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El laurel de Apolo es uno de los dramas teatrales de Pedro Calderón de la Barca. Suele emplear en ellos auspicios y profecías iniciales que desvían la atención del público, con componentes mitológicos, rasgos deudores de la obra de Lope de Vega y centrados en temas clásicos de la época como la religión, el amor y el honor.
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Seitenzahl: 68
Veröffentlichungsjahr: 2020
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Pedro Calderón de la Barca
XXXIII.
Saga
El laurel de ApoloCover image: Shutterstock Copyright © 1660, 2020 Pedro Calderón de la Barca and SAGA Egmont All rights reserved ISBN: 9788726510164
1. e-book edition, 2020
Format: EPUB 3.0
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Sale cantando la Ninfa Íris .
Íris. Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
Desde el campo de la aurora,
Donde oriental la region
Del Asia, cuna del dia,
Saluda al primer albor,
Siendo África y Europa
Tránsitos de su estacion,
Con el austro al mediodia,
Y el norte al setentrion,
Hasta donde occidental
América su esplendor
Ve morir, para nacer,
Hijo y padre de su ardor:
Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
Sale por otro lado la Ninfa Eco, y canta.
Eco. O tú, hermosa embajatriz
De los Dioses, que en veloz
Íris, listado de verde,
Rojo y pajizo color,
Hablar por señas solias,
¿Qué te mueve á dejar hoy
El triunfal arco, y que dulce
Lo que fue matiz, sea voz?
Obligándome á que diga
En troncados ecos yo,
Desde el Etíope al Belga,
Desde el Indio al Español,
Que hoy todos se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol,
Para todos nace el sol.
Íris. Si de pasadas tormentas
Tremolado acuerdo soy,
Pues cuando que hay paz publico,
Publico que hubo rigor,
¿Qué extrañas, hermosa Eco,
Ninfa del aire, á quien dió
Boreal sepulcro en los montes
La desdicha de su amor,
Que cuando en mi heróico asunto
Todos comprehendidos son
Acordándoles la dicha,
Les olvide la pension?
Felice natal de España
Ansiosa la lealtad vió
En el dos veces real hijo
Del Águila y el Leon;
Y aunque fecunda Lucina
Á su horóscopo asistió,
Grosero accidente puso
El alborozo en temor;
Tanto, que el sol entre nubes,
Como es de las nubes Dios,
Presumimos que llovia,
Y era que lloraba el sol;
Bien que breve espacio, solo
Cuanto diestro señaló
El susto el hado, porque
Fuese la dicha mayor.
Que sabe usar la fortuna
De tan mañoso primor,
Que amenaza para hacer
De una felicidad dos;
Y siendo asi, que á pedir
De una y otra albricias voy
Á todo el orbe, en quien tiene
Su padre jurisdiccion,
No quiero volar con señas
Del pasado mal, sino
Que sin visos del desden,
Crezca la luz del favor.
Eco. Pues en tan glorioso asunto,
Para que te oigan mejor
África, América, Europa
Y Asia, digamos las dos:
Las dos. Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
Dentro todos los instrumentos y voces.
Todos [dent.] Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
Dentro todos los instrumetos y voces.
Todos [dent.] Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
[Desde aqui representor.
Íris. Ya de mi acento y tu acento
En todo el orbe se oyó
La nueva.
Eco. Segunda vez
Á los coros, que formó
Á un tiempo en sus cuatro partes,
Apliquemos la atencion.
Todos [dent.]Todos hoy se alegren, pues
Hoy con próspero arrebol
Para todos nace el sol.
Íris. No solo en ecos se explican,
Que aun con mas demostracion
Se alegran.
Eco. Asia lo diga,
Pues atenta á nuestra voz,
Usando de sus antiguos
Ritos, se aplaude la accion
De Rey de Jerusalen.
Íris. Oigamos su aclamacion.
Salen dos damas y dos galanes de máscara, con unas tarjetas en las manos, y en ellas la cifra del nombre de Felipe, cantando y danzando, vestidos á lo Judío.
Cor. 1. El próspero dia, el dia felice,
Que el magno Alejandro del grande Felipe
Nació sucesor, en sus templos el Asia
El fausto natal escribió en piedras blancas.
Y asi, repitiendo hoy en estas la antigua
Memoria, da al jaspe el natal deste dia,
Que no menos magno en Asia Rey nace
El que es tambien hijo de Felipe el Grande.
[En habiendo hecho su entrada, se apartan.
Salen otras dos damas y dos galanes, con mascarillas negras, y hachas en las manos, vestidos á lo Moro, cantando y danzando.
Eco. África, en quien tantos puertos
Mantiene, alegre encendió
Las teas, que en luminarias
Nocturnos aplausos son.
Cor. 2. El próspero dia, el dia felice,
Que en África Atlante nacer vió el Alcídcs,
Que habia de aliviar el peso que sufre,
Ardieron sus montes en trémulas luces.
Y asi, repitiendo hoy en estos la antigua
Memoria, consagra al natal deste dia
Antorchas, que alumbren á Alcídes segundo,
Alivio del peso tambien de dos mundos.
[Apártanse.
Sale otra cuadrilla, vestidos á lo Indio, con ramos en las manos, cantando y danzando.
Írie. Bárbara América, usando
Tambien de su antiguo error,
Ramos y flores consagra
Al tálamo en que nació.
Cor.3. El próspero dia, el dia felice,
Que América via nacer su Cacique,
Al sol ofrecia, impidiendo sus rayos,
La fácil defensa de flores y ramos;
Y asi, repitiendo hoy en estos la antigua
Memoria, celebra el natal deste dia
Poniendo obediente á sus plantas las plantas
De paz y de guerra en olivas y palmas.
[Apártanse.
Suenan dentro cajas y trompetas, y sale otra cuadrilla de Españoles.
Eco. Europa, como sus fiestas
Trompetas y cajas son,
Con ellas le hace la salva,
Diciendo en marcial rumor:
Cor. 4. El próspero dia, el dia felice,
Que Europa vió en César un Príncipe insigne,
Al son de las cajas, clarines, trompetas,
Rindió el mes de Julio al nombre de César.
Y asi, repitiendo hoy en estas la antigua
Memoria, construye al natal deste dia,
Á honor de Felipe el helado Noviembre,
Por César del año, por Rey de los meses.
[Júntense todas las voces y cuadrillas.
Tod. Y todos le aclaman, como en todos tiene
Imperios, que el sol de vista no pierde,
Dando África, Europa, América y Asia,
Las piedras, las luces, los ramos, las armas,
Diciendo unos y otros en voces festivas,
El que siendo Infante, es Príncipe, viva.
[Con grita de villanos, suenan dentro instrumentos rústicos, y todos se barajan en la accion que se hallan.
Uno. Oid! ¿Qué rústicas canciones
Turban las heróicas nuestras,
Y en bárbaro, rudo estilo,
Hijo de montes y selvas,
Quiere competir las cortes
Mas sublimes, mas supremas
Del orbe?
Sale la Zarzuela.
Zarz. ¿Pues quién le quita
Á la rústica simpleza,
En quien, cuanto mas desnuda,
Va la verdad mas compuesta,
Que como olvidada parte
De vuestro todo, pretenda
En tan venturoso dia
Dar tambien de su amor muestra?
Otro. ¿Quién eres, o tú, aldeana,
Que, rústicamente bella,
Entre nosotros pretendes
Señalarte?
Zarz. La Zarzuela,
Humilde, pobre alquería,
Tan despoblada y desierta,
Que no hay para mí dia claro,
Si el Pardo no me le presta.
Y es verdad, pues siempre estoy
Al ceño del tiempo atenta,
Deseando que llegue el Pardo,
Para que el sol me amanezca.
De sus alimentos vivo;
Pero tan rica, y tan llena
De favores, que merezco
Tal vez en la breve esfera
De mis cotos ver la aurora,
De montes y valles reina,
Acompañada del alba,
Y aun de otras flores, dijera,
Y estrellas, si no enojara
Ya esto de flores y estrellas;
Porque hay bellezas, que no
Quieren mas que ser bellezas;
Y hacen bien, porque no hay mas