El huerto ecológico en macetas - Hortensia Lemaitre - E-Book

El huerto ecológico en macetas E-Book

Hortensia Lemaitre

0,0

Beschreibung

Sembrando un huerto se cultiva la conciencia ambiental. El huerto es vida, vida que se transforma, que crece y alimenta a otra vida. Los huertos urbanos son rincones amables donde la naturaleza tiene su espacio, lugares donde la ciudad resulta menos inhóspita. Los autores de esta obra, expertos horticultores ecológicos, resolverán todas tus dudas a medida que aprendas a cultivar tus propias hortalizas durante todo el año.

Sie lesen das E-Book in den Legimi-Apps auf:

Android
iOS
von Legimi
zertifizierten E-Readern

Seitenzahl: 280

Das E-Book (TTS) können Sie hören im Abo „Legimi Premium” in Legimi-Apps auf:

Android
iOS
Bewertungen
0,0
0
0
0
0
0
Mehr Informationen
Mehr Informationen
Legimi prüft nicht, ob Rezensionen von Nutzern stammen, die den betreffenden Titel tatsächlich gekauft oder gelesen/gehört haben. Wir entfernen aber gefälschte Rezensionen.



El huerto ecológico en macetas

RBA INTEGRAL

HORTENSIA LEMAÎTRE JOSÉ T. GÁLLEGO

EL HUERTO ECOLÓGICO EN MACETAS

Manual completo para horticultores urbanos

NOTA IMPORTANTE: En ocasiones las opiniones sostenidas en los libros de integral pueden diferir de las de la medicina oficialmente aceptada. La intención es facilitar información y presentar alternativas, hoy disponibles, que ayuden al lector a valorar y decidir responsablemente sobre su propia salud, y en caso de enfermedad, a establecer un diálogo con su médico o especialista. Este libro no pretende, en ningún caso, ser un sustituto de la consulta médica personal.

Aunque se considera que los consejos e informaciones son exactos y ciertos en el momento de su publicación, ni los autores ni el editor pueden aceptar ninguna responsabilidad legal por cualquier error u omisión que se haya podido producir.

©-Hortensia Lemaître y José T. Gállego, 2011, 2012.

©-de esta edición: RBA Libros S.A., 2012.

Diagonal, 189 – 08018 Barcelona.

rbalibros.com

Ilustraciones: Jugo.

Fotografías: stock.xchng.

Tercera edición en esta colección: abril de 2014.

RBA INTEGRAL

REF: OEBO228

ISBN: 9788415541561

Queda rigurosamente prohibida sin autorización por escrito del editor cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra, que será sometida a las sanciones establecidas por la ley. Pueden dirigirse a Cedro (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesitan fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).

Todos los derechos reservados.

A Lea, nuestra hija, que siempre nos

Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltará de nada.

Marco Tulio Cicerón

Contenido

Introducción

La organización del huerto

La orientación del huerto

Acceso fácil

Aprovecha el espacio

Contenedores para hortalizas

Lo más importante: la tierra

Macetas y recipientes

Mesas de cultivo

Tierras y sustratos

El alimento de la planta

Materiales para sustratos

Las herramientas

Antes de empezar

Fertilizantes y abonos

¿Qué comen las plantas?

Los abonos

El riego

¿Cuánto hay que regar?

Plantel o semillas

¿Plantamos semillas o planteles?

Cada hortaliza en su temporada

Una estación para cada planta

Cómo se cultiva cada tipo de hortaliza

Cada hortaliza a su manera

Frecuencia de recolección

Combinaciones de hortalizas en una misma maceta

La combinación de diferentes especies o el arte de cultivar en espacios pequeños

Plagas

Las 4 fases de la lucha contra las plagas

Cómo combatirlas

Hongos

Remedios ecológicos

Asegúrate de no usar tóxicos

Productos naturales

Insecticidas caseros

Preparados vegetales curativos

Refuerza las defensas de tu huerto

Tipos de preparados vegetales

Plantas medicinales para el huerto

La luna y las plantas

El astro aliado del horticultor

En cada fase su tarea

¿Cómo actuar ante un problema?

Las hortalizas una a una

Plantas de hoja

Acelga

Apio

Coles

Escarola

Espinaca

Lechuga

Puerro

Plantas de flor

Alcachofa

Girasol

Plantas de raíz

Ajos

Cebollas

Chirivías

Nabos

Patatas

Rabanitos

Remolacha

Zanahoria

Plantas de fruto

Berenjena

Calabacín

Calabaza

Fresas

Maíz

Melón

Pepino

Pimiento

Sandía

Tomate

Leguminosas

Guisantes

Habas

Judías

Plantas aromáticas

El huerto medicinal

Árboles frutales

El rey del huerto

Mi primer huerto

¿Por dónde empiezo?

Mi primer huerto: paso a paso

Mi primer huerto en la ventana

Glosario

Introducción

Meter las manos en la tierra es ciertamente terapéutico. Tal vez nos haga revivir alguna de nuestras primeras experiencias, cuando descubríamos el mundo tocándolo todo, o quizás afloran memorias ancestrales de la especie, de cuando los seres humanos escarbábamos la tierra en busca de raíces o sembrábamos las primeras semillas con reverencia religiosa, maravillados ante la magia de nuestro mayor descubrimiento: ¡Podemos cultivar plantas!

Porque fue la agricultura la que permitió al hombre asentarse todo el año en el mismo lugar y acumular alimentos en las épocas de clima más favorable para poder sobrevivir sin pasar hambre durante los meses de invierno.

Gracias a la agricultura, por primera vez se dispuso de excedentes de comida y algunos miembros de la comunidad no tuvieron que dedicarse a buscar sus propios alimentos. Liberados de las tareas más básicas tuvieron tiempo para estudiar o desarrollar labores especializadas. Las grandes civilizaciones de la historia, la vida urbana, el progreso científico y el arte existen gracias a que aprendimos a cultivar.

Y cultivando hemos pasado la mayor parte los últimos diez mil años. Desde el Neolítico hasta hace menos de un siglo la inmensa mayoría de las personas vivían en el campo y se dedicaban a la agricultura y la ganadería. Pero todo cambió cuando empezaron a trasladarse a las ciudades. Por primera vez en la historia, los niños crecen sin ver huertos, animales ni demasiados árboles. Edificios, aceras y mucho asfalto sustituyeron a campos, ríos y bosques. Colonizamos, talamos, explotamos, asfaltamos y construimos sin parar, como un gran virus que se extiende por el territorio matándolo todo.

Así estamos ahora, pero hace tiempo que empezamos a darnos cuenta de que este rumbo no lleva a buen puerto, que debemos cambiar nuestra forma de vivir en el planeta o las cosas se van a poner muy feas para nosotros. Por fortuna, la conciencia del problema se extiende y ese es el principio de la solución. El que entiende lo que pasa puede actuar en consecuencia.

Escribir este manual es nuestra forma personal de actuar contra el problema, la tuya podría ser cultivar un huerto urbano en macetas porque…

…es divertido

En un mundo urbano completamente alejado del campo, las hortalizas resultan más exóticas que muchas plantas ornamentales importadas de lejanos países. Comer un tomate cultivado en el balcón con nuestras propias manos casi parece cosa de magia, acostumbrados como estamos a comprarlos en bandejas de supermercado. Descubrir la flor de la cebolla o asistir al fantástico crecimiento de los rabanitos puede ser tan fascinante como una orquídea tropical.

Mientras que el jardín decorativo solo nos permite relacionarnos con una cualidad de la naturaleza, la belleza, el huerto, en cambio, nos hace meter las manos en la tierra, tocar las plantas, preocuparnos por ellas, observar la interacción de las distintas especies, distinguir las plagas de los insectos beneficiosos. Esas abejas que hasta ahora solo nos asustaban se convierten en aliadas necesarias en la polinización. Las lombrices se ven con otros ojos cuando están trabajando en nuestro huerto, fertilizando y aireando la tierra.

…es relajante

Después de un día de trabajo, atascos, preocupaciones y prisas, dedicar veinte minutos a regar el huerto en macetas, quitar alguna mala hierba y recoger unas cuantas verduras para la cena no solo no es un fastidio sino que se convierte en un gran placer, un momento de tranquilidad y sosiego donde reconectar con los ritmos naturales, mucho más pausados y saludables que el estrés urbano.

… es ecológico

Sembrando un huerto se cultiva la conciencia ambiental. El huerto es vida, vida que se transforma, que crece y alimenta a otra vida. El horticultor cuida de un pequeño ecosistema, no lo domina pues no puede obligar a crecer a la lechuga, solo puede ayudarla, intentar que tenga las condiciones más favorables para que haga lo que su naturaleza le manda. Los huertos urbanos son rincones amables donde la naturaleza tiene su espacio, lugares donde la ciudad resulta menos inhóspita, menos gris. Las moles de hormigón de los edificios parecen más vivibles cuando sus terrazas están salpicadas de brotes y frutos, y la poca fauna que aún vive en las ciudades encuentra algunos oasis donde refugiarse.

…proporciona alimentos saludables

El objetivo de la agricultura ecológica es producir alimentos de la máxima calidad nutritiva, respetando los ciclos naturales y buscando mantener una buena relación con el entorno sin usar productos químicos tóxicos que dañan el ecosistema y envenenan lentamente a las personas. Las frutas y verduras recién cosechadas son más nutritivas y no necesitan conservantes para aguantar en buenas condiciones porque se van a consumir inmediatamente.

….recupera el sabor de las verduras

Cuando la gente prueba nuestras verduras ecológicas siempre hay alguna persona mayor que nos cuenta que «estas sí saben como las de antes». Y es que las cultivamos como se ha hecho toda la vida, abonándolas con estiércol y otros fertilizantes naturales y cosechándolas en su justo punto de madurez. Las verduras «industriales», las que compramos normalmente en el supermercado, se abonan químicamente, se fuerzan a crecer a gran velocidad y se cosechan antes de que maduren completamente para que resistan mejor el transporte. No es extraño que las que cultivamos nosotros tengan mejor sabor.

…es bueno para niños y mayores

¿Qué mejor forma para conseguir que los niños coman frutas y verduras que hacer que las cultiven ellos mismos? Después de esperar pacientemente durante meses hasta cosechar un tomate o un pimiento, seguro que no se niegan a probarlo. Si lo han sembrado con sus propias manos, ¿cómo no les va a gustar? Muchas personas, cuando se jubilan tras toda una vida trabajando, se encuentran sin nada que hacer y se vuelven muy sedentarias, lo que repercute en su salud. Cultivar un pequeño huerto, especialmente si es en macetas, es una actividad suave que se puede hacer hasta muy avanzada edad y que brinda deliciosas satisfacciones.

Sea cual sea tu razón, te deseamos mucho éxito en esta aventura que aquí comienza.

La organización del huerto

•¿Qué planto si mi terraza tiene poco sol?

•¿Cuánto peso aguanta mi balcón?

•Trucos para aprovechar el espacio y aumentar la producción.

La orientación del huerto

En una terraza o balcón se puede cultivar cualquier hortaliza, pero hay que tener en cuenta que, según las características de nuestro espacio, unas pueden crecer mejor que otras.

El huerto necesita mucho sol, es el elemento básico, sin él no hay crecimiento. La terraza mejor orientada es la que mira al sur, mientras que la menos favorable mira al norte. En cualquier caso, dado que la mayoría de los futuros horticultores no pueden elegir, deben adaptarse a las características de su terraza o balcón sembrando las hortalizas que mejor se den en esas condiciones concretas.

▮Cómo conseguir más luz

En algunos casos se puede aumentar la cantidad de luz que reciben las plantas pintando de blanco las paredes de la terraza para aumentar la reflexión de la luz o, incluso, colocando espejos para tener sol durante más horas al día. Conviene dejar los rincones más sombríos para herramientas y aprovechar los soleados para las plantas que más lo necesiten.

•HORTALIZAS MÁS ADECUADAS PARA TERRAZAS Y BALCONES CON POCAS HORAS DE SOL

Las hortalizas que mejor sobreviven en terrazas con pocas horas de sol suelen ser las de hoja y las de raíz: espinaca, apio, col, coliflor, coles de Bruselas, lechuga, nabo, puerro, rábano, acelga, escarola, habas, guisantes, fresas y muchas aromáticas como perejil, cilantro, menta y orégano.

•HORTALIZAS MÁS ADECUADAS PARA TERRAZAS CON MUCHO SOL

Los frutos, especialmente los tomates y los pimientos, así como los frutales.

▮Cuidado con el calor excesivo

En las terrazas más calurosas, la temperatura puede ser excesiva en pleno verano; se puede reducir la intensidad del sol instalando una malla de sombra por encima de las plantas. Estas mallas de material plástico bloquean un porcentaje determinado de los rayos solares, dejando pasar el resto. Una malla del 30% de sombra ayuda a reducir la traspiración de las plantas dejando pasar luz solar suficiente como para que crezcan sanas y vigorosas. Las mallas de sombra son útiles en verano cuando hay luz solar de sobra, pero en los meses invernales su uso es contraproducente, pues no permiten que los débiles rayos de sol lleguen a las hojas ni calienten las raíces.

TRUCO DECORATIVO

Otra manera de conseguir sombra es instalar pérgolas con plantas trepadoras como los jazmines o las parras, que además de refrescar nuestro huerto en verano contribuirán a embellecer nuestro balcón o terraza.

Acceso fácil

Un huerto requiere cuidados frecuentes: hay que regar y abonar a menudo, eliminar las malas hierbas y sembrar nuevas hortalizas para ocupar los espacios que dejan libres las plantas cosechadas, revisar en busca de plagas, etc. Cuando el horticultor puede acceder fácilmente al huerto y trabaja con comodidad, tiende a prestarle más atención y a cuidarlo mejor. En general, cuanto más a menudo se visita el huerto, mejor resultado se suele obtener.

▮El agua

La terraza debería tener un grifo a mano y un desagüe para no mojar a los vecinos de abajo. Si no disponemos de ello, siempre podemos utilizar regaderas y procurar que las macetas tengan platos de recogida de agua debajo, para que el agua no se derrame. Una terraza demasiado atestada de plantas, sin un sistema de riego cómodo y con macetas demasiado pequeñas que hay que regar dos veces al día, acaba siendo una tortura para quien la cuida. En cambio, una mesa de cultivo bien montada, con un sistema automático de riego y espacio para moverse a su alrededor se mantiene en perfectas condiciones dedicándole quince minutos al día.

¡OJO CON EL PESO!

Es importante asegurarse de que el balcón o la terraza aguanten el peso de las macetas, la tierra y el agua de riego. Normalmente los balcones suelen estar diseñados para aguantar 200 kilos por metro cuadrado. En las terrazas grandes es difícil superar la sobrecarga segura, pero en los balcones más pequeños hay que tener cuidado, especialmente si el peso se sitúa junto a las barandillas, en la parte del balcón más alejada del edificio, donde la tensión es mayor.

Las jardineras de piedra y las macetas de barro son especialmente pesadas. Si hay dudas sobre la resistencia del balcón es mejor usar macetas de plástico o madera, que son más ligeras. Las mesas de cultivo, aunque suelen ser grandes, usan generalmente materiales bastante ligeros y poca profundidad de sustrato, por lo que no pesan demasiado. Si se recoge el agua de lluvia y se almacena en la terraza hay que tener especial cuidado. El agua es muy pesada, y en un metro cuadrado, con apenas 20 cm de profundidad de agua, se alcanzan los 200 kilos de sobrecarga máxima.

Aprovecha el espacio

La principal limitación de los huertos urbanos suele ser el espacio, salvo que se disponga de una gran azotea. La mayoría de las personas que viven en la ciudad solo cuentan con un balcón o una pequeña terraza. Para lograr la máxima producción de hortalizas conviene aprovechar bien el lugar y, si el balcón es muy pequeño, dejar de cultivar las verduras de crecimiento más lento o que requieren más espacio.

Si tu balcón es pequeño ten en cuenta lo siguiente:

•Los rabanitos tardan un mes en crecer.

•Las lechugas, acelgas, coles y guisantes tardan unos dos meses.

•Los tomates, pimientos y berenjenas necesitan al menos tres meses para comenzar a producir.

•Las cebollas secas tardan casi cinco meses, pero las que se consumen en fresco están listas a partir de los dos meses y medio.

▮Combinación de hortalizas en una misma maceta

En mesas de cultivo, jardineras y grandes macetones se pueden cultivar al mismo tiempo distintas hortalizas para ahorrar espacio, aunque se debe evitar mezclar variedades que compitan por los mismos nutrientes. Si clasificamos las hortalizas en función de la parte que se consume, habría que combinar plantas de raíz, hoja, fruto y flor, ya que cada necesitan nutrientes distintos y no compiten demasiado. Lo que hay que evitar es sembrar juntas dos verduras del mismo tipo. Debes recordar que:

COMBINACIONES EN UNA MISMA MACETA

En una misma maceta podemos combinar una planta de raíz (rabanitos, zarahorias…), una planta de hoja (espinaca, acelga), una de fruto (tomates, berenjenas…) y una de flor (col o coliflor).

No podemos combinar en una misma maceta dos plantas del mismo tipo; nunca plantes dos plantas de hoja en la misma maceta (por ejemplo, espinacas y acelgas); tampoco combines dos plantas de raíz (rabanitos y zanahorias) ni dos plantas de fruto (por ejemplo, tomates y berenjenas) o dos de flor (col y coliflor).

▮Combina plantas de crecimiento lento con las de crecimiento rápido

Entre las verduras de crecimiento lento como las coles se pueden sembrar plantas rápidas como lechugas o rabanitos, que aprovechan los espacios libres mientras las coles van creciendo. Cada vez que se coseche una planta se vuelve a sembrar una nueva en el hueco que ha quedado, de ese modo la terraza puede proporcionar verduras continuamente.

▮Aprovecha las paredes y barandillas

Las paredes pueden albergar plantas. Hay macetas especiales para colgar en la pared o del techo y con un poco de imaginación se pueden inventar cosas nuevas. Por ejemplo, un horticultor encontró varios canalones, de esos que recogen el agua de los tejados, y los fijó a la pared a distintas alturas teniendo en cuenta que quedaran con una ligera inclinación para que escurriera el agua sobrante. Una vez llenos de sustrato, los utiliza para cultivar hileras de plantas pequeñas como cebollas, lechugas o fresas. Al crecer en la pared utilizan un espacio que estaba desaprovechado y liberan sitio en el suelo, donde crecen las plantas de mayor tamaño. Otros huertos urbanos aumentan el espacio disponible colgando macetas en las barandillas del balcón.

▮Macetas colgantes

Algunas verduras se pueden cultivar en macetas colgantes dejando que tallos y frutos crezcan hacia abajo. Este sistema permite cultivar una mayor cantidad de plantas en el mismo espacio, unas al nivel del suelo y otras por encima. Las hortalizas que mejor se adaptan a los recipientes colgantes son tomateras, pepinillos, judías y guisantes. Las podemos fijar en la pared o en el techo. Las macetas que se sujetan en las barandillas de las terrazas también permiten que las plantas cuelguen, pero hay que pensar primero si podremos cosecharlas fácilmente, ya que pueden llegar a crecer más de un metro y medio hacia abajo.

Una pequeña pérgola en nuestra terraza será muy útil, a la vez que decorativa, para que trepen por ella tomateras, calabazas, judías, guisantes, pepinos, sandías y melones, además de ofrecernos una sombra fresca en pleno verano.

Contenedores para hortalizas

•¿Escojo macetas o mesas de cultivo?

•¿Qué cuidados especiales necesitan las plantas en macetas?

•¿Qué hortalizas puedo cultivar en macetas pequeñas?

•¿Por qué son más frescos los tiestos de barro?

Lo más importante: la tierra

Un horticultor urbano de Barcelona cubrió toda su azotea con una capa de tierra de dos palmos de profundidad y cultiva su huerto como si estuviera en el campo. Su solución es ideal, pero no está al alcance de la mayoría, que tienen que conformarse con sembrar su huerto en macetas, bandejas de cultivo y otros contenedores. Las plantas que crecen en un tiesto viven en un hábitat muy limitado y no pueden extenderse en busca de agua o alimentos. En estas condiciones el horticultor es el encargado de que las plantas obtengan todo lo que necesitan añadiendo periódicamente nuevos nutrientes a la tierra en forma de abono.

Macetas y recipientes

En general, hay que buscar contenedores con una profundidad de entre 20 y 40 cm para que las raíces puedan desarrollarse bien, aunque no importa si son más profundos. Los mejores resultados se obtienen con grandes macetones o jardineras, ya que mantienen la humedad más constante y las raíces se recalientan menos.

CONTENEDORES ORIGINALES

Con un poco de imaginación se pueden reciclar muchos recipientes para usarlos como contenedores para plantas:

•cajas de fruta

•bañeras viejas

•bolsas de tela de supermercado…

Lo único que hace falta es realizar algunos agujeros en el fondo del recipiente para facilitar el drenaje del agua sobrante.

▮Que no falten los nutrientes

Las hortalizas que viven en macetas disponen de un espacio pequeño para desarrollar su sistema de raíces. Pocas semanas después de la germinación y por muy grande que sea el tiesto, las raíces tocarán con las paredes de la maceta y, no pudiendo alejarse más de la planta, tendrán que girar y comenzar a crecer alrededor de esta. Lógicamente, al ocupar menos espacio tienen a su disposición menos agua y nutrientes que cuando crecen en el suelo. Su capacidad de sostén de la planta también se ve reducida. En estas condiciones es el horticultor quien debe preocuparse de aportar a la planta riego y nutrientes frecuentemente para evitar carencias nutritivas y deshidrataciones por falta de agua.

▮La temperatura de las macetas

Las raíces están diseñadas para crecer bajo la superficie, donde las temperaturas nunca suben tanto como sobre ella. Sin embargo, cuando crecen en tiestos, las raíces pueden alcanzar temperaturas muy altas que las dañan y detienen su crecimiento. Este inconveniente se puede evitar sombreando las macetas o metiéndolas dentro de otras más grandes para que entre ambas quede una capa de aire que actúe como aislante y evite el sobrecalentamiento. Otra buena medida es colocar las macetas sobre planchas de corcho u otro material que las aísle del calor del suelo.

▮Cuanto más grandes, mejor

Las macetas deben ser grandes para que la planta pueda desarrollar suficiente cantidad de raíces como para absorber todos los nutrientes que necesita. Las macetas y jardineras grandes, al igual que las mesas de cultivo, contienen una gran cantidad de tierra, lo que reduce las fluctuaciones de temperatura alrededor de las raíces y al mismo tiempo aumenta la disponibilidad de agua. Algunas hortalizas como lechugas o cebollas pueden crecer sin problemas en pequeños tiestos siempre que no les falte agua.

▮¿Plástico o barro?

Las macetas de plástico son muy cómodas por su poco peso y bajo precio. Las de color blanco son más adecuadas para el verano ya que reflejan la luz y no se calientan tanto. Las negras se calientan mucho y son más adecuadas para el invierno, cuando las raíces agradecerán esos grados de más.

Los tiestos de barro mantienen frescas las raíces de la misma forma que un botijo mantiene fresca el agua que contiene, evaporando una parte del agua a través de las paredes porosas. La temperatura de las raíces es un factor muy importante en el bienestar de las plantas y por eso las macetas de barro han sido siempre tan populares en los tórridos veranos de la cuenca mediterránea. Los inconvenientes de este material son su mayor peso y la necesidad de riegos más frecuentes, puesto que parte del agua se pierde por evaporación.

▮Cómo preparar la maceta

Es importante poner en el fondo de la maceta, antes de echar la tierra, una capa de grava, roca volcánica o arlita (bolitas de arcilla expandida) de unos 2 cm que facilite el drenaje de la tierra. Una maceta que drena correctamente el exceso de agua mantiene las raíces sanas y oxigenadas, lo que reduce la aparición de enfermedades y aumenta la velocidad de crecimiento.

Mesas de cultivo

Las mesas de cultivo son una de las mejores soluciones para disfrutar de un huerto urbano. Permiten sembrar una gran variedad de hortalizas en poco espacio y resulta muy cómodo trabajar en ellas incluso para las personas mayores o con problemas de movilidad, ya que pueden cuidar las plantas sin agacharse. Como todas las plantas se cultivan juntas en el mismo recipiente, son lo más parecido a un huerto en el suelo.

Se fabrican de todo tipo de materiales, aunque los más frecuentes son la madera y el acero galvanizado. Las de madera son más ecológicas, pero las metálicas galvanizadas son prácticamente eternas. Las medidas más comunes oscilan entre 1 y 2 m2. Generalmente tienen una altura de 80 a 90 cm, aunque algunas tienen patas regulables en altura. Las mesas se pueden regar con regadera, pero es más práctico instalar un sistema automático de riego por goteo y liberarnos de esa tarea diaria.

El sustrato típico para una mesa de cultivo consiste en una mezcla de materiales muy nutritiva, normalmente compuesta por fibra de coco y lombricompost. La fibra de coco es un producto ecológico y renovable que se obtiene de la cáscara exterior del coco. El lombricompost es el humus que las lombrices producen al digerir la materia orgánica, y es uno de los abonos ecológicos más completos.

ALGUNOS SISTEMAS DE HUERTO URBANO

Hort Urbá www.horturba.com

Vende mesas de cultivo de distintos tamaños y disponen de accesorios para instalar emparrados, mallas de sombra, anti pájaros o cubiertas térmicas.

Leopoldo www.leopoldobcn.com

Es otro diseño innovador de huerto urbano en dos niveles con contenedores de tela. Ideal para balcones por su pequeño tamaño ya que sólo tiene 40 cm de fondo.

Bacsac www.bacsac.fr

Fabrica macetas y mesas de cultivo de todos los tamaños con materiales geotextiles muy ligeros y que permiten respirar a las raíces.

Combox www.compostadores.com

Fabrica módulos de plástico reciclado con doble función: huerto urbano y compostador. Se pueden acoplar varios entre sí y son muy prácticos y resistentes.

Tierras y sustratos

•¿Qué importancia tiene la tierra del huerto?

•¿Cómo escojo el mejor sustrato?

•¿Por qué es recomendable no usar turba?

•Características de los sustratos habituales.

El alimento de la planta

La tierra es el estómago de las plantas. Al contrario que los animales, ellas solo pueden absorber nutrientes una vez han sido descompuestos en sus partes más simples, por lo que la labor del sistema digestivo la realizan los microorganismos que viven en el suelo y se alimentan de los restos de materia orgánica. La vida microbiana necesita unas condiciones determinadas para desarrollarse.

El éxito del huerto en macetas depende en gran medida de la habilidad del horticultor para recrear las condiciones microbianas de la tierra dentro de un pequeño contenedor.

Las condiciones del suelo influyen hasta tal punto en la salud de la planta que son la principal causa de problemas en el cultivo en macetas. El sustrato debe cumplir varias condiciones para que las plantas crezcan sanas en él:

•Tiene que conservar bien la humedad, pero sin permanecer encharcado.

•Permitir el acceso del oxígeno a las raíces.

•Mantener un nivel de pH y sales en la tierra óptimo para la absorción de agua y nutrientes.

▮Cuándo renovar la tierra

Los sustratos para macetas tienen una vida limitada, ya que con el tiempo van perdiendo su estructura, se compactan y absorben menos, por lo que se secan cada vez más rápido. Siempre que se vaya regando periódicamente y se añada nuevo abono cada pocas semanas, el sustrato aguantará en buenas condiciones durante una temporada completa pero, pasado este tiempo, conviene renovarlo. En general, las mezclas con fibra de coco duran algo más que las basadas en turbas que tienden a perder su capacidad de absorción de agua con mayor rapidez. El sustrato desechado se puede aprovechar mezclándolo con tierra nueva o reutilizarlo para cultivar plantas ornamentales.

Las plantas más grandes y productivas como tomates, pimientos, berenjenas o calabacines, tienen un gran sistema de raíces y consumen muchos nutrientes, por lo que descomponen la estructura de la tierra a mayor velocidad. Después de un cultivo de alguna de estas hortalizas el sustrato suele perder la mayoría de sus propiedades y no conviene reutilizarlo. Como mucho, tras sacar la tierra, eliminar parte de las raíces y añadir algo de abono, se puede reutilizar el sustrato para cultivar alguna hortaliza con poca necesidad de nutrientes como zanahorias, cebollas o lechugas.

▮El sustrato ideal

Con un poco de práctica enseguida se aprende a valorar la calidad de la tierra simplemente por su textura. El sustrato ideal forma una bola cuando se compacta un puñado entre las manos, pero la bola se desmenuza enseguida en cuando se aprieta con un dedo.

La tierra que pongamos en las macetas debe ser fértil y estar libre de parásitos o semillas de malas hierbas. Lo mejor es utilizar tierra nueva de saco de la que venden en las tiendas de jardinería o preparar una mezcla de fibra de coco o turba con estiércol, compost o humus de lombriz. El sustrato que se vende en sacos suele venir abonado con los nutrientes necesarios para que las plantas vivan de 2 a 4 semanas. A partir de ese momento es conveniente mezclar algún abono de crecimiento (rico en nitrógeno) en el agua de riego al menos una vez por semana.

Los sustratos para macetas son muy esponjosos y absorben gran cantidad de agua, pero cuando se resecan en exceso tienden a contraerse, dejando un espacio de aire entre la tierra y la pared de la maceta. A través de esta ranura, las raíces quedan expuestas al aire y las altas temperaturas, que las deshidratan rápidamente. Al morirse las raíces, el crecimiento y el desarrollo de la planta se ven perjudicados. Para evitar que suceda hay que:

•Mantener la tierra húmeda y fresca (sombreando los tiestos si es necesario).

•Siempre que se vea un hueco entre la maceta y la tierra, hay que taparlo.

•Hay que evitar que la capa superior de tierra se compacte y forme una costra rastrillándola periódicamente. La tierra suelta reduce la evaporación y ayuda a mantener las raíces frescas y oxigenadas.

Materiales para sustratos

Turba

La turba se forma en zonas húmedas o pantanosas por descomposición parcial de la materia orgánica en un medio ácido y anaeróbico. Es un sustrato muy adecuado para el cultivo de plantas por su gran aireación y esponjosidad, aunque deben completarse con fertilizantes por su bajo contenido en nutrientes. Su peor inconveniente es lo difícil que resulta volverlas a mojar si se secan completamente. Las turbas rubias son más fibrosas, están menos descompuestas y presentan una mayor aireación, mientras que las turbas negras se encuentran en un estado más avanzado de descomposición, absorben mayor cantidad de agua y tienen más nutrientes.

POR EL BIEN DEL PLANETA, PASA DE LA TURBA

La turba se extrae de depósitos con miles de años de antigüedad que se renuevan tan lentamente que, en la práctica, es casi como si no lo hicieran. Las turberas son grandes almacenes de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, por lo que su protección ayuda a reducir el calentamiento global del planeta. La explotación de las turberas daña el ecosistema, mientras que la fibra de coco es un recurso renovable que se produce en países en vías de desarrollo. Pasando de la turba y apostando por la fibra de coco, ayudamos al planeta y a las economías de países como India, Sri Lanka, Malaysia, Tailandia, Indonesia o Brasil.

Mantillo vegetal

Su composición varía mucho y no siempre da buen resultado, pues puede contener sustancias fitotóxicas como acículas de pino, ser poco nutritivo o tener un pH muy bajo.

Compost

El compost es materia orgánica descompuesta por la acción de numerosos organismos en un proceso llamado compostaje. Sus principales propiedades son:

•Buena retención de agua.

•Correcta aireación.

•Gran contenido en nutrientes.

Si está bien hecho aporta mucha fertilidad y estimula el crecimiento de las hortalizas y los microorganismos beneficiosos del suelo. El material de partida con el que se elabora el compost influye mucho en la calidad final. Hay que evitar el compost de lodos de depuradora o el que algunos municipios elaboran con la basura orgánica que recogen. A menudo contienen contaminantes o metales pesados que no son aconsejables para el cultivo de plantas comestibles. El mejor compost es el elaborado en casa con la basura orgánica propia, ya que se conoce perfectamente su composición.

Fibra de coco

La fibra de coco se elaborara con la cáscara exterior de este fruto, un producto de desecho de la industria cocotera. Es ecológica, renovable y una buena fuente de recursos para muchos países en vías de desarrollo. Es muy porosa y ligera, por lo que las raíces reciben una excelente aireación. Es un gran sustrato para el cultivo de hortalizas.

Perlita

Se produce a partir de rocas vítreas que se calientan rápidamente para lograr su expansión. Son unas pequeñas piedras blancas muy ligeras y porosas. Se mezclan con el sustrato para aumentar su aireación y capacidad de drenaje. No absorbe agua, pero la retiene en su superficie. Cuando está seca, la perlita desprende un polvo que no se debe respirar. Conviene trabajar con mascarilla o mojar la perlita abundantemente antes de manipularla. No aporta nutrientes.

Vermiculita

Se produce a partir de unas rocas ricas en mica que se calientan para lograr su expansión. Es de color amarillo dorado, muy ligera y un buen aditivo para el sustrato, ya que tiene una gran capacidad de absorción de agua. No se debe añadir más de un 5% en volumen para evitar el encharcamiento del sustrato. Mezclando un 2% de vermiculita con la turba se evita el clásico problema de que la turba se reseque demasiado y luego no se pueda mojar bien. Aporta magnesio y potasio.

Arlita

Son bolitas de arcilla expandida al calor. Contienen microporos que ayudan a oxigenar las raíces. Tienen gran capacidad de drenaje y ayudan a evitar que la tierra se apelmace. No aporta nutrientes.

Las herramientas

•¿Qué herramientas necesito para el huerto?

Antes de empezar

Las tareas del horticultor son más sencillas cuando se hacen con las herramientas adecuadas. La lista de los utensilios necesarios para cuidar un huerto urbano incluye:

•Pala para mezclar el sustrato y trasplantar.

•Plantador.

•Podadora o tijera para cortar ramas y recolectar frutos.

•Tutores de bambú o plástico para atar tomateras, pepinos, guisantes y judías de mata alta.

•Cuerda de rafia para atar las plantas a los tutores o atar las hojas de las lechugas para blanquearlas.

•Rastrillo para mezclar los abonos con la tierra y romper la costra superficial.

•Regadera.

•Manguera.

•Bandejas para semilleros.

•Macetas de distintos tamaños.

•Abonos sólidos y líquidos.

•Botella fumigadora para aplicar abonos foliares, preparados vegetales, fungicidas e insecticidas.

•Vaso medidor o jeringuilla graduada para medir las dosis de abonos líquidos, preparados vegetales e insecticidas.

•Guantes.

•Una escoba para mantener la terraza limpia de tierra y hojas secas.

Fertilizantes y abonos

•¿Qué comen las plantas?

•¿Para qué sirve cada nutriente y qué sucede si falta?

•Ventajas de los abonos orgánicos.

•¿Cómo hago un extracto casero de algas?