidad a futuro.

Un compromiso mayor de todos…

Un compromiso mayor de la política…

Un compromiso mayor de la cultura…

La conversación sufría diferentes modulaciones dentro de la plaza de El Diamante. Una plaza desierta que ingresaba en una madrugada silenciosa. Y que dejaba atrás una constelación de oraciones, ocurridas en una maravillosa procesión realizadas por los lugareños. Dicen que es el mayor ejercicio espiritual que debería practicar un cristiano.

Borbarán y Frener, dos almas enfrentadas por dos pensamientos distintos, no era nada más que lo que a través del tiempo nos han enseñado las confrontaciones.

La historia de hoy nos revela que las guerras para ser guerras primero son pequeñas batallas ideológicas dentro de cada uno.

Por encima de aquellos hombres se podía sentir un perfume celestial, ¿sería por tanto gozo acumulado en la tarde o porque debajo de ellos flotaba el vulgar olor del mundo?

Lo que estaba claro que por debajo de todo aquello se sentía el pesado olor a cloacas donde la deshumanización se gesta.

También aquella velada finalizaba después de una noche concurrida.

La despedida la originaban los lugareños que murmullando desaparecían por las calles, hacia arriba.

Cada uno con sus antorchas encendidas, lo cual hacía sus figuras oscuras, anunciaban la agonía del final de un día.

II

Frener y Borbarán continuaban su discusión en la plaza.

Impresionaba la insistencia de Borbarán en una noche tranquila y que lentamente terminaba. Acaso, ¿era el único hombre empeñado en discutir para matar el tiempo nada más? En cambio, Frener sabía que en aquellas discusiones simples suelen aparecer las cosas más extrañas del ser, Por eso su preocupación en dejar esto.

Porque así como cada acto que realizamos es perfecto, en ese preciso acto emerge nuestro destino.

Entonces logramos que aparezca y desaparezca lo que llamamos un ser extraño, Hoy Borbarán lo era.

Los peores desencuentros y nuestros mayores enemigos están dentro de nosotros mismos.

Vivimos incontables batallas invisibles, muchas de las cuales perdemos, porque son muchas las que no descubrimos de verdad.

Una discusión primero es una batalla interna.

¿Esta era una?

¿Qué los había enfrentado?

¿Cuál era la diferencia?

¿Era un hecho aislado

Una fuerte discusión sin motivos en una noche pacífica es producto de una sociedad enferma.

A veces pareciera que miráramos el abismo y en verdad que desde allí nadie te mira, entonces comienzas a conocer la adversidad, y con la adversidad te ocasionan solamente dos cosas: te formas o te hundís.

Frener continuaba sin poder salir de la discusión, y Borbaran confrontaba una especie de abismo.

Mientras Frener acomodaba su manta azul, en la plaza solo quedaban ruidos de palomas, que acomodaban sus alas para dormir junto al descolorido y olvidado fundador.

Aquella estatua sucia a la intemperie lograba que sus tonos rojizos y verdosos continuaran su destiñe con el paso del tiempo.

En medio de todo esto se aproximaba Silvestre un conocido lugareño que venía caminando desde arriba del pueblo, precisamente desde la cantina.

Este hombre en un tiempo tuvo altercados con Borbarán y me pareció inteligente no continuar, Entonces, tratar de retirarme era lo conveniente.

La conversación varias veces había perdido la coherencia y yo creía lógico el momento oportuno de retirarme tranquilo de todo esto.

Lo que creemos por lógica a veces lo invertimos sobre lo oportuno que de inmediato podemos ser.