El Lado V de La Vida - Lore Oviedo - E-Book

El Lado V de La Vida E-Book

Lore Oviedo

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Beschreibung

"El lado V de la Vida" te invita a abrir tu mente, a replantearte ciertas situaciones naturales de cada día, de cada persona. La mirada que tenemos hacia los demás o incluso hacia nosotros mismos. También te muestra el amor en diferentes formas, porque cuando es amor real, nada más importa. Aquí vas a encontrar historias, relatos, poesías, reflexiones y una variedad de escritos en donde quizás te encuentres a vos mismo, porque lo que hay aquí dentro son historias comunes por las que pasamos la mayoría alguna vez, relatos de gente como vos y yo!!

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Seitenzahl: 131

Veröffentlichungsjahr: 2022

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Lore Oviedo

El Lado V de La Vida

Lore Oviedo El lado V de la vida / Lore Oviedo. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2022.

Libro digital, EPUB

Archivo Digital: descarga y online

ISBN 978-987-87-2970-1

1. Relatos. I. Título. CDD 808.882

EDITORIAL AUTORES DE [email protected]

Tabla de contenidos

Agradecimientos

Prólogo

Las Miradas

Un domingo más, pero diferente

Escuchando para no hablar

Ojo de loca ¡¡no se equivoca!!

Los inquietos

El reloj

El mundo que quisiera

Un roto y un descosido

Los payasos

Jugando a ser Sherlock Holmes

Los culpables sin culpa

Alejarnos nos permite reencontrarnos

Una noche en el “karaoke bar”

Animarse a más

Donde menos lo esperaba

Poesía para un amor que no fue

Amor adolescente

No te entiendo, ¡pero quiero estar a tu lado!

Los tiempos van cambiando

Entre amores y olvidos

El dolor de Anna

El doctor Alberto

Vacaciones en familia

Siempre podemos continuar

Poesía de un amor

Tan cerca y tan lejos

Familia a la distancia

Tú, la chica fuerte

Pablito y don Ernesto

Encuentros que emocionan

Mi lugar en el mundo

En vuelo…

Mi nona

Dos años

Alejarse para reencontrarse

Las señales

¡¡El cielo está de fiesta!!

Sin importar la adversidad, ¡¡siempre avanza!!

No permitas que el ruido de las opiniones de losdemás ahoguen tu propia voz interior.

Steve Jobs

A quienes confiaron en mí desde el primer momento.

Agradecimientos

Quiero agradecer a muchas personas, empezando por mi familia que me regalo mi primer libro de cuentos cuando era apenas una niña, al igual que a Silvina la bibliotecaria de mi pueblo, quien fue siempre tan cordial y se notaba el amor por su trabajo, era muy acogedor pasar tiempo ahí, por aquel entonces era mi lugar favorito; a mi profe Mariela, que en la etapa de la secundaria con mucha pasión nos inculcaba su amor por los libros en esos viernes de lectura; a Mary Gaby, una secretaria de cultura incansable, quien me invitó a ser parte del taller de literatura, donde conocí una profe genial además de unas compañeras maravillosas y muy talentosas que están siempre tirando la mejor.

A mi familia que me ayudó económicamente para poder lograr este sueño.

A Sabri, mi pareja, que me acompañó en todo este proceso y nunca dejó de apoyarme.

Y también quiero agradecerte a vos que sos fundamental para esto, porque si vos no estás del otro lado para leerme, yo no estaría de este lado escribiendo. Parece algo sencillo lo que digo, pero es la realidad, si no hay gente que lee del otro lado, ya nadie expondría lo que escribe y cuántas cosas quedarían guardadas en un cajón.

Y por último, gracias a mí, aunque suene egoísta, lo quiero hacer, ¡quiero darme las gracias por animarme a sentir que podía!

Prólogo

“Escribo, porque no soporto mi ruido”.

Elvira Sastre

El lado V de la vida, nació en mi cabeza, sin saberlo, un domingo por la tarde, en uno de esos días en que no te sentís bien, sin siquiera saber por qué.

Venía de una mañana normal, tranqui, y por la tarde fue como si el mundo se me viniera encima, mi cabeza comenzó a pensar más de prisa, más de lo habitual, volviendo al pasado, pero no a todo mi pasado, solo a momentos puntuales, a los tristes, los negativos, a todo lo malo por lo que había transcurrido a lo largo de mi vida, y todo se potenciaba más, sentí que me hundía, que caía en picada y no había nada que pudiera amortiguar mi caída. Estaba sola en casa, en mi cuarto, con las puertas cerradas y las luces apagadas, mi pecho pedía llorar, que gritara con todas mis fuerzas, pero no podía, no me salía, en ese momento sentí que ya no podía más, que mi vida no valía y no quería seguir viviendo. En mi mente resonaba “hacelo, animate si podés, cagona, dale, hacelo, acaba con todo de una vez.

Pero, gracias a Dios, soy muy cobarde para eso, pegué un salto en la cama, busqué la computadora y comencé a disparar, pero palabras, una tras de otra, saqué todo lo que había en mí, que me hacía estar rota, increíblemente me fui desahogando con una computadora.

Desde ese día, jamás volví a pensar o sentir que mi vida no valía, hoy escribo lo que siento, estoy mal, escribo, estoy bien, también escribo, me siento a gusto conmigo misma, no finjo más mi sonrisa, ya hice las paces con mi pasado, la vida es una sola, y debemos valorar el poder levantarnos cada mañana y andar en libertad.

Ese domingo, sin pensarlo, la vida me dio dos opciones, y doy gracias a Dios por haberme levantado de la cama y darme el valor de elegir la compu, en vez del arma.

Ahora escribo por mí y por muchas personas más que pasan por distintas situaciones en la vida, y no se atreven a enfrentarlas, yo solo intento mostrar una realidad, entre historias, relatos y algo más.

¡¡Buenas, buenas!!, ¿cómo estás? Muchas gracias por acompañarme, espero que puedas disfrutar del libro al igual que yo cuando lo escribí y, si no es así, mal por vos que gastaste para comprarlo, ja, ja, no, mentira, muchas gracias de verdad, para mí significa mucho y es una satisfacción enorme saber que me estás leyendo, ojalá pueda llegar a vos con mis textos, y si te sentís identificada o representada con alguno de ellos, no estás sola, debés saberlo… ¿Comenzamos?

Para empezar, dejo esta especie de monólogo al cual titulé…

Las Miradas

Porque de una u otra forma es algo que siempre nos acompaña, ya sea la nuestra o la de los demás. ¿Quién no tuvo esa vecina chusma que sabía todo de todos? Y cuando digo todo es TODO, ¡¡eh!!,en mayúscula, subrayado y bien grande a modo de título, sabía a qué hora salías, a qué hora volvías y con quién, quizás se te perdió algo y, si le preguntabas, te sabía decir dónde estaba porque te vio justo, de casualidad, ¡¡cuando lo guardabas!!

Esa que nunca hablaba de ella o de los suyos, pero sí de vos y los otros.

Las miradas están desde que nacemos hasta que morimos, desde esa que al nacer un bebé dice:

—¿Vos lo ves parecido al papá? Yo no, ¡¡para nada!! Para mí no es del supuesto padre, andá a saber por dónde anduvo esta, seguro que se lo quiere encajar, ¡¡si al final es una loquita!!

También están esas miradas cómplices, como con los amigos, los abuelos, los amantes, ¡apaa! ¿Qué pasó? ¿Te sonrojaste? ¿Sos de esos, no? Tranqui, acá no pasa nada, seguí leyendo.

Miradas de respeto como la que nos hacía mi padre, que con solo una mirada ya sabíamos cómo debíamos portarnos, no nos retaba, ni nos pegaba, solo con una mirada era suficiente, cómo se perdió eso, ¿no? El respeto a la mirada de nuestros padres, de nuestros mayores. En fin, ese es otro tema, en el que no vamos a entrar ahora, miradas enamoradas ya sea de los adolescentes que están descubriendo el amor por primera vez, o aquella pareja de ancianos, que lleva más de 50 años, observándose con la misma mirada de amor desde el primer día. Hay miradas llenas de odio, miradas a la nada o sin expresión. O hasta incluso esas miradas dulces y tiernas de los que te aprecian por última vez, aún, cuando ya partiste de este mundo.

Mi nombre es Lorena, tengo 36 años, por si sos de preguntar los signos, te cuento que soy Sagitario, ¡igual que la Tana!, como Gachi, Pachi, el novio, el exnovio y los dos pelotudos que estaban en la fiesta. Soy un poco de todo, y a la vez de nada, trabajo en atención al público desde hace unos 17 años, fui carnicera, ayudante de fotógrafo, era la que tenía el flash y ayudaba a cargar las cosas, trabajé en una tienda de ropa y accesorios deportivos, fui verdulera, limpié casas, fui niñera, acompañante de personas mayores, trabajé en un intento de call center vendiendo publicidad, en una granja avícola, juntaba y clasificaba huevos, en la despensa de mi madre, digamos que hice un poco de todo. En mi tiempo libre me gusta sacar fotos, tocar algún instrumento, aunque no sepa lo intento, cantar, tranquilos, soy mala lo sé, pero lo hago en casa a solas, no le rompo los oídos a nadie, de chica me encanta leer y hace algún tiempo me animé a leer para subirlo a las redes. Y siempre escribo, cualquier día, a cualquier hora, porque me gusta y a la vez me ayuda, no soy ni más ni menos que nadie, soy hija, hermana, pareja, lesbiana, familia, algunas veces estoy delante y otras detrás, pero por sobre todo soy Lore, así, a secas, ¡¡porque no me gustan los rótulos!!

Hoy en día estoy en un momento de mi vida en el que observo las miradas, ya no les temo como cuando era niña, ahora las siento, las reconozco, me gusta ver las miradas, me encanta leerlas y mucho más aún entenderlas.

Me preocupa esa gente que está pendiente, pero de otra forma, ya sea de la propia o las ajenas, esas miradas desde el rechazo, el dolor, el abandono, el miedo, la hipocresía, esa mirada que lastima, que pone distancia, que hace sentir menos a los demás o hasta incluso a uno mismo, me preocupa que no puedan ser quienes realmente desean, solo porque la sociedad los mira distinto.

Me gusta la gente libre, la gente que se anima, el que va por la vida sin siquiera notar que lo están mirando, esa gente que no vive pendiente del resto, que vive su vida, a su manera, feliz, sin molestar intencionalmente.

Yo hoy me siento así, libre, feliz, me amo tal cual soy, vivo mi vida a mi manera, justamente por eso, porque es MI VIDA y la vivo como quiero, yo no molesto a nadie ni me gusta que me molesten.

Así que, mi gente, ya saben, no miren buscando quien los mira mal, observen mejor lo bello de la vida, las cosas que hacen bien, que nos ayudan a ser mejores cada día, dejen todo lo negativo a un lado y ¡¡VIVAN LA VIDA!! Porque de eso se trata…

A veces sueño y fantaseo con que ojalá, algún día, las miradas ya no causen dolor, solo transmitan paz, amor, amistad, compañerismo y alegría, que mirarnos tenga un valor importante, que las miradas nos unan y ya no existan miradas oscuras, que todos podamos ver brillar la luz del sol, pero desde adentro de nosotros…

Y como dijo La Sole

Siéntanse libres para ser feliz!!

Un domingo más, pero diferente

“El dolor nunca termina, solo aprendemos a mirarlo”.

Elvira Sastre

Hoy es solo un domingo más, pero por alguna razón, lo siento diferente, quizás sea esta facilidad que tengo, para cambiar mi estado de ánimo en cuestión de segundos.

Puedo estar en la cima de la euforia y la diversión y, al instante, sentirme caer al vacío.

Vivo en una montaña rusa de emociones constantemente, muchas veces, suelo culpar a mis miedos, ¿cuáles miedos? Los que muchos tenemos, que a veces nos confunden al buscar la palabra justa, la definición correcta… ¿Miedo o culpa?

Es una pregunta que quizás los locos como yo nos preguntamos a menudo siempre que pasamos por estas situaciones.

Si tengo que definir la palabra miedo, sin dudas la asocio con la felicidad, ¿por qué? Porque para mí ambas van de la mano.

Siempre le tuve miedo a la felicidad, y al mismo tiempo, sentí culpa por serlo.

¿La culpa?, esa es otra palabra que parece sencilla, pero no lo es.

Para mí la culpa es el miedo a poder ser feliz, es sentir que no lo merecés, por la razón que sea, sentís que no merecés ser feliz, qué loco, ¿no?, pensar así digo, ¿quién cree que no se merece la felicidad?

Es increíble pensarlo, pero créanme que seguramente al igual que yo hay más gente en el mundo lidiando con esto.

No es lindo, obvio que no, y en nuestros momentos de cordura, quizás, hasta nos decimos a nosotros mismos, ¡¡vos estás loco de pensar así!!

Pero es lo que nos pasa y no es tan fácil de cambiar una idea como esa, ¡¡para nada!!

La vida está llena de muchos momentos, lindos, feos, agradables y otros no tanto, y eso es lo que te va marcando, cada vivencia, sea cual sea, queda ahí, porque la viviste, y eso no se puede cambiar, solo hay que acomodarlo, hay que aprender con el paso del tiempo, a buscarle el lugarcito que cada cosa se merece.

Algunas resultan más simples de acomodar que otras, pero para todas hay un lugar.

Yo soy de la idea de que todos tenemos dos cajas dentro, la caja de colores y la caja negra, en la de colores guardamos cada momento lindo, esos que queremos recordar seguido y por eso dejamos abierta esa caja, para que de la nada, siempre se escape algún recuerdo de esos que nos sacan lindas sonrisas, que nos llevan a los buenos momentos.

Y la negra, ya todos sabemos qué contiene, son esos, quizás menos, pero no por eso dejan de ser, malos momentos de nuestras vidas, esos que nadie quiere recordar, pero están, porque al igual que los lindos también son situaciones vividas en algún tiempo.

La caja negra siempre está cerrada, bajo llave y en un rincón del fondo, al oscuro, donde no la podamos ver pero de alguna manera y sin quererlo, a veces suele abrirse y de la nada nos empiezan a inundar esos malos recuerdos, y sin importar el tiempo que pase, siempre están ahí.

Algunas veces me pongo a pensar un poco en todo lo vivido en lo bueno y lo no tanto también, porque como dije antes es todo parte de nosotros, y eso no se puede eliminar, lamentablemente no, aunque nos duelan siempre serán parte de nosotros, como una parte de nuestro cuerpo.

Muchas veces sentimos que no merecemos la felicidad porque de alguna manera esa caja nos recuerda que la felicidad se puede ir tan rápido de nosotros, como un globo que nos quitó el viento.

Hay muchas cosas que se rompen y pueden arreglarse, pero... ¿el alma tiene arreglo?

Yo creo que no, solo existen parches que te cierran algunas heridas, pero no son duraderos, solo sirven para aliviar el dolor, como cuando tomás un medicamento que no te cura, pero te calma.

Sin querer somos fríos, a veces distantes, nos cuesta demostrar y en ocasiones permitir que nos demuestren un poco de afecto, porque nos gana el miedo.

No sé si somos muchos o somos pocos, pero estamos.

Somos los menos y a veces soñamos.

Soñamos con cambiar, con ser diferentes,

Nos encantaría abrirnos y demostrarnos a nosotros mismos

Que sí podemos, que nosotros también ¡¡merecemos ser felices!!

Se llega a la noche, y ya no estoy sola, en el silencio antes de dormirnos, le preguntó de la nada a mi pareja, una de mis preguntas repentinas, que suelo hacer con intención de recibir una respuesta rápida, espontánea, auténtica, de esas que no se piensan tanto y mi pregunta esta vez fue…si me tuvieras que decir un defecto, el que más te moleste, y una virtud mía, ¿qué me dirías?

Silencio… de esos que no sabés si es por la sorpresa de la pregunta o porque no tienen una respuesta repentina.

Hasta que al fin responde y me dice…un defecto el egoísmo, a veces sos un poco egoísta.