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De a ratos, libro; de a ratos, cuento; de a ratos, reflexión. Así resuena la voz de Maxi Larguia en el prólogo de El mar y la sirena con E, su primer libro, publicado en 2019. Ante la imperiosa necesidad de no categorizar su creación artística, el autor abre el juego y le propone al lector un abanico de posibilidades para que decida y juzgue por sí mismo. Será la subjetividad de cada uno la que determine la experiencia artística. Crecer y enamorarse son procesos casi tan ineludibles como la vida o la muerte. Así, los protagonistas de esta historia rememoran su infancia a medida que exploran su adolescencia y coquetean con la adultez, con el mar y el color azul como telón de fondo. Benjamín y Olivia se conocen desde chicos y se reencuentran algunos años después en la playa de su niñez, para vivir una aventura que involucra unas misteriosas cartas que Ben hereda de su abuelo; el resto es historia.
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Seitenzahl: 76
Veröffentlichungsjahr: 2023
MAXI LARGUÍA
Maxi larguia El mar y la sirena con E / Maxi larguia. - 1a ed - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2023.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-87-3525-2
1. Novelas. I. Título. CDD A863
EDITORIAL AUTORES DE [email protected]
Agradecimientos
Prólogo por Maxi Larguía
PARTE 1 - Benjamín
PARTE 2 - Olivia
Epílogo
Este libro está dedicado a mi mujer, Elena.
El amor de mi vida. La persona más pura de todos los mares.
La que convierte cada día en una nueva aventura. Y a todas las sirenas que, con su canto, nos hechizan cada amanecer.
Para Roma, mi nieta, simplemente amor.
Sin duda que embarcarme en este díscolo proyecto fue toda una osadía.
Y se hizo realidad gracias a muchísimas personas que me alentaron o incluso participaron activamente.
Gracias a Elena, mi mujer.
Gracias por estar siempre, por acompañarme en cada una de mis locuras, por ser parte de ellas, por su apoyo incondicional, por dejarme ser, porque a su ladoncuentro mi mejor versión, por la luz que me regala, sin encandilarme, cuando me oscurezco, por ser mi refugio.
Cuando uno se siente amado, nada es imposible. Sin ella, todos estos proyectos no tendrían sentido.
Gracias a mis hijos, Agustín, Delfina y Valentín.
Porque con ellos aprendo todos los días a disfrutar de la vida; porque me llenan de amor, me contagian optimismo, fe, dicha, alegría. Soy un hombre eternamente orgulloso de ser su padre.
Gracias a Mati y a Jime, por su aguante.
Gracias a Teresa Valdetarra y a Guadalupe Massuh por corregir mis desastres y convertir mis escritos en legibles.
Gracias a Carolina Bianchi y a Carla Rovatti, jóvenes creativas, atrevidas y maravillosamente revolucionarias.
Gracias a Delfina Larguía por su participación activa en el diseño de Deep Blue: puro talento, magia, glamour.
Poder compartir con mi hija este libro me hace inmensamente feliz.
Gracias a María Eugenia, mi prima del alma, por dedicarle tiempo, energía, y por su enorme capacidad: un ser diferente, un ser de luz.
Gracias a Vale Benítez y Vero Larguía por ser las primeras lectoras cuando el cuento aún era un mero boceto y porque me alentaron a seguir:in esos mimos, no me hubiera animado.
Gracias a Paul Morani, Clara Smith, Victoria Larguía, Agus Gonzalez Chávez y Vale Benítez, por ser los primeros atrevidos en colgar un Deep Blue.
Gracias a mi madre por inculcarme el arte y la lectura. Gracias a mi padre por enseñarme el valor del esfuerzo.
Gracias a cada una de las personas que me quieren e iluminan día tras día. Gracias a la vida por rodearme siempre de gente positiva que me llena de energía divina.
Gracias a la Virgen por estar a mi lado y cuidar de mi angelito Cruz.
“El mar es un antiguo lenguaje que ya no alcanzo a descifrar”.
Jorge Luis Borges
Supongamos, quién no quiso alguna vez en su vida… surfear una ola.
Tocar el piano o la guitarra. Leer un buen libro.
Plantar un árbol.
Ir a la cancha.
Abrazar a los hijos.
Comer sin engordar. Ir al cine.
Viajar por el mundo. Amar a alguien.
Mirar un atardecer. Pescar the big fish. Hacer un birdie. Pintar un cuadro.
Meter un gol que haga ganar un campeonato. Ser elegido mejor amigo.
Ganar un concurso de belleza.
Cantar una canción y que lo aplaudan. Que le regalen flores.
Que le lleven el desayuno a la cama. Conocer a Gandhi.
Tener músculos.
Comer helado mirando una serie. Hacer yoga como corresponde. Que lo asciendan en el trabajo.
Millones de cosas, de lo cotidiano a lo trascendental. Así, un día me dije:
¿Y por qué no, un libro?
Sin ser escritor, con horrendas faltas de ortografía, un desorden mental importante,ansiedad y millones de ideas hechas un caos.
Desde que nació, esto, mi libro, hasta que se terminó fue, es y será algo sorprendentemente disparatado. De a ratos, libro; de a ratos, cuento; de a ratos, reflexión; por instantes, fotos o cuadros.
Me encantó que fuese como la vida misma,que a veces va por donde vos querés pero de golpe se desvía, no te gusta,te incomoda.
No la entendés, te pertuba, te enoja.
Te inunda de perplejidad, sale de lo habitual. Esa es la idea que quiero trasmitir.
Es adonde me gustaría que fueras o fuéramos, si aceptás la compañía.
No hay máximas ni decretos. Algo de esto lo pienso; otro, lo creo; mucho, lo detesto.
Esto es como el mar: infinito, impredecible, inagotable.
Lo bueno es que hay muchas formas de leerlo; incluso podés solo mirarlo.
Podés decidir que lo leerás todo completo, del inicio al fin.
Podés leer solo los relatos de Benjamín. Podés leer los relatos de Ben y las cartas. Podés leer solo las cartas.
Podés leer solo los relatos de Olivia. Podés mirar solo las fotos y cuadros.
Podés no leerlo y ponerlo en la mesa de tu living y decir: “Este libro es genial, me cambió la vida”.
Y a la gente le encantará saber que sos capaz de cambiar.
Un viaje que atraviesa las profundidades de los mares del inconsciente
Mi alma está llena de anhelos por los secretos del mar.
Con ansias, Benjamín siempre esperaba la llegada de las vacaciones de verano para ir junto a sus padres a la casa de la playa. Este verano iba ser diferente, sin duda, ya que el abuelo había partido, ahora era parte del mar.
Benjamín aún no sabía cómo iba hacer para estar sin su abuelo, sus historias, su compañía, ya nada sería igual. Pero no se le ocurría dejar de ir a la casa de la playa, aun sin él, como harían muchos de sus primos.
Para Benjamín, el abuelo estaría siempre vivo. No se puede matar una leyenda, solía decir su padre. Y Ben moría de ganas de mostrarle al abuelo todo lo que era capaz de hacer, todo lo que había aprendido de él.
Para la mayor parte de la gente, el abuelo era un personaje: raro, solitario, callado, místico, casi sabio; pero aunque todo el mundo lo quería, pocos lo conocían. Ganarse su confianza no era fácil, cuando lo llegabas a conocer era muy cariñoso, generoso, divertido… sus historias eran cautivadoras.
Tata, como le decían los nietos —Jack, para sus amigos—, supo ser un gran marido, siempre acompañado de Abu, la entrañable abuela. Ambos supieron formar una maravillosa familia, perfectamente imperfecta.
Benjamín siempre recordaba que, aunque solían pelearse como niños, en ellos veía amor, locura y pasión.
Apenas llegaron, bajó corriendo del auto y fue directamente al cuartito del Tata en busca de la caja de pesca, desoyendo los gritos de su papá, que lo instaba a que ayudara a bajar las valijas, que eran miles.
Lo único que le interesaba en ese momento era abrazar esa caja de pesca que su abuelo le había dejado.
Era su más preciado tesoro; hacía meses que no dormía esperando este momento.
La enorme caja azul, vieja y descolorida, pero orgullosa de tantas aventuras, estaba frente a sus ojos. Benjamín no pudo evitar llorar, abrazado a su nueva posesión.
Entonces sintió que entraba al cuarto un fuerte viento, con aroma a mar, que erizó cada parte de su cuerpo.
Comprendió que su abuelo le daba la bienvenida y que estaba vivo en ese lugar.
Al abrir la caja, lo primero que vio fue un sobre azul. Tata tenía una obsesión con ese color, sus cuadros eran famosos en todo el mundo, así como su marca, Deep Blue.
Dentro del sobre, un montón de hojas manuscritas, con su horrible letra característica.
En la primera hoja leyó:
Benjamín:
Este es mi segundo regalo para ti: la caja de pesca. Estoy seguro de que sabrás valorarla y usarla; queda en mejores manos, como las cañas. A tu lado estaré en cada excursión que hagas. Ya estás preparado para ser el gran capitán y listoara encontrar la sirena que conquiste tu corazón.
Tata tenía otra obsesión con las sirenas, decía que varias veces las había visto, que hasta había bailado con ellas.
En la segunda hoja decía:
Acá van varios relatos que aún no te he contado. Muchas son historias verdaderas, que me sucedieron; otras, me las ha contado el mar y algunas se las escuché relatar al viento.
También te enseño varios secretos de la vida que han sido trasmitidos en nuestras familias de generación en generación. Todas las hojas están mezcladas; si tienes la habilidad de ordenarlas, develarás grandes secretos.
Ben: Eres especial. Tú sabrás qué hacer con estos relatos, tú puedes mejorarlos. Escucha al viento, a las sirenas… Deja que el mar sea parte de ti, somos mucho más de lo que nos imaginamos.
Ben dejó de leer, agarró la caja de pesca y una caña, se subió al Jeep azul que el abuelo le había regalado y se fue a la playa, allá lejos.
Donde pudiera seguir leyendo mientras pescaba.
“Cuando era joven era capaz de recordarlo todo,ubiese sucedido o no”.