El imperialismo fase superior del capitalismo - V.I Lenin - E-Book

El imperialismo fase superior del capitalismo E-Book

V. I. Lenin

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Beschreibung

Esta obra de Lenin es un clásico del pensamiento marxista y de la economía política. En ella, el líder marxista nos brinda un minucioso análisis del capitalismo monopolista y explica su teoría de cómo este tiende a formar monopolios que llevan a un sistema económico y político imperialista; también expresa los rasgos fundamentales del imperialismo. A pesar de haber sido escrita hace un siglo (1916), sin duda, constituye aún una fuente, no solo valiosa, sino necesaria para el estudio de los fenómenos sociales y económicos de nuestros días. Esta nueva edición está enriquecida con dos importantes escritos de Lenin, que permitirá al lector una comprensión más cabal de la obra, se trata de Prefacio al folleto de N. Bujarin "La economía mundial y el imperialismo" y de una selección de los Cuadernos sobre el imperialismo.

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Veröffentlichungsjahr: 2024

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Compilación

Isabel Monal

 

Edición y corrección

Ana Molina González

 

Diseño de perfil

Ernesto Joan

 

Diseño de cubierta

Deguis Fernández Tejeda

 

Composición computarizada

Irina Borrero Kindelán

 

Conversión a ebook

Grupo Creativo Ruth Casa Editorial

© Sobre la presente edición:

Editorial de Ciencias Sociales, 2024

ISBN9789590625541

Estimado lector, le estaremos muy agradecidos si nos hace llegar su opinión, por escrito, acerca de este libro y de nuestras ediciones.

INSTITUTO CUBANO DEL LIBRO

Editorial de Ciencias Sociales

Calle 14, no. 4104, e/ 41 y 43, Playa, La Habana, Cuba

[email protected]

www.nuevomilenio.cult.cu

Tabla de contenido
Nota Preliminar
Introducción
El imperialismo,fase superior del capitalismo (Esbozo popular)
Prólogo
Prólogo a las ediciones francesa y alemana2
I. La concentración de la producción y los monopolios
II. Los bancos y su nuevo papel
III. El capital financiero y la oligarquía financiera
IV. La exportación de capital
V. El reparto del mundo entre las asociaciones de capitalistas
VI. El reparto del mundo entre las grandes potencias
VII. El imperialismo, fase peculiar del capitalismo
VIII. El parasitismo y la descomposición del capitalismo
IX. La crítica del imperialismo
X. El lugar histórico del imperialismo
Anexos
Prefacio al folleto de N. Bujarin “La economía mundial y el imperialismo”
Cuadernos sobre el imperialismo [fragmentos]

Nota Preliminar

El imperialismo, fase superior del capitalismoes una de las grandes obras clásicas del marxismo. En ella Lenin realiza un profundo e incisivo análisis científico y militante de las nuevas transformaciones del capitalismo de su época, el cual había desembocado y continuaba desarrollándose como sistema imperialista mundial. Las implicaciones de los análisis y descubrimientos de Lenin —junto con la de otros marxistasde su tiempo—, constituyeron desde entonces un elemento esencial para la comprensión del devenir histórico y de la nueva época que se conformaba; más aún, ellas tuvieron, y siguen teniendo, repercusiones claves para el desarrollo creador de la teoría de la revolución marxista.

Para esta edición se han seleccionado materiales de Lenin relacionados con el tema y que contribuyen significativamente a la mejor comprensión de su obra sobre el imperialismo. Estos materiales aparecen en los Anexos y están constituidos por el Prefacio al folleto de N. Bujarin “La economía mundial y el imperialismo” y por fragmentos de susCuadernos sobre elimperialismo.El Prefacio al texto de Bujarin es de diciembre de 1915, aunque solo vio la luz por primera vez el 21 deenero de 1927 debido a que las complicadas situaciones de los años 1915 y 1917 le impidieron a Bujarin incluirlo en la primera edición de su folleto.El imperialismo, fase superior del capitalismose escribió en la primera mitad de 1916 en Zurich, y Lenin polemizó entreagosto y octubre de ese mismo año conBujarin y Platákov debido a lo que él consideraba un excesivo economismo que no acordaba suficiente lugar a las luchas políticas. LosCuadernos sobre el imperialismose escribieron entre 1915 y 1916, y se publicaron por primera vez en 1933y1938;la selección de fragmentos de este voluminoso libro resulta clave para la comprensión de la obra principal de Lenin sobreel imperialismo.

Hemos tomado para esta edición el texto de Elimperialismo, fase superior del capitalismode lasObras Escogidasen doce tomos (tomo V) de la Editorial Progreso de Moscú, 1976. El Prefacio al folleto de Bujarin está tomado del tomo 27 de lasObras Completasde la Editorial Progreso, 1985. Y, finalmente, la selección de fragmentos de losCuadernos sobre el imperialismoes del tomo 28, también de lasObras Completas, de la misma editorial del año 1986.

La Introducción para esta edición es del economista e investigador cubano José Luis Rodríguez.

Hoy el imperialismo, aunque en una nueva fase, sigue constituyendo un marco referencial insoslayable y un enemigo de las fuerzas populares a enfrentar. Este legado de Lenin debe seguir iluminando las luchas emancipatorias de nuestro tiempo.

Isabel Monal

La Habana, septiembre de 2010

Introducción

Lenin es de esos casos humanos realmente excepcionales (…). Nadie como él fue capaz de interpretar toda la profundidad y toda la esencia y todo el valor de la teoría marxista. Nadie como él, fue capaz de interpretar esa teoría y llevarla adelante hasta sus últimas consecuencias. Nadie como él fue capaz de desarrollarla y de enriquecerla en la forma en que él lo hizo.

Fidel Castro Ruz,

discurso del 22 de abril de 1970.

Ninguna ocasión más propicia para entregar al lector una nueva edición de las tesis fundamentales de Lenin sobre el imperialismo que el momento actual, cuando el capitalismo sufre su mayor crisis desde el crac de 1929.

A pesar de haber transcurrido noventa y dos años de su publicación en abril de 1917, y de haber sido escrita un año antes bajo las condiciones que imponía la censura de la Rusia zarista, la obra de Lenin sobre el capitalismo monopolista preserva su actualidad y valor teórico.

No obstante, tomando en cuenta los innegables méritos de Lenin, pocos revolucionarios han sido atacados y calumniados tan sistemáticamente por la burguesía y sus servidores, al tratar de negar sus aportes al marxismo y su excepcionalidad como dirigente comunista, ataques que se intensificaron en especial después de la desaparición del campo socialista y la URSS.

No podía ser de otra forma tratándose de un verdadero revolucionario, que ya cuando analizaba los rasgos fundamentales del capitalismo de principios del pasado siglo, debió enfrentar las tesis revisionistas, los errores de otros luchadores revolucionarios y las concepciones burguesas que se empeñaban en negar la esencia de las transformaciones ocurridas y trataban de presentar un panorama distorsionado de la realidad capitalista, que ponía en peligro el éxito de la lucha de los trabajadores, en un momento de excepcional efervescencia política.

Es por eso que en esta obra —al igual que en la mayoría de los trabajos escritos por Marx y Engels, y el propio Lenin— está presente la polémica, el desenmascaramiento de errores y tergiversaciones, bien fueran enarbolados por autores burgueses como John Hobson; marxistas que abandonaron sus posiciones y pasaron al campo de la burguesía, como Karl Kautsky, Edward Bernstein y Rudolf Hilferding; o revolucionarios que en esos años no alcanzaron a comprender al capitalismo en toda su complejidad, como Rosa Luxemburgo, Nicolai Bujarin o León Trotski.

Desde luego, sería erróneo suponer que todo el análisis económico sobre el imperialismo se encuentra en un solo trabajo de Lenin.

Al respecto, sus propias observaciones a las ediciones francesa y alemana, escritas en julio de 1920 señalaban “ …el fin principal del libro consiste hoy, lo mismo que ayer, en ofrecer, mediante los datos generales irrefutables de la estadística burguesa yde lasdeclaraciones de los hombres de cienciaburgueses de todos los países, un cuadro de conjunto de la economía mundial capitalista en sus relaciones internacionales, a comienzos delsigloxx, en vísperas de la primera guerra imperialista mundial”.1

1Véase la p. 21 del presente libro.

Para comprender la profundidad alcanzada en el estudio de la fase monopolista del capitalismo, no pueden dejar de mencionarse los análisis, que aparecen producto de la revisión de 148 libros y 232 artículos que datan de los años 1915 y 1916, y que se conocerían posteriormente como los “Cuadernos sobre el Imperialismo”, publicados por primera vez entre 1933 y 1938 en la URSS.2

2Para un examen detallado de la obra de Lenin sobre el imperialismo, ver de Alonso Aguilar:Teoría leninista del imperialismo, Editorial Nuestro Tiempo, México, 1983. Acerca de los “Cuadernos sobre el imperialismo”, ver pp. 86-104.

Los 15 cuadernos, numerados por el autor según el orden del alfabeto griego, no constituyen en sí un trabajo terminado, pero complementan y aclaran ampliamente las tesis de “El Imperialismo, fase superior del capitalismo”.

Entre ellos pueden destacarse los contenidos de los Cuadernos Gamma (3) que incluye el plan del libro; Theta (8) donde se concentra el análisis de “El capital financiero” de Hilferding; y el Kappa (10) donde se revisa “El Imperialismo” de Hobson.3

3V. I. Lenin: “Cuadernos sobre el imperialismo”,Obras Completas, t. 28 Editorial Progreso, Moscú, 1986.

Los Cuadernos reflejarían el valor del método marxista-leninista para el estudio del imperialismo, en su aplicación concreta a partir, de una suma enorme de información factual, al desentrañar los aspectos esenciales que marcaban esta nueva época.

Desde luego que siquiera un breve análisis de las contribuciones de Lenin al estudio del capitalismo a principios del pasado siglo, sería incompleta si no se mencionan otros trabajos que exponen conceptos medulares sobre este tema.

Uno de los aspectos en que desde el principio se concentra su atención es sin duda el problema nacional y la necesaria valoración histórica del colonialismo en las condiciones del imperialismo, especialmente teniendo en cuenta la interpretación, ya presente entonces, del imperialismo como un fenómeno histórico asociado a la existencia de los imperios desde la antigüedad, o como ocurriría también, reduciendo el concepto de imperialismo al de colonialismo.4

4Carlos R. Rodríguez: “Lenin y la cuestión colonial”, enRevista Casa de las América, no. 59, 1970.

Sobre estos temas Lenin escribiría en 1914 “El derecho de las naciones a su autodeterminación”, donde polemizó con Rosa Luxemburgo5por su incomprensión del problema nacional y colonial, y avanzó en la precisión del concepto de dependencia.

5Rosa Luxemburgo realizó un meritorio esfuerzo por desentrañar el desarrollo del capitalismo en 1913 con su libroLa Acumulación del Capital(Editorial de Ciencias Sociales, Instituto del Libro, La Habana, 1970). Sin embargo, llegó a conclusiones erradas sobre la reproducción capitalista y la exportación de capitales, cuestiones que fueron criticadas por Lenin, quien, no obstante, siempre reconoció su destacado papel como comunista y revolucionaria sin tacha.

Se publicarían posteriormente “El socialismo y la guerra” en 1915, trabajo en el que desarrolla el concepto de guerra imperialista y se enfrenta a la tesis de las guerras nacionales, asidero teórico de las posiciones chovinistas de los dirigentesde la II Internacional, a la luz de la PrimeraGuerra Mundial, aspectos que profundizaría en “El oportunismo y la bancarrota de la II Internacional”, igualmente concluido en 1915.

A continuación escribe “La consigna de los Estados Unidos de Europa” que examina el tema de la internacionalizacióndel capital, el papel del mercado externo en la reproducción capitalista y formula una regularidad de gran importancia, no solo para el análisis del imperialismo, sino también para la teoría de la revolución social.

En este breve artículo Lenin expresó: “La desigualdad del desarrollo económico y político es una ley absoluta del capitalismo. De ahí que la victoria del socialismo sea posible primero en unos pocos países capitalistas e inclusive en un solopaís, enforma aislada. El proletariado victorioso de ese país, después de expropiar a los capitalistas y de organizar dentro de él la producción socialista, se alzaría contra el resto del mundo capitalista, atrayendo a su lado a las clases oprimidas de los demás países, provocando en ellos la insurrección contralos capitalistasy empleando, en caso necesario, hasta la fuerza militar contra las clases explotadoras y sus Estados…”.6

6V. I. Lenin: Obras Escogidas en 12 tomos, t. V, Editorial Progreso, Moscú, 1976, p. 374.

Esta tesis difería de la visión de Marx y Engels, a partir del desarrollo superior y diferenciado que alcanzaba ya el capitalismo a principios del pasado siglo, lo cual no solo dejaba claro la genialidad de Lenin al utilizar creadoramente el método marxista como una guía para la acción y no como un dogma, sino que tendría una importancia decisiva para el desencadenamiento exitoso de la Revolución de Octubre.

Posteriormente, trabajos como “El programa militar de la revolución proletaria” de 1916 y “El imperialismo y la escisión del socialismo” del propio año, abundarían aún más en el análisis sobre el imperialismo realizado por el líder bolchevique.

La definición del imperialismo como una etapa histórica peculiar del capitalismo, y no como una política, constituyó así un avance científico de gran importancia, que aún hoy mantiene toda su vigencia.

Al respecto vale la pena resaltar lo planteado en el epígrafe VII de “El imperialismo, fase superior del capitalismo”, cuando se señala: “El imperialismo surgió como desarrollo y continuación directa de las propiedades fundamentales del capitalismo en general. Pero el capitalismo se trocó en imperialismo capitalista únicamente cuando llegó a un grado determinado, muy alto, de su desarrollo, cuando algunas de las características fundamentales del capitalismo comenzaron a convertirse en su antítesis, cuando tomaron cuerpo y se manifestaron en toda la línea los rasgos de la época de transición del capitalismo a una estructura económica y social más elevada. Lo que hay de fundamental en este proceso, desde el punto de vista económico, es la sustitución de la libre competencia capitalista por los monopolios capitalistas”.7

7Véase la p. 105 del presente libro.

Más adelante, al resumir la definición de imperialismo, Lenin expresaría: “…conviene dar una definición del imperialismo que contenga sus cinco rasgos fundamentales, a saber: 1) la concentración de la producción y del capital llega hasta un grado tan elevado de desarrollo, que crea los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación en el terreno de este ‘capital financiero’, de la oligarquía financiera; 3) la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particularmente grande; 4) se forman asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y 5) ha terminado el reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes”.8

8Ibídem, p. 106.

A partir de esta definición, cuyos rasgos esenciales se aprecian ya en trabajos anteriores de Lenin, se estructuran los primeros 6 epígrafes de este valioso libro, a los cuales se añaden 4 más para precisar el lugar histórico del imperialismo, su carácter parasitario, así como la crítica de sus apologistas.

La pertinencia del concepto leninista del imperialismo como categoría históricamente determinada a partir del desarrollo capitalista al alcanzar su fase superior, quedó evidenciada, entonces, frente a las tergiversaciones de aquellos que como Kautsky, defendían la tesis del surgimiento de un único centro mundial “ultraimperialista” o “superimperialista” que llegaría a anular la competencia entre los capitalistas, eliminando la necesidad de la lucha de clases bajo la bandera de la paz social.9

9Ibídem, p. 136.

Con posterioridad a la muerte de Lenin, surgirían nuevas teorías encaminadas a justificar la racionalidad del capitalismo, hasta que se produce la crisis de 1929.

El enorme descalabro que sufrió el sistema por vez primera en su historia, llevó a la necesidad de la intervención delEstado enla economía para “corregir las fallas del mercado”e iniciar la recuperación, que solo se lograría realmente con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial.

A partir de las tesis keynesianas, la valoración del desarrollo capitalista se movería desde entonces entre los seguidores de la obra de John M. Keynes10y los partidarios del retorno al liberalismo o neoliberalismo, cuyo representante más conocido en la postguerra sería Milton Friedman.11

10Ver de John M. Keynes su obra publicada en 1936:Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, Edición Revolucionaria, Instituto del Libro, La Habana, 1968.

11Ver de Milton Friedman:Capitalism and Freedom, University of Chicago Press, Chicago, 1962.

El acelerado desarrollo de la ciencia y la técnica que se logra después de la Segunda Guerra Mundial, conduciría con posterioridad a tratar de presentar como superadas las contradicciones del capitalismo moderno, gracias al nivel de socialización extraordinariamente elevado que alcanza la producción.

Este razonamiento dio lugar, a lo largo de los años cincuenta y sesenta, al surgimiento entre otras, de la teoría de la convergencia entre el capitalismo y el socialismo, defendida por W.W. Rostow,12y a la teoría de la sociedad industrial, representada por John K. Galbraith,13que propugnaría nuevamente el reforzamiento del papel del Estado en la economía.

12Ver de W.W. Rostow:Las etapas del crecimiento económico,México, 1963; y de R. Aarón:Dieciocho lecciones sobre la sociedad industrial”, París, 1955 (edición en francés).

13Ver de John K. Galbraith su libro de 1967:El nuevo estado industrial,Editorial Ariel, Barcelona, 1984. Este economista, en muchos aspectos fue un crítico de la sociedad norteamericana. También de su autoría, consúltese el libro de 1958:La sociedad opulenta, Editorial Planeta, Barcelona, 1985.

Una interpretación basada en idéntica desvinculación entre los factores del desarrollo tecnológico y los procesos políticos y sociales, conduciría en 1974 a Richard J. Barnet y a Ronald E. Müeller a publicar su conocido libroGlobal Reach. The Power of Multinational Corporations, donde se proclamaba —por el contrario— el dominio de las corporaciones trasnacionales y la desaparición prácticamente de la influencia del estado burgués en la economía.14

14Richard J. Barnet y Ronald E. Müeller:Global Reach. The Power of Multinational Corporations, Nueva York, 1974.

Con el avance de la revolución científico-técnica que ocurre a partir de los años ochenta del pasado siglo, especialmente en las comunicaciones, al aplicarse la computación a la gestión económica y social, así como el desarrollo del transporte, se sentarían las bases para la globalización del capitalismo contemporáneo.

La introducción de las políticas neoliberales, sustentaría nuevamente la idea de que la expansión gigantesca de los monopolios permitiría reducir primero y eliminar después la intervención estatal en los asuntos económicos.

Categorías como el capitalismo monopolista de Estado, que resulta esencial para el análisis del imperialismo, se ignorarían otra vez totalmente.15

15Alonso Aguilar: Ob. cit., pp. 151-184.

Por otro lado, la contribución de diferentes autores de orientación marxista al estudio del imperialismo no ha superado la conceptualización de Lenin, aun cuando, lógicamente, reflejan nuevas formas de expresión del capitalismo contemporáneo y han enriquecido el análisis.

Tomando en cuenta su importancia, a pesar de que no se trata aquí de agotar el examen de la enorme cantidad de artículos, ensayos y libros publicados en todo el mundo, es conveniente reseñar brevemente algunos de las obras más importantes de los economistas de izquierda a lo largo de los últimos sesenta años.

Entre los trabajos publicados en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, se pueden diferenciar aquellos que siguiendo las primeras contribuciones de Eugen Varga en la URSS16desarrollaron una línea de pensamiento muy apegada a lo ya hecho por Marx, Engels y Lenin, con un punto de vista muy similar y con una repercusión científica —en general— limitada fuera de los países socialistas.17

16Economista húngaro radicado en la URSS. Ver de E. Varga y L. Mendelsohn:New Data for Lenin’s “Imperialism”, International Publishers, Nueva York, 1940.

17Aunque sin duda hubo aportes científicos de significación para el estudio del capitalismo contemporáneo en la URSS y otros países socialistas europeos, predominó en estos la publicación de manualescon un enfoque reduccionista y muchas veces repetitivo y dogmáticos en estos temas. No obstante, no debe dejar de mencionarse un grupo de autores soviéticos que se destacaron por sus aportes al estudio del imperialismo, tales como L. A. Leontiev,S. M. Menshikov, M. Draguilev, G. Rudenko, S. L. Vigotski, K. Zarodov y V. Afanasiev.

También en los países socialistas de Europa oriental se destacaron Oskar Lange, M. Kalecki, J. Kuckzynski, G. Kolhmey y Tamas Szentes, entre otros.

Entre los economistas de orientación marxista más conocidos por sus obras en Occidente, pueden señalarse a Ernest Mandel, Charles Bettelheim, así como al norteamericano Victor Perlo,18también en Estados Unidos, Paul M. Sweezy publicó en 1942Teoría del desarrollo capitalista, con una interpretación muy cercana al enfoque de Lenin sobre el imperialismo.19Este autor junto a Paul Baran, también daría a conocer en 1966 el libroCapital monopolístico, donde el análisis se concentra en la polémica categoría “excedente económico”, pero que a su vez contiene una importante valoración de las consecuencias sociales del capitalismo monopolista norteamericano.20

18Ver de Ernest Mandel:Tratado de Economía Marxista, Colección Polémica, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1969; yEl capitalismo tardío, Editorial Era, México, 1979. De Víctor Perlo ver su obra de 1951:American Imperialism, Nueva York, 1951; y de 1957:El imperio de las altas finanzas,Editorial Platina, Buenos Aires, 1962.

19Paul M. Sweezy:Teoría del desarrollo capitalista,Editorial de Ciencias Sociales, Instituto del Libro, La Habana, 1970, pp. 418-419.

20Paul M. Sweezy y Paul Baran:Capital monopolístico, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1969.

De igual forma, en la revistaMonthly Review, fundada por Sweezy en 1949, se publicarían significativos trabajos,21como el de Harry Magdoff, “La era del imperialismo” de 1969.22Más recientemente John F. Bellamy escribiría el interesante ensayo “El redescubrimiento del imperialismo”,23en el que se pasa revista a críticas del imperialismo desde el sigloxixhasta el presente decenio.24

21En Europa un papel similar lo jugaríaNew Left Reviewa partir de 1960.

22Harry Magdoff: “The Age of Imperialism”, enMonthly ReviewPress, Nueva York, 1969.

23Ver de John F. Bellamy: “El redescubrimiento del imperialismo”, enLa teoría marxista hoy, Buenos Aires, 2006 (A. Boron, Javier Amadeo y Sabrina González editores).

24Puede verse la recopilación “AmericanEmpire” en el sitiohttp://en.wikipedia.org/wiki/American_Imperialism.

En este contexto, particular atención se le ha brindado en los últimos años al libroEmpirede Michael Hardt y Antonio Negri,25que fue publicado en el 2000 y recibió una acogida muy favorable por la prensa liberal norteamericana.Empirepresenta —desde una posición de izquierda muy polémica— una interpretación sobre el imperialismo, que retrotrae el análisis a posiciones ya criticadas por Lenin a principios del pasado siglo.

25Michael Hardt y Antonio Negri:Empire, Harvard University Press, Cambridge, Mass, 2000.

Una visión consecuente desde el punto de vista marxista de las contradicciones actuales del capitalismo, se expone por autores como Atilio Boron, quien en su ensayo “Imperio e imperialismo” somete a una fuerte crítica al libro de Negri y Hardt.26

26Atilio Boron: “Imperio e imperialismo”, enRevista Casa de las Américas,no. 227, 2002. Pueden revisarse también otras contribuciones importantes como las de Samir Amin:La acumulación a escala mundial, Siglo XXI Editores, México, 1975; yCapitalism in the Age of Globalization, 1997; de François Chesnais:La mundialización financiera, Editorial Losada, Buenos Aires, 1999.

Los diversos enfoques sobre el imperialismo desde posiciones de izquierda también encontraron cauce en el revisionismo contemporáneo en autores como John Strachey, Roger Garaudy, E. Fisher y los apologistas de “eurocomunismo”, entre otros.27Por último, los intentos de negar la existencia misma del imperialismo están muy presentes en la literatura burguesa, incluso en fechas muy recientes.28

27Alonso Aguilar: Ob. cit. pp. 313-415.

28Arthur Schlesinger Jr.: “The American Empire? Not so Fast”, en revistaWorld Policy, Spring, 2005.

La validez del método empleado por Lenin para el estudio del imperialismo como fase superior del capitalismo, se aprecia al observar la vigencia de los rasgos fundamentales del mismo, lo cual no deja espacio para sustentar el concepto de una nueva fase del sistema, aun cuando —indudablemente— la forma en que el sistema se reproduce, mediante los llamados modelos de acumulación, haya sufrido importantes cambios.29

29Carl Pinkston: “Advanced Imperialism. A Phase of Capitalism. A Marxist Perspective”, enGlobal Reach, 25 de junio de 2009.

Sin embargo, en esencia, los rasgos del capitalismo como capitalismo monopolista; el papel dominante de la oligarquía financiera con una composición más heterogénea y flexible; la exportación de capitales y la financierización de la economía mundial que le acompaña; el surgimiento de formas más complejas del monopolio a partir de la existencia de gigantescas corporaciones multinacionales; la lucha por la fuerza de las armas para alcanzar un nuevo reparto económico del mundo; y el carácter parasitario de la economía capitalista, unida a su creciente descomposición política y moral, apuntan a favor de la vigencia del análisis de lo esencial desarrollado por Lenin y sus más consecuentes seguidores.

Basta ofrecer —como él mismo se propuso— algunos hechos irrefutables para comprobarlo.

El crecimiento y la dominación del capital monopolista adquiere un desarrollo muy acelerado en la búsqueda de ganancias extraordinarias superiores,30a partir de la desregulación financiera que se inicia a mediados de los años sesenta del pasado siglo, lo que permite expandir muy rápidamente la concentración y centralización del capital mediante la inversión extranjera directa primero y a través de la inversión financiera con posterioridad.

30Se apunta un descenso en los ritmos de crecimiento anual del valor agregado bruto que nutre estas ganancias, que va de un 3,5 % en los años sesenta del pasado siglo, al 1,1 % en los años noventa. Ver de Miguel A. Montes: “Las crisis, cáncer incurable del capitalismo”, enhttp://www.rebelion.org

De tal modo, ya hacia 1969, en la economía norteamericana las 100 mayores firmas controlaban el 40 % de las ventas y las 10 más grandes captaban el 25 % de las ganancias.31

31Citado por C. Pinkston: Ob. cit., p. 3.

Sin embargo, tal y como se ha señalado acertadamente, la privatización de las fuentes de crédito “…chocaba cada vez más con los controles ejercidos por las autoridades monetarias y, entre otros factores, estuvo en la base de la inestabilidad monetaria que culmina en 1971 con la gran jugada norteamericana al liquidar el sistema de tasas de cambio fijas, decretar la inconvertibilidad del dólar y proceder a su devaluación”.

“A partir de entonces se diversifican y multiplican los mecanismos y las fuentes de los flujos privados financieros, sin controles institucionales”.32

32Osvaldo Martínez:La compleja muerte del neoliberalismo,Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2007, p. 78.

Con posterioridad a la crisis de 1973, pasan a jugar un papel fundamental en la acumulación capitalista las Empresas Transnacionales (ETN), iniciándose así lo que pudiéramos llamar la fase contemporánea de la globalización del capital.

Según datos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) el valor agregado creado en las filiales de las ETN en 1982 fue del 5,9 % del producto mundial y en el 2002 era ya del 10,7 %. A su vez las ventas de estas filiales pasaron del 26,2 % en 1990 al 54,9 % del producto mundial en el 2002.

Informaciones de 2005 reportan la existencia de 78 000 ETN, que cuentan con 780 000 filiales en todo el mundo. Sin embargo, las 100 mayores controlaban el 17 % de las ventas del total de las mismas y las 10 más grandes acumulaban el 36 % del total de activos en el exterior de todas las transnacionales, es decir, 1,7 billones de dólares.33

33Datos de UNCTAD en “World Investment Report” 2004 y 2007.

Por otro lado, las inversiones se concentran en procesos defusiones, donde se unen empresas ya existentes.

Las llamadas “megafusiones” alcanzaron en el 2007 un valor de 4,7 billones de dólares y el 47 % de las fusiones y adquisiciones fueron transfronterizas.34

34C. Pinkston: Ob. cit., p. 6.

El proceso de acumulación del capital que se ha desarrollado después de la Segunda Guerra Mundial, ha transitado por el empleo de las guerras para lograr un nuevo reparto de las áreas de influencia económica en el mundo.

Este proceso resultó acelerado con la desaparición del socialismo en Europa y los actos terroristas del 11 de septiembrede 2001, los que sirvieron, en este último caso, de pretexto para la guerra contra Afganistán primero y contra Iraq después, en la lucha por el control de nuevas fuentes energéticas.

Paralelamente a todo lo anterior, la búsqueda de ganancias cada vez mayores y más rápidas, ha llevado al capital “excedente” en los últimos veinte años, a su empleo masivo en la especulación financiera.

Este fenómeno se da en un contexto en el que con el desarrollo de las comunicaciones y la enorme masa de capital quese acumula después de la Segunda Guerra Mundial, los monopolios avanzan en la creación de bancos multinacionales que permitan cubrir sus necesidades de expansión en las nuevas condiciones.

Se presenta así una fusión de intereses entre la banca, la industria y los servicios diferente a la que existió en la época de Lenin, cuando la acumulación de los recursos financieros en los bancos era el factor determinante en la expansión del capital productivo.

En la actualidad, son las empresas multinacionales diversificadas las que crean sus propios mecanismos de financiamiento a través de la banca transnacional que surge y en esa misma medida el capital, cuya tasa de rentabilidad en la producción es inferior, se invierte en la especulación financiera. A ello se suma el empleo de los fondos de pensión35y los fondos de seguro, que también se reorientan a la inversión especulativa.

35En el 2007 los 300 fondos de pensiones más importantes del mundo poseían activos por 10,4 billones de dólares. Ver C. Pinkston: Ob. cit., p. 14.

Surge así lo que ha dado en llamarse la financierización de la economía36como base para la expansión de la especulación financiera a todos los segmentos de la sociedad, incluida la población.

36No es posible agotar aquí el tema, que está en la base misma de la explicación de la actual crisis. Puede verse de François Chesnais: “Economía: El fin de un ciclo. Alcance y rumbo de la crisis financiera”, enRevista Herramienta, no. 37, marzo de 2008; de A. Boron: Ob. cit.; de Osvaldo Martínez: “Crisis Económica Global ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde?”, enGranma, 27 de abril de 2009; y de C. Pinkston: Ob. cit., pp 8-16.

Para brindar una idea del alcance de este fenómeno, baste mencionar que ya en el 2007 las transacciones financierasdiarias llegaban a 2 billones de dólares, de los cuales el 95 % no tenía relación alguna con movimiento de bienes o servicios; la masa especulativa global de dinero se estima que alcanza actualmente 1 000 billones de dólares y en 1929 solo un 3 % de la población estadounidense se vinculaba a la especulación bursátil, mientras que en la actualidad esa cifra alcanza casi el 60 %.37

37Osvaldo Martínez: “La compleja muerte del neoliberalismo”, ed. cit.,p. 80; y de F. Krakowak Entrevista a J. Beinstein: “La crisis es financiera, energética, alimentaria y ambiental”, en http://www. rebelion.org, mayo 8 de 2009.

El fenómeno de la financierización de la economía muestra claramente la profundización del carácter parasitario del capitalismo, en tanto que sustrae el capital de la economía real en pos de la ganancia especulativa basada en la expansión del capital ficticio y el crédito. Por otro lado, y especialmente en el caso de los Estados Unidos, cubre sus gastos con el financiamientoque leproporciona la emisión de dólares y la deuda pública, para alcanzar los niveles de consumo de que disfruta a costa de la producción y la explotación del resto del mundo.

Todo lo anterior se une a una expansión de los gastos militares,38el cobro de la deuda como mecanismo de saqueo de los países subdesarrollados, el robo de cerebros y la exacerbación del consumismo, que genera daños irreparables al medio ambiente, como características esenciales de la reproducción globalizada del capitalismo actual.

38En el 2008 los gastos militares alcanzaron 1 464 billones de dólares, encabezados por los Estados Unidos con 607 mil millones, según datos de SIPRI. BBC News “Military Spending Sets New record”, junio 8 de 2009.

Poco queda ya de las tesis weberianas sobre la ética del capitalista en un sistema que genera inseguridad, delito, corrupción y consumo masivo de estupefacientes en proporciones incalculables

Como señalara el Comandante en Jefe, “El capitalismo tiende a reproducirse en cualquier sistema social, porque parte del egoísmo y los instintos del hombre”.39

39Fidel Castro: Reflexiones “La ley de la selva”, enhttp://www.cubadebate.net, octubre 11 de 2008.

La agudización de la competencia entre las grandes transnacionales se ha elevado a niveles no vistos y en la misma medida en que los mecanismos de contención anticíclicos desaparecieron bajo la marea neoliberal,40en agosto de 2007 estalló en los Estados Unidos la “burbuja financiera” nacida al calor de la especulación bursátil y crediticia, que ha provocado la crisis más profunda del sistema desde los años treinta del siglo pasado.

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