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El nuevo palacio del Retiro pertenece al ciclo de autos sacramentales escritos por Pedro Calderón de la Barca. Los autos sacramentales son obras religiosas de carácter alegórico. Se representaron sobre todo en España y Portugal durante el Corpus Christi. Este género ocupa un papel muy interesante en la tradición teatral de Occidente, pues coexistió, antes de desaparecer, con una incipiente y cada vez más popular narrativa escénica interesada en los individuos, y en los sucesos mundanos. El nuevo palacio del Retiro pone escena los conflictos en la cristiandad y el judaísmo. Con un tono austero y didáctico propio de los autos, Calderón de la Barca construye esta pieza.
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Seitenzahl: 46
Veröffentlichungsjahr: 2010
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Pedro Calderón de la Barca
El nuevo palacio del Retiro
Barcelona 2024
Linkgua-ediciones.com
Título original: El nuevo palacio del Retiro.
© 2024, Red ediciones S.L.
e-mail: [email protected]
Diseño de cubierta: Michel Mallard.
ISBN rústica: 978-84-9816-416-9.
ISBN ebook: 978-84-9897-244-3.
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Créditos 4
Brevísima presentación 7
La vida 7
Personajes 8
Acto único 9
Libros a la carta 65
Pedro Calderón de la Barca (Madrid, 1600-Madrid, 1681). España.
Su padre era noble y escribano en el consejo de hacienda del rey. Se educó en el colegio imperial de los jesuitas y más tarde entró en las universidades de Alcalá y Salamanca, aunque no se sabe si llegó a graduarse.
Tuvo una juventud turbulenta. Incluso se le acusa de la muerte de algunos de sus enemigos. En 1621 se negó a ser sacerdote, y poco después, en 1623, empezó a escribir y estrenar obras de teatro. Escribió más de ciento veinte, otra docena larga en colaboración y alrededor de setenta autos sacramentales. Sus primeros estrenos fueron en corrales.
Lope de Vega elogió sus obras, pero en 1629 dejaron de ser amigos tras un extraño incidente: un hermano de Calderón fue agredido y, éste al perseguir al atacante, entró en un convento donde vivía como monja la hija de Lope. Nadie sabe qué pasó.
Entre 1635 y 1637, Calderón de la Barca fue nombrado caballero de la Orden de Santiago. Por entonces publicó veinticuatro comedias en dos volúmenes y La vida es sueño (1636), su obra más célebre. En la década siguiente vivió en Cataluña y, entre 1640 y 1642, combatió con las tropas castellanas. Sin embargo, su salud se quebrantó y abandonó la vida militar. Entre 1647 y 1649 la muerte de la reina y después la del príncipe heredero provocaron el cierre de los teatros, por lo que Calderón tuvo que limitarse a escribir autos sacramentales.
Calderón murió mientras trabajaba en una comedia dedicada a la reina María Luisa, mujer de Carlos II el Hechizado. Su hermano José, hombre pendenciero, fue uno de sus editores más fieles.
El Rey
El Oído
La Reina
El Judaísmo
El Hombre
La Fe
La Vista
La Esperanza
El Olfato
La Caridad
El Tacto
Músicos
El Gusto
Acompañamiento
(Sale el Judaísmo solo, vestido a lo judío, del carro del Estanque.)
Judaísmo ¿Dónde voy con errante
paso? ¿Dónde confuso y vacilante
me lleva mi destino,
sin rumbo, sin vereda y sin camino?
Este campo ¿no era 5
desierta población, desierta esfera
de vides y de olivos,
edificios ayer vegetativos,
donde ufana vivía
la sinagoga de mi Ley Judía? 10
Pues ¿quién en él tan presto
muros ha fabricado, torres puesto,
cuya altura eminente
empina al orbe de zafir la frente,
y es dórica columna 15
del cóncavo palacio de la Luna?
Su fábrica dorada
en doce piedras se miró fundada.
Doce puertas abiertas
están; al aquilón miran tres puertas, 20
al austro tres se rompen blandamente,
tres al ocaso y tres hacia el oriente,
y todas doce iguales,
guarnecidas de cándidos cristales
en quien mi Ley conoce 25
doce vislumbres de mis tribus doce.
¿Qué fábrica ésta ha sido?
¿Para quién, para quién se ha prevenido
esta casa, este templo,
última maravilla sin ejemplo? 30
Dígasme, ¡oh ciudadano
de ese supremo alcázar soberano!,
¿qué casa hermosa y nueva
la vista turba y el sentido eleva?
Porque saber espera mi cuidado 35
a qué tierra, a qué campo hoy he llegado,
siguiendo mi destino.
(Sale el Hombre del carro del Palacio.)
Hombre Solo en Jerusalén, tú, peregrino,
¿quién eres, que ignorado
has de tanto edificio fabricado 40
la grandeza eminente?
Judaísmo Oye, y sabrás quién soy, atentamente,
que quiero en esta parte
a que tú me respondas obligarte.
Yo fui la Ley Natural 45
en aquel siglo, en aquel
candor y yugo sencillo
de nuestra primera Ley.
Yo fui la edad primitiva,
que poseí, que gocé 50
sin sobresaltos la paz,
y sin pensiones el bien.
Este campo, que poblado
hoy de fábricas se ve,
nada pulido era entonces, 55
antes de labrarse en él
una confusión, un caos
tan informe al parecer
que no le hiciera tratable
sino el supremo pincel 60
que corrió desde la idea
del primero ser, sin ser,
rasgos de su omnipotencia
y líneas de su poder.
La segunda obra que hizo, 65
dividir las cosas fue,
y así, porque en sus estancias
todas por orden estén,
a las fieras repartió
la tierra, donde hoy a ver 70
se llega la variedad
de lo hermoso y lo cruel;
hizo patria de las aves
al aire vago, por quien
aladas nubes de pluma 75
corren en veloz tropel;
hizo el piélago del mar
para los peces, de quien
ríos y fuentes se miran
ya morir, o ya nacer. 80
Al hombre, que su valido
y que su privado es,
hizo alcaide desde entonces
de este divino vergel;
del bien y del mal llegó 85
en poco tiempo a saber.
Pero ¿cuál privado, cuál
no supo del mal y el bien?
En esta tranquila paz,
mansedumbre y candidez, 90
Ley Natural, como dije,
algunos siglos pasé,
hasta que por varios casos
de aquel paraíso, de aquel
jardín, me perdí en Egipto, 95
donde comiendo me hallé
con el báculo en la mano
del manso cordero, en vez
de salsa, con las lechugas
amargas, y siempre en pie 100
como viador, porque aquesta