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He aquí una obra clave para todas aquellas personas que deseen iniciarse en el camino de búsqueda del conocimiento infinito de la Cábala. De forma didáctica, amena y gradual, el texto nos permitirá ir descubriendo una realidad que permanece oculta y que está esperando a ser revelada. El misterio de la Cábala es una guía básica de conceptos cabalísticos donde descubrir cada uno de los misterios que encierran nuestras almas. Una magistral guía para la sabiduría que nos acerca a una conciencia universal y a la interpretación secreta de la Ley Divina. Gracias a la Cábala podremos tomar las riendas de nuestras vidas y avanzar hacia la felicidad, la plenitud y la paz interior, sin olvidar que esta espiritualidad tiene asimismo que ver con dejar el mundo mejor de como lo hemos encontrado.
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Seitenzahl: 787
Veröffentlichungsjahr: 2024
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Mario Javier Saban Cuty Gorina Sánchez
El misterio de la Cábala
© 2023, Cuty Gorina y Mario Javier Saban
© de la edición en castellano:
2024 Editorial Kairós, S.A.
www.editorialkairos.com
Composición: Pablo Barrio
Diseño cubierta: Editorial Kairós
Imagen cubierta: Daniela Berdichevsky
Primera edición en papel: Mayo 2024
Primera edición en digital: Mayo 2024
ISBN papel: 978-84-1121-237-3
ISBN epub: 978-84-1121-279-3
ISBN kindle: 978-84-1121-280-9
Todos los derechos reservados. Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita algún fragmento de esta obra.
A la memoria de mis padres,
Mª Rosa Sánchez Lodares y Manuel Gorina Parera,
porque han sido el pilar de mi vida.
Mi enorme respeto, agradecimiento y amor.
Que D*os* cuide de sus almas.
A mi queridísima hija Lola,
con todo mi amor.
CUTY GORINA
A mis queridos padres, Violeta Cuño y David Saban,
a mi esposa, Marisa Ventura,
a mis hijos, Max David y Lucas Eli, con todo mi amor.
MARIO SABAN
A la memoria de los grandes cabalistas de todos los tiempos que nos legaron esta sabiduría.
MARIO SABAN
Todo empezó una calurosa noche de agosto de 2019 en las Islas Baleares, España. Era una de esas noches en las que te apetece sentarte con una amiga y una copa… y arreglar el mundo. Por supuesto, hablamos de todo, pero un tema me llamó la atención: ¿Cábala? ¿Qué es, realmente, la Cábala? Había oído hablar, pero no sabía de qué se trataba esta espiritualidad. Mi amiga Meya Lauzirika me estuvo explicando con mucha paciencia que se trataba de la ciencia del saber recibir. «¿La ciencia del saber recibir? Explícame un poco más». Me dijo que en la Cábala podrías encontrar todos los secretos del judaísmo guardados durante siglos por los sabios de Israel. Una sabiduría oculta. Me fascinó.
Ahí empezaron el ansia y el deseo de estudiar, conocer y entender esas palabras para encontrar las respuestas a las grandes preguntas de la vida. Meya me puso en contacto con el profesor doctor Mario Saban y en septiembre, sin pensarlo dos veces, me apunté al Curso de Iniciación a la Cábala que impartía su escuela en Barcelona. Las clases eran presenciales y un recibimiento caluroso de Mario era el primer contacto en aquella sala pequeña, con tantos alumnos que no sabías dónde ubicarte para coger apuntes. Durante los meses siguientes, fui adquiriendo conocimientos acerca de los estudios sobre las diferentes dimensiones del Árbol de la Vida y los 22 senderos que lo recorren, por los que se va ascendiendo en el desarrollo espiritual.
La Cábala te enseña a conocer, comprender y aceptar tus propios límites, a saber distribuir y trabajar las energías y sus frecuencias, a enfrentar el mal, a vislumbrar los niveles del alma humana, a entender el vacío existencial, cómo funcionan las leyes del Universo y cómo el alma percibe esta realidad. Un sinfín de conocimientos que nos dan las herramientas, para buscar nuestra apertura de conciencia y equilibrarnos con madurez intelectual y emocional.
A finales de marzo de 2020, como todos sabemos, se inició la pandemia de coronavirus y las clases presenciales se convirtieron en virtuales, pero mi interés no dejó de crecer. Ese tiempo de encierro obligatorio en casa me facilitó la tarea de ir recopilando los conceptos fundamentales que iba aprendiendo en las clases magistrales del profesor. Recuerdo que mi madre me decía: «¿Qué estás estudiando, que te veo muy enfrascada? ¡Debe de ser muy interesante!». Y así era, no podía dejarlo, porque cada semana me parecía más apasionante. En el verano de 2021, tuve una reunión con Mario para consultarle si veía posible que escribiera un libro con todos mis apuntes, con la idea de ayudar a quienes quisieran introducirse en la Cábala a un nivel de principiantes. Además de aprobar mi iniciativa, Mario insistió en el libro, ya que no existía un manual de conceptos básicos de la Cábala para la gente que recién comenzaba, por lo que empecé a organizar todos mis apuntes con la estructura de un libro.
Por todo esto, quiero expresar un profundo y especial agradecimiento al profesor Mario Saban, que supo visualizar mi proyecto y mi ilusión, aportando entusiasmo y confianza a raudales, dándome las alas esenciales para escribir este libro. De repente, me convertí en escriba de uno de los mejores maestros de Cábala de nuestro tiempo, recopilando sus enseñanzas más básicas. A pequeña escala y humildemente, me hizo soñar con Jaim Vital, que fue escriba del gran cabalista del siglo XVI Isaac Luria, todo un honor. Asimismo, debo dar las gracias a mi amiga Meya por haberme introducido en este mundo de conocimiento infinito.
Un especial agradecimiento a mi familia, sobre todo a mi madre, a mi hermana Mary y a mi hija Lola, que me han acompañado en este proyecto durante todos estos años y a la incondicional compañía de Brownie, nuestro perrito, que ha sido mi sombra a lo largo de todo este tiempo, y aún lo sigue siendo. Y cómo no agradecer de todo corazón a mis amigas y amigos que me brindaran su apoyo, su aliento en el día a día, animándome las muchas veces que lo he necesitado para continuar en el camino de mi vida.
Con esta obra, intento aportar mis conocimientos básicos de forma sencilla y ágil, pero también profunda, con ejemplos simples para mejorar la comprensión de cada lector. Se lo dedico a todas esas almas que tengan la voluntad y el deseo de acercarse a la sagrada sabiduría milenaria de la Cábala hebrea, con el fin de que puedan cumplir con éxito ponerla en práctica con su propia experiencia en el campo de la materia. Espero y deseo que sirva de guía para ampliar su autoconocimiento, elevando las almas a niveles superiores de consciencia en el camino hacia la Luz.
Baruj Hashem
5784
Este libro comienza a gestarse allá por el año 2019, porque muchos alumnos asistían a mis clases presenciales en Barcelona y muchos tomaban apuntes sobre los asuntos de la Cábala que se iban desarrollando. El 10 de marzo de 2020 tuve que suspender todas mis clases presenciales para trasladar la enseñanza de la Cábala a la forma virtual como consecuencia del inicio de la pandemia.
El 6 de septiembre de 2021 recibí un mensaje de una antigua alumna, Cuty Gorina, quien me informaba que quería presentarme un trabajo. Fue así como María Dolores Gorina Sánchez se presentó en mi despacho con sus apuntes y con la propuesta de hacer un libro, ya que durante meses y meses se había dedicado a recopilar las clases de mi curso inicial de Cábala. Me embargó una gran alegría porque por fin se hacía realidad mi deseo de que los alumnos principiantes tuvieran una obra para guiarse en los primeros pasos en los secretos de la Cábala.
Cuando estuvo listo el libro, en 2023, lo presentamos a la Editorial Kairós que aceptó nuestra propuesta y ahora lo tenéis en vuestras manos. Cuty Gorina ha demostrado que se puede hacer una síntesis de los principales temas de la Cábala logrando mantener tanto el lenguaje coloquial como los ejemplos de mis clases presenciales.
Esta obra tiene el objetivo de llegar a las almas de quienes descubren una luz divina en las enseñanzas de la mística hebrea. Recuerdo claramente la electricidad que recorría nuestros cuerpos cuando impartía estas clases presenciales y, aunque desde hace algunos años mis clases se convirtieron en virtuales, aún sigo añorando esos encuentros cara a cara, alma con alma… Este libro es el resultado del trabajo de escritura de Cuty Gorina, quien hizo de Sofer (escriba) de mis clases y creó una obra que combina la síntesis, la sencillez y la profundidad.
También quiero agradecer el amor de mi esposa Marisa Ventura por todos estos años que hemos compartido juntos. Y a mis dos hermosos hijos, Max David y Lucas Eli, les dedico esta obra para que sigan creciendo cada día y para que recuerden que lo más importante de esta vida es llegar a ser buenas personas, pues lo demás es accesorio.
Como siempre, agradezco el apoyo y el cariño de mi padre, David Saban, de mis hermanas, Roxana y Lis, y de mis cuñados, Beto Dabbah y Pablo Weinstein.
También quiero dar las gracias con todo mi cariño al equipo de la Escuela de Cábala y Psicología liderado por Lina Cami Cerezuela, al equipo de la Escuela Internacional a cargo de Nacho Newman; a todos mis alumnos a nivel mundial, a los antiguos alumnos que ahora son grandes maestros de Cábala y a todas las almas de los grandes mekubalim que nos precedieron…
¡Gracias, Cuty, por hacer accesible el contenido de mis clases de Cábala a todos los lectores y por hacer posible que la luz se expanda aún más con esta obra!
Que Dios nos bendiga a todos…
MARIO SABAN
Sefarad, año 5784
1. Introducción al misticismo judío
La sabiduría de la Cábala hebrea
El sentido de nuestra alma en el mundo
La creación del Universo según la Cábala hebrea
2. El nacimiento del Universo:
Tzim Tzum Alef
y
Tzim Tzum Bet
Clasificación gradual de la contracción de la Divinidad
Los diferentes
Olamot
:
Adam Qadmon, Atzilut, Briá, Yetzirá
y
Asiá
Los diferentes Universos o Emanaciones Divinas en orden descendente de revelación
Esquema del Árbol de los Universos
El
Tetragrámaton
Los niveles de interpretación de la Torá (PRDS):
Peshat, Remez, Drash, Sod
3. Los niveles del alma
Los niveles de conciencia del alma:
Nefesh, Ruaj, Neshamá, Jayá, Yejidá
Niveles elevados de consciencia
Nivel de consciencia
El Árbol de las Vidas
Las vestimentas dentro del alma
4. El Árbol de la Vida.
Etz jayim
Las dimensiones del Árbol de la Vida
Acción, revelación y expresión
Triada inferior:
Yesod, Hod
y
Netzaj
Triada intermedia:
Jesed
,
Guevurá
y
Tiféret
Triada superior o intelectual:
Kéter
,
Biná
y
Jojmá
5.
Daat
, el conocimiento. Las conexiones entre las dimensiones
6. El vacío existencial.
Hishtalkelut
o encadenamiento
7. Los 22 senderos o
sinorot
. Las letras hebreas
8. Análisis de los 22 canales de energía
Alef y Bet: Jojmá
visión de largo plazo y
Biná
visión de corto plazo
Los cuatro sabios que entraron en el
Pardés
Guimel, Delet, Hei
Vav, Zayin, Jet, Tet
Las resquebrajaduras de la
Biná
Yud, Kaf, Lamed, Mem
Nun, Samej, Ain, Pei, Zsadi, Kuf
Reish, Shin, Shin 4 Ramas, Tav
9. El alma
La rectificación del alma
10. El nacimiento de las almas y sus fases
Reconocimiento de almas
El Árbol de la Vida de Gaón de Vilna. Pensamientos
11.
Teshuvá
o retorno a la esencia del alma
Conceptos de la
Teshuvá
12. El mal
La función del mal. Concepto de trascendencia
Análisis del mal
13. Contracción de las diez
sefirot
Las 288
Klipots
La estructura del
Klí
y sus energías
Hazayots
, velos o vestimentas
Diferentes
Hazayots
según la dimensión
14. Contracciones del nombre de D*os
15. Aumento de nivel de consciencia en el mundo de
Bet
Fuerzas de Luz
Guevurot, Rajamim, Jasadim
Del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal al Árbol de la Vida
16. Vibraciones de energía en relación con los nombres de D*os
Niveles vibratorios de cada uno de los
Olamot
o Universos
17. Misterio de Caín y Abel
Los canales de
Pliut
El secreto de los querubines
18. ¿Quién soy?
19. La Torá oculta
20. La asimetría.
Daat
21. Método universal para hacer el
Tikún
22. Cuando
Nefesh
y
Neshama
entran en contradicción
Diferencias de cómo la materia se divide de la espiritualidad
23. La
emuná
y el reparador de las fisuras
24. El
Klí
. Sistema de funcionamiento del receptor
25. Universo de
Briá
26. Secretos de
Tiféret
Universo de los esplendores
27. ¿Cómo funciona el alma?
Funcionamiento del Universo. Concatenación entre alma y Universo
28. El vacío y su naturaleza
El
Tehom
o abismo
29. Relación entre
Daat
y
Kéter
30. Cómo el alma percibe esta realidad
Glosario
Bibliografía
Cubierta
Portada
Créditos
Dedicatoria
Agradecimientos
Sumario
El misterio de la Cábala
Glosario
Bibliografía
Notas
«La Cábala es un camino en busca del conocimiento, y en realidad es un camino infinito, porque se trata de buscar todo lo que se nos esconde en nuestra primera percepción de la realidad».
MARIO SABAN
«El hombre vino a ser feliz».
MOSHE JAIM LUZZATO
Uno de los temas más importantes del misticismo judío es entender el funcionamiento del ser humano y la comprensión del sentido cosmogónico de su alma en este mundo. A lo largo de la historia de la tradición judía se ha profundizado en los grandes misterios para explorar la relación entre la creación revelada y su sentido divino.
El trabajo del místico es descubrir la parte de la realidad que permanece oculta, pues a más sabiduría, más entendimiento y, por lo tanto, más discernimiento y revelación. Todo estudiante o aprendiz de la Cábala sabe que lo que no se ve es más trascendental que lo que se percibe por los sentidos. Como todo está en potencia, a través del trabajo y la voluntad, podemos ir revelando las chispas de luz que han ido alumbrando la Creación, para una comprensión mayor del plano material y, en consecuencia, ir ascendiendo en la escalera espiritual para acceder a mayores niveles de consciencia y sabiduría con la finalidad de alcanzar una vida plena y consciente de la misión que cada alma ha venido a hacer en este mundo. Así pues, hablar de misticismo judío es adentrarnos en un mundo de preguntas y respuestas, según la forma en la que recibimos, integramos y proveemos. El entrenamiento de todo místico reside en la observación, la perseverancia, el deseo, la voluntad, el pensamiento, la acción, la duda, todo un corpus iniciático para que el alma sedienta conozca sus anhelos a través de su corazón.
El propósito de la Creación es el discernimiento junto con el deseo de acercarnos a la fuente primordial. Tanto el cabalista como el aprendiz saben que aproximarse a la luz es un trabajo sutil, constante y sosegado para ir asimilando las chispas provenientes del cosmos e ir moldeando su cuerpo de luz para una mayor integración y comprensión de cómo funciona lo que se esconde detrás de la realidad que percibe ante sí y que está esperando ser revelada.
«La Cábala hace al hombre atento al misterio que lleva en él y que le rodea».
ALEXANDRE SAFRAN
«Aprende a ver. Date cuenta de que todo se conecta con todo lo demás».
LEONARDODA VINCI
Cuenta la leyenda que estando Moisés en el monte Sinaí, el Eterno se le apareció y le reveló al oído el conocimiento y la sabiduría de lo alto. A su vez, el Profeta de profetas y gran patriarca de Israel lo reveló a los setenta ancianos y estos, a los profetas, y así fue trasmitiéndose de boca a oído a las almas que estaban preparadas para recibir e interiorizar la sabiduría celestial, hasta nuestros días, después de sobrevivir más de cuatro mil años.
La sabiduría de la Cábala hebrea nos acerca a una conciencia universal y a la interpretación secreta de la ley divina, aunque este conocimiento ancestral no es solo el estudio de toda la realidad, sino también la experiencia interna de conectarse con esa realidad. Es decir, que es la interpretación mística de la Torá y su relación con el camino de nuestra alma, así como nuestro conocimiento del funcionamiento del Universo. El conjunto de intentos permanentes de unificación es lo que hace comprensibles las energías ocultas de esta realidad, además de su estudio y de la enseñanza intelectual. Trascendencia, crecimiento espiritual y realización personal en el plano físico nos aportan un envoltorio de luz y de inmensa paz al alma y al corazón. El trabajo de estudiar algo infinito en sí mismo y su magnificencia nos muestra cómo vivir en plena conexión y armonía con nuestro interior, para desarrollar el mayor potencial que nuestra alma ha venido a revelar en el plano físico y poder conectarnos con la luz de Ahavá, amor en hebreo, o la luz del Santo Bendito Sea Or Ha Kadosh Baruj Hu. La Cábala viene del verbo hebreo Lekabel, y expresa la acción de recibir, que se refiere a recibir la tradición del conocimiento de lo de arriba para comprender e ir desvelando sus misterios.
La Cábala nos revela que la mayoría de las energías están ocultas a la percepción del ser humano y que, por lo tanto, debemos relacionarnos con fuerzas que en principio no conocemos, pero que debemos tratar de conocer. Los cabalistas se dedican a estos menesteres y con ardua pasión escudriñan con sutileza los misterios y secretos que se esconden detrás del plano físico. Con tesón y habilidad estudian el arte de destrabar el sentido, la profundidad de las palabras y su estructura, experimentando con la energía universal o cósmica, que puede abrir la puerta a un mundo de conocimiento inusitado y, al mismo tiempo, hilvanarlo para atraerlo al plano físico con el objetivo de elevar la conciencia de la humanidad, acercando a las almas a la elevación espiritual, el Tikún Olam o rectificación universal. Podríamos decir que la Cábala es el estudio de la experiencia interior de conectarse con esta realidad, a través de la experiencia personal y de la unificación con lo divino, haciendo comprensibles las energías subyacentes en esta realidad.
El cabalista es un emisor de luz que lleva a cabo un proceso de transmisión de energías de su entorno, así el Mekubal es un iniciador que siempre tiene sed de avanzar más allá de lo que tiene, aprendiendo de la Esencia Divina Infinita, siendo el Ein Sof el verdadero maestro de toda la realidad. Todos los hombres somos discípulos de la Esencia Infinita, pues nacemos sabios, pero no lo sabemos hasta que lo descubrimos. Según la tradición de Israel, el estudio cosmológico es fundamental para comprender la situación de nuestra alma dentro del esquema general de la revelación. Por esta razón, los cabalistas consideran importante introducir la Cábala desde la perspectiva cosmogónica y comenzar a estudiar cómo se creó el Universo, todas las condiciones y todas las limitaciones de la creación universal. Esta panorámica proporcionará las pautas para las propias limitaciones y cómo funcionan las leyes que predeterminan esta realidad, dando respuestas a la estructura general del Universo y a la propia existencia, y es ahí donde el conocimiento universal se une con el significado de nuestra realidad.
Cábala es el nombre que se le da al misticismo judío, que nos aporta la comprensión de cómo conectarnos con nuestra esencia divina interior. Es un antiguo conocimiento que, en diferentes épocas, han estudiado los cabalistas, quienes, con una gran preparación, dominaban la Torá y toda la exégesis del judaísmo, el Talmud. Sin embargo, hoy en día vamos directamente al SOD, al Secreto. Aunque en otros tiempos era mucho más simbólica de lo que es hoy, podemos decir que ahora es más conceptual y que somos mucho más abstractos para captar el significado de este conocimiento infinito. La Cábala es un mapa de la vida extraordinariamente complejo, una clave para este mundo y todos los mundos que se dice que están más allá del nuestro. La Cábala ofrece un mapa de la Creación, un sistema que muestra el equilibrio perfecto y que puede ser tan simple o complejo como uno desee.
Esta tradición viene del judaísmo, los sabios judíos fueron los que, a lo largo de la historia, de alguna manera crearon todo este corpus de mística, que estudia el mundo oculto. Para una comprensión básica de la historia de la Cábala, hay dos autores que están considerados por el Departamento de Filosofía Judía de la Universidad Hebrea como los eruditos más importantes de la historia del misticismo judío: el notable profesor emérito Gershom Sholem y su sucesor, el profesor emérito Moisés Idel. Aunque es difícil llegar a una conclusión satisfactoria para establecer el comienzo del misticismo judío, se podría decir que es casi imposible establecer un punto fijo en la historia como inicio de este movimiento místico, pero la mayoría de los autores coinciden en que el Maasé Bereshit (El misterio de la Creación) y el Maasé Merkabá (El misterio del Carro de Fuego) eran aproximadamente del año 515 a.C. Pese a que algunos consideran que la Cábala comenzó en el siglo I a.C., con los primeros escritos que mencionan su existencia, otros cabalistas atribuyen algunos textos al patriarca Abraham (1800 a.C.) y otros al primer hombre, Adán (3600 a.C.). Otros la datan en el año 2300 años a.C., como proveniente de los esenios, que eran los judíos que habitaban en las cuevas del desierto de Judea en Qumrán. En aquella época, los que mayoritariamente estaban en el mundo espiritual eran los hombres, aunque posteriormente y según las investigaciones arqueológicas, se encontraron comunidades mixtas de mujeres y niños. Es imposible probar tradiciones orales de fechas tan antiguas y estas teorías en relación con la antigüedad de la Cábala nos dan idea de que era un conocimiento secreto que se revelaría a través de los siglos. Esta es una tradición heredada de los sabios del judaísmo, quienes a lo largo de la historia fueron revelando el corpus luminoso y acuoso de la mística hebrea, que aportaba el conocimiento de las fuerzas invisibles que se esconden y operan en nuestra realidad y que se van revelando en las dosis adecuadas al escalafón de las diferentes consciencias predispuestas para recibirla.
«La búsqueda conduce siempre a algo bueno».
MOISÉS CORDOVERO
El hombre siempre ha tenido la necesidad de encontrar el sentido de su existencia más allá, de una forma trascendente y universal que le permita avanzar en el camino del autoconocimiento, la trasformación personal y el crecimiento espiritual para conectar con la esencia del alma, descubrir el propósito de vida… La luz de la Cábala llega al hombre cuando está preparado para recibir las respuestas a todas las preguntas que se ha formulado a lo largo de su vida.
Hoy en día podemos acceder a la conexión desde un gran número de disciplinas que nos ayudan a enlazar con la esencia de nuestro ser. Esta búsqueda nos conduce a las preguntas que tienen relación con el origen, con dónde comenzó todo y con las respuestas que nos conducen al camino que nuestra alma está a la espera de recibir, pues todo aparece en el momento preciso y sin que lo busquemos, ya que simplemente nos encuentra, llega a nosotros. Solo con el deseo de llegar a tu verdad, al fondo de tu ser, en ese punto la Cábala te abraza en su haz de luz. Las diferentes disciplinas cabalísticas nos iluminan acerca de por qué nuestra alma vino a este mundo y nos ayudan a entender el sentido de la vida para poder avanzar en nuestro nivel de conciencia. A continuación, podemos ver las disciplinas en que se divide la sabiduría de la Cábala:
Cábala teosófica.
Cábala profética o extática.
Hasta el siglo XIII predominaba lo teosófico, relacionado con el cosmos, y no la Cábala profética o extática, que tiene que ver con el yo, con el alma y que iba a tener una gran fuerza con Moisés Cordovero, Isaac Luria y Jaim Vital en el siglo XVI.
La Cábala teosófica se refiere a todo lo relacionado con la cosmología y la cosmogonía, respondiendo en general a las preguntas sobre cómo y por qué se creó el Universo. Esto se relaciona con la física y la química, así como con la física cuántica, que desarrollan aspectos sobre cómo se creó el Universo.
La Cábala extática o profética fue fundada en el siglo XIII por uno de los cabalistas más interesantes: Abraham Abulafia, un gran cabalista nacido en Zaragoza (1240-1290), que creó el misticismo de la recitación de los nombres divinos, también llamado Cábala de los Nombres. La extática o profética se refiere a las siguientes preguntas:
¿Qué es el alma humana?
¿Qué son las
sefirot
?
¿Cuáles son las dimensiones del alma y cómo puede elevarse a los niveles más altos de iluminación para traer información a esta realidad de la materia?
En cambio, la Cábala teosófica continuó con la tradición y con El Zohar o Libro del Esplendor, que es la obra cumbre de la literatura cabalística y que apareció en Castilla hacia la segunda mitad del siglo XIII, basada en los comentarios de los versículos del Jumash o la Torá.
El sentido de nuestra alma en este mundo se relaciona, para la Cábala, directamente con el porqué y cómo se creó el Universo. El deseo del alma es descubrir la función y la misión que hemos venido a desarrollar en este mundo y cómo este deseo se relaciona con los parámetros cosmogónicos de comprensión del Universo. En general, podemos decir que los cabalistas o mekubalim estudian las energías que se perciben de una manera no material, pues existe un mundo revelado, al cual nuestros sentidos pueden acceder, y existe un mundo oculto que, por definición, es siempre superior al mundo revelado.
Nuestra percepción se divide en dos partes:
Revelación o
Niglé
.
Secreto u Oculto,
Nistar
o
Sod
.
Así, nuestro mundo se divide entre lo que no conocemos, que es el secreto o SOD, y lo conocido, que es lo revelado de acuerdo con nuestras limitaciones. Para la Cábala, lo oculto es infinitamente mayor a lo revelado. Es decir, casi todo está oculto para nosotros, por lo tanto, al ser desconocedores de la parte oculta, todo lo que nosotros revelamos está distorsionado, por definición, porque carecemos del conjunto global de la información y por ello operamos dentro de un marco profundo no revelado, que nos permite rescatar el sentido profundo o secreto de la supuesta realidad en la que operamos.
La Cábala plantea como su principal incógnita: el Infinito, en hebreo Ein Sof, que los físicos y los matemáticos aún no han podido descubrir. Cada vez que alguien se acerca al estudio del Infinito, se encuentra con el problema de que en el Infinito no hay ni espacio, ni tiempo. Para nuestra mente conceptual, pensar que no existe límite, que no existe espacio y que no existe tiempo es casi imposible de asimilar, porque todo lo procesamos y lo manejamos en formas, que son siempre limitadas, y al hablar de ese tipo de formas, la Cábala se refiere al concepto de existencia. Es decir, que está basado en que algo existe porque está limitado, pero cuando algo existe y no está limitado, no nos referimos al concepto de existencia, sino al concepto filosófico de esencia, que no tiene límites en su forma y lo único que es esencial es el Infinito. La esencia no tiene existencia porque está basada en los límites de la forma. En consecuencia, en el Infinito no hay tiempo, ni espacio, pero hay una energía infinita, que es más rápida que la velocidad de la luz, por eso no se puede captar y es pura oscuridad. Por lo tanto, en el Infinito no hay ninguna forma existente apreciable. Además, no contamos con el lenguaje adecuado para definir las características que tiene el Infinito si usamos nuestro lenguaje espaciotemporal con sus limitaciones.
En el misticismo judío tenemos serios problemas, ya que no contamos con un idioma que pueda traducirse para explicar estas realidades, que son realidades infinitas fuera del universo creado. Por lo tanto, tenemos que situarnos en un infinito, pero ¿cómo lo conocen los cabalistas? Lo conocen por fractal. Los cabalistas hicieron un análisis de las energías y la materia de lo que existe en este universo y concluyeron lo que tiene que existir dentro del Infinito, pero esto también plantea otro problema, porque no hay existencia en el Infinito, sino esencia, con lo cual, lo único Esencial es el Infinito, porque la esencia de la mesa no existe, la mesa no tiene esencia, es un fragmento, y por lo tanto, para la Cábala, la mesa tiene solo existencia. Todo lo que es fragmentario y finito existe, por la única esencia de la que es la raíz de todas las realidades, que es el Infinito. En ese nivel de autoconciencia tomará una decisión llamada TzimTzum, que es la autocontracción del Infinito.
«Todo el pasado, todo el presente y todo el futuro
está grabado en la Eternidad de la información
de la raíz oculta del infinito».
MOSHE JAIM LUZZATO
La revelación del Infinito o el Ein Sof es uno de los temas centrales de la Cábala y del misticismo, por eso los grandes cabalistas intentaron acercarse con todas sus fuerzas y sus conocimientos a desentrañar los velos de la Creación y la percepción del Infinito. Tomando en cuenta que abarcar algo infinito desde la perspectiva finita es una ardua labor que requiere de gran comprensión y sutileza a la hora de tratar de describir una magnificencia que no tiene fin. Para acercarnos a comprender el macrocosmos, vamos a adentrarnos y concentrarnos en las teorías de los grandes sabios místicos y pensadores que dedicaron su vida a ello.
Los cabalistas entendieron que para poder describir la magnificencia desde la finitud había que operar con un tipo de lenguaje universal o Alef, ya que cada punto es la partida o punto cero. Para ello, utilizaron el hebreo, un lenguaje paradójico, pues en su raíz trilítera alberga tanto el significado de la palabra en sí, como su opuesto, por lo tanto, al ser un lenguaje circular o Alef, era el más acertado a la hora de intentar describir la creación del Universo. La percepción desde la finitud es la mentalidad Bet de fragmentación frente a la Alef de unificación constante. El Alefato reunía todas las constantes para comenzar a describir la creación y la percepción del Infinito desde el microcosmos. Entonces los grandes sabios comenzaron a describir el proceso de creación, es decir, el principio de la Cosmogonía y llegaron a la conclusión de que el mecanismo del Infinito o Ein Sof, en su interioridad o Atzmut, nos permitía entender la apariencia de la finitud. Como primera premisa, la finitud es un concepto espaciotemporal y, desde este punto, los místicos comenzaron a profundizar en los niveles más ocultos de la realidad para describir el proceso de Creación, intentando en la medida de sus posibilidades entrar en la máxima abstracción para salir de su última dualidad (Bitul o autoaniquilación del yo), llegar a ser lo más objetivos posible a la hora de describir el proceso de formación y poder llegar así a los confines espaciotemporales. Comprendieron que el Infinito o Ein Sof tomó una decisión consciente de sí mismo de retirarse de un punto y crear un espacio vacío. A este principio de Creación descrito por los cabalistas, también se llegaría siglos más tarde, con la teoría del big bang. Es decir, que el Infinito se retiró de sí mismo, creando un espacio vacío en el momento de la explosión, que dio como resultado la fundación del Universo.
La energía que está en posición de recibir es lo que llamamos poder femenino y la energía que activa el dar es lo que llamamos poder masculino, independientemente del género. No nos estamos refiriendo al género, sino a la potencia de dar y recibir. Si entendemos que el Universo nace con el deseo de dar y recibir, los cabalistas dicen que, por lo tanto, el deseo es la base del Universo. Desde el punto de vista de los cabalistas, el deseo es bueno, porque motiva el crecimiento y no el apego, al estar este vinculado a un objeto material en términos de idolatría. En la Cábala, el deseo y el apego son dos cosas diferentes, ya que el apego es un sentimiento interno de dependencia de algo, en cambio, el deseo no hace que la persona dependa de nada, es solo un deseo natural del Universo, pues el deseo de recibir y el de dar son la base del Universo. Entendemos así que el problema no está en el deseo, sino en cómo controlaremos la energía de lo que deseamos para tener una base para comprender el comienzo de la Cábala. El Ein Sof es consciente de su propia energía, y de lo que quiere crear.
La energía infinita que está dentro del Infinito se llama Or Ein Sof, Luz Divina Infinita. Sin embargo, es una luz tan poderosa que no se puede apreciar ni ver. Según los cabalistas, es más rápida que la velocidad de la luz, por lo que es una energía que la deja atrás por su velocidad y la llamaremos luz u Or en hebreo, que también significa energía.
Según los cabalistas, en el Infinito hay una energía infinita que lo cubre todo y se activa en un proceso de autocontracciones constantes dentro de todo el Infinito, porque hay algo que activa la posibilidad de la finitud. Esta posibilidad de que se retire la energía significa que puede haber cientos de millones de universos dentro del Infinito, debido a la retirada de energía del Infinito mismo, y este poder es el poder del Infinito para crear finitudes infinitas. Ese poder es una energía que provoca en sí misma retiradas de luz, exiliada de sí misma. Para expresarlo de manera representativa, podemos decir que es un poder autoperforante, y esto es en arameo: Butzina de Kardinuta o «Lámpara de oscuridad», por lo que cada vez que el Universo enciende una lámpara está creando otro más oscuro que la energía infinita que posee. Sería el potencial autolimitante del propio Ein Sof para crear espacios vacíos que puedan llenarse de energía, un poder que llamamos Guevurá, en hebreo de autolimitación dentro del mismo Ein Sof. Por eso, es una oscuridad lo que provoca, porque de alguna manera está tratando de rechazar la luz, ya que la luz desaparece de allí. Cuando la luz sale de este lugar creando espacio, se crea el Universo, que es creado por el autoexilio del Infinito, y ese Universo se llamará espacio vacío, en hebreo Halal Panui. Ese espacio vacío no va a estar completamente vacío, le quedará algo de energía, que está desorganizada, porque el Infinito se ha ido, pero que está ansiosa por volver al Infinito, una energía limitada y finita llamada Reshimó.
Hay algo misterioso, cuando decimos que el vacío transmite, comunica. Es que D*os de alguna manera comunicó la Creación del Universo a través de su propio vacío. La huella fue dejada por la energía residual que el Infinito dejó aquí como energía limitada, dentro de los límites mismos del Universo. Podemos decir que quedó un fractal de energía de ese Infinito que se iba al exilio, que se exiliará, pero volverá a entrar para organizar el Reshimó, la marca que se ha quedado aquí. En consecuencia, existe en esencia el Infinito, que llamamos Ein Sof, donde no hay ni tiempo ni espacio, sino un continuo de energía. En todo Infinito, hay dos elementos: la energía infinita que lo cubre todo y el poder de una energía que se esconde, que se exilia de sí misma creando espacios vacíos infinitos, que se llaman el poder guevúrico de la lámpara de la oscuridad: Butzina de Kardinuta. Cuando esto se activa para nuestro Universo y las energías dejan un punto del Infinito, se crea un espacio vacío, donde sí vamos a tener tiempo y espacio, porque será nuestro Universo, que estará condicionado por esas dos categorías, que no existen en el Infinito. Además, mientras estamos en este universo finito, del otro lado está el Infinito que contiene toda la información infinita de todos los universos posibles, así que aquí siempre está en el presente continuo, porque en la eternidad no hay tiempo. Por lo tanto, toda la información sobre lo que va a pasar aquí está encriptada en una especie de Matrix, dentro del infinito que contiene la energía de nuestro Universo, llamada Galgalta (cerebro en hebreo).
Resumiendo, por un lado tenemos el Universo creado y tenemos el Infinito, una masa amorfa dentro de la cual está el Reshimó (reminiscencias de la influencia de la energía infinita que fue retirada). Sabemos lo que sucederá más adelante y es la activación del deseo de recibir y subsecuentemente el deseo de dar se pone en movimiento infinito. De alguna forma, el deseo se sale de control y de repente quiere darlo todo. En Cábala llamamos Tzim Tzum Alef a la primera autocontracción. En la historia de la Cábala contemplamos dos Tzim Tzumim:Tzim Tzum Alef y Tzim Tzum Bet. Son dos etapas del mismo proceso de Creación del Cosmos, que explicaremos en el siguiente capítulo. ¿Cómo sabemos que existe este Infinito? La naturaleza interior del Infinito, de acuerdo con lo que dicen los cabalistas, se le llama Tzim Tzum o big bang, lo que implica autocontracción; es decir, que el Infinito salió de sí mismo, es el Exilio de D*os. Partiendo de la premisa de que el Infinito lo ocupa todo, tanto en términos de tiempo como de espacio, la única forma de crear un tiempo y un espacio es crear un vacío en su interior. El Infinito tiene la capacidad de crear infinitos vacíos en su interior, aunque esos vacíos son finitos, porque tienen limitación, el Infinito tiene un poder infinito de crear vacíos, por lo tanto, los vacíos son finitos, pero la capacidad de creación de los universos finitos es infinita.
Por otro lado, nos podemos preguntar: ¿cómo la energía finita puede frenar a la infinita? A este proceso se le conoce como asimetría circular, y lo que ocurre es que la forma espiral retiene los límites espiraladamente, por eso la fuerza asimétrica de lo finito se puede mantener frente a lo Infinito que lo podría destruir. ¿Dónde termina esa circularidad? No termina, ya que no es una circularidad espiralada interior, sino que también es exterior. Es una espiral circular que entra y que, cuando llega a un punto, hace la vuelta inversa de circular espiralada hacia fuera; por lo tanto, tenemos luz que entra y luz que sale, sino el Infinito lo destruiría. Esta espiral es cónica, y gracias a esta circularidad, se puede contener, ya que está tomando energía del Infinito y devuelve energía del Infinito. Podríamos decir que la asimetría es la llave para el equilibrio y la armonía. Según los físicos, el Universo se está expandiendo a 73 kilómetros por segundo. No sabemos cómo va a terminar, pero sí sabemos que está aumentando, pues antes se expandía más lentamente. La gran pregunta de los físicos es que, si sigue la expansión y alcanza los 300.000 kilómetros por segundo, el Universo podría llegar a un nivel de expansión mayor que la luz y, por lo tanto, los límites del Universo serían más amplios que la llegada de la luz a los límites. Habría límites que nunca podríamos ver.
El Or Ein Sof es la Esencia Divina superior a la energía de la luz. En principio, en esta energía que a priori es un magma no se apreciarían diferencias, porque no hay forma, pero si profundizamos podemos apreciar que sí la hay, ya que para que existan estas diferencias tiene que haber formas limitadas y en el Infinito parece que hay diferencias sustanciales sin forma. Imaginemos la sustancia de hierro, que en nuestro universo está limitada, pero supongamos que en el Infinito hay hierro y es infinito, por eso sería un conjunto infinito, que es lo que explicó Cantor como lo transfinito. En el Infinito, existen infinitos Infinitos; por ejemplo, en los infinitos números existen los infinitos pares, que son infinitos matemáticos. Desde el punto de vista de la Cábala, los infinitos son infinitos sustanciales, no son una especulación numérica, sino que intentamos describir los elementos infinitos que físicamente tienen energía.
Los cabalistas pudieron entender la naturaleza del Infinito, pues desvelando el microcosmos se comenzaron a desvelar los entramados del macrocosmos y el proceso de creación del vacío en el Universo, Halal Panui. Este vacío albergó la impronta que se produce cuando el Ein Sof se retira de sí mismo para crear el espacio. La impronta o Reshimó en hebreo sería como el poso del aceite que queda en una botella. ¿Qué sucede en nuestra estructura? Basándonos en que el fundamento del Universo es el deseo y que todo el mundo desea, el problema es si deseamos correcta o incorrectamente. El problema no es el deseo, sino las magnitudes de corrección e incorrección del deseo. Para que pueda existir el amor, es necesario el vaciamiento de los dos, ya que tengo que vaciarme un poco para que el otro pueda entrar.
En la Cábala entendemos que hay un dador y un receptor, es decir, que alguien quiere recibir lo que yo quiero compartir, aquí tenemos la consecuencia: el deseo de dar y el deseo de recibir la información. Recibir es muy difícil, tanto que en Cábala le llamamos «la ciencia del saber recibir» y un cabalista se define como «el que sabe recibir». El acto de dar es mucho más fácil que el de recibir, pues el que da puede dar desde una situación de posibilidad en potencia, pero el que recibe, para poder hacerlo adecuadamente, debería tener una autoestima correcta a fin de poder apreciar correctamente lo que recibe. Por lo tanto, podemos observar que a la persona que le cuesta recibir, por ende, también le costaría dar y lo hará en desequilibrio.
Cuando hablamos de Klí, nos estamos refiriendo a los conceptos de femenino, vasija de recepción, el que recibe, y cuando hablamos de Or, nos referimos a lo masculino, a la luz, la potencia o capacidad de proveer, de dar. Siempre se puede dar más de lo que uno puede recibir y, por lo tanto, es un problema dar, ya que hay que dar limitadamente, sino el Klí puede desequilibrarse y romperse. No hay que dar de manera desmesurada, solo proveer en la dosis correcta para que el receptor pueda percibir correctamente. Tiene que haber un equilibrio y una comprensión entre el dador y el Klí de recepción. Uno puede dar solo lo que el otro es capaz de recibir, y el que lo define es el Klí, ya que el Or, el dador, pierde energía si da mal o rompe el Klí. Por analogía veamos lo que sucede en el Cosmos: a nivel cosmológico, el Ein Sof se retira para que exista ese vacío, que como todo vacío quiere ser llenado, por lo tanto, el Universo es el primer recipiente gigantesco que quiere ser llenado, naciendo así el deseo de recibir la energía del Infinito. Ya sabemos que la consecuencia del vacío no es lo natural en sí, pues lo natural es el Infinito.
En realidad, el vacío es la carencia, lo que al vacío le falta para volver al estado original, ya que ahí había infinito, es decir, el vacío quiere ser llenado y ese es el nacimiento de la potencia femenina. Todo lo femenino tiene el deseo de recibir, aquí no nos referimos en términos de género, sino a la capacidad de dar y recibir. En este caso, el infinito tiene potencia masculina, pues está en posición de dar al vacío, que es potencia femenina. Partimos entonces de la premisa de que para que alguien quiera dar, tiene que existir alguien que quiera recibir. Consecuentemente, tenemos dos tipos de energía: la femenina, que es la energía que recibirá el Universo, y la fuerza de autocontrol de la energía masculina. La energía masculina será entonces la energía que el Infinito querrá dar al Universo. Además, para recibir la máxima luz posible, el Universo vacío necesita expandirse. Entonces, la expansión de la energía femenina se llama energía masculina y la restricción de la energía masculina se llamará energía femenina, conceptos de bastante frecuencia en la Cábala.
La energía femenina siempre tendrá límites, la energía masculina no tendrá límites, porque viene del Infinito, pues proviene del Divino Ein Sof. En este sentido, entendemos la asimetría existente, porque la energía masculina contiene mucha más energía que la energía femenina. Hay que recordar que no es una cuestión de géneros, ya que aquí nos referimos a energías, a la capacidad de dar y de recibir. Es tan así que el poder de dar del Infinito es mucho más potente en magnitud que la capacidad de recibir de lo femenino. La energía masculina necesita controlar su forma de dar, pues de lo contrario estará fuera de control, causando daños; sería como una ruptura del útero del Universo vacío. Cuando el Universo comenzó a operar, la energía anteriormente llamada Or Ein Sof (energía infinita) se llamó Or (luz, energía). Entonces, ¿qué es la luz? Es la representante del poder de la energía masculina, del poder de dar. Si doy, estoy proporcionando luz, comparto, proporciono conocimiento, todo lo que doy, conceptualizado como Or. Además, cuando hay alguien que está recibiendo, a cada contenedor o vasija (el que recibe) lo llamamos Klí (vasija). Podemos decir que el primer Klí creado fue el Universo. Esto significa que alguien tiene un Klí cuando tiene la capacidad de recibir, y cuando alguien tiene la capacidad de proporcionar, le llamamos Or. ¿Cuándo hay Or Ein Sof? Cuando el Or quiere manifestarse en alguna parte. ¿Y dónde se manifestará? En el Klí del Universo. En efecto, cuando los conceptos de Or y Klí, luz y vasija, operan entre sí es cuando aparece el concepto de sefirot, (plural) o sefira (singular), un concepto que apareció por primera vez en el Sefer Yetzirah, El Libro de la Creación.
«El cabalista es un cabalista cuando está consciente de la magnitud del Infinito».
De Maasé Bereshit
MARIO SABAN
El Infinito puede dividirse en dos partes:
El Infinito que se revelará en el Universo.
El Infinito que nunca se revelará en un Universo Finito debido a su naturaleza como Esencia Infinita conocida con el nombre de
Atzilut
que significa núcleo, Esencia Divina, «
El
Atzilut del Ein Sof
» (La Esencia del Infinito).
Veamos ahora qué pasó cuando nació el Universo: sucedió que se reventó el Klí. Alguien podría decir que fue un fallo por parte de la Divinidad, pero los cabalistas saben que esto no fue por casualidad, sino la circunstancia necesaria para que el mal entrase a formar parte del Universo y, subsecuentemente, el libre albedrío. Como ya hemos mencionado, sabemos que el Ein Sof se exilió de sí mismo. El Infinito salió de una parte de sí mismo, no sabemos la parte, porque no hay espacio, pero se creó el espacio vacío, Halal panui. Es cuando se crea la primera autocontracción o Tzim Tzum Alef y la segunda autocontracción o Tzim Tzum Bet.
En la primera autocontracción Tzim Tzum Alef tenemos potencia masculina y femenina absoluta, por lo que desemboca en un choque brutal debido a que la energía infinita quiere entrar y la energía finita no permite entrar, destruyendo la que está intentando entrar. Estamos entre dos opuestos. El Ein Sof quiere acceder al Universo con toda su potencia, pero el Universo no es capaz de resistir la contención de esa potencia. Según los físicos, esto pasó en microsegundos, y es la primera parte del big bang, lo que los cabalistas llaman Tzim Tzum Alef. En el Universo hubo una especie de destrucción-explosión, y en ese nivel se crearon las Klipot o cáscaras que encerraron la energía original del primer choque. Quiere decir que en el primer choque de energía del Universo tenemos una energía oculta, en las cáscaras que nosotros aún no hemos descubierto. Existen energías en el Universo de tal potencia que los seres humanos todavía no somos conscientes del nivel de energía que alberga el Cosmos.
En un futuro, dicen los cabalistas, nosotros romperemos las cáscaras, gracias al conocimiento científico que iremos adquiriendo. Como consecuencia del Tzim Tzum Alef, el Universo obtiene dentro de sí mismo y de manera oculta energías que hoy todavía no conocemos porque están en el mundo invisible. Para la Cábala, la psicología de Jung es cosmogonía absoluta, son fuerzas operativas reales en el campo de la extramateria, no son formas de codificación de la psique, pues son realmente energías que están fuera de la psique y que operan a través de los símbolos dentro de la realidad. Estamos muy cerca de Jung, indudablemente, pero estamos en un punto más allá, ya que entendemos que lo que nosotros traducimos existe energéticamente dentro del Universo oculto, que no podemos ver. No son los arquetipos que definen la realidad, sino que son arquetipos que primero impactan como energía y que luego nosotros creamos, así que es más un tema de física que de psicología.
Las Klipot o cáscaras son una parte de la realidad oculta, pero simplemente están ocultas porque nosotros todavía no merecemos tener esa luz. Si percibiéramos esa luz, no lo entendería la psique y colapsaría nuestro equilibrio psíquico. Existe en el Universo un tipo de energía que, para llegar a comprender su funcionalidad, nosotros tendríamos que evolucionar y desarrollarnos mucho más, dado que si operáramos antes de estar preparados para recibirla podríamos incluso hasta enloquecer. En Cábala hay un concepto que es «el merecimiento», que se refiere al nivel en que yo me encuentro en posición de merecer y recibir. Nos llega cuando estamos preparados para gestionarlo, pues si llegase antes de una determinada madurez, en todos los sentidos, esa información no nos sería válida, sería como enviar a un niño de solo ocho años a la universidad. El conocimiento es gradual, es la experiencia, la observancia, el estudio, el crecimiento… Todos estos factores nos irán revelando y desvelando la información a su debido tiempo. A más foco y esfuerzo, más merecimiento, siempre dentro de un equilibrio vital.
El cabalista no trabaja para ir hacia la luz, sino que trabaja para defenderse de la luz, es decir, la Cábala no es un camino de iluminación, sino que es un camino de protección de los iluminados. La gente se puede iluminar, pero no es solamente llegar a navegar en la sabiduría, pues hay un proceso de integración y asimilación. La cuestión es cómo iluminar mi vida cotidiana a partir de la iluminación, que es el concepto de integración. Yo voy a la luz para traer la luz al mundo. No voy para ponerme una medalla, ya que eso sería ego en lo espiritual. Cábala no es iluminación, es la construcción de las mejores gafas para visualizar esta concreta realidad, pues para apreciar la luz hay que saber qué gafas utilizar. No es una cuestión de querer acceder a intensos destellos, sino de ser capaz de apreciarlos dentro del orden de nuestro recipiente. No se puede llegar a la luz de manera anticipada, pues nos podría cegar y, subsecuentemente, aniquilar. Por lo tanto, podemos concluir que no se trata de iluminación, sino de un proceso adecuado, constante y consciente de la integración de la luz.
«Lo que nosotros conocemos como existencia se desarrolló sobre un vacío lleno de energía de D*os, pero en unos niveles de energía menores a la energía infinita del Ein Sof. El Tzim Tzum es la primera revelación, tanto de Guevurá como de Jesed».
MARIO SABAN
El Infinito es la matriz de todo el Universo y es pura luz, en la plenitud se ocultan las vibraciones infinitas. A esto nosotros lo llamamos el Ein Sof y sus vibraciones Orot, que es de donde parte toda la realidad. En el Infinito no hay cambio ni movimiento, pero sin movimiento no se da el tiempo, ni el espacio. Por este motivo, el Ein Sof deseó crear un primer movimiento que daría lugar a la aparición de las autocontracciones, y a partir de ese punto podemos empezar a describir el origen y la aparición del Universo…
Vamos a hacer un análisis del origen del Universo desde sus primeros instantes, a través de la visión cosmogónica de la Cábala hebrea, para conocer su estructura (Tzim Tzum) con sus dos grandes autocontracciones (Alef y Bet) y los cinco universos Olamot que lo conforman: Adam Qadmón, Atzilut, Briá, Yetzirá y Asiá. También profundizaremos en el funcionamiento de sus energías y su rectificación.
«El estado del infinito Ein Sof incluye la luz y el deseo de recibir la luz en equilibrio, pero como la luz llena el deseo, no lo percibimos».
RABÍ HAIM DAVID ZUKERWAR
La Eternidad del Ein Sof decidió en un punto crear la no-eternidad, creando la temporalidad y el espacio dentro de un vacío bien delimitado. El Tzim Tzum se produce cuando el Ein Sof decidió por su propia voluntad realizar una autocontracción, produciéndose un proceso interno, y gracias a estas contracciones podemos acceder al autoconocimiento del propio D*os en los niveles restringidos de la finitud. Los dos sistemas de autocontracciones que dieron lugar al origen y nacimiento del Universo son los siguientes:
Tzim Tzum Alef fue el primer estallido que sucedió en pocos microsegundos, después se ralentizó para dar paso a lo que posteriormente conocemos como finitud o universos. Hablar de big bang es hablar de Tzim Tzum (que significa exilio), la forma en que la Divinidad crea el Universo en el que vivimos ahora… Según Isaac Luria, El Arí y los cabalistas desde el Zohar la primera autocontracción o big bang (gran explosión) es el núcleo del Inefable Tetragrámaton. Todo empezaría con la salida del Ein Sof de un punto; exiliándose de sí mismo, se retiró. Pero la pregunta es: ¿de dónde? Porque no podemos entender el concepto de espacio, ni de tiempo en el Infinito, por lo tanto, el Infinito lo cubría todo y también poseía Eternidad. En esta autocontracción, el Infinito arremete con su mayor potencia sobre el punto finito. En el Tzim Tzum Alef hubo un flujo de energía de gran magnitud, y los niveles de recepción, el Keilim, o el Universo como gran receptor, no podían soportar ese nivel de luz. Ese fuerte nivel de energía se retira, se va, Or Jozer (luz que regresa), pero regresa como si fuera a rebotar y regresar. En el Tzim Tzum Alef se produjo la ruptura de las vasijas y se produjo el Mal Cosmogónico, retirándose y volviendo de nuevo para que el Universo se autorrectifique y llegue una segunda fuerza. Esa fuerza ya tiene estabilidad, ya que viene con Daat, dentro de sí misma, es decir, tiene conocimiento, autoconocimiento, autoconciencia. No estamos hablando de un conocimiento como el conocimiento humano, es más bien una entidad consciente de sí misma, una energía que sabe que existe en sí misma.
Tzim Tzum Bet es la segunda autocontracción donde se crea el espacio vacío, Halal Panui. Según Luria, el espacio vacío (halal) era redondo por todos los lados (igul), pues el Ein Sof era completamente uniforme, y la forma circular, al no existir lados, los límites del vacío son iguales. El vacío es un círculo con la misma extensión partiendo del centro del mismo vacío. El Infinito se contrajo de forma uniforme y no se restringió más hacia un lado que hacia el otro, por esta razón encontramos las formas redondas en su creación. En el Tzim Tzum Bet por primera vez aparece Daat, el conocimiento que implica conciencia y tiene que ver con la limitación del espacio-tiempo, que se considera un choque muy profundo de las fuerzas de energías provenientes del Infinito, aparece el Universo de Briá, la Creación, que tendrá varias fases, como Tzim Tzumin, muchas pequeñas autocontracciones que continúan ocurriendo dentro del Universo. Consideremos un ejemplo real de la física, con el comportamiento de un átomo. Sabemos que cada átomo tiene un núcleo y a su alrededor hay muchos elementos con una fuerza de gravedad restrictiva, y tenemos toda la parte exterior del átomo que es lo que se mueve, pero aún está vinculado al núcleo. Consideramos la idea del Tzim Tzum frente al átomo, como una fuerza restrictiva que mantiene la fuerza del núcleo, una fuerza expansiva, pero sin escapar más allá de los límites del átomo. Es decir, en realidad no se destruye, porque mantiene sus límites, podríamos decir que así funciona el Universo. Se produce un choque entre la potencia masculina total contra la potencia femenina total. Cuando se activó la potencia femenina del deseo de recibir, se activó la potencia masculina del deseo del dar. Hay una asimetría básica, una desigualdad, porque el deseo de dar es mucho más potente que el deseo de recibir. El deseo de dar pertenece al Infinito, mientras que el deseo de recibir pertenece a lo finito. En nuestra estructura de Universo tenemos una situación paradójicamente desequilibrada. En el Infinito hay mucha potencia de dar, pero esa potencia no puede dar todo lo que tiene para dar, que es lo que sucedió en el Tzim Tzum Alef.
En hebreo tenemos una letra, la letra Alef, que designa el número. En el Infinito no hay números porque contempla todos los números. Desde el punto de vista de la Cábala, el primer número que aparece es el cero, que en realidad es el espacio vacío. El número uno tiene un enigma, porque muestra la potencia de la dualidad. En realidad, cuando nace el vacío que es el cero, nace la potencia dual, porque ahora sí podemos decir que el vacío es uno o que entre el vacío y el Infinito hay dos. Los cabalistas dicen que en la Alef hay una situación de dualidad en su interior porque están las dos Yodim. La letra Yud es la letra más pequeña del alfabeto hebreo y, al ser la más pequeña, dice la tradición que D*os de alguna forma quiso comenzar con la más pequeña. En Cábala, lo más pequeño es lo más potente, porque algo que se expande quiere mostrarme su potencia en su expansión, pero lo pequeño no necesita mostrar potencia y, por lo tanto, no se expande. Todas las letras consonantes del hebreo son expandidas o grandes, excepto la Yud. Si hacemos un análisis de la letra Alef, veremos que está compuesta de tres letras. Esto se explica en una obra del año 1520, del Libro de las Letras del cabalista David Ibn Zimbra, quien dijo la frase: «Lo más importante nunca está escrito».
Los cabalistas entienden que la letra Yud surge del primer relámpago del punto del big bang. Sería la letra original del primer punto de finitud que hubo en el Universo. La Creación se dio primero con un punto que estalló, donde se exilió el Ein Sof y, a partir de este punto, se creó la finitud. La letra Yud equivale al número diez en hebreo y es curioso porque este número tiene, por un lado, el uno, que pertenece al Infinito y, por el otro, el cero, que pertenece a la finitud. Esta Yud sería como la primera entrada de energía superior hacia el Universo, de donde se creará la energía inferior. En resumen, Tzim TzumBet es la segunda autocontracción que reparará el contenido de choque del Tzim Tzum Alef. En el Tzim Tzum Bet verás un elemento de unión entre todas las energías que dará la estabilidad: la conciencia o el conocimiento llamado Daat. Entonces, ya sabemos que tenemos dos clases de energía: la energía del Infinito que llamamos Or Ein Sof y, una vez que se crea este espacio vacío, entra esta energía infinita y se vuelve finita, que es Reshimó